SOCIALISMO REFORMISTA

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AMILCAR
FORNO
SOCIALISMO
REFORMISTA
EL
AUTOR
PROLOGO
La base de esta Obra consiste en unir las ideas
socialistas ya tan divididas, bajo un solo fundamento :
PROTEGER A LA' HUMANIDAD DETENIENDO
LA BARBARIE
Como todo evoluciona en el Mundo, todo debe
adaptarse en conformidad a las circunstancias presentes, y en vista de tantos fracasos del Socialismo
de todos los tiempos, desde Jesucristo, Bebel, Marx,
Engels, etc., que han introducido en sus obras modificaciones fundamentales, y al mismo tiempo trascendentales, que para comprobarlo bastará confrontar algunos textos de las a-ntiguas ediciones;
n pesar de todo ésto ha seguido fracasando en ItaliaFrancia, Alemania, Espaíía, etc., siguiendo el mismo camino en Chile. Entonces, ;,por qué no fundamentamos una ideología sociológica razonable y humanitaria que se encuadre dentro de un Socialismo
Universal ?
Tú, querido lector, que eres conciente ;por quí:
no nos acompañas? Cualquier observación en este
sentido será recibida con aprecio y atendida con
verdadero reconocimiento por cl Autor, por lo tanto
ruego acompañarme hasta el fin.
Dicc Wener Sambart: "El Socialisino no ha venido a este mundo para convertirse en una ortodoxia
o en una secta, sino para fluir como u11 raudal de
vida1'. Entre tanto los socialistas trabajan que trabajan y su esfuerzo no le es fructífero.
EL AUTOR
SOCIALISMO
- EElTORMPSTA
Empezaremos por proponer a las Hoiiorables
ksüniblcas sean aprubados por. iinanimiclad y respetados bajo jurametito de hoilor estos 8 ljuiltos Iundamentales, ellos son :
1.0-- Reconocer y resl~etar Tia Coiistiti~cií~ii
Política del Estado.
2.0 - Libertad de Credos.
3.0 - Protecc.ión al Hogar Coiistituído y g_zrantía a la propiedxcl privada.
4.0 - Combatir las Guerras.
5.0 - Acatar y Respetar los aciierclos dcl
Partido.
6.0 - Acatar y Respetar la Jerarquía.
7.0 - Proteger y Defender al Capital; y
8.0 - Unión del Capital con el T ~ a b a j o .
Estos 8 puntos llevan por fin: evitar las luclias
de clases, las guerras futuras y crear al mismo tiempo el bienestar de todos, social y económicamente,
bajo una forma mejor de vida.
Analicemos estos ocho puntos, uno por uno,
para darnos cuenta cab,al de su func7ament.o.
El articulo 1.0reconoce La Constitución Politica del Estado, porque sin ella, es lógico, no se podría gobernar.
El artículo 2.0 faculta La Libertad de Credos;.
E s muy natural si nosotros mismos predicamos la libertad de pensamiento bajo un Gobierno Democrático legalmente constituído, que nos garantice ahsoluta .libertad, ridículo sería y un contra sentido
pretender quitar al hombre el ineludible derecho de
pensar libremente, cuyo derecho propio nos dió la
madre natura en forma netamente inviolable.
Bien sabido es que en este campo, el que más
sabe, no sabe nada. Todavía no h a nacido el fundamentalista que nos haga conocer en forma inquebrantable cuál de las Religiones debiéramos acatar.
Veámos lo que dice el Gran Filósofo y Materialista Augusto Bebel: "No hay espíritu alguno, ni humano ni sobrenatural; no existe más que materia y
todo lo demés es fantástico. E l hombre como todo
el sistema del Universo, es producto de la evolución
de la materia. La existencia personal termina con la
muerte, en consecuencia el desfino del hombre es
puramente terrenal: desenvolver sus energías y vivir su corta existencia lo más bella y agradable posible. La creencia en Dios y la esperanza en la otra
vida son a juicio de los conscientes no sueños inocentes, sino altamente perjudiciales.
El Materialismo moderno desciende directainente del pauteismcj hegeliano. Hegel, consideraba
el mundo, no como una creacióii de un Dios personal, sino como la evolución eterna y necesaria de
una idea eterna imaginada por él.
Beurbach, entendió con razón que era supérflua
la idea fantástica de Hegel y se quedó unicamente
con la evolución eterna de la materia. De esta ma-
iiera, natural y sencillísima, nació del idealismo Hegdiano el materialismo.
Engelgert Icaser, agrega : Supuesta la exactitud
del materialismo, el principio Marxista es tina consecuencia necesaria. Es natural que si solo existe la
materia y no liay espíritu alguho, mal ha podido
ésle desarrollar su influencia en la historia de la
Iiunianidad. Todo es necesariamente evolución de la
materia. Marx es un excelente lógico. ¿pero, cómo
se ha formado el Mundo? Se ha f ~ r m a d opor evolución y continuará evolucionando eternamente.
Algunos nos dirán: pero el mundo no ha podido
foriilurse así mismp. ,Ipego es necesaria la existencia de un Ser que lo h a y a sacado de la liada. "El
Mundo no ha sido hecho ni creado, se formó por
evolución, volvemos a repetir;' la creación ó formación son conceptos que-solo existen en el entendimiento del hombre: pero a los cuales no corresponde conteiiido alguno en la naturaleza. Todo en ella
se forma en virtud de -causas sometidas a leyes que
todo lo domina y en todo impera la transformación
constante de la materia y de la fuerza. Jamás en la
naturaleza observaremos una acción con las que el
hombre realiza, ni creación alguna de la nada, sino
la transformación eterna, la evolución de lo preexistente. Desde el. momento que se piensa en un creador del mundo, se plantea por sí misma esta otra
pregunta: ¿y quien es el creador de este creador?
Dietzgen agrega: La humanidad es la única cosa Santa que queda. Las cosas santas y profanas
deben desaparecer, para que subsista la única cosa
santa eterna y verdadera que es la humanidad.
Hasta el presente.no se ha podido conseguir
inás que ideas fantásticas, fomentando la creencia
de un Dios invisible y-un reino habilitado por nosotros exclusivamente. El eva-ngelio del presente pro-
mete redimir defiriitivamente nuestro valle de lágrimas de un modo real, positivo y tangible. Dios esto
es, el bien, la belleza, la santidad, debe hacerse hon~..
bre, y descender desde el Cielo a !a tierra, pero no
de un modo maravilloso y religioso como en otro
tiempo, pues ya estamos en el Siglo XX, sino por
vías naturales y terrenales. Nosotros pedimos un
redentor; reclámámos que nuestro evangelio, la palabra de Dios se haga carne; pero no debe tomar
cuerpo en un e010 individuc, ni en una persona determinada, porque nosotros todos queremos, el
pueblo en masa quiere ser hijo de Dios, de lo contrario no es Dios el que ha hecho al hombre, sino
que son los hombres que se hacen Dioses.
A todo ésto, el gran filósofo Dr. Engelbert
Kaser, contesta: ;Puede imaginarse lenguaje más
disparatado y blasfemo! Como estas cuatro i~alabras del gran filósofo no vienen acompañadas de un
fundamento contundente y preciso ni de una teoria
absoluta y concluyente, solo por el hecho de haberlas lanzado él, debemos coi~siderarlas,ni más ni menos, como una blasfemia al materialismo.
E l folleto de Stampfer demuestra hasta la eviciencia con ciianta ignorancia escriben estos representantes de la Ciencia sobre los problemas fundamentales de la humanidad. E s falso de todo punto,
que toda la ciencia sea irreligiosa. Ni una sola de las
conclusiones comprobadas por la ciencia está en
oposición con las creencias positivas. E s igualment e inexacto que todos los representantes de la ciencia sean irreligiosos o enemigos de la religión. Sin
embargo y sin esfuerzo alguno podría citarse una.
lista interminable de hombres ilustres que fueron
fervientes católicos o por lo menos creyentes cristiniios desde Reple y Newtoi1,hasta Laplace, Volta,
Gauss, Pasteur, etc., eto.
I-Iallc, agrega; cs pucs poco práctico el co~iibstiitlircct~meiitca la Tglc~ia,los qiie se empellaii eii
roi~ihstirln sañudameiite, cii lugar cle combatir la
ni"~aiii7acióiide l a s clases sociales mal constituiclas,
-..slstnil iiiiitilmeiitc siis eiiergías, clirigiéiidose conIr? i t l i eririliiyo fa~ltA?tico.
Intrariablemente se produce el mismo pensamiento que debe dejarse a los obreros católicos que
~~ractiqiien
su religión.
Las religiones se consideran de carácter escliisivamente económico, y por lo tanto el SOCIALISMO REFORMJS-TA no tiene absolutamente ningún
interés en que los compañeros adopten la religión
que deseen, y sería una de nuestras más grandes
torpezas si obligáramos a nuestros queridos conipañeros a a d o p j r una determinada secta. Seamos
razonables y dejemos libertad franca y absoluta dc
credos. Dejemos que los centenares de miles de católicos que hoy siguen todavía las banderas del centro conserven su fé y sus creencias en Dios. Taii
pronto como hayamos logrado convencerles de qiie
sus intereses son coinunes con los nuestros, de qur3
su causa es la causa de todos los católicos, protestantes o judíos, etc., cambiará radicalmente la situación y nos amaremos realmente como biienos
hermanos.
El coiiteiiido y fundamento del Art. 3, cstiinci
tiene discusión, y creo con razón que nadic
cn el mundo lo rechazará, por cuanto todo ser. a,uii
irracional, quiere a sus hijos, los ama, los defiende
y muere por ellos; con mayor razón nosotros que
somos seres racionales. Necesitamos un hogar donde poderlos cobijar, y que éste sea respetado y ve-
C(UC 110
iierado por todos. Es lógico yuc debeiraos exigir
que se nos respete la propiedad donde nos cobijamos, pues, si no estamos tranquilos en nuestro:;
propios hogares en donde únicamente podemos recibir con amor una pequeña caricia de los í~uestroa,
eii donde el calor de nuestros corazones nos hace:
aliviar en algo las duras tareas cotidianas de t r a bajo, mejor sería, en caso coiltrarh, que i-eiluilrif~.
ramos a la vida.
Al respecto, dice Marx: "Se r ~ ha
s reprocliado
a los comunistas el querer abolir la ~ropiedadpersoilalmeilte adquirida por el trabajo, propiedad que
se considera como la base de toda libertad, de toda
actividad, de toda independencia individual. La propiedad personal, fruto del trabajo y del r:iérito, 110
tenemos que abolirla; el progreso de la ;iiclustria,
de los Bancos y de las Cajas de Crédito, son las
que se encargarán cle hacer!oU.
Cuandi! Marx las rer.oiloce, i~nsotrosciue soinoa
Sc;cialistas Refo~mistas,con mayor razón.
Pasando al Art. 4.0: "Coinbatir a las Guerrasu.
E s natural que debemos admitir el j2rincipio Cristiano: "Amaos los unos a los otros", y liar esto,
GUERRA A LA GUERRA.
Ya se vislumbra la lucha a muerte entre la sociedad moderna y la antigua. Son tan poderos3s los
medios con que se cuenta, que el mundo no iia presenciado ni verá jamás una destrucción semeja 11te.
Nosotros no somos partidarios de las revoluciones,
puesto que combatimos las guerras; pero sosteneinos cjue las reoolucioiies proceden cle arriba, de las
clases poderosas, que 110 se allanan a satisfacer !os
justos deseos del pueblo; esto no excluye naturalmente la posibilidad de llegar a una explosión san.-
grienta de una magnitud nunca vista, cuando el
descontento popular haya llegado a su más alto
grado de exasperación.
Nadie en la humanidad puede considerarse como representante de un iiuevo principio histórico
del mundo, sino el proletariado de todos los piteElos civilizados, siendo los más altos representantes de la evoluciói? y frente al derecho de la evolución y clel progreso, todos los adversarios carecen
de absoluta razón, en consecuencia pueden ser aniquilados sin escrúpulos.
Ello explica, que si obstáramos por la teoría qiic
a la violencia debe responderse con la violencia,
nuestra ruina no se haría esperar, por cuanto está
en nuestra contra el 80 oto de la población, disponiendo ellos del ejército, de la policía y de todo eleinento bélico, haciéndonos acreedores de un homenda crimen e insensato proceder.
Las revoluciones no se hacen, germinan, se
forman y crecen orgánicamente; son el producto
de las circui~stancias en que se desar.rolla el progreso histórico. (Bebe1 156).
L a sociedad podr5 transformarse sin derramar
ni una gota de sangre, si no pone resistencia alguna.
El Socialismo Reformista no considera la revolución como un alzamiento del pueblo contra el
Gobierno, sino como una transformación del eslrido sociaI. La esencia de la revolución consiste en el
fin, no en los medios que las circunstancias de la
lucha impongan.
Bernstein opina que, dando de mano a las aspiraciones .supremas, debíaii dedicarse con más ardor
a trabajar por conseguir reformas y mejoras pr&cticas y l~ositivas.Heine entendía que la demooracii~
socialista podía llegar a conquistar el poder por medio de la evolución tranquila y sin espasmos ni s a cudidas violentas. A pesar que esta idea no fué
r~ceptadani aprobada en ninguna de las Asambleas
Inlernacioilales, yo sostengo la misma teoría y me
he propuesto proponer la evolución contemplada en
el Art. 8.0. (Ruego estudiarla concienzudamente a
fondo). "Abolid la exl)lotmióii del hombre por el
Iiornlrrc y Iiabráis aholiclo la explotaal611[le m r ~ ? 113eiibii por otra". (Marx).
El Art. 5.0 reza textualmente. "Acatar y rcspetar los acuerdos del Partido". Naturalmente .que
debe ser así, porque de lo contrario nos convertiríamos en totalitarios, cosa que debemos impedir y
combatir. Salvo que llegara un duro momento en
que las leyes sociales se degeneren y que la Constitución Política del Estado se derrumbare.
El Art. 6.0 ordena respetar la Jerarquía. Considero que es indispensable guardar respeto y obediencia a sus superiores; donde no hay orden no
hay nada. Para que toda industria, sociedad, fabrica o gobierno de cualquiera ideología o color politico pueda triunfar y prospkrar, es de imprescindible
necesidad obedecer y respetar.
El Art. 7.0. "Proteger y defender al Capital".
¿Por qué? Porque es el brazo derecho del proletaI iado. Porque no debemos p e p i t i r que se desarrolle un conflicto entre éste y aquél; ni debemos aceptar que el Supremo Gobierno tenga la obligación de
darnos trabajo y capitales o mantenernos gratuitameiite. Lo contrario sor, principios que cstán bajo
1% acción rle los charlataiies y demagogos que arrastran iii1 grave peligro de fomentar las revolucione;
sociales y gubernativas. Porque el CAPITAL ES
LA BASE BIJNDAMENTAL DEL PROGRESO.
DENTRO DE L A MAQUIIVA DEL DESARROLLCj
DE LA PRODUCCION.
Enrique C. Carey, expresa: "Capital es el iiistriimento por e1 cual el liombre consigue el cloiilinio
de la i1aturale7a y e1 de iiuestras propias energía :
físicas y mentales".
Debemos irrevocablelliente convencernos c p c
si11 capital, nada, pero nada, podemos hacer.
Adanl Smith establece en su libro 2 o Cap 1 .o'
que "aquella parte cleI ca~iclaldel hombre yiie clebc
proporcionarle un réclito, se denomina Capital".
Ricarclo, clefine: "Capital es aquella parte de 1,)
riqueza de un país coasaqrada a la piocluceióil clc
alimentos, trajes, herramientas, materias primas y
maquinarias ilecesaí.ias para el trabaio".
E n resumen, los factores de la producción
son: TIERRA, TRABAJO Y CAPITAL.
Téngase presente que salario es solo aq~iella
parte del producto que se destina a la remuneracióil
del trabajo, teniénd-ose po+ entendido que el salülaio
clel pescador es la pesca* el del cazado-, es la cam.
Adam Smith establece que las pingííes gailaiicias del conlercio minorista suelen consideia~secomo salarios, porque coilstituyeii la recoinpeiisn clt.
su trabajo y no de su capital.
Siempre he sostenido y sostengo, que para uii
mejor vivir se necesitan solo tres cosas a s a b e r
~
UNION, TRABAJO y ECONOMIA; pero 1 1 : ~cluiei~
sostiene que para un mejor vivir, se necesita clue
haya demanda de brazos, que coi1 esto veiiclrá forio-
samente el aumento de salarios; claro está, no lo
discuto, vendrá el aumento de sueldo y salarios;
pero no el mejor vivir, por cuanto si viene el aument o de salarios, detrás viene sin duda alguna, cl alza
de los artículos de primera necesidad, y con éstoj
mayor carestía de la vida, cayendo indiscutiblemeiite en el mismo CIRCULO VICIOSO.
Fray Luis de Granada, decía: "Préciate de ilo
deber nada a nadie y así tendrás el sueíío quieto, la
conciencia reposada, la vida pacífica y mente descansada". Para que puedas salir con ésto, el medio
es que pongas freno a tus apetitos y deseos, y no
hagas todo lo que desees, ni gastes más de lo que
tienes, y de esta manera, midiendo el gasto, i ~ ocon
la voluntad, sino con la posibilidad, nunca tendrás
por qué deber. Todas nuestras deudas nacen de
nuestros apetitos y la moderacióil de éstos, valen
más que muchas rentas.
Se ha demostrado principalmente que no basta
con que la clase obrera se apodere de la máquina
del Estado o de las fábricas particulares para hacerlas servir a sus propios fines, como pasó en Italia
el año 20, en la guerra civil en Francia, en España, etc.
Además. la situación política ha cambiado completamente én su base, la evolución histórica ha
hecho desaparecer a la mayoría de nuestros ideales.
Marx y Engels, se explican en esta forma:
"La Burguesía ha sometido el campo a la ciudad. Ha creado urbes inmensas, ha aumentado prodigiosamente la población de las ciudades a expensas de las de los campos, y así ha substraído un?
gran parte de la población rural al centralismo. Del
mismo modo que ha subordjnado el campo a la ciildad, las naciones bárbaras o semibárbaras a las naciones civilizadas, ba subordinado los países agrico-
y
las a los países iiidustriaies, el Oriente al Occidente.
L a burguesía suprime cada vez más el fraccionad
miento de los medios de groducción de la propiedad
y de la población. Ha aglomerado la población, centralizando los medios de producción y concentrando
la propiedad en uii pequeño número de manos. L a
consecuencia fatal de estos cambios h a sido la centralización política. Las provineias independientes o
ligadas entre sí por lazos federales, pero teniendo
intereses, leyes, gobiernos y tarifas aduaneras diferentes, han sido reunirlas en iina sola nación bajo
uii solo gobieriio, una sola ley, un solo interés nacional de clases, una sola tarifa aduanera.
L a Burgixcsía, después de su advenimiento,
apeiias hace iin siglo, ha creado fuerzas productivas
inAs variaclas y rnás colosales que todas las gencraciones pasadas tomadas en conjunto.
1,a subyunación de las fuerzas iiaturales, las
máquinas, la aplicación de la química a la industria
y a la agricultura, la navegarió11 a vai,oi, los ferrocarrile~,los telé~rafos,la roturación de continentes
enteros. la, caiia,lización de los ríos, las poblaciones
surgiendo de la tierra como por encanto, la electriciclacl jndustrial, la aviación, los submarinos, etc.,
etc. ¿,Qu6 siglo anterior había sospechado que semeiai~tesfuerzas productivas durmieran cii el seno
del trabajo social? He aquí pues lo que nosoti-os hemos visto y vemos: los medios de producción y de
cambio, sobre cuya, base se h a formado la biírguesia, y aue fu-eron ercados en las entrañas de la soci'edad feudal.
TJas armas dc que se sirvió la burguesía para,
derribar al feudalismo se puede volver ahora coiitra ella y en forma dest~nuctiva.L a burguesía no ha
forjado solamente las armas que deben darle muert e ; h a producido también los hombres que maneja-
vAii esas armas, lo:; obreros inoderilos, los F'KOIdli:TARIADOS.
Eii la ] ) i ~ p o r ~ i ben
i l que se desenvuelve la biirgiiesía, es decir el capital, se desarrolla el proletdriado. la clase de los obreros modernos que no viven sino a condición cle encontrar trabajo y que iici
ciicueiltr.ail si su trabajo iio acrecienta el Cal~ital
Estos obreros, dice Eilgels, obligados a vencleu;;~:
tliñi.iarncilte, so11 coino una inerca~le~ía,
como cualqiiier otro artículo clc coiliercio, siifreil por coilsccucilria todas l a s viscisitucles de la ;oinpetciicia,, toda s las f luctuacioces clel comercio.
La iiltrocliicción de la máquina y la división del
trabajo, des1)ojaacio a la labor del obrero de todo
carácter iiidividual, le ha hecho peicler todo atraclivo. El producto resulta un simple apéndice de la
~iiáquina:no se exige, cle éll sino la operación mBs
sirnl~le,más monótona. inás rápida. Por consecueiicia, lo que cuesta hoy día el obrero se deduce yoco
inás o inenos a los medios de sosteilimiento de quc
tiene necesidad para vivir
para perpetuarse.
Según eso, el precio del trabajo, como el de to
cla mercancía, es igual a su costo de producción.
Por consiguiente, cuanto más seilcillo resulta el
trabajo, más bajan los salarios. Además, la celeridad de trabajo se acrecienta con el desenvolvimiento del maquiiiismo y de la djvisión del trabaio, sea
por la prolongación de la jornada, sea nor la aceler-ñcióii del movimieilto de las máaiiinas, v ijar
tanto, del reiidimieilto exigido eil un tiempo dado
La jiidustr.ia mt)dmiia ha transformado el prqueño taller del maestro a,rtesailo en la gran fáhrica del hurgues capitalista. Masas de obreros smoiit,oiiados en las fábricas están orgailizados militarineiite; so11 como simp!es soldados de la industria
colocaclos bajo la vigilancia cle uiia jerarqi1í:t oc ofi-
ciales y suboficiales. No son solameiite ~ . v c l a ~ odc
s
la clase burgaesa, del Estado bwgués, si nó diariai~iente:i todas horas, esdavos de la máquina, del
cantramaestre y, sobre lodo, del mismo dueño de
la fábrica,
La lucha del proletariado contra 12 burguesía
rica, debe lletar en forma aplastante, si no se toman
medidas concretas; el proletariado de cada país
liuede acabar, de un momento a otro, con su propia
burguesía.
Hay que tener presente que el Capital iio es*
obligado a proporcionar ni adelantar salarios. El
salario es aquella parte del producto del trabnjc
obtenido por el operario, como lo establece coi1
mucho acierto Henry Gerge, como sostiene tqnbién,
que en un Estado cualquiera de civilización, cuantas más personas existan pueden estar mejor suiW-.
tidas que cuando eran menos; no es la mezquindad
de la naturaleza, sino la injusticia social la que
produce la miseria y la escasez, que en igualdad de
circunstancias; cuanto mayor sea la población, aumentará más las comodidades que una equitativa
repartición de riquezas puede proporcionar a cada
individuo, que en un estado de igualdad perfecta, el
natural aumento de población en vez de hacer más
pobre cada uno, lo hará más rico. Por lo tanto, hay
que exigir a los grandes magnates del Capital inactivos, que hagan trabajar sus capitales, ya sea en
la tierra, en la industria, o en la minería, basado
naturalmente en las condiciones que señala más
adelante este texto, si se quieren tildar o llamar
señores democráticos, porque no puede darse este
título a aquellos que acaparan para sí: TODOS PARA UNO y tendríamos, de seguro, UN MEJOR
VIVIR.
Estudiando el origen de la crisis del trabajo, y
del mm&esfa'r.social, se Hega a la conclusión de que
1a4L'ragediahumana tiene origen en la propiedad de
la'tierra,: en cuanto se refiere al problema econóriiico; porque teniendo unos hombres que pagar renta a otros gor el permiso de laborar la tierra, que
debiera ser de todos, se vulnera la ley natural y se
hace posible que los que no producen cobren y los
que producen' paguen. Para , solucionar este problema se propone un remedio de lógica: consistente
en que la Administración Pública se apodere de la
renta del suelo que por ser de origen social corresponde a la colectividad y no a los individuos. ¡Muy
bien! .Pero, y jnuestra sagrada libertad, dóndc
yueda9'%s también lógico que con este sistema Ile.
g a t i i r n ~ sal Comunismo, y nosotros debemos abo'
gaeljor la libertad social y nó.por la esclavitiid.
Recuerdo: Que el Apóstol Américo Enrique C.
G&my, dice : "Capitál es el instrumento por el cua,l
el' hombre consigue el dominio de la naturaleza y e!
de' nueStras propias energías físicas y mentales".
Más o menos lo que yo he sostenido siempre:
Capital es todo aqiiello que se emplea para el deiarrollo de la producción.
Pasaremos a tratar el Art. 8.0 (base fundame~iCsta obra)', en la que se establece la UNION
DEL TRABAJO CON E L CAPITAL, acontecimiento, prol9ablkmente r,unca visto, pero que. como estatnos observando diariamente, tanto en la química cola grasa con el agua, Inmo ~ 1 lo
1 ~ o e i a l*uniendo
,
g1ttkrraLy Estados Unidos con Rusia, ;por qué nosotros no podemos unir el Trabajo Con el Capital?.
jAd$lante!, que con un poco de sacrificio y buena
volunta(l, todo S: puede hacer en este mundo.
' ' Como'ya se fia dicho, una y mil veces, que el
Capital es la base fundamental del progreso, y co-
mo éste sin el brazo del obrero nada adelantaría,
ni éste sin aquél; y si entre ellos se relacionan, S!:
ayudan y por lo tanto, no son antagónicos ;qué esperamos para iinirlos, hacer aumentar la producción, el progreso, acelerando así el mejor vivir tan
deseado? No veo ni diviso el escollo que nos separa, ni la inm'ensa valla que parece que hubiere.
Lo que sólo veo es una mala comprension por ambas partes, cosa que se puede subsanar en un'momento de buena voluntad.
A pesar de las grandes obras sociológicas, idealistas y teológicas de nuestros antepasados,- conio
ser: Angels, Bebel, Marx, etc., que jamás trazaron un programa definitivo, para un mejor porvsilir para el proletariado y la tranquilidad de ln
burguesía, sin venirles a la memoria la espantbsa
lucha de clases que indiscutiblemente vendrá, todo es un conglomerado de teorías vanas que comprendiéndolas son evidentemente y materialmente
impracticables.
;Socia.lishs Atiténticos y Proletariados de todo el Mundo: untos con la burguesía capitalista,
que esta unión esrá In salvación de la hiunaniilii(l1
Empezaré por proponer un sistema bastante
lógico que, llevándolo a la práctica, estoy Seguro
os dará espléndido resultado. Helo aquí:
Es indispenasble que todos los gremio&'que'
trabajan en tal o cual industria o empresa, desd'e
el gerente, administrador hasta el Último gañán"
deben estar interesados en una forma equitativa y
justa. Basándonos en este principio, trasladémosno!;
n la Industria "X":
Esta industria tiene un capital de un millón
de pesos ($ 1.d00.000). Al terminar un año de trabajo, sus libros o su balance arrojó una utilidad 1í-
quida de doscieiitos mil pesos ($ 200.000.-)
utilidad debe ser repartida en esta forma:
esta
Intereses del capital al 3 por ciento, $ 30.000.
Amortizacióii a1 2 por cleiito, . . . . . . $ 20.000.
Fondo de Reserva al 2 por ciento, . $ 20.000.
Para estas dos partidas últimas se abrirán
dos cuentas en el Libro Mayor.
Nos quedarían para repartir $ 130.000, que
haríamos en esta forma:
Para los capitalistas o dueños, 45 o10 ...,... $ 58.500
A los empleados y trabajadores, 45 ojo $ 58.500
Al Partido Socialista, 10 ojo .................... $ 13.000
-
TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . $ 200.000
Se comprende que tanto el 45 O J O de las utilidades, como el 3 o!o del interés de! capital, debe ser
repartido a prorrata entre éstos, o sea, entre los
accionistas o capitalistas.
Nos quedaría por establecer la fórmula del
reparto entre los empleados y trabajadores, de los
$ 58.500, que les pertenece como utilidad. Mi conciencia me dicta y considero a la vez, que debe hacerse por partesl en conformidad a las horas trabajadas y en relación a su sueldo. Es lógico que el
que lia trabajado más horas, más utilidades le ha
dado a la Empresa, y 11or lo tanto debe tocar más.
Con este principio,. todos darian el máximo de utilidad, y sobre todo, si el trabajo intelectual tuviera
los mismos beneficios que el físico. Basado en esta
ideología enteramente convincente, vamos a repartirlo :
Supoijieildo que la Industria y a iiombrada, se
compone entre empleados, trabajadores, mozos, etc.,
de 16; y han trabajado en conjunto durante el año
20.000 horas efectivas, que habiéndoles tocado dc
utilidad $ 58.500, de reparto les pertenecería- a r a
zÓn de $ 2.92,5 por hora trabajada, o sea:
Al señor gerente o administrador ha trabajado
1.000 Iioras: $ 2.925.
Al señor subgereiite o subadministi-ador, 1.000
horas, $ 2.925.
Al Sr. 1 cr. técnico, 1.500 horas, $ 4.377.50.
Al Sr. 2.0 tecnico, 2.000 lioras, $ 5.850.
Al Sr. mecánico, 1.300 horas, $ 3.802.50.
Al señor empleaclo A. 1.300 lioras, $ 3.802.50.
Al señor empleado B. 1.000 horas, $ 2.925.
Al señor empleaclo C. 1.000 horas, $ 2.025.
A1 seííor empleado D. 1.000 horas, $ 2.925.
Al señor empleado E. 1.400 horas. $ 4.095.
Al sefior empleado F. 1.400 horas, $ 4.095.
Al carpitero, einpleado G. 1.400 horas, $ 4.095.
Albañil H. 1.200 lioras, $ 3.510.
Peón 1. 1.000 horas, $ 2.925.
Carretero, J. 1.500 horas, P: 4.337.50.
Contador, Q. 1.000 horas, $ 2.9'15.
TOTAL REPARTIDO : $ 58.500.-
Bajo este mismo principio y sistema. sc podi'A
trabajar la tierra y la minería. Bastará repaitir n
los acionistas o dueños el 3 por ciento de su capital, según el avalúo municipal o gobernativo de la
la tierra que se trabaja, como así de ia mina que se
explota, siguiendo el mismo ritmo, condiciones y
cláusulas en la industria.
Es notoilio que e11 estas condicioiles de traba,jo,
los capitales extrai~jeros e11 el país, no emigrarían, al coiltrario, aumentaría más el iliimero de
capitales que verían con agrado invertir sus ecoiiGmías en riuestra casa, para bien de ilosotros mismo2
y prosperidad cle la nación.
Además, vendría indiscutiblemente la socialización de la máquina de la producción sobre iina
base justa, coriduciendo ésta a la ernancipacián proletaria, tanto ideológica como material, trayéildo110s indudableinente un MUNDO MEJOR. Por esta
razón, y para bien de la humanidad, debemos aceptar, defender y nó combatir bajo ningún coacepto,
cl sistema ECONOMICO CAPITALISTA.
,
iEstimados
SOCIALISTAS REFORMISTAX !
No echéis en saco roto este principio que, laiizaclo
a la práctica os -dará un resultado espléndido, si se
quiere, grandioso ; vendrá una unión tan formida ble en todo el mundo, que hará suprimir la explotación, las reiicillas, la envidia y con ésto se suprimirán los límites entre paises y naciones; y suprimidos &tos, se eliminarán las banderas, y suprimidas
Cstas, indiscutiblemente, se eliminará también nuest r a eterna y fatídica GUERRA.
Tened presente, que las guerras no se terminarán ni se silprimirán con firmas estampadas en pergaminos con letras de oro, pues estos tratados internacionales sólo son válidos cuando discute e1
fiierte con el débil, siendo siempre el primero el
ganador; pero, cuando los litigantes son dos fuertes, la cosa cambia por completo, y los famosos pergaminos escritos y firmados con letra de oro, toman simplemente el caracter de PAPELES. Tenemos ya como ejemplo, VERSALLES, GINEBRA,
LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES, etc., etc.
"Abolid la explotación del hombre por el honibre, y habréis abolido la explotación de.una, nacióri
por otra", dice Marx.
La vida así dejará de ser un sacrificio humano,
y no será la muerte lo más dulce, como se han expresados Fournier, Bacliunin, Jáurez, Bebe1 y otros;
a l contrario, habremos llegado al punto máximo clel
pensamiento humano, dejando la verdadera Ley de
Cristo: "AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS".
IMPRENTA SANCHEZ
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Viña del Mar
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