JUAN MARINELLO

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JUAN MARINELLO (1898-1977)
“Yo he visto, camaradas, echarse a la calle toda
una gran ciudad , la de México, antes la llegada
de quinientos niños españoles, víctimas de la
barbarie fascista, que iban allí a encontrar cultura
y amor.”
Discurso de J. Marinello. II Congreso de Escritores. Hora de España
LA VOZ DEL PRESIDENTE DE LA DELEGACION HISPANOAMERICANA
Juan Marinello formaba parte de la delegación cubana, junto con Nicolás Guillén y
Alejo Carpentier, que asistió al II Congreso de Escritores convocado por la Alianza
Internacional de Intelectuales Antifascistas, que reunió en Valencia, en julio de 1937, a
José Bergamín, Corpus Barga, Antonio Machado, Pablo Neruda, Fernando de los Ríos,
Ramón J. Sender, Vicente Huidobro, Carlos Pellicer, José Mancisidor, Octavio Paz,
Elena Garro, Rafael González Tuñon, Iliá Ehrenburg, Bertolt Brecht, Anna Seghers,
Ernest Hemingway, Heinrich Mann, André Malraux, Louis Aragon, César Vallejo,
Rafael Dieste, Rafael Alberti, John dos Passos, Julien Benda, Martin Andersen-Nexö,
Se-U, Stephen Spender, Tristán Tzara, Emilio Prados, María Teresa León, Arturo
Serrano Plaja, Juan Gil-Albert, Herrera Petere, Lorenzo Varela, Miguel Hernández,
Ramón Gaya, Pascual Pla y Beltrán, Ludwig Reen, André Chamson, Jef Last, Malcolm
Cowley, Feedor Kelyin, etc. “Las Delegaciones hispanoamericanas en este Congreso
me han hecho -decía Juan Marinello en su discurso- por una de esas generosas
equivocaciones, tan de nuestras gentes, su Responsable ante este Pleno. Ellas dicen por
mi boca que entienden y miden el tamaño de su compromiso y lo aceptan”. En este
encendido discurso dedicó unas emocionadas palabras al escritor amigo y compatriota,
muerto en la batalla de Majadahonda de la guerra española defendiendo la libertad: “ Lo
prometemos, fijo el recuerdo en un hombre que por escritor, por español, por
hispanoamericano y por héroe, merece y exige nuestra mejor palabra y nuestra más
comprometida decisión; en un cubano cuyo nombre, grabado en las paredes de esta sala,
es orgullo y deber: Pablo de la Torriente Brau, camarada intachable en los mejores días
de lucha, camarada ejemplar ahora en su presencia sin mudanza, camarada guiador en el
alba que ya apunta...”
El poeta, ensayista y crítico Juan Marinello Vidaurreta nació en Jicotea, Ranchuelo, el 2
de noviembre de 1898 y falleció en La Habana, el 27 de marzo de 1977. Cursó sus
primeros estudios en el municipio cubano de Santa Clara y también en Vilafranca del
Penedés, Barcelona, de donde era originario el padre. A su regreso a Cuba termina el
bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara. Se licenció en
derecho civil y en derecho público en la Facultad de Derecho de la Universidad de La
Habana. Gracias a una beca retorna a España para estudiar en la Universidad Central de
Madrid (1921-1922). A su vuelta a Cuba intervino, en 1923, en la “Protesta de los
Trece” contra Alfredo Zayas, presidente de la República, y fue cofundador de la revista
Venezuela Libre, desarrollando una intensa actividad política. Participó en la creación
de la Institución Hispano Cubana de Cultura y de la revista Avance. Su oposición al
gobierno de Gerardo Machado le llevó a la cárcel y más tarde al exilio en México,
donde fue profesor de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. A la caída de
Machado vuelve a La Habana, pero nuevamente fue separado de la cátedra por ser
director del diario comunista La Palabra. En 1936 sufre un nuevo exilio en México.
Realiza una intensa actividad en favor de la República española y viaja a España para
asistir al II Congreso de Escritores. Colaboró en la revista Hora de España y, más tarde,
fue miembro del Consejo de Colaboración de Romance, “revista popular
hispanoamericana”, en la que colaboraron un gran números de intelectuales españoles
en el exilio. Presidente del Partido Unión Revolucionaria fue elegido delegado de la
Asamblea Constituyente. Asistió a Congresos y diversas reuniones del Consejo Mundial
de la Paz. En la década de los cincuenta, sufre varios encarcelamientos por su oposición
a la dictadura de Batista. Tras la revolución de 1959, fue nombrado rector de la
Universidad de la Habana. En 1963 crea la Facultad Preparatoria Obrera y Campesina
“Julio Antonio Mella”. En ese año fue nombrado doctor “honoris causa” por la
Universidad Carolina de Praga y embajador y delegado permanente de Cuba en la
UNESCO. En 1965 fue elegido miembro del Comité Central del Partido Comunista de
Cuba y del Consejo de Estado. En 1966 se le otorgó la Medalla de Oro “Joliot Curie”
del Consejo Mundial de la Paz.
Juan Marinello es una de las figuras intelectuales más relevantes de Cuba, un gran poeta
y ensayista, al que algunos críticos consideran el verdadero continuador de la obra de
José Martí, de la que fue un gran entusiasta. Colaboró en multitud de revistas de Cuba y
del extranjero, algunas de las cuales no hemos citado, tales como, las revistas cubanas
Orto, Bohemia, Mediodía, Carteles, El Caimán Barbudo y Casa de las Américas, las
mexicanas El Gallo Ilustrado y El Nacional, la argentina Sur, la venezolana Papeles, la
estadounidense La Nueva Democracia y el semanario soviético Novedades de Moscú.
Entre sus numerosas obras destacan: Liberación: poemas (1927), su mejor libro de
poemas, Poesías de José Martí (1928), Juventud y vejez (1928), Sobre la inquietud
cubana (1930), Americanismo y cubanismo literarios (1932) Poética. Ensayos en
entusiasmo (1933), Momento español (1937), Españolidad Literaria de José Martí
(1942), Actualidad de Martí. Maestro de la unidad (1942), Picasso sin tiempo (1942),
Actualidad americana de José Martí (1945), Meditación americana (1959), Sobre
nuestra crítica literaria (1960), José Martí, escritor americano: Martí y Modernismo
(1961), El pensamiento de Martí y nuestra Revolución Socialista (1962),
Contemporáneos (1964), Once ensayos martianos (1965) José Martí (1972), Poesía
mayor de Martí (1973) y Creación y revolución (1973).
Finalizamos esta breve semblanza del escritor Juan Marinello con un fragmento de su
discurso en el II Congreso de Escritores: “Yo sé, camaradas, que en el fondo de las
prisiones crueles de nuestra tierra, donde miles de hombres están purgando ahora su
amor a la libertad, España es un nombre venerado y Madrid una devoción entrañada.
España y Madrid son hoy el fondo animador y la esperanza y la luz de nuestras masas
torturadas”.
Francisco Arias Solís
La fórmula salvadora es paz, libertad y justicia.
Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.
URL: http://www.internautasporlapaz.org
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