Estrategias de inculturación

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Cátedra Libre Chiara Lubich
Curso: “El Diálogo como cultura”
UNICA – 18- 19 de febrero 2005
4º Tema: Modelos, prototipos.
ESTRATEGIAS DE INCULTURACIÓN, INTERPENETRACIÓN E
INTEGRACIÓN DE LAS DIFERENTES ETNIAS, CULTURAS Y
REFERENCIAS RELIGIOSAS
Por: Antonio Bruni
2
Objetivos
1) Discriminar el modelo de inculturación promovido por Chiara Lubich.
2). Señalar sus experiencias en el diálogo intercultural e interreligioso.
Introducción: Fundamentos del diálogo en el Movimiento de los Focolares
a) Chiara Lubich y el diálogo
Chiara Lubich es una personalidad muy reconocida en el campo del
diálogo como lo prueba, por si fuera necesario, el doctorado H.C. que le
entregó la “Sacred Heart University”, la Universidad Católica di Fairfield, en el
Connecticut, en EE.UU. Una particularidad de esta Universidad es la promoción
del ecumenismo y el estudio y el intercambio entre las religiones. Así que aquí
desde 1992 tiene su sede el “Center for Christian-Jewish Understanding” cuyo
director fue el promotor del reconocimiento que se entregó a Chiara, quién fue
nombrada “doctor of humane letters” por el aporte “a la espiritualidad y del
ecumenismo, no sólo en el mundo católico, sino también en el de las otras
religiones, y en favor de la comunidad humana”.
b) Jesús Abandonado secreto para el diálogo
La espiritualidad del Movimiento de los Focolares parece particularmente
importante para abordar el tema de hoy. Chiara Lubich presenta al mundo de
hoy una “espiritualidad de la unidad”, personal y comunitaria al mismo tiempo,
actual y moderna. Espiritualidad que el Santo Padre Juan Pablo II propuso en su
carta apostólica Novo Millennio Ineunte a toda la Iglesia bajo el nombre de
“espiritualidad de comunión”.
Uno de los pilares de esta espiritualidad es Jesús crucificado y
abandonado. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46 y
3
Mc 15,34). Chiara, y por ella los miembros del Movimiento, han comprendido
que Jesús, el Verbo de Dios hecho hombre, justamente por ser hombre había
asumido todas nuestras culpas, nuestras divisiones, nuestros sufrimientos, y por
eso el Padre le había permitido que sintiera ese abandono dolorosísimo. Pero Él,
con un esfuerzo inmenso, había superado esta prueba tremenda y se había
abandonado en el Padre diciendo: “En tus manos… encomiendo mi espíritu”
(Lc 23,46).
Por eso Jesús, abandonado pero resucitado al Amor, para los miembros
del Movimiento siempre fue el modelo, la llave para recomponer todo tipo de
desunión, para sanar cualquier trauma, para llevar la unidad al mundo.
c) La fraternidad universal
Y el mundo hoy tiende a la unidad. La unidad es un
signo de estos
tiempos: muchos factores religiosos, sociales y políticos lo demuestran. Pero hay
que especificar: hoy el mundo tiende a una unidad universal, a una unidad
global. Nos lo hacen comprender situaciones, exigencias, aspectos importantes
de la realidad contemporánea.
En efecto, la unión de los Estados en varias partes del mundo ya es una
realidad y las relaciones entre los estados se están consolidando en todos los
continentes, por ejemplo con la “Unión Europea”, o las “Conferencias iberoamericanas”, o la reciente “Unión africana”.
Los medios de comunicación nos acercan a personas y pueblos
materialmente lejanos; tanto es así que, por ejemplo, en las elecciones
personales de un joven occidental puede tener un peso decisivo lo que sucede
en Asia o en África.
4
Además, la globalización económica y financiera entretejió nuestros
intereses, que están íntimamente ligados entre sí: lo que sucede en un país
puede tener repercusiones materiales inmediatas en muchos otros países. Cada
día más se habla de una interdependencia entre los pueblos que ya no es una
elección sino una realidad y que si no es bien gobernada puede ser causa de
nuevos problemas.
Y aún más: existen problemas que interesan a la humanidad en su
conjunto, que ningún pueblo puede afrontar separado de los demás. Vivimos
en un mundo que realmente se convirtió en una aldea: compleja y nueva, pero
una aldea. La humanidad hoy vive como si fuera un pequeño grupo.
Pero a diferencia de los pequeños grupos de antes, todavía no se ha
logrado desarrollar suficientemente un pensamiento capaz de respetar las
distinciones mientras acepta la unidad, que es fundamental. Los conceptos
tradicionales de raza, religión, cultura, Estado, se quebrantan delante de la
complejidad de las situaciones.
Interdependencia, entonces, que significa relación de conexión mutua
entre realidades que se condicionan recíprocamente. Relación que no se
podrá realizar a la perfección, si entre las personas y los estados no existe el
respeto recíproco, la comprensión mutua.
La interdependencia fraterna comporta, de hecho, la elección del
diálogo en lugar de la hegemonía, la vía del compartir en lugar de la de la
acumulación de recursos y de conocimientos en una única área del mundo.
La interdependencia fraterna es realmente una “mutua dependencia”
porque implica que la afirmación de mi identidad no puede nacer ni de la
defensa, ni por oposición, sino a través de la comunión de los recursos, de las
5
virtudes cívicas, de las características culturales, de las experiencias políticoinstitucionales.1
Bien, justamente la fraternidad es la categoría de pensamiento capaz de
crear la unidad en la distinción, la interdependencia fraterna a la que anhela la
humanidad contemporánea.
Cuánto sea central el descubrimiento de la fraternidad en el pensamiento
moderno lo manifiesta, por ejemplo, un importante acontecimiento histórico
que constituye una “división de aguas” entre dos épocas: la Revolución
francesa. En su lema: “libertad, igualdad, fraternidad” sintetiza el gran proyecto
político de la modernidad. Un proyecto que en parte se dejó de lado, porque
numerosos países, al implantar regímenes democráticos, lograron poner en
práctica, de algún modo, la libertad y la igualdad, mientras que la fraternidad
fue, en cambio, más anunciada que vivida.
El Movimiento de los Focolares es una de las nuevas realidades eclesiales
que surgieron en el último siglo para contestar a esta exigencia del mundo
contemporáneo. Inclusive, siendo su carisma el de la unidad, se podría afirmar
que es una de las obras que más genera la fraternidad y la alimenta.
En definitiva el Movimiento de los Focolares se centra en la búsqueda de
esta fraternidad universal y lo hace, justamente, a través del diálogo. Un diálogo
que bien se podría definir a 360º, en cuanto nadie queda excluido de esto.
1
Mensaje de Chiara a la IIª Jornada de la Interdependencia, Roma 12-09-04, en: Dialogo entre amigos,
Noticiario del Centro del Diálogo con personas de convicciones no religiosas, n. 34 (2004)
6
El Movimiento de los Focolares y el diálogo con otras realidades de la
Iglesia Católica
Puede parecer insólito pero el primer diálogo que el Movimiento de los
Focolares lleva adelante es con las otras realidades pertenecientes a la misma
Iglesia Católica.
Como hemos visto lo específico del Movimiento es la unidad, es tener una
espiritualidad de comunión. Nada extraño entonces si el Movimiento se
compromete en buscar una mayor unidad también dentro de su propia Iglesia.
De hecho el mismo Jesús dijo que los cristianos serán justamente reconocidos
por el amor reciproco, por su unidad: “que sean uno para que el mundo crea”
(Jn 17.21). Y de las primeras comunidades cristianas se decía “mira cómo se
aman y cómo están dispuestos a morir el uno por el otro” y la consecuencia de
esta vida fue la difusión por todo el mundo entonces conocido del cristianismo.
Y a lo mismo nos invita hoy el Papa, en su carta apostólica “Novo
millennio ineunte”, donde afirma que “los espacios de comunión han de ser
cultivados y ampliados día tras día, a todos los niveles en el entramado de la
vida de cada Iglesia..”2 El Santo Padre, en definitiva, quiere que se viva esta
espiritualidad de comunión por doquiera en la Iglesia.
Chiara, pocos años después de haber nacido el Movimiento, hablaba de
la Iglesia con pasión, su carisma se la mostraba como tenía que ser: icono de la
Trinidad. Lo que el cristianismo enseña en la relación entre individuos – amarse,
conocerse, respetarse, hacerse uno con los otros hasta comunicarse los propios
dones espirituales – hay que trasladarlo a un plan más amplio: amar conocer,
respetar, incrementar la comunión con otros movimientos y obras en la Iglesia3.
2
M. Zanzucchi, Un popolo nato dal Vangelo, p. 342
3
http://www.focolare.org/es/
7
Desde los años cuarenta son muchísimas las realidades eclesiales con las que el
Movimiento de los Focolares entró en contacto y con las que se mantuvieron
relaciones de amor recíproco.
Pero una fecha que pone un antes y un después, en este diálogo con las
otras realidades de la Iglesia católica, es, sin duda, Pentecostés 1998. Antes de
esta fecha se ponían de relieve la diversidad y multiplicidad de los carismas
nacidos en el último siglo. En la cita de Pentecostés 1998 el Santo Padre, Juan
Pablo II, puso en evidencia a los 500.000 participantes a la vigilia, cómo todas
estas realidades hubiesen sido fundadas por el mismo Espíritu Santo.
En Plaza del Vaticano estaba la Iglesia del tercer milenio cristiano. Como
nunca un Papa había podido seguir tan de cerca a los grandes fundadores de
las familias espirituales de su tiempo.4
En esta cita el Papa explicó también que la Iglesia tiene dos aspectos: el
institucional y el carismático. Dos aspectos que están en profunda sintonía y
comunión entre ellos.
Estos dos aspectos han sido profundizados ampliamente por el teólogo
Von Baltasar, quien en particular habla del perfil petrino y del perfil mariano.
Basándose en esta definición el Santo Padre habla de "la co-esencialidad de los
movimientos en la vida de la Iglesia junto a la jerarquía", expresión utilizada por
el Papa por vez primera en 1991, y que luego será central en los dos discursos
papales de Pentecostés ´98. Los Movimientos, como expresión singular de la
vitalidad carismática de los tiempos modernos, expresarían de algún modo la
presencia y la asistencia de María, madre que reúne y genera continuamente
la novedad de la vida en Cristo, junto a la presencia y asistencia de Pedro,
expresada en el Papa y en los sucesores de los apóstoles, garantes de la unidad
4
http://www.epe.cl/Pages/pastoral/igles%20%20005.htm
8
en la fidelidad al verdadero don del Espíritu, y de la continuidad de sus dones
sacramentales. 5
Fue en aquella ocasión que Chiara Lubich pronunció públicamente una
promesa ante el Santo Padre, la de trabajar para contribuir a realizar la
comunión plena entre los varios movimientos presentes en la Iglesia Católica.
Desde aquel momento los contactos y los encuentros con otros Movimientos
católicos se multiplicaron: entre 1999 y 2001 se realizaron 212 jornadas para
repetir la experiencia de Pentecostés 1998, donde los participantes de estas
diversas realidades eclesiales se descubrieron más hermanos. Pero también, se
comenzó una ayuda en lo concreto entre los varios Movimientos, por ejemplo,
dejando espacio en la propia prensa para presentar a los otros, realizando
actividades en común o, inclusive, prestando casas y auditorios para eventos
de las otras asociaciones.
Claro está que en todo esto no se busca nunca una uniformidad o una
nueva estructura donde encajar estos Movimientos, sino que esta comunión
potencia la identidad de cada realidad y la hace descubrirse más Iglesia.
En todo este desarrollo del diálogo entre realidades pertenecientes a la
Iglesia católica se pudo observar una expectación increíble por esta comunión
y un gran entusiasmo. Uno de los efectos de todo esto es que ha aumentado el
amor hacia el Papa y por todos los obispos, quienes también comenzaron a
darse cuenta de la riqueza que tenían escondida en sus Iglesias particulares.
Naturalmente cabe recordar que este diálogo no se dirige solamente a
las nuevas realidades presentes en la Iglesia sino que abarca también las
antiguas espiritualidades como la familia Franciscana, la Carmelita, etc.
5
http://www.epe.cl/Pages/pastoral/igles%20%20005.htm
9
El diálogo con las otras Iglesias Cristianas
Vamos ahora a pasar a un segundo tipo de diálogo llevado adelante por
el Movimiento de los Focolares, el diálogo entre las distintas iglesias cristianas, el
diálogo ecuménico.
Antes que nada hay que precisar que el diálogo ecuménico está dirigido
a todos los cristianos, a todas las personas bautizadas. Es el bautismo el vínculo
sacramental de la unidad que existe entre todos los cristianos.6
Ya en los primeros años del siglo XX comenzó el movimiento ecuménico,
cuando se comprendió cómo la división entre cristianos es un escándalo y un
obstáculo a la evangelización del mundo. El movimiento ecuménico tiende a
valorizar el patrimonio común de todos los cristianos, como, por ejemplo, la
Biblia, la fe en Dios Uno y Trino, el bautismo, etc. También se valorizan las
características y los valores de cada Iglesia, convencidos de que, si el modelo
de vida de la Iglesia es la Trinidad, entonces, es posible la unidad en la
diversidad.
El ecumenismo, en síntesis, tiende a incrementar la comunión parcial ya
existente entre los cristianos llevándola hacia la comunión plena en la verdad y
en la caridad.7
En el ecumenismo existen varios tipos de diálogo, a saber:
 Diálogo entre las jerarquías de las iglesias, por ejemplo para emitir
declaraciones conjuntas sobre importantes temas que son causa de
nuestras actuales divisiones.
6
M. Vandeleene, La doctrina espiritual, p. 401
7
Ut Unum Sint (UUS) - Enciclica di Giovanni Paolo II sull’ecumenismo - n.14
10
 Diálogo entre teólogos: hoy en día existe una red de teólogos de las
varias iglesias que trabaja para construir una mayor unidad.
 Diálogo de la vida: éste se basa en todo lo que tenemos en común y
que nos permite rezar juntos (por ejemplo el Padre Nuestro), vivir juntos
la Palabra, el Evangelio, compartir los mismos dones del Espíritu Santo:
fe, esperanza y caridad. Este diálogo tendría la tarea de mostrar al
mundo que la unidad entre los cristianos es posible y cómo sería la
Iglesia si se viviera en comunión.
¿Pero cuál debe ser el fundamento sobre el que puede basarse el
diálogo? Si volvemos la vista hacia atrás, nos damos cuenta que muchas de las
divisiones se dieron por razones históricas, culturales, políticas, etc. Pero en
todas, lo que causó la división fue la falta de un elemento unificador
característico de los cristianos: el amor. Entonces, hoy, para remediar tanto mal
hay que volver a dirigir nuestra mirada allí donde está el principio de nuestra fe
común: a Dios Amor. Pero su amor no es sólo para los cristianos individualmente,
sino para todo la Iglesia, es necesario, entonces, que no sólo cada cristiano
individualmente intente vivir su voluntad, sino que también las Iglesias actúen
así. Amor y amor recíproco, pues, entre los cristianos y entre las Iglesias.
Como afirmó el Santo Padre Juan Pablo II en su libro Cruzando el umbral
de la esperanza: “Es necesario que el género humano alcance la unidad
mediante la pluralidad, que aprenda a reunirse en la Iglesia única, aún en el
pluralismo de las formas de pensar y de actuar, de culturas y de civilizaciones”. 8
Después de lo dicho, vamos a ver cómo el Movimiento de los Focolares,
puede contribuir en este camino.
8
Citado en: M. Vandeleene, La doctrina espiritual, p. 405
11
Antes que nada, haremos un breve recorrido histórico. En primer lugar,
hay que aclarar que no hubo ningún plan estratégico que guiara el desarrollo
ecuménico del Movimiento de los Focolares. En los años Cincuenta, de hecho,
cuando a Chiara le preguntaron si la Espiritualidad de la Unidad daría un aporte
para el diálogo entre las Iglesias Cristianas, ella respondió con decisión que no.
Fue solamente algunos años más tarde, gracias a la expansión del Movimiento,
que se fue aclarando, poco a poco, el Que Todos sean Uno, que podía y
tenía que incluir también miembros de otras Iglesias.
En 1960 Chiara se encontraba en Alemania para hablar a un grupo de
religiosas, había entre los presentes tres pastores luteranos que quedaron
asombrados ante el hecho de que católicos hablaban del Evangelio y querían
vivirlo. Inmediatamente invitaron a Chiara a llevar su experiencia al mundo
luterano.
Además de estos contactos con luteranos, en Alemania, los Focolares
toman contacto con bautistas, evangélicos y con fieles de la Iglesia libre. En
contacto con el Movimiento, su compromiso cristiano se vivifica. Nace la idea
de crear un Centro de vida común de católicos y luteranos, en Ottmaring, en
Baviera.
También con los Anglicanos, los inicios parecen casuales. Los primeros
contactos se realizaron con un grupo de ministros anglicanos, que participaron
a un congreso entre católicos y luteranos y quedaron impresionados por el
clima fraterno que encontraron. Ya el 1 de julio de 1966, en Londres, en el
Lambeth Palace, Chiara tiene una audiencia con el entonces Primado de la
Comunión Anglicana, el doctor Ramsey, quien la alienta para que difunda el
Movimiento en la Iglesia de Inglaterra.9
9
Discurso de Chiara en ocasión de la entrega del doctorado en humane letters, Connecticut – EE.UU., 21 de
mayo de 1997.
12
Merecería una clase aparte el contacto con la Iglesia Ortodoxa. En 1967,
el Patriarca de Constantinopla, Atenágoras, pide conocer más el Movimiento,
al que ama y estima. Entre otras cosas, ha sido tocado por varios elementos que
el Movimiento tiene en común con las espiritualidades orientales, por ejemplo,
el dar importancia a la vida, al amor, a María. Las iglesias ortodoxas subrayan
muchísimo, al igual que el Movimiento de los Focolares, la figura de María.
Chiara viajará doce veces, en los años posteriores, a Estambul. Entre otras
cosas, Chiara será mensajera entre el Patriarca y el Santo Padre Pablo VI,
ambos deseosos de una mayor unidad en la Iglesia.
Pero, además de todos estos contactos, ¿qué puede ofrecer para este
diálogo el Movimiento de los Focolares? La respuesta es su misma espiritualidad,
en particular, Jesús en medio y Jesús Abandonado.
Es Jesús en medio que hace vivo el cuerpo místico de Cristo, es por medio
de Él que los cristianos pueden convertirse en células vivas de este cuerpo.
Naturalmente por el bautismo todos los cristianos ya poseen un vínculo
sacramental, pero las implicaciones de esto, no siempre son vividas. Es Jesús en
medio que activa este vínculo, haciendo correr una linfa nueva en este Cuerpo
místico.
Se podría afirmar, entonces, que los Focolares han traído la novedad de
Jesús en medio, al movimiento ecuménico. La misma Chiara afirmó, hablando a
un grupo de anglicanos en Liverpool: “Nuestro ecumenismo es Jesús en medio
nuestro”.10
10
citado en: Pavi (Joan Patricia Back), IL DIALOGO ECUMENICO (2° LEZIONE)
IN CAMMINO VERSO LA PIENA COMUNIONE, ISTITUTO SUPERIORE DI CULTURA – A.A. 2003 (1° Corso)
13
Se ha constatado que en cualquier Iglesia, sea ésta la Católica, la
Anglicana, la Luterana, puede haber un grupo de personas que viven poniendo
como base el amor recíproco, intentando dar vida a la presencia de Jesús en
medio de ellos. Es el diálogo del pueblo: característico del Movimiento, donde
comparten la espiritualidad de la unidad cristianos de 350 iglesias y
comunidades eclesiales. La palabra pueblo, en esta acepción, no quiere
contraponerse a jerarquía, sino indica la totalidad del pueblo de Dios,
compuesto por consagrados y laicos.
Chiara
en
el
segundo
encuentro
ecuménico
internacional
de
Castelgandolfo en el 2001, afirmó: “el diálogo del pueblo existe ya, no hace
falta crearlo... Somos uno, si estamos unidos por Cristo... Si queremos podemos
ya vivir todo lo que nos une, ¿quién nos lo impide?”11
Naturalmente este diálogo de la vida no está hecho de sentimientos o
emociones, sino que tiene su secreto, es Jesús Abandonado, el otro pilar
fundamental de la espiritualidad de los Focolares. Una espiritualidad ecuménica
será fecunda sólo en la medida en que, los que a ella se dedican, reconozcan
en Jesús crucificado y abandonado, que vuelve a abandonarse al Padre, la
clave para comprender toda desunión y para recomponer la unidad.12
El año pasado se llevó a cabo un gran evento, en el cual este diálogo de
la vida se hizo evidente. Fue en Stuttgart, una ciudad de Alemania, en la cual
antes
se
había
organizado
un
Congreso
de
reflexión
ecuménica
y
seguidamente una jornada, que tuvo como título “Juntos por Europa”, donde
los nuevos movimientos, católicos, luteranos, evangélicos, anglicanos, etc.,
ofrecieron su contribución para realizar, junto a la Europa política y económica,
11
M. Zanzucchi, Un popolo nato dal Vangelo, p. 356
12
M. Vandeleene, La doctrina espiritual, p. 406
14
la Europa del espíritu, tratando de darle un alma, que también ayude a
garantizar, mejor, su propia multiplicidad y cohesión.
El diálogo con las otras religiones
En estos últimos años, nuestras sociedades han sido atravesadas por
importantes corrientes migratorias, de Este a Oeste y de Sur a Norte. Este
fenómeno está incidiendo intensamente en la fisonomía de nuestro mundo,
haciendo que sus ciudades sean cada vez más heterogéneas.
Ésta
es
conocimientos
una
y
situación
desarrollo
que
nos
pone
inesperados,
delante
aunque
no
posibilidades
falten
de
temores,
desconfianzas y escepticismo, sobre todo, por el peligro siempre inminente del
terrorismo13.
De hecho, en el mundo de hoy, se habla cada vez con mayor insistencia,
de confrontación entre civilizaciones, una confrontación que sería más aguda
por la pertenencia a las distintas religiones. Hoy en día, se utilizan las religiones
para justificar conflictos y ataques terroristas. Pero esta visión está limitada a
extremismos y
fanatismos que no muestran la verdadera realidad de las
religiones.
Nunca como hoy en día, los responsables de las grandes religiones han
trabajando juntos para alcanzar objetivos comunes, para trabajar juntos para el
bien común. Nombraremos sólo la Conferencia Mundial de las Religiones por la
Paz (WCRP) o la Jornada de oración por la paz de Asís, del 2002. El Santo Padre,
en esta cita, declaró que “quien utiliza la religión para incrementar la violencia
contradice de ésta su raíz más auténtica y profunda” y que “no hay finalidad
13
Discurso de Chiara Lubich a Londres, 19 de junio de 2004, titulado: “¿Qué futuro para una sociedad
multicultural, multietnica y multireligiosa?”
15
religiosa que pueda justificar la práctica de la violencia del hombre sobre el
hombre, porque la ofensa del hombre es ofensa a Dios”14.
Entonces, para contrarrestar la violencia en el mundo de hoy, la
contribución de las religiones es fundamental. De hecho la idea de la
fraternidad universal ya se encuentra presente en la mente de espíritus grandes.
Decía el Mahatma Gandhi: “Mi misión no es simplemente la fraternidad
de la humanidad hindú (…) sino que, mediante la libertad de la India, espero
realizar y desarrollar la misión de la fraternidad entre los hombres”15.
Y Martin Luther King: “Mi sueño es que un día los hombres (…) se den
cuenta de que han sido creados para vivir juntos como hermanos (…); (y) que
la fraternidad (…) sea prioritaria en la jornada de un hombre de negocios, y la
palabra de orden del hombre de gobierno”16.
En esta misma línea, el Dalai Lama escribía a los suyos, a propósito de los
acontecimientos del 11 de septiembre 2001, en los Estados Unidos: “Para
nosotros las razones
son evidentes (…) No tenemos presente las verdades
humanas más básicas (…) Todos somos uno. Este es un mensaje que la raza
humana no tuvo en cuenta. El olvido de esta verdad es la única causa del odio
y de la guerra”.17
Pero quien indicó y trajo la fraternidad como un don esencial para la
humanidad fue Jesús, que antes de morir rezó así: “Padre, que todos sean uno”
(cf. Jn 17,21). Al revelar que Dios es Padre y que por eso los hombres somos
14
GIOVANNI PAOLO II, Discorso ai rappresentanti delle varie religioni del mondo, Assisi 24.1.2002.
15
M.K.Gandhi, Antichi come le Montagne, Milano 1970, p.162
16
M.Luther King, discurso durante una manifestación interracial, Washington, agosto de 1963
17
Citado en el discurso de Chiara Lubich en Rimini, 22 de junio de 2002. Titulado: Fraternidad y paz por la
unidad de los pueblos
16
todos hermanos, introduce la idea de la humanidad como familia, la idea de la
“familia humana”.
Esta es la idea que está a la base del diálogo con las otras religiones. Y el
Movimiento de los Focolares subraya también que en todas las religiones está
presente la llamada “Regla de oro” que para nosotros cristianos dice: “No
hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti” (cf. Lc 6, 31)
Pero pensamientos parecidos se encuentran en todas las grandes
religiones. En el judaísmo el amor al prójimo es “el gran principio de la Torá”. En
la tradición islámica se encuentra una afirmación tan fuerte como: “ninguno de
ustedes es verdadero creyente si no desea para el hermano lo que desea para
si mismo”. En el hinduismo la regla de oro se expresa así: “Ésta es la sustancia del
deber: no hacer a los demás lo que a ti te haría daño.”18
El diálogo interreligioso del Movimiento de los Focolares se remonta al año
1977, cuando concedieron a Chiara Lubich, el premio Templeton para el
progreso de la Religión. Después de su discurso ante representantes calificados
de las grandes religiones, Chiara tuvo la profunda sensación de que todos los
presentes, a pesar de profesar credos diferentes, estaban en cierto modo
envueltos por el amor de Dios.
Sólo dos años después, en 1979, Chiara se encontró con una gran
personalidad del mundo budista, el Rev. Nikkyo Niwano, fundador de una
asociación de renovación budista de seis millones de miembros, llamada Rissho
Kosei-kai y uno de los fundadores de la Conferencia Mundial de las Religiones
por la Paz (WCRP). Chiara fue invitada a hablar de su experiencia espiritual, de
cristiana, en Tokio, frente a doce mil budistas.19.
18
M. Vandeleene, La doctrina espiritual, p. 414
19
http://www.focolare.org/es/
17
Pero los contactos más sorprendentes con el budismo, el Movimiento los
tuvo hace pocos años, con eminentes representantes de la vida monástica
tailandesa, por medio de los cuales se abrió un camino hacia el corazón del
budismo Theravada.
Chiara, en 1997, habla de su experiencia espiritual a más de 800 monjes,
monjas y laicos en la Universidad y en un Monasterio budista de Chiang Mai, en
Tailandia. Es la primera vez que una mujer, laica y cristiana, se dirige a monjes
budistas.
En cambio, el diálogo con el Islam, tuvo una historia un poco distinta. Y,
aunque al principio fue más bien ocasional y vinculado a relaciones personales
de los focolarinos que vivían en los países islámicos, es ya desde el comienzo de
los años ’70, del siglo XX, que existe un intenso intercambio de experiencias
espirituales, con largos encuentros de convivencia y de diálogo.
Con el Islam, es particularmente importante, la experiencia vivida con el
Movimiento musulmán de los afro-americanos negros. Este Movimiento liderado
por el imán W.D. Mohammed agrupa a más de dos millones de musulmanes,
reunidos en 300 mezquitas, en los EE.UU.
En mayo de 1997, Chiara, mujer,
blanca y cristiana fue invitada por él, a hablar a 3.000 musulmanes afro
americanos, en la mezquita Malcolm Shabazz de Harlem (Nueva York). Este
contacto prosiguió y en noviembre del 2000, tuvo lugar una importante
Convención en Washington D.C.: 5.000 entre cristianos y musulmanes se
encuentran en el signo de la fraternidad.
Otra religión abrámica con la que el diálogo es muy proficuo es la Judía.
El Santo Padre los llama nuestros hermanos mayores. Hermanos con los cuales
compartimos una auténtica fe en el único Dios y tenemos en común el
patrimonio inestimable de la Biblia, que nosotros llamamos Antiguo Testamento.
18
El 20 de abril de 1998, en Buenos Aires (Argentina), Chiara Lubich se encontró
con los miembros de la Comunidad judía de Argentina y de Uruguay, por
invitación de la B’nai B’rith Argentina y de otras organizaciones hebreas.
Por otro lado, el Movimiento comenzó hace pocos años, un diálogo muy
fructífero con el mundo hindú. Chiara en el 2001, hizo un viaje a la India donde
pudo conocer mejor esta realidad y algunos de sus exponentes.
En Coimbatore,
el 5 de enero, Chiara fue distinguida con el Premio
'Defensor de la Paz', que le otorgaron dos prestigiosas instituciones hindú de
inspiración gandhiana: la Shanti Asharam y el Movimiento Sarvodaya.
Seguidamente, el 14 del mismo mes, es invitada por el centro Cultural Bharatiya
Sanskriti Peetham, para un encuentro con profesores y estudiantes.20
En este viaje, Chiara, descubrió la belleza de este mundo y las grandes
posibilidades de diálogo existentes, por la prioridad que dan a la vida espiritual,
inclusive, por encima de los otros valores de la vida. Es un punto importante,
porque el Movimiento de los Focolares, en su espiritualidad, pone a Dios en el
primer lugar, después vienen las otras cosas, también las buenas.
Entre las varias corrientes del hinduismo existe un elemento común: la
tolerancia, el amor al prójimo. Por el ejemplo, el mundo entero es mi prójimo.
Esta es la base del hinduismo y todos los indostanos aceptan esto.
Lo primero que hizo Chiara en este viaje fue ponerse en una actitud de
escucha, hacer el vacío, como dicen los místicos, para entender la realidad
que tenía adelante. Sólo después de haber escuchado profundamente, pudo
poner en práctica lo que dice el Santo Padre sobre un anuncio respetuoso del
20
http://www.focolare.org/es/
19
Evangelio. Y de hecho, una vez amados, ellos también quisieron amar y se
pusieron a escuchar la experiencia cristiana de Chiara.
Con estas religiones, en los últimos años, el Movimiento de los Focolares
organizó una serie de simposios de profundización, donde varios expertos
pudieron, antes que nada, conocer mejor la religión del otro en un clima de
respeto recíproco y exponer sus respectivos puntos de vista o hacer preguntas
sobres temas poco claros.
En fin, el Movimiento busca, en el diálogo con estas otras religiones, la
presencia de las “Semillas del Verbo”, que según el documento pontificio Ad
gentes, Dios “esparció con frecuencia en las antiguas culturas antes de la
proclamación del Evangelio”.21
Un ejemplo de esto, se dio en la selva de África, en Camerún. Allí en
1964, llegó el Movimiento de los Focolares para hacer frente a una emergencia
médica. Además de trabajar para la salud pública, estos miembros del
Movimiento viven su espiritualidad y esto, poco a poco, hace caer barreras y
prejuicios, debidos al colonialismo. Hoy en día, hay un diálogo muy proficuo,
también con aquellos que siguen creyendo en sus religiones tradicionales. Esto
no impide que se trabaje todos juntos para construir un mundo mejor. El actual
Fon (el rey tribal) agradeciéndole a Chiara afirma: “La espiritualidad del Focolar
ha cambiado a las personas. (...) No hay criminalidad. Para quien vive así, no
hay problemas en la familia, en cuestiones de tierras, de brujerías. La moral es
más alta. También en la lucha contra el SIDA es importante esta conciencia
moral.”22
21
Ad gentes, 18
22
Servizio Informazione Focolari: Social One - Fontem
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El diálogo con las personas que no poseen una referencia religiosa
Naturalmente, en el diálogo que el Movimiento de los Focolares lleva
adelante, no se puede quedar afuera nadie, tampoco las personas sin un
referente religioso.
El Movimiento pone mucho de relieve una verdad, que a veces suele
pasar por desapercibida, esto es que, hace poco más de dos mil años el Verbo
de Dios se encarnó y se hizo hombre. Jesús es verdadero hombre y hay que
destacar tanto su humanidad como su divinidad. Las personas que no tienen
una referencia religiosa ayudan a los cristianos a recordar y poner de relieve
este aspecto de Jesús.
La palabra diálogo podría hacer pensar, de forma equivocada, que se
trata de un tipo de debate donde cada uno argumenta según sus propias
ideas religiosas, o no religiosas. Pero de hecho, no es nada de esto. La palabra
diálogo se entiende en el sentido de enriquecimiento recíproco en el que cada
uno da y recibe del otro, cualquiera que sea su punto de vista.
Este diálogo se basa sobre lo que los cristianos llaman “amor” y que las
personas sin fe religiosa llaman “respeto, benevolencia”. Lo que une a
creyentes y no creyentes es el amor por el hombre.
En este diálogo no se puede nunca juzgar a priori al otro, aunque sus
ideas nos puedan resultar chocantes. Asimismo esto implica el rechazo de todo
proselitismo, sea cual sea la dirección en que se practique.
Otro punto fundamental: cada uno conserva la propia identidad y la
verá reforzada y enriquecida. En este diálogo, se está muy lejos de todo
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sincretismo, de todo intento de mezcla, de asimilación del otro al propio sistema
de pensamiento o de vago consenso.
Este diálogo, además, se construye sobre todo concretamente, tratando
de trabajar juntos, con experiencias y acciones que sean expresión de una
profunda solidaridad. Por ejemplo, si hay una guerra, una catástrofe natural o
que luchar por valores comunes, de inmediato se ponen todos, codo a codo,
para tratar de dar una solución, o por lo menos un alivio.
Para terminar, se comienza a dialogar sobre valores comunes, como la
paz, la fraternidad, la justicia, la solidaridad, explorando las fuentes sobre las
que nos basamos para construir estos valores. En este diálogo, el fin no es el de
convencer al otro ni tampoco adoptar sus ideas. No es sólo un intercambio
educado y respetuoso que dejaría indiferente a sus participantes, es otra cosa.
La finalidad del diálogo no es que nazca, necesariamente un acuerdo,
sino que cada intercambio es un enriquecimiento. Esto es válido para cualquier
diálogo.23
El diálogo con la cultura
El Movimiento de los Focolares, entonces, está compuesto por millones
de personas y engloba adultos y jóvenes, incluso niños, gente de todas las
culturas, profesiones y de todos los estratos sociales que viven en todos los
continentes, que pertenecen a varias tradiciones religiosas. Es un auténtico
pueblo, el pueblo de la unidad, que hoy empieza a influenciar de manera
original en la forma de hacer cultura: economía, política, arte, justicia,
comunicación, etc.
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En: Dialogo entre amigos, Noticiario del Centro del Diálogo con personas de convicciones no religiosas, n.33
y n. 34 (2004)
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Además los galardones académicos, civiles, políticos, que prestigiosas
universidades e instituciones internacionales, han asignado a Chiara Lubich, son
reconocimientos que reconocen la vida de este pueblo y su presencia en la
historia de hoy.
Desde los primeros tiempos del Movimiento, siempre se tuvo clara
conciencia de que el carisma de la unidad poseía una cultura propia, que es al
mismo tiempo hija de la tradición cristiana, y es nueva, por la luz que difunde el
carisma. Pero fue el crecimiento del pueblo de la unidad, la difusión del Ideal,
fuera de las mismas estructuras del Movimiento de los Focolares, lo que ha
puesto en evidencia lo que caracteriza esta cultura, y que ha hecho necesario
un conocimiento doctrinal más profundo: teológico, pero también filosófico,
político, económico, psicológico, artístico, etc.
Es lo que está haciendo, ya desde hace más de diez años, la que hemos
llamado "Escuela Abba", de la cual se ocupan, junto con Chiara, expertos de
varias disciplinas. Allí se profundizan los aportes que la espiritualidad de la
unidad produce al vivirla. Lo primero fue en la teología, porque si el Movimiento
se funda en un carisma esto quiere decir un don de Dios, una manifestación de
Dios y la teología es el estudio, la comprensión de Dios. Después se pasó a la
filosofía, la ciencia de la búsqueda de la verdad y después poco a poco, a
todos los ámbitos del saber humano.
Y he aquí una novedad de estos últimos tiempos: el encuentro entre el
pueblo de la unidad y su doctrina, ha provocado el nacimiento de las
denominadas “inundaciones”. Es un término que fue tomado de san Juan
Crisóstomo, uno de los Padres de la Iglesia, que vivió alrededor del 350 D.C., el
cual, en uno de sus textos, da una explicación que se refiere a la fuente de
agua viva, que brota del Evangelio, y dice que ésta provoca una invasión, una
inundación de Espíritu, que fecunda las más variadas realidades humanas.
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Hoy en día, hay textos producidos por los integrantes de este Centro de
estudios, que ponen en relación la espiritualidad de la unidad con varias
disciplinas humanas, que a primera vista no tendrían ninguna afinidad con el
mundo espiritual, como el arte, la pedagogía, el deporte, la ecología, el
derecho, la política, etc.
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Conclusiones
Para terminar, quisiera sintetizar lo dicho hasta el momento, en algunos
puntos que caracterizan este diálogo:
Para construir el diálogo, se trata de poner en evidencia lo positivo y
descubrir los valores comunes a todos, esto se alcanza a través de la escucha
profunda, del vacío.
 En el diálogo cada uno trata de dar al otro lo mejor de sí, en la fidelidad
explícita a las propias convicciones, y acoge al otro sabiendo que cada
uno tiene riquezas que dar.
 El diálogo se construye sobre todo concretamente, tratando de trabajar
juntos, con experiencias y acciones que sean expresión de una profunda
solidaridad.
 La presencia de Jesús en medio, donde dos o más estén reunidos en su
nombre, según lo que el mismo prometió, es clave del ecumenismo de la
vida.
 Jesús crucificado y abandonado, que vuelve a abandonarse al Padre es
imprescindible para comprender toda desunión y para sanarla.
 Para el diálogo con las otras religiones, resulta fundamental la regla de
oro, que podría ser reasumida en la fórmula: “No hagas a los demás lo
que no te gustaría que te hicieran a ti”, y buscar y poner de relieve en
ellas, las Semillas del Verbo.
 En este compromiso no hay espacio para el proselitismo.
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