UN DISIDENTE ALADO Luzelena Gutiérrez de Velasco

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NOTAS
CARLOS DE LA ISLA:
UN DISIDENTE ALADO
Luzelena Gutiérrez de Velasco *
Cuando en 1 987, hace más de diez
años, llegué al ITAM, por la ge­
Carlos de la Isla ha sobresalido como
nerosa invitación del Dr. Rodolfo
maestro (conmayú8cula) y como pen­
Vázquez, descubrí que me había
sador universitario de primer rango,
equivocado. Creía, en aquel enton­
de manera que no hace falta insistir
ces, que mi tarea se reducía a fundar
104
veinte años. Todos sabemos que
en estas características que 10 dis­
un Centro de Lenguas y a enseñar
tinguen en la turba multa. Cada uno
con muchos ánimos. Bien pronto,
y una podemos recordar anécdotas
me di cuenta del engaño y fui descu­
que describen a este filósofo de la
briendo que en verdad había venido
educación, a este maestro. Yo qui­
a aprender, con las y los alumnos y
siera traer a cuento sólo un recuer­
con mis colegas. Entre otros(as)
do, acorde con la construcción de los
muchos, tuve (y tengo) dos maes­
textos que nos ocupan y revelador
tros excelentes: Luis Astey, siempre
de la especificidad de este autor; en
presente en nuestra memoria, y don
una junta de Facultad, en la que se
Carlos de la Isla. De ambos he reci­
discutía acaloradamente una cues­
bido enseñanzas para la vida, que
tión vinculada con los principios uni­
son las que fundan el significado del
versitarios, Carlos de la Isla, solitario
futuro. Por esta razón. me congratulo
y valiente, defendió los derechos de
al compartir una lectura de este libro:
los marginados contra la opinión ge­
que
neral, que favorecía a los privilegia­
reúne algunos de los más destacados
dos. Su voz se oponía al tranquilo
De la perplejidad a la utopía,
artículos y ensayos que Carlos de la
consenso de la mayoría. En ese mo­
Isla ha escrito a 10 largo de más de
mento, el significado de su apellido
se puso a funcionar en mi imagina­
*
PIEM-EI Colegio de México.
ción: allí estaba ese defensor de los
NOTAS
dere<'oo" humanos, solu, contra una
dad; utlll educación que prepare a 10-,
mayuria aplastante. nntre tu, ol",s
educ:mdospara el p"nsamimtu, para
privaba un �'1ubeleso por el nooli­
la m
i agin aciórt, para la invcoci6n: en
berali,mu y una eunvicción con
.uma que lus emeñe a valurar y
respecto a las propuet.1a, glohaliza­
adnar en un ámbi tu de indcpcnd01.­
doras. CHrlOS de la ¡,la in.i.tió en
cia, autonomfa y liberta,!. T1n "US
sdialar los pcligtm que Iioles rroyee­
argulllol.laciones, se oponeala ense­
tos cunlkvab:IIL Ah",·", al paso de
los años, b realidad va dálldok la
f¡¡¡nza r"petitiva, eunservadora, me­
mO!isla y no cumprometida, cumo
rnzón a este 'disidcnle alalio'. Con
proccsu ,le oom.,;tieación, Y, "" la
ese recucnlo en mente, me .umerg;
senda de educadores como Panlo
c1l
la le<:t>Ira de 1M t""tos qu� con­
Frem. ¡:rivikgia la fUTrnación ,u!J,-�
forman este liOCo y que no" mues­
la informaeioo. y señala la misión
tran a un Carlos de la Isla pe!plejo
UnivCfsi!mia vinculada cm! una di­
(en el mUlllUlto de la cuntemplación
IDellSión "ucial y una responsabili­
que pTtlpara el futuro) y tjue nos ad­
vicrte de los pe! igrm diverso" en 1m
dad social. A,imismo, CarIo. de la
Isla combate en cont", del rctou.a­
tjue incurre nuestra civilización
mimlo que se da �n algunos claus­
(civili:r.aciones). Sin pealer.u capa­
tm.uniymitari"" en tanto ahoooan
cidad de MUllibm, cunduce 'u Te­
lus diferencia" "-,,,iales y la, il\Ímli­
llexión hacia el mundo y ha�-ia lu.
das "uciales. .Esta, reflexiones uni_
ot",s. No �s unpensador introspo;­
versitarias
tivo, .inu un m<'l,o[o que m...1ita en
campos de la ciUlcia, la Ollpresa y
tumo acucstimles que ,un �·m�-iales
al=an a la su�-iedad en b"\1 cUl�un­
en Ull mundu queha dejado de lado
ID. m relación con \¡¡ invesligación
el prinr.--ipiu de ejes cognoseilivo', de
.e despl iegan ¡;obre 1",
científica, se enhtiza la urgellCia de
lu" u,,;versalia, en lavor de princi­
abandonar una b"U:pUCó1a neutralidoo,
pios rizumáticus entre 1m tjue lill se
que oculta tus mecaIlÍsnw, pcrver­
estable<:en jerarquía. ,le valur,
_"'" de nuestras s<>Ócdade.. porqne
Carlos de la r.ta deliCtlde algu­
nos principio. C<JIIlO condicione.
li.mdam�ntalcs para la cunb1r1.lC�"ión
destruyen y matan, Ul �l 'santo'
num!J,-e ,le la cienci¡¡.
r
,n el :lItáJisL, de la empresa, Car­
de Una utupía, en e"e ,,;nlidu del
lu. de la )sla pone de relieve la im­
"hlICN posible tu deflCahle". En la
p",;;,sa necesidad de llevar a cabo
entr:II1a la riqueza de una .ancación
lus rccunU" -materiales y humanos--­
ccrnu conciencia critica de la sacie-
y se unea las vuces tjue, porludo el
búS<Jl.!"'la de ""luciOlle. viables, des­
un emplM mAs ,instu y rocional de
lOS
NOTAS
planeta, claman por una distribución
más equitativa de las riquezas rea­
les y potenciales, que favorecen a tan
a decir que su lenguaje nos ha incor­
porado --a las mujeres� al término
pocos, en detrimento de las mayorías
genérico 'hombre', que ya no res­
hambrientas, desempleadas, enfer­
ponde a nuestras exigencias. Indu­
mas, ignorantes ... La Universidad, la
dablemente, en su recuento sobre la
ciencia y la empresa, entendidas en
educación, incluye los planteamien­
esos términos, sentarán las bases
tos de Madeleine Amot que se opo­
para apuntalar un proceso de demo­
ne a la "educación indiferenciada"
cratización. Carlos de la Isla cree y
y pugna por una justicia social en la
nal de siglo y principio de milenio.
res. Y si me atrevo a enunciar este
Sabe, con gran sabiduría, documenta
problema es porque sé que Carlos
y discute sobre la apremiante nece­
de la Isla escuchará mi reflexión, que
sidad de hacer posible esa democra­
defiende la equidad en los derechos
defiende una democracia en este fi­
106
por todos, por todas, pero me atrevo
educación, que incluya a las muj e­
cia inédita, con la mirada puesta en
y obligaciones para hombres y mu­
la utopía, contra el control y el domi­
j eres, con el respeto a nuestras dife­
nio de unos pocos sobre los muchos.
rencias . En el proceso de democra­
Defiende, y con razón, una utopía
tización subyace esa urgencia de la
constructiva contra los poderes ava­
participación de las muj eres, como
sallantes del dinero, del dominio po­
también de las y los marginados, de
lítico y de la ignorancia. Por ello, De
todas las etnias. Estoy convencida
la perplejidad a la utopía recopila
de que no estamos en desacuerdo,
lecciones profundas sobre el presen­
pero las palabras representan al
tey el futuro, que invitarán a los lec­
mundo y, por ello, abogo por esa
tores y léctoras a emitir juicios sobre
equidad con diferencia en la repre­
nuestras acciones privadas y públi­
sentación, que no se nos borre, ni se
cas, porque todo pensar y hacer re­
nos difumine, que no desaparezca el
percuten en la construcción de la
trabajo (doméstico o público) que
utopía. Sin embargo, no hay utopía
realizamos las muj eres. Sí, quisié­
completa si no se denuncia y anuncia
ramos que culminen la feminización
uno de los problemas más graves de
de la pobreza, los altos índices de
nuestra época: el de la condición
deserción escolar femenina, la vio­
de las muj eres y las niñas en todos
lencia en contra de las muj eres, el
los ámbitos. Tengo la completa se­
ninguneo que nos opaca. Por esas ra­
guridad y confianza de que, con bon­
zones, rehuimos la neutralidad y es­
dad, Carlos de la Isla habla y escribe
peramos construir, junto con los
NOTA.�
en .:ata.ro de asombro y
pe<plejidad la Ulflpla que "'" iocl ...
burubre$.
ya. "Nv 'ruere"loS seguir UpÍIi�uro
IR pre¡¡:UII(" que m"d'"," y much""
110$
ru.cemos: "¿pm qué la diferell­
cia NcmIlul8e traduce "" desigualda­
des !I(JIéricasT'.
Cl(¡ln� el¡,,� bLt .abe y ""ti...d.,
<)S"'� "UCRIÍ<lIle$. pur ....,., nos ha rc­
JJ".b�n la nqu'-'Z.l y la pmfundida<.l
de .,. CO",.,MII"..u en Jos ...ticu\os de
<lUe líbm. Su dioripllna, "" ""f'Írilu
crfliw y8U sabi.durfa se aúnan a ....
hrmdó4idad, ludignidad ysucJ:Ilem.
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p\), lo.:/(, CSI.... ti y<l luvi.,.. un
sombrero, lile '" '1uí1a,la ""'" dco.."¡"
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HC�,,!,(l{JII. ma:!!'llru�.
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