Y después del Dictamen Fiscal: ¿Qué nos queda?

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INICIATIVA FISCAL
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Y después del Dictamen Fiscal:
¿Qué nos queda?
L.C. y P.C.F. y MA. Rosalía
Ortega López, Integrante de
la Comisión de Desarrollo
de Auditoría Fiscal – Bosques
del Colegio de Contadores
Públicos de México y Socia de
Auditoría de Grupo Méndez,
Asesores de Negocios
Noviembre 2013
Sabemos que hay propuestas en la Cámara de Diputados para dejar únicamente
como opcional el Dictamen Fiscal. Por tanto, será importante, aun cuando permanezca de manera obligada o si sólo queda
voluntario el dictamen en la reforma fiscal
que se apruebe, el crear conciencia entre
los empresarios mexicanos de que una auditoría de estados financieros va más allá
del llenado del “SIPRED o Dictamen Fiscal”
INTRODUCCIÓN
E
n semanas anteriores el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, presentó al Congreso de Unión su propuesta de Reforma
Fiscal para 2014, en la cual propone la eliminación
de la obligación del Dictamen Fiscal y con ella se
pueden vislumbrar una serie de consecuencias colaterales no señaladas de manera explícita en dicho
documento; pero sobre todo surge la pregunta para
aquellos que nos dedicamos a la auditoría: Y después
del Dictamen Fiscal, ¿qué nos queda?
En su propuesta el Ejecutivo Federal, en su exposición de motivos, señala que:
…Dictamen Fiscal
Mediante la publicación en el Diario Oficial de la
Federación, el 30 de abril de 1959, del Decreto por
el que se estableció la Auditoría Fiscal Federal como
órgano de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para investigar y vigilar el cumplimiento de las
obligaciones fiscales de los causantes, tuvo lugar
el nacimiento de la obligación para los contribuyentes de dictaminar sus estados financieros
para efectos fiscales, como medio para facilitar a
la autoridad hacendaria la fiscalización y otorgar
certeza a los contribuyentes en el cumplimiento de
sus obligaciones tributarias.
No obstante lo anterior, el dictamen fiscal como
medio de fiscalización al servicio de la autoridad no
ha cumplido el objetivo para el que fue creado. Lo
demuestra el hecho de que el número de auditorías
a contribuyentes dictaminados que ha concluido sin
observaciones no supera en promedio 2% en los últimos 4 años, y que en 2011, del total de dictámenes
emitidos, únicamente el 0.97% registró opinión con
repercusión fiscal por parte del Contador Público
Registrado; cifra que ha venido a la baja, pues en
2009 era de 1.17% y en 2005, de 2.0%.
En ese contexto, el 30 de junio de 2010 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto
por el que se otorgan facilidades administrativas
en materia de simplificación tributaria, mediante el
cual se otorgó la facilidad de optar por presentar,
en sustitución del dictamen fiscal, la información
alternativa al dictamen, que no requiere la firma
de un Contador Público Registrado. Es por ello
que, como medida complementaria al proceso de
simplificación fiscal impulsado por la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, se propone eliminar la
obligación que tienen los contribuyentes de dictaminar sus estados financieros por contador público autorizado, y se propone adicionar el artículo
32-H al Código Fiscal de la Federación para prever
la obligación de los contribuyentes de presentar una
declaración informativa sobre su situación fiscal, la
cual deberá presentarse únicamente por aquellos
que sean competencia de la Administración General
de Grandes Contribuyentes del Servicio de Administración Tributaria y que se encuentren contemplados
en los supuestos que dicho artículo señale.
Congruente con la simplificación administrativa, la información que se pretende solicitar será
únicamente aquélla con la cual el Servicio de Administración Tributaria no cuente en sus archivos
electrónicos y documentales.
En relación con la sustitución de la obligación
de dictaminar los estados financieros, se deroga
además la relativa a presentar la declaratoria
formulada por contador público tratándose de
solicitudes de devolución de saldos a favor de impuesto al valor agregado.
Acerca de las operaciones de enajenación de
acciones en las que se establecen ciertos beneficios siempre que se dictaminaran por contador
público registrado, se propone sustituir dicho
dictamen por la presentación de la declaración
informativa del contribuyente, respecto de las operaciones de enajenación de acciones que al efecto
se establezcan. En este mismo sentido, se estima
conveniente señalar que el dictamen de enajenación
de acciones se encuentra regulado en la Ley del Impuesto Sobre la Renta, por lo que adicionalmente
a la propuesta de reforma del Código Fiscal de la
Federación se propone incluir reformas a dicha Ley,
a fin de establecer un esquema de beneficios y obligaciones similar al previsto actualmente.
Por último y con el objeto de facilitar la transición y
evitar contingencias respecto de la obligación y efectos de presentar dictámenes, se propone establecer
mediante disposiciones transitorias que a los dictámenes presentados en términos de la legislación
fiscal vigente al 31 de diciembre de 2013, les serán
aplicables las disposiciones vigentes hasta esa fecha.
…
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corregirse (sin la intervención directa de la autoridad) y de obtener beneficios, pero sería importante
puntualizar si “la fiscalización”, de inicio, ha sido el
objetivo principal del Dictamen Fiscal, por eso me
remitiré en este momento al ya citado Decreto del 21
de abril de 1959, en el que se señalaba que:
…
Durante los últimos años hemos sabido que el Dictamen Fiscal, y las diferencias de impuestos determinadas por los
auditores independientes, han ayudado a
la fiscalización además de contribuir con
el presupuesto de nuestro país.
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Y así, esto da paso a la propuesta de derogación
de los artículos 32-A, 52, 52-A y 53-A del Código
Fiscal de la Federación (CFF) a partir de 2014, en
los cuales se encuentra no sólo la obligación para la
dictaminarse, la declaratoria para la devolución del
impuesto al valor agregado (IVA) y el dictamen de
enajenación de acciones con sus respectivos beneficios; sino que también desaparecería la posibilidad
de dictaminarse de forma voluntaria, los beneficios
de hacerlo y, por supuesto, la certificación de los
contadores públicos para poder emitir este tipo de
dictámenes, así como la revisión secuencial con sus
respectivos beneficios.
DICTAMEN FISCAL
De inicio, considero que la primera impresión que
nos da la lectura de esta exposición de motivos es
que el Dictamen Fiscal no ha servido de mucho;
cualquiera no involucrado con el tema al 100% o no
relacionado con la auditoría, deduce esto, sin que
necesariamente sea verdad, y pondrían inclusive poner en tela de juicio el trabajo desempeñado por los
auditores independientes.
Durante los últimos años hemos sabido que el
Dictamen Fiscal, y las diferencias de impuestos determinadas por los auditores independientes, han
ayudado a la fiscalización además de contribuir
con el presupuesto de nuestro país. Asimismo, le
han dado a los contribuyentes una posibilidad de
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Considerando que la asistencia técnica de los
Contadores Públicos titulados designados por
los mismos contribuyentes cumplidos, les evitará las
molestias de visitas e investigaciones fiscales innecesarias, hará resaltar la buena fe y permitirá al
Fisco orientar su acción contra los defraudadores
que ocasionan problemas de trascendencia para el
desarrollo de nuestra economía, pues al privar al
Estado de una parte de sus ingresos les impiden
atender en forma satisfactoria los servicios públicos
y sociales que tiene encomendados. Además esos
actos de los defraudadores originan, por una parte,
una situación económica indebidamente privilegiada, en su beneficio, respecto de los causantes que
cumplen fielmente con sus obligaciones tributarias,
ya que las ganancias o utilidades que obtienen ilícitamente les permite competir ventajosamente con
ellos; y por otra parte, tratándose de los impuestos
que repercuten sobre los consumidores, como son
los especiales a la industria y el de ingresos mercantiles, esos actos se traducen no sólo en fraude al
fisco, sino principalmente al pueblo consumidor que
es el que paga esos impuestos, ya que no pueden
emplearse en las obras de beneficio colectivo a que
están destinados, debido a que no llegan a poder
del Estado, y considerando que para la realización
de los propósitos antes señalados es conveniente
centralizar en un órgano técnico todo el sistema de
revisión del cumplimiento de las obligaciones fiscales, para hacer efectivas las sanciones corporales
establecidas en las Leyes desde el año de 1948, en
contra de las personas que incurren en la comisión
de hechos constitutivos de delitos fiscales, he dispuesto expedir el siguiente
DECRETO
…
La intención de origen, por lo que se lee en esta introducción del Decreto del Dictamen Fiscal, era que
el contribuyente recibiera un apoyo de los contadores
públicos y de sus conocimientos, y por parte de la autoridad, este apoyo le permitiría centrar sus esfuerzos
en los defraudadores fiscales.
El Instituto Mexicano de Contadores Públicos
(IMCP) emitió un documento en el cual da su opinión
con respecto a la propuesta de Reforma Fiscal 2014
y habla de este tema del cumplimiento o no de los
objetivos del Dictamen Fiscal, señalando que:
…En ese sentido, cuando el Contador Público,
en el desempeño de su trabajo, observa diferencias de impuestos por enterar o recuperar de parte
de su cliente, éstas son corregidas por él antes de
presentar el dictamen fiscal, inclusive, son consideradas por él al presentar la declaración anual
de impuestos, a fin de evitar que sean observadas
por el Contador Público en su dictamen fiscal que
emita.
Al respecto, la misión del Contador Público independiente no es auxiliar a la autoridad fiscal en la
fiscalización, sino revisar los registros contables
de sus clientes y asesorarlos en el adecuado cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Esa es la razón porque, conforme lo señala el
Ejecutivo Federal en su Exposición de Motivos de
la iniciativa de reformas al CFF, sólo 0.97% de los
dictámenes presentados en 2011 el Contador “registró opinión con repercusión fiscal”. Con esto el
contribuyente corrige su situación fiscal antes de
presentar el dictamen, a fin de contar con una opinión sin salvedades de índole fiscal.
…
La auditoría de los Estados Financieros, sobre la
cual se basaba el dictamen fiscal, tiene por objetivo,
de acuerdo con la Norma Internacional de Auditoria
200, lo siguiente:
…
El objetivo de una auditoría es aumentar el grado de confianza de los usuarios en los estados
financieros. Esto se logra mediante la expresión,
por parte del auditor, de una opinión sobre si los
estados financieros han sido preparados, en todos los aspectos materiales, de conformidad con
un marco de información financiera aplicable. En
la mayoría de los marcos de información con fines
generales, dicha opinión se refiere a si los estados
financieros expresan la imagen fiel, en todos los
aspectos materiales, o se presentan fielmente, de
conformidad con el marco. Una auditoría realizada
de conformidad con las NIA y con los requerimientos de ética aplicables permite al auditor formarse
dicha opinión.
…
Por lo que es cuestionable si dicha razón es suficientemente validad para eliminar la obligación del
Dictamen Fiscal, tomando en consideración que de
acuerdo con lo señalado no es el objetivo de la auditoría la fiscalización, sin cerrar los ojos a que además
se contribuye a ésta.
Ahora bien, en el documento realizado por el IMCP
se señalan unas cifras que son muy significativas y
vale la pena puntualizarlas, pues permiten entender
mejor las consecuencias que la derogación de estos
artículos tendrían:
…Existen 18,028 Contadores Públicos Registrados
en el Servicio de Administración Tributaria, de los
cuales 8,052 están activos. Estos contadores dictaminaron en 2012 a 92,750 contribuyentes.
Cada Contador Público que dictamina requiere,
en promedio, de seis personas para auxiliarlo en
planear, ejecutar y supervisar el trabajo requerido
para emitir un dictamen fiscal. Por lo que, el total
de Contadores independientes que participan en
revisar la situación fiscal de los contribuyentes
asciende a 56,364 personas.
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…
Y aquí surgen lo que me he permitido llamar “consecuencias colaterales”. Sin la obligación del Dictamen Fiscal, o los beneficios de hacerlo de manera
voluntaria, los empresarios podrían tener la duda
de si vale la pena o no hacer el Dictamen Fiscal, y
entonces las primeras preguntas que vienen a mi
cabeza son:
¿Cuántos de estos 56,364 contadores públicos
pueden quedarse sin trabajo, ante esta nueva legislación?, y ¿Cuántos más auditores, dedicados
únicamente a este tipo de servicios, tienen en riesgo sus negocios?, ¿Qué pasará con los negocios
complementarios que han crecido gracias, en parte, a la obligación del Dictamen Fiscal, como es el
caso de desarrolladores de software, certificadores,
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capacitadoras, etcétera?, ¿Se encarecerán los sueldos
de los contadores?, ¿Qué sucederá con la demanda
de servicios? y ¿Podrá el empresario mexicano entender y apoyar las bondades que una auditoría de
estados financieros tiene?
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CONCLUSIONES
Sabemos que hay propuestas en la Cámara de
Diputados para dejar únicamente como opcional
el Dictamen Fiscal. Por tanto, será importante, aun
cuando permanezca de manera obligada o si sólo
queda voluntario el dictamen en la reforma fiscal que
se apruebe, el crear conciencia entre los empresarios
mexicanos de que una auditoría de estados financieros va más allá del llenado del “SIPRED o Dictamen
Fiscal”.
La auditoría permite a los empresarios tener una
seguridad razonable de que los estados financieros
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en su conjunto están libres de incorrección material
(Desviación que surge por la confrontación de la información que presenta la empresa auditada y la
información que debe ser), debida a fraude o error,
además de que les permitirán tener un informe sobre
el estado que guardan dichos estados financieros.
El empresario puede utilizar esta información para
corregir las desviaciones encontradas; hacer mejoras
en su administración, y para mantener una vigilancia
sobre el personal que administra y/o realiza la contabilidad de la empresa, pues detrás de una auditoría hay
toda una técnica que soporta su elaboración y opinión.
Se deberá pensar en la auditoría no como una carga administrativa o monetaria, sino como una herramienta que puede ser muy útil si se continúa con ella
y si se hace uso de los informes que proporciona, sin
simplemente pensar en su “obligación” o no, para
efectos fiscales. •
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