Posguerra

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 Posguer ra
¿A qué llamamos Posguer ra?
Llamamos posguerra, al tiempo, a la situación social y política que sigue a
un enfrentamiento bélico. Si bien siempre se dice que una guerra es
terrible, la posguerra puede ser el momento en el que el miedo, la
destrucción y la muerte acontecidas durante la guerra muestren toda su
cruda realidad, tanto para el vencedor como más aún para el vencido. Las
consecuencias pueden afectar también al marco económico de las regiones.
Posguer ra
Después de la Guerra Civil el panorama literario español es desolador. Hay
una clara ruptura con la tradición de los años 30.
La dictadura del General Franco prohibió todas las renovaciones culturales
que se realizaron durante los años 30 y hasta los años 50 no se nota una
renovación en este panorama.
Aparece La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela en 1942. Es
una obra existencialista y existencialista en la que el autor nos muestra la
vida de Pascual Duarte en forma autobiográfica. Es una novela trágica en la
que el protagonista está abocado a un destino fatal. En ella se mezcla la
tradición de la novela picaresca en la que el protagonista nos cuenta su
propia vida desde la cuna hasta la muerte; y la tradición del manuscrito
encontrado.
En este mismo tono está escrita Nada de Carmen Laforet. Y se unen
algunas obras de Delibes como Las Ratas. En ellas se plasma un retrato de
una España partida por el conflicto bélico. Personas que luchan por
sobrevivir sin tener un futuro claro.
En la década de los 50 España se abre al extranjero. Ingresa en Naciones
Unidas a cambio de establecer bases norteamericanas en suelo español.
Comienza la entrada de turismo masivo procedente de la Europa del norte.
Cambian los hábitos españoles y se con el turismo llegan nuevas ideas
democráticas. Se producen las migraciones del campo a la ciudad. Hay un
desarraigo de la gente y problemas de adaptación en los suburbios urbanos.
Aparece el realismo social con obras como La Colmena de Cela. En ella se
narra la vida de una ciudad española en la posguerra. En esta época
aparecen nuevos autores porque el panorama intelectual se va asentando.
Ana Mª Matute, Ignacio Aldecoa, Jesús Fdez. Santos, Juan Goytisolo,
Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Juan García Hortelano.
Son novelas con técnicas narrativas sencillas. Priman más las actitudes
críticas sobre las estructuras formales de la obra. La Colmena, en concreto,
era el esquema de una obra mayor pero quedó inacabada y Cela la publicó
así.
Poesía de Posguerra
En la poesía podemos encontrar entre 1936 y 1939 una a floración
espléndidas de la literatura por su composición rápida, y facilidad de
retención. Se difundía de múltiples formas: Lanzada en octavillas,
reproducida en tarjetas, postales, recitada, radiada en incluso convertida en
himno o canción. Este hecho produjo que la poesía fuera muy operativa
durante la Guerra Civil. El romance octosílabo fue la composición más
sobresaliente, seguida de las coplas, los sonetos y las formas populares. En
uno de los periódicos más importantes de la época aparecían reflejadas las
producciones bélicas de autores como Machado, Alberti, Miguel
Hernández, entre otros.
En el año 1936 estalla la Guerra Civil en España, y con ella la conocida
como “Edad de Plata” de la poesía, encarnada en los poetas de la
Generación del 27, se desintegra. Tras la Guerra Civil la poesía se
desarrollará sobre todo en provincias, donde los poetas se darán a conocer a
través de revistas literarias (Garcilaso, Escorial). Esta poesía, caracterizada
por una expresión ordenada y armónica y una preferencia por las formas
clásicas, tomará como referencia al poeta renacentista Garcilaso de la
Vega, maestro en sencillez y humanismo. Se volverá a la métrica clásica
(uso del verso endecasílabo, estrofas clásicas como el soneto, la octava
real, la lira, la estancia, etc.) y los temas serán de tipo religioso y amoroso,
con una visión positiva e incluso idealizada del mundo que es en realidad
una forma de evasión de la realidad circundante. Se trata de la denominada
“poesía arraigada”, con autores como José García Nieto.
Hacia 1944, sin embargo, a partir de obras como Sombra del paraíso de V.
Aleixandre y sobre todo Hijos de la ira de D. Alonso, y con la revista
leonesa Espadaña como aglutinadora de la oposición a los “garcilasistas”,
se inicia una “poesía desarraigada” que expresa una angustia metafísica.
Estos poetas buscarán la libertad de formas (el verso libre), y sus temas
girarán en torno al hombre: una religiosidad conflictiva, con dudas y
desesperación el hambre, la represión, la injusticia, etc. Tratados con un
estilo áspero pero sencillo. Autores importantes de este tipo de poesía serán
Eugenio de Nora y José Luis Hidalgo (entre ellos)
Novela de posguerra
La novela no se vio afectada de la misma manera que la poesía por la
Guerra Civil, ya que la narrativa de los años anteriores a ésta no se
encontraba en una situación tan favorable. Por el contrario, la novela
experimentó un resurgimiento a partir de este momento y se mostró como
el género más apropiado para reflejar la terrible situación que el país
acababa de vivir.
La Guerra Civil supuso en España una ruptura con la tradición literaria
inmediatamente anterior. El género narrativo, que había sido cultivado
sobre todo por la Generación del 98, por los escritores “novecentistas” (una
generación posterior que busca la regeneración de España tomando como
base las ideas del filósofo Ortega y Gasset, y entre cuyas figuras destacan
Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró) y por algunos autores vanguardistas
(como Francisco Ayala, Max Aub, Rosa Chacel o Ramón J. Sender), será
el más desarrollado por los autores después del conflicto, con temas como
la propia guerra vista por ambos bandos y la descripción de la situación
económica y moral en que ha quedado España tras la contienda.
Mientras que unos autores elaboraron sus obras en el extranjero tras huir
del país, originando la “narrativa del exilio”, otros siguieron escribiendo en
España, produciendo la “narrativa de posguerra”, que será en la que nos
vamos a centrar.
Teatro de posguerra
El panorama teatral en la inmediata posguerra es bastante pobre. Las
innovaciones más interesantes anteriores al conflicto desaparecen junto con
sus autores, muertos (Lorca, Valle-Inclán) o exiliados (Max Aub o Alberti).
En las salas comerciales seguía triunfando un teatro tradicional y
evasionista: la comedia benaventina, trivial y entretenida. Junto a ésta,
surge el teatro humorístico de Mihura y Jardiel Poncela, cuyos rasgos
fundamentales son las situaciones inverosímiles y los diálogos regidos por
una lógica poco convencional.
En el teatro específicamente de posguerra, la década del 39 al 49, los
escenarios españoles se nutren de piezas de autores tradicionales que ya
habían estrenado antes de la guerra: Arniches, Marquina, Benavente etc.
En esta misma década hay que mencionar dentro del teatro del humor a los
escritores Enrique Jardiel Poncela, creador de un teatro de lo inverosímil,
nuevo y audaz, de lo que es una buena prueba: Eloisa está debajo de un
almendro, y Miguel Mihura: Tres sombreros de copa o Sublime decisión.
Fuera de España los escritores exilados como Rafael Alberti: Noche de
guerra en el museo del Prado o Alejandro Casona: La dama del Alba,
siguen escribiendo teatro, aunque apenas tuvieron posibilidades de llevarlo
a escena.
A partir de 1949 aparece un teatro marcado por preocupaciones
existencialistas y por tendencias de tipo social, que empieza a presentar
sobre el escenario la realidad española, de una forma cada vez más crítica.
El estreno en 1949 de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo
significa el comienzo de este tipo de teatro de protesta y denuncia que
Buero seguirá cultivando a lo largo de su vida.
Fragmento de la Novela de Posguer ra
Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte
" Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los
mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando
vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de
cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay
hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y
hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las
chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad
sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la
llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha
diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con
tatuajes que después nadie ha de borrar ya. "
Este fragmento, pertenece a la posguerra:
Yo pienso que este pequeño fragmento nos muestra que pertenece ala
posguerra, ya que los hechos que se cuentan en la novela abarcan desde
finales del siglo XIX en que nace el protagonista hasta el año 1940 ó 1941
en que le condenan a la pena de muerte. Sabemos esto porque las cartas que
cierran el libro están fechadas a principios de 1942 cuando Pascual Duarte
ya está muerto, y no parece ser que haga mucho tiempo de ello - en la nota
final del transcriptor se dice que estuvo en la cárcel hasta el año 35 ó 36 y
es en esos años, “durante los quince días de revolución que pasaron sobre
su pueblo” que serían seguramente los del comienzo de la guerra civil. Esto
lo he podido saber, ya que he buscado información y datos sobre esta
novela, en varias páginas de internet.
Fragmento de Teatro de posguer ra
Antonio Buero Vallejo, Historia de una escalera
FERNANDO.- No. Te lo suplico. No te marches. Es preciso que me
oigas... y que me creas. Ven.
(La lleva al primer peldaño.)
Como entonces.
(Con un ligero forcejeo la obliga a sentarse contra la pared y se sienta a
su lado. Le quita la lechera y la deja junto a él. Le coge una mano.)
CARMINA.-¡Si nos ven!
FERNANDO.- ¡Qué nos importa! Carmina, por favor, créeme. No puedo
vivir sin ti. Estoy desesperado. Me ahoga la ordinariez que nos rodea.
Necesito que me quieras y que me consueles. Si no me ayudas no podré
salir adelante.
CARMINA.-¿Por qué no se lo pides a Elvira?
(Pausa. Él la mira, excitado, alegre.)
FERNANDO.- ¡Me quieres! ¡Lo sabía! ¡Tenías que quererme!
(Le levanta la cabeza. Ella sonríe involuntariamente.)
¡Carmina, mi Carmina!
(Va a besarla, pero ella le detiene.)
CARMINA.- ¿Y Elvira?
FERNANDO.- ¡La detesto! Quiere cazarme con su dinero. ¡No la puedo
ver!
CARMINA.- (Con una risita.) ¡Yo tampoco!
(Ríen felices.)
FERNANDO.- Ahora tendría que preguntarte yo: ¿Y Urbano?
CARMINA.- ¡Es un buen chico! ¡Estoy loca por él! (Fernando se
enfurruña.) ¡Tonto!
FERNANDO.- (Abrazándola por el talle.) Carmina, desde mañana voy a
trabajar de firme por ti. Quiero salir de esta pobreza, de este sucio
ambiente. Salir y sacarte a ti. Dejar para siempre los chismorreos, las
broncas entre vecinos... Acabar con la angustia del dinero escaso, de los
favores que abochornan como una bofetada, de los padres que nos abruman
con su torpeza y su cariño servil, irracional...
CARMINA.- (Reprensiva.) ¡Fernando!
FERNANDO.- Sí. Acabar con todo esto. ¡Ayúdame tú! Escucha: voy a
estudiar mucho, ¿sabes? Mucho. Primero me haré delineante. ¡Eso es fácil!
En un año... Como para entonces ya ganaré bastante, estudiaré para
aparejador. Tres años. Dentro de cuatro años seré un aparejador solicitado
por todos los arquitectos. Ganaré mucho dinero. Por entonces tú serás ya
mi mujercita, y viviremos en otro barrio, en un pisito limpio y tranquilo.
Yo seguiré estudiando. ¿Quién sabe? Puede que entonces me haga
ingeniero. Y como una cosa no es incompatible con la otra, publicaré un
libro de poesías, un libro que tendrá mucho éxito...
CARMINA.- (Que le ha escuchado extasiada.) ¡Qué felices seremos!
FERNANDO.- ¡Carmina! (Se inclina para besarla y da un golpe con el pie
a la lechera, que se derrama estrepitosamente. Temblorosos, se levantan
los dos y miran, asombrados, la gran mancha en el suelo.)
Este fragmento de teatro de la posguerra pertenecer a esta porque Historia
de una escalera es la primera obra de Antonio Buero Vallejo, estrenada en
1949 en plena dictadura franquista. La obra inaugura en la escena española
una tendencia de teatro realista y social que se mantuvo durante varias
décadas de la segunda mitad del siglo XX.
Fragmento de la poesía de posguer ra
Alfonso canales -LOS AÑOS
Hermoso es morir joven
y dejar el recuerdo de la piel no tocada
por agravios del tiempo:
pero lo es más haber vivido mucho
y haber hecho que el cuerpo se fatigue
de amor y de labor. Es muy hermoso
incorporarse al coro con voz nueva,
destemplar el unísono con un grito de júbilo
para sellar los labios
después: pero es más bello
que los años trabajen la palabra y el canto
fundidos, de manera que una nueva amonía
se logre en el conjunto, desconocida antes.
Feliz aquél que puede las causas de las cosas
adivinar temprano,
mas el que se retarda
adrede, no queriendo que nada se le esconda,
llega más lejos: día
tras día desenvuelve
un camino que otros ya encontrarán pisado
y transitable.
Hermoso
es aprender, rozar lo no sabido,
descerrajar las puertas, rasgar túnicas, velos,
impedir que se queden los damascos
colgados de doradas galerías
llenas de polvo, pero el mayor premio
para el hombre que vive y dice y ama
es lograr el lenguaje
con el que los balcones, definitivamente
abiertos, comunican
su saber soleado a las estancias;
sacar del negro engaño a la tiniebla,
y a la misma penumbra de sus grises cenizas;
en la piel de las cosas
acomodar la luz, como quien créese
divino y con la fuerza
de la garganta hace que se levante un mundo
resistente a los años.
Yo pienso que esta poesía esta referida con la posguerra, porque quiere
hacer referencia a la actualidad de la vida, es decir, a la situación en la
que se encuentra.
A parte sus rimas, son asonantes.
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