TEXTOS HUMANÍSTICOS

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TEXTOS HUMANÍSTICOS
Texto 1
Los seres humanos nos integramos en grupos con los que, en alguna medida, nos
identificamos porque compartimos características que se convierten en signos de
identidad del grupo. Y el hablar una misma lengua es la primera de estas características.
El solo hecho de que otro individuo hable en la misma lengua que yo abre un
espacio común que hace posible la comunicación y la cooperación. A la inversa, el que
habla en otra lengua es irremisiblemente «otro», distinto de «nosotros».
Desde los más remotos tiempos la lengua ha sido un signo primario de
identificación y un desencadenante de conflictos entre grupos, y en nuestros días
continúa siéndolo. Es cierto que el papel de la lengua como signo de identidad de los
grupos étnicos, de los grupos con un origen común, puede ser muy diverso. Para los
musulmanes el signo de identidad fundamental es la religión, y la lengua árabe lo es en
buena parte como vehículo de la creencia religiosa. Y los judíos han mantenido durante
siglos una identidad muy sólida a pesar de haber perdido la lengua común. Y hay etnias
nacionales enfrentadas a pesar de que comparten la misma lengua y naciones
sólidamente unidas con fuertes diferencias lingüísticas. Pero en conjunto, y a pesar de
todas estas variantes, sigue siendo cierto que la lengua es un signo primario de
identidad.
Miquel SIGUAN, Bilingüismo y lenguas en contacto, Alianza
1.- Señala el tema, la organización de ideas y la modalidad textual.
2.- ¿Qué argumentos emplea el autor para defender la idea principal y a qué conclusión
llega?
3.- Reconoce las características lingüísticas.
4.- Analiza sintácticamente: Sigue siendo cierto que la lengua es un signo primario de
identidad.
Texto 2
Que el progreso técnico en los medios de comunicación, de la imprenta a la
radio o la televisión y a la informática e Internet, favorece en primer lugar a las grandes
lenguas es evidente, aunque solo sea por razones económicas, porque su mercado es
más amplio. Pero no es menos cierto que estos avances también ofrecen nuevas
posibilidades a las lenguas menores. Así, el catalán es una lengua menor por el número
de sus hablantes y una lengua débil porque no es lengua oficial de un Estado y no
dispone de los medios que tendría en caso de serlo. Debilidad aumentada todavía
porque coexiste con el español, que en el mundo actual es una de las grandes lenguas de
comunicación internacional. Y es evidente que los procesos de globalización aumentan
todavía este desequilibrio. Pero es igualmente cierto que la presencia del catalán en la
radio o en la televisión le permite llegar más allá de sus fronteras geográficas.
Y que en la medida en que existe un software en catalán y que el catalán puede
utilizarse en la Red, cualquiera en cualquier parte del mundo puede recibir e
intercambiar información en esta lengua y puede incluso aprenderla si la desconoce. Y
si las técnicas de traducción automática avanzan como se nos dice, pronto será posible
intervenir en cualquier reunión en catalán sin que nadie pueda objetar que no lo
entiende.
O sea que el progreso técnico ofrece al catalán, como a cualquier otra lengua
menor, unas capacidades de supervivencia inimaginables hace unos años. Para
aprovechar estas posibilidades solo hace falta que los hablantes de la lengua deseen
efectivamente mantenerla y que dispongan de los medios adecuados para hacerlo.
Miquel SIGUAN, Bilingüismo y lenguas en contacto, Alianza
1.- Señala el tema, la organización de ideas y la modalidad textual.
2.- ¿Qué argumentos emplea el autor para defender la idea principal y a qué conclusión
llega?
3.- Reconoce las características lingüísticas.
Texto 3
Los científicos del siglo XIX creyeron que los aborígenes australianos eran el
eslabón perdido entre el mono y el hombre. Hoy en día sabemos que todos los seres
humanos de cualquier rincón del planeta pertenecemos exactamente a la misma especie
(Homo Sapiens Sapiens) y lo sabemos porque nuestros conocimientos antropológicos
son mucho más exactos que los que había el siglo pasado. Una vez aceptado esto,
todavía hay quienes piensan que, a pesar de todo, los aborígenes australianos o de otros
lugares de nuestro planeta son inferiores culturalmente a nosotros y esto se refleja en
que sus lenguas son menos complejas, flexibles, ricas y potentes que las nuestras. Se
sabe que el ser humano habita Australia desde hace por lo menos sesenta mil años y que
ha estado prácticamente aislado en ese continente hasta el siglo pasado. Por ello, se
puede decir sin temor a equivocarse que los aborígenes australianos están entre los
pueblos más antiguos de la tierra. El estudio científico de las lenguas indígenas
australianas se ha producido a mediados de este mismo siglo. Las lenguas autóctonas
australianas que se han descrito hasta la fecha presentan una estructura de un grado de
complejidad fonética, morfológica, sintáctica y semántica del todo equiparable al de
nuestras lenguas europeas. El supuesto primitivismo cultural de los aborígenes
australianos no se corresponde en absoluto con un primitivismo lingüístico Ese presunto
primitivismo no se puede demostrar en términos lingüísticos. Lo mismo hay que
concluir a partir de los estudios científicos actuales de las lenguas aborígenes de otros
lugares: desde América hasta Nueva Guinea pasando por África. De hecho, puede
afirmarse que una de las aportaciones fundamentales de la lingüística es haber puesto de
manifiesto que no existen lenguas primitivas. Ello indica que a una única especie
humana (Homo Sapiens Sapiens) le corresponde una única especie lingüística, que
hemos de denominar lengua humana. De aquí se deduce que la valoración
jerarquizadora de las lenguas humanas no puede basarse en criterios lingüísticos, que la
discriminación lingüística no puede justificarse gramaticalmente, por más que a veces se
oigan cosas como "esa lengua es muy difícil", "aquella lengua no es útil","esa lengua es
más perfecta que esta".
Juan Carlos Moreno, La dignidad e igualdad de las lenguas
1.- Señala el tema y la organización de ideas.
2.- Explica el género y modalidad textual.
3.- Subraya las subordinadas sustantivas e indica su función.
4.- Subraya las subordinadas adjetivas e indica la función del pronombre relativo.
5.- Señala el grado de los adjetivos subrayados.
6.- Explica el proceso de formación de antropológicos, primitivismo y complejidad.
Texto 4
En la actualidad, todavía es frecuente oír hablar a ciertos psicólogos de la
desigualdad mental de las razas humanas y de las clases sociales. Por de pronto, es
preciso enfrentarse con algunos hechos innegables y tratar de interpretarlos. Así, por
ejemplo, es cierto que la población negra de los Estados Unidos posee, como conjunto,
un coeficiente intelectual inferior al de la población blanca, y también es igualmente
cierto que las puntuaciones que los hijos de los obreros alcanzan en las pruebas de
inteligencia son, en términos de promedios estadísticos, inferiores a las que consiguen
en las mismas pruebas los hijos de empresarios, intelectuales y altos funcionarios.
Estos datos son, sin duda, innegables, pero hay que interpretarlos. En realidad,
tales datos no prueban lo que con ellos se pretende probar. Su valor es el mismo que
tendrían unas estadísticas en que se demostrara que los hijos de las familias
acomodadas, donde se come bien, están mejor nutridos que los hijos de familias pobres,
donde se pasa hambre; las diferencias de peso entre unos y otros podrán ser tan
dramáticas como se quiera, pero no probarán sino que unos comen bien mientras que
otros pasan hambre.
Por de pronto hay que constatar que las llamadas pruebas de inteligencia no
miden exclusivamente la capacidad intelectual innata de los individuos; son pruebas
contaminadas por la cultura, en el sentido de que, además de la inteligencia “natural”
miden también el nivel de conocimientos que el sujeto ha adquirido en virtud de su
educación. Las llamadas pruebas de inteligencia pura no existen, entre otras cosas
porque la inteligencia humana no es una capacidad vacía, sino una capacidad que se
actualiza siempre en una cultura concreta. Por consiguiente, los niños que han recibido
una educación inferior se hallan, como es natural, en inferioridad de condiciones para
contestar a unas pruebas que presuponen unos conocimientos culturales.
Dadas tales condiciones, lo lógico para averiguar si en efecto, las razas “de
color” o las “clases bajas” son mentalmente inferiores a la raza blanca y a las clases
altas, debe consistir en algo más que la constatación de unas diferencias que obedecen a
la diversidad de condiciones culturales.
Efectivamente, se han hecho numerosos experimentos que ponen de manifiesto
que en igualdad de condiciones educativas, las diferencias raciales y sociales son, por
término medio, inexistentes.
La conclusión, por tanto, es evidente: el rendimiento intelectual de las distintas
razas y clases sociales podrá variar a tenor de las circunstancias, pero la capacidad de
todas ellas parece ser básicamente la misma, a despecho del color de la piel o del estrato
social (José Luis Pinillos, La mente humana).
1.- Señala el tema y la organización de ideas.
2.- Explica el género y modalidad textual.
3.- Subraya las subordinadas sustantivas e indica su función.
4.- Subraya las subordinadas adjetivas e indica la función del pronombre relativo.
5.- Analiza sintácticamente: Se han hecho numerosos experimentos que ponen de
manifiesto que las diferencias raciales y sociales son inexistentes.
6.- Explica el valor de las perífrasis del texto.
7.- Selecciona, al menos diez sustantivos abstractos.
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