YAGO, PASION MORENA - Telefe Internacional

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Yago es un Yago es un YAG
YAGO, PASION MORENA
Yago Sirenio
Yago es un hombre de 28 años, que vive en una cabaña, en un
lugar muy poco accesible de la selva misionera, con escaso
contacto con la civilización. Es un “día a día”, o sea que va
realizando las tareas que van apareciendo: hachero, recolector de
yerba, arroz, o tabaco, cazador de serpientes venenosas para
venderlas a laboratorios. Pero, fundamentalmente, Yago es un
experto conocedor del lugar y por ese motivo le piden su ayuda los
guardaparques cuando tienen que acceder a algún lugar recóndito.
Los ayuda a rescatar gente, animales heridos, apagar incendios, o
descubrir cazadores furtivos.
Llegó allí a los 3 años, junto con su padre, Franco Sirenio, quien
tuvo una fuerte crisis emocional después del asesinato de Victoria,
la madre de Yago. Franco buscó refugio con José Ranieri (Gardel), un amigo de toda la
vida, bastante particular, que hacia varios años se había recluido en el medio de la selva.
Al año de su partida, Franco decide volver a Buenos Aires a atar los cabos sueltos de la
historia del asesinato que no termina de cerrarle, y ya no regresa.
Gardel luego de confirmar que Franco está muerto, cumple con la promesa que le había
hecho a su amigo antes de partir: criar a Yago como un hijo propio, si él no regresaba.
Gardel es un personaje muy particular un solitario, libre por naturaleza, que cría a Yago
como puede, pero con amor. Le enseña todo lo que sabe de la selva y de la supervivencia
en ella, a tener confianza en sí mismo, a vivir en el presente, sin pasado que ate ni futuro
que condicione. Le trasmite todo un código, una filosofía de vida, que Yago asume como
propia.
Yago cree que Gardel es su padre. No tiene más recuerdos de su infancia que algunas
imágenes que no termina de entender: una escalera, una puerta entreabierta, una
discusión, el sonido de un disparo, un pelado que huye. No duda de la historia que le
contó Gardel, historia que fue creciendo y que obligó a Gardel a inventar nuevas cosas en
la medida que las preguntas de Yago aparecían. Hasta clavó una cruz en la supuesta
tumba de la madre de Yago, donde cada tanto Yago va a tener un momento privado.
Yago poco pudo aprender con él de la civilización, algo de lo cual Gardel renegó hace
muchos años. Aunque pudo sí trasmitirle el único amor que le quedaba de ese mundo: el
tango y los boleros. En su vieja fonola Gardel le hacía escuchar tangos y hasta le enseñó
a bailarlo, y “cuando el alma duele de tanta mina que le dejó clavado” Gardel le ponía
algún bolero para que Yago no crea que el amor es siempre chúcaro. Todo lo que Yago
sabe del amor lo aprendió a través de las letras de esos viejos discos de pasta que tiene
Gardel.
Yago también aprendió a jugar al ajedrez. Le enseñó Gardel, a él le había enseñado
Franco. En esto sí que se esmeró porque, aunque yago no lo sabe, es lo más autentico
que tiene de su verdadera historia, la pasión de Franco por este juego.
Yago es solitario, pero no huraño. Es respetado por todos lo que lo conocen por su valor,
su don de gente, y su bondad. Los guardaparques cuentan con él para cualquier tarea de
rescate que fuera lo suficientemente riesgoso como para amedrentar a otros. Porque allí
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donde ellos no podían llegar, sabían que contaban con Yago Caí (como le decía la gente
del lugar, Caí quiere decir mono).
Basta que estallara una bengala en el cielo misionero para que Yago Caí supiera que lo
necesitaban y saliera a ver si alguien estaba en peligro.
En el bar del pueblo suelen juntar gente al compás de su acordeón, de donde salen
chamamés que nadie deja de bailar.
Las mujeres mueren por él, pero él no parece darse cuenta, no hace alarde, y a todas las
trata y las hace sentir como si fueran la Reina de Egipto. Es dulce, tierno y solidario.
Yago nunca se enamoró. Tuvo mujeres, las respeta, pero hace el amor con ellas por amor
al amor, más que a una mujer en particular. No está dentro de su modelo de la libertad,
del presente, el que le mostró Gardel. El otro amor, el de los boleros, es una fantasía, algo
que parece muy lindo pero que no tiene nada que ver con su realidad.
Yago disfruta de la soledad. Le gusta meditar y conectarse con la naturaleza colgado de
un arnés, o trepado al árbol más alto a su alcance. Eso le da fuerzas. Su mayor fortaleza,
la que le permitió sobrevivir todos estos años, es la confianza en sí mismo.
Yago habla correctamente, pero no es verborrágico. Le gusta hablar poco, conciso, pero
preciso. Usa metáforas relacionadas con los animales o la selva.
Tiene una relación muy especial con los animales. Vive con una iguana que se trae a
Buenos aires cuando viaja.
Se viste con pantalón y chaleco sin mangas sobre la piel, o musculosa. Cuando va al
pueblo o a la ciudad, usa un sombrero bastante particular. Lleva colgado una cuerda con
algún recuerdo de un animal (o colmillo, o cola de piel, o algo así).
Yago parece un hombre sin fuertes conflictos. Es eso que es. No se le ocurre otra opción.
Está sólo en el mundo, ama la selva, ese es su lugar. Hasta que se presente Casandra y
le cuenta una historia sobre su pasado muy diferente a la que le contó Gardel. Ese es su
punto de quiebre. A partir de ahí empieza a replantearse quién es, si hubiera elegido la
selva teniendo otras opciones, si lo que él siempre creyó innato y arraigado en sus tripas
no es más que parte de la mentira que le contó su supuesto padre.
Yago pierde esa paz que lo caracteriza. Se enoja profundamente con Gardel, su único
referente, el ser quien más confiaba en el mundo hasta ese momento, el que creía su
padre. Necesita saber, conocer quien fue, para recién entonces decidir quién quiere ser.
Sólo así podrá volver a estar tranquilo y en paz consigo mismo.
Morena Gallardo
Morena es una mujer de 28. Es acelerada, siempre está enchufada
a 220, y conectada al mundo a través de algún aparato electrónico
(su agenda, su celular o su notebook). Es buena persona, sincera,
directa, pero quienes no la conocen pueden pensar que es
agresiva y algo engreída o antipática porque se protege detrás de
una coraza de seguridad que no tiene. Es torpe y medio
despistada, en un mundo donde la eficiencia es primordial.
Morena es peruana, supuestamente hija de Mario Gallardo, un
empresario de ese país (ya muerto) y de Mercedes Trueba.
Estudió en Perú en los mejores colegios y se fue a hacer la
Universidad a New York, donde terminó de convertirse en una
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mujer muy urbana. Hizo la carrera de Relaciones Públicas y se especializó en
organización de eventos.
En New York compartía el departamento con una argentina, Laura Aguilar, de quien se
hizo muy amiga.
El verdadero padre de Morena es Roberto Cárdenas, quien hace 28 años se declaró
culpable del asesinato de Victoria, la madre de Yago. Sólo Mercedes y su marido peruano
ya muerto, sabían que Morena es hija de Roberto. Morena cree que es hija de Mario. Y el
abuelo de Morena no sabe de su existencia. Morena cree que la rechazó el día que su
madre se fue a vivir a Perú, y que nunca más quiso tener contacto con ellas.
Morena tiene una mala relación con su madre con la que nunca se terminó de entender.
Se llevaba muy bien con su supuesto padre.
Morena tiene muchos problemas con sus relaciones afectivas. Los hombres siempre la
dejan. Es como la chica del adiós. Elige por definición el hombre equivocado. Da por la
relación más de lo que la relación vale. Y termina muy lastimada. El último episodio fue
con quien creía tener una relación que terminaría en matrimonio. Era el dueño de la
empresa donde trabajaba. Morena estaba metida hasta la manija. Pero él la dejó plantada
en el altar. Por lo cual Morena quedó destruida afectivamente. Entró en una crisis
bastante fuerte y su amiga Laura, que justamente tenía que viajar a Misiones a ver a su
padre, la convenció de viajar juntas. Es así como Morena llega a la Argentina.
Morena juega el papel de mujer segura, que no le tiene miedo a nada, le gusta llevar la
batuta y, cuando la dejan, mandar. No está acostumbrada a que las cosas se hagan de
una manera distinta de cómo ella las haría. Pero detrás de esa mujer segura, que se lleva
el mundo por delante, hay una mujer frágil, dulce, temerosa, que necesita que la quieran y
que no la lastimen más.
Una vez instalada en Buenos Aires, Morena se hace pasar por argentina para conseguir
un puesto en las empresas Sirenio, y se dedica a organizarle los eventos empresariales y
familiares. Como Aldo Sirenio sólo toma personal argentino, Morena se hace pasar por
porteña, y obliga a su abuelo a seguirla en su mentira.
Morena es muy linda pero a los hombres les cuesta acercarse porque se ocupa de darles
la sensación, no del todo desacertada, de que les va a echar flit. Después de tantos
fracasos desconfía mucho de los hombres, y se puso una coraza para no seguir
sufriendo.
En Misiones Morena conoce a Yago cuando se cae en una trampa que él hizo para
cazadores furtivos. Yago la rescata y tiene que pasar la noche con él. Ella es un
verdadero desastre en esa casa, debido a sus costumbres urbanas y a su forma de ser.
En una situación de riesgo le da una crisis histérica que Yago frena con un beso. Ella se
deja besar, le gusta, pero luego le da un cachetazo.
Morena por encargo de Aldo Sirenio , será la encargada de enseñarle a Yago, ese
hombre “semisalvaje” los rudimentos más básicos de la urbanidad y las buenas
costumbres, como para presentarlo en sociedad sin avergonzarse. En esta tarea
chocarán, pero se reencontrarán. Además, Yago es uno de los pocos que conoce la
mentira de Morena, que ella no es porteña sino peruana.
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Casandra
Casandra es una mujer que tiene cerca de 30 años. Es seductora, lindísima, y temible. Es
que se dedica a casar hombres mayores e incautos, que estén prontos a morir y dejarle
su fortuna. Y si se ponen tercos y no terminan de morirse, les da una ayudita.
Casandra trabaja con el “sordo” López, un delincuente de poca monta que está
enamorado de ella y que la acompañó desde que huyó de la casa de su madre.
Es que al primer hombre que mató Casandra es a su propio padrastro, un hombre
perverso, golpeador, y postrado en una cama, que no termina de morirse. El día en que
su padrastro, a propósito, le tiró un plato de sopa hirviendo a su madre en la cara,
Casandra lo ahogó con la almohada. Ella creyó que sus problemas se habían terminado,
y que por fin su madre y ella tendrían paz y una vida mejor. Pero su madre, aunque no la
denunció, la repudió por lo que hizo, y la echó de la casa. El “sordo”, amigo de la infancia
de Casandra, la siguió.
Librada a su suerte, teniendo que sobrevivir en un mundo duro a Casandra le surgió la
idea de repetir la historia de la viuda negra. Seducía hombres mayores y con
posibilidades de morir, los enamoraba, los casaba, y los ayuda a que se murieran pronto.
En esta tarea fue cambiando look, peinado, color de pelos y hasta de ojos y, por
supuesto, identidad. Es una dotada para el arte del camuflaje. El “sordo” López es su
socio, protector, amigo, y eterno enamorado.
Casandra se casa con Lucio Sirenio, solterón, tímido, enfermo de cáncer desde hace
bastante tiempo, y en la última etapa de su enfermedad. Nadie de los Sirenio la conocen.
Es que Lucio le propone casarse en secreto porque su familia se opondría, y a ella le da
lo mismo.
Casandra lo engaña, le hace creer que está verdaderamente enamorada de él, y que
daría lo que fuera porque no tuviera dinero y demostrarle a su familia y al mundo lo
desinteresado de su amor. Por eso Lucio, y ante una revelación que tiene sobre el
paradero de Yago, su sobrino preferido con el que perdió contacto hace 25 años, decide
legarle a él toda su fortuna.
Recién cuando Lucio está muriendo en manos de Casandra, ésta se entera de que él le
dejó todo a su sobrino antes de casarse. Excepto un departamento de dos ambientes en
Constitución, y un poco de efectivo en el banco. Lucio muere, y lo que ella creía que ya
era suyo se desvanece. Ante esta adversidad, el “sordo” trata de convencerla de que se
retiren, de que ya es suficiente lo que tienen. Pero Casandra, que no está acostumbrada a
perder, dice que antes de retirarse para siempre, ella va a recuperar lo que le sacó Yago.
Y lo hace como ella sabe, seduciéndolo, enamorándolo, y tratando de casarse con él.
Por eso es que viaja a la selva a contarle que en la ciudad lo espera una historia, una
familia, y una fortuna, y es la que produce el quiebre existencial de Yago. Por ella, él
vendrá a la ciudad y se disparará la historia.
En algún momento Casandra terminará enamorada de Yago, y tendrá que elegir.
Casandra es quien pondrá todo el tiempo piedras en el camino para que no avance la
relación de Yago y Morena.
Ante todos Casandra se presenta como un ser encantador, una mujer dulce, frágil, tierna.
Sólo el público y el “sordo” López saben quién se esconde detrás de su mascara.
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FAMILIA SIRENIO
Franco
Es el padre de Yago, Tiene cerca de 50 años. La familia lo da por muerto en un incendio,
provocado por Aldo, en una de sus empresas.
En realidad Franco huyó del fuego, y hace 28 años que vive como un mendigo al que le
dicen “llamita”, no recuerda nada de su pasado, incluso del incendio.
“Llamita” llega pidiendo limosna a la mansión de los Sirenio. Adolfo comenzará a ayudarlo
y terminará realizando tareas de jardinería en la casa. La familia no llega a reconocerlo ya
que su rostro ha cambiado producto de las cirugías que debieron hacerle luego de sufrir
notables quemaduras en el incendio.
Yago y “llamita” se empiezan a conectar a través del ajedrez, pero siempre sin descubrir
uno quién es el otro.
Cuando comiencen a surgir los indicios de que “llamita” en realidad es Franco esto
empieza a ser peligroso para Aldo, porque si se descubre quien es “llamita”, se descubrirá
parte de su mentira y estará muy cerca de descubrirse que él es el verdadero asesino de
Victoria.
Victoria
La madre de Yago. Sólo puede aparecer en fotos y en algún flash back. La mató Aldo
porque estaba enamorado de ella y no era correspondido.
Aldo (48 años)
El malo de la familia. Inescrupuloso, sólo le interesa hacer dinero sin importarle
demasiado los medios. Aunque cuida sus espaldas. Convirtió a las empresas familiares
en una financiera que maneja distintos negocios con un objetivo netamente de
incrementar el dinero. No le importa de donde vienen los fondos.
Tiene un doble discurso, ya que se hace el excelente católico y padre de familia. Se la
pasa dando lecciones de moral. Por principios, no toma personal extranjero en sus
empresas. Es una especie de Tradición, Familia y Propiedad.
Es quien mató a Victoria la madre de Yago. Porque estaba enamorado de ella, y arreglo
con Roberto, el jardinero, que se inculpe a cambio de una suma que lo salvaba de unas
deudas de juego, y una mensualidad vitalicia el día que saliera de la cárcel. Aldo cree que
él y Roberto son los únicos que saben la verdad. Pero lo sabe su mujer Elena, y Yago,
pero en recuerdos que todavía no puede armar porque era muy chiquito cuando sucedió
el asesinato.
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Elena (40 años)
La mujer de Aldo. Reprimida, chupacirios. Vive a la sombra de su marido. Sabe la verdad
sobre la muerte de Victoria. Pero Aldo no lo sabe.
Mateo (8 años)
Hijo de Aldo y Elena. Cuando llegue Yago va a entablar una relación muy buena con él.
Lucio (40 años)
Un hombre tímido, romántico, ingenuo, que cae en las garras de Casandra. Sufre una
enfermedad sin retorno desde hace varios años, y sabe que le queda poco tiempo más de
vida.
Lucio siempre echó de menos a su sobrino Yago, su preferido, y cuando lo descubre por
un hecho fortuito, siente que la vida, antes de abandonarlo, le dio una revancha. No se
atreve a enfrentarlo y decirle la verdad pero le lega toda su fortuna.
Cree, porque así se lo hizo creer ella, que Casandra está verdaderamente enamorada de
él, y que no le importa en absoluto su dinero. A pesar de ello, le reserva un departamento
y algo de efectivo, no más que eso para no ofenderla, antes de legar su fortuna a su
sobrino.
Se casa en secreto con Casandra porque sabe que Aldo se opondría, aduciendo que ella
se casa por interés.
FAMILIA TRUEBA
Mercedes (48 años)
Es la madre de Morena. Trabajaba en tareas domésticas en la casa Sirenio, donde la
recomendó Roberto, un amigo de toda la vida de su padre. Roberto, el jardinero de la
casa donde ella trabajaba. Roberto, defraudando la amistad que lo unía a Adolfo Trueba,
el padre de Mercedes, la enamoró y Mercedes quedó embarazada. Antes de que
Mercedes le diga de su embarazo a Roberto, sucede lo del asesinato de Victoria y
Mercedes calla para siempre.
Al poco de quedar embarazada, y sin decirle nada a su padre, Mercedes huye al Perú. Le
da vergüenza que trascienda la historia. Allí conoce a Mario Gallardo, quien se casa con
ella y le da su nombre a la beba, a quien anotan como hija propia. En sus años en Perú, y
gracias a su matrimonio con Mario, Mercedes asciende mucho en la escala social, tiene
mucho dinero y posición, y no quiere que nada de su pasado lo empañe. Le miente a
Morena que su abuelo no es buena persona, que sabe de su existencia pero que nunca
quiso conocerla y con eso aborta la inquietud que tenía su hija para venir a Buenos Aires
algún día.
Cuando finalmente Morena se instale en Buenos Aires, Mercedes vendrá hecha una furia
a sacarla de aquí para que no conozca su verdadero pasado. Aquí se reencontrará por
primera vez con Roberto.
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Adolfo (70 años)
Es el abuelo de Morena, mayordomo de la casa Sirenio. Es íntimo amigo de Roberto, cree
en su inocencia y lo visita en la cárcel. Ni sospecha que su hija Mercedes tuvo una hija
con él.
OTROS
Roberto Cárdenas
El jardinero de la casa Sirenio cuando Aldo mató a Victoria. Aceptó ir a la cárcel como
asesino de Victoria porque tenía la cabeza a punto de ser decapitada por capitalistas del
juego. No tenía escapatoria. Era mejor vivir a partir de la salida de la cárcel, que morir tan
joven. Aldo le prometió una mensualidad vitalicia cuando salga y va a venir por ella.
Es el padre de Morena, pero no lo sabe. Se entera en algún momento.
Celso (28-30 años)
Amigo de Yago, un busca de ciudad. Trabaja vendiendo en los colectivos y las esquinas.
Siempre anda huyendo de la policía pero no porque sea delincuente ni mucho menos,
sino por su trabajo de busca.
Se enamorará perdidamente de Laura.
Tom (35 años ó más)
Es el antagonista. El novio de Morena. Viene de New York para recuperarla. Es un
empresario al que le va muy bien, tiene muy buen pasar, y aunque no tan poderoso, es un
Aldo en potencia, menos malo tal vez. Desde el primer momento tendrá un problema de
piel con Yago a quién probará todo el tiempo con las reglas de la ciudad para demostrar
que es un tarado. Aunque la cosa será muy distinta.
Ramón Florentín (aprox 40 años)
Es un hachero misionero que siempre tiene pica con Yago. Es un hombre libre, que vive
al día, no tiene familia, va donde haya trabajo. Le gustan las mujeres y el alcohol.
Laura (28 años)
Una amiga de Morena.
Rufino (60 años)
Un amigo de Gardel.
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