EL ESTADO ABSOLUTISTA

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ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES
FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL - PERIODISMO
EL ESTADO ABSOLUTISTA
(Reseña de la obra de PERRY ANDERSON - Editorial Siglo XXI. España 1982)
El objeto de esta obra es intentar un análisis comparado de la naturaleza y desarrollo del
Estado Absolutista en Europa. Es un estudio Marxista del Absolutismo que pretende examinar
dicho momento histórico desde una perspectiva general y particular, es decir tanto en las
estructuras puras del Estado como en las variantes impuras que presentan las diversas
monarquías de la Europa Post-medieval. Esto resulta del hecho de que algunos conceptos
generales (Estado Absolutista, Revolución Francesa o Estado Capitalista) se convierten en
algo tan lejano de la realidad histórica que deja de tener fuerza explicativa; mientras que los
estudios particulares entendidos como periodos o áreas delimitadas se ven limitadas a no
desarrollar teorías globales. Este trabajo plantea que no es necesario fijar una línea divisoria
entre la investigación de larga duración frente a la de corta duración; por tanto su objeto es
mantener simultáneamente una tensión entre los dos planos de reflexión. Así, el desarrollo de
las regiones más atrasadas del continente Europeo, arrojan una luz sobre las regiones más
avanzadas, y con frecuencia saca a la superficie problemas que permanecían ocultos.
En este estudio no hay un medio temporal uniforme, ya que los tiempos de los principales
Absolutismos de Europa fueron enormemente diversos, y esa misma diversidad es constitutiva
de su respectivas naturalezas como sistemas de Estado. Es así como el Absolutismo Español
dura hasta finales del siglo XV, el ingles fue derribado en el XVII, el Francés hasta finales del
XVIII, el Prusiano hasta finales del XIX, y el ruso hasta inicios del XX. Estas altas diferencias en
la cronología corresponden a una profunda diversidad en su composición y evolución; por tanto
ninguna temporalidad singular puede cubrirlo.
En el texto no se exploran fenómenos como la acumulación originaria de capital, la reforma
religiosa, la formación de las naciones, la expansión del imperialismo ultramarino y al
advenimiento de la industrialización. El trabajo se limita solo a la naturaleza y desarrollo de los
Estados Absolutistas, sus antecedentes y sus adversarios políticos. El objeto de este trabajo
es contribuir a la discusión sobre algunos de estos Absolutismos, sus errores, carencias,
ilusiones se dejan a la crítica y a un debate colectivo.
En su primer capítulo Anderson nos habla del Estado Absolutista en Occidente, el cual apreció
en el siglo XVI. Las Monarquías centralizadas de Francia, Inglaterra y España lograron una
ruptura decisiva contra la soberanía fragmentada de las formaciones sociales medievales. El
Absolutismo aparece como producto del equilibrio de la nobleza Feudal y de la nueva
Burguesía.
La clasificación del Absolutismo como mecanismo de equilibrio político entre la Nobleza y la
Burguesía se desliza a menudo hacia su designación implícita o explícita como un Estado
Burgués. Hengels se refirió al Absolutismo como la era en que la Nobleza Feudal fue obligada
a comprender que su periodo de dominación social y político había llegado a su fin. Bajo la
Monarquía Absoluta la burocracia no fue mas que el medio para preparar la dominación de
clase de la Burguesía. El poder Estatal centralizado, con sus órganos omnipotentes: El ejército
permanente, la policía, al burocracia, el clero y la magistratura procede de los tiempos de la
Monarquía absoluta y sirvió a la naciente sociedad Burguesa como un arma poderosa en sus
luchas contra el Feudalismo. A pesar de que estas características parecen ser eminentemente
Capitalistas, esto no significó la desaparición de las relaciones Feudales en el campo.
Durante toda la temprana edad moderna la clase económica y políticamente dominante fue la
Aristocracia Feudal. Esta nobleza sufrió una profunda metamorfosis durante los siglos
siguientes a fin de la Edad Media, pero nunca fue desalojada de su dominio del poder político.
El Absolutismo fue esencialmente un aparato reorganizado y potenciado de dominación
Feudal, destinado a mantener a las masas campesinas en su posición social tradicional. El
Estado Absolutista nunca fue un instrumento de la naciente Burguesía contra la Aristocracia,
fue el nuevo caparazón político de una Nobleza amenazada. Sin embargo los cambios eran
sensibles, pues en un primer momento los señores Feudales se vieron amenazados por la
desaparición gradual de la servidumbre. El resultado fue un desplazamiento de la coerción
política en un sentido ascendente hacia a una cima centralizada y militarizada: El Estado
Absolutista. La coerción se concentró en el plano Nacional; y el resultado de este proceso fue
un aparato reforzado de poder real, cuya función política permanente era la represión de las
masas campesinas y plebeyas en la base de la jerarquía social. Con la reorganización del
sistema político Feudal en su totalidad, y la disolución del sistema original de Feudos, la
propiedad de loa tierra tendió a hacerse progresivamente menos “condicional”, a tiempo que la
soberanía se hacía correlativamente más absoluta.
Los miembros individuales de la clase Aristocrática, que perdieron progresivamente los
derechos políticos de representación en la nueva era, registraron avances en la propiedad. Los
Estados monárquicos del Renacimiento fueron, ante todo y sobre todo, instrumentos
modernizados para el mantenimiento del dominio nobiliario sobre las masas rurales. Al mismo
tiempo la Aristocracia tenía que adaptarse a un nuevo antagonista: la Burguesía mercantil.
Los años transcurridos entre 1450 y 1500 presenciaron los primeros pasos de las Monarquías
Absolutas unificadas de occidente (Luis XI de Francia, Fernando e Isabel de España, Enrique
VIII de Inglaterra y Maximiliano de Austria), fueron también los años de los avances
tecnológicos urbanos como la pólvora, la imprenta, los galeones que echaron los fundamentos
del Renacimiento Europeo. Fue la época del resurgimiento de la autoridad y la unidad política,
cuyo objetivo era el reagrupamiento de la estructura Feudal –con un ordenamiento diferentecontra el campesinado. Al respecto Engels escribió: “El origen Estatal Siguió siendo Feudal,
mientras que la sociedad se hacía cada vez más Burguesa”.
Esta época del Renacimiento, junto con el Surgimiento del Absolutismo, trajo consigo el triunfo
Jurídico del Derecho Romano, el cual favoreció el desarrollo del capital libre en la ciudad y en
el campo, ya que uno de los rasgos del derecho civil Romano era la concepción de una
propiedad privada absoluta e incondicional. Esto lógicamente favorecía la expansión de las
relaciones capitalistas, respondiendo así a los intereses de la Burguesía comercial y
manufacturera, al mismo tiempo que beneficiaba la centralización del poder por parte de las
monarquías; de esta manera, el auge de la propiedad privada desde abajo, se vio equilibrado
por el aumento de la autoridad pública desde arriba. – es bueno aclarar que el derecho civil
Romano nunca fue adoptado en Inglaterra, ya que la centralización del Estado ya se había
dado con anterioridad.
Los Estados Absolutistas reflejan una racionalidad arcaica en su intima estructura, eran
máquinas construidas para el campo de batalla, donde la profesión de la nobleza terrateniente
era la guerra, y donde el objeto categorial de dominación nobiliaria era el territorio. Este
recuerdo de las funciones medievales de la guerra no correspondía con la racionalidad
Capitalista. Otro de los elementos que refleja esta dinámica era la venta de los cargos
administrativos (Burocracia), como un mecanismo de soporte financiero.
Para este momento no se tiene la concepción de Ciudadano jurídico como alguien sujeto al
fisco, pues los únicos que pagaban impuestos eran los campesinos y los pobres, y no la
nobleza, por tal razon “una cadena de rebeliones campesinas dirigida claramente contra los
impuestos estalló en toda Europa”.
El Mercantilismo y la Diplomacia fueron otros de los elementos que surgieron en el Estado
Absolutista.
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