Alfred C. Fones

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protagonistas de la odontología
AlfredC.Fones
(1869-1938)
DR JAVIER SANZ SERRULLA
Profesor de Historia de la Odontología
Universidad Complutense de Madrid
Presidente de la Sociedad Española de Historia de la Odontología
Magister en Bioética
Madrid
A finales del siglo XIX,
cuando la inmensa
mayoría de las actuaciones
bucodentales se centran
principalmente en
reparar las secuelas
de la caries dental y la
enfermedad periodontal,
surge en los Estados
Unidos de Norteamérica
un grupo de dentistas que
intuye que la profilaxis es
el mejor medio para mantener las bocas libres de
un buen número de padecimientos. Uno de ellos,
Alfred C. Fones, llegará a
diseñar la figura de la
higienista dental como
miembro del equipo
odontológico y creará el
primer curso destinado a
su formación en el garaje
de su propia clínica.
Biografía
Alfred Civilion Fones nació el 17 de
diciembre de 1869 en Bridgeport,
Connecticut. Después de sus estudios
primarios, acudió al New York College
of Dentistry, donde se graduaría en
1890. En ese momento regresó a su
ciudad natal para trabajar al lado de su
padre, el también dentista doctor
Civilion Fones.
Una vez instalado en el que sería su
destino definitivo, Fones comenzó a
preguntarse por el valor de la prevención de las enfermedades bucodentales, toda vez que la gran mayoría de las
intervenciones de los dentistas de su
tiempo consistían en eliminar la caries
dental mediante la extracción o la obturación. Así, acudió a escuchar a los pioneros en este campo. Uno de ellos fue
el doctor David D. Smith (1839-1920),
profesor del Philadelphia Dental College, quien comenzara su práctica preventiva en 1894 con algunos miembros
de su familia y unos cuantos pacientes y
publicara algunos artículos sobre “Oral
prophylaxis”.
En 1899, después de escuchar a
este maestro en un congreso de la
Northeastern Dental Society, sugirió a
MaxillariS
Abril su compañero de viaje, William Jarvie,
que una mujer podría ser entrenada en
las tareas preventivistas, mientras el
dentista podría dedicar más tiempo a
los procedimientos de operatoria dental. Durante los años siguientes, Fones
perfeccionó su técnica de limpieza y
enseñó a sus pacientes las habilidades
necesarias que deberían realizar en sus
hogares para mantener su boca en
salud. En 1906 los beneficiosos cambios eran evidentes comparados con
el estado en que se encontraban las
bocas de los pacientes de su padre,
reacio a incorporar nuevas técnicas.
El novedoso quehacer de Fones no
tardó en ser conocido por el estamento
odontológico y pronto aceptó una invitación para impartir sus enseñanzas sobre
profilaxis dental en el New York College
of Dental and Oral Surgery. Algunos dentistas, si bien lentamente, incorporaron
sus técnicas a su labor diaria.
Ese mismo año, 1906, decide entrenar en estas técnicas a su asistente,
Irene Newman, a la que se ha considerado la primera higienista dental de
la historia. Fones perfiló un curso para
Irene centrado básicamente en ciertas
nociones básicas de odontología y
de mecanismos de limpieza y pulido,
ayudado por algunos dibujos y libros. Algunos dientes que servicio de higiene dental en el área de la salud pública denhabía extraído fueron montados en un modelo, y Fones man- tal, que echó a andar una vez se garantizó la cantidad de
chaba sus superficies, las cuales tendría que eliminar Mrs. 5.000 dólares, con lo cual Fones se hizo cargo del programa.
Newman con un palillo de madera de naranjo y polvo de El sueño de este gran dentista se vio recompensado cuanpiedra pómez. Posteriormente, se encargaría de limpiar la do, al cabo de los cinco primeros años, la reducción de la
boca de su maestro sin que éste la hubiera aseado después caries dental en dentición permanente fue estimada en un
del almuerzo. Tras un mes de aprendizaje, Irene era compe- 33,9% en comparación con un grupo control; todo ello gratente en la limpieza de la dentadura de los niños.
cias, principalmente, a la educación sanitaria y a los cuidaFones, en estos momentos, se esforzaba en advertir tanto dos que los niños realizaban en su casa tal como los habían
a sus colegas como a sus pacientes sobre la falta de motiva- aprendido en la escuela.
ción para mantener sus bocas limpias, haciéndoles saber
La necesidad de contar con personal apropiado para
que, si persiguieran estos objetivos,
desarrollar este programa llevó a
el 80% de todas las operaciones
Fones a idear un curso de higiene
dentales podrían evitarse y la práctidental. Él creía inadecuada la denoca odontológica se ocuparía en lo
minación de “enfermera dental”
sucesivo de la salud y no de la
(dental nurse) ya que quedaba relaenfermedad. Para ello, insistía, la
cionada con la enfermedad, mientras
ayuda de una mujer en cuyas manos
que para él la higienista estaba dediquedaba este cometido, sería de
cada a la salud y a la prevención de
gran valor en las clínicas dentales.
la enfermedad; de ahí que el término
Mientras se crearan centros destinaque propuso fuera más apropiado, el
dos a su formación, estas ayudantes
de “dental hygienist”, que todavía
deberían ser educadas en los gabipersiste.
netes dentales particulares.
Un grupo de entusiastas profesoH.S. Seip, presidente de la
res venidos de las universidades de
Pennsylvania State Dental Society,
Hardvard, Yale, Pennsylvania y el
reconociendo la imposibilidad de
Columbia College of Physicians and
que el dentista, tan ocupado en las
Surgeons, además de otros eminentareas de operatoria dental, pudiera
tes especialistas de Nueva York y
ocuparse de la profilaxis, apoyó la
Bridgeport, respondieron ilusionados
idea y recomendó un cambio en la
al proyecto de Fones de manera
legislación, que permitiera la exisaltruista, hasta el extremo de pagar
tencia de una enfermera dental para
de su bolsillo el coste de los viajes.
Alfred Civilion Fones
realizar la profilaxis de la superficie
La solidez de este plan era su mejor
dental. Casi de manera simultánea,
valor y las lecciones de este grupo
Rhein, Fones, Wright, Hyatt y Low,
de ilustres fueron recopiladas en el
todos ellos eminentes dentistas repartidos por diferentes que sería el primer libro de higiene dental, con el título de
puntos de los Estados Unidos, escribieron y conferenciaron Mouth Higiene. A textbook for Dental Hygienists, editado en
sobre el papel de esta nueva profesional y coincidían en sus 1916 en Philadelphia por Fones, con R.H.W. Strang y E.C. Kirk
puntos de vista. Todos a un tiempo trataban de convencer a como editores asociados.
Las clases se impartieron en la casa de Fones, cuyo domisus compañeros para que las incorporaran en sus clínicas,
cilio era 10 Washington Avenue. El segundo piso estaba
pero la primacía le corresponde a Fones.
Alfred C. Fones era de la opinión de que el mayor bene- ocupado por Fones, su padre e I. Newman y el primero se
ficio de la prevención dental podría conseguirse mediante destinó a recepción, secretaría y otras habitaciones, además
programas de educación en las escuelas públicas, pues así de una larga dependencia que se usaba como garaje. Pues
se evitaría la aparición de la caries dental y, a la larga, el bien, éste fue convertido en un aula con sus pupitres, pronúmero de obturaciones a realizar sería muy pequeño, yector, pantalla, etc., en cuyo montaje colaboraron econócomo queda dicho. Para ello ideó la puesta en marcha de micamente algunos adinerados pacientes de Fones.
Cuando la primera parte del curso hubo transcurrido,
un plan de salud bucodental en su lugar de nacimiento y
residencia a través del Bridgeport School Board, del cual era esta aula se transformó en una clínica para instrucción
práctica en procedimientos profilácticos. Maniquíes con
miembro, destinado a los escolares de esta ciudad.
Después de ciertas garantías que tuvo que demostrar tras mejillas, lengua, mandíbula movible y un completo juego
un cuatrienio de duros trabajos, el plan fue aprobado por el de dientes fueron colocados en los reposacabezas, de
Board of Education y comenzó en 1914. Este fue el primer manera que las estudiantes fueron entrenadas sistemática-
MaxillariS
Abril protagonistas de la odontología
mente para revisar toda la dentadura con los útiles adecuados, así como para la realización de la limpieza, y eran
examinadas con rigor a lo largo de todo el curso. Una vez
demostrada su suficiencia, pasaban a trabajar con niños y
después con adultos. Únicamente eran entrenadas en el
campo de la profilaxis, pero con gran minuciosidad.
Fones reclutó jóvenes para inscribirse en este primer curso
y su programa fue difundido en varios periódicos.
Comenzaron las clases 33 damas, de las cuales 27 concluyeron el curso y recibieron sus diplomas el 5 de junio
de 1914, entre ellas, Mrs. Newman y Mrs. Fones.
Ante la incertidumbre del futuro del programa escolar,
algunas graduadas aceptaron ofertas de las clínicas privadas, otras dos fueron contratadas como supervisoras y
adoctrinaban a otras estudiantes para trabajos en la escuela. Eran jóvenes con un porvenir prometedor, que veían
recompensado el esfuerzo de un año, en el que no pocas
asistieron a clase una vez cumplían su trabajo y muchas de
ellas llegaban en tren procedentes de varias decenas de
kilómetros. Antes de que fueran creados centros para
impartir esta enseñanza, Fones hubo de formar nuevas
higienistas con otros dos cursos. De las 97 graduadas bajo
su dirección, muchas se repartieron por diversos lugares
de los Estados Unidos y también por Hawai, donde eran
pioneras en algunas áreas de la higiene dental. En 1949,
algunos dentistas y el Junior College of Connecticut, del
que Fones había sido administrador, colaboraron en la
reapertura de la Fones School of Dental Hygiene, actualmente en el campus de la Universidad de Bridgeport, muy
cercana a aquel garaje.
Alfred C. Fones, conocido para la posteridad como “el
padre de la Higiene Dental”, fallecía de un ataque cardíaco
en el año 1938, causando un hondo pesar en la comunidad
odontológica.
•
Bibliografía básica
♦ Carranza F Shklar G History of Periodontology
Canadá (
)
♦ Herschfeld JJ Alfred C Fones Father of the Dental
Hygiene Movement Bulletin of the History of
Dentistry ()
♦ Motley WE Ethics Jurisprudence and History for
the Dental Hygienist Philadelphia ()
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