Bajas_en_destete

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Bajas en destete por infecciones múltiples
03-mar-2007 (hace 4 años 8 meses 27 días)
Descripción de la granja
Se trata de una explotación de ciclo cerrado, de unos 20 años de antigüedad, con 750 cerdas
LD x LW donde se producen lechones para engorde y matadero.
La explotación posee unas instalaciones bastante viejas, donde se ha hecho poco
mantenimiento, y se ha ido construyendo a medida que las necesidades iban creciendo,
teniendo poco cuidado con las exigencias tanto de diseño higiénico, como de toma de aire
para la ventilación, resultando que el aire procedente de unas naves, es el que ventila otras
naves, especialmente entre naves de gestación y destete.
Dado que la peor zona de la granja es la que corresponde a maternidades, se reconstruye
esta zona totalmente, dotando a la misma de una nave corrida, donde se alojan 180 cerdas,
con unas separaciones mínimas, y manejando por filas, en lugar de por lotes.
Se sigue una pauta vacunal simple, contra la enfermedad de Aujezsky, en sábana, y
parvovirus y mal Rojo tras el parto.
Los lechones son inmunizados contra micoplasma con dos dosis de vacuna.
Aparición del caso
El responsable de la granja nos avisa porque han muerto un tercio de los lechones en
destete, con una dierra profusa, una semana tras el mismo.
En la visita a la explotación, podemos observar como los diferentes grupos de lechones
presentan un aspecto lamentable, comenzando ya con lechones a las 48 horas tras el
destete, hasta animales con tres semanas de estancia en las salas, con cuadras llenas de
heces diarreicas, de color pardo, animales deshidratados, con pelos hirsutos, decoloración de
la piel, colocados en las esquinas de los boxes, y presencia de heces en toda la superficie
corporal. Había alguna presencia de disnea, y toses discretas. Había algunos animales con
artritis, pero no eran los casos más importantes.
Dado que teníamos antecedentes de casos de PRRS en otras épocas de la explotación,
tomamos las siguientes muestras:
Agua de la zona de destete
10 muestras de suero de lechones de 3 semanas
10 muestras de suero de lechones de 8 semanas
12 muestras de heces y torundas de recto, 4 de 8 semanas, 4 de 6 semanas y 4 de 5
semanas.
Realizamos la necropsia de varias bajas de aquel mismo día, dónde observamos sobre todo
la presencia de enteritis, con intestinos inflamados, llenos de un contenido amarillento, pero
desigual, dependiendo de los animales, y del momento de la muerte, no observando
problemas respiratorios, si bien algunos pulmones pueden presentar un aspecto abigarrado,
con zonas de bronconeumonía intersticial, que podrían indicar presencia de virus, sin llegar a
ser muy intensos.
Analíticas y tratamientos
Con las muestras recogidas, se hacen las siguientes determinaciones:
Potabilidad del agua
Niveles de PRRS en ambos grupos
Niveles de Lawsonia intracellularis, virus entéricos, salmonela, espiroquetas, (B.
pilosicoli), disentería (B. hyodisenteriae) y coli enteropatógeno.
Hasta que no se obtengan resultados, se aconsejan los siguientes tratamientos:
Colistina + lincomicina en agua de bebida, para los animales alojados en la actualidad
en destete.
Inyección con fluoroquinolona ó tulatromicina a los más afectados, para observar qué
grupo de animales responde mejor a ambos tratamientos.
Se aconseja que todos los animales destetados en las próximas semanas sean
inyectados en el momento del destete con los mismos antibióticos.
Visita a la explotación (día 7)
En el momento de la visita nos encontramos con que han descendido ligeramente los
porcentajes de bajas, pero con resultado irregular, de modo que a pesar de que parece que
hay una ligera mejoría, no parece que el proceso se haya detenido.
Se abren nuevos lechones muertos de la noche anterior, y se corroboran los hallazgos
anteriormente descritos, sin más datos nuevos a aportar.
Resultados de los análisis
Según los boletines de análisis recibidos, en las muestras se pueden apreciar los siguientes
procesos:
Un 70 % de los lechones de 3 semanas poseen anticuerpos contra el virus de PRRS,
reduciéndose al 50 % en animales de 8 semanas. De esta manera, hay un porcentaje
importante de lechones que no presentan anticuerpos, y por lo tanto son susceptibles
al virus. Por otra parte, entendemos que hay en la explotación subpoblaciones de
cerdas sensibles al PRRS, lo que nos indicaría que la granja tiene una
desestabilización importante, pudiendo haber casos de brotes de enfermedad en
animales no expuestos anteriormente, y por lo tanto más sensibles.
Para apoyar el diagnóstico, y tratar de determinar hasta que nivel está afectando el
problema a los animales, se decide realizar un control de las proteínas de fase aguda
(PFA), ya que el nivel de las mismas, nos puede indicar el grado de estrés a que están
sometidos los animales, bien por efecto de un proceso infeccioso, bien por efectos
climáticos o de alojamiento, o bien por una combinación de ambos. La proteína de fase
aguda más fiable es la PigMAP; por lo que se escoge como marcador del estrés. Un
100 % de los lechones presentan unos niveles de PigMap superior a 2 en todos los
casos, lo que nos corroboraría la presencia de un proceso infeccioso que genere la
producción de proteínas del stress, incrementándose en las 8 semanas, que
podríamos entender como efecto de la recirculación del virus, y/o la presencia de otros
patógenos en ese momento. Tampoco descartamos que parte de estos altísimos
niveles de proteína nos indiquen problemas de alojamiento, especialmente de calidad
de ventilación, tanto en cantidad como en calidad de aire, y la imposibilidad de realizar
un sistema “todo dentro-todo fuera” eficaz.
Hay presencia de animales positivos a Lawsonia, a pesar de la medicación que ya
tenían los lechones en el momento de tomar las muestras (amoxicilina y colistina).
El agua es potable.
No se aconsejan nuevas medidas medicamentosas, ya que las indicadas son las de elección
de los problemas identificados.
Únicamente se sugiere, dada la presencia de Lawsonia, que se aplique la vacunación oral a
varios lotes, y se compare con lotes anteriores no tratados, pero este aspecto se rechaza,
debido a la complicación de la aplicación de la vacuna.
Visita (día 20)
Se lleva a cabo en otra explotación del mismo granjero, debido a que dados los inmensos
problemas que estaba teniendo en la granja vieja, se le ocurrió enviar una partida de 200
lechones al destete de la granja nueva, para ver si había los mismos problemas que abajo,
con otro tipo de alojamiento.
Al cabo de 48 horas, las bajas comenzaron a aparecer, pero al realizar la necropsia de las
mismas, observamos claramente que en la zona torácica una poliserositis fibrinosa, con
pericarditis, y presencia de fibrina amarillenta en toda la superficie pulmonar y cardíaca.
En la zona abdominal, observamos una peritonitis fibrionsa, con material fibrionso sobre la
superficie del hígado y entre las asas intestinales.
Dadas las observaciones de varios animales con las mismas lesiones, concluimos que están
afectados por Haemophillus parasuis, estando frente a una enfermedad de Glasser aguda.
Al observar este problema, recomendamos que se vacunen los lechones inmediatamente con
una vacuna comercial, manteniendo las medicaciones anteriores, pero aplicando amoxicilina
en agua, acompañada de colistina, para prevenir posibles problemas colaterales.
Además de este tratamiento, se acompaña el pienso con un acidificante, de forma continua, y
durante dos semanas se añade paracetamol en premix, con el fin de realizar una prueba de
mejora de aspecto.
También se aconseja la vacunación y revacunación de cerdas con vacuna viva de PRRS, y se
dan unas pautas de vacunación y adaptación de cerdas nulíparas a la explotación, ya que
provienen de una explotación libre de PRRS y no se lleva a cabo ninguna acción en este
sentido.
De una mortalidad las dos primeras semanas de 20 % de animales, se pasó, unas 8 semanas
después a valores del 10 % y al 5 % al cabo de 24 semanas.
No obstante, el manejo debe ser muy cuidadoso, ya que en el momento en que algunas de
las medidas adoptadas no es llevada rigurosamente, los problemas vuelven a rebrotar, si bien
no con las intensidades de las primeras semanas.
Conclusiones
En la explotación, en el momento de comenzar con los problemas más agudos, estaban
conviviendo los siguientes problemas:
El PRRS, especialmente en grupos de nulíparas, que se iban instalando en la granja a
intervalos irregulares, que procedían de una granja libre de PRRS, que no eran vacunadas ni
adaptadas, y que por lo tanto presentaban camadas infectadas, con bajos niveles de
anticuerpos, no sólo para este virus, sino para el resto de procesos.
Enfermedad de Glasser, la cual encontraba un nivel excelente de falta de inmunidad en ciertos
grupos de lechones, lo cual proporcionaba semana de problemas muy intensos, con
mortalidades súbitas de un gran número de lechones, a los cuales no se les podía observar
ninguna lesión típica de la enfermedad, y grupos con mayor tasa de inmunidad, que
presentaba menores porcentaje de mortalidad, pero muy alta morbilidad.
Este proceso se desencadenó en la nueva explotación, debido a que se trasladó un grupo de
lechones más protegidos, que con el estrés del cambio permitió la presencia de las
enfermedad típica, con lesiones macroscópicas evidentes, que no pudieron verse en las
condiciones iniciales.
Lawsonia intracellularis, complicando los procesos anteriores, si bien en un plano discreto.
La reducción de los casos de bajas es muy evidente, desde que se aplica la vacunación, y al
mismo tiempo se reduce la presión infectiva de la granja mediante el tratamiento de los
lechones, si bien el hecho de no tener un sistema “todo dentro-todo fuera” en la maternidad ni
el destete, así como las condiciones de alojamiento de los lechones destetados, dificultan
mucho la posible erradicación y control de la enfermedad.
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