Evolución histórica del Desarrollo

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1. Breve sinopsis histórica del concepto de desarrollo
 Un concepto de posguerra
A los fines de este trabajo, se hace necesario definir una fecha a partir de la cuál
concebir el surgimiento del concepto de desarrollo. En virtud de los antecedentes, puede
interpretarse sin temor a equivocación, que el concepto de desarrollo es claramente un
concepto de posguerra. El 14 de agosto de 1941, el Presidente F. Roosevelt y el Primer
Ministro de Gran Bretaña, Winston Churchill, coincidían en que el único fundamento
cierto de la paz residía en que todos los hombres libres del mundo pudieran disfrutar de
seguridad económica y social y por lo tanto, se comprometieron a buscar un orden
mundial que permitiera alcanzar estos objetivos una vez finalizada la guerra. Idéntica
posición se establecería en la Carta de San Francisco de 1945, documento que diera
forma al surgimiento de Naciones Unidas y en especial referencia a su Consejo
Económico y Social (ECOSOC) y sus comisiones regionales (CEPAL, CESPAC,
CEPA; CESPAP; CEE).

Desarrollo en términos de crecimiento económico
La década del 50, se inicio con la corriente principal desarrollista, la cuál a lo largo de
los 60 y 70 se enfocó en generar el máximo crecimiento económico de los países en vías
de desarrollo a través de la modernización de sus estructuras productivas, es decir, de la
industrialización de sus economías. Los conceptos clave en la noción de desarrollo eran
la formación de capital y transferencia de tecnología moderna, elementos generadores
de crecimiento económico.
Esta acumulación de capital a partir de la industrialización implicó para los Países del
Tercer Mundo, la necesidad de dotarse a si mismos de la capacidad de planificar de
manera extrema para una política económica que pudiera definirse claramente y
mantenerse en el tiempo. Llevó a creer que el desarrollo sería el resultado de una
ingeniería de la intervención en forma exclusiva, y que el plan libro se convertiría en la
herramienta básica de intervención en un contexto controlado por un único agente o
actor con la totalidad del poder, el Estado. Esta racionalidad iluminista, que alcanzaría
su cúspide en Latinoamerica a principios de los sesenta, declinaría sin atenuantes hacia
fines del siglo XX.
Esta sucesiva industrialización, produjo grandes migraciones internas hacia las zonas
industriales incipientes, derivado de la supuesta capacidad ociosa de mano de obra
como resultado de la tecnificación de la agricultura, conformando así grandes centros
urbanos con creciente tasa de densidad poblacional, actualmente una problemática
vigente.
A lo largo de estas décadas, indicadores como el PBI agregado y sobre todo el PBI per
capita fueron indicadores considerados como la medida de análisis para determinar el
nivel de desarrollo de los países. Este sesgo claramente economicista del concepto de
desarrollo, entendido en términos de crecimiento de las economías nacionales, llevó a
los profesionales de las ciencias económicas a dominar el campo consolidando un
reduccionismo interpretativo que poco ayudó a entender la verdadera naturaleza del
fenómeno y al diseño de formas eficaces de intervención promotora del desarrollo.
A fines de la década de los 60 el fin principal de las agencias internacionales y
gobiernos de los países del mundo estuvo orientado hacia la eliminación paulatina de
los obstáculos al crecimiento económico a través de la redistribución de bienes
productivos, desarrollo de recursos humanos, control de crecimiento de la población y
atención hacia los sectores rezagados de las economías en vías de desarrollo.
Esta lógica lineal y reduccionista, con claro sesgo economicista se mantuvo a lo largo
de las década de los 70 donde el eje o concepto principal fue el de la redistribución con
crecimiento (RWG), eje que implicó que la comunidad internacional dispusiera su
atención hacia la distribución de beneficios como a la tasa y ritmo de crecimiento de las
economías.
Si embargo, a partir de esta década surgieron corrientes teóricas que comenzaron a
introducir en el acervo de conocimiento economicista sobre el desarrollo, su
interpretación como un concepto normativo, y por ende lleno de juicios de valor
(Dudley Seers). En tal sentido, propugnaban que los hombres debían preguntarse a si
mismos acerca de las condiciones necesarias para la realización del potencial de la
personalidad humana, hecho que implicaba la “construcción del concepto de
desarrollo”. Para Seers, eran tres las condiciones necesarias, tales como alimentación
(traducida a pobreza y nivel de ingreso); empleo y la tercera la igualdad entendida como
equidad. Si estos indicadores de pobreza, desempleo y de inequidad disminuían, se
podía entonces hablar de una mejora en el desarrollo. En el transcurso de la década de
los 70 se hizo evidente que el enfoque de desarrollo no había logrado sus metas,
realidad verificable a través de indicadores sociales que evidenciaban malas condiciones
de vida de las grandes masas empobrecidas, la teoría del derrame había fracasado.
En virtud de los resultados de la década pasada, a lo largo de los 80, los objetivos y
prioridades de la ayuda de la Comunidad Internacional cambiaron, en virtud del giro de
la economía mundial y de las condiciones sociales, políticas y económicas de los países
en vías de desarrollo. Se enfatizaron ajustes de política macroeconómica a través del
control sobre el gasto público para hacer frente a las acuciantes crisis de deuda,
haciendo hincapié en el respeto a la división internacional del trabajo a través de las
exportaciones e importaciones, en la mayor productividad del sector privado, etc. Es
decir que el interés en las necesidades y en la productividad de aquellas zonas mas
precarias de los países en vías de desarrollo dejó de estar en el centro del debate.
Así como Dudley Seers brindara una alternativa al concepto economicista del
desarrollo, en 1990 y nuevamente en el ámbito de la Organización de las Naciones
Unidas, mas precisamente a través del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, se introdujo una nueva acepción y una nueva forma de medir el desarrollo el
cuál alejaba de los indicadores tradicionales de PIB, balanza comercial, consumo
energético, etc.

La humanidad en el centro del Desarrollo
A partir de pensadores como Amartya Sen, Mahbub Ul Haq, Richard Jolly y otros,
surgió el concepto de “Índice de Desarrollo Humano” (PNUD). Sus autores lo
concibieron como un proceso de ampliación de las opciones de la gente, incluyendo
beneficios intangibles como la libertad, la ausencia de violencia o explotación, tener un
sentido de propósito en la vida, cohesión social y sentido de pertenencia y sus
tradiciones y cultura.
El IDH, reúne los componentes de calidad de vida, longevidad y nivel de conocimiento.
Cada uno de estos tres componentes resume el desempeño de indicadores sociales del
desarrollo y su evolución a lo largo del tiempo.
En otra clara dirección hacia una interpretación alejada del desarrollo como crecimiento
económico, quien fuera en aquel entonces Secretario General de la Organización de
Naciones Unidas, Boutros Gali formuló un informe “An Agenda for Development” en
el cuál estableció cinco dimensiones intangibles para el concepto de desarrollo, abriendo
la posibilidad de abordar su estudio desde disciplinas distintas de la economía. Se abrió
paso así, a la inter y la transdisciplinariedad para el abordaje de un concepto complejo.
Otra propuesta que fuera publicada en 1986 y tuviera una alta repercusión en el ámbito
académico fue la conocida como “Desarrollo a Escala Humana”. Sus autores, MaxNeef, Elizalde y Hopenhayn, sustentaron el concepto de desarrollo en la satisfacción de
las necesidades humanas fundamentales (consideradas como limitadas a diferencia de la
versión ilimitada del homo economicus), en la generación de autodependencia y en la
articulación de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos
globales con lo local, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y
de la sociedad civil con el Estado.
Esta propuesta sobre Desarrollo a Escala Humana, hace hincapié en la sinergia como
motor de desarrollo, a través de un cambio de paradigma, criticando el razonamiento
analítico por su reduccionismo metodológico, por ser mecanicista y lineal (causa-efecto)
para interpretar al desarrollo, el cual necesariamente debe concebirse como un concepto
complejo y multidimensional, a través de enfoques holísticos y sistémicos, aptos para el
estudio de la complejidad.

Políticas neoliberales: el “Consenso de Washington”
A mediados de los ochenta, la crisis de deuda y bajas tasas de crecimiento económico de
los países en vías de desarrollo fue interpretada como resultado del agotamiento del
proceso de industrialización por sustitución de importaciones. En tal sentido, se generó
un documento compuesto por diez políticas que conformaban un paquete de medidas
económicas pensado para América Latina denominado “Consenso de Washington”.
Avalado por las Instituciones del Banco Mundial, más precisamente el FMI y el BM, el
Congreso de Estados Unidos, la Reserva Federal e institutos de expertos (think tanks)
económicos se generalizó como herramienta a aplicar por todos aquellos países que
quisieran salir de la crisis económica e inestabilidad macroeconómica. Este consenso, el
cual derivaría posteriormente en la cosmogonía neoliberal, crítica del rol del Estado en
la economía, propiciaba su achicamiento y un reordenamiento en cuanto a las
prioridades del gasto público, liberalizar las taras de interés y un tipo de cambio
competitivo; eliminar las trabas al comercio internacional, privatización de las empresas
públicas, desregulación y flexibilización laboral y reforma impositiva.
A pesar que las medidas implementadas estimularon la inversión extranjera directa
como nunca antes en la región, a lo largo de la década se pudo corroborar que el
crecimiento de la economía no implicó per se, mayor y mejor desarrollo. La pobreza
siguió como un agudo problema a la par de la inequitativa distribución del ingreso.
2. Orientación y sentido del proceso de Integración Sudamericana;
Hacia una dimensión social de la Integración post CW.
Si bien el tratado de Asunción de 1991 el cuál diera vida a la conformación del Mercado
Común del Sur (MERCOSUR), no estableció una instancia específica en su
institucionalidad para el tratamiento de los temas sociales de la integración de los
estados miembros, dispuso una referencia de manera indirecta al considerar la “justicia
social” en la ampliación de las dimensiones de los mercados adicionales. Esta omisión
significativa demostró la influencia del contexto político-ideológico que impulsaban un
modelo de integración compatible con políticas orientadas, mas allá de las
especificidades de cada estado parte, a los principios del Consenso de Washington
esbozados en el apartado sobre la evolución histórica del concepto de Desarrollo.
Los programas de reforma neoliberales asignaron un rol mínimo al Estado, a través de
una descentralización que redujo la participación estatal a un mero proceso
administrativo y operativo, delegando las principales obligaciones y responsabilidades a
los gobiernos locales y estos a su vez a la empresa privada.
Por ende, la existencia de una dimensión social en el proceso de integración del
MERCOSUR no fue considerada en el texto del tratado, ya que los miembros que lo
conformaron establecieron puertas adentro, los lineamientos del Banco Mundial tales
como la estabilidad macroeconómica, liberalización del comercio y las finanzas y
privatizaciones.
Tras una década de aplicación de la receta neoliberal para el desarrollo, se hicieron
visibles las consecuencias de dichas medidas traducidas en el aumento de las
desigualdades sociales y en el acrecentamiento de las asimetrías entre e intra países.
Pudo apreciarse la frustración por haber concebido el desarrollo como un proceso
cuantitativo, y no como un proceso de dimensiones cualitativas, sustentado en un
proceso cuantitativo como es el crecimiento económico.
En el año 2000, con la firma de la Carta de Buenos Aires sobre Compromiso Social en
el MERCOSUR, Bolivia y Chile, los presidentes se mostraron convencidos de que el
crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para alcanzar una
mejor calidad de vida, erradicar la pobreza y eliminar la discriminación y la exclusión
social y reconocieron la responsabilidad primordial del Estado en la formulación de
políticas destinadas a combatir la pobreza y otros flagelos sociales y apoyar las acciones
de la sociedad civil dirigidas al mismo objetivo.

Hacia la conformación de UNASUR
Desde el año 2000 hasta el 2008, más precisamente el 22 de mayo en Brasilia cuando se
firmó la Carta Constitutiva de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), se
propiciaron acercamientos que involucraron a los Jefes de Estado de todos los países de
América del Sur, los de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú y los cinco países del MERCOSUR, Argentina, Brasil, Uruguay,
Paraguay, y Venezuela (como Estado asociado desde junio del 2006), mas Guyana,
Surinam y Chile, tendientes a establecer un consenso sobre la necesidad de instalar en
las agendas de cada uno de los respectivos países, la “dimensión social” del proceso de
integración regional.
El motivo de dichos acercamientos fue redefinir el sentido de la integración y darle
prioridad a los temas sociales en el marco de la construcción de regiones
transfronterizas, en torno a proyectos energéticos y de conexión física e interoceánica
considerados como de base para la generación de crecimiento interrelacionado de las
economías sudamericanas.
Este acercamiento entre miembros de dos esquemas subregionales de integración como
la CAN y el MERCOSUR, comenzó a plasmarse a partir de la creación del área de libre
comercio, que desde el año 2005 cubre el 80% del universo arancelario de la región. Por
otro lado, Brasil, propuso la idea de construir un área de libre comercio suramericana, a
través de las Cumbres Presidenciales de los doce países.

Cumbres Presidenciales:
1º Brasilia, 9/2000: Se propuso priorizar la formación de espacio económico
suramericano a través de los proyectos del IIRSA sobre conexión física,
modernización de infraestructura de energía, transporte y comunicaciones.
Desde esta primera Cumbre, el tema social hizo su aparición en el debate, cuya
conclusión fue el convencimiento de los miembros presentes que la estabilidad
política, el crecimiento económico y la promoción de la justicia social, en cada
uno de los doce países sudamericanos, dependían de la ampliación y de la
profundización de la cooperación y de la expansión de la red de intereses
recíprocos.
Se coincidió en la relación entre pobreza/marginalidad y amenaza a la
estabilidad institucional de la región, relación que supuso la necesidad de
establecer programas e iniciativas de acción pública en educación, desnutrición,
salud, desarrollo humano.
Se estableció la necesidad que las fronteras sudamericanas debían dejar de ser
concebidas como Frontera-Fractura, para pasar a ser interpretadas como
Espacios Comunes. Es decir, dejar de constituir espacios territoriales aislados y
separados para tornarse en eslabones de unión para la circulación de bienes y
personas conformando un espacio de cooperación
2º Guayaquil, 7/2002: Se insistió en la interrelación entre infraestructura y
desarrollo. Se condicionó a cinco principios (perspectiva neoeconómica,
sostenibilidad social, eficiencia económica, sustentabilidad ambiental, desarrollo
institucional).
3º Cuzco, 12/2004: Se determinaron siete temas para orientar la convergencia
(integración comercial y complementación económica, infraestructura y
desarrollo descentralizado, medio ambiente, integración energética,
financiamiento regional, consideración de las asimetrías y cohesión social). Los
miembros representantes de los distintos Estados decidieron la conformación de
la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN).
4º Brasilia, 10/2005: Como primera Cumbre de la CSN, se acordó intercambiar
experiencias sobre facilitación del comercio, complementación de cadenas
productivas e integración en las zonas fronterizas.
5º Cochabamba, 4/2006: Se abordó políticamente la integración física y
energética de Sudamérica, creando la Comisión de Altos Funcionarios para la
búsqueda de la convergencia institucional.
Por otro lado, se planteó el convencimiento que el proceso de integración
regional es una alternativa para evitar que el escenario globalizado profundice
las asimetrías, contribuya a la marginalidad económica, social y política y
procure aprovechar las oportunidades para el desarrollo.
Por su parte, las Organizaciones Indígenas presentaron una propuesta de
reestructuración del IIRSA en base a la consulta y consentimiento previo de la
ciudadanía a fin de garantizar que los ejes multimodales (conexión por carretera,
infraestructura energética, hidrovías, comunicaciones) no terminaran
favoreciendo sólo a “capitales exportadores” (interpretación de los esquemas de
integración desde la perspectiva reduccionista del mercado como distribuidor de
recursos) y se evitaran así, impactos en las poblaciones, degradación del medio
ambiente y destrucción de usos productivos locales.
6º Isla Margarita, 4/2007: Se decidió la creación de UNASUR en reemplazo de
la CSN, estableciendo su sede en Ecuador y los lineamientos básicos para su
institucionalidad derivados de las reuniones presidenciales anteriores:
Presidencia Pro Témpore, Secretaría Técnica, Secretario General. Se creó la
institucionalidad del Banco del Sur (alternativa a fuentes de financiamiento
altamente discrecionales), la de la Organización de Países Productores y
Exprotadores de Gas del Sur (OPPEGASUR) y el de Biocombustibles, para
diversificar la matriz energética sudamericana.
En menos de una década América del Sur ha pasado a un gradual acercamiento con
resultados más que relevantes: por un lado, la necesidad de instaurar la “dimensión
social” en el esquema de integración regional; coincidencia de la necesidad de
establecer convergencia en proyectos de infraestructura y acuerdos energéticos, hecho
que quedó de manifiesto en la constitución del IIRSA, marco contenedor del PET.
Este acercamiento, que denota la integración física y energética es concebido como un
esfuerzo político, económico y social de las distintos actores por construir regiones
transfronterizas, desde una concepción de frontera-fractura, postergadas, de menor
infraestructura y marginadas de cada uno de los distintos países, hacia “Espacios
Comunes”, con identidad compartida y caracterizado por vínculos de cooperación
transfronteriza tendiente a un desarrollo armónico de las entidades políticas subestatales
que los conforman.
Por otro lado, la institucionalidad generada a través de UNASUR, tiende a traslucir la
certeza de que en un escenario altamente globalizado, el crecimiento económico de los
países tiende a ser más y más exógenamente determinado.
3. Globalización: Desafíos Global/Local.
Interpretación del Escenario para un Desarrollo endógeno
De la misma forma que se presentara con el concepto de Desarrollo, la Globalización
dispone de una amplia variedad de matices, de acuerdo a quienes aborden su estudio;
sin embargo y a los fines de este trabajo, puede presentarse en tres posiciones distintas.
Una primera perteneciente a quienes sostienen que la globalización es un escenario que
brinda a todos los Estados la misma oportunidad para desenvolverse en el, posición que
podría definirse como statu quista.
Por otro lado, la posición antinómica, establece en oposición a la posición statu quista,
que no hay inserción posible que resulte ventajosa en un escenario globalizado, debido a
la actual División Internacional del Trabajo y a la distribución desigual de capacidades
con las que parten los Estados.
En una tercera instancia, y con carácter sintétito/superador, se plantea que las fortalezas
y debilidades dependen de la correlación de fuerzas político administrativas a escala
mundial y de las transformaciones estructurales que se desarrollan al interior de las
naciones menos desarrolladas.
Esta nueva Sociedad Global y de Interdependencia Compleja y sus consecuencias, han
generado una respuesta desde esquemas regionales y locales de integración.
La integración de las economías mundiales trae aparejado la disminución de las
fronteras económico-nacionales a través de la especialización en la producción de partes
y componentes, que son utilizados para un ensamblaje final del producto en terceros
países.
Esta mayor interdependencia compleja (variedad de actores tales como organismos
internacionales, intergubernamentales, Organismos no Gubernamentales, Empresas
Transnacionales, Estados, Regiones, Provincias, Municipios y temas sociales,
económicos, políticos y medio ambientales) representa asimetrías producto de
diferencias profundas en la participación entre unos y otros actores y mayormente a
aquellos receptores pasivos del proceso de globalización.
En tal sentido, toda iniciativa de carácter local y regional necesariamente debe partir del
conocimiento y comprensión de la dinámica globalizadora bajo las nuevas
circunstancias de la División Internacional del Trabajo y a través de paradigmas del
desarrollo distintos a los actuales.
Las acciones emprendidas desde la dimensión nacional, regional y local, deben asumir
la tarea de construir una sociedad más justa y equitativa, es decir, aceptar el desafío de
ser parte de un escenario cada vez más interconectado e interdependiente.
En definitiva, las entidades políticas subestatales deben aceptar el desafío que implica
aprovechar los factores de crecimiento exógeno para generar desarrollo endógeno, es
decir, ser sujeto activo de su proceso de cambio.
4. Pero que implica el Desarrollo Endógeno? Como se articula con el crecimiento
económico exógeno?
Esta dialéctica entre estructura y agente, de constitución mutua a través de sucesivas
interacciones recíprocas de suma positiva, requiere de parte del agente (la provincia), de
capacidad y determinación para organizarse para el desarrollo y de una intervención
efectiva sobre su territorio inserto en un escenario turbulento.
La evolución histórica del concepto de desarrollo demuestra que no resulta posible
concebirlo sino es como un proceso de dimensiones cualitativas, sustentado en un
proceso cuantitativo como es el crecimiento económico.
Asumir el desarrollo sólo a través del crecimiento económico es desconocer que el
proceso cuantitativo no lo garantiza.
Por otro lado, el desarrollo sin crecimiento, tampoco es temporalmente sostenible.
En este escenario cada vez mas global, el crecimiento económico de un territorio tiende
a ser cada vez más exógenamente determinado. Es decir, que los proyectos de inversión
que se radican en el territorio se financian a través de recursos ajenos al territorio mismo
(transnacionalización del capital). A su vez los componentes exógenos en el proceso de
toma de decisiones que están detrás de los espirales de crecimiento tienden a ser mas
elevados.
Para aprovechar las oportunidades que ofrece la globalización para el territorio
provincial es necesario su organización en un proceso de construcción social y político,
que lo transforme de objeto pasivo, a sujeto con capacidad de construir ese complejo
escenario deseado, con características sistémicas abiertas en constante interrelación con
su entorno.
Esta construcción social y política del territorio demanda de criterios que han
comenzado a identificarse como un nuevo paradigma, en el sentido Kuhniano, por
implicar una nueva cosmovisión opuesta al paradigma científico mecanicista imperante.
Estos criterios implican abolir el reduccionismo en la interpretación de los fenómenos
como el desarrollo, eludiendo las explicaciones mono causales. Admitir que las leyes
lineales e inmutables son impracticables en escenarios de alta dinámica. Y reconocer
que un concepto complejo como el desarrollo requiere del abordaje inter y
transdisciplinario el cual elimina por ende los derivados del racionalismo cartesiano
como las antinomias, disyunciones, separaciones y oposiciones, para pasar a un
pensamiento holístico, integrador, sintético.
Variables
Viejo Paradigma (Racionalista)
Cuantitativas, objetivas y conocidas
Nuevo Paradigma
Cualitatitas, no necesariamente
cuantitativas, subjetivas, conocidas u
Instituciones
Estáticas y estructuras fijas
Relaciones
Explicación
Futuro
Dialéctica
Métodos
Lineales, mono-causales
El pasado explica el futuro
Simple y cierto
Antinómica
Determinísticos y cuantitativos
(econométricos, matemáticos)
Pasiva y adaptativa
Actitud hacia
el futuro
ocultas
Dinámicas y estructuras evolutivas (no
reificadas)
De interdependencia
El futuro explica el pasado
Múltiple e incierto
Sintética
Análisis intencional, modelos cualitativos
y estocásticos
Activa y creativa
5. Es posible hablar de crecimiento endógeno en el ámbito provincial?
En primera instancia, es necesario identificar cuáles son los factores que inciden en la
tasa de crecimiento económico, los cuáles podrían identificarse como capital físico,
capital humano y conocimientos.
A su vez, para ser considerados endógenos, los agentes pertenecientes al territorio,
deberían tener un control efectivo sobre estos factores determinantes de crecimiento.
En un escenario global, el margen de control de entidades políticas subestatales sobre el
conjunto de normas, reglas y procedimientos económico/institucionales está
determinado por normas constitucionales propias del sistema republicano de gobierno.
Y a su vez, el Estado Nacional, a través de los regímenes de la Comunidad
Internacional.
Siendo así, cabe preguntarse ¿cuál es el margen de maniobra que la provincia posee
sobre factores endógenos de crecimiento económico? Si la provincia no tiene un control
efectivo sobre estos factores, como puede traducir el crecimiento económico exógeno en
desarrollo endógeno?
6. Planificando para un Desarrollo Endógeno
Siguiendo a Sergio Boisier (1993), el Desarrollo Endógeno puede delinearse en cuatro
planos interrelacionados.
Podemos hablar de endogeneidad en el plano político siempre y cuando pueda
percibirse capacidad territorial para tomar las decisiones relevantes en relación a
diferentes opciones de desarrollo y en su relación al uso de instrumentos
correspondientes, es decir, capacidad de diseñar y ejecutar políticas de desarrollo y
capacidad de negociar. (ODM; PET; Desarrollo a Escala Humana; que mas???)
En el plano económico la endogeneidad se traduce en la capacidad de apropiación y
reinversión del excedente en el territorio con la intención de diversificar la matriz
productiva, aumentar el empleo, etc. (renegociación de los contratos petroleros y que
mas??)
En el plano científico tecnológico la capacidad de articular el campo de la ciencia y la
tecnología para generar a través del conocimiento aplicado mejoras cualitativas al
sistema. La endogeneización del conocimiento y del progreso técnico en una sociedad
deriva en una sinergia de innovación, en capacidad empresarial al aplicar las mejore
prácticas tecnológicas y en la información.
La constitución de redes de ciencia y tecnología y la inversión en centros educativos y
en educación es clave para la generación endógena de conocimiento y progreso técnico.
Por otro lado, es conocimiento sobre el territorio es indispensable a la hora de elegir
entre modelos de desarrollo; siendo una herramienta importante de generación de
conocimiento endógeno una descripción de los recursos locales susceptibles de ser
utilizados en cadenas innovativas y productivas.
Plano Cultural implica la identificación de la sociedad con el territorio y este a su vez
como generador de identidad socio territorial.
Estos cuatro planos desagregados sólo conducen hacia un desarrollo endógeno si su
interrelación es tal que emerge de si mismos una sinergia social que redunda en una
ampliación del rango de oportunidades de la gente.
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