DEPARTAMENT DE LLENGUA Castellà 1 Textos desde posguerra – 3 Las primeras palabras de La familia de Pascual Duarte, truculenta historia de un hombre que, arrastrado hasta lo peor por la presión de la herencia y del mundo que le rodea, repasa su vida, “un osario de esperanzas muertas”: 5 10 15 Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol1 y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya... Nací hace ya muchos años -lo menos cincuenta y cinco- en un pueblo perdido por la provincia de Badajoz; el pueblo estaba a unas dos leguas de Almendralejo, agachado sobre una carretera lisa y larga como un día sin pan, lisa y larga como los días -de una lisura y una largura como usted, para su bien, no puede ni figurarse- de un condenado a muerte... [1. arrebol: maquillaje encarnado.] La familia de Pascual Duarte 1. En los años anteriores a la guerra civil, a. la novela recupera la fantasía como temática fundamental. b. no hay ningún tipo de producción novelística. c. todas las novelas se escriben desde el exilio. d. (ninguna de las respuestas anteriores es correcta) 2. Novelistas como _____________________________ o __________________________ tuvieron que exiliarse y continuaron su obra en el extranjero. 3. Aporta un sinónimo para cada una de las siguientes palabras del texto: . destino . sendas . sereno . llanura . alimañas 4. Explica brevemente el significado en el texto de “(hay) hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas” (líneas 5 y 6). 5. El punto de vista narrativo en La familia de Pascual Duarte es a. el de un narrador omnisciente. b. interno. c. externo. d. isocrónico. 1 6. A partir del fragmento, de Pascual sabemos que [más de una respuesta es posible] a. nació en una familia rica, pero fue desheredado. b. no sabe su edad a ciencia cierta. c. dedicó su juventud al arte del maquillaje. d. está condenado a muerte. 7. ¿Qué figuras retóricas se aprecian en la siguiente frase, que aparece subrayada en el texto, “El destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera”? Localízalas, clasifícalas y coméntalas. 8. Señala los principales rasgos narrativos y descriptivos del fragmento anterior. 9. ¿Por qué es autobiográfico el texto que acabas de leer? 10. ¿Cuál es el tema del fragmento? 2 IV […] Si Mario hubiera tenido sentido cuando dejó este valle de lágrimas, a buen seguro que no se hubiera marchado muy satisfecho de él. Poco vivió entre nosotros; parecía que hubiera olido el parentesco que le esperaba y hubiera preferido sacrificarlo a la compañía de los inocentes en el limbo. ¡Bien sabe Dios que acertó con el camino, y cuántos fueron los sufrimientos que se ahorró al ahorrarse años! Cuando nos abandonó no había cumplido todavía los diez años, que si pocos fueron para lo demasiado que había de sufrir, suficientes debieran de haber sido para llegar a hablar y a andar, cosas ambas que no llegó a conocer; el pobre no pasó de arrastrarse por el suelo como si fuese una culebra y de hacer unos ruiditos con la garganta y con la nariz como si fuese una rata: fue lo único que aprendió. […] pasábase los días y las noches llorando y aullando como un abandonado, y como la poca paciencia de la madre la agotó cuando más falta le hacía, se pasaba los meses tirado por los suelos, comiendo lo que le echaban, y tan sucio que aun a mí que, ¿para qué mentir?, nunca me lavé demasiado, llegaba a darme repugnancia. Cuando un guarro (con perdón) se le ponía a la vista, cosa que en la provincia pasaba tantas veces al día como no se quisiese, le entraban al hermano unos corajes que se ponía como loco: gritaba con más fuerzas aún que la costumbre, se atosigaba por esconderse detrás de algo, y en la cara y en los ojos un temor se le acusaba que dudo que no lograse parar al mismo Lucifer que a la Tierra subiese. Me acuerdo que un día -era un domingo- en una de esas temblequeras tanto espanto llevaba y tanta rabia dentro, que en su huida le dio por atacar -Dios sabría por qué- al señor Rafael que en casa estaba porque, desde la muerte de mi padre, por ella entraba y salía como por terreno conquistado; no se le ocurriera peor cosa al pobre que morderle en una pierna al viejo, y nunca lo hubiera hecho, porque este con la otra pierna le arreó tal patada en una de las cicatrices que lo dejó como muerto y sin sentido, manándole una agüilla que me dio por pensar que agotara la sangre. El vejete se reía como si hubiera hecho una hazaña y tal odio le tomé desde aquel día que, por mi gloria le juro, que de no habérselo llevado Dios de mis alcances, me lo hubiera endiñado en cuanto hubiera tenido ocasión para ello. La criatura se quedó tirada todo lo larga que era, y mi madre -le aseguro que me asusté en aquel momento que la vi tan ruin- no lo cogía y se reía haciéndole el coro al señor Rafael; a mí, bien lo sabe Dios, no me faltaron voluntades para levantarlo, pero preferí no hacerlo... ¡Si el señor Rafael, en el momento, me hubiera llamado blando, por Dios que lo machaco delante de mi madre! Me marché hasta las casas por tratar de olvidar; en el camino me encontré a mi hermana -que por entonces andaba por el pueblo-, le conté lo que pasó y tal odio hube de ver en sus ojos que me dio por cavilar en que había de ser mal enemigo; me acordé, no sé por qué sería, del Estirao, y me reía de pensar que alguna vez mi hermana pudiera ponerle aquellos ojos. Cuando volvimos hasta la casa, pasadas dos horas largas del suceso, el señor Rafael se despedía; Mario seguía tirado en el mismo sitio donde lo dejé, gimiendo por lo bajo, con la boca en la tierra y con la cicatriz más morada y miserable que cómico en cuaresma1; mi hermana, que creí que iba a armar el zafarrancho, lo levantó del suelo por ponerlo recostado en la artesa2. Aquel día me pareció más hermosa que nunca, con su traje de color azul como el del cielo, y sus aires de madre montaraz 3 ella, que ni lo fuera, ni lo había de ser... Cuando el señor Rafael acabó por marcharse, mi madre recogió a Mario, lo acunó en el regazo y le estuvo lamiendo la herida toda la noche, como una perra parida a los cachorros; el chiquillo se dejaba querer y sonreía... Se quedó dormidito y en sus labios quedaba aún la señal de que había sonreído. Fue aquella noche, seguramente, la única vez en su vida que le vi sonreír... 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 1. 2. 3. cómico en cuaresma – es decir, vestido de color morado. artesa: cajón para amasar el pan. montaraz: que anda por el monte. La familia de Pascual Duarte 3 11. La familia de Pascual Duarte, publicada el año _________, fue escrita por ____________________________________________ (nombre completo del autor). Este escritor, junto con ______________________________________________________, autora de Nada, ______________________________________ y __________________________________, practicó una narrativa... a. cercana a la poesía desarraigada. b. protagonizada por héroes anónimos que, a pesar del mundo de la posguerra, consiguen lo que se proponen. c. ambientada en mundos de fantasía, donde los protagonistas, pobres casi siempre, superan la miseria de sus vidas. d. muy parecida a la que se escribía antes de la guerra. Justifica tu elección: 12. Explica brevemente el significado en el texto de “armar el zafarrancho” (línea 43). 13. Localiza rasgos de animalidad en el texto. 14. ¿Qué parte oscura del protagonista surge con motivo de la agresión? ¿Por qué decide abandonar el lugar donde se ha producido? 15. ¿Qué facetas de la personalidad de la madre se muestran a propósito de este episodio? 4 La colmena, según su mismo autor, “no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad”. La novela traza un abigarrado cuadro del Madrid de la posguerra y por sus páginas “bullen” unos trescientos personajes que Cela va tomando y dejando en rápidos apuntes. En este “enjambre” abundan los seres sórdidos, despiadados, degenerados o venales, que Cela desnuda implacablemente; pero también aparecen criaturas desvalidas, apaleadas por la vida, a quienes el autor mira con esa velada ternura suya. 5 10 15 20 25 A una señora silenciosa, que suele sentarse al fondo, conforme se sube a los billares, se le murió un hijo, aún no hace un mes. El joven se llamaba Paco y estaba preparándose para Correos. Al principio dijeron que le había dado un paralís, pero después se vio que no, que lo que le dio fue la meningitis. Duró poco y además perdió el sentido en seguida. Se sabía ya todos los pueblos de León, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva y parte de Valencia (Castellón y la mitad, sobre poco más o menos, de Alicante); fue una pena grande que se muriese. Paco había andado siempre medio malo desde una mojadura que se dio un invierno, siendo niño. Su madre se había quedado sola, porque su otro hijo, el mayor, andaba por el mundo, no se sabía bien dónde. Por las tardes se iba al café de doña Rosa, se sentaba al pie de la escalera y allí se estaba las horas muertas, cogiendo calor. Desde la muerte del hijo, doña Rosa estaba muy cariñosa con ella. Hay personas a quienes les gusta estar atentas con los que van de luto. Aprovechan para dar consejos o pedir resignación o presencia de ánimo y lo pasan muy bien. Doña Rosa, para consolar a la madre de Paco, le suele decir que, para haberse quedado tonto, más valió que Dios se lo llevara. La madre la miraba con una sonrisa de conformidad y le decía que claro que, bien mirado, tenía razón. La madre de Paco se llama Isabel, doña Isabel Montes, viuda de Sanz. Es una señora aún de cierto buen ver, que lleva una capita algo raída. Tiene aire de ser de buena familia. En el café suelen respetar su silencio y solo muy de tarde en tarde alguna persona conocida, generalmente una mujer, de vuelta de los lavabos, se apoya en su mesa para preguntarle: ¿Qué? ¿Ya se va levantando ese espíritu? Doña Isabel sonríe y no contesta casi nunca; cuando está algo más animada, levanta la cabeza, mira para la amiga y dice: “¡Qué guapetona está usted, Fulanita!” Lo más frecuente, sin embargo, es que no diga nunca nada: un gesto con la mano, al despedirse, y en paz. Doña Isabel sabe que ella es de otra clase, de otra manera de ser distinta, por lo menos. La colmena 16. Aporta un sinónimo para cada una de las siguientes palabras del texto: . silenciosa . horas muertas . raída . espíritu . gesto 17. Observa cómo caracteriza Cela al personaje central. Aparentemente es una descripción objetiva; sin embargo, la perspectiva de Cela no es totalmente externa u objetiva. Señala algún fragmento en el que aparezca el autor omnisciente. 5 18. ¿Qué actitud adopta Cela respecto a sus personajes y a la humanidad en general? Ejemplifica tu respuesta con palabras de los textos que acabas de leer. 19. ¿Cómo es el lenguaje y el tono empleados en este fragmento? a. Arcaizante y culto. b. Coloquial. c. Dialectalizante, especialmente de Madrid. Justifica tu elección aportando ejemplos extraídos del texto: Oficio de tinieblas 5, subtitulada “novela”, aunque luego el autor advierta “naturalmente, esto no es una novela, sino una purga de mi corazón”, se compone de 1.194 párrafos de variables dimensiones (desde una línea a varias páginas), escritos -entre otras cosas- con ausencia total de puntuación. En ellos se suceden elementos narrativos, monólogos, máximas, salmodias de contenido diverso... Es un libro difícil, extraño, único, que muestra hasta qué punto Cela se atrevió en los caminos de la experimentación. Aquí tienes uno de los párrafos del libro: 5 10 15 jugaste siempre con las cartas boca arriba y perdiste luchaste siempre a pecho descubierto y perdiste no dudaste jamás de la palabra escuchada y perdiste ahora ya es tarde para volverse atrás e incluso para hacer examen de conciencia no pactaste con los ángeles ni con los demonios y perdiste no te rías de ti deja que sean los demás quienes se rían de ti con justa razón ahora te toca pagar la penitencia que corresponde a quienes se obstinan en levantar mundos cimentados en el aire de niño soñabas con telarañas y redes y ahora te sientes agonizar porque has caído en tu propia trampa has tenido ya todo y puedes por tanto plantar fuego a todo esto se lo regalo a fulano esto otro a mengano aquello de más allá a zutano dirás yo nada quiero porque tampoco nada necesito dirás para morir a tiempo también se puede caminar vivo y desnudo ya te ladrarán los perros ya te apedrearán los vecinos no será necesario que te esfuerces en provocar sus iras que la iracundia contra el derrotado está siempre a flor de piel no quieres morir pero te vas a morir tú notas que te vas a morir elige un escenario neutro un decorado confuso nada debe quedar nunca demasiado diáfano ahora son las seis menos veinte de la mañana sobre el horizonte amanece un día que se promete hermoso estás triste muy triste pero sientes que te invade una infinita paz haz esfuerzos para no disponer de tu vida deja que sea la muerte quien organice su propia representación... Oficio de tinieblas 5 6 20. ¿Con qué tendencia artística del siglo XX relacionarías este fragmento? ¿Por qué? 21. ¿A quién crees que se dirige el narrador? Justifica tu respuesta. ¿Qué crees que le reprocha? 22. ¿En qué momento vital parece encontrarse el receptor? 23. Te proponemos que insertes en el texto, que hemos vuelto a copiar a continuación, los signos de puntuación que el sentido de lo que en él se dice aconseja: jugaste siempre con las cartas boca arriba y perdiste luchaste siempre a pecho descubierto y perdiste no dudaste jamás de la palabra escuchada y perdiste ahora ya es tarde para volverse atrás e incluso para hacer examen de conciencia no pactaste con los ángeles ni con los demonios y perdiste no te rías de ti deja que sean los demás quienes se rían de ti con justa razón ahora te toca pagar la penitencia que corresponde a quienes se obstinan en levantar mundos cimentados en el aire de niño soñabas con telarañas y redes y ahora te sientes agonizar porque has caído en tu propia trampa has tenido ya todo y puedes por tanto plantar fuego a todo esto se lo regalo a fulano esto otro a mengano aquello de más allá a zutano dirás yo nada quiero porque tampoco nada necesito dirás para morir a tiempo también se puede caminar vivo y desnudo ya te ladrarán los perros ya te apedrearán los vecinos no será necesario que te esfuerces en provocar sus iras que la iracundia contra el derrotado está siempre a flor de piel no quieres morir pero te vas a morir tú notas que te vas a morir elige un escenario neutro un decorado confuso nada debe quedar nunca demasiado diáfano ahora son las seis menos veinte de la mañana sobre el horizonte amanece un día que se promete hermoso estás triste muy triste pero sientes que te invade una infinita paz haz esfuerzos para no disponer de tu vida deja que sea la muerte quien organice su propia representación... 7