Patología - Elsevier

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Rev Esp Patol. 2014;47(3):161---177
R E V I S TA
E S PA Ñ O L A
D E
Patología
www.elsevier.es/patologia
REVISIÓN
Guía para la interpretación de biopsias endoscópicas
con sospecha de enfermedad inflamatoria
intestinal idiopática
Francisco Colina ∗ , Carolina Ibarrola, Javier Salamanca, Guadalupe López Alonso
e Yolanda Rodríguez Gil
Sección de Patología Digestiva, Departamento de Anatomía Patológica, Hospital 12 de Octubre, Madrid, España
Recibido el 3 de marzo de 2014; aceptado el 28 de marzo de 2014
PALABRAS CLAVE
Enfermedad
inflamatoria
intestinal;
Enfermedad de
Crohn;
Colitis ulcerosa;
Colitis;
Pautas de buena
práctica
KEYWORDS
Inflammatory bowel
disease;
Crohn disease;
Ulcerative colitis;
Colitis;
Practice guideline
∗
Resumen El reciente aumento en la incidencia de enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
entre la población europea ha dado lugar a la creación en hospitales de unidades multidisciplinares específicas con protocolos definidos que comprometen a los anatomopatólogos. El
consiguiente aumento en el número de biopsias requiere establecer unas pautas, tanto sobre
los criterios estándar como sobre la nomenclatura, para facilitar el diagnóstico y mejorar el
informe. Dichas pautas tienen como finalidad la sistematización, paso a paso, de la interpretación de las biopsias con objetivos que evalúan la confianza diagnóstica a cada nivel. Los distintos
pasos determinarán si existe enfermedad en la mucosa intestinal, si la enfermedad es crónica
y/o activa y, si la presencia de una EII se considera probable, si se puede diagnosticar la enfermedad como un Crohn (EC) o bien como colitis ulcerosa (CU). Se considerarán los cambios en la
arquitectura celular que indican la cronicidad de la enfermedad, los cambios inflamatorios que
se pueden graduar en un índice de actividad, el diagnóstico diferencial con otros tipos de colitis
y las características microscópicas necesarias para clasificar la colitis como EC o CU. Además,
se proponen ejemplos de la comunicación del diagnóstico histopatológico y se analizan algunos
de los frecuentes errores en la interpretación microscópica.
© 2014 SEAP y SEC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
Guidelines for the endoscopic biopsy diagnosis of suspected idiopathic inflammatory
bowel disease
Abstract The lately increasing cases of inflammatory bowel disease (IBD) in the European
population have triggered the creation of specific multidisciplinary units in hospitals, and protocols and consensus of specific action that keep pathologist struggling with. Consequently,
the increasing demand of endoscopy biopsies reports calls for a set of standard criteria and
Autor para correspondencia.
Correo electrónico: [email protected] (F. Colina).
http://dx.doi.org/10.1016/j.patol.2014.03.001
1699-8855/© 2014 SEAP y SEC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
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F. Colina et al
nomenclatures in guides which help to resolve diagnosis difficulties and improve the precision
in communicating the final reports. This guide intends to systematize the interpretation of this
kind of biopsies and to reach the diagnosis objectives step by step, assessing the confidence
of diagnosis in every level. These steps are summarized in determining if there is disease of
ileocolic mucosa, if the disease is chronic and/or active, if the disease can be diagnosed as
IBD or if it is necessary to rule out other types of colitis, and, if a IBD is considered likely
true, if it could be diagnoses as Crohn’s disease (CD) or ulcerative colitis (UC). Among the
different assessed issues are the architectural changes which define chronicity of the disease,
the inflammatory changes which can be graduated in activity index, the differential diagnosis
with other types of colitis and the microscopic features which make possible classify this colitis
as CD or UC. In addition, examples in the communication of the histopathology diagnosis are
proposed and many frequent errors in microscopic interpretation are commented.
© 2014 SEAP y SEC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Introducción
La incidencia de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
idiopática ha aumentado notablemente en el mundo occidental desde los años cincuenta del siglo pasado1 . Además,
en los últimos años se están observando cambios en sus
tendencias epidemiológicas, como son: a) disminución de
la predominancia de la colitis ulcerosa (CU) a favor de un
aumento de la prevalencia de la enfermedad de Crohn (EC),
y b) aumento en la incidencia en personas de más de 60 años,
que va alcanzando a la de los jóvenes, especialmente en la
EC2,3 . Este problema sanitario, importante en Europa, está
llevando a crear unidades clínicas específicas y multidisciplinares en muchos hospitales, produciendo consensos y
protocolos de actuación, especialmente los de la European
Cronh’s and Colitis Organization (ECCO)4---6 . Ello compromete al patólogo, no solo por el aumento de la demanda de
informes de biopsias endoscópicas digestivas, sino también
por la exigencia de un compromiso en estas unidades, definiendo su actuación, homologando criterios y nomenclaturas
y sistematizando los estudios histopatológicos.
Esta guía trata del modo de recoger información morfológica sistematizada en la lectura de las biopsias tomadas
por endoscopia digestiva baja para resolver la difícil pregunta de si un paciente tiene EII. Esta guía no pretende
ser una revisión del «estado del arte», ni sustituir a los
textos o artículos claves versados en el tema. Tampoco
recurre a medidas morfométricas7,8 sino, por el contrario, a
utilizar las características histopatológicas más fácilmente
reconocibles en la práctica diaria. Obviamente utiliza la
terminología, la literatura actual y el valor diagnóstico,
comprobado estadísticamente, de las lesiones descritas en
la literatura especializada9 . A este respecto es inexcusable
no leer los trabajos de la ECCO4-6 , especialmente el dedicado
a la histopatología de la EII10 .
Esta guía pretende sistematizar la interpretación de este
tipo de biopsias con una metodología distinta de las de otras
guías para el diagnóstico histopatológico de EII, cuya lectura
es complementaria11,12 . Utiliza la experiencia acumulada
por el equipo de autores en los múltiples años de informar
este tipo de especímenes (en nuestro servicio se informan
aproximadamente 330 estudios histopatológicos/año de
EII) y se eligen, de entre el amplio espectro de lesiones
conocidas, las consideradas más útiles en su diagnóstico
por la mayor frecuencia de presentación en los momentos
iniciales y por la reproducibilidad de su observación9,13 .
Al observar la morfología microscópica en este tipo de
biopsias es frecuente que el patólogo se exija un exceso
de objetivos (llegar a un diagnóstico preciso y concluyente de EC o CU), cuando lo oportuno es limitar las
pretensiones. Los patólogos expertos en biopsia gastrointestinal identifican correctamente el 64% de los casos de EC y
el 74% de los de CU en sus muestras iniciales14 . Son excelentes en distinguir entre mucosa normal y mucosa con EII,
pero el examen histopatológico no es del todo absoluto en la
distinción entre CU y EC9 . Esta guía se propone alcanzar los
objetivos por sucesivas fases, evaluando la seguridad diagnóstica en cada una, seguridad que es decreciente en esta
metodología escalonada. Estas fases se resumen en determinar si hay enfermedad en la mucosa, si la enfermedad es
crónica y/o activa, si se puede definir como EII o deben considerarse otras colitis y si, proponiéndola como EII, puede
llegar a sugerirse si se trata de una CU o de una EC (fig. 1).
A continuación, tras describir cada uno de estos escalones,
se aportan ejemplos de diagnóstico para cada muestra y se
citan algunos de los errores frecuentes de interpretación
histológica, que no son evidentemente todos los posibles
pero que se pueden completar en la bibliografía15 . Adicionalmente, un diagnóstico diferencial somero se menciona
en cada momento oportuno de esta metodología escalonada; pero las entidades a diferenciar deben conocerse y
estudiarse en su propio contexto bibliográfico.
Siempre se ha de tener presente que el diagnóstico
definitivo de EII y el de su tipo solo se alcanzarán por
una conjunción de hallazgos clínicos, endoscópicos e histológicos. La indicación de ileocolonoscopia se propone en
el paciente con diarrea subaguda o crónica, hemorragia
digestiva baja y/o dolor abdominal. Para un diagnóstico
histopatológico fehaciente es exigible que el endoscopista
obtenga un mínimo de 2 biopsias de al menos 5 topografías del colon, incluyendo el recto y el íleon terminal,
adecuadamente rotuladas en envases separados10 . En caso
de tomas biópsicas insuficientes en número, en cantidad de
material o inapropiadas en la nominación topográfica de los
envases, se recomienda informar los hallazgos histológicos
de modo descriptivo (sin interpretación) y añadiendo que
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Biopsias en enfermedad intestinal inflamatoria idiopática
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Biopsias endoscópicas ileales y colorrectales a distintos niveles
No
Enfermedad de la mucosa?
Características histologicas normales
o cambios mínimos
SI: Distorsión y/o inflamación
Células plasmáticas
llenando la lámina
propia de base de
criptas
Plasmocitosis
basal-mínimos
cambios
(posible EIII)
Eosinofilia intensa
Sólo parcheado
Neutrófilos
en lámina propia
inflamatorio
en lámina propia
y/o criptitis sólo
crónico
eosinofilicas
Colitis
(posible EIII)
Criptitis
aisladas con/sin
microabscesos
Neutrófilos
sobre folículo
linfoide
Criptitis
múltiples
(posible EIII)
Afta histológica
(posible EIII)
Infiltración
Colitis activa
inespecífica
eosinofílica
(1er. brote EIII ?) (1er. brote EIII ?)
diag. dif.
diag. dif. de
con C. infecciosas C. eosinofílicas
y otras colitis agudas
Distorsión
arquitectural (ramificación o atrofia
de múltiples criptas)
Colitis crónica
sin actividad
(muy posible EIII)
diag. dif..
con C. isquémica
Fisura, borde
de erosión o
úlcera
Fisura, borde
de erosión
o úlcera
(posible EIII)
Granulomas
Colitis
granulomatosa
(muy posible EC)
diag. dig.
con Tbc,
yersinia
Tras exclusión de otras colitis (diag. dif.): Compatible/sugestivo de enfermedad inflamatoria idiopática
– Isquémica
– Infecciosas
– Pseudomembranosa
– Eosinofilicas
– Por radio-/quimio-terapia
– De EICH/HIV+
– Microscópicas
– Por fármacos (micofenolato...)
– Tbc
– Por derivación
– Por amiloidosis
Lesiones parcheadas o
no distales o granulomas
Sí
Sug. de E. de
Crohn*
No
Más sug. de CU
*Además son características altamente sugestivas de EC,
las aftas microscópicas, las criptitis asimétricas, las fisuras,
la fibrosis en lámina propia, los granulomas, la afectación
inflamatoria del ileon y la metaplasia pilórica ileal.
Figura 1 Algoritmo en el que se jerarquiza el diagnóstico de las colitis en fases: 1.◦ , enfermedad en la mucosa, 2.◦ , enfermedad
crónica y/o activa, 3.◦ , EII u otras colitis, y 4.◦ , EII, tipo CU o tipo EC.
se considera al material tisular remitido al Servicio de
Anatomía Patológica como inapropiado para el diagnóstico
clínicamente propuesto. Realizar nuevos cortes es siempre
posible, pero creemos que completar de inicio un porta
para cada muestra, con todos los cortes que en él caben,
es suficiente. Recurrimos a la obtención de nuevos cortes
(seriación del material de una muestra) solo cuando hay discordancia entre endoscopia y estudio microscópico, es decir,
cuando el endoscopista ha visto lesión y la microscopia es
de características habituales.
¿Es normal la mucosa?
Se trata de determinar si los síntomas, especialmente la
diarrea aguda o subaguda, tienen origen en la lesión de
la mucosa ileocólica, puesto que existen causas extramucosas de diarrea (p. ej., enfermedad de la muscular propia
en el colon espástico) o extraintestinales (p. ej., diarreas
dependientes de tramos digestivos altos). La mucosa intestinal está integrada por una lámina propia cuyo límite inferior
es la muscularis mucosae con la que contactan las bases
de las glándulas o criptas, que son túbulos dispuestos uniformemente paralelos, como los tubos de una gradilla de
laboratorio (fig. 2A) en una densidad aproximada de 7-8 por
mm de muscularis8 . Cualquier alteración de esta arquitectura es signo de inflamación, presente o pasada, y para
reconocerla la clave es detectar bifurcaciones glandulares, tanto en los cortes perpendicularmente bien orientados
como en los cortes tangenciales u oblicuos a la superficie mucosa. La membrana basal, subepitelial y circundante
de las criptas no alcanza las 3-5 micras de grosor y es
posible observar, adyacentes o engarzados en ella, a los
fibroblastos pericrípticos, fácilmente visibles en la vertical
de las criptas. El epitelio críptico muestra un compartimento reproductivo en la base, con poca diferenciación de
sus células y con mitosis, que va alcanzando la diferenciación en el compartimento madurativo para finalmente
mostrar una población mixta de células absortivas y caliciformes en más de la mitad superior de la cripta. En la
superficie es frecuente un aplanamiento del epitelio. No se
encuentran neutrófilos, ni eosinófilos intraepiteliales, pero
sí linfocitos con un número no superior a 5 por 100 células epiteliales (fig. 2B). Es posible encontrar un variable
número de células neuroendocrinas, y en el colon derecho es normal la presencia de células de Paneth en la base
críptica. También puede encontrarse alguna ocasional apoptosis. En el íleon las criptas son más cortas, con número muy
relevante de células de Paneth, y el epitelio ya maduro,
caliciforme y absortivo, reviste unas vellosidades más altas,
delgadas y menos paralelas que las de yeyuno, con escasos linfocitos intraepiteliales y con escasa celularidad de
su lámina propia, que alberga capilares linfáticos y células musculares lisas. La lámina propia de íleon y de colon
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Figura 2 Mucosa normal. A) Bases crípticas adyacentes a la muscularis, membrana basal y población linfoplasmocitaria de características habituales. B) Linfocitos intraepiteliales. Fibroblastos pericrípticos. C) Refuerzo linfoplasmocitario superficial normal.
D) Criptas ordenadas, folículos linfoides infantiles o hiperplasia linfoide inespecífica.
alberga una población celular algo más densa en la zona
superficial subepitelial (fig. 2C). Es de tipo linfoide y abundantemente plasmocelular, con componente eosinofílico de
modo normal. En la zona superficial subepitelial de las mucosas de colon y recto puede verse algún «polvo» nuclear, de
significado incierto. Existen folículos linfoides con o sin centro germinativo interpuestos entre mucosa y submucosa,
cuya situación anatómica es en una solución de continuidad de la muscularis mucosae. Estos folículos pueden ser
grandes (pacientes pediátricos) y pueden llegar a alcanzar
la superficie epitelial mucosa (fig. 2D); el epitelio críptico
adyacente a ellos está normalmente deplecionado de células
caliciformes y notablemente mezclado con linfocitos intraepiteliales, constituyendo en su conjunto un micro-órgano
linfoepitelial. En el íleon no es infrecuente que se biopsien
y remitan fragmentos con placas de Peyer, dificultosamente
reconocidas como tales por los endoscopistas poco avezados, que las muestrean ante la duda sobre el posible carácter
patológico de una superficie mucosa más irregular que la
vellositaria normal. En situación normal, en el centro de las
placas no hay criptas y tampoco neutrófilos; sus linfocitos
se artefactan por aplastamiento de la pinza, lo que hace
difícil determinar si realmente hay neutrófilos patológicos
infiltrando el tejido linfoide.
Ejemplo de diagnóstico para este tipo muestras normales
o cuasi-normales. Biopsias (o fragmentos) de mucosa ileal o
colorrectal (remitidas como procedentes de íleon, de colon
derecho, de recto. . .) de características habituales.
En el informe histopatológico debe evitarse un diagnóstico como «cambios inflamatorios inespecíficos», puesto que
para el gastroenterólogo «inflamación histológica» es un
equivalente de colitis. Ante una duda interpretativa irresoluble sobre cambios leves, como puede ser la presencia
de neumófagos, de mucífagos, de melanosis o de hiperplasia folicular linfoide (fig. 2D), lo deseable es emplear
el término «cambios histológicos inespecíficos». Entre los
cambios inespecíficos están los derivados de la preparación
del paciente para la colonoscopia que puede provocar focos
de edema o hemorragia en rectosigma y más dudosamente
escasos neutrófilos en su lámina propia o intraepiteliales16 ,
pero esto último debe motivar la búsqueda de otra evidencia de inflamación12 , especialmente en tramos colónicos más
altos.
Errores frecuentes de interpretación. Valorar la presencia de eosinófilos como dato patológico (debe haber más de
60 por 10 GCA). Evaluar como alteración inflamatoria difusa
a la población habitual de células redondas en cortes de grosor excesivo o evaluar como infiltrado inflamatorio focal a los
agregados linfoides anatómicos o levemente hiperplásicos.
¿Hay enfermedad de la mucosa? ¿Es crónica? ¿Es
activa?
En este segundo escalón de lectura histológica (posible EII)
se trata de reunir los datos anormales que aporten evidencia de que existe un complejo lesional característico de EII.
La evidencia de cada cambio debe ser obvia, o, lo que es
lo mismo, reproducible al ser visualizada por distintos patólogos, para evitar la subjetividad. En el esquema (fig. 1) se
pretende además una jerarquización de la importancia de
los datos anormales; es progresiva, y los términos, cuanto
más a la derecha, más sugestivos son de EII.
Valorar la arquitectura. La normalidad arquitectural
(«gradilla» de tubos crípticos paralelos y de densidad
homogénea) se altera en los brotes de actividad. La inflamación destruye criptas, provoca erosiones y la recuperación
las reconstruye regenerando criptas anómalas, bifurcadas,
acortadas y/o con densidad heterogénea. La arquitectura
alterada puede no acompañarse de inflamación, bien porque el brote de actividad remitió antes de la toma biópsica
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Biopsias en enfermedad intestinal inflamatoria idiopática
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Figura 3 Arquitectura. A) CU con arquitectura críptica alterada con bifurcaciones (actividad Rutter 1). B) Anomalías crípticas
valorables como colitis crónica: atrofia. C) Arquitectura críptica alterada con bifurcaciones cortadas longitudinalmente: colitis
crónica inactiva. D) Bifurcaciones crípticas cortadas transversalmente.
o porque actualmente la actividad se encuentre localizada
en otro segmento intestinal o colónico. Por ello es útil valorar primero la arquitectura, independientemente de si está
asociada o no con infiltrado inflamatorio. Su evaluación
en cada muestra puede hacerse desde un aumento medio.
La evidencia de criptas bifurcadas es muy remuneradora
en cuanto a asegurar que hay lesión mucosa y, por tanto,
enfermedad crónica de la misma. Distinguir las bifurcaciones, sea en cortes orientados perpendicularmente o sea en
cortes transversales a ellas (por su aspecto en «espalda
contra espalda») (fig. 3A-D), es fundamental para evaluar
que existe cronicidad17 . Más de una cripta bifurcada en un
mismo fragmento es signo de enfermedad crónica13 . También son alteraciones de la arquitectura los datos indicativos
de atrofia, que puede verse bien como un espacio notable de
lámina propia entre las bases de las criptas y la muscularis, o bien como una longitud de las criptas muy acortada
(fig. 4A). La superficie luminal de cada fragmento puede
Figura 4 Arquitectura. A) Atrofia mucosa con bases crípticas no adyacentes a la muscularis mucosae. B) Aspecto pseudovellositario
de la superficie de la mucosa. C) Pseudopólipo decapitado: su centro muestra fibras inmaduras de la muscularis en el recuadro.
D) Erosión (actividad Rutter 4).
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Figura 5 Arquitectura. A) Simulación de bifurcaciones en corte vertical debidas a artefacto. B) Simulación de bifurcación en un
corte transversal debida a artefacto. C) Dilatación de glándulas en zona perianastomótica. D) Dilatación críptica en la zona pre-anal.
adquirir un aspecto pseudovellositario13 y puede dejar de
tener una silueta regular, adquiriendo formas en pieza
de puzle, lo que suele suceder cuando se combinan la
alteración arquitectural y la actividad inflamatoria intensa
(fig. 4B). El contorno de un fragmento absolutamente
redondo u oval que muestra un centro de muscularis
mucosae hiperplásica (células musculares muy pequeñas,
regenerativas, similares al músculo liso infantil) es un dato
que puede orientar hacia que el endoscopista ha decapitado con la pinza la punta de un pseudopólipo (fig. 4C). La
erosión, entendida como ausencia de un área de mucosa
(fig. 4D), o la úlcera, entendida como solución de continuidad que además de a la mucosa compromete a la submucosa,
son obviamente signos de enfermedad. La demostración de
material fibrinonecrótico y/o de acumulaciones de neutrófilos en la luz intestinal son significativos de que existe una
de estas soluciones de continuidad de la superficie, aunque
no se alcance a ver un borde o fondo evidentes.
Ejemplo de diagnóstico para este tipo muestras. Biopsias (o fragmentos) de mucosa colorrectal (remitidas como
procedentes de íleon, de colon derecho, de recto. . .) con
bifurcaciones crípticas y/o con distorsión arquitectural,
sugestivas de colitis crónica. Ello, obviamente, si no hay otra
lesión inflamatoria actual que permita evaluar actividad;
en el primer caso se aconsejarán una nueva endoscopia y
nuevas biopsias en posterior situación de síntomas (diarrea,
hemorragia).
Errores frecuentes o juicios equivocados de anormalidad arquitectural son: considerar como bifurcaciones a los
«telescopajes» del epitelio críptico, producidos por la presión de la pinza (fig. 5A y B), o evaluar como patológicas
las leves variaciones del contorno de criptas adyacentes a
folículos linfoides12 o las dilataciones luminales de criptas
visibles en zonas de anastomosis previas (fig. 5C), en el recto
pre-anal (fig. 5D), o en pedículos de pólipos, que son cambios
inespecíficos.
Valorar la inflamación. En segundo lugar, pero en este
mismo escalón de recogida de datos morfológicos, las muestras a distintos niveles del tubo digestivo, cada una de las
cuales aporta varios fragmentos, deben evaluarse en cuanto
a inflamación. La inflamación puede ser difusa (fig. 6A), sin
diferencias notables en la intensidad de la población de la
lámina propia entre los fragmentos observados, o discontinua (focal), estando solo presente en alguno y no en otros
fragmentos (fig. 6B), y también cuando la densidad es variable en distintas áreas del mismo fragmento (fig. 6C).
En cuanto al tipo de infiltrado, la presencia de neutrófilos
es siempre patológica y son fáciles de reconocer en el intersticio o bien marginándose en los capilares y/o penetrando en
las criptas o en el epitelio de superficie. Su intensidad sirve
para graduar la actividad inflamatoria (fig. 6D). El infiltrado
neutrofílico puede ser difuso (colitis aguda o activa sin otra
especificación) o focal, en cuyo caso es muy probable que
identifiquemos criptitis (véase más adelante).
El aumento difuso de la densidad de células linfoplasmocitarias es más difícil de evaluar evitando la subjetividad. Ni
todos los individuos, ni todos los niveles de mucosa colorrectal tienen igual densidad de población linfoplasmocitaria
global, existiendo variaciones fisiológicas17 . El incremento
parcheado de este tipo de infiltrado (focalidad), siempre
que se distinga el agregado linfoide normal del «parche
inflamatorio», ayuda a reconocer que este tipo de inflamación está presente, pero esta focalidad debe ser muy obvia
para informarla como inflamación (fig. 6B y C). La plasmocitosis basal, entendida como un aumento de la densidad
de células plasmáticas en el tercio inferior de la mucosa
colónica, se reporta como un dato muy reproducible (alto
acuerdo interobservador)17 , pero en nuestra experiencia el
infiltrado plasmocelular puro no es un cambio frecuente en
nuestras biopsias, excepto en la CU inicial, especialmente
en los niños (fig. 7A), posiblemente porque disminuye en la
EII de larga evolución o por su tratamiento12 . Por otro lado,
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Biopsias en enfermedad intestinal inflamatoria idiopática
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Figura 6 Inflamación. A) Inflamación difusa de la mucosa y persistencia de las células caliciformes en EC. B) Afectación inflamatoria
parcheada y discontinua. C) Inflamación discontinua: parche inflamatorio. D) Infiltrado de neutrófilos en la lámina propia y en el
epitelio superficial.
en la mucosa de ciego y colon ascendente se observa un gradiente aumentado de células plasmáticas desde la superficie
hacia su zona basal de modo normal12 .
La hipereosinofilia tisular en la mucosa debe ser muy
intensa (más de 60 eosinófilos por 10 GCA) o los eosinófilos
deben penetrar en las criptas (criptitis eosinofílicas) para
que sean valorables como lesión. La densidad de los eosinófilos es muy variable entre los individuos, y es especialmente
alta en la edad pediátrica.
La infiltración inflamatoria de las glándulas por neutrófilos se denomina criptitis. Si existe más de una criptitis
en el conjunto de las muestras remitidas es altamente
probable que la causa de la diarrea esté en la mucosa ileocólica. Existen variaciones en la intensidad de las criptitis
entre individuos enfermos y entre fragmentos en el mismo
individuo, que van desde una mínima exocitosis de algún
neutrófilo o de algún eosinófilo (fig. 7B), a la invasión densa
del epitelio críptico que puede llegar a formar pequeñas
Figura 7 Inflamación. A) Plasmocitosis basal asociada con infiltrado neutrofílico sin microabscesos y con distorsión arquitectural
de criptas. B) Mínima criptitis. C) Infiltración neutrofílica de la lámina propia y de la cripta (microabsceso). D) Criptitis «asimétrica».
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Figura 8 Inflamación. A) Afta histológica. B) Granuloma rompiendo la cripta en EC. C) Cariorrexis y apoptosis (*) en una cripta de
íleon terminal. D) Ileítis de EC con metaplasia pilórica.
o grandes acumulaciones de células inflamatorias intraluminales (microabscesos crípticos). Puede incluso producirse
la rotura de la membrana basal (rotura de la cripta) mezclándose el microabsceso luminal con microabscesificación
intersticial (fig. 7C). Del mismo modo minucioso con el que
deben buscarse las bifurcaciones crípticas, deben buscarse
las criptitis, por muy escasas y mínimas que sean (fig. 7B)
(conviene marcarlas sobre el cubre para reevaluarlas cuando
se realice un recuento de todos los datos anormales). La
presencia de al menos una de estas 2 características debe
promover una seriación, especialmente del bloque que las
aporta, para constatar que se repiten en otras secciones de la misma muestra. Son posibles los microabscesos
crípticos de solo macrófagos, pero lo habitual es que se
acompañen de neutrófilos. Especial mención merecen las
formas de criptitis que denominamos «asimétricas»; en ellas
el infiltrado daña la cripta de un modo focal: un frente de
neutrófilos penetra tan solo en un segmento del perímetro
críptico (fig. 7D), lo que es característico y casi exclusivo
de la EII. La «colitis activa focal»18,19 es un término descriptivo (no representa un tipo de enfermedad) para estas
lesiones crípticas neutrofílicas, múltiples pero muy focales.
Estas llamadas «colitis activas focales» han sido reconocidas
en su mayoría como casos de EC en la edad pediátrica20 o
como colitis infecciosas en remisión, por lo que en nuestra
opinión es preferible evitar esta denominación y, ante este
hallazgo, informarlo descriptivamente como «criptitis focal
múltiple».
El afta endoscópicamente aparece como una lesión
blanquecina puntiforme que puede ser selectivamente biopsiada. Histológicamente suele tratarse de un agregado
linfoide o de un folículo anatómico en cuyo vértice luminal
se observan neutrófilos que invaden el epitelio o lo erosionan
(fig. 8A). La fisura histológica se presenta como una solución
de continuidad recta, estrecha y profunda que plantea el
diagnóstico diferencial con un artefacto de rotura del tejido;
es una fisura si en su borde se observan neutrófilos.
Los granulomas no siempre están bien desarrollados en
la EC, y frecuentemente se limitan a ser un grupo o unos
pocos grupos histiocitarios (fig. 8B), pero dada la importancia de denominar a una colitis como granulomatosa, deben
ser muy convincentes y atenerse a su definición (agregado de
al menos 5 células claramente epitelioides). Si aporta células gigantes multinucleadas consigue alcanzar la evidencia,
siempre que se excluya que la célula gigante está en el fondo
de una ulceración o exprese una reacción a cuerpo extraño
fecaloideo, que no constituye un verdadero granuloma.
Las apoptosis y las cariorrexis son frecuentes en el epitelio críptico de la mucosa colónica en la EII (fig. 8C) y expresan
que tanto la lesión, como la enfermedad, son de patogenia inmune. Ante una alta frecuencia de apoptosis en el
material estudiado debe excluirse que el paciente sea un
inmunodeprimido21,22 .
Aunque la metaplasia pilórica o antral (pequeños grupos
de glándulas antrales en la lámina propia) (fig. 8D) no es
una inflamación, debe mencionarse en este momento, ya
que su desarrollo es precedido o acompañante de la misma.
Se presenta en el íleon afectado crónicamente por la EC, de
la que es muy significativa23 .
Cuatro ejemplos de diagnóstico para este tipo de muestras: 1) Biopsias (o fragmentos) de mucosa colorrectal
(remitidas como procedentes de colon derecho, de recto. . .)
con infiltración neutrofílica difusa que recomienda descartar colitis activa inespecífica (infecciosa autolimitada) o
primer brote de EII. 2) Biopsias (o fragmentos) de mucosa
ileal o colorrectal (remitidas como procedentes de íleon,
de colon derecho, de recto. . .) con criptitis múltiples.
3) Biopsias (o fragmentos) de mucosa colorrectal (remitidas como procedentes de colon derecho, de recto. . .) con
parches inflamatorios linfoplasmocitarios y con distorsión
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Biopsias en enfermedad intestinal inflamatoria idiopática
169
Figura 9 Diagnóstico diferencial. A) Colitis isquémica aguda: depleción linfoplasmocitaria y microtrombos intracapilares (*).
B) Colitis isquémica crónica: pseudodisplasia y congestión sin células redondas. C) Colitis aguda inespecífica: neutrófilos en la lámina
propia e infiltrando las glándulas. D) Criptosporidiasis.
arquitectural, compatibles con EII tipo EC. 4) Biopsias (o
fragmentos) de mucosa ileal o colorrectal (remitidas como
procedentes de íleon, de colon derecho, de recto. . .) con
granulomas o bien con ileítis/colitis granulomatosa,
con alternativa diagnóstica entre EC y otras granulomatosis
(especialmente TBC).
Errores frecuentes o juicios equivocados de anormalidad
son: 1) interpretar como parche inflamatorio al agregado
linfoide anatómico (fig. 2D), especialmente en la mucosa
rectal, que es rica en agregados linfoides de modo normal
(«amígdala» rectal); 2) considerar granulomas a: a) grupos
epiteliales de la zona basal de la cripta, que al ser cortada tangencialmente difumina la nitidez de su membrana
basal (será obvia con la «persecución» de la zona en las secciones sucesivas del mismo porta); b) neuronas ganglionares
que simulan células epitelioides, y c) la reacción gigantocelular o histiocitaria que se produce al extravasarse la mucina
intraglandular en cualquier microabsceso roto; 3) juzgar
las células neuroendocrinas como linfocitosis intraepitelial
críptica, o 4) valorar los fragmentos de cariorrexis como neutrófilos intraepiteliales y, por tanto, como criptitis.
¿Es compatible/sugestiva de enfermedad
inflamatoria intestinal? Diagnóstico diferencial
Toda la patología microscópica hasta ahora citada es compatible con EII. Ahora, en este tercer escalón del diagnóstico,
es el momento oportuno de hacer un recuento de los datos
anormales que hemos recogido, valorando especialmente
las lesiones que añaden a la compatibilidad un punto de
más seguridad (sugestiva de EII) y para enfrentarnos al
diagnóstico diferencial con:
a) Colitis isquémica. En su forma aguda es característico un infiltrado neutrofílico que suele situarse en una
lámina propia edematosa y/o con congestión capilar y/o
hemorrágica y notablemente deplecionada de células
redondas. La presencia de microtrombos es significativa
de esta etiología. Las criptas muestran escasa diferenciación de células caliciformes, ello por su gran inmadurez
epitelial regenerativa que, en las bases crípticas, puede
simular displasia epitelial (fig. 9A). El diagnóstico diferencial se plantea con un brote de actividad de una
EII. La colitis isquémica en su forma crónica presenta
distorsión arquitectural generalmente focal sin inflamación (algunas bifurcaciones crípticas) pero en múltiples
zonas (fig. 9B). Siendo este el único hallazgo histológico debe mencionarse, como alternativa a una EII
inactiva, la posibilidad de isquemia crónica como responsable de la diarrea en los pacientes mayores. También
debe conocerse que los vólvulos de sigma, espontáneamente reducidos, pueden dejar esta huella de isquemia
de la mucosa en los pacientes jóvenes.
b) Colitis infecciosas. Las colitis infecciosas agudas son
más frecuentes en verano y, como son autolimitadas,
rara vez llegan hasta la endoscopia y la biopsia. Si se
biopsian suele ser tardíamente en el curso de la enfermedad, muy posiblemente cuando está remitiendo. Su
característica fundamental es la actividad inflamatoria
continua representada por los neutrófilos en lámina propia que penetran en criptas de forma aislada sin formar
un frente invasivo (fig. 9C) e infiltran el epitelio de
la superficie. Plantean por tanto el diagnóstico diferencial con un primer brote de una CU, pero en las
colitis infecciosas de nuestro entorno geográfico no existen bifurcaciones crípticas, ni otras alteraciones de la
arquitectura que son las que orientan a favor de EII13,24 .
Obviamente deben considerarse como posibles etiologías de la diarrea las infecciones que se observan en
nuestro medio, es decir las viriasis, la infección por
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170
F. Colina et al
Figura 10 Diagnóstico diferencial. A) Espiroquetosis intestinal. B) Colitis pseudomembranosa: penachos formando pseudomembrana. C) Colitis por radioterapia. D) Colitis por quimioterapia.
Campylobacter25 y las toxicidades alimentarias por toxinas de las salmonelas paratíficas. Es oportuno consultar o
promover el estudio microbiológico (serologías, cultivos
de heces). Criptosporidium (fig. 9D) y Leishmania pueden
verse en un contexto de inmunodepresión (pacientes VIH
positivos, trasplantados). Yersinia (Pasteurella pseudotuberculosa) puede producir granulomas abscesificantes
en biopsias ileales y de ciego. El borde luminal del epitelio de superficie puede mostrar espiroquetosis colónica
(fig. 10A) que puede hacerse más obvia con tinción de
PAS y confirmarse con inmunohistoquímica (IHQ) para
espiroquetas.
c) Colitis pseudomembranosa. El Clostridium, que puede
colonizar el colon derecho tras la administración
de antibióticos de amplio espectro, provoca esta forma
de colitis cuya patogenia es vascular (microtrombosis capilar producida por la toxina). Está caracterizada
por las pseudomembranas desarrolladas a partir de
«penachos» visibles sobre la superficie luminal de la
mucosa, entre las desembocaduras de las criptas. Estos
«penachos» de mucina y fibrina exudadas confluyen entre
sí formando un magma que constituye la pseudomembrana y que, característicamente, engloba neutrófilos
agrupados en filas indias (fig. 10B).
d) Colitis por radioterapia. El contexto clínico del paciente
suele ser claro, pero pueden recibirse biopsias de
pacientes con diarrea tras mucho tiempo de haber
sido irradiados para tumores pelvianos o abdominales.
La homogeneidad eosinofílica de las paredes arteriolares engrosadas, la presencia de fibroblastos «atípicos»
(núcleos grandes hipercromáticos) en la lámina propia y
la escasa infiltración inflamatoria en una mucosa atrófica
son datos a su favor (fig. 10C).
e) Colitis por quimioterapia. Estas colitis frecuentemente
presentan glándulas dilatadas, revestidas por un epitelio
aplanado de aspecto eosinófilo y sincitial en un trasfondo
de inflamación mixta que incluye microabscesos y puede
presentar apoptosis (fig. 10D).
f) Colitis tóxicas. Pueden presentar histología similar a
las colitis por quimioterapia, especialmente aquellas
por el inmunosupresor micofenolato26,27 . Los antiinflamatorios no esteroideos pueden producir aumento de
apoptosis28,29 . Poco se conoce de la histología de las
toxicidades crónicas desarrolladas por la administración
crónica de fármacos (antirreumáticos, antihipertensivos), sobre todo en pacientes mayores, pero deben
tenerse en cuenta como una posibilidad etiológica ante
una colitis crónica29 .
g) Colitis en enfermedad «injerto contra huésped» (EICH)
y en pacientes HIV positivos. El contexto clínico de
estos pacientes también suele ser conocido al juzgar la
histología de su colon. Su dato fundamental es la frecuente apoptosis en el epitelio de criptas, especialmente
en las zonas basales o madurativas (fig. 11A). El infiltrado de la lámina propia suele ser escaso (depleción
linfocitaria de la inmunosupresión), a pesar de la gran
sintomatología21,22 .
h) Colitis microscópicas. Las colitis colágenas y las colitis linfocitarias se caracterizan por una endoscopia
anodina en pacientes con diarrea acuosa; de ahí su
nombre de solo «microscópicas». En la colitis colágena el engrosamiento de la «tabla externa» (membrana
basal subepitelial), que es su dato histológico diagnóstico, debe ser mayor de 10 micras y demostrado en
varias muestras del colon, especialmente del derecho.
Es fácilmente visible con las técnicas tricrómicas. Las
colitis colágenas suelen mostrar con alguna frecuencia
una infiltración inflamatoria de neutrófilos y de eosinófilos (fig. 11B), también una distorsión críptica30 y,
más raramente, algunas células gigantes31,32 . La colitis linfocitaria debe aportar una linfocitosis epitelial
notable en los lados laterales de las criptas (más de
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Biopsias en enfermedad intestinal inflamatoria idiopática
171
Figura 11 Diagnóstico diferencial. A) Apoptosis en la enfermedad «injerto contra huésped». B) Colitis colágena con infiltración
neutrofílica. C) Colitis linfocitaria. D) Amiloidosis con positividad inmunohistoquímica (recuadro).
20 linfocitos por 100 células epiteliales)16 (fig. 11C).
También puede mostrar un infiltrado neutrofílico y una
ocasional irregularidad de las criptas30 .
i) Colitis y/o ileítis tuberculosas y otras granulomatosis.
La detección de granulomas en el íleon o en el colon
debe llevar a un diagnóstico de ileítis o de colitis granulomatosa. Solo si los granulomas muestran necrosis puede
excluirse el diagnóstico de EC. Otras infecciones granulomatosas, como las causadas por micobacterias atípicas,
deben considerarse ante la presencia de macrófagos PAS
positivos (diagnóstico diferencial de los mucífagos). Es
necesaria la realización de tinciones de Ziehl-Nielsen y/o
auramina, pero, por su escasa sensibilidad, ante la ausencia de bacilos ácido-alcohol resistentes es aconsejable
emitir el diagnóstico de colitis granulomatosa sin definirse por EC, con el fin de que el gastroenterólogo haga
las investigaciones adecuadas. Puede ser oportuno indicar una PCR del material incluido en parafina para excluir
la presencia de micobacterias o de otros gérmenes.
j) Colitis por derivación. Se conoce el contexto quirúrgico
del paciente y de la topografía de la toma biópsica en el
segmento colónico o rectal excluido, pero también existe
la posibilidad de desarrollo de EII en pacientes derivados.
Además de las biopsias del asa colónica o rectal excluida
deben aportarse biopsias de la mucosa con tránsito. La
característica más frecuente de la colitis por derivación
es la presencia en la mucosa de numerosas acumulaciones linfocitarias, solo a veces con centro germinativo,
asociadas o no con un infiltrado neutrofílico en la lámina
propia.
k) Amiloidosis. La amiloidosis, dentro de su infrecuencia,
puede producir diarreas crónicas, y no es infrecuente
que sea el patólogo quien descubre en el colorrecto
esta enfermedad sistémica, insospechada en el paciente
diarreico. La presencia de amiloide en «masas» en la
lámina propia (fig. 11D) puede confundirse con la colitis colágena, y en su forma de depósito solo vascular
(engrosamiento parietal) simula una colitis isquémica
crónica. Ambas formas de depósito deben llevar a realizar las técnicas IHQ para tipar el amiloide. La tioflavina
y el rojo congo suelen ser suficientes para detectarla sin
necesidad de recurrir a la IHQ, útil en caso positivo para
tipar el amiloide.
l) Colitis eosinofílicas. La infiltración eosinofílica de la
lámina propia colorrectal debe ser masiva para considerar como posible este diagnóstico. Hay que recordar que
los eosinófilos están siempre presentes entre la población normal linfoplasmocitaria de la lámina propia de
colon e íleon. Pero también la eosinofilia tisular es una
característica frecuente en algunas histologías de la EII,
especialmente en la CU inicial. La infiltración críptica
por eosinófilos (criptitis eosinofílicas) es ya valorable
como lesión y debe plantearse como primera posibilidad
la EII. Las reacciones alérgicas sistémicas (hipereosinofilia en sangre), las enterocolitis eosinofílicas alérgicas
pediátricas33 y la posibilidad de la anisakiasis deben considerarse en el diagnóstico diferencial.
m) Síndrome de Behçet y vasculitis. En nuestra experiencia
las biopsias endoscópicas muy raramente aportan vasculitis necrosante leucocitoclástica en estos síndromes, y
por el contrario, la presencia de vasculitis en capilares
y en pequeñas arteriolas puede verse en algunas colitis
agudas, no específicas de esta colagenosis. La experiencia en este síndrome es notablemente escasa en todos
los Servicios, y ante su sospecha se hace necesaria una
individualización del caso.
n) Enterocolitis en inmunodeficiencias. La ausencia de
células plasmáticas, que suele acompañarse de hiperplasia folicular linfoide28,34 , debe poner sobre aviso de
su existencia.
Cinco ejemplos de diagnóstico para este tipo muestras.
1) Biopsias (o fragmentos) de mucosa colorrectal (remitidas como procedentes de colon derecho, de recto. . .) con
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172
distorsión arquitectural, cuya alternativa diagnóstica es EII u
otras colitis crónicas (isquémica. . .). 2) Biopsias (o fragmentos) de mucosa colorrectal (remitidas como procedentes
de colon derecho, de recto. . .) con infiltración neutrofílica
difusa que recomienda descartar una colitis aguda infecciosa o un primer brote de EII. 3) Biopsias (o fragmentos) de
mucosa colorrectal (remitidas como procedentes de colon
derecho, de recto. . .) con datos característicos de colitis linfocitaria (o colágena, o pseudomembranosa. . .). 4) Biopsias
(o fragmentos) de mucosa colorrectal (remitidas como
procedentes de colon derecho, de recto. . .) con espiroquetosis (o criptosporidiasis, o. . .). 5) Biopsias (o fragmentos)
de mucosa colorrectal (remitidas como procedentes de
colon derecho, de recto. . .) con frecuentes apoptosis,
compatibles con una colitis de paciente inmunosuprimido.
Errores frecuentes o juicios equivocados de EII son:
1) no conocer el contexto clínico del paciente al leer la
biopsia (edad, sexo, enfermedades intercurrentes, como
inmunosupresión, infección VIH, trasplantados, radiación
previa, etc.); 2) no conocer los hallazgos endoscópicos,
especialmente la coexistencia de diverticulosis, que puede
originar una lesión arquitectural en zonas adyacentes a
divertículos35,36 ; 3) no reevaluar las biopsias previas del
paciente, que pueden ser significativas de una EII que actualmente está remitida por el tratamiento o que ha sido
escasamente muestreada en una endoscopia aparentemente
normal (búsqueda de mínimas alteraciones arquitecturales
en cortes de adicional seriación con la finalidad de evaluar
si hay remisión histológica)37-39 ; 4) no evaluar la correlación
de la procedencia de las muestras con la descripción endoscópica (lesión endoscópica focal única frente a las lesiones
focales diseminadas o a la afectación regional); 5) no emitir las posibilidades etiológicas alternativas de la lesión
o de las lesiones histológicas que pueden ser vistas en variadas etiologías15 .
¿Es enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa?
Es oportuno en este momento de la lectura recordar
las definiciones de la ECCO40 . La CU se caracteriza por
una inflamación de la mucosa limitada al colon, que es
clasificada según la extensión máxima de la inflamación
observada en la colonoscopia. La EC se caracteriza por una
inflamación parcheada, transmural (no solo de la mucosa),
que puede afectar a cualquier tramo del tracto gastrointestinal. El colon está afectado en aproximadamente el 50% de
los pacientes con EC, y el 10-20% de las EC están limitadas
al colorrecto, sin afectación de tramos superiores del tubo
digestivo. Aproximadamente el 5% de las EII que afectan al
colon son inclasificables, tanto por criterios clínicos, radiológicos y endoscópicos como por criterios histopatológicos,
porque muestran características de ambas enfermedades40 .
Ello sucede incluso después de un largo seguimiento. El
término «colitis inclasificada o indeterminada» solo debe
utilizarse cuando se ha realizado una colectomía; por
tanto, su uso está restringido a un estudio histopatológico
completo del espécimen quirúrgico en el que el patólogo
ha sido incapaz de clasificar la enfermedad. El porcentaje
del 5% es solo aplicable a estos casos de enfermos con
colectomía y largo seguimiento. La denominación diagnóstica histopatológica de «inclasificada» no debe utilizarse
F. Colina et al
en informes biópsicos. Hasta que sea posible establecer un
diagnóstico más concluyente y definitivo deberá redactarse
como «cambios de enfermedad inflamatoria idiopática SAI»
(«sine alter inscription» en latín; «sin otra especificación»
en español) o, si se prefiere, como «cambios de enfermedad
inflamatoria idiopática sin adicional calificativo o filiación»,
que podrán ser en el momento actual del curso evolutivo
«más sugestivos de» una u otra alternativa.
En las primeras biopsias endoscópicas de una diarrea
crónica o subaguda, si el cuadro es florido y aporta suficientes datos histológicos de una u otra entidad, algunas veces
puede llegarse a la precisión diagnóstica, pero frecuentemente debemos conformarnos con alcanzar el diagnóstico
sindrómico. Dicho de otra forma, puede convenir no emitir
un adicional calificativo al de EII en este momento del curso
clínico y esperar para ello a tener una serie biópsica histórica
del paciente. En la EC es más frecuente que las alteraciones
de inicio sean suficientes para diagnosticarla (granulomas,
fibrosis, preservación del recto), pero esto es más raro en
la CU, cuyos primeros brotes leves son histológicamente
menos característicos. Opinamos que un diagnóstico de
«compatible con CU» puede ser una forma muy errónea
de redactar el diagnóstico histopatológico en estos momentos iniciales del proceso. Teniendo en cuenta que el
diagnóstico del gastroenterólogo es muy tentativo, corroborarlo ahora puede llevar a arrepentirse en el seguimiento
o a promover una inapropiada colectomía con instalación de
un reservorio intestinal antes de tiempo. Cuando la diarrea
se presenta tan intensa y hemorrágica como para considerarla clínicamente como un megacolon tóxico, las biopsias
aportan mucosas muy lesionadas pero con alteraciones poco
específicas debido a la intensa actividad inflamatoria destructiva, que lleva a muestrear sobre todo bordes y fondos
de extensas úlceras que comprometen la submucosa.
Entre los numerosos datos histopatológicos a favor de
una u otra forma de enfermedad, que frecuentemente
son enumerados en tablas comparativas que no vamos a
repetir10,11,17 , unos son más específicos (predictibilidad positiva) que otros, pero algunos de ellos aparecen con escasa
frecuencia (sensibilidad baja), como sucede con el granuloma para un diagnóstico de EC (tan solo observado en
el 53,8% de los niños y en el 17,6% de los adultos)41 . Por
tanto, aquí como en toda la patología médica, deberemos
basarnos en un «complejo lesional» para alcanzar la máxima
especificidad posible, siempre conociendo que una precisa
discriminación en la mayoría de los casos es un objetivo que
no se alcanza con una sola endoscopia con biopsias. No se
ha establecido un número exacto de características patológicas necesarias para el diagnóstico, pero señalamos como
muy específicos (no absolutamente diagnósticos) y de mayor
valor si se presentan reunidos (3 o más):
a) Específicos de EC:
- Ileítis, que es de alto valor predictivo si no está en
continuidad con inflamación cecal (fig. 12A y B).
- Metaplasia antral (pilórica) en íleon23,36 (fig. 8D).
- Granulomas (excluir TBC), cuya sola presencia no exige
reunir la 3 o más lesiones más sugestivas de EC.
- Inflamación parcheada (discontinua) (fig. 6B y C), especialmente si el recto está respetado y si la infiltración
inflamatoria incluye abundancia de histiocitos.
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Biopsias en enfermedad intestinal inflamatoria idiopática
173
Figura 12 EC frente a CU. A) Ileítis de EC: criptitis aisladas y bifurcaciones de criptas. B) Ileítis con afta. C) EC con inflamación
intensa submucosa y escasa en la lámina propia. D) CU con numerosos microabscesos (*) (actividad Rutter 4).
- Aftas (figs. 8 A y 12B) y fisuras.
- Inflamación submucosa, siempre que no sea bajo una
úlcera y que sea topográficamente desproporcionada
(más intensa en la submucosa que en la mucosa suprayacente) (fig. 12C).
- Ausencia de depleción de mucina en las zonas de
intensa inflamación.
b) Específicos de CU:
- Inflamación difusa en todos los fragmentos, especialmente si se incrementa en sentido distal,
si se acompaña de criptitis y de microabscesos
(figs. 7 B y 12D) y también, pero con menor valor, de
plasmocitosis basal extensa (fig. 7A). Es preciso conocer que el paciente con CU que ha utilizado enemas
de corticoides o de 5-ASA puede mostrar ausencia de
inflamación rectal. También es posible una rara forma
de CU con afectación discontinua del ciego, especialmente alrededor del orificio apendicular42,43 .
- Apariencia pseudovellositaria de los fragmentos intensamente inflamados (fig. 4B).
- Distorsión arquitectural extensa (en la mayoría de los
fragmentos distales), especialmente si el paciente no
está en brote y si la lesión es quiescente (no es activa)
y se observa atrofia (fig. 3B).
- Depleción mucinosa extensa y metaplasia de células
de Paneth en colon distal al ángulo esplénico, que son
menos específicas pero pueden ser de ayuda en la distinción diagnóstica.
La afectación inflamatoria del íleon (backwash ileitis) es
excepcional en la CU si no es una pancolitis, con la mucosa
cecal muy inflamada y/o con una incompetencia de la válvula ileocecal15,44,45 .
Cuatro ejemplos de diagnóstico para este tipo muestras.
1) A: fragmentos de mucosa ileal con ileítis (fig. 12A y B)
y con metaplasia pilórica (fig. 8D), sugestivas de EC, y B:
fragmentos de mucosa de colon ascendente con inflamación
parcheada y con distorsión de criptas, sugestivas de EC.
2) Fragmentos de mucosa rectal con granulomas epitelioides no necrosantes (fig. 8B) y con distorsión arquitectural,
sugestivos de EC (debe excluirse TBC y otras granulomatosis). 3) A: fragmentos de mucosa ileal de características
habituales; B: fragmentos de mucosa de colon transverso
con distorsión de criptas y con actividad inflamatoria
continua, y C: fragmentos de mucosa rectal con distorsión
arquitectural y con actividad inflamatoria continua, sugestivas de CU. 4) A: fragmentos de mucosa de colon derecho
de características habituales; B: fragmentos de mucosa de
colon descendente con distorsión de criptas y con actividad
inflamatoria continuas, y C: fragmentos de mucosa rectal
con distorsión pseudovellositaria de criptas (fig. 4B),
actividad inflamatoria continua y numerosos microabscesos
crípticos (Rutter grado 4) (fig. 12D), sugestivos de CU.
Errores frecuentes o juicios equivocados de EC versus CU
son: valorar que la afectación continua y pancólica nunca
es una EC (megacolon tóxico o brote grave de EC) o, al
contrario, valorar las infrecuentes afectaciones discontinuas de algunas CU como EC. Esto último sucede: a) tras
enemas terapéuticos rectales previos a la endoscopia, que
hacen parecer el recto respetado; b) en edades pediátricas,
donde puede haber menor inflamación en el recto que en
los tramos proximales en el inicio de la CU, y c) en una posible inflamación cecal focal alrededor del orificio apendicular
que puede presentarse aislada en la CU42,43 .
¿Valoramos la actividad?
Una definición simplificada de actividad inflamatoria histológica es la infiltración de neutrófilos en la lámina propia con
o sin permeación del epitelio de las criptas. Debe incluirse
también como actividad inflamatoria a los eosinófilos46,47 ,
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174
F. Colina et al
Figura 13 Actividad inflamatoria y CMV. A) Colitis difusa con algún microabsceso (Rutter 3). B) CU con numerosos microabscesos
(Rutter 4). C) Inclusión nuclear de CMV en un endotelio capilar en una CU con actividad. D) Positividad inmunohistoquímica para el
CMV en 2 núcleos de células mesenquimales (los citoplasmas teñidos no deben considerarse claras positividades).
especialmente si permean el epitelio críptico, aun cuando
sean los únicos polimorfonucleares intracrípticos presentes. El índice histológico de actividad inflamatoria, junto
con los índices de actividad clínica y endoscópica48---51 , son
importantes para decidir el tratamiento de la enfermedad inflamatoria idiopática; existe mayor probabilidad de
recaída y de desarrollo de carcinoma si la actividad se
mantiene en el tiempo52,53 . Hay muchos índices histológicos propuestos en la literatura46,47,53 . En la CU muestran
en general buena correlación con la actividad endoscópica,
aunque la biopsia puede ser más sensible que la endoscopia en los casos tratados. En la EC la utilidad de los índices
histológicos de actividad es muy dudosa, ya que parece más
importante valorar la actividad por la presencia o la ausencia de estenosis o de fístulas, datos que no se aprecian en
la biopsia. En esta guía utilizamos un índice de actividad
histológica diseñado para la CU y para la EII todavía no clasificada. El índice histológico utilizado por Rutter et al.53
nos ha parecido el más adecuado, ya que el análisis univariante mostró correlación altamente significativa con el
índice endoscópico y con el riesgo de neoplasia colorrectal.
Además es el utilizado en la guía británica de seguimiento
de cáncer colorrectal54 . Hemos introducido mínimas modificaciones en el mismo, que son: a) considerar la presencia de
solo neutrófilos (sin microabscesos) en la lámina propia dentro del grado 1 (fig. 6D), y b) incluir las erosiones (fig. 4D) y
las úlceras como datos a valorar en el grado 4. No hemos utilizado los índices complejos entre los muchos ofrecidos por
la literatura46,47,55,56 en orden a conseguir la mayor simplicidad, que aumenta la reproducibilidad. Entendemos que si se
quiere realizar un trabajo de investigación o un ensayo clínico es posible recurrir a evaluaciones más complejas, pero
con respecto a la asistencia de rutina interesa más alcanzar
un fácil mutuo acuerdo interobservadores. En este índice
de Rutter se realiza una gradación para cada segmento
biopsiado del colon y del recto. Si hay más de un fragmento
por nivel biopsiado se hace el índice en el que tenga mayor
lesión de los de ese segmento:
- Grado 0: de características habituales.
- Grado 1: colitis crónica sin actividad inflamatoria (fig. 3A
y B) o con solo inflamación crónica o con solo neutrófilos
en la lámina propia (fig. 6D).
- Grado 2 o actividad inflamatoria leve: cuando existen criptitis sin microabscesos (fig. 7A y B).
- Grado 3 o actividad inflamatoria moderada: cuando se
añaden pocos microabscesos (por «pocos» se entiende que
ha habido que buscarlos) (fig. 13A).
- Grado 4 o actividad inflamatoria intensa: cuando además de criptitis existen numerosos microabscesos (no ha
habido que buscarlos) (fig. 13B) y/o erosiones (fig. 4D) o
ulceraciones.
En los trabajos de investigación o en los ensayos clínicos puede además realizarse una gradación global para el
colon entero, que resulta de la relación: «suma de todos los
grados/número de segmentos graduados». Este score global
no lo expresamos en el diagnóstico, si bien es posible obtenerlo al hacer constar los índices en cada diagnóstico de
segmento biopsiado.
Ejemplo de valoración de actividad inflamatoria. A efectos de informar, se pondrá un índice de actividad en cada
muestra y solo se codificará (SNOMED) el más alto.
A) Remitido como «. . .. . .. . .. . .. . .»: biopsias colorrectales de
características habituales.
B) Remitido como «. . .. . .. . .. . .. . .»: biopsias colorrectales
con colitis crónica sin actividad, compatible con enfermedad inflamatoria intestinal idiopática (grado 1).
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Biopsias en enfermedad intestinal inflamatoria idiopática
C) Remitido como «. . .. . .. . .. . .. . .»: biopsias colorrectales
con colitis crónica, con actividad inflamatoria leve,
compatible con enfermedad inflamatoria intestinal idiopática (grado 2).
D) Remitido como «. . .. . .. . .. . .. . .»: biopsia colorrectal con
colitis crónica con actividad inflamatoria intensa (frecuentes microabscesos), compatible con enfermedad
inflamatoria intestinal idiopática (grado 4).
¿Realizamos inmunohistoquímica para la detección
de Citomegalovirus?
No hemos encontrado en la literatura recomendaciones
sobre a qué número de muestras o en qué grado de actividad debemos realizar este estudio IHQ. Hacerlo en todos
los casos y en todas las muestras incrementa excesiva e inútilmente el tiempo laboral y el gasto. Entre las biopsias con
índice de actividad 3 o 4 de 75 pacientes sucesivos encontramos inclusiones de Citomegalovirus (CMV) (fig. 13C) tan solo
en 4, mientras que la IHQ demostró positividad en 8. Puesto
que el tratamiento inmunosupresor de la EII se emplea en
los casos muy activos y graves57 , sugerimos realizar sistemáticamente el estudio IHQ de proteínas tisulares del CMV
en al menos 2 muestras de entre todas las remitidas de cada
paciente, serológicamente positivo, si presenta un índice de
actividad igual o mayor de 3.
Errores frecuentes o juicios equivocados sobre antígenos
tisulares del CMV. Puede juzgarse erróneamente una mucosa
colorrectal como positiva debido a la tinción inmunohistoquímica artefactual de citoplasmas de macrófagos o de
células plasmáticas de la lámina propia en los pacientes sin
reales antígenos virales (serológicamente negativos para el
CMV), y por ello debe buscarse la tinción nuclear (fig. 13D).
Pueden existir falsos negativos, ya que hay casos en los
que solo se detectan por IHQ células positivas solitarias en
tan solo alguno de sus fragmentos.
175
mayores problemas para aplicar un tratamiento básico
común a ambas formas de colitis si su curso clínico es el
crónico habitual.
Es obvio que no hemos cubierto todos los tópicos posibles
en el tema de informar las biopsias de pacientes con sospecha de EII o de pacientes confirmados como enfermos de
EII. Quedan pendientes temas relevantes, como son el diagnóstico de las situaciones premalignas (displasia epitelial),
las peculiaridades de las biopsias en las edades pediátricas,
la combinación o la coincidencia de EII y de diverticulosisdiverticulitis35,58 , el diagnóstico de la EC en los tramos altos
del tubo digestivo, la utilidad de la histología en el diagnóstico de una remisión de la EII37,38 y, por último, la evaluación
biópsica del reservorio intestinal creado quirúrgicamente
para el tratamiento de la EII (reservoritis-«pouchitis»)6,59 ,
que pretendemos sean objeto de un próximo capítulo de
esta guía.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran
que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que
han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la
publicación de datos de pacientes y que todos los pacientes
incluidos en el estudio han recibido información suficiente
y han dado su consentimiento informado por escrito para
participar en dicho estudio.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los
autores declaran que en este artículo no aparecen datos de
pacientes.
Conflicto de intereses
¿Qué añadimos y qué comentamos?
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Los comentarios en los informes histopatológicos son cada
vez más necesarios en todas las biopsias de pacientes con
enfermedades médicas, especialmente en aquellas en las
que la histología es un medio de control de la enfermedad y de la utilidad de sus tratamientos. Los pacientes
con EII son seguidos con endoscopias y biopsias frecuentes,
y debemos constatarlo en la historia morfológica que nos
ofrece la aplicación informática del Servicio. Ante un estudio histológico de características habituales o con cambios
mínimos de un paciente previamente diagnosticado de EII,
además de realizar una seriación adicional, podemos revisar esos diagnósticos biópsicos previos. En estos casos
deberemos evaluar si hay remisión histológica y emitir el
correspondiente comentario37,38 .
También son oportunos los comentarios respecto de la
mayor o menor seguridad del diagnóstico de CU o de
EC. Recomendar una repetición de la endoscopia y de las
biopsias para mostrar características adicionales tras un
intervalo y repetirlas especialmente cuando el paciente
vuelva a tener síntomas (brote) ayuda a resolver los problemas de este diagnóstico diferencial, especialmente en
el adulto4,5 . Diferir el diagnóstico del tipo de EII no causa
Agradecimientos
Damos las gracias al Dr. Víctor Castellano Mejías, del Hospital
de Fuenlabrada (Madrid), por la realización de sugerencias
y por la corrección del manuscrito.
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