Proclama mi alma la grandeza del Señor, mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su esclava. Unidas a María, queremos dar gracias al Señor que nos ha dicho: Esta es mi hija amada, en quien me complazco. Llenas de alegría y profundamente agradecidas, queremos decirle: aquí está la Esclava del Señor, que se cumpla en mí tu Palabra. Agradecemos al Instituto el cariño y oración. Unidas en Su Corazón. Tercera Probación 2014