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― HISTORIA Y ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA ―
INTRODUCCIÓN
El papel de la literatura en la vida del ser humano es incuestionable: como forma de creación
artística capaz de expresar la esencia de nuestros sentimientos, como vehículo de evasión de la
rutina diaria, como medio para dar una nueva visión al mundo que nos rodea y, en definitiva,
como puente emocional para unir a pueblos y culturas diferentes. En muchos casos, la literatura
se presenta como salvadora del hombre perdido en la infinidad y complejidad del universo a su
alrededor, quien, mediante la escritura, es capaz de liberar sus miedos, sus obsesiones y su
soledad, en espera de que alguien, en algún lugar y tiempo, llegue a identificarse con su obra.
Pero, ¿qué es literatura? Ante todo, literatura es libertad, libertad para decir lo que se piensa y
siente, por encima de épocas, convenciones sociales y regímenes políticos. Sin embargo, lo que
realmente diferencia a la literatura de la libertad de expresión es la belleza estética de lo que se
escribe, que hace que la conciencia colectiva identifique inmediatamente los valores literarios de
un texto y lo considere digno de pertenecer al acervo cultural de una sociedad.
Si bien es verdad que la literatura ha existido desde los orígenes mismos de la humanidad, bajo
la forma de expresiones orales de sentimientos y vida social (rezos, canciones, leyendas…), se
considera que los orígenes de la literatura propiamente dicha se remontan a la aparición de los
primeros textos escritos. Las más antiguas muestras literarias en la España primitiva son
creaciones populares de carácter anónimo que se transmitían oralmente de generación en
generación (canciones de trabajo y celebración, romances, juegos…). Posteriormente, en el siglo
XI, surgen las primeras manifestaciones escritas de la literatura española, las jarchas,
compuestas en el dialecto mozárabe peninsular y resultado de la fusión de las culturas cristiana,
árabe y judía que convivían en la Península. Durante la Edad Media, la literatura española se
divide en dos grandes corrientes creativas: por un lado, la literatura popular da origen en el
siglo XII a la poesía épica, transmitida de forma oral por juglares errantes; por otro lado, la
literatura culta está formada por una rama profana (lírica) y otra religiosa (mester de
clerecía), que se difunden desde sus respectivos centros culturales (Galicia-Portugal y
monasterios medievales). Dentro de la corriente popular de carácter épico sobresale el “Cantar
de mio Cid”, primera gran obra extensa de la literatura española; por otra parte, la lírica
galaico-portuguesa y la poesía de Gonzalo de Berceo y Juan Ruiz (arcipreste de Hita) son los
principales representantes de la corriente culta durante los siglos XIII y XIV. La primitiva
prosa castellana se desarrolló particularmente durante el siglo XIII gracias a la tarea creadora
y traductora de Alfonso X el Sabio, labor que continuaría don Juan Manuel en el siglo XIV.
El Humanismo del siglo XV, periodo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, tiene
como principales exponentes “La Celestina” (obra de crítica social y precursora de la novela
moderna) y “Amadís de Gaula” (libro de caballerías que sirvió de inspiración a los
conquistadores del Nuevo Mundo). El Renacimiento del siglo XVI trae consigo una recuperación
de los valores clásicos de la Antigüedad grecolatina y una dignificación del ser humano; las
principales figuras literarias de este periodo son Garcilaso de la Vega, fray Luis de León, san
Juan de la Cruz (en poesía) y “Lazarillo de Tormes” (en prosa). El Siglo de Oro —término
artístico que engloba la incomparable producción literaria española en el periodo comprendido
entre el final del Renacimiento y el Barroco del siglo XVII— viene marcado por la obra más
importante de las letras españolas y una de las cumbres de la literatura universal: “Don Quijote
de la Mancha”, de Miguel de Cervantes. Otros autores representativos de este periodo excelso de
la literatura española son Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Tirso de
Molina y Calderón de la Barca, cultivadores de los tres grandes géneros: poesía, prosa y teatro.
El panorama literario español del siglo XVIII aparece dominado por el espíritu de la
Ilustración, corriente filosófica iniciada en Francia que examina el conocimiento humano a la
luz de la razón y rechaza las creencias tradicionales, para de esta forma definir los valores que
nos llevarán a un mundo más justo y feliz. En oposición a esta corriente literaria basada en la
razón y el didactismo, surge igualmente un movimiento paralelo conocido como Neoclasicismo,
vertiente artística de las ideas ilustradas que intenta recuperar la belleza en la literatura. Los
principales representantes del panorama literario español del siglo XVIII son Nicolás
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― HISTORIA Y ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA ―
Fernández de Moratín (en teatro), Tomás de Iriarte, Félix María de Samaniego (en prosa), Juan
Meléndez Valdes, Leandro Fernández de Moratín (en poesía) y, en particular, Gaspar Melchor
de Jovellanos (en filosofía).
El siglo XIX se inicia bajo la influencia del Romanticismo, corriente literaria que se extiende por
toda Europa y que da rienda suelta a los sentimientos por encima de la razón. Dentro de la
literatura romántica española, los principales representantes son José de Espronceda, José
Zorrilla, Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro (poesía) y el duque de Rivas (teatro). En
prosa, surgen en el siglo XIX dos corrientes afines conocidas como Costumbrismo y Realismo,
que tratan de fusionar naturaleza y sociedad en la novela y cuyos más destacados autores son
Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas “Clarín”.
El siglo XX en las letras españolas se inicia bajo el signo de dos nuevas corrientes literarias
europeas: Modernismo y Vanguardismo; el primero (trasplantado al ámbito hispánico por el
nicaragüense Rubén Darío e introducido en España por el poeta Salvador Rueda) surge como
reacción al prosaísmo artístico del Realismo y busca un mayor refinamiento y sonoridad en el
lenguaje literario; el Vanguardismo, por su parte, es un movimiento innovador y radical que
transgrede intencionadamente las fronteras entre los sentimientos humanos y la artificiosidad
literaria en busca de nuevas creaciones (como las greguerías de Ramón Gómez de la Serna). Los
principales escritores vanguardistas y modernistas de la literatura española entre finales del
siglo XIX y primera mitad del XX se clasifican en dos grandes agrupaciones literarias:
Generación del 98 (formada por una serie de autores que se vieron profundamente afectados
por la crisis moral, política y social en España tras la pérdida de sus últimas colonias en 1898) y
Generación del 27 (compuesta por un grupo de poetas que se dieron a conocer alrededor del año
1927, tras su participación en el homenaje a Luis de Góngora en el tercer centenario de su
muerte). Los principales representantes de la Generación del 98 son Miguel de Unamuno, Pío
Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu (prosa), Antonio Machado (poesía), Jacinto Benavente y
Ramón María del Valle-Inclán (teatro), mientras que a la Generación del 27 pertenecen Pedro
Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Miguel
Hernández, Dámaso Alonso (poesía), Federico García Lorca y Miguel Mihura (teatro). Entre
ambas generaciones, y a mitad de camino entre el Modernismo y el Vanguardismo, se hallan
Gabriel Miró (prosa), Juan Ramón Jiménez (poesía) y el filósofo José Ortega y Gasset (que
ejerció una notable influencia en los autores de la Generación del 27).
La Guerra Civil española supone un punto de inflexión importante en la historia de la literatura
española. El trauma de la desintegración social y el exilio da paso a un vacío literario durante la
posguerra que únicamente es cubierto por la producción novelística de Camilo José Cela y
Carmen Laforet, el teatro de Antonio Buero Vallejo y la publicación de diversas revistas
culturales. En la década de 1950 comienzan a surgir una serie de autores que revitalizan la
escena literaria del país, como Miguel Delibes, Ignacio Aldecoa, Juan Goytisolo, Carmen Martín
Gaite, Ana María Matute, Rafael Sánchez Ferlosio, Rosa Chacel, Francisco Ayala (prosa),
Antonio Gamoneda, José Hierro y Gloria Fuertes (poesía). Los decenios de 1960 y 1970 traen
aires renovados a las letras españolas, con autores como Gonzalo Torrente Ballester, Juan
Benet, José Manuel Caballero Bonald, Luis Mateo Díez, Eduardo Mendoza (prosa), Álvaro
Pombo y Ana María Moix (poesía). Con la llegada de la democracia, muchos escritores exiliados
pueden regresar a España para continuar allí su producción literaria (como Max Aub y Ramón
J. Sender), al tiempo que otros compaginan su actividad literaria con colaboraciones en
periódicos y revistas de ideología más liberal, como Francisco Umbral, Javier Marías, Miguel
Sánchez-Ostiz, Juan Marsé, Rosa Montero, Julio Llamazares, Antonio Muñoz Molina, Manuel
Vázquez Montalbán y Antonio Gala. Ya en época contemporánea, algunos nombres dentro de la
amplia y abierta lista de autores destacados de la escena literaria española son los de Arturo
Pérez-Reverte, Juan Manuel de Prada, Enrique Vila-Matas, Carlos Ruiz Zafón, Santiago
Posteguillo, Javier Sierra, Almudena Grandes, Espido Freire, Lucía Etxebarría o Laura Gallego
(autora de literatura infantil), entre otros muchos.
El objetivo de esta HISTORIA Y ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA (HALE) es ofrecer
una visión general de los principales autores españoles y sus obras mediante el análisis
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― HISTORIA Y ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA ―
evolutivo de los géneros literarios en los que se inscriben, para de esta forma desentrañar sus
influencias y relaciones mutuas. Por otro lado, se incluye una selección antológica de textos de
las grandes obras que han marcado la historia de la literatura española que, si bien en ningún
caso pretende suplantar su lectura completa, ofrece una muestra fidedigna del lenguaje y el
estilo empleados por sus autores. HALE está dividido en cuatro secciones, correspondientes a
otros tantos periodos literarios: Literatura medieval (ss. XI-XV), Literatura renacentista
y Siglo de Oro (ss. XVI-XVII), Literatura moderna (ss. XVIII-XIX) y Literatura
contemporánea (ss. XX-XXI). Dentro de cada sección, se establece una posterior división en
capítulos de los tres grandes géneros literarios (prosa, poesía y teatro), clasificados por
periodos históricos. Cada capítulo, por su parte, se inicia con una introducción que sitúa el
contexto sociopolítico y la evolución literaria de las obras incluidas, y a continuación se
desarrollan los distintos epígrafes, correspondientes a géneros, autores u obras (lo que sea más
representativo en cada caso desde el punto de vista literario). Al final de cada capítulo, se
incluye un breve resumen de los contenidos más destacados, así como un apéndice bibliográfico
con reseñas de algunas de las principales obras literarias de cada periodo histórico y otras
lecturas relacionadas. Por último, HALE se completa con índices alfabéticos y cronológicos de
autores y fechas y diversos apéndices.
Como gran amante de la literatura española, mi propósito a la hora de escribir esta obra ha
sido el de ofrecer una visión rigurosa y ordenada de los autores y obras que han marcado la
historia de la literatura española, para mostrar no sólo su valor literario intrínseco, sino su
pertenencia a corrientes y movimientos generales que se han ido moldeando en consonancia con
la situación histórica, política y social de cada época.
Nanjing, 17 de noviembre de 2013
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