De lo expuesto se deduce que es de sumo interés el hacer un

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REDUCCIÓN
NUMÉRICA
DE
LOS CROMOSOMAS
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D e lo expuesto se d e d u c e que es de sumo interés el hacer un
estudio detallado, tanto de la e s p e r m a t o g é n e s i s c o m o d e la o v o ­
génesis.
D e las o b s e r v a c i o n e s de Grassi, y a l l e v a m o s dicho q u e única­
mente tienen interés histórico, y ni siquiera nos o c u p a m o s de
ellas ( i ) . S u s principales afirmaciones de que los espermatozoos
carecen de cabeza, y que en su formación no interviene el nú­
cleo del espermátido, han sido suficientemente rectificadas por
Bolles-Lee.
Bolles-Lee, á su vez, omite todo el período somático y. casi
toda la profase madurativa. L a descripción del c r e c i m i e n t o nu­
clear comienza, á j u z g a r por sus figuras, en el período del botiquet,
ó por lo menos después de la sinapsis. S e g ú n él, las asas e n c o r ­
vadas «sont en petit nombre, le chiffre 4 m e parait étre le chiffre t y p i q u e » . D i c h a s asas se acortan, se adelgazan p o r la mitad
y se dividen, finalmente, en dos, q u e p e r m a n e c e n en el ecuador
del huso, en d o n d e siguen acortándose hasta llegar á constituir
los cromosomas definitivos: su n ú m e r o es el de ocho.
N o se atreve á negar ni afirmar la existencia de la división
longitudinal en la primera cinesis, ni en la profase, ni en la c o ­
rona ecuatorial, ni en la anafase, aunque se inclina á la opinión
de que no h a y división alguna, p o r q u e , según este autor, en cada
polo se reúnen Cuatro c r o m o s o m a s de los o c h o que existen en el
ecuador. Para la segunda cinesis, cada c r o m o s o m a t o m a la forma
de V , sin decir c ó m o se verifica esta transformación; y , final­
mente, cada rama se dirige á su p o l o r e s p e c t i v o .
E s evidente la deficiencia de estas observaciones, en las que,
además de omitir el período somático, no menciona el paso de
éste al período madurativo, ni explica la formación de las asas paquiténicas, en lo cual reside tal v e z el secreto del p r o c e s o reduc­
tor, ni describe la g r a d u a l transformación de estas asas en los
cromosomas definitivos. Precisamente en estos puntos están in­
cluidas las grandes cuestiones que h o y día se debaten en este
terreno, según hemos e x p u e s t o en la Primera Parte.
(1)
L o s c r o m o s o m a s los i n t e r p r e t a c o m o m i c r o b i o s parásitos d e la
célula.
Mem. R. Soc. esp. Hist. nat., x, 19H.
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