SOBRE FILOSOFAR Planteos a partir de A. Weston y M. Tozzí (filósofos europeos, s. XX). ¿Aprender a filosofar: qué es, cómo es? Filosofar es reflexionar en relación al mundo, a los otros y consigo mismo. Es entrar intelectualmente en las cuestiones fundamentales. Es esencialmente aprender a: - problematizar afirmaciones, es poner en duda y cuestionar aquellos saberes que se presentan como verdades absolutas, por ej: ¿podemos seguir definiendo al ser humano como un ser racional? - conceptualizar nociones, es formarse una idea clara sobre un objeto, hecho o relación, por ej: definir “el ser humano”, “la razón”, “la conciencia”, “el querer”. - argumentar, es dar las razones de mis creencias, es fundamentar mis opiniones o afirmaciones, por ej: exponer las razones que nos llevan a creer que el hombre es un ser racional. Reflexionar filosóficamente es articular estrechamente estos procesos de conocimiento cuando se dialoga racionalmente con otros o consigo mismo, oralmente o por escrito. (...) Ampliando el esquema: Problematizar afirmaciones: La problematización y el cuestionamiento de lo dado, de lo que aparece, de lo que estamos viendo, es la esencia del filosofar. No es posible filosofar si no se plantea un problema que lo desencadene. En este sentido, el filósofo Francisco Romero sostiene: “El primer recurso crítico de la filosofía es el cuestionamiento. La pregunta es a la filosofía como la brújula a la navegación o como la maza a la demolición. Hay un arte de preguntar y la filosofía se vale de un tipo especial de preguntas. Como los diálogos socráticos, la filosofía es un proceso que empieza por generar una pregunta y se desarrolla en un intento por responderla, que supone repreguntarla, reelaborarla y generar nuevas preguntas. La filosofía no sólo pone en cuestión respuestas dadas sino que también cuestiona preguntas.” Conceptualizar términos o nociones: En general los conceptos filosóficos se caracterizan por ser polémicos o problemáticos, esto es, parecen resistirse a nuestros mejores intentos de definirlos con completa claridad y exactitud. Los conceptos tales como: Justo…Verdadero…Bueno…Conocimiento…Espacio…Tiempo…Razón…Persona… Libertad…Ley…Experiencia vital… son conceptos cuyo significado es ambiguo, problemático, relativo al contexto en el que aparecen y por tanto, el uso apropiado y competente de los mismos requiere de su comprensión. Comprender o entender lo que significa un concepto es darle un sentido, una explicación a lo que antes era confuso, ambiguo, problemático o incomprensible. Para esto buscamos familiarizarnos con los mismos a través de su uso, apuntando hacia el desarrollo de una mayor conciencia del significado de los términos que utilizamos al pensar y al comunicarnos o dialogar con otros. Darle sentido a una expresión o término, es enmarcarlo en un contexto de significación, por ejemplo, una persona podría estar hablando del ser inconsciente y aclarar que “utilizamos el término ‘inconsciente’ en el sentido psicológico y no moral”. Argumentar: No hay reflexión filosófica sin la capacidad de argumentar. Dar un argumento significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni significa exponer nuestros prejuicios bajo una nueva forma sino que, los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. Lo que hace que las opiniones no valgan todas por igual son las razones que tengo para defenderlas, para esto, los hechos pueden ser razones o pruebas válidas, pero también lo son las teorías que explican esos hechos. Son una manera de tratar de informarse acerca de qué opiniones o creencias son mejores que otras. Argumentar es importante también por otra razón, porque una vez que hemos llegado a una conclusión bien sustentada en razones, la explicamos y la defendemos mediante argumentos. Un buen argumento no es una mera reiteración de las conclusiones. En su lugar ofrece razones y pruebas, de tal manera que otras personas puedan formarse sus propias opiniones.