Fiscal sin terna - Corporación Viva la Ciudadanía

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Fiscal sin terna
José Hilario López Rincón
Abogado
El pasado martes, 29 de septiembre, la Corte Suprema de Justicia, finalmente
tomó la decisión mayoritaria de devolver la “terna” enviada por el presidente Álvaro
Uribe Vélez para elegir Fiscal General de la Nación. Como se recordará, el 3 de
julio, la Corte recibió la “terna” compuesta por el ex ministro y ex embajador de
Álvaro Uribe, Camilo Ospina, el ex consejero de Estado Juan Ángel Palacio y la ex
asesora jurídica de Uribe Vélez cuando éste fue gobernador de Antioquia.
De los tres ilustres juristas, ninguno tiene la más mínima experiencia en el área
penal y mucho menos en el campo específico del sistema penal acusatorio, como
ellos mismos lo han reconocido. Y como si lo anterior fuera poco, a cada uno le
salieron serios cuestionamientos de carácter ético.
La decisión de la Corte no tiene antecedentes, por la simple razón de que tampoco
tiene antecedentes la serie de hechos y actuaciones de un Presidente para
perpetuarse en el poder y de paso burlar el efímero equilibrio de poderes existente
en la precaria democracia colombiana.
Además de “persuadir” a congresistas mediante el cohecho para lograr la
aprobación de la reelección, las marionetas presidenciales han repartido notarías,
embajadas, consulados y contratos. Ya el Congreso eligió un Procurador para
Uribe y pretenden que la Corte le elija su Fiscal.
La elección del Fiscal General de la Nación por parte de la Corte Suprema de
Justicia no es asunto de poca importancia. No se trata de nombrar el Fiscal de la
Junta de Acción Comunal del barrio Tibabuyes. Se trata de escoger el funcionario
encargado de perseguir a los criminales que han azotado y siguen azotando al
país: aquellos que se aliaron con los paramilitares para tomarse el poder a sangre
y fuego, aquellos que se inventaron las macabras acciones militares de exterminio
de jóvenes desempleados, aquellos que se lucran del erario público, aquellos que
interceptan ilegalmente las conversaciones telefónicas de magistrados, periodistas
y opositores.
El Fiscal General de la Nación que elija la Corte deberá resolver entre otras, las
investigaciones contra los honorables ex congresistas vinculados al proceso de la
llamada parapolítica, todos ellos de origen uribista y que en consecuencia tocan
de manera directa o indirecta a quien elaboró la terna. En otras palabras, si Uribe
Vélez tuviese un poquito de decoro, que no lo tiene, debería haberse declarado
impedido para elaborar la lista. Así las cosas, desde su origen, la terna tiene
“reparos éticos”.
Se ha querido presentar la situación como una nueva oportunidad de la Corte
Suprema de Justicia para “enfrentarse” al todopoderoso presidente Uribe Vélez,
para contrariarlo y fastidiarlo. Han dicho que estamos ante a la dictadura de los
jueces y que los magistrados están faltando a su deber. No hay lectura más
simple.
Si bien es cierto que la Constitución Política determina que el Presidente elabora
la terna y la Corte escoge al Fiscal de esa terna, también es cierto que la
responsabilidad de la designación va más allá de la mecánica o del formalismo de
la votación.
En su estrategia de intervenir todo el aparato estatal, Uribe Vélez no ha tenido
reparo alguno en violentar la Constitución y así, la designación de los funcionarios
que deben ejercer el control sobre el Ejecutivo se ha convertido en una nueva
comedia. La Constitución estaba diseñada para que el Presidente no tuviese
ingerencia en la nominación de tales funcionarios durante su período. Sin
embargo, a partir de la ilegal reelección de Uribe Vélez, éste terminó señalando a
sus propios controladores. El ejemplo más palpable y presente es el del
Procurador.
Y ahora se pretende que también ocurra con el Fiscal General de la Nación.
Dentro de esa mecánica, la lista cumple con los objetivos uribistas pero no con las
exigencias constitucionales y legales.
Los palaciegos uribistas han coreado que el Presidente cumplió con elaborar la
lista según la Constitución, en la medida en que allí no se requiere que sean
abogados penalistas. No obstante como quiera que el sistema penal acusatorio
exige que el Fiscal General de la Nación debe asumir de manera directa la
investigación de ciertas competencias, no puede pretenderse que un funcionario
inexperto asuma ese rol.
La irresponsabilidad en la elaboración de la terna en modo alguno implica que
deba haber irresponsabilidad en la elección y por ello la Corte Suprema de
Justicia, al devolver la lista, ha obrado de manera seria y responsable hacia la
sociedad colombiana.
Si la Corte eligiese de esa terna cuestionada estaría obrando con mayor grado de
irresponsabilidad que el que confeccionó la lista.
Antes de llegar a tal decisión, la Corte había expresado que “la calificación de
destrezas y calidades” de la terna no era viable para votarla ante lo cual el
presidente Uribe Vélez reaccionó ratificando su respaldo a la lista y afirmando que
no cambiaría a sus postulados.
En comunicado de prensa expedido días antes de la decisión de la Corte de
devolver la terna, dijo entre otras cosas: “Un Gobierno que lleva siete años
enfrentando con determinación a todas las expresiones delincuenciales tiene toda
la legitimidad para presentar la terna de la Fiscalía, teniendo en cuenta que la Ley
ordena al Fiscal coordinar la política criminal con el Presidente”.
Se escucha como un mal chiste pero ya sabemos que una de las virtudes de este
Gobierno es haber hecho del cinismo una de sus máximas.
Habrá que esperar la reacción desmesurada y salida de tono del Gobierno. Muy
seguramente hasta el Ministro del Transporte despotricará contra los magistrados.
Y en este episodio tres personajes brillan por su ausencia. Como si los
cuestionados no fueran ellos, como si los inexpertos fueran otros y como si los
reparos éticos recayeran únicamente sobre los ministros del régimen, ellos y ella
han preferido optar por el papel de espectadores.
Cuando tienen en sus manos la oportunidad de dar una lección de dignidad y
honorabilidad han seguido el ejemplo, pernicioso de Diego Palacio, investigado
por el cohecho de la condenada Yidis Medina; de Fabio Valencia Cossio,
cuestionado por los vínculos de su hermano Guillermo Valencia Cossio con Daniel
Rendón Herrera alias “Don Mario”, de aferrarse a sus cargos por encima de la
decencia.
Deberían enseñarle al país que ante la más mínima tacha una persona decente
renuncia a un cargo o como en esta situación, a la nominación.
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