sala iv peregrinos a santiago. caminos y ritos

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SALA IV
PEREGRINOS A SANTIAGO. CAMINOS Y
RITOS
Caminos de Santiago en Europa
Basado en el mapa del Consejo de Europa
Una vieira de peregrino del s. XII y un mapa de Europa con
los distintos caminos que conducen a Compostela nos
adentran en el complejo universo de la peregrinación jacobea,
eje temático substancial que vertebra esta sala. La vieira es
el atributo jacobeo por excelencia, documento que testimonia
la peregrinación realizada que se recibía al llegar a Santiago:
como un certificado de haber hecho el Camino y una garantía
para obtener ayudas y privilegios.
Cuando el peregrino a Compostela regresaba a su tierra de
origen procuraba colgar de su cuello o prender en sus ropas
una concha de vieira comprada en la Plaza del Paraíso de
Santiago, a las puertas de la catedral (no sólo conchas
marinas sino también conchas realizadas en metal -plomo,
estaño y, para los más adinerados en metales nobles-).
Así, paulatinamente fue desarrollándose todo un mercado de
objetos de diversa índole que el peregrino podía adquirir en la
ciudad, que se podrían denominar recuerdos piadosos, en los
cuales la vieira se constituyó como principal emblema
iconográfico.
La vieira se convertirá así en un símbolo universal y será
también utilizada en otras peregrinaciones (insignias,
ampollas para llevar aguas sagradas...).
Sagrarios, arcones, elementos de cerámica como
cantimploras, azulejos o utensilios de cocina como los
almireces son ejemplos de esta producción de objetos ligada
a la tradición jacobea.
A frecha amarela
José Antonio Robés
2001
B/N y color. Leica M6
Película Ilford 100 e 400
Donación do autor
Peregrinos llegando a
la plaza del Obradoiro
Jacobo Remuñán
2003
Color. Nikon S90X. 35-70
mm. F2’8
Película: Fuji Superia 100
Donación del autor
Vieira de peregrino (Pectem maximus)
Antes de 1120
Concha natural
Catedral de Santiago de Compostela
1
Arca de tapa convexa con
decoración de vieiras
Finais S. XV- principios S. XVI
Madeira de piñeiro, veludo e ferro
forxado
Talla, repuxado
Obradoiro castelán
Sagrario
2º tercio s. XVI
Madera tallada y policromada
Triacastela (Lugo)
Tirador de arca con vieira
Ca. S. XVII
Ferro forjado
Santiago de Compostela
Ampolla de peregrino
Plomo
Fundición a molde
S. XV
Cantimplora de peregrino en forma de concha
Ss. XVII-XVIII
Loza esmaltada
Cerámica de Alcora?
Azulejos
S. XVI (?)
Cerámica vidriada
Alfares de Triana (Sevilla)
Mortero con vieiras
S.XVI
Bronce fundido
Escuela compostelana
Daga de misericordia
S. XVI
Acero
Taller español
2
EL CAMINO Y LAS INFRAESTRUCTURAS
A raíz del inicio de la peregrinación a Compostela comienza a
fijarse la ruta de viaje. Ésta irá variando a causa de distintos
motivos como circunstancias políticas, aparición de nuevos
núcleos de población, construcción de puentes y calzadas,
establecimiento de hospitales y hospederías, de forma que
llega a fijarse un trazado clásico que se mantendrá por
espacio de siglos. Este es el trazado que en el s. XII nos
relata el Liber Sancti Iacobi en su libro V, más conocido como
“La guía del peregrino”, documento de inestimable valor para
conocer el viaje de los peregrinos que, partiendo de Tours,
Vezelay y Le Puy, entraban en la Península Ibérica por
Roncesvalles, y el que, saliendo de Saint Gilles, llegaba al
puerto de Somport, juntándose todos en Puente la Reina para
continuar, ya en una sola ruta, hasta Compostela.
----Divide el Liber el viaje en trece jornadas desiguales y
desmesuradas algunas de ellas, incluso para recorrer a
caballo. Habla también de los nombres de las villas, de los
grandes hospitales, de las tierras, de las gentes y de sus
costumbres. Es, en resumen, una guía descriptiva y práctica,
llena de consejos útiles para ayudar al peregrino y facilitar su
viaje.
Los dos caminos pirenaicos discurren separadamente hasta
llegar a la zona de Óbanos-Puente la Reina donde confluyen,
saliendo de esa localidad por la ruta que marca el puente
románico sobre el río Arga.
Puente la Reina, Ponte Regina en la documentación
medieval, es una de las poblaciones creadas por decisión real
para apoyar la peregrinación jacobea, con un desarrollo
urbanístico típicamente lineal marcado por una calle central,
la Calle Mayor o de los Romeros.
Puente de Puente la Reina (Navarra)
----Uno de los capítulos de este Libro V trata de los nombres de
las tierras y de las cualidades de las gentes que se
encuentran en el Camino de Santiago. Tras hablar duramente
de vascos y navarros, pasa a describir las tierras de Castilla y
Galicia:
“... una vez pasados los Montes de Oca, hacia Burgos, sigue
la tierra de los españoles, a saber Castilla y Campos. Esta
tierra está llena de tesoros, abunda en oro y plata, telas y
fortísimos caballos, y es fértil en pan, vino, carne, pescados, leche
y miel. Sin embargo carece de árboles... Después, pasada la
tierra de León y los puertos del monte Irago y el monte
Cebreiro se encuentra la tierra de los gallegos. Abunda en
bosques, y es agradable por sus ríos, sus prados y riquísimos
manzanales, sus buenas frutas y sus clarísimas fuentes, es
rara en ciudades, villas y sembrados. Escasea en trigo y vino,
abunda en centeno y sidra, en ganados y caballerías, en leche
y miel y en grandísimos y pequeños peces de mar, y es rica
en oro y plata y en tejidos y pieles silvestres y en otras
riquezas, sobre todo en tesoros sarracenos”.
La entrada del camino en Galicia desde el Cebreiro
----3
Habla ya el Códice Calixtino de las dos posibles entradas en
la Península Ibérica a través de los Pirineos: Portus Cisere o
Port de Cize que comunica con el Roncesvalles navarro y el
Summo Portu, o Somport aragonés. En cada uno de estos
lugares, dos importantes hospitales, el de Santa María y el de
Santa Cristina, acogían a los peregrinos, ofreciéndoles el
necesario descanso y cuidado tras la dura etapa de viaje que
suponía cruzar los Pirineos. Hoy, el hospital de Santa Cristina
desapareció por competo, pero el de Roncesvalles sigue
prestando ayuda a los viajeros con la misma dedicación que
en tiempos pasados.
Acaba esta guía del peregrino con una detallada descripción
de la calidad de la ciudad y basílica de Santiago, Apóstol
de Galicia, donde se citan las puertas de la ciudad y sus
iglesias, y se describe con gran detalle la catedral con sus
medidas, el número de ventanas, los pórticos, las torres, el
altar y las lámparas, y se aportan datos sobre los canteros
que intervinieron en su fábrica, así como las fechas de inicio y
remate de la obra. Es este texto de una importancia
extraordinaria para el conocimiento de la Catedral y su
entorno, de aspectos que con el tiempo variaron o
desaparecieron.
Puerto de Somport en el Pirineo (Huesca)
Puerta de Mazarelos (Santiago de Compostela)
----La bebida era una de las necesidades primordiales de los
peregrinos. Era fundamental porque las condiciones de
higiene hacían muy peligroso el consumo indiscriminado de
cualquier agua. Esta lógica importancia la vemos confirmada
en el Códice Calixtino que dedica un capítulo a enumerar los
buenos y malos ríos que se encuentran en el Camino de
Santiago. Entre otras corrientes malsanas, habla del río
Salado, en Navarra, del que dice “allí guárdate de beber ni tú
ni tu caballo, pues el río es mortífero”. Entre otras corrientes
potables cita los ríos Pisuerga, Carrión, Esla, Valcarce, Sil,
Miño y Sar.
Puente sobre el Río Salado en las proximidades de
Lorca (Navarra)
-----
Bula del Papa Gregorio XIII por la
que se les concede indulgencia
plenaria in articulo mortis a los
enfermos, peregrinos y demás
miembros del Hospital del Rey de
Burgos fundado por Alfonso VIII
Roma, 1574, febreiro, 13
Original con sello de plomo colgado
Pergamino, manuscrito
El propio camino hizo surgir a lo largo de su trazado núcleos
de población con una característica disposición lineal. La
Calle Real o Calle Mayor de tantos pueblos y villas no es más
que el viejo camino a lo largo del cual fue creciendo la
población. Pero frente a estos núcleos de nacimiento y
desarrollo, más o menos espontáneos, hubo poblaciones de
nueva creación, favorecidas por decisiones reales, debido a su
directa vinculación con el Camino Jacobeo. Como se puede
observar en los mapas, la ruta de peregrinación ha dejado
una amplia resonancia en la toponimia.
4
Los puentes adquieren una importancia extraordinaria a
partir del s. XI como elementos indispensables en la
infraestructura del camino. Los peregrinos estaban exentos
de pagar el derecho de pontazgo, aunque en muchas
ocasiones la avaricia y la astucia convertían en teoría este
privilegio. En la historia de la peregrinación figuran con
nombre propio “puenteadores” como Petrus Peregrini, Santo
Domingo de la Calzada, San Juan de Ortega e incluso el
Maestro Mateo.
Formando parte del camino, como un servicio más de ayuda
al peregrino, la arquitectura religiosa fue la parcela más
cuidada y privilegiada. Al final de la jornada, el caminante
necesitaba un lugar donde descansar, y al mismo tiempo
acrecentar la motivación espiritual que le hiciera emprender
la marcha. Esto explica también que con frecuencia se
desviaran de las rutas principales para visitar otros lugares
donde
se
veneraban
reliquias
o
se
celebraban
acontecimientos religiosos.
Castrillo de los Polvazares (León)
Puente Romano de Leboreiro (A Coruña)
Ligado a esto están las advocaciones de los centros surgidos
al amparo de la peregrinación, no sólo en los lugares de culto
dedicados a Santiago, sino también a la Virgen del Camino o
de la Rúa, a la Virgen Peregrina, San Roque, San Miguel y a
la Virgen de Rocamador, culto muy difundido por los
peregrinos franceses.
----Las cruces y cruceiros son elementos integrantes del
Camino que, en madera o piedra, surgen como instrumentos
piadosos, cumplimiento de un voto o imploración de gracias.
Con el avance de la peregrinación se convierten en hitos que
marcan la ruta y, a la vez, en puntos de descanso.
Los milladoiros son montones de pequeñas piedras
formados a partir del antiguo rito, posteriormente
cristianizado, de invocar a las divinidades protectoras de los
caminantes tirando una piedra en ciertos lugares. Hoy
subsisten muy pocos relacionados con el Camino: el de
Foncebadón, restos cubiertos por la vegetación en el Monte
do Gozo, y la huella toponímica del que hubo en el lugar de
Milladoiro, en las inmediaciones de Santiago.
Cruceiro de Lameiros (Lugo)
-----
Iglesia de San Miguel. Corullón (León)
----Los orígenes del culto a Santiago en Portugal se remontan a
una época anterior a la propia formación de la nación en
1143. Desde fechas muy tempranas se generó un flujo de
peregrinos hacia Compostela. La red viaria utilizada constaba
de, al menos, siete vías, con una densa trama de caminos
intermedios que en sentido sur-norte conducían hasta la
frontera gallega. Los peregrinos se concentraban sobre todo
en la región de Entre-Douro y Minho, con Ponte da Lima como
principal nudo de comunicación, y en las ciudades portuarias
de Viana y Porto debido a la importancia que también tenía la
vía marítima que se iniciaba en Lisboa.
5
De la importancia de esta vía marítima da fe el milagro en el
que se narra como, cuando se festejaba en Bouças la boda de
un joven señor de la zona, pasaba a lo largo de la costa de
Portucale el barco que llevaba a Galicia el cuerpo del Apóstol.
De manera inesperada un caballo desbocado entró en el mar
con su jinete y cuando todos desesperaban ya de que saliese
con vida, el caballero y su montura salieron del agua con el
cuerpo cubierto de vieiras, que desde entonces se
convirtieron en el símbolo de Santiago.
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici,
Coimbra
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici,
Lisboa y Oporto
----Varios factores condicionan la elección de un camino:
geográficos, cuando, para evitar un puerto de montaña o el
paso de un río, se elige una ruta más fácil aunque haya que
dar un rodeo; políticos, como problemas internos o
enfrentamientos entre países, que cortan el fluir de
peregrinos por ciertas zonas; religiosos, como la visita en
tránsito a una iglesia. La densidad de centros hospitalarios y
la protección jurídica y física que se ofrecía al viajero también
acrecentaba la importancia de ciertas rutas. Aún así, el
camino por excelencia es el llamado “Camino Francés”. Su
tradición nunca se perdió, como vemos en los viajes de fecha
más tardía, en las que se mantienen las mismas etapas que
por primera vez marcó el Liber Sancti Iacobi.
-----
Los establecimientos de albergue y ayuda del peregrino
constituyen la infraestructura fundamental del camino. Desde
el principio, el ejercicio de la hospitalidad fue asumido por los
monasterios, pero a la vez se crearon hospitales a cargo de
otras instituciones eclesiásticas, laicas o particulares.
Los primeros hospitales se fundaron en lugares de paso muy
difícil, como los puertos de montaña: Somport, Roncesvalles
y O Cebreiro. Después, la ruta jacobea fue ampliando y
mejorando sus establecimientos de albergue, de forma que
una tupida red de hospitales, posadas y mesones acogían a
los peregrinos.
Otro aspecto importante fue la defensa y protección del
peregrino. Además del volumen de medidas jurídicas
encaminadas a este fin, tuvo un gran valor la defensa física
que ofrecían los castillos, torres y fortalezas a lo largo del
camino. Ésta fue también la finalidad principal que tuvieron
las Órdenes Militares.
Hospital de la Reina, Villafranca de Montes de Oca
(Burgos)
Puerta del Patio de los Romeros. Hospital del Rey
(Burgos)
----RUTAS MARÍTIMAS
Tan frecuente como las terrestres fueron las rutas marítimas
para los peregrinos que desde la Europa nórdica, los Países
Bajos y las Islas Británicas viajaban a Compostela. Las
peregrinaciones inglesas por mar son las mejor
documentadas y por ellas sabemos detalles y circunstancias
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del viaje. Se conoce la organización, los permisos de flete, las
naves y el salvoconducto colectivo que se extendía a nombre
del armador del buque, los nombres y condición social de los
peregrinos que embarcaban y también los nombres de
algunas naves que hicieron el viaje en los ss. XIV y XV:
Gracedieu de Bristol, Trinitate de Falmouth. Conocemos
también los
principales puertos de embarque y
desembarque.
Los peregrinos ingleses podían hacer el viaje en travesía
directa aprovechando la proximidad del puerto de La Coruña
y de otras villas marineras de Galicia y del Cantábrico, o
cruzando el Canal de la Mancha hasta Burdeos. Esta última
debió ser la ruta más frecuente hasta finales del s. XIV, en el
que los avatares políticos impidieron el paso por Francia.
Carraca portando peregrinos del norte de Europa.
(Hans Burkmair. 1511)
VIAJEROS Y SUS CRÓNICAS
NOPAR, SEÑOR DE CAUMONT
Nopar, señor de Caumont, realiza su peregrinación a
Compostela en 1417. Su relato no es más que un itinerario en
el que sólo se detiene en la narración del Milagro del
Ahorcado, localizado en Santo Domingo de la Calzada.
Saliendo de la tierra de su señorío, sigue al detalle la guía del
Liber Sancti Iacobi, citando numerosas localidades y la
distancia en leguas entre ellas. Tiene el interés de contarnos
su viaje a Fisterra enumerando algunos de los lugares por los
que pasa. Nos confirma así la importancia que esta visita
tenía para los peregrinos, que continuaban el viaje para
conocer también aquellos parajes que las leyendas hicieron
famosos por su relación con el Apóstol Santiago.
Vista del Cabo Fisterra (A Coruña)
Lauda gremial con vieira y tijera.
Cementerio de Santa María de Noya (A Coruña)
Camino e iglesia de Santa María (León)
Muralla de Mansilla de las Mulas (León)
HERMAN KÜNIG VON VACH
Herman Künig von Vach, monje de la zona de Estrasburgo,
redactó a finales del s. XV una guía en verso para los
peregrinos alemanes, que debió de tener un gran éxito a
juzgar por las numerosas ediciones que de ella se hicieron.
En su viaje sigue caminos diferentes a la ida y a la vuelta. El
de ida, la Obere Strasse, comienza en el santuario suizo de
Einseindeln, cruza los Alpes y, a través de la “vía tolosana”,
entra en la Península por Roncesvalles. A partir de aquí, sigue
las etapas de la guía del Liber Sancti Iacobi, citando pocos
lugares y con algunas variantes como es el dar un rodeo por
Lugo para evitar la dura subida al Cebreiro o llegar a
Ponferrada por el Puerto del Manzanal, evitando el difícil paso
del alto de Foncebadón. En León indica también el camino
que lleva a San Salvador de Oviedo.
El viaje de vuelta, la Nieder Strasse, lo hace igual hasta
Burgos, pero allí cambia de ruta y se desvía hasta Irún,
recorre el oeste de Francia y los Países Bajos hasta llegar a
Aquisgrán, donde finaliza su relato, aunque señala también
en este tramo varios desvíos.
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El sentido práctico de esta guía se nota en el afán por citar las
distancias, las diferentes monedas, los hospitales, los
albergues y demás necesidades del viajero, sin detenerse en
descripciones ni recrearse en narraciones.
Capilla de Santiago, Roncesvalles (Navarra)
Vista general desde la subida a la Laguna de Castilla,
La Faba (León)
ciudad de Santiago, dejándonos testimonio escrito de la
intensa lluvia compostelana.
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici.
Pontevedra. Padrón.
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici.
Puerto de A Coruña.
COSME III DE MÉDICI
DOMENICO LAFFI
Con el fin de la Edad Media, las transformaciones de los
modos de vida y pensamiento se reflejan en un cambio de
sentido de la peregrinación. El mayor afán de conocimiento
provoca la llamada “peregrinación caballeresca”, en la que el
principal objetivo no es la meta final sino una etapa más de
un amplio viaje al que bien podemos denominar “ruta
turístico-religiosa”. En estos casos, el itinerario no es el
tradicional.
Aunque contemporáneo de Cosme III de Médici, Domenico
Laffi, sacerdote de Bolonia, realizó el viaje a Compostela con
fines y medios muy diferentes. A pie, vestido de peregrino y
con el devoto fin de visitar la tumba del Apóstol, parte en
1670 de su ciudad natal siguiendo la ruta de los peregrinos
italianos y recorriendo el Camino Francés tradicional.
Continúa hasta Fisterra, citando ciertos topónimos de difícil
identificación.
Cosme III de Médici, movido por cuestiones personales y
también por una gran religiosidad, emprende a finales de
1668 un largo viaje en el que, partiendo de Florencia y
recorriendo gran parte de la Península Ibérica, pasará por
Santiago para embarcar en A Coruña hacia las Islas
Británicas. Le acompaña una pequeña corte de unas 40
personas, entre las que se encuentra Lorenzo Megalotti, que
será el encargado de realizar el relato oficial, y Pier María
Baldi, que lo ilustrará con acuarelas.
Por su relato sabemos que en estas fechas las dificultades y
los peligros que acosaban a los peregrinos seguían siendo los
mismos que en la Edad Media: el alojamiento, la comida, los
bandidos, las enfermedades y el paso de los ríos. Pero
también se hace evidente la decadencia de la peregrinación
cuando cuenta que los peregrinos eran escasos y mirados con
admiración.
Con este viaje podemos reconstruir las costumbres, la cultura
y el arte de la España del s. XVII, bajo la dura crítica del
cronista oficial, que hace una detallada descripción de la
GUILLERMO MANIER
Puente sobre el Tambre (A Coruña)
En el s. XVII aparecen medidas favorecedoras del auténtico
peregrino pero, a la vez, dificultan el viaje y provocarán la
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decadencia de la peregrinación. En esa época, los peregrinos
eran, fundamentalmente, artesanos y labradores y, en
ocasiones, la piedad se mezclaba con el ansia de aventura,
como sucede con el sastre francés Guillermo Manier, vecino
de Carlepont, que viaja a Compostela en 1726. Curioso,
relata todo lo que considera interesante, describiendo las
tierras que atraviesa, las comidas, la belleza de las mujeres y
su manera de vestir.
Acompañado de tres amigos, entra por Irún y sigue luego el
Camino Francés desde Santo Domingo de la Calzada. Es el
primero en ver la Catedral desde San Marcos por lo que lo
nombran “Rey” sus compañeros. Describe con detalle la
ciudad de Santiago y, sobre todo, el menú con que cada
convento obsequiaba a los peregrinos. Compra recuerdos y
recorre los mesones. En su viaje de regreso sigue otra ruta
para poder visitar San Salvador de Oviedo.
Puente sobre el Hormazuela (Hornillos del Camino,
Burgos)
Cruz de madera de Foncebadón (León)
NICOLA ALBANI
El relato dejado por Nicola Albani de su viaje desde Nápoles
hasta Compostela a mediados de 1743 y su estancia en
Lisboa hasta 1745 es una prueba de la transformación que
sufrió la peregrinación en el paso del tiempo, en franca
decadencia a mediados del s. XVIII. A menudo, el aventurero
y el pícaro se mezclan en el camino con el verdadero
peregrino.
Nicola Albani, después de su estancia en la ciudad apostólica,
se traslada a Lisboa donde trabaja con un comerciante de
vinos, volviendo de nuevo a Compostela para el Año Santo de
1745 y retornar posteriormente a su ciudad natal de Melfi.
En sus dos tomos, que constituyen su curiosa narración
(Verídica Historia ó sia Viaggio da Napoli a San Giacomo…),
deja recogida una visión muy animada de sus profundos
convencimientos personales y de sus aventuras entre las que
destaca la lucha con un bandido sostenida cerca de Ponte de
Lima. El manuscrito conservado se ilustra con una importante
documentación gráfica donde se aprecian vistas de grandes
ciudades, santuarios marianos y acuarelas relativas a sus
aventuras más destacadas.
Nicola Albani en Nápoles
Aventura de Nicola Albani cerca de Ponte de Limia
RITUALES DE PEREGRINACIÓN
A partir del s. XV, los peregrinos que llegaban a Santiago
recibían como certificado de su peregrinación la
“Compostela”. Este documento confirmaba la peregrinación al
sepulcro del Apóstol, al tiempo que servía de justificante para
recibir las ayudas necesarias durante el viaje y, de esta
manera, evitar que fueran disfrutadas por falsos peregrinos.
Los peregrinos que llegaban a Santiago a lo largo del año en
el que la fiesta del Apóstol coincidía en domingo, obtenían el
“jubileo”, es decir, una indulgencia plenaria para todos los
pecados.
Los peregrinos, además de visitar el cuerpo de Santiago,
podían venerar las reliquias de otros santos. Con la idea de
reunir estas reliquias y facilitar su exposición, se encargó la
construcción de un retablo con gran número de nichos.
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Bernardo Cabrera, como ensamblador, y Gregorio Español,
como escultor, lo realizaron entre los años 1625 y 1630
habilitando el Panteón Real como Capilla de las Reliquias.
Desafortunadamente, este retablo fue destruido por un
incendio a comienzos del s. XX.
El grabado con la procesión de peregrinos en Compostela, es
una de las excepcionales ilustraciones sobre los rituales de
peregrinación en la propia ciudad de Santiago. Aunque se le
da el título de Procesión de Peregrinos, se trata, más bien, de
una de las celebraciones litúrgicas más importantes del año,
posiblemente la fiesta de Santiago.
“Compostela”
Santiago de Compostela, Melchor de Prado
1820
Papel, grabado a buril
Tirada de taco original
Iubileo Plenísimo en la Santa y Apostólica iglesia
de Santiago de Galicia
1666
Tirada de taco original
Relación de las Sagradas Reliquias que
se veneran en su Capilla de la Santa
Apostólica Metropolitana Basílica Mayor
de Santiago de Compostela
Santiago, J. Soto
1898
Litografía.
Procesión de peregrinos en Compostela
Les delices de l’Espagne et du Portugal,I
Juan Álvarez de Colmenar
Leiden, Pierre Boudewyn van der Aa,
grabador y editor
1707
Impreso
RECUERDOS DE LA PEREGRINACIÓN
Aparte de los beneficios espirituales que comportaba la
peregrinación, los peregrinos podían llevar como recuerdo de
la misma una serie de souvenirs que servirían para recordar
su estancia en Compostela.
Entre estos objetos, los más característicos fueron los
trabajados en azabache, aunque también se hacían en otros
materiales no tan costosos. En cuanto a su procedencia, no
siempre fue Compostela, ya que muchas de estas piezas con
iconografía jacobea se realizaban en otros lugares.
Los motivos más frecuentes eran diversas iconografías de
Santiago, la vieira y la representación de peregrinos. Los
objetos eran también variados: medallas, insignias,
calabazas, campanitas, etc.
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Fuente con vista de Santiago
Pickman y Cía.
2ª mitad s. XIX
Loza estampada
Medallas
conmemorativas
de años santos
s. XIX y XX
Plata y bronce
Plato con vista de Santiago
Real Fábrica de Sargadelos
1845-1862
Santiago Peregrino
s. XX
Azabache
Medallón con la imagen de Santiago Matamoros
Realizado en Filipinas o Tierra Santa
Finales s. XVIII-principios s. XIX
Nácar
Campanita con Santiago Matamoros
s. XX
Bronce
Santiago
s. XIX
Diente de cachalote
LIBROS DE VIAJE
El Códice Calixtino conservado en el archivo de la Catedral de
Santiago constituye el primer ejemplar del Liber Sancti
Jacobi, gran compilación anónima que recoge, en cinco libros,
diversos textos referentes al Apóstol: textos litúrgicos,
milagros, las hazañas de Carlomagno en España,
composiciones musicales y, en el libro quinto, la Guía del
Peregrino. La compilación, atribuida al papa Calixto II, está
dedicada a Gelmírez y al patriarca de Jerusalén, uniendo, de
este modo simbólico, los tres grandes centros de
peregrinación. Como dato curioso destaca el hecho de que en
un texto intercalado en el Códice en el s. XV, se hace la
primera mención del botafumeiro.
La copia del Códice de la Universidad de Salamanca es
probablemente derivación de un gemelo del ejemplar
compostelano. Consta, igualmente, de cinco libros aunque
11
carece de la escritura musical y apéndices del original,
además de otras diferencias.
El libro Die Walfart und Strass zu Sant Jacob de Hermann
Künig von Vach es la única guía de peregrinación en sentido
estricto, ya que las demás obras alemanas, más o menos
contemporáneas, son relatos del viaje. Las sucesivas
reediciones de la obra tienen pequeñas variantes según el
lugar de impresión ya que, al tener un uso eminentemente
práctico, los intereses de los peregrinos eran, lógicamente,
distintos. Por otra parte, su inspiración en obras de carácter
popular se confirma por el hecho de que algunos pasajes se
encuentran en el cantar de peregrinos Wer das elend bauwen
Hill, así como por el estilo de sus grabados.
Códice Calixtino
Facsímil del original del archivo de
la catedral de Santiago
Scriptorium compostelano
ca. 1160
Manuscrito miniado, pergamino
El Códice Calixtino reúne en cinco libros un conjunto singular de
textos sobre el apóstol (textos litúrgicos, milagros, translatio,
hazañas de Carlomagno, música…). El libro V, conocido como “Guía
del Peregrino” se atribuye a Aymerico Picaud de Parthenay y recoge
la primera descripción del Camino de Santiago. Es de interés la
información sobre lugares, las gentes, las costumbres y la tradición
de los parajes por los que discurre desde Francia.
“El Camino de Santiago en
España realizado en los años
1983-1984. 1986”
Ikeda Munehiro
Papel japonés, tinta, acuarela
1983-1986
El artista japonés Munehiro Ikeda plasma, atendiendo a su
concepción oriental, una curiosa visión del recorrido del Camino de
Santiago en su tramo español elaborando una sorprendente y
exhaustiva “Guía del Peregrino”. Representa uno de los últimos
testimonios del género iniciado en el s. XII con el Liber Sancti
Iacobi (Códice Calixtino).
CARTELA pantalla
EL CAMINO DE SANTIAGO EN ESPAÑA. 1983-1986
IKEDA MUNEHIRO
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INDUMENTARIA DEL PEREGRINO
La indumentaria de los peregrinos consistía en sombrero de
ala ancha, capa, cayado o báculo, zurrón y una calabaza para
guardar la bebida. Esta indumentaria, una vez rematada la
peregrinación, era reutilizada por los peregrinos en
procesiones o era donada a algún monasterio. Algunos
peregrinos se hacían enterrar con ella simbolizando su acceso
a la otra vida.
Cuando los peregrinos llegaban a Santiago, recibían una
vieira que llevaban de vuelta a su lugar de origen. Hasta el s.
XIV las fijaban casi siempre en sus zurrones, más tarde en el
sombrero o en el abrigo. Serviría como certificado de la
peregrinación rematada y como garantía de ayudas y
privilegios.
En la Edad Media tardía, la vieira se convirtió en un atributo
genérico del peregrino, manteniéndose como distintivo del
peregrino a Santiago.
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INDULGENCIAS A LA COFRADÍA DEL HOSPITAL
REAL DE SANTIAGO
Las gracias espirituales concedidas por los Sumos Pontífices a
las instituciones que realizan obras asistenciales están
consignadas en bulas.
En el año 1499, el papa Alejandro VI promulga una bula por
la que se concede licencia a los Reyes Católicos para la
construcción de un hospital que albergue a los peregrinos y a
la institución de la Cofradía del Apóstol Santiago.
El conjunto de indulgencias y gracias espirituales otorgadas al
Hospital Real de Santiago, se administran a través de su
Cofradía. Estas gracias se daban a conocer a los fieles
mediante su predicación, y se publicaba un sumario de sus
beneficios espirituales.
Indulgencia et Cofradía del Hospital de
Señor Santiago
Valladolid, 1504
Xilografía
Tirada del taco original
Sumario y Recopilación de las Gracias, e
Indulgencias concedidas por diferentes
Sumos Pontífices a la Casa y Real Hospital de
Santiago de Galicia, y a los Cofrades de la
Cofradía, teniendo la bula de la Santa
Cruzada, de la Publicación y Predicación e
cada año.
Escuela compostelana
1755, setiembre, 1
Tirada del taco original
DOCUMENTOS Y LIBROS RELATIVOS A LA ORDEN DE
SANTIAGO
Regla y constituciones de las
Comendadoras de Santiago
1615
Pergamino y papel
Una de las más importantes obras recopilatorias sobre la Orden de
Santiago, destinada a recoger la historia, la regla y los
establecimientos santiaguistas. Se elaboró por orden de Felipe II
con la intención de compilar en ella todos los establecimientos
espirituales no incluidos en libros anteriores, es decir, todas las
normas religiosas antiguas y nuevas que afectaban a sus frailes y
caballeros. Otro dato de interés de esta obra es que, como muchas
otras de esta época sobre la Orden de Santiago, está escrita en
castellano y ya no en latín con el fin de que su contenido fuera
ampliamente comprendido por todos los santiaguistas y la sociedad
letrada en general.
Testimonio de cómo se armó Cavallero de la Orden
de Santiago y se dio el avito ynsignias della a Don
Luís Montilla y Mendoza
Madrid
1675
Papel, manuscrito, sello de cuarto de 10 maravedíes
Documento manuscrito en el que se describe pormenorizadamente
el ritual empleado para armar a un caballero de la Orden de
Santiago, con la entrega de las correspondientes insignias. En él se
enumeran también a las personas presentes en ese acto.
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Apología por el hábito del Santo Domingo en le
Orden de Santiago, y Alegación a favor de la
Orden de Santiago, por su Santo Domingo de
Guzmán, patriarcha, fundador de la de
Predicadores
José López Agurleta
Alcalá de Henares, Manuel de Moya, impresor
1725
Impresión tipográfica en papel, pergamino
Obra que trata de la relación entre la Orden de Santiago y la Orden
religiosa de Predicadores fundada por Santo Domingo de Guzmán.
Este santo parece que entró a formar parte de la Orden de
Santiago, según la historia, a partir de los catorce o quince años ya
que guardaba cierto parentesco con el Primer Maestre de ésta.
Laurea legalis decana salmantina de jure quatuor
ordinum militarum Divi Jacobi, Calatravae,
Alcantarae et Montesae
Bernardino Antonio Franco Valdés
Salamanca, Antonio Villarroel y Torres, impresor
1740-1744
Impreso, grabado a buril
III vols.
Obra magna acerca de los derechos, privilegios, exenciones,
jurisdicción espiritual y gobierno temporal de las órdenes militares
de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Se presenta la obra
como utilísima para discernir los privilegios de estas y conducir con
acierto sus causas judiciales. De esta manera, en sus diversos
capítulos se tratan temas como la fundación y organización interna
de las órdenes religiosas de carácter militar, la potestad de sus
maestres y los deberes y los derechos de los diferentes miembros;
la jurisdicción eclesiástica de las órdenes en sus pueblos e iglesias
y los ejercicios correspondientes a los frailes, sacerdotes y a las
monjas de Santiago y Calatrava.
SANTOS PEREGRINOS
Dentro del capítulo de los santos peregrinos, san Roque,
invocado, sobre todo, contra la peste, gozó de gran
predicamento en Galicia y de modo particular en Santiago.
Así, en Compostela, a raíz de la terrible peste de 1517 y por
decisión del Ayuntamiento y del Cabildo, quedó instituida la
Cofradía de San Roque, debiendo guardarse desde ese
momento en la ciudad su día como festivo.
El culto a la Virgen Peregrina surge en sus orígenes como
advocación a la Virgen del Camino. Aparecen ejemplos
dispersos en Alemania y Francia, y arraiga en focos aislados
de La Rioja y León. En Galicia, se venera, sobre todo, en
Pontevedra, donde es Patrona de la ciudad.
La doble acepción que la palabra peregrino tuvo
antiguamente –extranjero y caminante– llevó en la Edad
Media a representar a Cristo y a la Virgen como peregrinos.
Una de las imágenes más tempranas de esta interpretación la
tenemos en el claustro de Santo Domingo de Silos, donde se
representa en el episodio de Emaús a Cristo y sus discípulos
con la vestimenta de peregrino.
San Alexo
Primer 1/3 S. XVII
Madera tallada y
policromada
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Santa Isabel de Portugal
1º tercio s. XVIII (¿)
Madera policromada y dorada
Inscripción: “Sta YSABEL Ra DE PORTUGAL
ARAGONESA”
Tobías y el arcángel San Rafael
Primera mitad S. XVIII
Escuela española
Óleo sobre lienzo
La Divina Peregrina, Nª Sª del Refugio que se
venera en su capilla extramuros de la villa
Pontevedra, cuya congregación la dedica con
humilde sentimiento a su amabilísimo prelado, el
Exmo. Señor D.n Fr. Sebastián Malvar y Pinto,
Caballero prelado, Gran Cruz de la R.l distinguida Orn.
de Carlos III. Arzobispo y Señor de Santiago &.ª
Santiago de Compostela, Luís Fernández Piedra
Antonio Rodríguez, dibujante
1778
Tirada de la plancha original
Frontal de altar con escenas de la vida
de San Martín
Escuela leridana
Último cuarto s. XIII
Pintura al temple sobre tabla
Lérida, Santa María de Palau de Rialb
Apoteósis jesuítica
S. XVIII
Óleo sobre lienzo
Crucifixión con Gloria, santos y ángeles
Francisco Antonio Vallejo
1778
Óleo sobre lienzo
San Julián el Hospitalario
1ª mitad s. XVIII
Pintura al agua sobre cristal
San Roque
1º tercio s. XVIII
Madera tallada
Depósito J. Varela Villamor
San Roque
1º tercio s. XVIII
Madera tallada
Depósito J. Varela Villamor
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Retrato de Cosme III de Médici (1642-1723)
Escuela florentina. Anónimo
1º decenio s. XVIII
Óleo sobre lienzo
Donación de Alberto Bruschi (Anticuario de Florencia)
En los días posteriores al nacimiento en Florencia del gran duque
de Toscana, Cosme III de Médici, se representa en la cámara de su
madre Vittoria Della Róvere una obra músico-teatral que se
repetirá en cada aniversario de la feliz fecha, y que se titularía Il
Pellegrino. En el futuro, esta casualidad llevaría a Cosme III a ser
no sólo el Médici que más viajó, sino a actuar como un verdadero
peregrino que visitó docenas de centros de peregrinación, entre
ellos, Compostela. En su gobierno, tuvo un afán reformador
esforzándose por mejorar la iglesia local y los sistemas judicial y
financiero. También continuó fiel a la tradición familiar de fomento
de la creatividad, coleccionismo y mecenazgo de las artes del
estado florentino. Este retrato, probablemente destinado a una de
las muchas oficinas ducales dispersas por la Toscana, es una
variante de un lienzo atribuido al afamado pintor Giuseppe Maria
Crespi. En él, Cosme III, hombre poco agraciado pero de gran
dignidad y consideración social, es retratado en un ambiente de
efectos tenebrosos, con una vestimenta negra de estilo indefinido
sobre la que resalta la cruz roja de la Orden de los Caballeros de
San Esteban.
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