Omar Benitez, Desaparición Forzada

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RECONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTORICA OMAR BENITEZ
MILITANTE DE LA UP.
“Como uno no lo enterró, no hizo lo de recogerlo, llevarlo al cementerio, a veces
no cree que sea cierto… uno queda con esa imagen de persona viva, yo lo veo
cuando salió de la casa ese martes en la mañana”.
Mary.
Una mujer, campesina, humilde, sencilla, que como muchos en nuestro país ha
tenido que vivir el horror de la guerra, hoy se resigna a saber que Omar, un
hombre trabajador, detallista, el hombre con el que un día de 1991, decidió
compartir su vida, no va a regresar, una de las más de 41.0000 familias que viven
y sufren la desaparición de un ser querido en nuestro país.
En Colombia, el tema de la desaparición, para muchos no es más que unas cifra
vaga y un comercial que todos los días en el noticiero nos presenta un rostro y un
número, para otros, para mucho de nosotros que nos criamos pensando en la
desigualdad y en la búsqueda de un país más justo, la desaparición forzada es
uno de los crímenes más difíciles a los que nos vemos evocados en esta guerra.
Que difícil pensar que un día cualquiera, sin más ni más, un esposo, un hijo, una
madre, salieron y simplemente nunca más regresaron. Un mar de preguntas y
sentimientos que nunca podrán resolverse y con los cuales las familias de aquel
desaparecido tendrán que convivir.
Ese es el caso de esta mujer, quien ha pedido que no la identifiquemos por
seguridad y a quien llamaremos Mary. En el año 1991 terminado sus estudios de
bachiller se va de su casa a vivir con Omar, un hombre del campo, conocido y
aceptado por su familia quien vivía en la vereda la congoja del municipio Puerto
Berrio, dos jóvenes con la ilusión de iniciar una vida juntos. Al poco tiempo Omar
se ve obligado, por su situación económica a vender la finca y se trasladan a una
casa en el pueblo de Puerto Berrio.
Su tranquilidad y alegría, se ve interrumpida, poco tiempo después, Omar es
detenido por miembros de la Brigada 14, acusado de pertenecer a la guerrilla, tres
días después es dejado en libertad, estigmatizado, con un gran peso sobre sus
hombros, debe enfrentar el asedio de los paramilitares, quienes ya se habían
tomado el municipio, amenazan a Omar por su trabajo como miembro de la junta
de acción comunal y su militancia como miembro de la Unión Patriótica.
Una difícil situación a la que una joven pareja deben enfrentarse, son obligados a
salir huyendo, dejando lo poco y que con tanto esfuerzo habían podido obtener,
Omar decidió asentarse en Barrancabermeja, cuenta Mary, aunque muchos les
dijeron que buscaran otro sitio, por los problemas de seguridad que ya tenían, y
sabiendo que el puerto no era el mejor sitio, llegaron a vivir en el barrio Nueva
Esperanza, no tenían muchos recursos. Mary siempre fue una mujer dedicada a
su hogar y a cuidar de su familia y Omar pronto comenzó a trabajar, era un
hombre que no temía al trabajo, dedicado y responsable. Su militancia quedo en el
pasado, dice Mary, nunca se le volvió a escuchar nada sobre la Unión Partiotica,
Consiguió una canoa de motor y comenzó a llevar personas y mercado a Puerto
Matilde y otros municipios a la orilla del Rio Magdalena. Poco tiempo le quedaba,
cuenta Mary, viajaba día de por medio los días que estaba en Barrancabermeja
hacía las compras, los encargos que le hacían los pobladores de los municipios de
la orilla del rio, además transportaba madera de Puerto Matilde al Puerto
Petrolero.
Una vida tranquila, recuerda Mary con su mirada perdida entre los recuerdos, fue
el tiempo de más estabilidad, "En la pobreza que vivimos, estábamos bien en esos
años". En 1989 nació el primogénito y dos años después nació la niña. Omar feliz
hacia realidad su sueño de familia, ya con la responsabilidad de los hijos, Mary
dejo de acompañarlo más a sus viajes por el rio, y se dedicó de tiempo completo a
la crianza de sus hijos.
Después de mediados del año 2001, exactamente en el mes de agosto, son
asesinados 3 compañeros de Omar, igual que él se dedicaban a transporte por el
rio magdalena, Luis Alfonso, Fabio Franco y Omar Cifuentes quienes fueron
desaparecidos en el muelle de Barrancabermeja y luego hallados sin vida. Los
grupos paramilitares, habían llegado a Barranca y determinaron tomarse la ciudad
a sangre y fuego, Mary le insistió a su compañero que dejará el trabajo por el
peligro que esto podría representar, pero él le dijo totalmente convencido,
recuerda ella, que el que nada debía, nada temía.
Dos meses después, un martes, el 30 de octubre de 1991, Omar salió como
cualquier día de su casa rumbo a su trabajo, ese día viajaba como día de por
medio a Puerto Matilde, nunca regresó.
“Él tenía 38 años … a los tres días iba a cumplir los 39 años .. el no estaba activo
en el trabajo de las juntas … El salió como a las 6:00 am, como común y corriente,
yo pensé que él estaba comprando todo, como siempre, yo estaba confiada, como
a las 8:00 de la noche me llamó una señora y me pregunto que si Omar estaba, yo
le respondí que no, ella me dijo que a él se lo habían llevado a la 1 de la tarde del
puerto, se embarcaron en la canoa y desde ahí no volvimos a saber nada”.
El 31 de octubre de 2001 Mary, inicia la búsqueda que duro aproximadamente un
mes junto con sus hermanas, cuñados y amigos sin encontrar el paradero de su
esposo, ni su cadáver y sin ninguna información al respecto. Tiempo después
encontraron la canoa, sola a orillas de rio, sin motor, sin una cocina que llevaba
Omar para poder cocinar sus alimentos cuando no conseguía en los caseríos
donde comprar alimentos.
Al poco tiempo Mary se ve obligada a vender la canoa, por la situación económica
en la que se encuentra, como ella misma lo dice después de terminar sus estudios
de bachiller nunca aprendió ningún oficio más allá de las obligaciones de su hogar,
por lo cual con quedo totalmente desamparada. El dinero lo dividió con la madre
de Omar, una mujer que poco conoce pues nunca hubo relación alguna, “Cuando
nuestro primer hijo, ella se acercaba a algunos metros de nuestra casa y Omar le
llevaba al niño para que ella lo viera … él nunca la dejó sola, siempre le ayudo
económicamente”
Una mujer que por la guerra que vive nuestro país quedo sola con dos niños
casa, pues era imposible costear el arriendo y se refugia el casa de una tía, quien
le brinda el primer apoyo.
Al poco tiempo Mary, obligada por las circunstancias deja a sus dos pequeños
hijos a cargo de una de sus hermanas y se va a trabajar en una finca en Sardinata
Alta, sus hijos se han criados solos, con su hermana, no porque Mary lo haya
querido así, porque la desaparición de Omar, la falta de oportunidades, la
ineficacia de Justica, la han obligado “a veces les pregunto a mis hijos, si me
quieren, pues siempre me han visto lejos”.
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