misericordiosos como el padre vestir al desnudo

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MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE
VESTIR AL DESNUDO
#MisericordiaES Dar de comer al Hambriento|JUNIO
ESCUCHEMOS: MATEO 6, 1-4. 19-21. 28B-33
«Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de
lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Es decir, cuando
des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y
en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su
recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para
que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones
perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla
ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro,
estará también tu corazón.
Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni
Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de
los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes,
hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: “¿Qué comeremos, qué beberemos, o
con qué nos vestiremos?”. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está
en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo
demás se les dará por añadidura».
REFLEXIÓN
Les compartimos una reflexión que invita a mirar y descubrir la presencia divina en
la frágil dignidad de nuestros hermanos necesitados, para revestirla con nuestras obras de
justicia y caridad.
Dios hizo la hermosura de las flores y la variedad de los pájaros, y quiere hacer por
cada uno de nosotros incluso mucho más de lo que hace por toda su Creación. Porque somos
importantes para Él y está atento, ocupándose de lo que necesitamos para la vida. Él nunca
dejará de cuidarnos, pero nos invita también a cuidarnos entre nosotros. Por eso quiere que
miremos con atención a nuestro alrededor. Nos enseña que una mirada limpia observa las
cosas tal como son, contemplándolas en toda su profundidad. Así miraba Jesús, y podía ver
amor donde otros sólo veían pecado.
Cuando nosotros contemplamos a Cristo clavado en la cruz, entre sus flagelos hay
uno que pasa casi desapercibido quizás porque, con un corazón endurecido, nos hemos
acostumbrado demasiado a él: nuestro Redentor está desnudo, vulnerable ¡despojado de
todo! Y día a día podemos descubrirlo así crucificado, escondido en las pequeñas realidades
cotidianas de los necesitados que nos rodean: en la suciedad de sus vestimentas, en sus
zapatos rotos, o sencillamente en la piel desnuda del que nos suplica ayuda. Por eso, vestir
al desnudo implica primeramente despojarnos de nuestros prejuicios y mirar con sinceridad
la condición profunda y humana de nuestros hermanos, muy por detrás de sus apariencias.
Somos capaces de grandes obras cuando en ellos descubrimos al mismo Dios. Esta es una
tarea ardua, que nace de una mirada «fija en la Misericordia para poder ser también
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#MisericordiaES Dar de comer al Hambriento|JUNIO
nosotros signo eficaz del obrar del Padre» (Papa Francisco, Misericordiae Vultus, 3). En
segundo lugar, vestir a los que no tienen con qué hacerlo anima a revestirlos con la
dignidad que Cristo, con su desnudez, nos ganó en la cruz, y por la cual todos somos
hermanos. Y es también un mirarnos a nosotros mismos y contemplar con compasión
nuestra propia realidad, nuestra propia vulnerabilidad, para aceptar nuestras miserias y
reconocerlas semejantes a las de los demás y necesitadas de Dios.
Así, ser misericordiosos como el Padre significa atesorar en nuestro corazón
compasión ante las miserias que contemplamos, porque Jesús nos cubrió providentemente
con Su manto de ternura y misericordia, revistiéndonos de Vida nueva, para que seamos
abrigo de cuantos necesitan ayuda y consuelo. Por eso, hoy día, vestir al desnudo es algo
más que simplemente dar ropa a quien padece la desnudez física, porque también hay una
desnudez mucho más profunda y dolorosa: es la desnudez interior de quien siente el frío de
un mundo que, incapaz de arropar sus necesidades, lo descarta; es la desnudez de calidez,
de comprensión, de compañía. Esa desnudez moral, del alma, debe conmovernos. Nuestra
oración y compañía, si se las hacemos sentir, pueden ayudar a quienes han perdido el afecto
que debe rodear a toda persona para que sea feliz. A Dios le gusta servirse de nosotros para
ayudar a quien se encuentra sin ese vestido de afecto, de comprensión y de justicia. Y
qué bueno es cubrir a las personas de respeto, de protección, de dignidad ¡cubrir la
fragilidad, lo vulnerable, lo miserable de todos con el manto de la caridad! Así nos invita
Dios a revestirnos nosotros mismos “del Hombre Nuevo, creado a imagen Suya, en justicia y
santidad» (Ef 4, 24). Siendo atentos y delicados cuando nuestros hermanos nos exponen la
intimidad de sus corazones, tenemos que andar con pies descalzos ante esa tierra sagrada
de la profundidad interior que nos confían, procurando no reírnos ni ofenderlos sino más
bien acogerlos en nuestro entorno, ayudándolos en lo que necesiten, animándolos en sus
anhelos, perdonándolos y todo lo que se te ocurra que pueda ayudarlo a ser más felices.
Porque existen muchos modos en que una persona puede ser despojada de su dignidad
personal con nuestras palabras y gestos, criticándolo o “sacándole el cuero”. Entonces,
aquello de vestir al desnudo ya no es solamente dar nuestra ropa a Cáritas, sino ayudar a
toda persona a recuperar sus rasgos más íntimos, su identidad y profundidad, creando
espacios, situaciones, relaciones. Vestir al desnudo exige un profundo respeto, pues no se
trata de imponer gustos o visiones de la vida, sino de acompañar a quien necesita restaurar
su humanidad y su intimidad devastada.
Es también por eso que debemos tomar conciencia de los cientos y miles que a diario
pasan frío y no tienen con qué calzarse, o los que viviendo en la calle soportan las
inclemencias del tiempo. No basta con darles de lo que nos sobra; ropa usada, en mal estado
o que nosotros mismos ya no usaríamos. Porque si en esos hermanos, en efecto, se oculta
Cristo ¿quién le daría al mismo Dios sus desperdicios? No basta con hacer obras de
misericordia, sino que hay que ser verdaderamente misericordiosos, porque en el ocaso de
nuestras vidas seremos juzgados en el amor. No se trata, entonces, de dar lo que nos sobra,
sino de compartir, que es mucho más, es decir, privarnos de una parte de nuestros bienes
para que puedan disfrutarlos otros que los necesiten tanto o más que nosotros. Para ello
hay que saber ver las necesidades ajenas. No pasar de largo. Detenerse a contemplar. Y ser
capaces de despojarnos también nosotros, como Cristo, para que el hermano pueda recibir
esa ayuda que nace del amor obrante de Dios. No pongamos el corazón en los bienes que
administramos, porque son sólo un medio para la vida y no un fin, y a todos los consumirá
la polilla y la herrumbre. Si tenemos ropa guardada que no usamos desde hace tiempo
porque pasó de moda, ya no nos gusta o ya no nos queda, vivamos una vida austera
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#MisericordiaES Dar de comer al Hambriento|JUNIO
desprendiéndonos de eso que no nos hace realmente falta ¿Acaso, cuántas prendas
necesitamos para vestir con la simplicidad a la que el Señor nos invita? Ojalá, incluso,
seamos lo suficientemente valientes y desprendidos como para dar algo que usamos y que
nos gusta, si hay alguien que lo necesita mucho más. A esto se refería la Madre Teresa
cuando hablaba de amar hasta que duela: a ser capaces de realizar pequeños sacrificios de
amor, y cuando duelan, seguir amando porque si no, no es amor, sino apenas una limosna
lastimosa. Animémonos a practicar la santa pobreza y el desprendimiento, que son
necesarios para entrar en el Reino. El simbolismo de “atesorar en el Cielo” nos invita a
construir una vida entera, aquí en la tierra, con valores evangélicos, cuestionándonos para
qué son nuestros desvelos y ocupaciones, porque, como cristianos, debemos vivir no sólo
ocupándonos de los bienes necesarios para el día a día sino también preocupándonos por
construir los bienes del Reino, edificando y distribuyendo su justicia. En ese sentido, vestir
al desnudo es poner primero el Reino de Dios y su justicia, haciendo todo lo posible para
cambiar las malas situaciones en las que viven tantos hermanos nuestros; es luchar para
revestirlos de la dignidad y los derechos de los que han sido despojados. Por eso, sé
caritativo, pero recuerda siempre que al dar, lo más importante es mantener el sentido de
dignidad de la persona; nadie debería sentirse nunca como “un objeto de caridad”.
Ojalá oigas de Jesús, el verdadero Buen Samaritano, la invitación a practicar la
misericordia: «Ve y haz tú lo mismo» y así sean muchos quienes puedan experimentar la
cercanía del rostro misericordioso del Padre a través tuyo. Y, quizás, algún día escuches las
palabras del Señor: «Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les
fue preparado desde el comienzo del mundo, porque estaba desnudo y me vistieron. Les
aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron
conmigo» (Mt 25,34-40). Pidamos a María, Madre de Cristo pobre y humilde, que nos ayude
a descubrir las miserias presentes en el mundo para poder cobijar a nuestros hermanos más
vulnerables con el manto de la justifica y la caridad.
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#MisericordiaES Dar de comer al Hambriento|JUNIO
COMPROMISO PARA EL MES
Para el mes de Julio te proponemos el gesto de “Vestir al desnudo”.
En el invierno es cuando se hacen más visibles las dificultades que trae a la vida y a
la salud de las personas el hecho de no poder combatir el frío. Esa realidad
específica y concreta puede ser nuestro punto de partida para buscar y encontrarnos
con Jesús despojado.
Pensemos. ¿En qué situaciones nos encontramos a la “intemperie”, desprotegidos?
Existen abandonos, desilusiones, dudas e incertidumbres que tienen nombres
propios en la historia de cada uno. Y, en todo esto, podemos preguntarnos: ¿cuál es
la vestidura que necesitamos? Tal vez el abrazo, una palabra de aliento, un oído
atento, un gesto de ternura…
Si ponemos nuestro corazón en esta sintonía, es probable que podamos descubrir la
“intemperie” de los que tenemos al lado. También puede ser que nos demos cuenta
de que traemos con nosotros algo de “abrigo” para compartir con ellos.
¡Dejate conmover por el calorcito de la misericordia de Dios! ¡Que el frío te
encuentre dispuesto!
EN NUESTRA VIDA
¿QUÉ ALCANCE TIENE REGALAR UNA SONRISA?
¿CUÁNTO ABRIGO REPRESENTA UN ABRAZO?
Mirá este video y, después, animate a pensar y rezar esas preguntas.
https://www.youtube.com/watch?v=3gw_qWVYSMU
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#MisericordiaES Dar de comer al Hambriento|JUNIO
CON LOS DEMÁS
Nuevamente, asociada a la propuesta del mes pasado, te dejamos este link que contiene la
información sobre aquellas fundaciones que realizan donaciones de frazadas, alimentos y
abrigos para ayudar combatir el frío de aquellos que duermen en la calle.
http://www.lanacion.com.ar/1602864-no-mata-el-frio-mata-la-indiferencia
Abrí la página web, hacé clic sobre el ícono
barrio!
 y ¡acércate a colaborar con el contacto de tu
EL EJEMPLO DE SANTOS
SAN MARTÍN DE TOURS
San Martín nació en Panonia, Hungría, el 316. Sus
padres eran paganos. Estudió en Pavía, donde conoció
el Cristianismo. Su padre, que era tribuno militar,
para desviarle del cristianismo, le obligó a ingresar en
el ejército. Martín concilió sus deberes militares con
sus aspiraciones cristianas. Vida ejemplar de monje y
soldado: valentía y vida santa y caritativa.
Una anécdota muy conocida cuenta que San Martín,
en el invierno de 337, cuando estaba en Amiens,
encuentra cerca de la puerta de la ciudad un mendigo
tiritando de frío. Su situación le conmovió tanto que,
no teniendo con qué socorrerle, cortó la mitad de su
capa, y se la entregó. A la noche siguiente, se le
apareció Jesús cubierto con aquella media capa de
que se había desprendido, rodeado de una gran corte
de ángeles, y le dijo: “Martín me ha dado la mitad de
su capa”.
El gesto de dar media capa, fue superado, cuando
siendo obispo, entregó su túnica entera a un mendigo.
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#MisericordiaES Dar de comer al Hambriento|JUNIO
UN CUENTO
COMPARTIR LO PROVISORIO
Mamerto Menapace
Allá en las chacras se vivía prácticamente a la intemperie. No nos defendíamos
demasiado de las realidades ni del clima. Más bien compartíamos el ritmo de las cosas; y
por supuesto de las personas.
La noche nos encerraba a todos en los pequeños charcos de luz que creaban nuestras
lámparas. Los mismo que las aves acuáticas se reúnen en sus charcos cuando las atropella
la sequía. La lluvia también era compartida por todos; para todos era un tiempo de
recogimiento bajo techo dejando suceder lo que era imposible conjurar. También se vivía
compartiendo los mismos gestos de la primavera, y las mismas humillaciones del verano o
del invierno.
Porque cuando se vive a la intemperie uno no puede hacer provisión de clima. Se vive el
clima del momento con intensidad y compartiéndolo, sin reservarse de él nada para el día
siguiente. Tal vez lo único que se guardaba de un acontecimiento, bueno o malo, era el
recuerdo de haberlo compartido y la capacidad de evocarlo en futuros reencuentros.
Y lo que sucedía con los acontecimientos, sucedía también con los alimentos. Sobre todo
con aquellos más primitivos, que provenían de la caza y de la pesca. Porque en las chacras
abundaban las palomas, sobre todo cuando el lino era chiquito, o luego de la desgranada del
maíz, o para cuando el girasol empezaba a madurar. Casi siempre cuando se escopeteaba la
bandada, solían caer más palomas de las que nosotros podíamos aprovechar. Y como no
teníamos la posibilidad de conservarlas, y además era un orgullo el haber tenido buen
puntería el resto se mandaba a los vecinos. Y allá íbamos los chicos, hacia distintos rumbos,
llevando cada uno un par de palomas gordas, con la esperanza de recibir propina. Y
volvíamos luego a nuestro territorio con el orgullo de todo embajador.
Los lunes la embajada venía del arroyo. Sábado y domingo, Don Pablo los pasaba en la
isla o en el monte. Su razón de compartir era mucho más urgente, porque el pescado de los
arroyos del norte hay que comerlo fresco. A veces, en lugar del par de pescados chicos
sacados a línea y anzuelo, solía venir con n trozo de pescado de los grandes, de esos que
traen acollarado el relato de la hazaña. Y si la embajada no venía, todos compartíamos en
silencio el fracaso vivido ese fin de semana por Don Pablo.
Lo mismo sucedía cuando para el invierno se carneaba el chancho. En eso del dar y el
recibir, todos los vecinos comíamos presas frescas de las sucesivas carneadas. Y todos
participábamos del esfuerzo o de la habilidad de todos. Sentíamos como una especie de
alegría de familia grande que nos hacía compartir penas, alegrías, trabajos y fracasos.
Ahora todo aquello ha cambiado. Casi todos han comprado una heladera. En cada chacra
se dispone de una pequeña geografía polar que permite conservar los alimentos
perecederos. Lo que antes se compartía, ahora se conserva. Y así Don Pablo se condenó en
los últimos años de vida a comer siempre pescado: fresco los lunes, semifresco los martes, y
partir del miércoles, pescado conservado. (Lo que no dejaba de encerrar un peligro.) Y ya
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#MisericordiaES Dar de comer al Hambriento|JUNIO
nadie supo nada de sus éxitos y de sus fracasos. Lo que hizo que para él mismo la pesca
perdiera mucho de su encanto. Y también para nosotros en eso de cazar palomas.
Desde que hemos optado por la heladera, nuestra alimentación y nuestra vida en las
chacras ha perdido mucho de su variedad, de su capacidad de sorpresa, de ese sentimiento
de totalidad que creaba el compartir. Nos defendemos mejor contra el clima y la intemperie,
sí.
Pero nos estamos volviendo menos hombres.
UNA ORACIÓN
Oración para aprender a amar
Madre Teresa de Calcuta
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día,
también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
UNA CANCIÓN
Seamos abrazo y dejemonos abrazar para abrigar nuestra desnudez, por eso, confiemos en
el abrazo de Dios y abracemos a otros que lo necesitan. Te dejamos esta canción que fue
lema de la Jornada Regional de la Juventud de este año
Acá un link para escucharla: https://www.youtube.com/watch?v=PDp7yg7rKnE
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TU ABRAZO ES MI LUGAR
Vos sos compasivo y fiel nuestra fuente de alegría y paz
la esperanza de sentirnos amados para siempre
Llevo el peso de la contradicción sin embargo esta tu compasión
tu gracia que me auxilia me salva para siempre
Me fui de acá, de la casa, lejos de Vos perdi mi rumbo perdi mi lugar
que suerte que viniste así a mi ahora en tu abrazo comprendi
ya mi desventura se va con tu ternura
Me fui de acá, de la casa, lejos de Vos y hoy en este abrazo te vuelvo a encontrar!
Tu abrazo es mi lugar es tu amor, mi lugar
Tu abrazo es mi lugar es tu amor, mi lugar
Antes de que llegue a la casa yo venis corriendo a abrazarme Vos
Tu alegria y Tu amor son caricias para siempre
Señor Vos sos compasivo y fiel y en tu misericordia mi amor
renace, revive y vuelvo a ser yo para siempre
Me fui de acá, de la casa, lejos de Vos, perdi mi rumbo, perdi mi lugar
Que suerte que viniste así a mi ahora en tu abrazo comprendi
ya mi desventura se va con tu ternura
Me fui de acá, de la casa, lejos de Vos y hoy en este abrazo te vuelvo a encontrar!
Tu abrazo es mi lugar es Tu amor mi lugar!
Tu abrazo es mi lugar es Tu amor mi lugar!
Esta es la fiesta de mi regreso el Padre espera afuera para darme un beso
y con su abrazo pura ternura me toma entre sus brazos, ya no hay amargura
Esta es la fiesta de mi regreso Volvi y el Padre viene para darme un beso
con alegria cantos y palmas es mi lugar, tu abrazo es mi casa!
Tu abrazo es mi lugar es Tu amor mi lugar
Tu abrazo es mi lugar es Tu amor mi lugar
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