Aproximación a un enfoque semiótico sobre los origenes

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COMISION ESPECIAL DE ESTUDIO SOBRE LA VIOLENCIA
APROXIMACION A UN ENFOQUE SEMIOTICO SOBRE
LOS ORIGENES DE LA VIOLENCIA:
HACIA LA TRASTIENDA DE UNA TEORIA
Abstract
Hacia una teoria general violentológica (TGV): La ecología de la violencia desde la
transdisciplinariedad aplicable al programa de investigacion y desarrollo sobre
violencia dentro del marco teórico y metodológico de la semiótica
Palabras clave
Teoría general violentológica (TGV)
Teoría de los códigos de violencia significante
Teoría de la producción de violencia significada
Dominio o disciplina
Límites convencionales, naturales y epistemológicos
Definición de violencia
Función violenta
Problemas epistemológicos
0.0.- PRESENTACION
¿Qué decimos cuando decimos violencia?.- No lo sabemos.- La pretensión, la
propuesta y el desafío es intentar una aproximación para desentrañar su significado,
saliendo de los tópicos, de los lugares comunes repetidos.-
Adviértase al lector que los textos básicos subyacentes en esta propuesta de creación
de la Comisión Especial de Investigación que tendrá por objeto el estudio de la
violencia, a tal efecto proponemos un primer seminario: “Una aproximación a un
enfoque semiótico sobre los orígenes de la violencia: Hacia la trastienda de una
teoría”, en el ámbito institucional de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación –
Comisión de Ciencia y Técnica-, son resultado de propugnar la interdisciplinariedad, la
multidisciplinariedad y la transdisciplinariedad, lo suficiente para iniciar un largo
recorrido intelectual que allí tuviera punto de arranque de una búsqueda que se acalla
recién con el contacto del enfoque semiótico 1.- Enfoque, perspectiva, acercamiento
éste previo incluso al epistemológico y metodológico, ya que ambos requieren
previamente de un lenguaje significativo, de una semiosis que le intente dar sentido.-
De ese enfoque tomamos literalmente la estructura que abordamos como metodología;
pero incluso un intento de creación debe tener un anclaje en lo real, utilizamos de
contrapeso la fundamentación de la epistemología 2.-
Porque si algo sabemos sobre la violencia, es que no sabemos nada sobre ella.- Pero si
sabemos que conocer implica un lenguaje, y este presupone la semiótica.-
Las lecturas de la filosofía del lenguaje han provocado un giro copernicano.- Creemos
ver, desde allí en adelante, que el hecho o fenómeno definido a priori como “violencia”
es un emergente susceptible de ser categorizado bajo el criterio de la semiótica.- Y
1
2
Eco, U. Tratado de semiótica general. Barcelona, Lumen, 5° edición, 2000.
Bunge, M. Epistemología. Barcelona, Ariel, 1981.
ésta, según la definición de su fundador, Ferdinand de Saussure, es una rama de la
psicología social.- Reunimos así como punto de partida: sociedad, individuo, lenguaje y
significación.- Si la violencia es algo, debería ser “signo”.- Y este, antes de ser
encuadrable epistémica y metodológicamente, debe poder contener significación
suficiente para ser dicho.- El signo expresa realidad.- Ir a buscar la violencia antes que
se exprese, en el grado cero del lenguaje.- Esa es la propuesta.- Y el desafío.-
Aclarado el presupuesto inicial, la Comisión Especial de Investigación y Desarrollo
tendrá por objetivo demostrar, o al menos pretende demostrar, cómo formular desde
una disciplina como la semiótica, una estructura presente aplicable a un campo, distinto
y en apariencia tan lejano, como lo puede ser una teoría general que aborde in totum a
la violencia.-
La Comisión Especial pretenderá así abrir una serie de lineamientos metodológicos y
epistémicos, tendientes a encuadrar el complejo fenómeno de la violencia dentro de un
marco teórico conceptual al que denominaremos ecológico.- Utilizamos este concepto
por dos razones.- La primera en tanto analogía del autor del que adoptamos criterios
teóricos que se tienen en mira, el ya citado Umberto Eco; y la restante, porque el
desarrollo tiene en cuenta no sólo la sustancia sino también el entorno del fenómento
bajo estudio.-
Aclaramos que en cuanto a la notación númerica utilizada en esta presentación nos
inspiramos en el filósofo vienés Ludwig Wittgenstein, quien la emplea de igual modo en
su conocido Tratactatus Logico-philosophicus, permitiendo al lector espiar –de ahí lo de
la trastienda a que alude el título- paso a paso las idas y vueltas del pensamiento de
quien escribe.- Porque entendemos así responder al reclamo de Ortega y Gasset, sobre
la claridad como gentileza.- No sólo mostrar ab initio las cartas, sino también cómo se
juega con ellas.- Y los valores más altos de este mazo son las ideas, reflejadas por
autores de la talla del sociólogo Niklas Luhmann, del psicólogo Gregory Bateson, del
sistémico Peter Senge, del biólogo Humberto Maturana, del antropólogo René Girard,
del sociólogo Edgar Morin; entre muchos otros.- Y autores contemporáneos como la
investigadora colombiana Elsa Blair Trujillo y los académicos españoles Eduardo
Gonzalez Calleja y José Manuel Martín Morillas.
Refería Albert Einstein sobre que es más fácil desintegrar un átomo que romper un
prejuicio.- Y en esto entran en juego los modelos mentales, que operan como trabazón
casi insuperable para el cambio, para lo nuevo, para la creatividad.- Bien lo ha tratado
el mencionado Peter Senge en su señero texto de “La Quinta Disciplina”, cuando
expone la idea de que más que tener modelos mentales, ellos nos tienen a nosotros.Es por ello que nuestra propuesta, también es un desafío.-
0.1.- LIMITES Y FINES DE UNA TEORÍA GENERAL DE LA VIOLENCIA
0.1.1.- Objeto de la investigación y el desarrollo
La propuesta de la Comisión Especial tratará de explorar las posibilidades teóricas y las
funciones sociales de un estudio unificado de cualquier clase de fenómeno de la
violencia.-
Este estudio reviste la forma de una introducción al planteo de una TEORIA GENERAL
VIOLENTOLOGICA (T.G.V.) capaz de explicar toda clase de casos de FUNCION
VIOLENTA desde el punto de vista de SISTEMAS subyacentes relacionados por uno o
más CODIGOS.-
Un proyecto de investigación y desarrollo de violentología general comprende dos
aspectos, una TEORIA DE LOS CODIGOS DE VIOLENCIA, por un lado;
y una
TEORÍA DE LA PRODUCCIÓN DE VIOLENCIA, por el otro.-
Esta propuesta de trabajo representa una exploración preliminar de tales posibilidades
teóricas, por lo tanto estará condicionado por el estado actual de las cuestiones a tratar,
y no pueden ignorar algunos problemas que, a la luz de un desarrollo posterior, podrían
dejarse de lado.-
En particular, habrá que examinar el impreciso concepto de “violencia” (en singular) y el
problema de una tipología de las “violencias” (en plural), para poder llegar a una
definición más rigurosa de la función violenta y a una tipología de los modos de
producción de violencias.-
Por lo tanto, vamos a dedicarnos al análisis de lo “violento” para distinguirlo de lo “no
violento”, y llegar a traducir el concepto de violencia por el de FUNCION VIOLENTA
(que encontrará su fundamento en el marco de una teoría de los códigos).- Esa
discusión nos permitiría distinguir una “violencia significada” y una “violencia
significante”.-
Digamos ya que, en principio, una VIOLENTOLOGIA DE LA “VIOLENCIA
SIGNIFICANTE” es la desarrollada por la teoría de los códigos de violencia 3, mientras
que una VIOLENTOLOGIA DE LA “VIOLENCIA SIGNIFICADA” incumbe a la teoría de
la producción de violencia 4.-
Y como corolario una TEORIA GENERAL VIOLENTOLOGICA (T.G.V) será entonces la
significación final que incluye a ambas:
La violentología debería ocuparse así de
cualquier cosa que pueda considerarse como violencia.-
0.1.2.- Confines de la investigación
En esta perspectiva de investigación y desarrollo, una teoría general violentológica
(T.G.V) está destinada a encontrar límites, o mejor, “umbrales”.- Algunos de dichos
límites se establecerán mediante una especie de acuerdo transitorio, otros irán
determinados por el propio objeto de la disciplina.-
3
Comprende el fondo, connotando la situación objetiva.- Es el eje paradigmático, constitutivo de la
sintaxis sincrónica del sistema de signos de la función violenta.- Estudia la norma en sentido amplio.4 Explica la figura, denotando la subjetividad.- Es el eje sintagmático, constitutivo de la semántica
diacrónica del hecho social de la función violenta.-
A los primeros vamos a llamarlos “LIMITES CONVENCIONALES”; a los segundos
“LIMITES NATURALES”;
existiendo un tercer tipo de límites, de carácter
“EPISTEMOLÓGICOS”.-
Una introducción a la violentología general debe reconocer, establecer, respetar o
sobrepasar dichos límites.-
0.1.2.1.- Los LIMITES CONVENCIONALES son de tres tipos:
(i)
hay límites “académicos”, en el sentido de que otras disciplinas
han desarrollado ya investigaciones sobre temas que el violentólgo no puede
dejar de reconocer como propios.(ii)
hay límites “cooperativos”, en el sentido de que varias disciplinas
han elaborado teorías o descripciones que deberían reconocerse como
típicamente violentológicas.(iii)
hay límites “empíricos”, más allá de los cuales se encuentran
grupos de fenómenos todavía no analizados, fenómenos cuya importancia
violentológica es indudable, pero en relación con los cuales debemos hablar de
violentología preliminar.-
0.1.2.2.- En cambio, por LIMITES NATURALES entendemos aquellos que la
investigación violentológica no puede traspasar, porque en ese caso entraríamos en un
terreno no violentológico, en el que aparecen fenómenos que no pueden entenderse
como funciones violentas.- Pero el mismo término podría abarcar también un conjunto
de fenómenos cuyo carácter violento se ha negado hasta la saciedad sin demasiado
fundamento.-
Hay dominios en que sentimos la tentación de no reconocer la presencia de códigos
subyacentes o de no reconocer la naturaleza de dichos códigos o bien su capacidad de
generar funciones violentas.- Por consiguiente ha de quedar claro que, puesto que este
trabajo tenderá a delinear un concepto amplio de función violenta, dichos territorios
deberán ser objeto de la presente investigación y desarrollo.-
0.2.- ¿DOMINIO O DISCIPLINA?
¿Es entonces la violentología una DISCIPLINA específica con su propio objeto y
métodos (rectius: técnicas) propios o un DOMINIO de estudios, un repertorio de
intereses todavía no unificado y quizá no del todo unificable?
Si la violentología es un dominio de intereses, en ese caso los diferentes estudios
violentológicos se justificarán por el simple hecho de existir; y sería posible extrapolar
una definición de la disciplina violentológica extrayendo de una serie unificable de
tendencias un modelo de investigación unificado.-
En cambio, si la violentología es una disciplina, en ese caso el modelo deberá
establecerse deductivamente y deberá servir de parámetro capaz de sancionar la
inclusión o exclusión de varios tipos de estudio de dominio de la violentología.-
Indudablemente, no se puede hacer investigación teórica sin tener el valor de proponer
una teoría y, por consiguiente, un modelo elemental que guíe la exposición posterior.No obstante, cualquier investigación teórica debe tener el valor de especificar sus
propias contradicciones, volviéndolas explícitas en los casos en que se revelen a
primera vista.-
Por tanto, ante todo deberemos considerar el dominio violentológico tal como aparece
hoy, en la variedad y en el propio desorden de sus formas; y así será posible proponer
un modelo de investigación aparentemente reducido a los términos mínimos.-
Hecho esto, deberemos en un paso posterior impugnar o cuestionar críticamente dicho
modelo, revelando todos los fenómenos que no se adapten a él, obligándole, por tanto,
a reestructurarse y a ampliarse. De ese modo quizá consigamos, aunque sea
provisionalmente, trazar límites de una investigación violentológica futura y sugerir un
método unificado para el estudio de fenómenos que aparentemente difieren unos de
otros, como si fueran mutuamente irreductibles.-
0.3.- LIMITES CONVENCIONALES: EL DOMINIO
Una vez establecido lo anterior, resulta que muchas zonas de investigación pueden
considerarse hoy como otros tantos aspectos del dominio violentológico, ya sea porque
se refieran a los procesos más aparentemente “naturales” o porque lleguen a estudiar
procesos comúnmente adscritos a la zona de fenómenos “culturales” complejos.-
De lo que se trata es de ver que, en dichos dominios de intereses (comunes en tantos
sentidos a otras disciplinas), puede ejercerse una observación violentológica de
acuerdo con sus propias modalidades.-
Y así resulta que el problema del dominio remite al de la teoría o del sistema categorial
unificado desde cuyo punto de vista todos los problemas enumerados en este trabajo
pueden tratarse “violentológicamente”.-
0.4.- LIMITES NATURALES: LA DEFINICION DE VIOLENCIA
0.4.1.- La definición general
Una vez recorrido el dominio violentológico en su desordenada variedad, se plantea la
cuestión de si es posible unificar enfoques y problemas diferentes.- Lo que supone la
propuesta, aunque sea de forma hipotética, de una definición teórica de la violencia.- Se
puede empezar por las definiciones clásicas y modernas proporcionadas por los
pioneros en el estudio de la violencia.-
Nosotros sostenemos que a los fines heurísticos corresponde manejarnos con el
siguiente concepto más abstracto, y por ende más amplio. En este punto diremos, por
ahora, que la “DISTANCIA ONTOLOGICA ENTRE LA VERDAD Y EL SENTIDO” es a
priori , y en esta instancia provisoria, nuestro constructo terminológico de violencia.
0.5.- LIMITES NATURALES: EL UMBRAL INFERIOR
0.5.1.- La entropía: El vínculo sistema / entorno desde el orden al caos a través de la
complejidad.-
0.6.- LIMITES NATURALES: EL UMBRAL SUPERIOR
0.6.1.- Lo social: La relación público / privado mediante el intercambio cultural, político
y económico.-
0.7.- LIMITES EPISTEMOLÓGICOS
Por otra parte, existe una especie de tercer umbral, de carácter epistemológico, que no
depende de la definición de violencia, sino de la definición de la propia disciplina en
función de la “pureza” teórica.-
En resumen, se trata de decir si la violentología constituye la teoría abstracta de la
violencia o si es el estudio de fenómenos sociales (políticos, económicos y culturales)
concretos y sujetos a cambios y reestructuraciones.- Por tanto, si el objeto de la
violentología se parece más a un cristal o a una red móvil e intrincada de competencias
transitorias y parciales.-
En otros términos, vamos a preguntarnos si el objeto de la violentología se asemeja
más a la superficie del mar, donde, a pesar del continuo movimiento de las moléculas
de agua y los flujos de las corrientes submarinas, se establece una especie de
comportamiento medio que llamamos “el mar” o bien a un paisaje cuidadosamente
ordenado, en el que, sin embargo, la intervención humana cambia continuamente la
forma de las instalaciones, de las construcciones, de las culturas, de las canalizaciones,
etcétera.-
Si aceptamos la segunda hipótesis, entonces habrá que aceptar también otra condición
de la investigación: la investigación de la violencia no se parece a la navegación, en la
que la estela del barco desaparece tan pronto como ha pasado la nave, sino a las
exploraciones por tierra, en la que las huellas de los vehículos y de los pasos, y los
senderos trazados para atravesar un bosque, intervienen para modificar el propio
paisaje y desde ese momento forman parte integrante de él, como variaciones ecológicas.-
El enfoque violentológico del fenómeno de la violencia debe caracterizarse por esa
conciencia de los propios límites.- Muchas veces, para ser verdaderamente “científico”,
no hay que ser más “científico” de lo que la situación permita.-
0.8.- PROBLEMAS EPISTEMOLÓGICOS RESULTANTES.-
Seguimos en este apartado los lineamientos de Mario Bunge en su ya clásico libro
“Epistemología”.-
0.8.1.- Problemas lógicos y lógica de la TEORIA GENERAL VIOLENTOLOGICA
0.8.2.- Problemas semánticos y semántica de la TGV
0.8.3.- Problemas gnoseológicos y teoría del conocimiento científico de la TGV
0.8.4.- Problemas metodológicos y metodología de la TGV
0.8.5.- Problemas ontológicos y ontología de la TGV
0.8.6.- Problemas axiológicos y axiología de la TGV
0.8.7.- Problemas éticos y axiología de la TGV
0.8.8.- Problemas estéticos y estética de la TGV
0.9.- A MANERA DE CONCLUSION: NI APOCALIPTICOS NI INTEGRADOS.-
Abríamos esta propuesta invocando al semiólogo Umberto Eco.- Y siguiéndolo a él,
podemos decir, que es profundamente injusto encasillar el estudio y la investigación de
la violencia, en tanto fenómeno teórico y metodológico —con todas sus variedades y
todos sus matices— en aquellos dos conceptos genéricos y polémicos como son
«apocalíptico» e «integrado».
Pero siempre es útil definir aquello que no se quisiera hacer, resulta cómodo tipificar en
extremo una serie de elecciones culturales, que naturalmente se prestan a ser.
analizadas con mayor concreción y serenidad.
Esto incumbe a la presente Investigación y Desarrollo, y no a una introducción de un
trabajo de más largo alcance. Por otra parte, reprochamos, parafraseando al mismo
Eco, que precisamente a los que definimos como apocalípticos o como integrados el
hecho de haber difundido igual cantidad de conceptos genéricos—«conceptos
fetiche»—y de “haberlos utilizado como cabeza de turco en polémicas estériles o en
operaciones mercantiles de las que diariamente todos nos nutrimos”.
La investigación de la violencia no merece temor ni complacencia; apenas estudio,
observación, conocimiento.- El temor de los apocalípticos creen ver en la violencia, el
colmo de todos los males, el caos final; desechan su estudio por insuficiente.- La
complacencia de los integrados los hace pensar que “violencia siempre hubo”;
desechan su estudio por exceso.-
En medio están los que creemos que como salida está el observar, el aprender de
modo inteligente, como pretende Peter Senge, el estudiar este fenómeno que como
espectro de siete cabezas, caerá fulminada al verse a sí misma en el espejo de un
conocimiento científico, fruto de una investigación, cuya trastienda queremos comenzar
a develar mediante la propuesta, y desafío, de creación de la Comisión Especial de
Investigación y Desarrollo.-
0.10.- PALABRAS FINALES: LA PARADOJA CAVIGLIA
Lo último, pero no lo menos importante.- La propuesta de estudio de la Comisión
Especial, su desarrollo y las eventuales conclusiones a las que se vayan arribando se
hacen dentro del escenario que podemos denominar como la paradoja Caviglia:
Establece que “vivimos en un mundo inseguro porque ha disminuido la violencia, al
aumentar la seguridad objetiva se reduce la seguridad subjetiva”.-
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