Silla de montar (564 kbytes)

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Explicación de la Pieza del mes: Todos los miércoles a las 18 h y el domingo 25 de septiembre a las 13 h.
Marzo 2012
Silla de montar femenina
E- 1980/006-211
Horario:
Los Miércoles a las 18:00 h y
Domingo 25 a las 13:00 h
www.museoscastillayleon.jcyl.es/museodesalamanca
LA PIEZA DEL MES
LA PIEZA DEL MES
SILLAS DE MONTAR
La domesticación del caballo se inicia en la Edad del Bronce. Desde los
inicios fue necesario el empleo de elementos mecánicos severos que
facilitan la monta, el control del animal y la estabilidad del jinete.
Elementos que han permanecido casi idénticos desde la Edad del Bronce
hasta la actualidad.
Exvoto ibérico procedente del
santuario ibérico del Cigarralejo
Entre los instrumentos que mejoran la estabilidad y seguridad del jinete
se encuentra la silla de montar o montura. La silla propiamente dicha, con
armazón de madera, parece haber sido un invento de los pueblos
nómadas de Asia, aunque se debate el momento preciso. Los celtas (quizá
en el s. II a.C.) y luego los romanos (desde el s. I a.C.) fueron quienes
primero emplearon un modelo de montura que, incluso sin estribos,
proporcionaba al jinete una estabilidad y seguridad en la monta.
Explicación de la Pieza del mes: Todos los miércoles a las 18 h y el domingo 25 de septiembre a las 13 h.
LA PIEZA DEL MES
SILLAS DE MONTAR FEMENINAS
Tradicionalmente las sillas de montar femeninas con respaldo y
reposapiés se conocen con el nombre de “jamugas”.
Huída a Egipto. Antonio Palomino.
Museo de Bellas Artes de Córdoba
Los ampulosos vestidos, la búsqueda de una mayor comodidad y el
hecho de que montar a horcajadas estuviera mal visto en las mujeres
motivaron el desarrollo de este tipo de montura. Para su uso era
imprescindible la presencia de un palafrenero que guiara la
cabalgadura, remarcándose de este modo la posición de
dependencia de la mujer.
Los artesanos mudéjares enriquecieron notablemente la decoración
de las jamugas empleando materiales nobles, taracea o escudos
tallados. Durante el siglo XVI, en Granada, estas sillas se fabricaron
por maestros jamugueros como mueble de lujo.
LA PIEZA DEL MES
Las monturas femeninas irán evolucionando, en aras de la
independencia de la mujer, hasta llegar a la montura de amazona
de cornetas, en la que un pomo largo y curvo sujeta la pierna
derecha de la amazona. La otra pierna va apoyada en un estribo
convencional. Este tipo de silla permite a la mujer ser autónoma
en el caballo y no necesitar un palafrenero para ser conducida. Sin
embargo, lo más frecuente en la actualidad es el uso de la misma
silla que el hombre.
Las jamugas, no obstante, pervivirán ligadas a la celebración de
eventos festivos y religiosos.
Isabel II dirigiendo una revista
militar. Porion. Museo Nacional
del Romanticismo.
Faldón: pieza para evitar rozaduras en la pierna
LA PIEZA DEL MES
PARTES DE UNA SILLA DE MONTAR:
Asiento o batalla
Arzón: parte
que une las dos
piezas del fuste.
Faldón: pieza para evitar Fuste: armazón
rozaduras en la pierna
compuesto por dos
piezas de madera
Correas para sujetar el
reposapiés
Reposapiés
Borrén: almohadilla de
los armazones
Cinchas para sujetar
la silla al cuerpo del
caballo
Faldón: pieza para evitar
rozaduras en la pierna
LA PIEZA DEL MES
E- 1980/006-211
Silla de montar procedente de Valdecarros, adquirida por el
Ministerio de Cultura con destino al Museo de Salamanca en
1980.
Presenta fuste de madera con borrenes delanteros y traseros.
Los faldones son de cuero con decoración impresa de motivos
vegetales. En el centro de la cenefa exterior se sitúa la
inscripción “EDUARDO/GARCÍA”, posiblemente el nombre del
autor de la silla.
El asiento, con respaldo lateral móvil, es de cuero tapizado en
terciopelo verde con decoración de motivos vegetales en hilo
dorado. Los arzones son cuadrangulares de madera recubierta
de cuero y tapizados igual que el asiento. El delantero lleva en
su parte frontal un pomo o perilla y decoración de claveteado y
terciopelo; el trasero, un bolsillo en su parte posterior.
LA PIEZA DEL MES
El respaldo puede colocarse a uno u otro lado de la silla a través
de enganches metálicos. El reverso presenta decoración vegetal
realizada a clavazón y terciopelo verde, así como las iniciales
“ARB”, la A perdida, marcada simplemente en el cuero y la R y la
B en metal, atribuibles al propietario de la pieza.
Se completa la silla con una tablilla rectangular verde, sobre la
que se colocarían los pies, y una serie de cinchas de cuero para
sujetar la tablilla y la silla al caballo.
Datable hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX.
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