2011-09-23-CONFERENCIA-EN-LA-NEW-SCHOOL-OF

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PONENCIA EN LA NEW SCHOOL OF SOCIAL
RESEARCH
“Yasuní: Una alternativa concreta en medio
de la retórica sobre el cambio climático”
Nueva York, Septiembre 23 de 2011
Queridos asistentes, queridos alumnos, queridos
compañeros que nos escuchan en otro edificio,
vía video. También nos están siguiendo en
algunos países de América Latina. Y por
internet…
Ahora que nos acusan de todo a los presidentes
que no nos sometemos a las directrices de
siempre, debo reconocer que el único derecho
humano contra el cual de vez en cuando atento,
es el derecho humano de los traductores, así que
desde ahora me disculpo con ellos… Les prometo
que voy a tratar de hablar lentamente, lo cual es
difícil para mí…
Y hablando de atentado a los derechos humanos,
me decían que aquí está el cónsul de Venezuela,
el cónsul de Bolivia, Cuba… Es que ahora soy tan
importante que soy persona non grata en
Estados Unidos, nunca me imaginé que llegaría a
tan alto nivel de importancia… Y, en nombre de
la libertad de expresión, me han prohibido hoy
1
expresarme en una ciudad de Estados Unidos,
Union City. ¿Y por qué?, ¿cuál es la prueba de
que yo atento a la libertad de expresión? Una
foto en la que estoy dándole la mano al
presidente Chávez, estoy reunido con el
presidente Castro. En todo caso, no sé cómo
agradecerle al alcalde de Union City, porque nos
ha hecho propaganda y gracias a él todos los
eventos están repletos, nos están siguiendo en
internet, etcétera. Así que muchas gracias, ojalá
sepa cuál es la capital del Ecuador… Pero bueno,
sabemos contra lo que estamos luchando…
Ustedes saben que antes de meterme en este lío
de ser presidente de la república era profesor
universitario, toda mi vida lo fui. Y créanme, qué
reconfortante es volver a la academia, porque
hay unas contradicciones enormes, es un cambio
de vida muy duro. Mientras en la academia es un
pecado no decir la verdad, en política parece que
es un pecado decirla, por ejemplo. Entonces,
siempre renueva el alma estar en un centro
académico, más aún como la New School of
Social Research, a la cual admiramos tanto,
presidente, y realmente me siento como en
casa…
2
Bueno, normalmente a mi me pasan un borrador
de los discursos, para más o menos orientarme
qué tengo que decir, etcétera. Y este discurso,
esos datlines, esas referencias me las pasó la
ministra Espinoza. Entonces, como ella es una
fanática de Yasuní ITT, lo que hizo fue un
comercial de una hora promoviendo el Yasuní
ITT. Pero como estamos en un centro académico
tan importante, voy a tratar de darle un
contenido un poco académico, más académico a
esta conferencia, espero que no sea muy pesada
para todos ustedes.
Vamos a ver algunos conceptos importantes,
económicos, sobre los que se basa la iniciativa
Yasuní ITT. Realmente no es solo voluntarismo
querer salvar un parque natural. Hay muy
importantes conceptos de ruptura en la lógica
económica, en la lógica energética, detrás del
Yasuní ITT.
Pero, primero, queridas amigas y amigos, quiero
empezar con un abrazo cálido, fraterno, con un
saludo en nombre de mi pueblo, desde un país
que tiene los sueños tan altos como el vuelo del
cóndor andino, el ave voladora más grande del
planeta, y la fascinación del diminuto picaflor, el
3
único pájaro del mundo con la capacidad de volar
hacia atrás.
Nuestras montañas, coronadas con nieves
eternas son las más cercanas al sol, pues se
yerguen en el equinoccio del planeta. Frente a
las costas del Ecuador continental se encuentran
las Islas Encantadas de Galápagos, donde
Charles Darwin sustentó su Teoría de la
Evolución de las Especies. Una parte de la selva
amazónica, el más grande pulmón del planeta,
también forma parte de Ecuador. Allí ustedes
podrán encontrar en tan solo una hectárea de
terreno más especies de árboles que en toda
América del Norte. Ecuador, con un tercio del
tamaño de Francia, contiene aproximadamente
10 millones de hectáreas de varios tipos de
bosque que cubren el 55% del territorio nacional.
Ecuador tiene el primer lugar mundial en
cantidad de vertebrados: 9,2 especies por cada
1.000 Km2; el tercer lugar del mundo en
anfibios, con 441 especies, que en porcentaje
suman el 10% del total mundial; el cuarto lugar
en el mundo en aves, con 1.626 especies que
representan el 18% de todas las especies de
aves en el mundo. De estas, 37 son endémicas,
es decir, habitan exclusivamente en Ecuador.
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Tiene el quinto lugar en diversidad de mariposas,
con 69 especies, de las cuales 3 son endémicas y
el sexto lugar en biodiversidad terrestre. Sin
embargo, si se junta biodiversidad terrestre y
marina (y Ecuador tiene cinco veces más
superficie marina que terrestre), estamos en
primer lugar en número de especies en el
mundo. Tenemos el séptimo lugar en diversidad
de plantas superiores con 17.000 especies. Se
estima que aproximadamente más de 4.000 son
endémicas. De todas las especies de orquídeas
del mundo, 18% están presentes en Ecuador.
Ecuador se está posicionando a nivel mundial
como el productor de las rosas más bellas del
mundo. Eso se queda corto, porque hay otros
países que producen rosas también, hay muy
pocos países que producen orquídeas y solo
Ecuador, con menos del 0.5% de la superficie del
planeta, tiene 18% del total de especies de
orquídeas a nivel mundial. Tenemos el octavo
lugar en diversidad de reptiles con 396 especies.
En este fascinante país vivimos cerca de 14
millones y medio de seres humanos, entre ellos
14
nacionalidades
indígenas.
Aquí
están
presentes algunas: los compañeros Huaoranis,
que en su idioma nativo son “los hombres de la
selva”, tenemos los Kichwas de la Amazonía, los
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Awá, los Chachi, los Épera, los Tsáchila, los
Andoa, los Shiwiar; los Huaorani, con al menos
dos clanes en aislamiento voluntario: los Tagaeri
y Taromenani, que precisamente están en el
parque Yasuní), los Siona, los Cofanes, los
Secoya, los Shuar, los Zápara, los Achuar…
Además
de
la
diversidad
de
pueblos
pertenecientes a la nacionalidad Kichwa, una de
las nacionalidades que tiene idioma propio,
cultura propia, pero dentro de esa nacionalidad
se pueden diferenciar pueblos, también con su
cultura propia aunque la misma lengua. Dentro
de la nacionalidad Kichwa tenemos: los Pasto, los
Otavalo, los Natabuela, los Karanki, los Kayambi,
Saraguro, Palta, Kañari, Kisapincha, Tomabela,
Salasaca, Chibuleo, Waranka, Panzaleo, Puruhá,
Manta, Huancavilca y la Nación originaria Kitu
Kara…
Y, junto a ellos, afro descendientes, montubios
de la Costa, cholos de la Península de Santa
Elena, todos herederos de culturas milenarias,
con muchas lenguas aborígenes (alrededor de
dieciséis), inmensos saberes ancestrales, por lo
que Ecuador, con su nueva Constitución de 2008,
fue declarado país plurinacional y multiétnico.
Gente hermosa y única, con todos los colores en
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la piel, con el alma abierta a las hermanas, a los
hermanos de la tierra. Gente cariñosa, de
corazón generoso que, por mi intermedio, les
saluda y les invita a visitar este maravilloso país.
Todo esto que les he enumerado, no en un país
tan grande como Estados Unidos, tan poblado
como China, todo esto en un territorio de
256.370
kilómetros
cuadrados,
aproximadamente el tamaño, tan solo, del
Estado de Colorado.
De los 17 países megadiversos del planeta,
Ecuador es el país megadiverso más compacto
del mundo. Hay otros países que tienen la
misma mega diversidad que Ecuador, pero en un
territorio mucho más grande. Ecuador es uno de
los más etnodiversos, y uno de los poquísimo
países que aún mantiene grupos humanos no
contactados. Sin lugar a dudas, por su diversidad
y ubicación geográfica, Ecuador es el ecocentro
del mundo. Tan solo visitando Ecuador, ustedes
podrán conocer en 7 días toda América Latina:
sus playas, sus montes, sus selvas, sus islas, y,
lo más importante, su gente.
Somos un pueblo de paz. Para nosotros, el Ser
Humano, su bienestar, su desarrollo equitativo,
su buen vivir, el Sumak Kawsay de nuestros
7
pueblos ancestrales, no el acumular, no el
materialismo, el buen vivir en armonía con la
naturaleza, en armonía con los hermanos,
constituye el principio y fin de nuestra acción de
Gobierno.
La belleza de un país como Ecuador, es un
llamado constante a cuidar el único planeta que
tenemos. Para ello, permítanme hacer una breve
exposición del problema económico de los
bienes ambientales, de la conservación:
Los bienes ambientales son bienes públicos, es
decir de libre acceso y sin rivalidad en el
consumo. Yo puedo respirar el aire puro que
produce la Amazonía y nadie lo puede impedir, si
ustedes quieren comprar un cake en el bar de la
Universidad tienen que pagar por ello, eso se
llama capacidad de exclusión. Y sin rivalidad en
el consumo: Que yo respire ese aire puro no
impide que ustedes lo respiren. Que Beth disfrute
de esta conferencia no impide que María
Fernanda también la disfrute. Eso quiere decir
que no hay rivalidad en el consumo. Si yo me
como el pedazo de cake, ustedes no se lo pueden
comer. Eso es rivalidad en el consumo.
Entonces, los bienes ambientales son bienes
públicos de libre acceso y sin rivalidad en el
8
consumo. En consecuencia, pese a su alto valor
–sin el aire puro que produce la selva amazónica
la vida en el planeta dejaría de existir-, pese a su
alto valor no tienen precios explícitos. Si no hay
capacidad de exclusión, no hay precio monetario.
¿Cuál es el precio del medio ambiente? El precio
del cake sí lo podemos poner; porque, el que
quiere el cake tiene que pagar. Entonces, para
que haya precios, para que haya mercancías, se
necesita capacidad de exclusión sobre ese bien.
Los bienes ambientales no tienen esa capacidad
de exclusión, son bienes públicos; al no tener
precios explícitos, el sistema de mercado –que es
el imperante-, por sí mismo, ni los genera ni los
preserva…
La generación y protección de bienes públicos
globales requiere de acción colectiva global. No
es el intercambio en el mercado el que va a
preservar el medio ambiente; es, ponernos de
acuerdo todos para preservar ese medio
ambiente, eso se llama acción colectiva -en este
caso acción colectiva global-. Y también requiere
de un cambio profundo en la lógica económica,
donde se compense la generación de valor, y no
simplemente la generación de mercancías.
9
Esto es muy importante, de esto hacemos
abstracción los economistas, porque nos las
damos de científicos (y, me olvidaba de decirles,
yo soy economista, pero a pesar de eso soy un
tipo simpático, soy buena persona). En todo
caso, de esto siempre nos olvidamos los
economistas –porque queremos convertir la
economía en hard science, ¿verdad?, en ciencia
dura-: de analizar las relaciones de poder, los
problemas de distribución, problemas políticos…
Creemos que podemos analizar la sociedad
humana en un vacío de fuerzas, esa es una
ingenuidad enorme, es una de las mayores fallas
del análisis económico.
Entonces, la compensación de la generación de
valor
implica
un
problema
político
de
redistribución del ingreso global. Como les decía,
si yo quiero comprarle un tractor a Estados
Unidos, tengo que pagarle, compensarlo por ello.
El tractor tiene un precio, si quiero usarlo tengo
que pagar ese precio. Pero, por todo el medio
ambiente que genera la selva amazónica –
pulmón del planeta-, sin el cual la vida humana
en la tierra no solo sufriría un grave deterioro
sino la extinción total, los países de la cuenca
amazónica no recibimos absolutamente nada a
cambio.
10
Sin duda, el más importante avance de la
economía de mercado –por supuesto con ayuda
de oportuna regulación y acción colectiva, para
tratar
de
generar
y
preservar
bienes
ambientales- ha sido la búsqueda de un mejor
balance ambiental por medio del otorgamiento
de los llamados bonos de carbono a proyectos
que ayuden a reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero.
Probablemente ustedes están familiarizados con
este mecanismo de acción colectiva: La empresa
que necesita contaminar necesita disponer de un
cupo de contaminación, cupo que le es
otorgado por la cantidad de bonos que posea.
Según el Protocolo de Kioto, estos bonos se los
entregan a países que reducen emisiones, a los
que cambian una termoeléctrica por una
hidroeléctrica… Esa es acción colectiva pura y
simple: regulación/control. Y ahí viene el
mecanismo de mercado, esos bonos se tranzan
en un mercado: los oferentes son los que
recibieron los bonos, los demandantes, las
empresas
que
necesitan
ese
cupo
de
contaminación y tienen que comprar los bonos.
Por eso les digo, un avance de la economía de
mercado, pero no nos engañemos, [un avance]
en base a acción colectiva, regulación y control.
11
Los bonos, uno de los tres mecanismos de
reducción de emisiones propuestos en el
Protocolo de Kyoto del año 1997, son transables
y cada uno representa el derecho a emitir una
tonelada de dióxido de carbono (CO2). Se ha
reconocido que estos primeros incentivos
fueron insuficientes, ineficientes e incluso
injustos, entre otras razones, porque este
sistema premiaba a los países que reforestaban
pero impedía compensar a los países que no
habían deforestado y cuyos bosques ya estaban
contribuyendo a la absorción de CO2.
Y en esto hay que tener mucho cuidado en
economía, a la economía también se la llama la
ciencia de los incentivos. Con buenos incentivos
la colectividad hace lo socialmente deseable, con
malos incentivos se hace exactamente lo
contrario. Entonces, si yo compensaba, premiaba
al que sembraba arbolitos, porque eso limpiaba
el medio ambiente, y no compensaba al que
nunca cortó los arbolitos que están limpiando el
medio ambiente. Un agente económico que
busca solamente rentabilidad financiera ¿qué es
lo que va a hacer? ¿Cuál es la mejor estrategia?:
cortar el bosque en pie, vender la madera, recibir
dinero y luego recibir más dinero por volver a
12
sembrar. ¿Sí me explico? Entonces era una
situación ineficiente, injusta en inconsistente.
Por ello, actualmente se discute la posibilidad de
pagar a los países en desarrollo por el valor del
carbono almacenado en sus bosques, para evitar
de esta forma la deforestación y dar un atractivo
financiero al manejo forestal sostenible, en lo
que se conoce como el mecanismo REDD
(Reducing Emissions from Deforestation in
Developing Countries).
Como ya lo mencioné, aunque son pasos
importantes, que apoyamos totalmente,
esto es todavía insuficiente, ineficiente e,
incluso, inconsistente. Son remiendos ante la
ausencia
de
un
concepto
que
defina
exhaustivamente qué es lo que hay que
compensar. Estamos haciendo una “lista de
compras” –una lista de esto sí, esto no- y no hay
el concepto que englobe todo lo que hay que
compensar.
La
idea
de
compensar
la
deforestación evitada, así como la forestación y
la reducción de emisiones, por ejemplo, por la
construcción de una hidroeléctrica, deben ser
incorporadas en un concepto global, y este
concepto es el de Emisiones Netas Evitadas
(ENE por sus siglas en español), concepto que
13
Ecuador presentó en la Conferencia de Cambio
Climático en Cancún en el año 2010: Emisiones
Netas Evitadas (ENE), Net Avoided Emissions.
ENE son las emisiones que, pudiendo ser
realizadas en la economía de cada país, no son
emitidas; ó las emisiones que, existiendo dentro
de la economía de cada país, son reducidas. En
este segundo caso hay ejemplos muy claros: al
reemplazar las termoeléctricas, se reducen las
emisiones. Bueno, básicamente aquello, pero se
trata también de compensar el no lanzar
emisiones, como diré más adelante, en
términos netos: limpiar, reducir equivale a
no ensuciar, a no emitir. Y ese es el concepto
de Emisiones Netas Evitadas. El concepto
permite conciliar las compensaciones iniciales de
Kyoto así como del mecanismo REDD. Sin
embargo, ENE (Emisiones Netas Evitadas) va
mucho más allá, ya que no se restringe a una
actividad específica y considera actividades
económicas que involucren la explotación, uso y
aprovechamiento de recursos renovables y no
renovables, así como compensaciones por acción
y no-acción o por acción y omisión. Se puede
compensar la acción: forestar; la no acción, la
omisión: no deforestar. Todo eso se engloba en
el concepto de Emisiones Netas Evitadas.
14
Por ejemplo, los diferentes países productores de
combustibles
de
origen
fósil,
altamente
contaminantes –me refiero al petróleo-, tendrían
libertad para elegir entre extraer dichos recursos
o dejarlos en el subsuelo y así ser compensados
por las emisiones que se evitarían, por no lanzar
emisiones. Esta ha sido una compensación por
no-acción. Análoga a dejar el bosque en pie. Me
están compensando por no hacer algo a lo que
tengo derecho: cortar el bosque, ¿verdad?
En resumen, ENE (Emisiones Netas Evitadas) es
el concepto global que permite definir qué es lo
que se debe compensar. Compensar las
Emisiones Netas Evitadas tiene perfectas bases
de derecho, ambientales y de lógica económica.
La idea central de ENE es que un país pueda ser
compensado para que no realice una acción a la
cual tiene derecho, en caso de ésta ser
individualmente pero no globalmente deseable.
Es decir, los que saben algo de economía, en
caso de producir externalidades negativas:
deforestar, tengo el derecho a cortar mi bosque.
Individualmente es rentable cortar el bosque,
porque vendo la madera; pero, globalmente, se
perjudica al medio ambiente, ¿verdad? Hay que
15
compensar para que no se realice esa acción a la
que uno tiene derecho.
De forma análoga, si un país no tiene la
obligación de realizar una acción que produce
externalidades positivas (reforestar, acción;
puede ser que para mí no sea rentable –pero sí
globalmente- sembrar árboles), debe ser
compensado por realizarla. Eso en cuanto a la
visión, desde el derecho, de por qué compensar.
En aspectos ambientales, la idea central de ENE
es extremadamente obvia: en términos netos, no
ensuciar
el
medio
ambiente
(es
decir,
compensación por no acción, por omisión
teniendo el derecho de realizar la acción) es
equivalente a limpiarlo (compensación por acción
sin tener la obligación de realizar esta acción).
Ejemplo de lo primero: dejar el petróleo bajo
tierra. Tenemos el derecho de sacarlo. Eso
contamina. Entonces, en términos ambientales
no ensuciar equivale a limpiar, porque si saco ese
petróleo vamos a contaminar… (Ustedes saben
que el petróleo no se lo saca para estar expuesto
en una vitrina sino para quemarlo y generar
energía).
16
Sembrar el bosque, realizar una acción,
reforestar para limpiar el medio ambiente. Estoy
limpiando. Pero en términos netos, no ensuciar o
limpiar son equivalentes. Entonces, en términos
ambientales, también hay una base obvia para
compensar las Emisiones Netas Evitadas.
Finalmente, en cuanto a lógica económica, la
base económica (hemos visto la base en
derecho,
la
base
ambiental
muy
resumidamente); ahora, en cuanto a la lógica
económica: Emisiones Netas Evitadas, al igual
que todas las compensaciones por generar o
mantener bienes ambientales, los cuales por ser
bienes de libre acceso no tienen precios
explícitos de mercado, se fundamenta en la
necesidad de compensar la generación de valor
(que es lo importante, el valor, la capacidad de
satisfacer nuestras necesidades)…
Los bienes se definen porque tienen valor,
capacidad de satisfacer necesidades. Lo que
tenemos que generar es valor, las mercancías
son una parte de los bienes (bienes que tienen
precios explícitos y se intercambia en un
mercado); pero, lo importante es tener bienes
con alto valor, que significa capacidad de
satisfacer
necesidades.
Para
lograr
la
17
maximización del bienestar social y un
desarrollo sostenible hay que compensar la
generación de valor y no tan solo de
mercancías.
Y aquí otra idea fuerza fundamental, para ser
muy realistas: La conservación en países
pobres no será sostenible si ésta no genera
claras y directas mejoras en el nivel de vida
de la población. Que quede claro: yo no le
puedo exigir a una familia pobre, sin alternativa
de ingreso y que vive al lado de un bosque, que
no corte el bosque. Para poder sostener el
bosque en pie se requiere que esa familia reciba
beneficios directos de esta situación.
Si se amplían los incentivos de Kyoto hacia dicha
contaminación neta evitada, se podría dar un
giro
revolucionario
en
los
intercambios
internacionales, al permitir convertir a muchos
países –sobre todo a los que están en vías de
desarrolloen
exportadores
de
servicios
ambientales. En particular, revolucionaría las
políticas energéticas. Aquí está nuestro ministro
de Recursos Naturales No Renovables, Wilson
Pastor, que les ganó a los ecologistas. Es el
primero en acceder a los mecanismos de
desarrollo limpio… Lo voy a nombrar Ministro de
18
Ambiente al Ministro de Petróleo, ¿verdad? En
particular,
revolucionaría
las
políticas
energéticas.
Los
diferentes
países
productores
de
combustibles de origen fósil, insisto, altamente
contaminantes, tendrían libertad para elegir
entre extraer dichos recursos o dejarlos en el
subsuelo, y así ser compensados por las
emisiones de CO2 que se evitarían. Esto no
compensa Kioto actualmente, compensa limpiar;
en principio, no compensa no ensuciar, omitir
una acción a la que tengo derecho: sacar el
petróleo.
Nótese que la decisión de extraer o no petróleo,
en contaminación neta evitada, es perfectamente
análoga a cortar o no el bosque. Dejé el bosque
en pie, estoy limpiando, me compensan.
Bueno, dejé el petróleo bajo el suelo, no
estoy contaminando, ¡compénsenme! En
términos netos, insisto, no ensuciar el medio
ambiente es equivalente a ayudar a limpiarlo.
Como se mencionó anteriormente, esta clase de
iniciativas
tiene
inmensas
aplicaciones
e
implicaciones. Ya les decía, los países pobres
generadores de bienes ambientales finalmente
tendrían la justa compensación por los
19
invalorables servicios que están suministrando
para la vida de todo el planeta. Y sería, esa
conservación, sustentable. Si los pobres no
reciben beneficios directos de la conservación, la
conservación no será sustentable.
Los países pobres tendrían la justa compensación
sin necesidad de recurrir a cooperación, canjes,
caridades, etcétera, sino, repetimos, en función
de estricta justicia. Esto a la vez les facilitaría el
tránsito de economías extractivistas a economías
exportadoras de servicios, en este caso, servicios
ambientales.
La respuesta a la pobreza de muchos países es,
en consecuencia, buscar poner el énfasis en una
lógica de justicia y no en una lógica de mercado,
compensando a aquellos países que generan
bienes y servicios, independientemente de si
estos bienes y servicios tienen o no capacidad de
exclusión, esto es, tienen o no precios explícitos
de mercado. En otras palabras, compensar la
generación de valor y no exclusivamente la
generación de mercancías, que es lo que
privilegia el sistema de mercado imperante.
Sin embargo, no nos engañemos… Y nuevamente
aquí las cuestiones de poder que les molesta a
algunos economistas que creen que la economía
20
es una ciencia positiva, una ciencia social
positiva… Una ciencia que estudia a la sociedad
humana quiere llenarse de positivismo, quieren
reflejar esa sociedad en base a ecuaciones
matemáticas inalterables en el tiempo. Yo creo
que es deber de todo economista, siempre
estudiar las relaciones de poder que explican
muchísimas cosas. Para alcanzar todo aquello
(esa compensación por la generación de valor)
es necesario que cambien las relaciones
mundiales de poder.
Imagínense ustedes por un instante si la
situación fuera a la inversa, y los generadores de
bienes ambientales fueran los países ricos -los
países miembros de la OTAN- y los países pobres
fueran los agentes contaminadores. ¿Quién
puede dudar, que hace rato, invocando por
supuesto el Derecho Internacional, la moral, la
ética, las buenas costumbres, nos hubieran
obligado -incluso invadido- para pagarles una
"justa compensación"? Lamentablemente, como
decía Trasímaco a Sócrates hace más de dos mil
años: “La justicia es tan solo la conveniencia del
más fuerte”.
21
Queridas amigas y amigos:
Hace cuatro años, en esta misma ciudad, mi
gobierno lanzó al mundo la Iniciativa Yasuní ITT
como una idea innovadora, vanguardista y
revolucionaria.
Ante la confirmación de 846 millones de
barriles de crudo pesado en el campo ITT
(Ishpingo-Tambococha-Tiputini, ITT, todavía
sigue siendo la reserva más grande que
tenemos, comprobada), situado en el Parque
Nacional Yasuní –una de las reservas de
biodiversidad más importantes del planeta-,
reservas que, de utilizarse, generarían 407
millones de toneladas de dióxido de carbono,
Ecuador presentó ante el mundo la decisión de
mantener dicho crudo indefinidamente bajo
tierra, pero exigiendo la corresponsabilidad de
la comunidad internacional en la lucha contra el
calentamiento global.
Nosotros no hemos producido el calentamiento
global. Queremos luchar contra él porque nos
perjudica a todos, pero tampoco vamos a ser
tontos útiles de nadie. Aquí necesitamos
corresponsabilidad, no caridad.
22
Corresponsabilidad en la lucha contra el
calentamiento global, es decir, exigiendo una
compensación, sobre todo por parte de aquellos
países que tienen una responsabilidad histórica
en el cambio climático, y en general exigiendo
contribuciones
del
mundo
entero,
contribuciones y compensación que deben
llegar al menos a la mitad del valor presente
neto de dichas reservas de petróleo, o al valor
de mercado de las emisiones netas evitadas:
407 millones de toneladas de CO2 que no se
enviarían a la atmósfera, si esto fuera
representado en bonos de carbono, eso tiene
un valor de mercado.
Con estas contribuciones, Ecuador creó un
fideicomiso administrado por las Naciones Unidas
cuyo capital servirá para proyectos de energía
renovable, con rentabilidad fija y segura. A su
vez, los rendimientos del fondo se utilizarán para
el sostenimiento de las áreas naturales
protegidas del Ecuador, así como para proyectos
de mitigación y adaptación al cambio climático.
Nosotros no hemos producido el cambio
climático, pero los países pobres son los que más
sufren por el cambio climático, porque es costoso
23
prepararse para los efectos de este cambio:
inundaciones, sequías, etcétera.
El Estado ecuatoriano emite certificados de
garantía
por
el
valor
nominal
de
las
compensaciones. El respaldo real de la garantía
serán las inversiones realizadas con el fondo de
capital, y sería exigible el momento que Ecuador
incumpliera el acuerdo y extrajera el crudo del
Campo ITT. Sin embargo, la idea más profunda,
histórica, es que algún día, y bajo el concepto de
emisiones netas evitadas, estos certificados de
garantía del Yasuní sirvan también como créditos
de carbono, que ojalá algún día sean reconocidas
por el Protocolo de Kioto o cualquier otro acuerdo
internacional, pero que actualmente no son
reconocidos y requieren de acuerdos políticos
bilaterales para que sean efectivos, considerando
a la iniciativa como proyecto piloto.
Es decir, se emiten certificados. Si nosotros
fuéramos Kioto y estuviéramos dando estos
certificados, son bonos de carbono que se
negocian. Estos certificados representan lo
mismo: emisiones evitadas, pero no están
reconocidos. Esperamos que algún día Kioto se
amplíe (hay grande oposición para que se
amplíe,
por
parte
de
los
países
más
24
contaminadores; con todo respeto, Estados
Unidos ni siquiera ha ratificado el Protocolo de
Kioto), que estos certificados sean reconocidos y
puedan ser transables en un mercado y
adquiridos por empresas que necesitan cupos
para contaminar. Y, mientras tanto, aspiramos
que algún momento, aunque sea lleguemos a
acuerdos bilaterales con ciertos países para
obtener más contribuciones, de parte de
empresas de esos países, y puedan utilizar
dentro de esos países los certificados como
créditos de carbono.
Es importante recalcar –y esto es sumamente
importante, nosotros cuidamos mucho la
dignidad del país, hemos sido estropeados
durante demasiados años-, es importante
recalcar que el principal contribuyente es el
propio Ecuador, porque para el país lo más
conveniente en términos financieros es explotar
el petróleo, cuyo valor presente neto a los
precios actuales del barril es de cerca de 14.000
millones de dólares, y ¡vaya si nos hacen falta
esos billones de dólares para el desarrollo del
país!
Es decir, nosotros estamos renunciando a
una inmensa suma de dinero. Para nosotros,
25
financieramente, lo más rentable es sacar el
petróleo. “Ah, pero ustedes tienen mucho medio
ambiente”. Sí; ¿y cuánto podemos comprar?
¿Cuánta comida le podemos dar a nuestros
niños? ¿Cuántos libros a nuestros estudiantes?
¿Cuántas carreteras puedo comprar con ese
medio ambiente? Entonces, lo otro implica un
flujo financiero que sí puede adquirir esos bienes,
y se necesitan esos bienes –carreteras, escuelas,
etcétera- para el desarrollo del país. Además,
estamos hablando de la región más megadiversa
del planeta, el parque Yasuní, en la selva
amazónica, ¡una verdadera maravilla!
La iniciativa es un claro compromiso de un país
pobre para enfrentar el cambio climático y el
calentamiento global, donde, insisto, la mayor
parte de sacrificio recae sobre el pueblo
ecuatoriano. Es que algunos enfocan esto como
caridad: “Porque somos buenos, de buen
corazón, vamos a darles una contribución, una
caridad y, si es posible, con eso no pago
impuestos a Ecuador”.
Nosotros no estamos pidiendo caridad. Esto
es un compromiso de todos, donde el principal
contribuyente se llama Ecuador. Y como
manifestó el Ex Presidente de la Asamblea de
26
Naciones Unidas y querido amigo, Padre Miguel
de Escoto, la iniciativa Yasuní-ITT es la propuesta
más concreta que se haya presentado en la
historia de la humanidad para luchar contra el
calentamiento global. Es pasar de la retórica a
los hechos concretos.
Algunos pueden pensar que si no se explota el
petróleo del Yasuní, se podrá explotar de otro
lado y la situación no cambiaría demasiado.
Quizás en el corto plazo la no entrega de
petróleo por parte de un productor puede ser
reemplazada por otro, existiendo –o de existir- la
capacidad instalada internacional. Pero en el
largo plazo, la reducción de emisiones es real,
porque el petróleo es un recurso natural no
renovable y por tanto finito, hay una cantidad
fija en el planeta. Las estimaciones sobre las
reservas mundiales de petróleo pronostican que,
al ritmo actual de extracción, la producción
mundial de petróleo durará únicamente 40 años.
En este plazo, la no extracción de reservas
petroleras es una contribución neta a la
reducción de emisiones.
Además, la Iniciativa Yasuní prevé que los
recursos financieros a obtenerse se inviertan en
proyectos nuevos que absorban o reduzcan
27
emisiones adicionales de CO2, como los
programas de deforestación evitada. En estos
momentos tenemos programas como Socio
Bosque: pagamos a las familias para que
mantengan el bosque en pie. Pero eso significa
gasto permanente y un importante sacrificio
fiscal criticado por la oposición: los subsidios,
cuando es una manera eficiente de que las
familias cuiden el bosque. Y, les insisto, si esa
familia pobre, sin ingresos y empleo no recibe un
beneficio directo del bosque en pie, nada evitará
que corten ese bosque.
Programas
de
deforestación
evitada,
reforestación y desarrollo de fuentes limpias de
energía. El potencial de reducción conjunta de
estos proyectos alcanza un valor estimado de al
menos 820 millones de toneladas de CO2
reducidas. Estamos empezando, solo este año,
como ocho hidroeléctricas para reemplazar las
termoeléctricas que proveen energía al país. Esto
significa cambiar de fuentes de energía
altamente contaminadoras a fuentes de energía
renovable y mucho más limpias. A estas 820
millones de toneladas de CO2, que con estos
proyectos se van a evitar –pero necesitamos
financiamiento para esos proyectos-, se añaden
los 407 millones provenientes de la no extracción
28
del petróleo. Es decir, con el proyecto Yasuní ITT
en realidad se estarían reduciendo o evitando
más de mil doscientos millones de toneladas de
CO2.
Los proyectos específicos en los que el Ecuador
invertirá los recursos del Fondo ITT son los
siguientes (todo esto ya está definido, firmado):
a. Protección y administración eficiente
de 45 Áreas Protegidas
Y aquí permítanme hacer una pausa. Con el
cariño inmenso que tenemos a Costa Rica (no sé
si aquí hay algún hermano costarricense),
nuevamente Costa Rica se ha posicionado como
el país de la ecología, ¿verdad? Porque tiene
veintiséis por ciento de su territorio como áreas
protegidas; pues, resulta que el Ecuador tiene
esa misma proporción, pero es cinco veces más
grande. Es decir, tenemos cinco veces más áreas
protegidas en términos absolutos que Costa Rica,
porque tenemos porcentualmente la misma
cantidad de territorio protegido, pero Ecuador es
cinco veces más grande que Costa Rica.
Ahora, para mí lo más fácil es seguir, –porque
esto se hace por decreto-, seguir firmando
decretos declarando áreas protegidas a los
29
inmensos bosques que tiene el Ecuador; pero, si
no tengo guardabosques, si no tengo los
recursos para mantener esas áreas protegidas
todo es un engaño social.
Entonces, estos fondos irán a la administración
eficiente de cuarenta y cinco áreas protegidas y
las que se creen en el futuro.
b. Reforestación
hectáreas.
Estamos con
reforestación.
c.
un
de
empeño
un
muy
millón
grande
de
de
Cambio
en
la
oferta
energética
ecuatoriana hacia sistemas de energía
limpia.
Lo que les decía, reemplazar termoeléctricas… Es
una locura el desastre que dejaron en el país los
gobiernos neoliberales con la deserción del
Estado. Ecuador tiene una gran riqueza hídrica,
por todos lados se puede hacer hidroeléctricas;
pero, tan solo cuarenta por ciento de nuestra
energía era de origen hídrico y más del cincuenta
por ciento era de origen térmico, altamente
contaminador.
30
Estamos en un proceso agresivo, acelerado de
reemplazar
esas
termoeléctricas
por
hidroeléctricas.
d. Mejora en la eficiencia energética del
país.
Significa mejores construcciones que conserven
el calor, que conserven el frío, etcétera. Todo
esto es costoso.
e. Financiamiento productivo, educación
y capacitación a las comunidades
rurales…
Como los hermanos Huaoranis, en las zonas de
influencia de los proyectos, para que mejoren su
nivel de vida practicando agricultura, ecoturismo
y formas de producción sostenibles, y que, por
ejemplo, no se dediquen a [explotar] la madera.
f. Inversión en ciencia y tecnología para
aprovechar de manera eficiente y
sostenible nuestra biodiversidad.
Aquí los datos son espectaculares. La cantidad de
conocimiento que existe en nuestra biodiversidad
inexplorada es de un potencial enorme. Es
mínima la cantidad de plantas que han sido
estudiadas en sus efectos medicinales. Yasuní es
31
el laboratorio natural tal vez más grande del
mundo, más rico del mundo, y lo que hay por
descubrir es muchísimo.
Queridas amigas, amigos:
El Parque Nacional Yasuní ha sido considerado
uno de los lugares de mayor biodiversidad en el
Planeta. Fue creado en 1979 y declarado por la
UNESCO como Reserva Mundial de la Biósfera en
1989. Alcanza 982.000 hectáreas en la cuenca
del alto Napo en la Amazonía occidental. Su
ubicación estratégica, cercana a la línea
equinoccial y a la cordillera de los Andes, le
proporciona condiciones climáticas únicas en la
Amazonía,
con
temperatura
y
humedad
relativamente uniformes y elevadas.
Los científicos concuerdan en el valor único del
Parque,
insisto,
por
su
extraordinaria
biodiversidad, estado de conservación e incluso
patrimonio cultural. Con 2.274 especies de
árboles y arbustos, el parque alberga en una sola
hectárea a 655 especies: más del total de
especies nativas de árboles de Estados Unidos y
Canadá juntos, en una hectárea del Parque
Nacional Yasuní.
32
El Yasuní concentra las máximas densidades de
especies en anfibios, mamíferos, aves y plantas
en la Amazonía. Los valores únicos del Parque se
explican por varias razones: la estabilidad de su
clima, la elevada precipitación, y la temperatura
alta y regular en las diferentes estaciones. La
diversidad de sus suelos origina distintos
ecosistemas en tierras firmes e inundables.
El Parque Nacional Yasuní es, además, el hogar
de dos pueblos indígenas que han optado por el
aislamiento voluntario de la sociedad occidental:
los Tagaeri y los Taromenane. Aquí están los
hermanos Huaorani, ellos se organizan en clanes,
dos clanes: Tagaeri y Taromenane, familias
extendidas, no están en contacto con la
civilización occidental y su hábitat es el Parque
Nacional Yasuní.
En suma, lo que propone la Iniciativa Yasuní
ITT junto al concepto de Emisiones Netas
Evitadas, es justamente la posibilidad de
redefinir las responsabilidades sobre el manejo
de los bienes públicos globales, ofrece también
una alternativa concreta y viable para reducir
emisiones,
conservar
la
biodiversidad
y
garantizar la supervivencia de los pueblos
indígenas en aislamiento voluntario.
33
Sin embargo, pese a todas estas cosas hermosas
que hemos escuchado de la iniciativa Yasuní ITT,
pese a todas las felicitaciones y aplausos (si por
cada felicitación nos hubieran dado un dólar ya
hubiéramos llegado a la meta), sin embargo, la
respuesta global a nuestro llamado ha sido
pobre. Sin considerar el canje de deuda con
Italia, que además hubiera llegado con o sin
Yasuní, porque este canje lo hacemos cada cierto
tiempo, sin considerar el canje de deuda con
Italia, de 49 millones de dólares, lo que existe
actualmente en el Fondo no llega ni al 5% de lo
que nos propusimos recaudar hasta diciembre de
2011, cuando tendremos que evaluar muy
seriamente la iniciativa. Yo no puedo tampoco
sacrificar al pueblo ecuatoriano. Ahí hay catorce
mil millones de dólares en valor presente de esas
reservas, eso es más del doble que el total del
programa de inversiones de todo el Estado
ecuatoriano. Y vaya que necesitamos esas
inversiones.
Si bien podemos tener explicaciones para esta
pobre actuación, explicaciones como la crisis
financiera global, y, particularmente la europea,
o los escasos incentivos para mitigar el cambio
climático,
resultado
del
fracaso
de
las
negociaciones internacionales, hoy, ya con más
34
experiencia, ya con una ruta recorrida, es
incuestionable reconocer que la iniciativa es
cierta, es loable e inaplazable ante la crisis
ecológica y climática del planeta; pero que la
pobre respuesta internacional no es sino el
reflejo del pobre compromiso para luchar contra
el problema planetario del cambio climático.
Aquellos
países
que
tienen
la
mayor
responsabilidad en el cambio climático son los
que ahora obstaculizan la concreción de acuerdos
globales para disminuir la emisión de gases de
efecto invernadero. Incluso hay países que se
oponen a un segundo período de compromisos
dentro del Protocolo de Kyoto (Cancún fue un
fracaso por este bloqueo), compromisos que de
por sí ya eran insuficientes… ¡Y ni siquiera
pretenden cumplir esas mínimas metas ya
existentes!
El compromiso y participación activa de la
ciudadanía mundial, de ustedes los jóvenes, de
académicos, de militantes y activistas, de los
filántropos y de la empresa privada es
fundamental para que podamos demostrar que
otra vía para el buen vivir es posible. Hemos
pasado de vivir en un mundo de proletarios a un
mundo de precarios, de desempleados, de
35
refugiados climáticos. Vivimos la era de los
indignados. Es nuestra capacidad de indignación
creativa lo que nos ha convocado y nos
compromete con esta Iniciativa.
Señoras y señores, queridas amigas y amigos: El
Ecuador presenta al mundo la iniciativa YasuníITT!
¡MUCHAS GRACIAS!
Rafael Correa Delgado
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA
REPÚBLICA DEL ECUADOR
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