Quilmes Recicla - FICH-UNL

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Programa “Quilmes Recicla”: análisis de gestión y resultados
Mariana Saidón
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires
[email protected]
Av. Córdoba 2122, 2°piso,
Código Postal 1120 AAQ – C.A.B.A.
Teléfono: 54 11 4370 6158
Resumen
Este trabajo analiza el programa “Quilmes Recicla”, un proyecto de manejo de
residuos sólidos domiciliarios orientado al reciclado que comenzó a
implementar el municipio de Quilmes en el año 2008 en un área de la localidad
de Don Bosco.
Se describen los objetivos del programa, su operatoria y diversos conflictos
evidenciados a través de una gestión que involucró la interacción de diversos
actores con intereses y perspectivas que frecuentemente han entrado en
tensión, configurando un escenario de acción complejo.
También se presentan e interpretan algunos indicadores que permiten evaluar
el desempeño del programa a partir de una encuesta realizada sobre una
muestra representativa de la población adulta del distrito y de la zona de
implementación del programa.
Los resultados sugieren que en el área de implementación del Quilmes Recicla
la mayor parte de la población participa del mismo. Un pequeño porcentaje, sin
embargo, ha dejado de participar debido a deficiencias aisladas en cuanto al
cumplimiento respecto del cronograma previsto de recolección y de entrega de
bolsas.
En cuanto a la efectividad del programa se destaca que, entre quienes
declararon estar participando del mismo, el 91% ha manifestado separar más
residuos que antes (en cantidad y/o variedad) y un 52% declaró haber
empezado a separar residuos en origen a partir del programa.
Por otra parte, el Quilmes Recicla parece haber incidido en la confianza que
tiene la población respecto de que el municipio lleve a cabo un manejo
adecuado de residuos, siendo que el área de implementación presenta
mayores niveles de confianza que la que se manifiesta en el resto del distrito.
1. Introducción
La producción de residuos sólidos domiciliarios resulta un tema problemático
en Quilmes –derivado de las aproximadamente 12 mil toneladas de residuos
que se generan en el distrito por mes y las políticas vigentes para su
tratamiento.
En particular, en Quilmes dominan las prácticas que utilizan rellenos sanitarios
como destino final para los residuos producidos por los hogares. Este tipo de
gestión genera la contaminación del aire, el suelo y los ecosistemas acuáticos,
incidiendo de manera negativa sobre la salud de los habitantes de la zona y
sobre el ecosistema en general. Asimismo, tales prácticas han implicado una
pérdida de oportunidad de reinsertar los residuos generados por los hogares en
el sistema productivo como insumos, propiciando la innecesaria extracción de
nuevos recursos naturales para la producción (van den Bergh 2008). En efecto,
la gestión de residuos en los países en desarrollo suele ser tradicional y pobre
–orientada a la incineración y al entierro indiscriminado en rellenos sanitarios-,
afectando el ambiente y el bienestar de los hogares que allí residen (Tadesse,
2009).
En este marco, desde 2008, el gobierno municipal ha implementado un
programa piloto -Quilmes Recicla- en un área de la localidad de Don Bosco,
para promover el reciclado.
Este trabajo tiene por objetivo analizar la operatoria, los desafíos y los
resultados alcanzados por el programa “Quilmes Recicla”.
Para ello, en el apartado que sigue se realiza un análisis de caso respecto de
las características del contexto en el que se enmarca el programa. Luego se
describen los aspectos más relevantes del Quilmes Recicla y en una cuarta
sección se sintetizan algunos resultados derivados de su implementación. En la
última sección se realizan algunas reflexiones finales.
2. Análisis de Caso
Uno de los problemas ambientales que emergió en el distrito de Quilmes con la
urbanización y el crecimiento poblacional está vinculado a la generación de
residuos domiciliarios.
Tal como ocurre en muchas ciudades urbanas del mundo, los rellenos
sanitarios son el destino regular e indiscriminado de la mayoría de los residuos
producidos por los hogares quilmeños y su manejo está a cargo del gobierno
municipal. Los residuos recolectados1 son llevados a predios de la
Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE).
Desde 1978 Quilmes ha regido su manejo de residuos a través del Decreto-Ley
CEAMSE Nº 9111, el cual dio nacimiento a la CEAMSE y obligaba a los
municipios del conurbano a entregar allí sus residuos domiciliarios. Luego, en
diciembre de 2006, la normativa fue modificada con la sanción de la Ley
Integral de Residuos Nº 13.592 de la Provincia de Buenos Aires, por la que se
permitía a los municipios presentar un Programa de Gestión Integral de
Residuos Sólidos Urbanos a la Autoridad Ambiental Provincial para
implementar proyectos de reciclado, en virtud de que se les atribuía la facultad
de procesar su propios residuos. Sin embargo, en febrero de 2011 se venció el
plazo establecido en la Ley para que los municipios optaran por gestionar el
manejo de sus residuos y, de acuerdo con el director de la CEAMSE (Carlos
Hurst), “…ningún municipio ha manifestado la voluntad de alejarse del sistema
(…) hasta que no haya una nueva modificación de la ley, las comunas quedan
comprometidas con la CEAMSE” (Argentina Municipal, 20-2-2011).
El tema del manejo de residuos es una cuestión significativa para el gobierno
local en términos de presupuesto, debido a que implica un alto porcentaje
destinado a recolección y disposición final. Sobre la base de datos extraídos
del presupuesto municipal aprobado para el año 2009, el manejo de residuos
insume el 30 por ciento del presupuesto total del municipio. Esto incluye el
pago de recolección de residuos por 4,5 millones de pesos mensuales (54
millones de pesos anuales) y alrededor de 800 mil pesos mensuales,
aproximadamente, pagados a la CEAMSE por el enterramiento de la basura,
dependiendo esto del tonelaje ingresado al predio (Municipio de Quilmes,
2009).
Tal como ocurre en otros distritos a nivel mundial, además, la disposición de
residuos se ha vuelto cada vez más costosa en las décadas recientes,
principalmente debido a la creciente demanda de tierras para otros propósitos y
por el rechazo de residentes de diferentes áreas a aceptar la instalación de
rellenos cerca de sus viviendas (Fullerton y Kinnaman, 1995)2.
A partir del año 2010 la empresa Covelia maneja la recolección de residuos
en el municipio. Antes del año 2007 el gobierno de Quilmes otorgaba la
concesión de la recolección a la empresa prestataria CLIBA. Desde ese año y
hasta 2010, el municipio dividía el territorio entre CLIBA y Covelia, en las zonas
de Quilmes Este y Quilmes Oeste, respectivamente. Esto se hizo, según
argumentaron funcionarios del gobierno, con la intención de municipalizar
posteriormente las áreas correspondientes a CLIBA. Sin embargo, algunos
conflictos que surgieron, impidieron avanzar en este proceso.
2
Cabe destacar que, a la luz de los acuerdos realizados a nivel internacional
en la cumbre de Cambio Climático de diciembre de 2010, los aportes que
ayuden a efectivizar políticas de residuos orientadas al reciclado y al
compostaje, pueden contribuir a la generación de transferencias económicas
desde los países desarrollados hacia países como la Argentina, en función de
promover reducciones en la generación de emisiones de gases de efecto
invernadero a nivel global.
1
Por otro lado, además de tener gran incidencia presupuestaria, el tema
preocupa significativamente a los ciudadanos del distrito en términos
ambientales. Cierta evidencia de ello es que, a pesar de la vigencia de otras
profundas y urgentes problemáticas en esta esfera –como, por ejemplo, las
derivadas de la contaminación industrial o de las inundaciones-, el tema del
“manejo de residuos domiciliarios y limpieza” tuvo la mayor incidencia cuando
en la Encuesta de Residuos Sólidos Domiciliarios de Quilmes (ERSDQ), 2010,
se consultó cuáles tres de una lista de diez temas ambientales debería ser una
prioridad para el gobierno de Quilmes (tabla 1).
Tabla 1: Distribución de declaraciones respecto de cuál debería ser una prioridad ambiental
para el gobierno de Quilmes (sumando con igual ponderación a los tres temas declarados como
prioritarios por cada persona)
Arbolado Público
Cuidado y recuperación de especies nativas
Inundaciones
Contaminación auditiva
Cuidado de areas recreativas
Animales sueltos
Contaminación industrial
Manejo de residuos domiciliarios y limpieza
Antenas de celular
Cables de alta tension
Total
5%
2%
18%
4%
6%
12%
17%
29%
3%
4%
100%
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de la Encuesta de
Residuos Sólidos Domiciliarios de Quilmes (2010).
Para interpretar esta información, cabe destacar que los rellenos sanitarios a
los se lleva la mayoría de los residuos producidos por los hogares del distrito
no se encuentran dentro del municipio. En consecuencia, las preocupaciones
por la temática pueden deberse a distintos factores. En algunos casos podría
relacionarse con la recolección domiciliaria y las condiciones de limpieza de las
calles –soslayando cuestiones vinculadas a la recuperación de residuos. En
otros casos podría deberse al valor de no uso (se valora positivamente, por
ejemplo, que otros agentes que viven cerca de los sitios de enterramiento
puedan disfrutar de una –relativamente- buena calidad ambiental en sus
lugares de residencia) o a un valor de opción de uso (aunque no se tenga
residencia allí, se valora la posibilidad futura de utilizar esos emplazamientos)
atribuido a la calidad ambiental prevaleciente en terrenos externos al distrito.
Por otra parte, la preocupación por el tema podría responder a la existencia de
una visión integral y sistémica del medio ambiente que permite inferir que los
daños ambientales provocados por los rellenos sanitarios, aunque ubicados a
una distancia considerable, pueden afectar la calidad ambiental en general3.
Asimismo, una mirada de este tipo podría considerar que la no utilización de
los residuos como insumos para la producción, también podría afecta el
ambiente a través de nuevos procesos de extracción de recursos naturales.
Un vecino del distrito (entrevistado) remarcó: “Algunos no se dan cuenta de
que la basura se entierra allá en los rellenos y después nos sale por la canilla,
porque se contaminan las napas”.
3
Alternativamente, alguna gente podría estar preocupada por el manejo informal
que se hace de algunos residuos.
Estos canales informales de disposición de residuos generan condiciones
ambientales adversas, amenazan contra la calidad de vida de los habitantes y,
a su vez, presionan sobre los sistemas de salud y de control de plagas
municipales. Si bien gran parte de los residentes de Quilmes utiliza el
mecanismo formal y sistemático de manejo de residuos ofrecido por el
gobierno, a pesar del amplio alcance de ese sistema formal de recolección y
disposición de residuos, no existe una cobertura completa por parte de la
empresa Covelia en todo el territorio. De manera que no todos los hogares
están incluidos en el sistema formal de manejo de residuos. Por lo tanto, los
estándares mínimos de limpieza no están garantizados para toda la población.
En algunos de estos casos ocurre que, como la tenencia de algunas tierras es
ilegal y las viviendas están ubicadas en áreas que han sido ambientalmente
declaradas no aptas para la vida humana, la recolección de residuos no es
legalmente factible. En otros casos, el emplazamiento de viviendas no
planificado en algunas áreas ha resultado en una configuración urbana con
calles inaccesibles para los camiones recolectores. También existen denuncias
por parte de la población respecto de que los camiones actualmente no
cumplen con el servicio previsto de recolección, incluso en algunos casos en
los que están habilitados para hacerlo4. Esto ha producido, como corolario, que
otras modalidades suplementarias de disposición de residuos operen en la
práctica. En algunos casos la población que reside cerca de arroyos
contaminados –con residuos industriales y domiciliarios- decide disponer sus
residuos allí. Otros queman o entierran sus residuos indiscriminadamente, o los
arrojan en basurales abiertos o dinámicos5.
Por otro lado, los hogares del distrito son heterogéneos, tanto en sus
características socioeconómicas, en cuanto a la cercanía a distintas
problemáticas ambientales, respecto de los conocimientos adquiridos
vinculados a lo ambiental y en sus preocupaciones. Esto configura un
escenario complejo en el que, aunque existen casos en los que la ciudadanía
reclama políticas integrales de residuos orientadas al reciclado, también existen
otros casos de despreocupación respecto de la cuestión de los residuos o de
una exclusiva preocupación por la limpieza.
En este contexto, desde el año 2008, algunos funcionarios del gobierno
municipal han expresado su deseo de sustituir progresivamente las políticas de
gestión de residuos prevalecientes por otras más sostenibles.
En el distrito de Quilmes, de acuerdo con datos del Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas del año 2001, un 5 por ciento de la población
del distrito habitaba en segmentos sin recolección regular de residuos (de al
menos 2 veces por semana) en ese momento.
5
Los “basurales dinámicos” han sido definidos por el gobierno de Quilmes
como sitios de disposición frecuente de residuos domiciliarios (sueltos, no en
bolsas) sobre veredas o calles, que no llegan a tener las dimensiones de los
basurales a cielo abierto, los cuales, en cambio suelen emplazarse sobre
terrenos enteros y cuyo contenido suele tener alta proporción de residuos
industriales.
4
Existe un área del distrito en la que el gobierno comenzó a instalar
contenedores. Mientras los mismos podrían servir sólo para sostener las
prácticas tradicionales de manejo de residuos, también podrían aprovecharse,
a futuro, -y esto es lo que han expresado aquellos que se ocupan de las
cuestiones ambientales en el municipio de Quilmes- como una herramienta
sumamente útil para promover estrategias orientadas a una recolección de
residuos diferenciada y orientada al reciclado.
Desde ese mismo año, el gobierno municipal ha comenzado a gestionar el
programa piloto -Quilmes Recicla- en un área de Don Bosco, proponiendo que
la gente separe sus residuos en origen de manera voluntaria.
Sin embargo, frecuentemente, otras prioridades ambientales han excedido la
capacidad del gobierno de desarrollar políticas sustentables e integrales de
manejo de residuos en todo el distrito. Por ejemplo, funcionarios clave del
gobierno han privilegiado la construcción de redes de agua corriente y cloacas
para aquellos hogares que permanecían excluidos de este sistema de
servicios. Asimismo, existen emergencias ambientales que funcionarios del
gobierno deben atender. Por ejemplo, eventos repetidos de inundaciones y
evacuados.
Además, la introducción de nuevos programas ambientales suele resultar
compleja debido a que existen pocas herramientas regulatorias y recursos y
porque a menudo son transversales a distintos sectores de gobierno -salud,
educación, desarrollo social, etc.- (Mendes, 2008).
Adicionalmente, otros miembros del gobierno implícita o explícitamente
defienden el status quo, llámese, la retención de las prácticas tradicionales.
Quizá esto sea el resultado de su falta de conocimiento respecto de las
implicaciones que tendría la utilización de sistemas alternativos de gestión de
residuos. Tal vez, en otros casos, sea consecuencia de ciertos intereses o
estrategias concretas. Por ejemplo, la desactivación del sistema de recolección
y disposición de residuos vigente podría resultar una amenaza para el gran
número de trabajadores del ámbito de la recolección y disposición final de
residuos, que están organizados y, ante el menor signo, hacen públicas sus
protestas en contra del gobierno. Esto, a su vez, amenaza con la interrupción
del servicio de recolección y, en consecuencia, con provocar protestas masivas
de la ciudadanía hacia las autoridades6.
Por otra parte, miembros de muchos hogares han decidido separar
voluntariamente parte de sus residuos y darle ciertos materiales a recicladores
Al respecto, un ejemplo es la medida de fuerza adoptada contra el gobierno
de la Provincia de Buenos Aires por los trabajadores de la CEAMSE el 25 de
febrero de 2011 ante el temor de que la implementación del nuevos programas
de Tratamiento de Residuos redujera los puestos laborales (Diario Página 12,
28-02-2011). También pueden mencionarse las protestas de recolectores
realizadas en Quilmes durante el año 2010, que amenazaban a las autoridades
municipales con dejar que los residuos se acumulen en las calles y veredas del
distrito si sus pedidos no eran atendidos.
6
informales para su venta en mercados privados. De acuerdo con la ERSDQ,
aproximadamente el 69 por ciento de la población del distrito ha separado
alguna vez sus residuos.
Al respecto, mediante entrevistas cualitativas se percibió que muchos de
quienes han separado alguna vez sus residuos lo han hecho por altruismo –sin
motivaciones vinculadas con lo ambiental. Tales conductas (altruistas) de
separación, en la mayoría de los casos parecieran haber tenido origen en la
crisis económica argentina de 2001, cuando un alto número de desempleados
encontraron en los residuos un modo de manutención y, entonces, muchos
ciudadanos se vieron motivados a colaborar con ellos. Sin embargo, una vez
superada la recesión económica, tal conducta de separación desapareció en
múltiples casos.
En contraste, hay quienes nunca participaron en tales actividades de
separación de residuos. Entre quienes declararon nunca haber separado sus
residuos, de acuerdo con la ERSDQ, la mayor proporción (el 46%) mencionó
desconocer porqué sería pertinente separarlos. Un 21 por ciento manifestó que
no separaba sus residuos porque existe una política ambiental inadecuada
(subrayándose el hecho de que los camiones vuelven a juntar los residuos que
se separan). Un 20 por ciento manifestó falta de interés por el tema. Otros
motivos mencionados en proporciones mucho menores han sido la falta de
tiempo, que no le gusta hacerlo, falta de espacio, que genera suciedad, que no
le corresponde, para ahorrar en bolsas, porque los perros sueltos rompen las
bolsas –atrayendo plagas-, porque nunca se lo propusieron y porque genera
pocos residuos7.
Se observa entonces que, en términos generales, la práctica de separación de
(escasos) materiales para su reciclado –a excepción de lo que ocurre en Don
Bosco a partir de la instauración del programa Quilmes Recicla- ha estado
regida por decisiones de individuos operando aisladamente guiados, sobre
todo, por la motivación de colaborar con un número significativo de
recicladores urbanos (o “cartoneros”), quienes encontraron un modo (informal)
de empleo ante la situación de exclusión económico-social a la que se han
enfrentado. Lo que vale la pena destacar al respecto es que, en consecuencia,
estas prácticas ambientalmente amigables (de reciclado) por parte de los
hogares, han estado guiadas por las fuerzas de los mercados de aquellos
materiales que han generado cierta magnitud de rentabilidades al ser utilizados
como insumos en la producción de nuevos bienes. En cambio, la ausencia
histórica de un estado coordinador y promotor de prácticas de manejo de
residuos integrales y sustentables parece contribuir a explicar porqué la basta
mayoría de los residuos –en cuanto a materiales y volumen- continúe hoy
siendo canalizada mediante los mecanismos tradicionales.
Analizando en conjunto los discursos de varios actores entrevistados
(residentes del distrito, miembros de organizaciones sociales, funcionarios de
gobierno, etc.), se hace evidente la existencia de acuerdos y desacuerdos. Se
La posibilidad dada al encuestado de mencionar más de una opción de
respuesta hace que la suma de los diferentes rubros no represente el 100%
sobre el total de población.
7
advierten distintas perspectivas, capacidades diversas en términos de
conocimientos y poder, diferentes prioridades dependiendo de la ubicación en
la que se encuentra cada actor, frecuentes intereses en conflicto, y que estos
actores son parte de una compleja red de relaciones que los afecta y los
influye. Todo esto explica en cierta medida que alguna gente esté preocupada
respecto de la cuestión de los residuos y sólo reclame políticas orientadas a la
limpieza, que otros se muestren despreocupados y, sin embargo, otros
demanden políticas integrales de manejo de residuos donde el impacto
ambiental de tal manejo sea tomado en cuenta en profundidad.
Este escenario complejo, caracterizado por la existencia de contradicciones
dentro y entre sectores, determina distinto tipo de vínculos entre gobierno y
ciudadanos. Múltiples historias y situaciones parecen configurar disímiles
niveles de confianza en que el gobierno lleve a cabo una política adecuada de
residuos, así como una caracterización cualitativa distinta de tal confianza.
Aquellos sectores que carecen de los servicios básicos de recolección y
limpieza, a menudo tienen una actitud de desconfianza respecto de que el
gobierno desarrolle una política de residuos satisfactoria. Algo similar parece
ocurrir con aquellos que han sido históricamente afectados por casos de
contaminación no resueltos por las políticas de varios gobiernos subsecuentes.
Por ejemplo, entre quienes han sufrido los efectos de los basurales a cielo
abierto, de las plantas de acopio de residuos instaladas en condiciones
precarias o de las quemas ubicadas en las inmediaciones de sus viviendas.
También pueden incluirse, como casos similares, los de aquellos hogares que
padecen de problemas de contaminación no derivados de los residuos sólidos
domiciliarios: las viviendas que padecen las emisiones tóxicas generadas por
firmas que operan en sus inmediaciones o aquellas instaladas sobre una
mancha de hidrocarburos provocada años atrás por un derrame de una
compañía petrolera.
De todos modos, no debería ignorarse que, entre aquellos que han sufrido
históricamente tales circunstancias críticas asociadas a casos de
contaminación –se advirtió en las entrevistas realizadas y en la información
obtenida a través de la ERSDQ-, existe alguna gente que manifiesta que confía
(en diferentes grados, en distintos casos) en que el gobierno actual realice un
manejo adecuado de los residuos. Tal confianza, quizá sea consecuencia, por
ejemplo, de que ciertos individuos conocen acerca de la implementación del
programa piloto Quilmes Recicla8.
3. El Programa “Quilmes Recicla”
El programa “Quilmes Recicla” es una iniciativa de la Secretaría de Medio
Ambiente, Higiene Urbana y Turismo del Municipio de Quilmes. Está en
De acuerdo con los datos de la ERSDQ, del total de la muestra
(representativa de todo el distrito), un 40 por ciento declaró conocer el
programa Quilmes Recicla.
8
funcionamiento desde el año 2008 en un área de la localidad de Don Bosco9, la
cual comprende aproximadamente 2500 viviendas.
El programa está orientado a la separación de residuos domiciliarios en origen
por parte de las familias para su posterior reciclado o reutilización y se formuló
bajo los siguientes objetivos:
•
Disminuir la contaminación y la degradación del Medio Ambiente.
•
Colaborar con la limpieza del Municipio
•
Reutilizar los residuos de acuerdo al concepto Basura = Materia Prima.
•
Crear empleo desarrollando una actividad útil.
•
Facilitar el trabajo del reciclador urbano (cartonero).
En el diseño del proyecto Quilmes Recicla se estimó que en el área prevista
para su implementación se generaban (en el año 2008) 15 toneladas de
residuos diarios, en promedio. De los mismos, se evaluó inicialmente que
terminarían administrándose bajo el programa de reciclado 1700 kilos diarios
aproximadamente. Cabe destacar en este punto, que el programa se orienta al
destino de los residuos “secos” (cartón, papel, plásticos, latas, aerosoles,
tetrapack, etc.), en tanto los residuos “húmedos” (pañuelos usados, restos de
vegetales, flores, etc.), que ocupan una gran proporción del total de los
residuos generados10, requieren de otro tipo de manejo y tratamiento11.
Para ello, el programa solicitó la cooperación de la ciudadanía –residente en
Don Bosco- separando sus residuos en secos y húmedos.
Los residuos secos son retirados del domicilio dos veces por semana por un
reciclador debidamente identificado en un horario específico en los días
correspondientes a cada una de las tres zonas en las que fueron divididas las
120 manzanas de Don Bosco en las que se implementa el programa.
El municipio provee a los vecinos de bolsas verdes de manera gratuita para
almacenar sus residuos secos, los cuales, luego, son recolectados puerta a
puerta y llevados posteriormente a un galpón, en donde se realiza una
selección y separación para su posterior reciclado.
El área determinada es la comprendida por las siguientes calles: al noreste la
calle Nº 265, al sudeste la Av. Lomas de Zamora, al sudoeste las vías del
Ferrocarril General Roca y al noroeste la calle Nº 203. La zona abarca calles
que se encuentran totalmente asfaltadas y sus habitantes se caracterizan por
ser, en su mayoría, de clase media alta.
10
Por ejemplo, un estudio realizado para la Ciudad de Buenos Aires (Giorgi y
Rosso, 2009) estima que en el año 2009 el 43 por ciento de los residuos
(medidos en toneladas por metro cúbico) eran orgánicos.
11
Actualmente, expertos en el tema (entrevistados) sostienen que los residuos
húmedos deberían manejarse a través del compostaje. En particular, se
recomienda la generación de lombricompuesto a través de biodigestores
diseñados especialmente, lo cual, en relación a otras prácticas, generaría
beneficios en términos ambientales y resulta más eficiente en términos
económicos.
9
Los residuos húmedos, por el momento, siguen siendo retirados de la manera
tradicional por la empresa concesionaria del servicio de recolección urbana
Covelia, en los horarios en los que habitualmente lo venían haciendo y su
destino final son los rellenos sanitarios de la CEAMSE.
El personal que trabaja en el programa se compone de aproximadamente seis
recolectores (el número varía en función de las necesidades de recolección y
de las dificultades propias de la gestión que se van enfrentando). También
existe un chofer de camión contratado por el Municipio y dos encargados de
hacer la estiba (ubicar los residuos en el camión para que ocupen el menor
espacio posible).
Con respecto a este personal, desde lo discursivo, en las primeras etapas de
implementación del proyecto, el gobierno local aseveraba que se buscaba la
formalización laboral y cierta independencia en el manejo de los beneficios
derivados de la recolección y posterior venta de residuos. Esto, además de
generar beneficios sociales, permitiría menores demandas en términos de
gestión para el municipio y, con esto, podría ampliarse el programa hacia
nuevas áreas.
4. Resultados Evidenciados
Si bien no existe ningún sistema desarrollado de evaluación y monitoreo
sistemático del funcionamiento del programa Quilmes Recicla, en este apartado
se presentan algunos resultados que surgen de cruzar la información provista
por integrantes del programa, la ERSDQ y entrevistas realizadas con actores
clave.
En primer lugar, un indicador disponible que permite aseverar que el programa
ha tenido una evolución prometedora es que si bien inicialmente se
recolectaban los residuos del área seleccionada con un solo camión en cada
recorrido (que no llegaba a completarse), actualmente se completan dos
camiones.
Otros indicadores respecto de los resultados alcanzados por el programa se
observan a partir del procesamiento de los datos obtenidos en la ERSDQ.
Según esta fuente de información:
-
Del total de la muestra del distrito, un 40 por ciento declaró conocer el
programa Quilmes Recicla y, dentro del área de Don Bosco -en donde se
aplica el programa-, el porcentaje de gente que manifestó conocerlo es del
88 por ciento.
-
En la zona en la que se implementa el programa, la mayor parte de la
población encuestada participa o ha participado del mismo. De quienes
declararon conocer su existencia un 84 por ciento participa o participó. De
ellos, un 73 por ciento participa actualmente y un 11 por ciento dejó de
participar. Los motivos por los cuales se declaró, se dejó de participar, han
sido principalmente: “no pasaron más a retirar los residuos y se me juntó la
basura”, “no dejaron más bolsas” y, en menor medida, “no pasan cuando
dicen”.
-
De quienes declararon estar participando del Quilmes Recicla, el 91 por
ciento ha manifestado separar más residuos que antes (o bien porque
previamente no separaban, o bien porque separaban y ahora lo hacen en
mayor cantidad y/o variedad). Un 52 por ciento de la gente que participa del
programa declaró haber empezado a separar a partir del mismo, mientras
que el 48 por ciento restante ya separaba residuos antes.
-
El programa, además, parece haber incidido en la confianza que tiene la
población respecto de que el municipio lleve a cabo un manejo adecuado
de residuos. Se advierte que quienes residen en el área de Don Bosco, en
donde se implementa el programa Quilmes Recicla, manifiestan mayores
niveles de confianza que quienes residen en el resto del distrito. En
particular, mientras que dentro del área de implementación tal confianza es
elevada en el 72 por ciento de los casos (entre “muchísima” y “un poco” de
confianza en una escala de Likert que abarca las categorías: muchísima,
bastante, un poco, casi nada, nada), en el resto del municipio tales niveles
de confianza se reducen al 51 por ciento de los casos. Esto resulta en sí
mismo importante debido a que mayores niveles de confianza en una
gestión municipal de residuos legitima este tipo de medidas. Esto puede
contribuir a promover y/o sostener la cooperación de la ciudadanía, así
como el compromiso del gobierno en la temática.
Con respecto a la situación laboral de los recolectores, que con anterioridad se
desempeñaban como recicladores urbanos informales, su incorporación al
programa mejoró en cierta medida tales condiciones. En particular, la situación
laboral previa era absolutamente precaria y, con el inicio del programa, el
gobierno municipal brindó asistencia para que los trabajadores realicen los
trámites pertinentes para conformar una cooperativa y comiencen a facturar los
ingresos generados autónomamente por la venta de residuos. Sin embargo,
tales ingresos, cuando esta investigación estaba finalizando, continuaban
siendo montos mensuales fijos pagados por parte del municipio, sobre la base
del Plan Argentina Trabaja. Aún no se había logrado la auto-administración de
ingresos por parte de la cooperativa a partir de la venta de materiales.
Finalmente, resulta alentador que, como consecuencia del programa Quilmes
Recicla, se desprendió una iniciativa municipal de educación ambiental en el
sistema de educación formal, “Medio Ambiente y la Escuela” que aún se
encuentra en una etapa exploratoria. Esto, a futuro, podría lograr una mayor
incidencia de la educación en términos de conocimientos y valoración, respecto
de las prácticas ambientalmente amigables de manejo de residuos.
Sin embargo, mientras que los funcionarios del área declaran que quieren
extender el programa a todo el territorio y están examinando sobre qué barrrios
avanzar, aún no ha habido progresos al respecto. Algunas dificultades
prevalecen en Don Bosco, donde el programa comenzó.
Las exigencias en términos de gestión y liderazgo que requiere un programa
orientado a la separación de residuos en origen para su reciclado, parecen
haber resultado grandes desafíos aún por resolverse, para el gobierno.
A su vez, la adopción de nuevos formatos para el manejo de residuos requiere
de la aceptabilidad por parte de la población, no sólo del programa de
recolección diferenciada, sino también de otras instancias vinculadas al
tratamiento de los residuos. Por ejemplo, para llevar a cabo una política de este
tipo, es necesario, además de gestionar la separación, la radicación de plantas
de separación y tratamiento de residuos. Estas cuestiones requieren de una
buena predisposición por parte de la ciudadanía y, a su vez, de un sofisticado
esquema gubernamental de manejo de recursos humanos, físicos y
presupuestarios. Estas son tareas pendientes.
Finalmente, pueden destacarse ciertos resultados negativos que el programa
ha generado sobre algunos grupos de recicladores urbanos (de la Villa AzulItatí) que manifiestan haber sido expropiados de su fuente de trabajo (como
cartoneros) a partir de la implementación del Quilmes Recicla. Esto, ha su vez,
ha generado conflictos entre grupos de recicladores, así como entre empleados
de gobierno y recicladores.
4. Reflexiones Finales
Por una parte, puede aseverarse que el programa Quilmes Recicla ya es una
iniciativa en pleno funcionamiento que ha comenzado a desarrollar acciones
orientadas a cumplir sus objetivos. El futuro de este emprendimiento es
alentador si se considera la cooperación que ha logrado por parte de la
ciudadanía y, a su vez, la percepción generada sobre la capacidad del
gobierno para llevar a cabo una buena gestión de residuos. Sin embargo, para
lograr lo previsto, el programa debería expandirse y generar cambios
sustantivos en términos organizativos e incrementar sus recursos. Resultaría
pertinente dar solución a los algunos problemas de gestión que emergieron en
Don Bosco, antes de ampliar el programa y, en consecuencia, diseminar ciertas
falencias a otras áreas geográficas. Pero resulta un desafío probablemente
mayor la capacidad del programa de imponerse sobre las viejas prácticas y
buscar la adhesión de los actores que las apoyan –logrando, entre otras cosas,
una normativa acorde a sus intereses-, para conseguir un manejo de residuos
más sustentable en todo el distrito de Quilmes.
5. Referencias Bibliográficas
Argentina Municipal. (20-2-2011). Residuos: Los Municipios bonaerenses no
podrán salir del Ceamse cuando quieran. Buenos Aires: Municipio de Quilmes,
disponible en http://www.argentinamunicipal.com.ar/despachos.asp?
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