filoctetes - WordPress.com

Anuncio
LOS ESPACIOS EN FILOCTETES DE SÓFOCLES
Prof. Dra. María Inés Saravia de Grossi
CELC (AFG) UNLP
Primer Estásimo (vv. 676-729)
Lo/g% me\n e)ch/kous', oÃpwpa d' ou) ma/la,
to\n pela/tan le/ktrwn pote\ <tw½n> Dio\j
kata\ droma/d' aÃmpuka de/smion w¨j eÃbalen
pagkrath\j Kro/nou paiÍj:
aÃllon d' ouÃtin' eÃgwg' oiåda klu/wn ou)d' e)sidwÜn moi¿r#
tou=d' e)xqi¿oni suntuxo/nta qnatw½n,
oÁj ouÃt' eÃrcaj tin' ouÃte nosfi¿saj,
a)ll' iãsoj eÃn <g'> iãsoij a)nh\r
wÓlluq' wÒd' a)naci¿wj.
to/de <d' auÅ> qau=ma/ m' eÃxei,
pw½j pote pw½j pot' a)mfipla/ktwn r(oqi¿wn mo/noj klu/wn,
pw½j aÃra panda/kruton ouÀ
tw biota\n kate/sxen:
676
Est a
680
685
690
iàn' au)to\j hÅn pro/souroj, ou)k eÃxwn ba/sin,
Ant. a'.
ou)de/ tin' e)gxw¯rwn kakogei¿tona,
par' %Ò sto/non a)nti¿tupon barubrw½t' a)poklau/seien ai¸mathro/n:
695
ou)d' oÁj [ta\n] qermota/tan
ai¸ma/da khkiome/nan e(lke/wn
e)nqh/rou podo\j h)pi¿oisi fu/lloij
kateuna/seien, eiã tij e)mpe/soi,
forba/doj e)k gai¿aj e(lw¯n:
700
eiârpe d' aÃllot' a)ll<ax>#=
to/t' aÄn ei¹luo/menoj,
paiÍj aÃter w¨j fi¿laj tiqh/naj, oÀqen eu)ma/rei' u(pa/rxoi po/rou, a(ni¿k' e)canei¿
705
h dake/qumoj aÃta:
ou) forba\n i¸era=j ga=j spo/ron, ou)k aÃllwn
aiãrwn tw½n nemo/mesq' a)ne/rej a)lfhstai¿,
plh\n e)c w©kubo/lwn eiã pote to/cwn
ptanoiÍj i¹oiÍj a)nu/seie gastriì forba/n.
åW mele/a yuxa/:
oÁj mhd' oi¹noxu/tou
Est. b
710
1
pw¯matoj hÀsqh deke/th xro/non,
leu/sswn d' o(/pou gnoi¿h, stato\n ei¹j uÀdwr
ai¹eiì prosenw¯ma.
nu=n d' a)ndrw½n a)gaqw½n paido\j u(panth/saj
eu)dai¿mwn a)nu/sei kaiì me/gaj e)k kei¿nwn:
oÀj nin pontopo/r% dou/rati, plh/qei
pollw½n mhnw½n, patri¿an aÃgei pro\j au)la\n
Malia/dwn numfa=n
Sperxeiou= te par' oÃxqaj, iàn' o( xa/lkaspij a)nh\r qeoiÍj
pla/qei pa=sin, qei¿% puriì pamfah/j,
Oiãtaj u(pe\r oÃxqwn.
715
Ant. b'
720
725
A: He oído de palabra, pero no he visto nada, de aquel [Ixión], que se acercó al lecho
de Zeu y cómo el hijo todopoderoso de Cronos lo dejó encadenado a una rueda rápida.
Pero yo no sé nada, ni por escuchar ni porque tampoco he visto, de ningún otro de los
mortales que haya alcanzado por casualidad una muerte más odiosa que este hombre;
el que no hizo nada ni defraudó a nadie, un hombre igual entre sus semejantes, pero se
destruyó de este modo, indignamente.
Y esto nuevamente me produce admiración, cómo cómo entonces cuando oye él solo el
ruido de las rompientes que golpean a su alrededor cómo en estas condiciones él
soportó una vida muy lastimosa;
A': (condiciones) en las cuales él era su propio vecino porque no podía dar un paso, no
había ninguno de los habitantes de la tierra que acompañara su miseria, junto a quien
pudiera desahogar su lamento, que regresa como un eco causado por la llaga
devoradora; ni tenía a nadie que calmara los borbotones de sangre muy caliente que
supuran de las úlceras del pie infectado, cada vez que algún espasmo lo atacaba, con
hierbas suavizantes, arrebatadas de la tierra fecunda; y entonces, deslizándose como
un niño sin niñera amada, se arrastraba de acá para allá, hasta donde pudiera buscar
lo que necesitaba sin problema, siempre que la calamidad que corroía el ánimo lo
abandonaba.
B: Porque él no tomaba, como alimento, ningún grano de la tierra sagrada ni ningún
otro, como los hombres que comen cereales cosechamos, salvo a partir de las flechas
veloces del arco, si alguna vez permitía un alimento con los dardos alados para su
estómago.
¡Oh vida miserable!, quien durante diez años no saboreó ni un vaso de vino
escanciado, hacia el agua estancada siempre se dirigía, escudriñando dónde podría
descubrirla.
B': Pero ahora, después de encontrarse cara a cara con un hijo de hombres nobles,
emergerá como un ser feliz y magnífico después de aquellos males, pues él es quien lo
lleva en la nave que atraviesa el mar, después de un gran número de muchos meses,
hacia el territorio paterno de la ninfa de Malis, y junto a las riberas del Esperquio,
2
donde el valiente de escudo broncíneo [Heracles], absolutamente radiante, se acerca al
fuego divino junto a todos los dioses, sobre las riberas del monte Eta.
Cuando comienza la obra, Odiseo instaura la realidad espacial y la memoria
colectiva. En los primeros diez versos del Prólogo se explicita una ubicación espacial
que constituye toda una creación sofóclea, pues en las obras de los otros dos trágicos la
isla estaba habitada. La insularidad se manifiesta absolutamente connotativa del
ambiente en el que se halla el protagonista y los personajes realizan una excesiva
descripción del paisaje, se otorga una importancia al menos llamativa a los espacios.
La primera palabra que inaugura el discurso de Odiseo menciona el acantilado
rocoso a)kth/ (v. 1), que difiere diametralmente del paisaje bucólico que cierra el
Éxodo, con el deseo de Filoctetes de una buena navegación eu)p
/ loia (v. 1465), en el
regreso.
El Prólogo muestra, próximo a su fin, espacios divergentes cuando Odiseo
abandona al joven y avisa que enviará al falso Mercader (vv. 542 y ss.), lo cual
constituye un espacio metateatral, dado que se concreta en el transcurso del Primer
Episodio. Más tarde, Filoctetes otorga su propia versión del espacio en toda su crudeza
(vv. 300-315) y lo mismo hace Neoptólemo, cuando describe Sigeo durante los
funerales de Aquiles (vv. 343- 358). La mención de Neoptólemo de que hay vientos
favorables (v. 466) desencadena el discurso de Filoctetes para que lo lleve a su casa. El
diálogo entre el joven y el hombre enfermo oscila entre la desesperación y el patetismo,
aunque Sófocles no lo deja en el desenfreno y finaliza con un tono reposado (vv. 500506).
El Coro se apiada de Filoctetes (vv. 507-518) y pide piedad por él.1 Aconseja
cambiar el plan y navegar rápidamente hacia su tierra y evitar la némesis de los dioses
(v. 518). Neoptólemo accede a esto, ordena izar el velamen y navegar a casa (vv. 524529). Odiseo debe frenar esta partida e ingresa el Mercader que actualiza el plan del
Prólogo. Presionado por Neoptólemo, menciona la profecía de Héleno (vv. 610- 619).
En el presente estudio, basamos la consideración de los espacios en la propuesta
de Rush Rehm (2002), que organiza el espacio como teatral, escénico, extra-escénico y
1
La primera estrofa (vv. 391-402) distiende el efecto del discurso de Neoptólemo; la segunda (vv. 507518) se apiada de Filoctetes. Las dos estrofas presentan un equilibrio formal y de fondo, por las actitudes
expresadas.
3
distante. A su vez, dentro de éste, pueden establecerse subcategorías, como el espacio
local, el extranjero, el divino o mítico, el reflexivo o metateatral.2
El espacio escénico de la obra está formado por una escenografía agreste, el
extra escénico o de off-stage se concreta con la mención del varadero junto con las
alusiones a las travesías por el mar que los trajo de Sigeo, donde dedicaron los funerales
de Aquiles, y también la cueva que albergó al hombre enfermo.
El espacio escénico puede considerarse hodológico, es decir, un ámbito de paso,
de transición, pues todo sucede entre el atracar de los griegos en el Prólogo y el zarpar
de Filoctetes con ellos en el Éxodo.
El espacio reflexivo se manifiesta en cada trayecto frustrado y surge de la
perplejidad entre el espacio escénico y la evocación del espacio distante. La obra
explora todas las posibilidades y en esta controversia el arco adquiere preeminencia.
Hasta muy entrado el Tercer Episodio (vv. 900 a 1000), Odiseo advierte que regresará
solamente el arco, incluso amenaza a Filoctetes cuando señala: Disfruta mientras
caminas en la ribera de Lemnos. (v. 1060) La costa marca taxativamente la
marginalidad del hombre enfermo. Neoptólemo se va junto con Odiseo hacia el
varadero y proyectan un nuevo espacio hodológico. Luego en el Éxodo, se produce el
primer regreso del joven y Odiseo al espacio escénico, como una escena de
reduplicación y demora del gusto de Sófocles, que anticipa el regreso definitivo de
Filoctetes.
En cuanto al comportamiento del Coro, el compromiso puesto en evidencia por
los marinos resulta potente desde su primera intervención en la Párodos (vv. 135-218).
Se preguntan sobre la vida del héroe, y las expectativas aumentan ante el encuentro. Dos
commói reemplazan el Segundo y Tercer Estásimos respectivamente.3 Esta participación
commática de los marinos acentúa su vinculación con la acción. En el centro de la obra
se halla el Primer Estásimo, el único tradicional (vv. 676-729), al que consideramos el
epicentro dramático, tanto por su estructura como por la densidad de pautas espaciales,
2
A propósito de la consideración espacial mencionada, hemos aplicado este criterio en “Los espacios en
Edipo en Colono: el segundo estásimo”, publicado en Clássica (2005: 119-130), Brasil.
3
El primer commós (vv. 827-864) a continuación de los síntomas de la enfermedad, cuando Filoctetes se
duerme, es cantado entre Neoptólemo y el Coro. El segundo commós toma el lugar del Tercer Estásimo
(vv. 1081-1217), en este caso Filoctetes y el Coro lo desempeñan. En la segunda mitad de la obra
predominan las expansiones líricas expresadas en ambos commói; en cambio en Áyax las expresiones
commáticas prolongadas no superan la primera mitad de la obra, dado que el tono en la segunda parte
adquiere un vigor intelectual, cuyo artífice más apropiado resulta ser Odiseo.
4
referencia que constituye un fundamento decisivo en cuanto clausura la primera parte de
la obra tras resumir las referencias, anteriormente vertidas con proliferación por los
personajes y, a su vez, adelanta el tenor de los acontecimientos que continúan en la
segunda mitad de la tragedia.
Filoctetes está por embarcar hacia su casa, pero la trama requiere que sea Troya,
y después de oír la profecía de Heleno, la audiencia sabe que Troya deberá ser su
destino. En este momento de duda y suspenso en la mitad de la obra, cuando los temas
psicológicos y morales adquieren relieve, Sófocles ubica este Estásimo singular (vv.
676-729), los marinos se dirigen directamente a la audiencia, en el momento en que el
escenario queda vacío por única vez en el tempo dramático, pues Filoctetes y
Neoptólemo han ido a la cueva a recoger algunas cosas para el viaje, entre las cuales se
halla prominente el arco, del cual no puede faltar ninguna flecha (v. 652). La
indefinición intencional que Sófocles deja en la pieza consiste en no especificar si, en
efecto, el arquero tiene incumbencia para la conquista definitiva de Troya.
Los coreutas permanecen solos en la orquestra y con su canto evocan el espacio
escénico que ha soportado el héroe durante tanto tiempo. Aquello que permanece
distante ha ocurrido en el escenario presente cada día de esos años. Por tanto,
resguardan la memoria de la soledad y otorgan entidad al sufrimiento, sin testigos, del
héroe. La evocación humaniza la vida como qh/rion bestia salvaje. El Estásimo instaura
el espacio diegético que reconstruye el estado de abandono en el pasado mediato del
héroe. En ese sentido hace visible el espacio de la temporalidad.4 Concluye la primera
mitad de la obra, precede al ataque epiléptico drástico y naturalista del Segundo
Episodio y anuncia el cambio de óptica que se manifiesta en el Éxodo, con la llegada de
Heracles, quien pone en evidencia, con sus palabras, que conoce muy bien el sacrificio
del exilio.
El Coro comienza con la mención mítica de Ixión, como paradigma del castigo
superlativo, quien fue encadenado a una rueda rápida por Zeus, cuando quiso violar a la
propia Hera, después de haber sido hospedado por el dios.5 Los marinos lo saben de
oídas, es decir, aluden a un saber transmitido y por tanto proverbial, pero en ningún
4
Cfr. Edmunds (1996: 24-25) propone que el espacio admite la siguiente división: mimético, el que se
apoya en el escenario visible. El espacio diegético, que constituye un espacio-temporal, evoca espacios
fuera del escenario e invisibles para los personajes y para el público o bien para ambos.
5
Cfr. Grimal (1981: 293-294). Benavente Barreda (1999: 209, n. 35).
5
tiempo han visto ni oído que otro estuviera peor que Filoctetes, pues entre los hombres
no hay nadie que supere sus padecimientos, que obtuvo sin proponérselo
suntuxo/nta (v. 682), sin haber hecho nada para merecerlo.6 La indignidad del caso
resulta admirable para los hombres (vv. 685-686). Es decir, en los primeros diez versos
(vv. 676-685), se menciona el espacio mítico que se encuadra dentro del espacio
distante, para extrapolarlo en el espacio escénico que ofrece la visión lastimosa de
Filoctetes. La soledad en el espacio de la e)rhmi/a, expresado en frases como un hombre
que es igual a sus semejantes (v. 684), el que escucha solo las rompientes de los
acantilados (vv. 687-688), mientras soportaba panda/kruton ... biota\n (vv. 689690) una vida lastimosa.7 La imagen refiere al espacio extraescénico u offstage. El
golpe del mar en la costa marca el ritmo de la cotidianeidad con sus fronteras hostiles.
La antistrofa a' explicita e intensifica la rutina solitaria del héroe:
au)to/j pro/souron (v. 692), él mismo era su propio vecino al no poder dar un paso. El
énfasis está puesto en la ternura que despierta Filoctetes, ya no en su bestialidad, como
acentuaba la Párodos.8 Ningún vecino lo acompañaba en su desgracia, con ninguno
desahogaba su lamento que regresaba como un eco; nadie le alcanzaba hierbas
suavizantes para calmar los borbotones de sangre caliente que esporádicamente salen de
su pie ulceroso y lo atacan en todo el cuerpo.
En la segunda mitad de la antistrofa (vv. 701-705) los marinos describen cómo
Filoctetes se arrastraba de acá para allá para conseguir alimento; como un niño sin
niñera, se alimentaba en los instantes fugaces en que el padecimiento y sus espasmos lo
dejaban un poco tranquilo.9 La enfermedad corroe su corazón mencionado como
dake/qumoj a)/ta (v. 705).10
La mayoría de los verbos que describen a Filoctetes se hallan en imperfecto:
w)/lluqe (685), h)n
= (v. 691), ei)=rpe (v. 701), prosenw/ma (v. 717); como resulta más
apropiado para una narración de experiencias repetidas durante diez años. No sólo se
6
Para las citas en texto griego seguimos la edición de Pearson (1928), las transliteraciones siguen el
criterio de Fernández Galiano (1969), las traducciones nos pertenecen.
7
Rehm (2002: 138-155) considera a Filoctetes como la puesta en escena del espacio de la eremía.
Justamente Neoptólemo señala el lugar del héroe como to/pon e)sxatia=j (v. 144).
8
Como afirma Gardiner (1987: 36).
9
Los versos 701-704 se corresponden a lo dicho en los versos 289-295.
10
Webster (1974: 113, n. 706) menciona un empleo similar en Antígona (v. 533), donde Creonte llama a
las hermanas du' a)/ta.
6
efectúa la descripción de la piedad que despierta en todos ellos, sino también se enfatiza
con energía el modo de vivir sin ayuda de ninguna naturaleza a través de un período
prolongado de sufrimientos. La distancia narrativa que ejerce el imperfecto produce un
efecto de metateatralidad, en el sentido en que nos aleja de lo que estamos viendo por el
modo espacial que plantea cuando menciona las acciones en perspectiva.
La estrofa b está muy ligada a lo anterior, porque sigue unida por medio del
verbo ei(=rpe (v. 701); en verdad, desde el verso 691 hasta el verso 709 se forma un
período simple, que fluye, que crea una poderosa impresión de desolación, de pena, y de
que la hostilidad todavía se toma su tiempo.11
El Coro representa los sufrimientos al referir la subsistencia de Filoctetes
provista del arco, y así ha pasado esos diez años (v. 715), sin vino y sin obtener ningún
cereal de la tierra sagrada, como los hombres civilizados (vv. 708-709), sólo la cacería y
el agua estancada lo proveyeron (vv. 710-711).
La última antistrofa (b') produce una quiebra, un contraste en el modo y la
emoción, que impacta. El adverbio nu=n cancela lo anterior y nos trae al tempo escénico:
ahora que encontró al hijo, Filoctetes logrará ser eu)dai/mwn y me/gaj, feliz porque
regresará a casa y magnífico porque capturará Troya. Neoptólemo es llamado
pai=j a)ndrw=n a)gaqw=n (v. 719), por tanto se espera de él la a)reth/ homérica.12 Los
marinos mencionan todo aquello que Filoctetes recuperará con el encuentro de
Neoptólemo, es decir, refieren las carencias: no ha sido feliz ni magnánimo, no ha
podido realizar ninguna navegación por el mar, no ha tenido terruño paterno, ni las
aguas han sido benéficas, tampoco se había acercado Heracles. El Coro mantiene viva la
fuerza dramática.13
La mención de la nave que atraviesa el mar cambia el signo: de la metáfora de
los acantilados golpeados fuertemente por el mar (v. 688), la nave pontopo/r% (v. 721)
atraviesa lo que hasta entonces ofrecía sólo distancia y lo conduce a las aguas dulces de
11
Cfr. Burton (1980: 236).
Filoctetes fundamenta la entrega del arco porque sólo Neoptólemo posee la virtud:
brotw=n a)reth=j (v. 669). El Coro insiste con los mismos conceptos.
13
Segal (1976: 67-89) comenta que el regreso tiene tres aspectos: 1) el Psicológico que produce el
saneamiento de su psique enferma. Filoctetes llegará a ser feliz y magnífico. 2) El social, que procura la
reconciliación con la sociedad que lo expulsó; la virtud heroica necesita del marco social que le otorga el
consenso. 3) El teológico. La llegada de Heracles lo vincula al culto.
12
7
la vida: la ciudad paterna en las riberas del Esperquio, sobre las riberas del monte Eta
(vv. 724-729). Las aguas turbulentas del mar en la primera mención se transforman en
aguas dulces que propician el bienestar humano. Heracles se hace presente y se acerca
qei/% puri\ (v.728) junto al fuego divino.14 El dios nos recuerda que fue el primer
dueño del arco y nombrarlo adelanta con nitidez y resolución su llegada como deus ex
machina en el final, cuando promueve la unión de todas las travesías. La antistrofa tiene
como tema el no/stoj, y eso produce alegría, el retorno después de diez años de
ausencia.15
Los espacios físicamente lejanos como las ciudades a las que alude en las riberas
de los ríos se conciben como muy próximos porque suponen la integración del hombre
enfermo. El Estásimo ofrece una estructura anular en cuanto menciona a Ixión en A, y
concluye con Heracles (B’). Representan el castigo y, en consecuencia, la recompensa
final, en el nivel de los espacios mítico-religiosos de las estrofas.
El ámbito sacro está presente, además, cuando el Coro menciona la
i(era=j ga=j (v. 708), la tierra sagrada pero que niega el grano de cereal para el
inválido.16 Otras privaciones de Filoctetes consisten en la imposibilidad de ofrecer
libaciones a los dioses, por la falta de vino escanciado, y el agua estancada,
stato\n u(/dwr (v.716), representa muy bien su marginalidad y estatismo. La imagen
exacerba el destierro y la enajenación más absoluta. La última antistrofa muestra el
encuentro por el cual se supone la súplica ante Neoptólemo (v. 719), y el consiguiente
regreso con buena navegación.
Los espacios sagrados ofrecen una estilización de las diversas escenas de súplica
que se hallan en los episodios, hasta que Heracles llega a escena. Como Edipo en Edipo
en Colono, Filoctetes pasa de suplicante a motivo de súplica, aunque con
procedimientos oscuros como el engaño. La llegada de Heracles produce el espacio
14
Cfr. Ussher (1990: 135, n. 727-729), alude a la apoteosis de Heracles, descripta en Traquinias por
ejemplo.
15
Los diez años de sufrimiento corresponden al transcurso de la guerra de Troya. Además representan el
lapso de tiempo que requiere el ostracismo, la institución impuesta por Clístenes en 508-7 AC. Cfr.
Hornblower & Spawforth (19963°: 792).
16
Cfr. Nuestro trabajo (2005: 119-130) sobre las connotaciones de gai=a para Polinices. La tierra gai=a
es mencionada también en el verso 700. Cfr. Jouanna (1995: 38-58) para la calificación de los espacios
sagrados.
8
autorizado, para que Filoctetes acceda al pedido de su joven amigo. La hospitalidad,
ceni/a, posibilita una manera de quebrantar el espacio extranjero.17
En los Episodios, el espacio sagrado es evocado con la mención al altar de Crisa,
donde la víbora mordió a Filoctetes. Este ámbito sagrado señala la causa primordial de
la tragedia, al modo de la peste apolínea; en el final, tiene su espacio la redención, la
idea de que el exilio no permanece eterno, de que el dolor resulta excesivo para el ser
humano pero que hay esperanzas de alguna recompensa. Heracles trae la voz anhelada
de la prosperidad.
El espacio eremita que expresa el canto coral pone en evidencia la situación de
exilio, también aludido en los episodios previos y posteriores.
Desde el punto de vista ontológico, el exilio ocasiona la discriminación por
no/soj y, en consecuencia, Filoctetes tiene una existencia como qh/rion y a)/grioj. La
enfermedad conlleva la ausencia del espacio propio y afecta a la persona como la peste
apolínea desbasta la ciudad. La obra habla de los espacios interiores de la subjetividad.18
Vemos el exilio desde el punto de vista moral, cuando el Coro lamenta el
desarraigo y expresa w)l
/ luq” w(=d’ a)naci/wj (v. 685) se destruyó así, indignamente.
La soledad dramática y el aislamiento físico muestran el resultado de aquella exclusión
política y moral.19 El Coro lo rescata del despojo inmoral cuando vierte expresiones
como un hombre igual a sus semejantes (v. 684),20 vecino de sí, sólo el eco le responde
(vv. 693- 694). Para Filoctetes todo se ha vuelto e)xqro/j; con esto, se acentúa la
ausencia de fili/a, palabra que implica el contexto de la po/lij y que en el plano
político corresponde al concepto de homónoia (EN 1167 a 22-b 13). La ferocidad de
17
Como última categoría, Jouanna (1995: 38-58) menciona los ritos de súplica, para los cuales convergen
tres elementos: un suplicante, a quien se suplica y los perseguidores. La relación entre las partes se
desarrolla, generalmente, en forma más o menos violenta. Muy afín a la clasificación de Jouanna,
Edmonds (1999: 132) afirma que hay tres modos de ingresar en la ceni/a, hospitalidad, ellas son por
medio de plegarias de lealtad, por un apretón de manos, o como un intercambio de regalos, juramentos y
libaciones. Finalmente se acude a las súplicas. El discurso de Filoctetes (vv. 468-505) impone el tono de
súplica para que no lo abandonen nuevamente. El segundo commós (vv. 1146-1155) ejemplifica esto. Las
aves y las fieras ya no huirán de Filoctetes porque carece del poder del arco. Para Seaford (1994: 129), la
ceni/a se logra como una ritualización de la amistad, porque surgió al menos una generación antes, ya
que Filoctetes era amigo de Aquiles.
18
En las tres últimas obras de Sófocles encontramos la misma preocupación en los personajes. Incluso en
sendos prólogos se produce una atmósfera de cierta irrealidad.
19
Cfr. Jiménez Azparren (2004).
20
Se corresponde con la afirmación de la Párodos (vv. 180-181).
9
Filoctetes en las instancias episódicas, por ejemplo en el segundo commós (vv. 11011115) acentúa la inmoralidad del exilio.
El exilio antropológico se expresa por medio de la soledad del desarraigo
geográfico, aludido con los golpes del mar contra los acantilados (vv. 687-689) y, en
consecuencia, el desarraigo cultural de Filoctetes, en el territorio de la reclusión, lo
priva o lo exime del compromiso religioso y político. La situación de marginalidad se
ilustra en la insistencia en que Filoctetes se engrandece como un ser singular, al
comienzo del canto con el paradigma mítico de Ixión, luego en sucesivas insinuaciones
(vv. 681, 683, 684, 693, 696, 701-703 y 706) se enfatiza la indignidad de la vida de
abandono.21
El hombre enfermo impone una frontera determinante con respecto a los
hombres sanos. Los demás vienen de celebrar los ritos funerarios de Aquiles, estuvieron
en un marco de situación civilizado; la guerra no los apartó de los códigos rituales.
Cuando llegan a la isla presencian el despojo en el que sobrevive Filoctetes, lo cual
impone otra frontera más, la de la cultura y la naturaleza lejos de todo cultivo.
Finalmente, Neoptólemo advierte que el engaño va contra su voluntad y revela el
propósito (vv. 902 y ss.). A continuación viene la escena de extrema angustia, momento
en que se revela la mentira.
En los primeros versos de la antistrofa a’ se acentúa el hecho de que no tuvo un
interlocutor para la expresión de sus pesares. La falta de lenguaje y comunicación lo
erosionó más que la enfermedad, pues la ausencia de una voz articulada lo sustrajo de la
civilización.
Conclusiones
La consideración espacial resulta ser una expresión intersubjetiva y, por lo tanto,
social. La confluencia espacial señala la reunión de diversas perspectivas.
Debemos pensar que Troya, el espacio más distante, constituye un anacronismo
que se convierte, en razón del talento de Sófocles, en el espacio propio de los griegos.22
21
nh=soj implica no/soj; h)/peiroj, peira/w.
Pensamos que se trata de Atenas La invocación a Atenea polias por Odiseo (v.134) adquiere más
sentido si Troya resulta el referente de Atenas. Easterling (1978: 27-39) se pregunta qué significa Troya,
pues puede ser interpretada como un símbolo tanto de un mundo corrupto antiheroico como de una
sociedad a la cual se desea integrar a Filoctetes.
22
10
Lo cierto es que cuando los marinos llegan a Lemnos, consideran que están en el
lugar más alejado de todos, e)sxati/an (v. 144); pero, a su vez, al acercarse a Filoctetes
se establece inmediatamente un vínculo, ya sea de amor a Neoptólemo o de odio a los
Atridas.
El Primer Estásimo sanciona la ruptura entre Filoctetes y el grupo social durante
los diez años de marginalidad y se escuchan los sentimientos de piedad y asombro del
Coro. La manifestación del ataque epiléptico en la escena posterior cambia un poco el
tono, los acerca por medio del temor, dado la inmediatez y las dudas de los hombres que
están apremiados por resolver la situación.
Desde la Párodos el interés inmediato se centra en el propio Filoctetes, luego ese
interés se desplaza hacia el arco, finalmente en Neoptólemo se unen los dos
componentes de un mismo problema. En los espacios corales se aprecia
fundamentalmente otra manera de decir el espacio distante, en relación al hombre
enfermo, imposibilitado. En verdad, el Coro reivindica a Filoctetes del exilio.
En la primera parte de la obra predominan las descripciones espaciales que
trasuntan el estado anímico del protagonista. En la segunda parte predominan los
espacios reflexivos enfocados principalmente en el arco, en tanto dichos espacios surgen
de la interacción entre el espacio escénico y el espacio distante. El resultado produce la
perplejidad sofóclea que requiere un ejercicio de la memoria y la disposición para la
sinceridad. Los espacios religiosos se manifiestan con los hexámetros de Neoptólemo, y
míticos, con la llegada de Heracles.
El Estásimo ofrece una concentración de espacios que resume lo actuado hasta
entonces y adelanta el final con la llegada de Heracles. Los espacios evocados otorgan
densidad y concentración al canto, de tal modo que se erige como el epicentro
dramático, en tanto el exilio se contempla en todo su límite, desde el pasado remoto
hasta el día de hoy, el último; de modo que el Coro presenta líricamente el momento
crítico del cambio, que se produce a continuación con el ataque de la enfermedad.
Cuando Filoctetes y Neoptólemo se dirigen a Esciros, donde no está la curación,
todavía prevalece el individualismo, y la fili/a surge únicamente para ambos. Cuando
van a Troya, prevalece el sentido de integración, del perdón, la comprensión, la
sinceridad, la salud, el resguardo de los oprimidos y de los marginales.
11
Cada regreso crea espacios de reflexión y la obra explora todas las posibilidades.
El símil de los leones (vv. 1434-1437) los “salvajes solidarios”, que presenta una
paradoja con respecto a la tradición, otorga una respuesta a la descontextualización y a
toda la actitud reflexiva que presenta la obra sobre los espacios. La imagen expone el
concepto del heroísmo que Sófocles piensa para la excelencia ateniense: compartir el
mismo mundo por medio de la ayuda, el equilibrio, la contribución, el afianzamiento en
el camino, sin que esto sea una meta sino acentuado como trayecto. Odiseo en el
Prólogo adelanta que no desbastarán Troya ni tú lejos de aquél ni aquél lejos de ti (v.
115). En el regreso a Esciros, cuando los dos se marchan abrazados, la imagen parece de
una escultura moderna, con un entrecruzamiento de brazos y piernas. Los leones en el
símil final mejoran la primera imagen y la fijan. El exilio no puede desligarse del
kle\oj a)/fqiton, netamente humano, que tiene su razón de ser en mnh/mh.
En el Éxodo, Filoctetes afirma que regresa por la magnánima Moira, el consejo
de los amigos y el dai/mwn, madre de toda las cosas (vv. 1466-1468). Para la partida se
encomienda a las Ninfas marinas, las diosas protectoras que se nombran por única vez
en la obra (vv. 1454 y 1470).
Un interrogante válido se asienta en indagar en qué consiste el heroísmo de
Filoctetes. La frontera señala el último espacio; cuando el personaje vence su propia
interioridad, vence la frontera de la discriminación producida por la enfermedad, se
insiste reiteradamente en que volverá e(/kwn, por su propia voluntad, de este modo
Filoctetes vence los límites espaciales, culturales y emotivos.
BIBLIOGRAFÍA
Ediciones, textos, léxica.
Benavente Barreda, M. (1999) Sófocles. Tragedias y Fragmentos, Madrid.
Fernández Galiano, M. (1969) La transcripción castellana de los nombres propios
griegos, Madrid.
Grimal, P. (1981) Diccionario de Mitología Griega y Romana, Barcelona.
Hornblower, S. and Spawforth, A. (Eds.) The Oxford Classical Dictionary, Oxford.
Pearson, A. C. (ed.) (1928) Sophoclis, Fabulae, Oxford.
Stephanus, E. (19542), TLG, Graz.
Ussher, R. G. (ed.) (1990) Sophocles. Philoctetes, Warminster.
12
Webster, T. B. L. (ed.) (1970) Sophoclis. Philoctetes, Cambridge.
Bibliografía consultada.
Burton, R. W. B. (1980) The Chorus in Sophocles’ Tragedies, Oxford.
Easterling, P. (1978) “Philoctetes and Modern Criticism”, en ICS: 27-39).
Edmunds, L. (1996) Theatrical Space and Historical Place in Sophocles’ Oedipus at
Colonus, Boston.
Gardiner, C. (1987) The Sophoclean Chorus. A study of Character and Function, Iowa.
Jiménez Azparren en Revista Cultural Alterativa, disponible en: http://encontrarte.
aporrea. org/noticias/n51640.html, 22/12/2004
Jouanna, J. (1995) "Espaces sacrés, Rites et Oracles dans L’Oedipe à Colone de
Sophocle", en REG, T. 108: 38-58.
Rehm, R. (2002) The Play of Space. Spatial Transformation in Greek Tragedy,
Princeton and Oxford.
Saravia de Grossi, M. I. (2005) “Los espacios en Edipo en Colono: el segundo
estásimo”, Clássica, volumen 17/18 (2994/2995) ISSN 0120134316.
Brasil: 119-130.
Seaford, R. (1994) Reciprocity and Ritual, Oxford.
Segal, Ch. (1976) "Divino e Umano nel Filottete di Sofocle", en QUCC, 23: 67-89.
13
Descargar