Porfiriato en el Yucatán

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EL PORFIRIATO
En 1876 llegaron a Yucatán noticias sobre el plan de tuxtepec, enarbolado por el coronel, Porfirio Díaz contra
la reelección de lerdo de tejada, en febrero, el coronel Teodosio Canto tomo la ermita de Mérida, el
gobernador Eligió Ancona cedió el cargo al jefe de armas, General Guillermo Palomino quien enterado de que
Díaz había tomado México, suspendió la persecución de los sublevados. A estos se unió el Coronel Francisco
Cantón y ocupo Mérida el 24 de diciembre.
Con la adhesión al plan de tuxtepec, Cantón y Canto lograron incorporarse a las filas liberales y el perdón por
su anterior participación en el imperio y por sus frecuentes levantamientos en favor de los conservadores. Para
terminar el periodo gubernamental fue nombrado gobernador Don José María Iturralde y Larva.
El porfiriato se caracterizo en Yucatán por, auge de la industria henequera en el noroeste del estado y el
repunte del cultivo de caña de azúcar en el sur y oriente, el desarrollo de la red ferrocarrilera..
El fin de la guerra de castas y la perdida del territorio de Quintana Roo. Durante ese periodo, los gobernantes
Yucatecos mantuvieron excelentes relaciones políticas con la dictadura.
El 5 de Mayo de 1882, la empresa del ferrocarril, Mérida −Valladolid, jefaturada por el general, francisco
cantón, clavo el primer riel de su vía. Durante el gobierno del general PALOMINO (1886−89). Se inauguro el
tramo Tixcocob−Motul y su ramal a progreso, el cual partió conkal. Así mismo, empezaron a funcionar las
líneas telegráficas a Temax, Campeche, Espita, y Tizimin.
Entre 1894−98 fue gobernador el licenciado Carlos Peón Machado, quien intento ser reelecto para el siguiente
periodo postulado por la CONVENCION DEMOCRATICA YUCATECA. A ello se opuso el GRAN CLUB
CENTRAL LIBERAL PORFIRISTA ANTIRREELECIONISTA. Encabezado por el licenciado Alfonso
Cámara y Cámara que se propuso como candidato al general Francisco Cantón. Este gobernó entre 1898 y
1902.
Entonces llego a Yucatán el general, Ignacio A. Bravo con dos batallones federales y un escuadrón de
caballería, estas tropas lograron recuperar Bacalar y tomar Chan Santa Cruz, dando fin a la guerra de castas.
Entre 1902 y 1906 gobernó el licenciado e ingeniero Olegario Molina cuyo periodo se distinguió por, la
creación del territorio de Quintana Roo en acuerdo con el gobierno federal, proyecto al que se opuso el
general Cantón, por el control que al gobernador y su grupo político ejercieron sobre el financiamiento y
comercialización del henequen y sobre los ferrocarriles, por la modificación del Articulo 5 de la constitución
política de Yucatán con el fin de que Molina pudiera extender su mandato a otro periodo.
En 1906 Porfirio Díaz visito Yucatán y en 1907 nombro a Molina ministro de fomento quedando la
gubernatura local a manos de Enrique Muñoz Aristegui.
A principios del siglo XX, mientras en la zona henequera los pueblos perdían los ejidos que habían sido
lotificados y entregados en propiedad privada, en el oriente los campesinos conservaron gran parte de sus
tierras. En 1910, cuando las haciendas estaban en auge y habían incrementado notablemente su numero de
habitantes, en el partido de Valladolid solamente albergaban un 19% de la población, el 81% restante se
distribuía en la ciudad cabecera. 25 pueblos, 198 ranchos, y 30 parajes.
Política:
Economía:
Gobierno fuerte personalista y
Crecimiento económico notable
centralizador del poder. Renuncia a apoyado en los principios del
Sociedad:
Marcada estatificación social.
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los principios políticos liberales.
Propósitos del régimen porfirista.
Lograr la estabilidad política y la
paz interna. Impulsar el
crecimiento material.
Medios para lograrlos.
Política represiva: ejército y
rurales. Apoyo de caciques.
liberalismo económico (Estado
Escasa movilidad social.
Gendarme) dejar pasar, dejar hacer,
La clase media rechaza el control
libre importación exportación.
económico establecido por la
Actividades económicas
oligarquía de los "científicos".
principales:
Sobreexplotación del trabajo
agricultura, minería y petróleo
asalariado.
destinadas al mercado exterior.
Desarrollo de capitalismo
dependiente Modelo de
crecimiento económico:
Política conciliatoria.
"Crecimiento hacia afuera"
Resultados obtenidos.
Estabilidad política y paz social,
condiciones que favorecen el
crecimiento económico.
Justificaciones de la prolongada
estancia de Díaz en el poder.
Despojo de tierras por la Ley de
deslinde y colonización.
Influencia ideológica: anarquismo,
socialismo, cristiano, soc. utópico,
marxismo.
Formación de un grupo de
Programa del partido liberal
empresarios mexicanos; los
científicos controlan la economía y
mexicano.
las finanzas nacionales.
Formación de un sector medio de la Principales movimientos
sociedad, resultado de actividades huelguísticos del período Cananea,
Sonora (1906) Río Blanco,
Consolidación del Estado Liberal. económicas diversas:
Veracruz. (1907)
comercio interno, agricultura
Influencia de la entrevista
Otros movimientos opositores.
moderna, incipiente industria,
Díaz−Creelman en la política
electoral mexicana. Formación de profesionistas y burócratas.
partidos políticos que muestran la
oposición de la clase media.
Fraude electoral en 1910.
La realización del proyecto liberal bajo el Porfiriato implicaba, como parte importante del proceso de
desarrollo capitalista, el fraccionamiento de grandes extensiones de terreno pertenecientes a las comunidades
agrarias. En el norte, por ejemplo, los encargados de efectuar esta tarea fueron las compañías deslindadoras,
supuestamente fundadas para llevar a cabo la colonización de considerables partes deshabitadas de la zona.
Pero estas empresas no sólo se dedicaron a la tarea de fraccionar los terrenos baldíos, sino también a afectar y
enajenar por igual numerosas pequeñas propiedades de particulares, legalmente no sujetas a dicho
fraccionamiento, que terrenos pertenecientes a antiguos pueblos de la zona.
La acción de esas compañias, aunada a un proceso de especulación impulsado por la introducción del
ferrocarril y el subsecuente desarrollo de la propiedad terrirorial. Se ha calculado que, hacia fines del siglo
XIX, alrededor del 95% de la población rural norteña carecía de tierras; y una de las zonas más afectadas por
este proceso fue la región del noroeste de Chihuahua, donde el despojo generalizado que sufrieron las
comunidades agrarias dió origen a una serie de levantamientos ocurridos a lo largo y ancho de la Sierra
Tarahumara, desde 1891 hasta 1896.
En un pueblo llamado Tomochic, enclavado en la agreste sierra chihuahuense, defendió su propio modo de
vida en contra de la imposición de la dictadura porfirista. Los tomoches prefirieron ser inmolados por el
ejército (un ej&eacutercito numeroso aparentemente bien organizado, pero minado en su estructura interna
por estar sustentado en una base producto del reclutamiento forzoso: la leva) que someterse a las reglas de la
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dictadura; de esta manera fueron sacrificados, pero sin ceder un ápice en su dignidad.
Quizá alguien podría acusar a los tomoches por haber sucumbido al fanatismo religioso; sin embargo, tras éste
no había más que la necesidad común a todos los pueblos de autodeterminarse y defender su propia ideología
y su propia cultura: la necesidad ineludible de la libertad.
Durante los treinta y cuatro años en que Porfirio Díaz gobernó el país, éste se transformó profundamente en el
aspecto social y económico. El mejoramiento de las vías de comunicación, con la construcción de vías férreas
a lo largo y ancho del país, impulsó el desarrollo de la minería y promovió la apertura de nuevas zonas
mineras anteriormente inaccesibles a la exploración. Se establecieron fundidoras para el beneficio de metales
y se inició la extracción de minerales industriales (cobre, plomo, cinc), que para finales del Porfiriato
empezaban a sustituir en importancia económica a los metales preciosos (oro y plata) en las exportaciones del
país.
A lo largo del Porfiriato, el gobierno central fomentó la incipiente industrialización dando subsidios y
estímulos fiscales a las empresa; además, favoreció la fundación de bancos y compañías financieras tanto
nacionales como extranjeros con el afán de promover la inversión de capital en este proceso de
industrialización.
Paralelamente, la aplicación de las leyes de desamortización y la consecuente desaparición de la propiedad
comunal de los pueblos, promovieron la inmigración del campo a la ciudad y los nuevos centros urbanos.
Las nuevas zonas mineras y el establecimiento de industrias en las ciudades sirvieron de constante imán a la
población rural desposeída. Así estos nuevos centros urbanos del Porfiriato también formaron el contexto en
el cual se desarrollo una pujante y recién creada clase media, compuesta de pequeños comerciantes, pequeños
propietarios, tenderos, artesanos, etc., que para principios del siglo XX buscaban afanosamente su lugar
dentro de la arena política nacional y de este proceso de cambio y crecimiento económico.
A medida que crecía la bonanza económica, envejecían las estructuras políticas, y estas nuevas clases sociales
en formación (trabajadores industriales y clase media) se veían sin foros donde expresar sus intereses y
hacerlos valer. Así, a principios del siglo XX surge el Partido Liberal Mexicano, que para 1905 logró encauzar
el descontento de estos grupos urbanos hacia la formación de una organización política representativa de sus
intereses. El Partido Liberal Mexicano fue el primer intento exitoso durante el porfiriato por agrupar a la
población descontenta en torno a una organización política nacional. Durante este período el PLM contó entre
sus integrantes a trabajadores industriales y mineros, pequeños comerciantes y propietarios urbanos,
boticarios, empleados públicos y privados.
Su programa de 1906 reflejó sus intereses y aspiraciones concretos de estos grupos, apuntaló los principales
problemas nacionales vigentes y señaló las contradicciones que había desatado el proceso acelerado de
desarrollo económico que experimentó el país a lo largo del Porfiriato. Fue el PLM el primero en plantear la
necesidad de una rebelión armada contra Díaz. A las filas del partido se integró un buen número de
revolucionarios que posteriormente desempeñaron, durante la lucha armada de 1910−1915, un papel
importante en las filas de los ejércitos en conflicto. De esta manera, el PLM constituyó una especie de antesala
de la revolución, sembró el camino y abandonó los campos de la rebeldía.
"La armonía entre los intereses de la clase obrera y los de los industriales constituye actualmente un problema
delicado que por desgracia explotan algunas personas mal intencionadas; pero el gobierno está pendiente de la
situación y si, contra todas las previsiones y contra todos los antecedentes de la clase obrera mexicana,
llegasen a producirse nuevos disturbios, el ejecutivo continúa dispuesto a hacer respetar los derechos de todos
y a mantener el orden público."
Con estas palabras concluyó Porfirio Díaz su informe presidencial acerca de los acontecimientos sucedidos en
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Río Blanco, Veracruz, el 7 de enero de 1907. Aquellas personas "mal intencionadas" a las que se refería el
dictador fueron miles de trabajadores que se lanzaron a la lucha heroica para acabar con la explotación de que
eran víctimas. En ese entonces perdieron la batalla, de modo que el tutelaje de Díaz siguió pesando sobre sus
hombros.
Durante los treinta años del Porfiriato se dio un fuerte impulso a la industria manufacturera en México. Esto,
al costo de que muchos hijos del pueblo fueran explotados en las fábricas, las cuales estaban
fundamentalmente en manos de extranjeros. Los trabajadores cumplían jornadas de doce y catorce horas
diarias, en las que realizaban gigantescas cargas de trabajo en condiciones insalubres.
No obstante, al mismo tiempo, la concentración de miles de trabajadores bajo un mismo techo permitió que
éstos se organizaran en la lucha por sus reivindicaciones de clase.
La industria textil fue una de las más importantes y desarrolladas; asimismo fue quizá la que conservó a los
obreros más combativos y radicalizados, aún veinte años después de la revolución de 1910. La lucha de los
obreros textiles en 1906 cristalizó en una huelga nacional de la industria en la que se vieron involucrados los
estados de Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Querétaro, Jalisco y el Distrito Federal. Este movimiento se forjó con
la influencia innegable del Partido Liberal Mexicano y de las ideas anarquistas de los hermanos Flores
Magón.
Los acontecimientos de Río Blanco, Veracruz, síntesis dramática de la lucha de los trabajadores textiles,
constituyeron el episodio más sangriento de una larga tradición de organización sindical, después de la
masacre perpetrada a los mineros de Cananea. Poco se conoce de estos obreros. Sólo se sabe de "los mártires
de Río Blanco y Cananea", de su sangre derramada en aras de la libertad. Sin embargo estos héroes, de los que
sólo quedan en la memoria popular los nombres y fecha de muerte −en el mejor de los casos−, junto con miles
de seres anónimos tuvieron una vida cotidiana y una particular forma de pensar.
Esta historia intenta rescatar los días y el ambiente de la vida de los obreros del Río Blanco, con quienes la
clase obrera tiene una gran deuda.
PORFIRIATO. Porfirio Díaz fue un militar eficaz, pundonoroso, inteligente y patriota a quien devoró la
ambición. Su asalto al régimen de Juárez y Lerdo entre 1871 y 1876 fue injustificable desde un punto de vista
democrático y republicano. Una parte significativa de su gestión presidencial, la que va de 1884 a 1900, fue
extraordinaria por varios motivos, pero sobre todo por tres: promovió el crecimiento económico, defendió los
intereses de México (y el territorio) mucho más de lo que pretende la leyenda negra en su contra, y consolidó
la nación basándose en los tres valores que rigieron durante su gobierno: orden paz y progreso, pilares de la
filosofía positivista.
México progresó con respecto al mundo y se integró al mundo como nunca antes en la historia. México
desarrolló sus fuentes de riqueza con un sentido de diversidad, equilibrio y espíritu de empresa nunca antes
visto. Y México, adquirió, en fin, una conciencia más clara de si mismo. El reverso de esta cara sonriente del
porfiriato fue doble: el problema social de la tierra y el retroceso político. El primero no es atribuible a Don
Porfirio: fue característico de toda la era liberal. Lo segundo sí es su falla: Porfirio trató a todos los mexicanos
como hijos inválidos, como niños fósiles, como pedigüeños eternos. Su permanencia en el poder obstruyó el
progreso económico de México.
El Porfiriato no calibró la importancia histórica de la democracia en México y postergó indefinidamente el
valor de la libertad hasta que el país se lo reclamó en un solo acto unánime y definitivo: la Revolución
Mexicana.
EL PORFIRIATO
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Porfirio Díaz
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La realización del proyecto liberal bajo el Porfiriato implicaba, como parte importante del
proceso de desarrollo capitalista, el fraccionamiento de grandes extensiones de terreno pertenecientes a las
comunidades agrarias. En el norte, por ejemplo, los encargados de efectuar esta tarea fueron las compañías
deslindadoras, supuestamente fundadas para llevar a cabo la colonización de considerables partes
deshabitadas de la zona. Pero estas empresas no sólo se dedicaron a la tarea de fraccionar los terrenos baldíos,
sino también a afectar y enajenar por igual numerosas pequeñas propiedades de particulares, legalmente no
sujetas a dicho fraccionamiento, que terrenos pertenecientes a antiguos pueblos de la zona.
La acción de esas compañias, aunada a un proceso de especulación impulsado por la introducción del
ferrocarril y el subsecuente desarrollo de la propiedad terrirorial. Se ha calculado que, hacia fines del siglo
XIX, alrededor del 95% de la población rural norteña carecía de tierras; y una de las zonas más afectadas por
este proceso fue la región del noroeste de Chihuahua, donde el despojo generalizado que sufrieron las
comunidades agrarias dió origen a una serie de levantamientos ocurridos a lo largo y ancho de la Sierra
Tarahumara, desde 1891 hasta 1896.
Durante los treinta y cuatro años en que Porfirio Díaz gobernó el país, éste se transformó
profundamente en el aspecto social y económico. El mejoramiento de las vías de comunicación, con la
construcción de vías férreas a lo largo y ancho del país, impulsó el desarrollo de la minería y promovió la
apertura de nuevas zonas mineras anteriormente inaccesibles a la exploración. Se establecieron fundidoras
para el beneficio de metales y se inició la extracción de minerales industriales (cobre, plomo, cinc), que para
finales del Porfiriato empezaban a sustituir en importancia económica a los metales preciosos (oro y plata) en
las exportaciones del país.
A lo largo del Porfiriato, el gobierno central fomentó la incipiente industrialización dando
subsidios y estímulos fiscales a las empresa; además, favoreció la fundación de bancos y
compañías financieras tanto nacionales como extranjeros con el afán de promover la inversión de capital en
este proceso de industrialización.
Paralelamente, la aplicación de las leyes de desamortización y la consecuente desaparición de la propiedad
comunal de los pueblos, promovieron la inmigración del campo a la ciudad y los nuevos centros urbanos.
Las nuevas zonas mineras y el establecimiento de industrias en las ciudades sirvieron de constante imán a la
población rural desposeída. Así estos nuevos centros urbanos del Porfiriato también formaron el contexto en
el cual se desarrollo una pujante y recién creada clase media, compuesta de pequeños comerciantes, pequeños
propietarios, tenderos, artesanos, etc., que para principios del siglo XX buscaban afanosamente su lugar
dentro de la arena política nacional y de este proceso de cambio y crecimiento económico.
A medida que crecía la bonanza económica, envejecían las estructuras políticas, y estas nuevas clases sociales
en formación (trabajadores industriales y clase media) se veían sin foros donde expresar sus intereses y
hacerlos valer.
Así, a principios del siglo XX surge el Partido Liberal Mexicano, que para 1905 logró encauzar el descontento
de estos grupos urbanos hacia la formación de una organización política representativa de sus intereses. El
Partido Liberal Mexicano fue el primer intento exitoso durante el porfiriato por agrupar a la población
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descontenta en torno a una organización política nacional. Durante este período el PLM contó entre sus
integrantes a trabajadores industriales y mineros, pequeños comerciantes y propietarios urbanos, boticarios,
empleados públicos y privados. Su programa de 1906 reflejó sus intereses y aspiraciones concretos de estos
grupos, apuntaló los principales problemas nacionales vigentes y señaló las contradicciones que había
desatado el proceso acelerado de desarrollo económico que experimentó el país a lo largo del Porfiriato. Fue
el PLM el primero en plantear la necesidad de una rebelión armada contra Díaz. A las filas del partido se
integró un buen número de revolucionarios que posteriormente desempeñaron, durante la lucha armada de
1910−1915, un papel importante en las filas de los ejércitos en conflicto. De esta manera, el PLM constituyó
una especie de antesala de la revolución, sembró el camino y abandonó los campos de la rebeldía.
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DATOS RELEVANTES DEL PORFIRIATO:
El general Porfirio Díaz se mantuvo en el poder, logrando un auge económico y mayor explotación de la
minería y el petróleo. Realizó importantes obras públicas y atrajo inversiones extranjeras.
1908 Entrevista Díaz−Creelman; Díaz declaro que su sucesor legítimo debería surgir de la organización de los
mexicanos en verdaderos partidos políticos, de una lucha electoral libre y abierta. Estas palabras de Díaz
provocaron la creación de partidos opositores.
1910 Francisco I. Madero formuló un plan revolucionario, el Plan de San Luis Potosí que se sintetiza en
Sufragio Efectivo, No Reelección.
La Economía en el Porfiriato
El enorme progreso económico que conoce México a finales del siglo XIX y principios del XX se debe
enteramente al entonces presidente y dictador Porfirio Díaz.
La pacificación del país, la cual logró Díaz, permitió que la economía nacional se recuperara después de
muchos años de bancarrota continua.
La negociación de la deuda externa permitió al país sanear la economía y normalizar sus relaciones con los
países acreedores. Esto atrajo a las inversiones extranjeras, sobre todo en la minería, en la industria, en los
ferrocarriles y en la banca.
La nueva relación que creo Porfirio Díaz con los grandes países industriales (Estados Unidos, Francia, e
Inglaterra) aumentó la demanda de los recursos naturales en México.
La Minería
Por primera vez, el país se convirtió en un exportador de productos agrícolas y ganaderos. Aumentó también
la venta de minerales en el exterior.
A la producción de plata se le sumó la producción de otros minerales como el cobre, el hierro, el zinc y otros
de uso industrial, destinados principalmente a la exportación.
En 1910, México era el quinto productor mundial de oro, el primero de plata, y el segundo de cobre.
Las Haciendas
Durante el gobierno de Porfirio Díaz las haciendas se desarrollaron notoriamente debido a que hubo un
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incremento en la inversión de capitales extranjeros en el sector agrícola y algunos inversionistas de otros
países se convirtieron en prósperos hacendados.
Se importaron maquinaria, animales, semillas y tecnología agrícola, con lo que se amplió para muchas
haciendas la posibilidad de mejorar sus niveles de productividad.
La Industria
El desarrollo de la industria fue otro símbolo del progreso porfiriano. En los estados de Puebla, Tlaxcala y
Veracruz, se instalaron grandes fábricas textiles con maquinaria moderna.
Las nuevas fábricas en parte desplazaron a los talleres artesanales, donde antes se elaboraban la mayoría de
los textiles nacionales.
La Industria Petrolera
Otro aspecto de la economía mexicana en la que intervinieron los extranjeros es en la producción de petróleo.
Las explotaciones petroleras pasaron de ocho mil barriles en 1900 a 8.1 millones de barriles en 1910. México
pasó a ser de los principales productores de petróleo del mundo.
El ferrocarril
Los ferrocarriles cambiaron la situación económica de las regiones que encontraron a su paso. Integraron a la
economía nacional zonas antes aisladas, facilitaron la circulación de hombres y mercancías, dieron nuevos
mercados a los productos locales y redujeron las distancias permitiendo recorrerlas mas rápidamente.
Sin embargo, todos estos factores tuvieron su porción de efectos negativos:
Las grandes extensiones de tierra pertenecían a un solo hacendado (latifundios). Este tenía millones de obreros
que trabajaban y vivían en su tierra.
La abundancia de mano de obra que existía frenó el aumento salarial y las condiciones en que trabajaban los
obreros no eran buenas. En las fábricas sucedía lo mismo.
Los obreros inconformes formaron sindicatos y organizaron huelgas como las de Río Blanco, Veracruz y
Cananea, Sonora.
Durante el gobierno de Don Porfirio Díaz la economía del país mejoró radicalmente ya que este estimuló la
inversión de capitales extranjeros, promovió las obras públicas y logró la integración del país gracias a la red
ferroviaria.
Los jefes políticos durante el porfiriato en Veracruz
Antonio Hernández
Soledad García Morales, del Instituto de Antropología de la UV, comenta sobre el trabajo de recopilación de
importantes fuentes para conocer la historia del porfiriato en Veracruz, reunidas en el libro Memorias e
informes de los jefes políticos y autoridades del régimen porfirista 1883−1911.
El rescate de periodos históricos que fueron fundamentales para la conformación político−social de nuestro
estado es una constante en el quehacer académico de Soledad García Morales, investigadora del Instituto de
Antropología de la Universidad Veracruzana, quien publicó el libro Memorias e informes de los jefes políticos
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y autoridades del régimen porfirista 1883−1911 (UV, 1997), el cual coordinó con el maestro José Velasco
Toro, director del Instituto de Investigaciones Histórico−Sociales.
Para la maestra Soledad García Morales es importante conocer el pasado de una sociedad, saber cómo se
conformó, pues significa una base sólida en su futuro desarrollo. Ante esta perspectiva, platicamos con la
investigadora acerca de su más reciente publicación, la cual consta de seis tomos y es una recopilación de
datos históricos acerca de la situación política y social en que se encontraba nuestra entidad en el siglo XIX.
¿A qué se debe este trabajo de recopilación?
Forma parte de un proyecto de investigación más amplio sobre el tema de los jefes políticos en Veracruz
durante el porfiriato. Es una obra en proceso, la cual hago para la Universidad Veracruzana y que pienso
utilizar posteriormente como tesis doctoral en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Llevo
varios años haciendo esta investigación, desde 1993; ha sido un proceso largo, pero encontré fuentes de
primera mano bastante amplias y esa es la importancia de la historia: tener fuentes originales en las cuales
investigar y en este caso una de éstas la constituyen las memorias de los jefes políticos.
¿Quiénes fueron los jefes políticos?
Son personajes que aparecen en la historia de Veracruz desde 1824 como parte de la formación del Estado
mexicano y quienes a lo largo de todo el siglo XIX se formaron políticamente a través de ciertas atribuciones
legislativas. A partir de 1824, y hasta la República restaurada, se les dieron atribuciones que posteriormente
recogió el porfiriato, el que puso a trabajar a estos personajes de acuerdo con su legislación y la política de la
época que buscaba el orden y el progreso como condiciones esenciales para transformar a México en un país
"moderno".
¿Qué la motivó a hacer este trabajo?
Las memorias de los jefes políticos son parte de un proceso de investigación; es una fuente alternativa para
conocer la historia del porfiriato en Veracruz. Creo que la historia de nuestro estado tiene grandes lagunas que
todavía no hemos podido cubrir los historiadores, y si la analizamos nos damos cuenta de que sólo conocemos
partes, fracciones de ella, pero no la totalidad. El porfiriato es una de las épocas que todavía nos falta
redescubrir, hacer historia a través de fuentes directas; en ese sentido, esta obra es de compilación, de rescate
de las memorias de los jefes políticos que operaron durante el porfiriato en los 18 cantones en que estuvo
dividida la entidad.
¿En qué consisten esas memorias?
Son similares al informe de gobierno actual; de la misma forma, los jefes políticos entregaban su informe.
Hicimos una compilación, no un análisis, de sus informes, para que no sólo los académicos sino cualquier
estudioso o persona interesada en el tema pueda saber qué contienen o de qué tratan estas memorias, saber la
imagen que los jefes políticos daban al gobernador del estado acerca de la situación de sus cantones. Aquí
hallarás los informes de los jefes políticos de los cantones de Ozuluama, Chicontepec, Tuxpan, Tantoyuca,
Xalapa, Córdoba y Orizaba, entre otros; cualquier persona interesada en la época del porfiriato encontrará
datos aquí, sabrá cómo los jefes políticos daban cuenta de su gestión y los problemas que enfrentaron para
llevar a cabo las directrices del gobierno nacional de orden y progreso.
¿Tenían alguna periodicidad las memorias de los jefes políticos?
Eran anuales, de acuerdo con sus obligaciones. Generalmente, los informes tenían diversos apartados, como es
la hacienda de los diferentes municipios que conformaban cada cantón. Además, el informe contenía datos
sobre la instrucción pública, mejoras materiales, gobernación, registro civil, salubridad pública y agricultura, o
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de la guardia de prevención, es decir, aspectos administrativos de todo el cantón, pero había dos renglones
muy importantes: la seguridad y el desarrollo de las finanzas; ambas cosas estaban muy relacionadas para los
jefes políticos y el porfiriato en general. Querían lograr el orden a través de la seguridad, y el progreso por
medio de finanzas saludables.
¿Cuál es el objetivo de la compilación?
Rescatar información que estaba dispersa en varios lugares para que sirva a los estudiosos y a los interesados
en saber cómo se conformó el México actual, nuestro territorio; qué problemas se tuvieron, cómo unos
cantones se desarrollaron más que otros y cuáles son los problemas que hay en cada uno de ellos, aunque
presentados quizá de una manera parcial, porque son las autoridades las que informan y éstas dicen lo que les
conviene o lo que quieren. Este rescate se llevó a cabo porque mucha información de este tipo tiende a
desaparecer, es decir, cuando el tiempo destruye los documentos dichas fuentes desaparecen; por eso mi
interés en el rescate, que sirva no sólo a los académicos sino en general a todos los interesados en conocer
parte de la historia, hecho que, creo, es importante.
¿A qué fuentes recurrió para llevar a cabo este trabajo?
Inicialmente acudí a la Biblioteca Central de la Ciudad, donde se encuentra el periódico oficial que editó el
gobierno estatal durante el siglo pasado, en el cual se publicó gran número de memorias de los jefes políticos;
esa fue la base de toda la investigación. Posteriormente fui al Archivo General de la Nación en el Distrito
Federal; estuve en la Biblioteca Sebastián Lerdo de Tejada y en la Hemeroteca Nacional. Además, visité los
archivos de los ex cantones del estado, por ejemplo, los de Tuxpan, Tantoyuca, Ozuluama, Veracruz, Xalapa,
Orizaba y Córdoba; estuve en la mayor parte de los sitios que fungieron como cabeceras cantonales durante el
porfiriato.
¿Cada una de las ex cabeceras cantonales tiene su archivo?
No, creo que todavía nos falta mucho para valorar lo que es nuestra historia; por ejemplo, es una lástima la
forma en que tienen guardado el archivo de Zongolica: está tirado en el techo de un edificio, a un costado del
palacio municipal, a la intemperie y en completo desorden; no fue posible encontrar grandes cosas. En otros
lugares, como en Chicontepec, me dijeron que durante la revolución se perdió mucha información; en los
sitios restantes sucedió algo parecido y por esta causa no fue posible encontrar documentos en todos los
lugares que visitamos. Así, tuvimos que entrevistarnos con muchas personas, para ver si nos podían
proporcionar datos, sobre todo los familiares de los jefes políticos. Un caso contrario fue el de Coatepec,
donde sí encontré quien me proporcionara información relativa a las memorias de los jefes políticos.
Debo decirte por qué el título se refiere al periodo de 1883 a 1911, si el lapso del porfiriato es de 1877 a 1911;
se debe a que en 1883 se inició la colección de las memorias. No pudimos cubrir todo el periodo del porfiriato
pero generalmente la mayor riqueza informativa de las memorias se encuentra en el lapso de 1883 a 1900 y,
posteriormente, de 1900 a 1911 escasea la información.
¿A qué atribuye la pérdida de información?
Muchas de las fuentes se perdieron por la falta de interés de los veracruzanos, ya sea autoridades o
académicos, que no valoramos los documentos que registran gran parte de nuestra historia. También influye el
hecho de no designar un lugar específico para los archivos, y por ello se les guarda en sitios deteriorados e
inapropiados. En casos aislados, hay ciudades que sí se destacan por el cuidado de los acervos. Los
cordobeses son un ejemplo: el archivo de Córdoba es una muestra de lo que puede ser un acervo municipal, al
igual que los archivos del puerto de Veracruz, Orizaba y Xalapa.
Casi finaliza el siglo actual y creo que los veracruzanos no conocemos nuestra historia; eso es un gran
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problema. Pretendemos que este libro acerque a la gente a un conocimiento, aunque sea de una fuente parcial,
porque este tipo de autoridades del porfiriato tuvieron y emitieron un punto de vista parcial de la situación del
país.
¿Quiénes colaboraron para la realización de esta obra?
Este trabajo se inició en 1993 y nos conjuntamos el maestro José Velasco Toro, Francisca Lili Canales y otras
personas, con quienes viajé a varios lugares del estado para realizar las investigaciones necesarias. Intervino
un nutrido grupo de personas que colaboraron en todos los niveles para hacer posible la publicación de las
memorias, que se componen de seis tomos.
Desde su punto de vista, ¿le hace falta algo a esta obra?
Hubiera querido tener la colección del periodo de 1877 a 1911 con todas las memorias de los jefes políticos,
pero es incompleta por cuestiones que nos rebasan. Desearía, a raíz de esta publicación, que si hay personas
que puedan proporcionar información acerca de las memorias, nos lo hagan saber; con gusto nos ofrecemos a
almacenar el material para un trabajo posterior que complemente esta obra.
¿Existe algún proyecto de trabajo futuro en torno a este tema?
Estoy preparando un análisis sobre el papel que desempeñaron los jefes políticos como gestores de las
prioridades de los ejecutivos estatal y federal. Este es un trabajo analítico, ya no testimonial. Me interesa saber
quiénes fueron, cuáles fueron sus vínculos y relaciones, la importancia que llegaron a tener en sus cantones y
las características personales de ellos, pues algunos tuvieron formación militar o administrativa, o
pertenecieron a grandes sociedades científicas, así como analizar la labor que desarrollaron en las regiones
que gobernaron y conocer los problemas que enfrentaron para llevar adelante los postulados del gobierno
nacional.
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