1 Dictamen nº: 227/11 Consulta

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Dictamen nº:
Consulta:
Asunto:
Sección:
Ponente:
Aprobación:
227/11
Alcalde de Madrid
Responsabilidad Patrimonial
II
Excma. Sra. Dña. Rosario Laina Valenciano
11.05.11
DICTAMEN de la Comisión Permanente del Consejo Consultivo de la
Comunidad de Madrid, emitido por unanimidad, en su sesión del 11 de
mayo de 2011, sobre consulta formulada por el Vicealcalde de Madrid (por
delegación del Alcalde mediante Decreto de 1 de septiembre de 2008) a
través del Consejero de Presidencia, Justicia e Interior, al amparo del
artículo 13.1.f).1º de su Ley Reguladora, 6/2007, de 21 de diciembre, en
el asunto promovido por M.M.M., sobre responsabilidad patrimonial de
ámbito vial, por los daños consistentes en fractura de cabeza radial sin
desplazamiento en el codo izquierdo, como consecuencia de la caída
padecida, según aduce, debido al mal estado del pavimento en la Calle Juan
de Olías, a la altura del nº 1, de Madrid.
La indemnización solicitada asciende a 59.277,48.-€
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Por escrito dirigido al Ayuntamiento de Madrid, con
fecha 21 de julio de 2009, y presentado por medio de representación
letrada acreditada mediante el correspondiente poder, se solicita
indemnización del referido Ayuntamiento por los daños sufridos a
consecuencia de una caída, debida a la falta de algunas baldosas de la
pavimentación de la calle Juan de Olías.
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SEGUNDO.- De la documentación obrante en el expediente se derivan
los siguientes hechos:
1. Con fecha 25 de noviembre de 2008, sobre las 15:15 horas de la
tarde, fecha que se acredita mediante el informe del SAMUR, el
reclamante, de 38 años en el momento de los hechos que se encontraba
desplazado en la ciudad de Madrid, si bien consta que tiene su residencia
en Castilla la Mancha, sufrió una caída en la Calle Juan de Olías, a la altura
del nº 1, de Madrid, según aduce, al tropezar con un desperfecto del
pavimento. En dicho escrito se ofrece para acreditar los hechos alegados
además de la documentación acreditativa de la asistencia médica
dispensada, declaración testifical de la que en el momento del accidente era
su esposa.
2. Como consecuencia de dicha caída, el reclamante fue atendido en el
lugar de los hechos por el SAMUR, tal y como se acredita mediante el
informe de asistencia que se incorpora en los folios 11 y 12 del expediente
administrativo en el que consta como motivo de la atención dispensada al
reclamante, “caída casual por mal estado de la vía pública. A nuestra
llegada se encuentra sentado en el suelo consciente y orientado”, siendo el
juicio clínico inicial posible fractura (el resto del informe de asistencia
resulta ilegible).
Consta asimismo que la Policía Municipal se personó en el lugar de los
hechos.
Tras esta primera asistencia el reclamante es trasladado al Hospital
General Universitario La Paz en cuyo informe de urgencias que obra al
folio 19 del expediente administrativo, tras la realización de pruebas
radiológicas se confirma el diagnóstico del servicio de emergencias de
fractura de cabeza radial sin desplazar, pautándose como tratamiento de
reducción férula braquial izquierda.
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Una vez en su comunidad autónoma de residencia, el reclamante acude
al Complejo Hospitalario de Toledo, donde en revisión de la fractura
efectuada en urgencias en diciembre de 2008 (la fecha resulta ilegible), se
comprueba que la fractura no se ha desplazado, estableciéndose como plan
continuar con el mismo tratamiento inmovilizador y acudir a revisiones de
consultas externas (folio 23 del expediente administrativo).
Consta que con anterioridad al accidente el reclamante estaba sometido a
tratamiento psiquiátrico en el sistema sanitario público de Castilla La
Mancha y que estaba de baja laboral por enfermedades comunes desde el 9
de julio de 2008.
3. Con fecha 9 de septiembre de 2009, se requiere al reclamante para
que, de conformidad con lo prevenido en el art. 71 de la Ley 30/1992, de
26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
del Procedimiento Administrativo Común (en adelante LRJ-PAC), se
complete la solicitud y, en los términos del artículo 6 del Reglamento de
los Procedimientos de las Administraciones Públicas en Materia de
Responsabilidad Patrimonial, aprobado por Real Decreto 429/1993, de
26 de marzo (en adelante RPRP), se acrediten los extremos que se indican
en el anexo a dicho requerimiento, en concreto, declaración suscrita por el
afectado en la que se manifieste que no ha sido indemnizado ni va a serlo
por otra compañía ni entidad pública o privada (folios 53 a 56 del
expediente administrativo). No consta que el reclamante hubiera atendido a
dicho requerimiento.
TERCERO.- Por dichos hechos se ha instruido el procedimiento de
responsabilidad patrimonial de conformidad con el RPRP.
CUARTO.- Respecto de los hitos del procedimiento, consta el informe
del servicio que se dice causante del daño, como exige el artículo 10 del
RPRP. En concreto, con fecha 27 de agosto de 2009, se solicita el informe
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del Departamento de Conservación y Renovación de Vías Públicas, que lo
emite con fecha 19 de enero de 2009, en el que se señala a preguntas del
instructor, que “no se tiene constancia de que dicho desperfecto existiera en
la fecha indicada. Realizada nuevamente inspección no se ha detectado
ningún desperfecto en pavimento de acera” (folio 65 del expediente
administrativo).
Con fecha 4 de agosto de 2010, se solicita nuevo informe de dicho
departamento (folio 87 del expediente administrativo), sobre la
imputabilidad del accidente a la administración o en su caso, a una empresa
contratista, que se contesta el 21 de diciembre de 2010, señalando que tal
departamento no tiene ningún otro dato que haga cambiar el informe de 19
de enero de 2009 (folio 90 del expediente administrativo).
Consta asimismo haberse concedido al reclamante el trámite de
audiencia, regulado en los artículos 84 de la LRJ-PAC y 11 del RPRP,
con fecha el 17 de marzo de 2010 (folios 66 a 69 del expediente
administrativo), que presenta escrito de alegaciones por medio de su
representación letrada el 25 de marzo de 2010, en las que se reitera en las
circunstancias narradas y en la valoración efectuada en su escrito de
reclamación.
Consta que, con fecha 27 de agosto de 2009, se solicita informe a la
Policía Municipal en relación con los hechos acaecidos y en virtud de lo
dispuesto en los artículos 82 y 83 de la LRJ-PAC (folio 57 del expediente
administrativo). Dicho informe de fecha 14 de septiembre de 2009 se
incorpora al expediente al día siguiente, manifestándose en el mismo que
“en relación con la intervención realizada el 25/11/2008, en la c/ Juan
de Olías nº 1 con motivo de la caída de un transeúnte, el que suscribe
únicamente recuerda que en la acera faltaban varios adoquines, y que al
llegar al punto, el requirente nos manifestó que había tropezado y caído
por ese motivo”.
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Por último, en el ejercicio de la actividad instructora, con fecha 17 de
junio de 2010 se requiere al reclamante para que presente declaración
escrita de la persona que ofrece como testigo, bajo juramento o promesa de
decir verdad, contestándose a dicho requerimiento que la mencionada
declaración ya se aportó con el escrito de reclamación, pese a lo cual el
Ayuntamiento de nuevo practica requerimiento en el mismo sentido el 21
de julio, contestándose de igual forma por la representación letrada del
reclamante. En concreto, en la declaración jurada de la ex esposa del
reclamante, presentada con la reclamación se afirmaba que “íbamos
andando por la calle Juan de Olías nº 1, cuando de repente M.M.M.
tropieza y cae el suelo a consecuencia por un agujero que hay en la acera,
produciéndose un gran golpe en el brazo por dicha caída”(…) (sic) (folio
21 del expediente administrativo).
Esta declaración es corroborada en comparecencia del día 11 de febrero
de 2011 con el resultado que obra en el expediente administrativo de la
que se puede destacar que la declarante, entonces esposa y en el momento
de la declaración ex esposa del reclamante, a preguntas del instructor
manifiesta “Iban andando por la calle de Juan de Olías iban hablando, la
acera estaba en mal estado, cayó y quedó tendido en el suelo y llamó al
112 primero llego la policía y después la ambulancia. En la acera estaban
las baldosas levantadas y había un agujero” señalando respecto de la
visibilidad del mismo “Sí, iban hablando y no se dieron cuenta porque se
trata de una calle estrecha. Fue una caída muy tonta pero tuvo la mala
suerte de romperse un codo” (folio 96 del expediente administrativo).
QUINTO.- Una vez cumplido el trámite de audiencia, con fecha 10
marzo de 2011, por la Jefa de Servicio de Relaciones Institucionales y
Reclamaciones Patrimoniales, se dicta propuesta de resolución
desestimatoria por no resultar acreditada la relación de causalidad por
cuanto el descuido de la víctima habría producido la ruptura del exigible
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nexo causal entre los perjuicios sufridos y el funcionamiento de los
servicios municipales afectados.
SEXTO.- En este estado del procedimiento se formula consulta por el
Vicealcalde de Madrid, a través del Consejero de Presidencia, Justicia e
Interior, que ha tenido entrada en este Consejo Consultivo el 11 de abril de
2011, por trámite ordinario correspondiendo su estudio, por reparto de
asuntos, a la Sección II, presidida por la Excma. Sra. Consejera Dña.
Rosario Laina Valenciano que firmó la oportuna propuesta de dictamen,
siendo deliberado y aprobado, por unanimidad, en Comisión Permanente
de este Consejo Consultivo, en su sesión de 11 de mayo de 2011.
El escrito solicitando el dictamen fue acompañado de la documentación
que, numerada y foliada, se consideró suficiente, y de la que se ha dado
cuenta en lo esencial en los antecedentes de hecho anteriores.
A la vista de tales antecedentes, formulamos las siguientes,
CONSIDERACIONES EN DERECHO
PRIMERA.- El Consejo Consultivo emite su dictamen preceptivo, de
acuerdo con el artículo 13.1.f).1º de su Ley Reguladora, 6/2007 de 21 de
diciembre (LRCC), y a solicitud de un órgano legitimado para ello, según
el artículo 14.1 LRCC.
El dictamen ha sido evacuado dentro del plazo ordinario establecido en
el artículo 16.1 LRCC.
SEGUNDA.- El reclamante está legitimado activamente para formular
la reclamación de daños por responsabilidad patrimonial, al amparo del
artículo 139 de la LRJ-PAC.
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Concurre la legitimación pasiva del Ayuntamiento de Madrid, en cuanto
que titular de la competencia de conservación y pavimentación de las vías
públicas ex artículo 25.2.d) de la Ley 7/1985, de 2 de abril, de Bases de
Régimen Local.
La caída se produjo el día 25 de noviembre de 2008, habiéndose
presentado la correspondiente reclamación el 21 de julio de 2009, por lo
que sin perjuicio de la determinación del alcance de las secuelas, la
reclamación se presentó en plazo de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
142.5 de la LRJ-PAC. “El derecho a reclamar prescribe al año de
producido el hecho o el acto que motive la indemnización o de manifestarse
su efecto lesivo”.
TERCERA.- La responsabilidad patrimonial de la Administración se
rige por el artículo 106.2 de la Constitución, y por el Título X, Capítulo
Primero, además de la disposición adicional 12ª, de la LRJ-PAC y por el
RPRP, que como señala la doctrina del Tribunal Supremo, que plantea el
estado de la cuestión en responsabilidad patrimonial de la Administración sentencias de 26 de junio (recurso 6/4429/04), 29 de abril (recurso
6/4791/06) y 15 de enero (recurso 6/8803/03) de 2.008-, consiste en el
derecho de los particulares a ser indemnizados por el Estado de toda lesión
que sufran en sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor,
siempre que sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los
servicios públicos, y el daño sea efectivo, evaluable económicamente e
individualizado.
Para apreciar la existencia de responsabilidad patrimonial de la
Administración son precisos los siguientes requisitos: a) La efectiva
realidad del daño o perjuicio, evaluable económicamente e individualizado
en relación a una persona o grupo de personas. b) Que el daño o lesión
patrimonial sufrida por el reclamante sea consecuencia del funcionamiento
normal o anormal -es indiferente la calificación- de los servicios públicos en
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una relación directa e inmediata y exclusiva de causa a efecto, sin
intervención de elementos extraños que pudieran influir, alterando, el nexo
causal. c) Ausencia de fuerza mayor. d) Que el reclamante no tenga el deber
jurídico de soportar el daño.
La responsabilidad de la Administración es objetiva o de resultado, de
manera que lo relevante no es el proceder antijurídico de la
Administración, sino la antijuridicidad del resultado o lesión, aunque es
imprescindible que exista nexo causal entre el funcionamiento normal o
anormal del servicio público y el resultado lesivo o dañoso producido.
Por lo que se refiere a las características del daño causado, éste ha de ser
efectivo, evaluable económicamente e individualizado, siendo solo
indemnizables las lesiones producidas provenientes de daños que no haya el
deber jurídico de soportar de acuerdo con la ley. La antijuridicidad del
daño viene exigiéndose por la jurisprudencia (Sentencias del Tribunal
Supremo de 30 de octubre de 2003, recurso 6/1993/99, y de 22 de abril
de 1994, recurso 6/3197/91, que citan las demás).
CUARTA.- Aplicando lo anterior al caso objeto del presente Dictamen,
y acreditada la realidad del daño, mediante informes médicos en los que se
constata que el interesado presentaba fractura de codo izquierdo, daño que
es evaluable económicamente e individualizado en su persona, procede
analizar si dicho daño es imputable al funcionamiento de los servicios
públicos municipales.
Los principios manifestados en el fundamento anterior exigen constatar
el examen de la relación de causalidad inherente a todo caso de
responsabilidad extracontractual. Debe examinarse si concurre en el
presente caso, la relación de causalidad definida por la jurisprudencia, entre
otras, en Sentencia del Tribunal Supremo de 9 de julio de 2002 (recurso
3938/1998), como “una conexión causa efecto, ya que la Administración
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–según hemos declarado entre otras, en nuestras Sentencias de 28 de
febrero y 24 de marzo de 1998, 24 de septiembre de 2001, y de 13 de
marzo y de 10 de junio de 2002-, sólo responde de los daños
verdaderamente causados por su propia actividad o por sus servicios, no
de los daños imputables a conductas o hechos ajenos a la organización, o
actividad administrativa”, puesto que la socialización de riesgos que
justifica la responsabilidad objetiva de la Administración cuando actúa al
servicio de los intereses generales, no permite extender, por tanto, el
concepto de responsabilidad para dar cobertura a cualquier acontecimiento,
lo que significa que la prestación por la Administración de un determinado
servicio público y la titularidad de la infraestructura material para
prestarlo, no implica que el vigente sistema de responsabilidad patrimonial
objetiva de las Administraciones Públicas convierta a éstas en aseguradoras
universales de todos los riesgos con el fin de prevenir cualquier
eventualidad desfavorable o dañosa para los administrados que pueda
producirse con independencia del actuar administrativo, porque de lo
contrario se transformaría aquél en un sistema providencialista no
contemplado en nuestro ordenamiento jurídico.
Alega el reclamante en su escrito de reclamación, que sufrió una caída
debido al mal estado del pavimento de la calle Juan de Olías a la altura del
número 1, por falta de algunos adoquines de la misma.
Por su parte, el Ayuntamiento en el informe del Departamento de
Conservación y Renovación de Vías Públicas, señala que se desconoce si la
deficiencia denunciada existía en la fecha de referencia, ni se tenía
conocimiento del desperfecto con anterioridad. El informe de la Policía
Municipal uno de los agentes manifiesta: “el que suscribe únicamente
recuerda que en la acera faltaban varios adoquines, y que al llegar al
punto, el requirente nos manifestó que había tropezado y caído por ese
motivo”, si bien no da cuenta de la entidad del indicado desperfecto.
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Al respecto, no puede olvidarse que en materia de responsabilidad
patrimonial la carga de la prueba de los presupuestos que hacen nacer la
responsabilidad indemnizatoria, salvo los supuestos de fuerza mayor o culpa
de la víctima que corresponde probar a la Administración, recae en quien
la reclama (Sentencias del Tribunal Supremo de 25 de julio de 2003 –
recurso 1267/1999-, 30 de septiembre de 2003 –recurso 732/1999- y
11 de noviembre de 2004 –recurso 4067/2000-, entre otras).
A tal efecto, probatorio además de las anteriores pruebas recogidas en el
expediente administrativo, el reclamante ha aportado los informes médicos
relativos a la lesión padecida, y unas fotografías del lugar donde
supuestamente tuvo lugar la caída, proponiendo prueba de testigos, para
acreditar la existencia del desperfecto en la persona de la esposa del
reclamante que le acompañaba.
Los informes médicos no acreditan que la caída se produjo en el lugar
invocado por el reclamante, ni que fuera propiciada por los factores que
aduce. Así, en el informe del SAMUR que atendió al reclamante, se indica
“caída casual por mal estado de la vía pública”, pero como ha señalado
este Consejo en dictámenes anteriores dicha anotación no hace sino dar
cuenta de lo referido por el reclamante ya que a su llegada el SAMUR le
encuentra sentado consciente y orientado, no siendo testigos directos de la
caída, ni existiendo circunstancias que permitan atribuir carácter
probatorio a las observaciones del servicio de emergencias. Por otro lado,
las fotografías aportadas son de muy escasa calidad y a duras penas
muestran una calle con un pequeño desnivel al faltar lo que parecen ser
partes de diversas baldosas, pero sin que dicha fotografía pueda
desprenderse que la caída sucedió en dicho lugar ni por las circunstancias
descritas por el reclamante.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en su Sentencia
1060/2004, de 21 de junio, al resolver un supuesto similar al planteado
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sostuvo que “lo que no existe es prueba de que la caída se produjera en el
lugar indicado, ni tampoco existe prueba de la mecánica de la caída, por
tanto aún estando acreditado con la documentación médica que la
recurrente sufrió un esguince de tobillo, la ausencia de prueba directa del
lugar y condiciones en que se produjo la caída impiden el reconocimiento
de la responsabilidad patrimonial de la administración, y consecuentemente
de la solicitud de indemnización por estos conceptos”.
Ahora bien, de la apreciación conjunta de las pruebas este Consejo
considera que puede tenerse por acreditado que existía un desperfecto, tal y
como se afirma en el informe de la Policía Municipal y que éste tuvo
incidencia en la caída sufrida por el reclamante, tal y como se indica en la
declaración testifical de la ex esposa de aquél.
Sin embargo y sin perjuicio de la falta de pronunciamiento expreso sobre
la entidad del desperfecto, en las fotografías aportadas por el reclamante se
aprecia lo que parece ser la falta de parte de unas baldosas del pavimento
en su confluencia con el bordillo de la acera, lo que a juicio de este Consejo
no tiene gravedad suficiente como para entender rebasado el estándar de
calidad en la prestación del servicio viario municipal, enervándose así la
antijuridicidad del daño, pues como ha establecido la jurisprudencia del
Tribunal Supremo, la imputabilidad de responsabilidad patrimonial de la
Administración que tiene como título, en estos casos, el deber de
mantenimiento y conservación de las vías públicas en adecuado estado para
el fin al que sirven, hace que el daño sea antijurídico cuando el riesgo
inherente a su utilización haya rebasado los límites impuestos por los
estándares de seguridad exigibles conforme a la conciencia social (STS de 5
de julio de 2006, recurso 1988/2002). En nuestro caso, hay que tener en
cuenta un estándar intermedio, esto es, el que puede darse con arreglo a las
posibilidades de gestión y económicas existentes, con el fin de establecer un
equilibrio entre el sistema de responsabilidad, la posibilidad de gestión, sus
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pautas de calidad y el propio sistema económico financiero, para no
convertir el régimen de responsabilidad pública en planteamientos cercanos
a una asistencia social universal.
ÚLTIMA.- La competencia para resolver los procedimientos sobre
responsabilidad patrimonial corresponde a la Secretaría General Técnica
del Área de Gobierno de Obras y Espacios Públicos, de acuerdo con el
artículo 17.1.n) y 17.2 de la Ley 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad de
Madrid, en relación al artículo 4.2.1.d) del Acuerdo de la Junta de
Gobierno de la Ciudad de Madrid de 18 de junio de 2.007, y contra él
cabrá recurso contencioso-administrativo ante los Juzgados de lo
Contencioso-Administrativo, ex artículo 8.1 de la Ley 29/1998, de 13 de
julio, de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
Por todo lo expuesto, el Consejo Consultivo formula la siguiente,
CONCLUSIÓN
Procede desestimar la reclamación efectuada por falta de antijuridicidad
del daño.
A la vista de todo lo expuesto, el Órgano consultante resolverá según su
recto saber y entender, dando cuenta de lo actuado, en el plazo de quince
días, a este Consejo de conformidad con lo establecido en el artículo 3. 7
del Decreto 26/2008, de 10 de abril, por el que se aprueba el Reglamento
Orgánico del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid.
Madrid, 11 de mayo de 2011
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