4n6a1

Anuncio
Informe especial
Supervivencia de Vibrio cholerae O1 en
agua dulce superficial y cólera endémico:
una hipótesis geoecológica
René J. Borroto1
RESUMEN
La séptima pandemia de cólera
afecta a América Latina desde enero
de 1991 y se teme que adquiera carácter endémico. Según la OPS (1), en
Perú, Ecuador y algunos países de
Centroamérica ha aparecido una
variante estacional de esta enfermedad
que apunta a su posible carácter endémico en estos lugares.
Colwell et al. (2, 3) han postulado
que el carácter endémico y estacional
del cólera depende de la supervivencia
de Vibrio cholerae O1 toxígeno en estado
viable, pero no necesariamente cultivable, en nichos ecológicos localizados
en reservorios acuáticos, durante pe-
1
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Instituto de Geografía Tropical, Departamento de Medio Ambiente, La Habana, Cuba.
Dirección postal: Calle 11 número 514 entre D y E,
Vedado, CP 10400, La Habana, Cuba.
El peligro de que el cólera esté adquiriendo carácter endémico en países de América Latina hace
necesario conocer la localización geográfica de los ambientes acuáticos que presentan condiciones ecológicas apropiadas para albergar Vibrio cholerae O1 toxígeno biotipo El Tor. Para ello
deberán realizarse muestreos de las aguas a fin de determinar en cuáles se encuentra este
agente patógeno. Para hacer muestreos eficientes y eficaces sería útil saber qué cuerpos de agua
presentan condiciones ecológicas favorables para la supervivencia del microbio durante períodos interepidémicos y cuál es su ubicación geográfica. En el presente trabajo se plantea la hipótesis de que las posibilidades de supervivencia de Vibrio cholerae O1 biotipo El Tor en cuerpos de agua dulce superficial tienden a ser inversamente proporcionales a la altura sobre el
nivel del mar en que se localizan esos ambientes acuáticos.
ríodos interepidémicos. Según Glass y
Black (4), para lograr un control eficaz
del cólera es necesario evitar la exposición humana a esos reservorios. Ello
implica localizar los ambientes acuáticos cuyas características ecológicas
favorecen la proliferación de este
microorganismo patógeno durante
largos períodos y tomar muestras de
las aguas.
El aislamiento de Vibrio cholerae
El aislamiento de V. cholerae mediante métodos de cultivo a partir de
muestras tomadas en ambientes acuáticos, y su detección mediante microscopia directa, métodos inmunológicos
o técnicas de biología molecular, son
caros y de aplicación limitada en
países en desarrollo. Para poder reali-
Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 4(6), 1998
zar muestreos eficientes y adecuados,
sería útil determinar primero qué
cuerpos de agua presentan las condiciones ecológicas más favorables para
la supervivencia del microorganismo
durante períodos interepidémicos.
Debido a que el agua dulce superficial se bebe con frecuencia, especialmente entre quienes carecen de acceso
a servicios de agua potable, se cree (3,
5–7) que puede desempeñar una función importante como vehículo transmisor del agente causal en la aparición
de casos primarios de cólera o de sus
portadores asintomáticos.2 Los mejores puntos de muestreo para aislar
o detectar este microorganismo en
2
Hasta el presente, no se ha planteado que el Vibrio
cholerae O1 toxígeno biotipo El Tor tenga nichos
ecológicos en aguas subterráneas, donde logre
sobrevivir durante períodos interepidémicos.
371
ambientes acuáticos suelen ubicarse en
zonas de gran contaminación fecal
humana. Sin embargo, V. cholerae O1
toxígeno biotipo El Tor puede sobrevivir durante períodos interepidémicos
en ausencia de contaminación fecal
humana, tanto en aguas de estuarios
como en aguas dulces (5, 6). Por tal
motivo también es necesario tomar
muestras en lugares sin contaminación
fecal humana, bien sean aguas saladas,
medianamente salinas, o dulces.
Condiciones que favorecen
la proliferación de Vibrio cholerae
a mayores alturas
Para ubicar los puntos de muestreo
es fundamental preguntarse ¿qué
cuerpos de agua dulce superficial reúnen las condiciones ecológicas más
favorables para la supervivencia del
vibrión durante períodos interepidémicos, incluso en ausencia de contaminación fecal humana? En el presente
trabajo se plantea la hipótesis de que
las posibilidades de V. cholerae O1 toxígeno biotipo El Tor de sobrevivir en
cuerpos de agua dulce superficial tienden a relacionarse inversamente con la
altura sobre el nivel del mar de esos
ambientes acuáticos. A mayor altura,
el microorganismo enfrenta condiciones más adversas, entre las cuales figuran las siguientes:
• Temperaturas bajas: La temperatura
óptima para que crezca el vibrión
oscila entre 30 y 37 °C; el crecimiento se inhibe a temperaturas
menores de 15 °C. Debido a la caída
de la temperatura a medida que
aumenta la altura, el agua de ríos,
lagos y embalses es más fría en
zonas montañosas que en zonas llanas cerca del nivel del mar.
• Un menor contenido de materia
orgánica y nutrientes: V. cholerae O1
toxígeno requiere carbohidratos,
nitrógeno, azufre, fósforo y sodio
para su metabolismo. El agua que
fluye en el tercio superior de los ríos
tiende a ser más limpia y a tener
menos materia orgánica y nutrientes que el agua que fluye en el tercio
inferior porque las corrientes suelen
372
ser más veloces en zonas montañosas. Esto se debe a que la inclinación
promedio de la pendiente es mayor
que en zonas llanas. A mayor velocidad, la oxigenación y autodepuración natural del agua pueden ser
más eficaces (8, 9). Los nutrientes y
la materia orgánica que no logran
depurarse aguas arriba se suman a
los vertidos que ingresan en los ríos
aguas abajo. De ahí que sus concentraciones tiendan a ser mayores en
el tercio inferior del río que en el tercio superior. Por otra parte, en ecosistemas de aguas lentas (estancadas), tales como lagos y embalses, la
concentración de nutrientes también tiende a ser menor hacia las
cotas más altas del relieve y viceversa. Aunque la eutrofización3
depende en gran medida de los vertidos de residuales y del uso de fertilizantes inorgánicos por el hombre, la de origen natural tiende a ser
menor en los lagos y embalses de
zonas montañosas que en los situados en llanuras bajas.
• Poca salinidad: El nivel óptimo de
salinidad para el crecimiento del
vibrión del cólera fluctúa entre 15 y
25 partes en 1 000. Estas concentraciones suelen encontrarse en los
ambientes acuáticos de zonas bajas,
como estuarios, ciénagas y pantanos
costeros. En el agua dulce, cuyo nivel
de salinidad es menor de 1 en 1 000
partes, V. cholerae solo puede crecer
si existen suficientes nutrientes orgánicos o cationes divalentes de calcio
o magnesio que permitan compensar
la poca disponibilidad de ion sodio.
Como estos nutrientes son transportados por las corrientes aguas abajo,
sus concentraciones tienden a ser
menores a mayor altura.
• Mayor intensidad de la radiación
ultravioleta: Dado que el microorganismo es muy susceptible a esta
radiación, se ha propuesto (10) estudiar el uso de la luz solar para
desinfectar el agua de beber en la
cordillera de Los Andes. El efecto
3
La eutrofización es el enriquecimiento de un
cuerpo de agua con nutrientes, especialmente
nitratos y fosfatos.
atenuante que ofrece la atmósfera al
paso de la radiación ultravioleta
tiende a ser menor en zonas montañosas que en zonas llanas cercanas al
nivel del mar, debido a que las montañas tienen menos turbidez atmosférica producida por aerosoles y una
menor concentración de oxígeno.
• Corrientes más turbulentas: Las
corrientes de aguas superficiales
tienden a ser más rápidas y turbulentas en zonas montañosas que
en zonas llanas. La captación de
nutrientes por parte del vibrión del
cólera se dificulta en ambientes turbulentos y se facilita en aguas tranquilas.
Una causa de estrés importante es el
pH, dado que el vibrión del cólera es
muy sensible a la acidez. El pH en
ambientes acuáticos no muestra, sin
embargo, una clara asociación con la
altura. Puede ser alcalino, neutro o
ácido, tanto en zonas bajas como altas,
y depende en gran medida de las concentraciones de carbonatos, bicarbonatos y dióxido de carbono.
La obtención de nutrientes
por Vibrio cholerae y la altura
En respuesta a condiciones de estrés
ambiental, el agente patógeno adopta
un estado que los microbiólogos
ambientales han definido como viable
no cultivable (VNC) (4): viable porque
mantiene la capacidad de realizar funciones metabólicas y formar colonias;
no cultivable porque no puede aislarse
mediante métodos de cultivo en el
laboratorio. Si las condiciones ambientales vuelven a ser favorables, el
microorganismo puede retornar al
estado cultivable. En dicho estado o en
estado VNC se adhiere a la superficie
de especies de fitoplancton (particularmente las algas verdes y verdiazules) y
zooplancton (especialmente los copépodos), concentrándose en ellas, así
como al intestino de peces y a la superficie quitinosa de ostras, cangrejos y
camarones (6). También se adhiere a
las raíces de plantas macrófitas de
agua dulce, tales como Eichhornia crassipes y Lemna minor, y a la superficie de
Borroto • Supervivencia de Vibrio cholerae O1 en agua dulce superficial y cólera endémico
sedimentos de materias orgánicas e
inorgánicas en los cuales el vibrión
puede encontrar nutrientes para su
metabolismo.
A mayor altura, el plancton tiende a
crecer menos debido a los siguientes
factores: a) En cuerpos de agua dulce
superficial situados en zonas montañosas, el contenido de nutrientes esenciales para el crecimiento del fitoplancton,
particularmente los nitratos y fosfatos,
tiende a ser menor que en zonas bajas
receptoras del drenaje procedente de
cotas superiores; b) los días despejados
(sin nubes y soleados) tienden a ser
menos frecuentes en zonas montañosas que en lugares llanos. El sol tarda
más en aparecer y menos en ponerse
en un relieve montañoso que en uno
llano donde no existen montañas que
obstaculicen los rayos solares. Como
resultado, el número de horas de luz
en zonas montañosas es menor, lo cual
limita el proceso de fotosíntesis necesario para que prolifere el fitoplancton.
Por el contrario, la intensa actividad
biológica de la radiación ultravioleta
—cuyo nivel suele ser superior a
mayor altura— limita el crecimiento
del plancton; c) las bajas temperaturas
de las aguas en zonas montañosas inhiben el crecimiento del fitoplancton,
especialmente de algas verdes y verdiazules, que requieren temperaturas
entre 25 y 35 °C (11); d) el plancton
suele crecer menos en aguas de flujo
rápido propias de las zonas montañosas y más en aguas estancadas o de
flujo lento, y cuando logra multiplicarse en corrientes rápidas, es arrastrado aguas abajo.
La macrofauna acuática (peces,
moluscos, crustáceos) también suele
ser más abundante y diversa en aguas
dulces superficiales cercanas a las
cotas más bajas del relieve (8) porque
en ellas hay más plancton, componente esencial de la cadena alimentaria
de la macrofauna acuática. Las macrófitas de agua dulce, como E. crassipes y
L. minor —a ellas se adhiere V. cholerae
O1 toxígeno— son plantas flotadoras
que habitan en aguas estancadas o de
muy lento movimiento. Necesitan
nutrientes, especialmente nitratos y
fosfatos (8), que obtienen con más facilidad en cuerpos de agua situados en
llanuras bajas.
La posibilidad de una asociación del
microorganismo con sedimentos de
materias de origen orgánico e inorgánico como mecanismo para obtener
nutrientes también es mayor en zonas
llanas bajas, ya que las aguas de ríos y
corrientes superficiales transportan partículas suspendidas (arcillas, limo, arenas y materia orgánica en suspensión) o
materiales disueltos (iones fosfato,
nitrato, calcio, nitrito, magnesio y materia orgánica en disolución) que se depositan y sedimentan aguas abajo. Por lo
tanto, a mayor altura, las condiciones
ecológicas que permiten que sobreviva
V. cholerae O1 toxígeno biotipo El Tor en
cuerpos de agua dulce superficial tienden a ser menos favorables, y a menor
altura sucede lo contrario.
COMENTARIO FINAL
Nuestra hipótesis es deductiva y de
carácter general y debe ponerse a
prueba mediante investigaciones
empíricas. Ya existe por lo menos un
estudio, realizado por Tamplin y
Carrillo (12), cuyos resultados la respaldan. Estos autores, en su búsqueda
de reservorios acuáticos de V. cholerae,
tomaron muestras de agua del lago
Titicaca en los Andes, a más de 3 000
metros sobre el nivel del mar; del río
Amazonas en la zona del bosque tropical lluvioso; en la costa del océano
Pacífico, y en el río Rimac, cerca de
Lima, a pocos metros sobre el nivel del
mar. V. cholerae O1 fue aislado con
mayor frecuencia y en mayores concentraciones en las aguas tibias de los
ríos Amazonas y Rimac que en las
aguas frías (12 °C) del lago Titicaca.
Para confirmar la hipótesis se necesitarán, sin embargo, más investigaciones que tomen en cuenta la magnitud y
las variaciones estacionales de los parámetros abióticos (temperatura, nutrientes, salinidad) y bióticos (especies de
fitoplancton, zooplancton, macrófitas
acuáticas, peces, moluscos y crustáceos), relacionándolos con la presencia
y las concentraciones del microorganismo en diferentes ambientes acuáticos (a diferentes alturas). Si la hipótesis
quedara confirmada, sería útil realizar
investigaciones epidemiológicas para
conocer cuán protegidas contra la
enfermedad o la infección asintomática
están las poblaciones que utilizan
aguas —para consumo, baño, lavado, y
otros propósitos— donde el microbio
no puede sobrevivir o se encuentra en
concentraciones muy bajas, como
resultado de la acción de factores de
estrés que impiden que crezca o sobreviva. Las notables diferencias geoecológicas y climáticas observadas en América del Sur y Centroamérica favorecen
la realización de esas investigaciones.
Para cumplir tal propósito, los microbiólogos y epidemiólogos deberán unir
sus esfuerzos a los de geógrafos y ecólogos del continente.
Agradecimiento. El autor agradece a Winny Suárez y Elibel Atala su
revisión de este trabajo; a Anwarul
Huq, Bohumil Drasar, Mark Tamplin,
Mohammad Sirajul Islam, Paul Epstein, Roger Glass, David Sack y
Richard Guerrant, el generoso donativo de trabajos actualizados de los
cuales son autores; y a María Isabel
González, su revisión y sugerencias.
REFERENCIAS
1. Organización Panamericana de la Salud. La
situación del cólera en las Américas. Bol Epidemiol 1994;15(1):13–16.
2. Colwell R, Kaper J, Joseph S. Vibrio cholerae,
Vibrio parahaemolyticus, and other vibrios:
occurrence and distribution in Chesapeake
Bay. Science 1977;198(4315):394–396.
3. Colwell R, Huq A. Vibrios in the environment:
Viable but non-culturable Vibrio cholerae. En:
Kaye Wachsmuth I, Blake P, Olsvik Ø, eds.
Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 4(6), 1998
Vibrio cholerae and cholera: Molecular to global
perspectives. Washington, DC: American Society for Microbiology; 1994. pp. 117–133.
4. Glass R, Black R. The epidemiology of
cholera. En: Barua D y Greenough III W, eds.
373
Cholera. New York: Plenum Medical Company; 1992. pp. 129–154.
5. Islam MS, Drasar B, Bradley Sack R. Probable
role of blue-green algae in maintaining
endemicity and seasonality of cholera in Bangladesh: A hypothesis. J Diarrh Dis Res 1994;
12(2):245–256.
6. Islam MS, Drasar B, Bradley Sack R. The
aquatic flora and fauna as reservoirs of Vibrio
cholerae: A review. J Diarrh Dis Res 1994;12(2):
87–96.
7. Huq A, Xu B, Chowdhury M, Islam MS, Montilla R, Colwell R. A simple filtration method
ABSTRACT
The survival of Vibrio cholerae
O1 in surface freshwater and
endemic cholera:
A geoecological hypothesis
374
to remove plankton-associated Vibrio cholerae
in raw water supplies in developing countries. Appl Environ Microbiol 1996;62(7): 2508–
2512.
8. Nebel B, Wright R. Environmental science: The
way the world works. 4th edition. New Jersey:
Prentice Hall; 1993.
9. Tyler Miller Jr G. Environmental science: Sustaining the earth. 3rd edition. California:
Wadsworth Publishing Company; 1991.
10. Tauxe R, Blake P. Epidemic cholera in Latin
America. J Am Med Assoc 1992;267(10):1388–
1390.
11. ReVelle P, ReVelle C. The environment: Issues
and choices for society. 1st edition. New York:
D. Van Nostrand Company; 1981.
12. Tamplin M, Carrillo C. Environmental spread
of Vibrio cholerae in Perú [carta al editor].
Lancet 1991;338(8776):1216–1217.
Manuscrito recibido el 30 de abril de 1997 y aceptado
para publicación en versión revisada el 13 de abril de
1998.
The danger that cholera is becoming endemic in Latin America makes it imperative to
know the geographic location of aquatic environments where ecological conditions
favor long-term survival of the toxigenic Vibrio cholerae O1 El Tor biotype, and such
aquatic environments should be sampled to determine if they harbor this microorganism. For efficient and effective sampling, it would be useful to know what kinds
of waters are ecologically suitable for the survival of this pathogen during periods
between epidemics, and where these bodies of water are located. This paper presents
the hypothesis that toxigenic V. cholerae O1’s ability to survive in surface freshwaters
tends to be inversely related to the altitude above sea level of these freshwaters.
Borroto • Supervivencia de Vibrio cholerae O1 en agua dulce superficial y cólera endémico
Descargar