Religiosas PUREZA DE MARÍA CAPÍTULO GENERAL XXVI DISCURSO DE APERTURA Superiora General Sant Cugat del Vallès, 23 de marzo de 2015 Bienvenida Con gran alegría y con un profundo sentimiento de gratitud a Dios y a todas vosotras, y en nombre de mis Hermanas del Consejo General y en el mío, os doy la más entusiasta bienvenida. Es una experiencia muy importante y significativa la que vamos a vivir, es una gran satisfacción encontrarnos y saber que aquí está la vida de nuestras comunidades, de la Congregación entera. Todas hemos sido convocadas, estamos aquí porque nuestras Hermanas han puesto su confianza en nosotras. Hemos sido convocadas para dar vida nueva a lo que el 19 de septiembre de 1874 se vio nacer. Con gozo vemos que hoy se hace visible la universalidad y diversidad de culturas donde estamos presentes. Por primera vez, en la historia de nuestra Congregación, África estará muy dignamente representada por nuestra Hermana Blandine Muswamba. Gracias, Blandine estamos orgullosas de tu presencia. África es para nuestra Congregación corazón, vida, aire nuevo, entusiasmo apostólico, llamada a vivir sin fronteras… Ojalá en este Capítulo todos los lugares en los que estamos, todas las realidades que vivimos, tengan presencia y voz. Hemos venido impulsadas por esa llamada, necesitamos escuchar sin prisa, aunque hayamos dejado fuertes responsabilidades por un tiempo, recordando que Dios habla a través de todos, especialmente de los más pequeños. Bienvenidas al Capítulo General XXVI y bienvenidas a esta Casa –Noviciado que nos acoge. Su funcionalidad y el cariño y entrega con el que las Hermanas, novicias y postulantes lo han preparado todo van a hacer que nos sintamos en casa. Invocación Quiero, en este momento, invocar profundamente al Espíritu Santo. Deseo que seamos muy conscientes de su presencia, debemos vivir esta experiencia bajo su resguardo. Él nos acompañará durante este periodo con más fuerza, se lo pedimos, lo Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 1 necesitamos cerca. Nos ha traído de los tres continentes y Él nos ayudará a “Hacer nuevas todas las cosas”. Pidamos que nos ilumine para que busquemos con toda sinceridad cuál es su voluntad para nuestra Congregación, que nos conceda un corazón atento y abierto, capaz de captar su paso. ¡Dejémonos conducir por el Espíritu del Señor! Que sepamos vivir estos días “en un clima evangélico de rectitud de intención, de desprendimiento, de oración y reflexión en fe, esperanza y caridad, en búsqueda sincera del Reino de Dios”, como nos piden nuestras Constituciones (Const. 103). La Madre, nuestra querida Fundadora estará muy presente. Ella sin duda, intercederá por nosotras y a ella acudiremos con frecuencia buscando la luz que nos permita ser fieles, hoy, al Carisma que el Espíritu le regaló para bien propio, de la Congregación y de la Iglesia. La vivencia de los Ejercicios Espirituales ha incidido muy fuertemente en nuestra espiritualidad. Todas sabemos cómo los Ejercicios sustentaron, año tras año, la experiencia espiritual de la Madre. Por lo tanto, a Ignacio de Loyola también encomendamos la celebración de nuestro Capítulo. No quiero olvidarme de Teresa de Jesús, la Madre le profesó gran cariño. Estamos celebrando el V centenario, es patrona de nuestra Congregación. Dejadme que también le pida a ella, que vivió enamorada de Jesús y de los hombres, a ella que no dudó en buscar compañeras que le ayudasen a vivir algo nuevo, su ayuda. Finalmente, debemos sentir la presencia de tantas Hermanas y de todos los miembros que forman el MFA, que a lo largo y lo ancho de nuestra Congregación, realizarán con nosotras el Capítulo. Su oración y su interés por seguir el día a día de lo que viviremos a través de internet – estoy convencida – será un apoyo muy precioso. Sentiremos también la presencia de tantas Hermanas que nos han precedido. Aquí quiero tener un recuerdo especial por las 20 que han fallecido durante este sexenio y nombrar, cómo no, a la H. Blanca cercana en el tiempo. Desde la plenitud de Dios que las envuelve estoy segura que nos acompañan. Camino recorrido Como sabéis, nuestro Capítulo ha tenido una larga preparación y hemos recorrido un camino participativo bastante complicado dado que debíamos hacer algún hueco más en nuestras agendas, ya de por sí algo llenas, para poder enviar nuestras reflexiones puntualmente. Creo que lo hemos conseguido. Este trabajo abarcó desde septiembre de 2013 hasta marzo de 2015. Empezamos haciendo un trabajo comparativo, entre el capítulo de Carisma de nuestras Constituciones actuales con las Constituciones anteriores, con el Evangelio, con documentos actuales del Magisterio de la Iglesia (Vita Consecrata, Vida Fraterna Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 2 en Comunidad, Caminar desde Cristo, Novo Millenio Ineunte, etc.), con el documento post-capitular. Se pretendía que no fuese un estudio técnico, sino más bien vivencial. No se trataba de hacer un simple estudio histórico, sino un trabajo desde la vida. Meterse en este espíritu y gozar con lo que Dios nos ha dado en nuestro Carisma. Se mandó como material de trabajo un documento con todas las Constituciones de nuestra historia. Además, las Hermanas recibieron otro documento con la reseña de Hermanas antiguas, para que pudiéramos percibir lo que había quedado en estas religiosas primeras de la espiritualidad de la Madre, puesto que vivieron con ella. Posteriormente, ya en el 2014, se pidió a la Congregación que se trabajara, tanto personal como comunitariamente, la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Para ello se mandó a las comunidades un esquema de trabajo y, como complemento de este trabajo, se ofrecieron tres artículos extraídos del monográfico de la Revista Vida Religiosa, correspondiente a Febrero del 2014 (Vol. 116). Una importante ayuda a estas reflexiones nos la ofreció el Papa Francisco en su Carta Apostólica a todos los consagrados, en noviembre del año pasado. En la Carta, el Papa se manifestaba categórico: “Espero que toda forma de vida consagrada se pregunte sobre lo que Dios y la humanidad de hoy nos piden” y aclaraba: “Lo mismo pueden hacer los Institutos dedicados a la caridad, a la enseñanza, a la promoción de la cultura, etc.” y terminaba este apartado haciéndonos una invitación que no debemos dejar caer en el olvido: “No obstante, nadie debería eludir este Año una verificación seria sobre su presencia en la vida de la Iglesia y su manera de responder a los continuos y nuevos interrogantes que se suscitan en nuestro alrededor, al grito de los pobres”. 1 De eso se trata entonces, Hermanas,de continuar con esta “seria verificación” durante el tiempo del Capítulo y post-Capítulo. Y ahora qué… Lo primero es “mirar al pasado con gratitud”. 2 La construcción de este sexenio ha sido sostenida por el terreno abonado en los anteriores. No miramos el pasado para huir del presente, sino para vivirlo “con pasión” 3 . Quien vive el presente “con pasión” sabe también escrutar el futuro “con esperanza” 4 , porque es consciente que el Espíritu es el guía y la fuerza de la Iglesia. Todas recordaréis el entusiasmo con el que acogimos las conclusiones del Capítulo General XXV… “Con sed del mejor vino”. El nuevo equipo encontró una Congregación 1 Papa Francisco. Carta Apostólica a todos los Consagrados, II, nº 5. Idem, I, nº .1 3 Idem, I, nº .2 4 Idem, I, nº .3 2 Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 3 dispuesta para lo que sea y no hicimos más que aprovechar el momento… Lo demás lo ha ido haciendo Él día a día. Está claro que queremos seguir viviendo nuestro ahora desde lo esencial, y lo esencial para nosotras es Jesús. No hay nada más. Si lo vivimos desde ahí, no tenemos que tener miedo a ningún cambio. Por eso lo primero es contemplar a Jesús y dejarse mirar por Él, y mirar el mundo que Él mira hoy, y aprender a sentir con los mismos sentimientos de Su corazón. Lo esencial es vivir el Evangelio y sus valores, entregando nuestras vidas en el servicio educativo y evangelizador de nuestros niños y jóvenes y de todos los que forman nuestra comunidad educativa o tengan contacto con nosotras. Estamos, sin duda, ante un momento transcendental para la Congregación, un tiempo fuerte, porque una Congregación no se funda de una vez por todas, está en creación continua. El carisma es un don dinámico del Espíritu. La fidelidad al mismo no es excusa para instalarnos en el camino; sino que exige más bien, búsqueda y cambio. Nuestra manera de vivir, especialmente a partir de los últimos años, está viendo la necesidad de innovación; no todo lo que antes funcionaba, funciona ahora. La vida religiosa “está convencida de que debe descubrir nuevas formas de comunidad y comunión, pero siempre configuradas por la misión, y no la misión configurada por una realidad comunitaria no siempre satisfactoria. Y por otra parte, el sueño de un modelo de comunidad distinto es hoy muy fuerte, aunque no se vislumbra del todo cómo puede ser. Más todavía: El Sínodo sobre la Nueva Evangelización, y el Papa Francisco en sus exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, le piden a toda la Iglesia, y en ella a la vida consagrada, entrar en un serio proceso de conversión pastoral y misionera, y últimamente también a una conversión económica desde la perspectiva de la austeridad y los pobres de nuestro mundo” 5. “Espero - escribe el Papa Francisco - que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están” 6. ¿Seremos capaces, Hermanas Capitulares, de ser valientes ante esta nueva realidad que la Iglesia nos está presentando y tomar las decisiones oportunas? ¿Seremos capaces de abrirnos a nuevos esquemas de mente y de corazón y no “dejar las cosas como están”? Hemos optado por el Evangelio, por los valores de las Bienaventuranzas. ¿Qué nos pasa por dentro que, a veces, nos falta esa vitalidad para vivir lo que 5 José Cristo Rey García Paredes. Año de la Vida Consagrada. Hacia un nuevo paradigma: asumir la incertidumbre. VIDA RELIGIOSA. MONOGRÁFICO 5/2014/ vol.116, pág. 81-82 6 Evangelli Gaudium, nº 25 Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 4 queremos? ¿Lo queremos de veras? ¿Qué pasaría si nos decidiéramos a poner nuestro caudal entero a disposición de Jesús y le siguiéramos más radicalmente? Nuestras Hermanas esperan mucho del Capítulo General, han orado mucho. Sé que todo no lo podemos hacer nosotras, contamos con el Espíritu, por supuesto, y con la Congregación que quiere responder a esa llamada, que quiere vivir la radicalidad del Evangelio, pero necesitan también nuestra ayuda. Ayudar en ese estilo tan bello y tan profundo del que el P. Arrupe habló, ya enfermo, a la Congregación General: no sólo estar en Sus manos, sino que toda la iniciativa la tenga el Señor. Estamos ante una oportunidad de reflexión, de discernimiento, en un tiempo en que la Iglesia está ilusionada y abierta ante la reforma que está impulsando el Papa Francisco. Personalmente me parece el viento del Espíritu y agradezco la valentía que supone en él el hecho de dejarse interpelar por la realidad. “Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cesar: “¡Dalles vosotros de comer!” (Mc 6,37)7. No sé, es el momento de preguntarse si muchas normas, formas que consideramos incuestionables, responden al estilo de Jesús y a la alegría esperanzada del Evangelio. Las estructuras nos vuelven “duras”. Las estructuras no son un fin en sí mismas, sino un medio para evangelizar. A veces la costumbre… se hace más importante que la persona y su experiencia y así, para tener seguridad, nos aferramos a una fortaleza que nos hace dejar fuera a otros. En ocasiones puede primar más el prestigio de un colegio que la opción por los que más lo necesitan, o que no seamos justas en nuestras relaciones laborales, o que nos dirijamos a los más sencillos con cierto sentido del poder. Estamos llamadas a una profunda renovación. Los retos que tenemos son grandes y esperamos que el Espíritu nos ayude a vislumbrar las respuestas adecuadas. El Papa nos habla de algunos desafíos del mundo actual: la economía de la exclusión, la cultura del descarte, la globalización de la indiferencia, la idolatría del dinero, la necesidad de una reforma financiera ética donde el dinero sirva y no gobierne, los desafíos culturares y las culturas urbanas, etc. Ojalá que durante estos días y siempre estuviera presente en todas y cada una de nuestras reflexiones, oraciones, decisiones, y conversaciones “el clamor de los pobres”. Estos desafíos están preocupando a la vida religiosa y no pocos Institutos de Vida Consagrada están procurando -desde su carisma- responder a ellos con exigencia misionera y evangelizadora del tiempo presente. ¿Seremos también nosotras valientes 7 Idem, nº 49 Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 5 para responder a estos desafíos, aunque nos obliguen a dejar muchas seguridades, o seguiremos apáticas ante los nuevos proyectos evangelizadores del Espíritu? Soy consciente que la situación mundial es muy compleja y que el cambio de época que estamos viviendo está generando grandes transformaciones que rompen los esquemas y paradigmas a los que estábamos acostumbradas. Sin embargo, no podemos quedarnos indiferentes ante lo que vemos, sentimos, escuchamos o nos inquieta en el corazón. Hemos de ser valientes. El Papa nos ha dejado una gran tarea: “Espero que despertéis al mundo, porque la nota que caracteriza la vida consagrada es la profecía.” 8 Nos tocará a nosotras estos días, en el marco del Capítulo general, tratar de dar respuesta, desde nuestro Carisma, a los temas más urgentes y a los mayores desafíos a los que tendrá que hacer frente la Congregación hoy… Debemos plantearnos también muy seriamente la “mística del vivir juntos”. El Papa nos está pidiendo con insistencia que seamos más testigos de la ternura, de la acogida, de la cercanía, de la sencillez, de la misericordia de Dios. Tenemos la oportunidad de estrechar más los lazos de la fraternidad y vivir más intensamente la relación, y de esa manera nos haríamos más creíble, por la autenticidad de nuestra vida, no de otro modo. “No os repleguéis en vosotros mismos, no dejéis que las pequeñas peleas de casa os asfixien, no quedéis prisioneros de vuestros problemas. Éstos se resolverían si vais fuera (…) a anunciar la Buena Nueva” 9. Nuestros estilos de vida pueden ser más auténticos aún, no es fácil porque no nos damos cuenta y caemos en la inercia, en lo que todos hacen. Es el momento de reflexionar y discernir sobre ello, es el momento de ayudarnos las unas a las otras. “La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera” 10. En fin, perdonad mi disertación, pero acogedla como lo que es: un cariño y agradecimiento grande a la Congregación que hoy se hace interpelación. Es muy difícil expresar en unas líneas tantas inquietudes y matizar suficientemente lo que no es más que una gran preocupación. Tomadlo así, por favor. 8 Papa Francisco. Carta Apostólica a todos los Consagrados, II, nº 2. 9 Papa Francisco. Carta Apostólica a todos los Consagrados, II, nº 4. Evangelii Gaudium, 54 10 Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 6 Agradecer No sé si este es el momento más adecuado pero es mi oportunidad y quiero aprovecharla para expresar mi gratitud a Dios el primero. Puedo decir, con verdad, que el Señor de la vida ha estado grande conmigo. A Él la gloria y la alabanza. Muchas gracias a vosotras, Hermanas del Consejo General: Emilia, María Luisa, Isabel, Begoña, deseo nombraros. Gracias por estos seis años, durante los cuales habéis llevado conmigo, con gran generosidad, afecto y cercanía y también – dejadme que lo diga – con competencia, las dificultades, los gozos y esperanzas que ha supuesto el llevar adelante la vida toda de la Congregación. Gracias por los momentos de particular dificultad que habéis atravesado y en los que habéis seguido ahí, en un servicio fiel. Gracias a las Delegadas: de África, Begoña, y de América, Rocío. Sin vuestra ayuda, difícilmente hubiera podido atender a tantas cosas que diariamente iban surgiendo. Para mí ha sido una gran seguridad poder caminar con vosotras estos años. Gracias por vuestra proximidad y consejos. Me habéis ayudado mucho. Podemos dar gracias al Señor porque juntas nos ha hecho crecer en la comunión entre los diferentes continentes y juntas debemos seguir pidiendo al Señor que nos ayude a seguir creciendo en unidad profunda, donde la diversidad, expresión de la Iglesia universal, nunca sea en nosotras motivo de discordias. Gracias a todas las Hermanas de la Congregación. Sois las que estáis en la brecha, y las que mostráis el rostro de la Congregación. Las que lleváis en vuestros hombros el peso diario del deber cumplido, del trabajo oculto, del servicio diligente. Por vuestro ser, por vuestro hacer y por cuanto nos habéis ayudado, gracias. Siempre me he sentido muy bien cuando he visitado vuestras comunidades, buscaba cualquier ocasión para poder visitaros, puedo deciros que han sido los momentos en los que más he disfrutado durante estos seis años. Muchas gracias. Os pido ahora que viváis esta experiencia bajo la acción del Espíritu Santo y que sea la oración vuestra forma de participar. También vosotras habéis sido convocadas. Estáis en “Capítulo”, dado que el Capítulo general es responsabilidad de todas y no sólo de las Hermanas capitulares, sin vuestro apoyo nuestras sesiones tendrán escasas consecuencias… Que vuestra oración sea más intensa durante estos días, especialmente mi llamada es hacia las que estáis enfermas o mayores, recordad que sois los pilares de la Congregación, que la sostenéis con vuestra oración de intercesión. Sería bonito que en vuestras capillas u oratorios colocarais algún signo que os evoque el Capítulo e invite a la oración y comunión con toda la Congregación. Os sugiero un icono, elegid el que os guste y que permanezca como signo recordatorio hasta el final de este tiempo. Gracias a vosotras, Hermanas capitulares, por el esfuerzo que sin duda tendréis que hacer estos días. En este Capítulo participamos 35 Hermanas. No se ha producido ninguna sustitución, estamos presentes las que habéis sido designadas por elección de Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 7 las Hermanas y las que nos corresponde por derecho. Un buen grupo ya ha participado otras veces y siete lo hacéis por primera vez. Participemos y actuemos con confianza y esperanza, libertad y responsabilidad, pues estamos llamadas a buscar y contribuir a la adecuada renovación de la Congregación, de su vida y misión, a discernir lo que el Señor quiere de ella, que será lo mejor para cada Hermana, para cada comunidad. “Cada una (…), libre de toda mira parcial, debe buscar, con sinceridad y sentido de responsabilidad, el bien general del Instituto por encima de intereses de personas, comunidades u obras” (cf. NA 129). Hermanas capitulares, de nuevo, muchas gracias. La acción de gracias no me impide pedir perdón. Pido disculpas a quienes haya podido ofender o hacer daño. Confieso, con toda verdad, que nunca ha sido intencionadamente, siempre ha sido, estad seguras, por ignorancia, limitación o desacierto, he tratado de servir al Señor y a mi Congregación con amor profundo, sólo eso. María Que nuestra Madre de la Pureza, protectora de la Congregación, que supo estar como nadie a la escucha del Espíritu y así pudo acoger el plan de Dios sobre Ella, interceda por nosotras ante su Hijo para que también nosotras sepamos hacer lo que Él nos diga, para que nuestro corazón esté abierto y bien dispuesto, y Dios pueda sembrar en nosotras. Y le pedimos también que disponga el corazón de nuestras Hermanas, para que acojan con generosidad las conclusiones del Capítulo. Gracias. H. Socorro Cabeza, Superiora General Discurso de Apertura Superiora General Capítulo General XXVI 8