La expansión musulmana por el Norte de África y la Península Ibérica

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III Estudios sobre las fuentes de la conquista islámica
Historiografía
y representaciones
III Estudios sobre las fuentes
de la conquista islámica
Editores científicos:
Luis A. García Moreno – Esther Sánchez Medina
Lidia Fernández Fonfría
REAL ACADEMIA
DE LA HISTORIA
La expansión musulmana por el
Norte de África y la Península Ibérica
en historiadores marroquíes
Mostafa Ammadi
Universidad Hassan II – Casablanca
Resumen
Esta es una revisión de las fuentes historiográficas marroquíes de
la expansión musulmana por el Norte de África y la Península Ibérica.
Se realiza una reflexión sobre la influencia de los mitos y leyendas de
tradición oral en la construcción del relato histórico.
Palabras clave: Historiografía, expansión musulmana, Marruecos,
Al-Andalus.
Résumé
Le texte est une révision des sources historiques marocaines concernant le sujet de l´expansion musulmane dans le Nord de l´Afrique et la
péninsule ibérique. L´article fait une réflexion sur l'influence des mythes
et des légendes qui ont une tradition orale, dans la construction du récit
historique.
Mots-clés: Historiographie, expansion musulmane, Maroc, Al-Andalus.
176
MOSTAFA AMMADI
Muchas de las páginas de la historia de la expansión musulmana en el Norte de África y en la Península Ibérica se han escrito
a partir de exageraciones y fantasías procedentes de la transmisión
oral y el imaginario colectivo. Las leyendas y relatos míticos que
fueron escritos y narrados como si fueran relatos históricos y épicos se han enseñado en las escuelas marroquíes durante décadas.
Algunos detalles y acontecimientos de esta historia imaginada,
que ha sido presentada como verídica a diferentes generaciones,
estaban basados en una gran cantidad de desproporciones cuya
finalidad no ha sido otra que justificar con el pasado algunos
valores e ideas tópicas forjadas en la época contemporánea.
Este debate sobre las fuentes y el origen del relato histórico
es bastante frecuente cuando nos aproximamos a los textos,
ya que la discusión sobre el grado de fidelidad existente entre
una narración histórica y la realidad de un hecho es la base de
todo debate historiográfico, máxime cuando se abordan acontecimientos relativos a una expansión militar o los conflictos
bélicos entre países.
De ahí que los textos que sirven de fuente histórica para narrar
un mismo acontecimiento puedan estar escritos bajo diferentes
sesgos, perspectivas y desde distintos contextos. En la construcción
del relato histórico se mezclan, por una parte, las contemplaciones objetivas con, por otra parte, los análisis y las pretensiones
subjetivas de las diferentes partes implicadas. Por ello, es comprensible entender que la historia pueda ser tergiversada, ya que
los hechos quedan mudos en el pasado y es necesario rescatarlos
y reconstruirlos de nuevo desde la mirada del presente. A este
respecto, el antropólogo Julio Caro Baroja afirmaba que la historia
es siempre una fantasía sin base científica.
Identificar los hitos de la expansión musulmana supone revisar todas las fuentes que documentan esta historia. Asimismo,
implica revisar las afirmaciones consideradas certezas hasta
ahora para abrirnos a un conocimiento nuevo de una realidad
pasada, unos hechos sobre cuya memoria no se tienen porqué
LA EXPANSIÓN MUSULMANA POR EL NORTE DE ÁFRICA Y LA PENÍNSULA...
177
proyectar ni intereses políticos actuales ni ideológicos o propagandísticos. Por ello, es importante determinar el grado de
leyenda y fabulación que existe detrás de determinados momentos históricos sobre los que los historiadores no concuerdan1.
Así, la historia de la expansión musulmana, tanto en las tierras de los bereberes del Magreb como en las tierras de los cristianos en la Península, es parecida a muchas otras narraciones
que no están exentas de fantasías ni de imaginaciones inventivas
donde la diversidad de los documentos añade complejidad y,
en ocasiones, las exposiciones de datos son lagunosas. En este
capítulo de la historia, las intervenciones de los historiadores en
la construcción del relato histórico se hacen patentes y llenan
las fuentes de subjetividad, principalmente en lo que se refiere
a las cuestiones religiosas. Resulta vano recordar que estamos
hablando de la expansión musulmana, es decir, de la difusión
de un pueblo con una religión que quiso extenderse por tierras
en las que ya se practicaban mayoritariamente otras religiones.
Los relatos históricos que componen los hechos de esta
expansión y que circulan en muchas fuentes son, al fin y
al cabo, creaciones humanas que, sin lugar a dudas, reflejan
inconscientemente las ideologías de sus propios historiadores.
Los historiadores, al exponer y narrar un determinado acontecimiento, como es el presente caso de la expansión musulmana,
plasman y dejan ver en su discurso sus propios deseos, sus
pensamientos o sus modos de analizar la historia. No obstante,
para la historiografía estas opiniones e interpretaciones, a pesar
de la subjetividad que las caracteriza, no dejan de reflejar también aspectos imprescindibles de la historia de las mentalidades.
Para abordar el tema que nos ocupa analizaremos, en primer
lugar, la opinión de un autor argelino de origen beréber cuyas
ideas se repiten con bastante frecuencia por otros historiadores
1
178
MOSTAFA AMMADI
en el tema relativo a la verdadera dimensión de la islamización
de los bereberes del Norte de África. Este autor dice:
2
Traducción del texto: «Puede que un creyente musulmán sienta una gran
decepción por estas expresiones que parecen fuertes, cuando en realidad se
está llamando a las cosas al revés utilizando otros nombres. Y podríamos decir
que se suelen designar algunos hechos mediante varios adjetivos heréticos a
los que parece que ya nos hemos acostumbrado.
Sin embargo, la lectura de la historia exige una especie de prudencia y
de objetividad para extraer de ella lo oculto, y para descubrir la historia no
contada… Con nuestro silencio se ha perdido el esfuerzo y la identidad, y
nos hemos convertido en mera noticia de una historia ya lejana…Los anuarios
islámicos caracterizados por la fe tolerante aluden a la acción árabe en nuestro
norte africano con el término Fath –conquista–, y en su mayoría pasan por
alto por el término Ghazw –invasión–, debido a inclinaciones ideologizadas de
los historiadores o a causa de un deseo de suavizar sus posiciones y calmar
las mentes. La finalidad principal podría ser mitigar el impacto de un hecho,
de un acontecimiento, simplificándolo y poniendo de relieve el lado religioso
que lo caracterizó y borrar interesadamente algunas realidades ocultándolas
ante la comunidad. Sin embargo, el estudioso del tema de la expansión
musulmana en los mejores libros de historia de autores árabes musulmanes
descubre entre líneas en una lectura más atenta y especializada que existía
intencionalmente el propósito de ignorar nuestra identidad y la naturaleza de
2
LA EXPANSIÓN MUSULMANA POR EL NORTE DE ÁFRICA Y LA PENÍNSULA...
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Este texto, entre otros muchos textos que se podrían citar
por historiadores marroquíes, nos trae de nuevo a la pregunta
fundamental que se plantea aquí: «¿Cómo fue realmente y en
qué contexto se realizó la islamización de los bereberes del
Norte de África?».
Todas las fuentes aluden a que el éxito de la expansión de
los árabes en Egipto hizo que estos se lanzaran de nuevo a
invadir otros territorios. No obstante, la conquista del Norte
de África resultó ser mucho más difícil que la de Egipto. Los
bereberes –que eran los habitantes principales– se resistieron
violentamente a la dominación árabe y a la aceptación del Islam
como nueva religión.
La historia oficial que reflejan muchos historiadores marroquíes insiste demasiado en que la islamización del Norte
de África fue muy difícil, dura y lenta, fue necesario más
de medio siglo para acometerla (del año 647 al 710) y se
realizaron numerosas batallas militares para lograr derrotar
el levantamiento más fuerte de los bereberes liderado por la
Káhina3. La Káhina, la reina o líder beréber, se enfrentó con
mucho empeño y eficacia a los árabes. Así, la Káhina o «sacerdotisa» –significado al que alude su nombre en árabe– fue
una guerrera de origen beréber que junto con Kusaila (jefe de
la tribu beréber de los Awrabas en el siglo VII) combatieron
duramente la conquista o la llamada expansión islámica en
el Norte de África.
nuestras acciones. De manera que, según el vocabulario de esos historiadores,
nos habríamos convertido en personas sin ninguna identidad colectiva, retomando la expresión de ‘Amr Ibn Al-‘Ass cuando conquistó Egipto».
3
Los historiadores musulmanes la han descrito como bella en su juventud, de abundante y larga cabellera y madre de tres hijos. Cuando Káhina
comenzó a destacarse en política era ya viuda y quizás anciana (según Ibn
Jaldún tenía ya 67 años).
180
MOSTAFA AMMADI
Sobre este proceso de islamización del Norte de África hay
muchas hipótesis, conjeturas4 y juicios de valor según los cuales
los historiadores marroquíes han ido narrando la historia de este
proceso. Se cuenta en la mayoría de las fuentes que, poco a
poco, algunas tribus bereberes habían ido aceptando fácilmente
la forma de vivir de los árabes (sus costumbres y su cultura),
lo que hizo muy fácil el paso paulatino de algunas de estas
tribus bereberes a la religión islámica.
Sin embargo, otras fuentes insisten en la idea de que muchas
tribus bereberes de diferente localización siguieron practicando
sus creencias tradicionales como si fueran religiones y manifestaron una gran resistencia a la islamización. No obstante, con
el tiempo –según estas fuentes– los árabes lograron someterlos, a pesar de que muchos de ellos continuaron rebelándose
y consiguieron expulsar temporalmente a los conquistadores
musulmanes de sus zonas.
Bien es cierto que muchas noticias que hacen referencia a
este lento proceso de islamización insisten en que se basan en
relatos mezclados con leyendas que resultaban atractivas a la
mentalidad de la época en que se difundieron, aunque carecían
de precisión y de rigor histórico. Efectivamente, según una de
aquellas teorías tradicionales, la lucha de los bereberes contra
Siete hombres de un clan (el de los Regraga, de la tribu de Chiadma)
habrían viajado, seguramente por razones comerciales, a Oriente Medio, en
época del Profeta Muhammad (s.a.s.) Ya ahí habrían oído hablar de la aparición
en Arabia de alguien que pretendía ser un mensajero de Allah. Atraídos por
esta noticia, acudieron a Medina y llamaron de noche a la casa de Muhammad
(s.a.s.). Salió a recibirlos Fátima, la hija del Profeta (s.a.s.), y, dirigiéndose a ella
en beréber, le preguntaron por su padre. Fátima se presentó ante Muhammad
(s.a.s.) y le comunicó que en la puerta había unos hombres que hablaban la
lengua más extraña que había escuchado jamás. A continuación, se nos dice
que Muhammad (s.a.s.) los recibió y debatió con ellos en su lengua. Esos siete
hombres regresaron, ya musulmanes, al Magreb, difundieron el Islam por la región
a la que pertenecían y derrocaron al rey judío que los gobernaba. Cada año, en
primavera, recorrían el país para cerciorarse el que «el Islam seguía vigente».
4
LA EXPANSIÓN MUSULMANA POR EL NORTE DE ÁFRICA Y LA PENÍNSULA...
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los musulmanes se fue transformando por la misma población a
causa del respeto y el trato ejemplar que recibían de los árabes.
Así, retomemos de nuevo el asunto del problema de designaciones que muchas fuentes plantean. Entre los historiadores
existe una diferencia de terminología para caracterizar la
expansión musulmana, en unas fuentes se utiliza el término
Fath –conquista– y en otras Gazw –invasión–. Desde el punto
de vista lingüístico y semántico, una «conquista» es el logro
de algún objetivo o cosa mediante gran esfuerzo, habilidad y
empeño, mientras que la palabra «invasión» designa una ocupación de un territorio por fuerzas militares extranjeras, es decir,
que una «invasión» implica recurrir a una ocupación, mediante
asalto, ataque, incursión, asedio, etc.
Sobre esta polémica terminológica han escrito muchos
historiadores marroquíes, como Muhammed Bukabbout en su
trabajo publicado por el centro Tariq Ibn Ziyad de Rabat en
un volumen titulado La civilización marroquí (obra en cuya
página 34 el historiador subraya las atrocidades de la invasión
e islamización de los bereberes5).
En esta misma línea de releer páginas de la historia de la
islamización en el Norte de África, podemos citar también
el trabajo del historiador marroquí Ali Sedki Azaykou, que
ha sido uno de los más destacados miembros del Instituto Real de la Cultura Amazigh. En su trabajo titulado La
historia de Marruecos o las posibles interpretaciones trata
el tema de los bereberes en el Norte de África a lo largo
de más de 400 páginas, llegando a la conclusión de que la
ocupación islámica –llamada indistintamente «conquista» o
«invasión» según cada autor– ha sido un permanente objeto
de interrogación para los historiadores.
5
182
MOSTAFA AMMADI
La idea de una ocupación rápida y fulminante del Norte de
África bajo la bandera de una nueva religión que se plantea en
algunas fuentes historiográficas ha puesto sobre la mesa una serie
de problemas y contradicciones que aún no han sido resueltas en
su totalidad. Por ejemplo, para muchos historiadores marroquíes
el cambio irreversible del mapa político de los territorios del
Norte de África en siglo VII no fue sino el resultado de agravios
y heridas brutales que destruyeron de una forma irracional la
nación beréber de aquella época. Es por ello que las diferencias
terminológicas y la ambigüedad en el tratamiento de muchas
cuestiones en relación con este tema han dado lugar a que haya
una gran cantidad de trabajos y estudios históricos que giran sobre
la misma cuestión, polémica en la que han participado importantes historiadores como R. Dozy, Lévi-Provençal y muchos otros.
Todos estamos de acuerdo en que la tarea de analizar la producción historiográfica de la expansión musulmana es ingente y
que las referencias que encontramos son contradictorias, son a la
vez el reflejo y la imagen que reproduce el hecho histórico y el
cálamo o la pluma que lo narró. En general muchas fuentes históricas se han caracterizado por lo que se llama en árabe: “discurso
maravilloso”: es decir una especie de discurso maravilloso que
causa portento, prodigio, milagro, admiración, asombro, y que tiene
un objetivo cuyo fin es inculcar un mensaje basado en milagros:
En otras fuentes árabo-marroquíes se pone en evidencia
muchas veces el predominio de una tendencia a caer –de una
forma consciente o inconsciente– en las exageraciones excesi-
LA EXPANSIÓN MUSULMANA POR EL NORTE DE ÁFRICA Y LA PENÍNSULA...
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vas, es decir, en exagerar demasiado la realidad hasta caer en
la ficción y en la reproducción de imágenes o de relatos inexistentes. Esta retórica de la hipérbole ha llevado incluso a reiterar
las apreciaciones casi literalmente mediante frases repetidas y
calcadas en la descripción de dos gobernadores diferentes, tal
y como mostramos en el siguiente ejemplo:67
6
7
A continuación, antes de referir aquí otro ejemplo de un libro
didáctico de Historia programado por el Ministerio de Educación
Nacional marroquí es necesario, en primer lugar, dejar claro que
a pesar de todas estas fantasías y contradicciones en relación con
6
7
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MOSTAFA AMMADI
los hechos históricos relativos a la islamización de los bereberes,
no hay que pensar que mi objetivo en esta intervención consiste
en quitar el mérito a estas referencias. Todos estos textos, junto
con otros, son el testimonio que refleja de una forma u otra los
hechos históricos desde una óptica determinada.
Veamos cómo este libro de texto, llamado Al-mufid fi Tarij
al-Maghrib (Lo útil en la historia de Marruecos) por sus autores
Mohammed El Amin Mohammed y Mohammed Ali Rahmani,
fue el libro de texto obligatorio por el Ministerio de Educación
Nacional de Marruecos. Los autores empezaban su trabajo pedagógico con una extraña pregunta: «¿Los antiguos bereberes
tenían en aquella época su propia literatura y su propio arte?».
La respuesta que en este libro de texto ofrecían los dos profesores a los alumnos marroquíes fue que con la lengua beréber
no se podían expresar ideas nobles con un estilo literario, que
la lengua beréber no permitía ningún discurso académico ni
ninguna creación artística.
Una lectura detenida de las ideas que ofrece el libro nos lleva a la página 43, dónde leemos un pasaje sobre el gobernador
Hassan Ibn Naaman. Fue este gobernador quien terminó con
la lucha de la Káhina beréber y llevó en su viaje de vuelta a
Oriente muchas antigüedades bereberes de mucho valor como
regalo al Califa Abd El-Malek.
LA EXPANSIÓN MUSULMANA POR EL NORTE DE ÁFRICA Y LA PENÍNSULA...
185
Cualquiera que sea el caso, y como había escrito Mulud
Ouchhak en uno de sus trabajos titulado La historia de Marruecos y la problemática de las fuentes, los problemas que
atraviesan las fuentes históricas tradicionales siguen siendo –en
última instancia y en sí mismas– una referencia indispensable
para la historiografía, sobre todo para aquellos investigadores
interesados en reconstruir una visión más cercana a la realidad
de los hechos históricos.
La misma idea se podría aplicar también al caso de la expansión musulmana en la Península Ibérica. Este es un capítulo
de la historia muy mitificado y que nunca ha sido abandonado
por la historiografía o la hermenéutica por estar vinculado a
tensiones políticas y luchas ideológicas de gran envergadura.
En este sentido, una de las obras más curiosas a la que se
han enfrentado muchos historiadores ha sido la publicación de
Ignacio Olagüe, obra cuyo polémico título y cuyos contenidos
han creado muchas controversias debido a algunas de sus tesis
insostenibles que no necesitan ningún comentario (ya que la
llegada de los árabes a Hispania y su establecimiento en la
Península está bien testimoniado).
Ahora bien, la expansión musulmana por la Península Ibérica
también está rodeada de una incontestable oscuridad a causa de
la diversidad de ópticas expresadas en las fuentes. Estas dife-
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MOSTAFA AMMADI
rentes versiones han dado lugar a muchas hipótesis que tienden
a alejarse –podemos decir que de forma exagerada– de lo que
una realidad histórica podría admitir. Así, muchas fuentes hablan
de la rapidez y de un pronto y brusco cambio en la cúpula del
poder a causa del avance fulminante de la expansión musulmana
en la Península Ibérica: este es un hecho indiscutible, pero no
exento de muchas leyendas que se mezclan con la realidad.
Si tomamos como base las aportaciones de otras fuentes
árabes, como veremos posteriormente, encontraremos pocas
referencias a las mismas por parte de la escuela egipcia que
se dedicó a documentar la historia de Al-Andalus desde el
siglo III de la hégira como por parte de la escuela marroquí
dedicada a los estudios historiográficos de Al-Andalus desde
el siglo V de la hégira.
No es de extrañar este mutismo de las fuentes, si tenemos
en cuenta que este periodo coincide con momentos de falta de
seguridad y de inestabilidad que se percibía en la zona. Este
factor estuvo en la raíz de que la historia se mezclase con la
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187
leyenda incluyendo elementos ficticios, a menudo sobrenaturales, que posteriormente se han transmitido de generación en
generación modificando partes y episodios de los acontecimientos históricos.
Las primeras noticias que hacen referencia a la llegada de los
musulmanes a Al-Andalus son relatos absolutamente atractivos
para la mentalidad de la época, aunque, según muchos investigadores, a estos relatos les falta mucho rigor histórico. Por
ejemplo, según una de las teorías tradicionales Tánger sería, en
efecto, el lugar escogido para reunirse el famoso y controvertido
conde don Julián con el gran conquistador Uqba Ibn Nafii8.
Algunas fuentes marroquíes han insistido reiteradamente en
que fue el propio Conde don Julián, gobernador de Ceuta, el
que habría ayudado a atravesar el Estrecho hacia la Península
Ibérica primero a Tarif en el 91/710 y al año siguiente a Tariq
Ibn Ziyad, seguido de Musà ibn Nusayr. Los textos de historiadores marroquíes se diferencian a veces en la transcripción
de su nombre Ulyán, Ullán, Urbán, Julían.
La mayoría de las fuentes conocidas aluden cronológicamente a la quema de los barcos señalada en algunos modelos
de la jutba o arenga de Tariq, basándose en el historiador Ibn
Kardabus a partir de su trabajo titulado Historia de Al-Andalus.
Ibn Kardabus fue el primero en hablar de la quema de los
barcos por parte de Tariq. No obstante, hay otras fuentes que
aluden a otro libro, como el del historiador Al-Idrissi y su libro
titulado Nuzhat Al-Mushtaq fi Ijtiraqi Al-Áfaq, así como tamCf. Lévi-Provençal, E., “Un nouveau récit de la conquête de l’Afrique
du Nord par les Arabes”, Arabica I, 1954, 17-43; Ibn Abd al-Mun´im alHimyārī, K. al-Radw al-mìtār, ed. I. Abbās, Kitāb al-Radw al-mi‛tar‛ fī jabar
al-aqtār. (Muŷam ŷugrāfī ma‛musaradām), Beirut, Maktaba Lubnān, 1975,
396; Al-Nuwayrī, en Ibn Jaldūn, K. al-‛Ibar, trad. francesa M. G. de Slane,
Histoire des Berbères, París, 1852-1856, 4 vols., espec. vol. I, 332-333 (no
se encuentran los fragmentos de al-Nuwayrī en la edición del texto árabe
consultada).
8
188
MOSTAFA AMMADI
bién el historiador Al-Humairi en su trabajo titulado Al-Rawd
al-Mi´tar, obra que también cita este episodio legendario de la
quema de los barcos:
Es verdad que las fuentes constituyen la materia prima de
los historiadores. Como fuentes entendemos todos los documentos, testimonios u objetos que nos trasmiten una información
significativa y referente a los hechos que han tenido lugar en
el pasado, pero las diferencias de un autor a otro o de un
manuscrito a otro plantean problemas de documentación y de
interpretación.
Así, según algunas fuentes, enviar tropas a Al-Andalus no suponía correr un gran riesgo, ya que la mayoría de estas tropas –en
caso de alguna derrota– estaban compuestas al fin y al cabo por bereberes, tal y como testimonia este manuscrito del viaje que efectuó
Al-Ghassani en el año 1690 y titulado Viaje de un ministro para la
liberación de cautivos (
) conservado en la Biblioteca Central de Tetuán y cuyo contenido ha sido editado por varios
historiadores, entre los que destaca el historiador e hispanista
Abderrahim Benhadda.
En su gran parte, la mayoría de las fuentes con información relativa a la expansión musulmana aluden a que una vez
exterminadas las fuerzas visigodas, cuyo reino sufría de una
gran inestabilidad política, un ejército compuesto por árabes y
bereberes conquistó fácilmente toda la Península Ibérica, salvo
algunas zonas o valles en los montes cantábricos. Es más, dicho ejército musulmán se adentró en los territorios de la actual
Francia, donde en el año 732 sus tropas fueron derrotadas por
el rey franco Carlos Martel en una batalla que tuvo lugar entre
LA EXPANSIÓN MUSULMANA POR EL NORTE DE ÁFRICA Y LA PENÍNSULA...
189
190
MOSTAFA AMMADI
Tours y Poitiers, enfrentamiento en el que se detuvo el avance
de Abderrahman al-Ghafiqi.
Durante las primeras décadas de la ocupación de la Península Ibérica por los musulmanes existía un ambiente de luchas
y peleas entre los diferentes bandos que querían controlar el
poder. Al-Andalus fue el reflejo tanto del esplendor cultural
como de la ruptura y la escisión que a mediados del siglo VIII
empezaba a producirse en el seno del imperio musulmán, ya
que la dinastía de los Abbasíes se sublevó contra los Omeyas,
llegando a triunfar y trasladar el centro de poder de Damasco
a Bagdad.
Sin duda alguna, la historia de Al-Andalus se ha convertido
en un lugar común de confrontaciones y de enfrentamientos.
Algunos historiadores marroquíes han criticado ciertas ideas que
se afirman a propósito de que la expansión en Al-Andalus se
debe principalmente a los judíos9 de la Península, que habían
entrado en contacto con los judíos de África para planear la
expansión10.
Con respecto a esta tesis, han escrito Frédéric Abécassis y
Karima Dirèche en una excelente publicación titulada Les juifs
du Maghreb et d´Al-Andalus, que los judíos del Magreb y de
al-Andalus nunca formaron una entidad cultural monolítica ni
mucho menos histórica. A lo largo de los siglos su estatuto
personal ha sido variable, en función de las configuraciones
sociales, políticas y socioculturales de los Estados11 donde han
residido.
9
10
Les Juifs du Maghreb et d’al-Andalus, Préface Frédéric Abécassis et
Karima Dirèche, Mars 2010, Bibliographie publiée à l’occasion de la tenue
11
LA EXPANSIÓN MUSULMANA POR EL NORTE DE ÁFRICA Y LA PENÍNSULA...
191
Es más, algunas fuentes marroquíes expresan que el buen
trato de los musulmanes a los judíos en la época de la expansión musulmana en la Península Ibérica no se podría
considerar de ninguna manera como compensación por una
supuesta ayuda, por su colaboración en la planificación de
esta expansión.
Más allá de interpretaciones, leyendas e hipótesis, los
sucesos –seguramente cruciales– de los años 709-711 deben
interpretarse en el contexto amplio de la expansión islámica
(con su lógica interna y sus propios métodos) y de la crisis
del Estado visigodo.
En conclusión, es necesario subrayar que hoy no cabe duda
entre los historiadores en lo que respecta a la islamización de
los bereberes en el Norte de África del alcance de la leyenda
de los siete hombres de la tribu Regraga12 (que se conocen
como los primeros que trajeron el Islam a África), así como
de otras célebres leyendas como la famosa jutba o arenga de
Tariq relativa a la quema de los barcos, sobre las cuales hay
muchos detalles que quedan por aclarar.
Subrayemos que insistir en este aspecto de la historiografía no es sino recordar unas realidades históricas incontrovertibles sobre la expansión musulmana, ya se trate las fuentes
islámicas o de las no islámicas. Llegados a este punto todos
estamos de acuerdo en que la historia de esta expansión es
también la historia de unos discursos y de unas representaciones de los deseos, las inquietudes y los intereses de cada
autor. Así, el conocimiento histórico, en la medida que existe,
es también la creación de los historiadores que entretejen la
realidad de leyendas y creaciones sobre el pasado, utilizando
en muchas ocasiones un repertorio de motivos y datos ya
du colloque internationale Migrations, identité et modernité au Maghreb à
Essaouira, les 17- 20 mars 2010.
12
Mana, A., Les Regraga, Casablanca, 1988.
192
MOSTAFA AMMADI
reutilizados, y muchas veces, basados en tópicos. ¿Cómo se
escribe la historia?, se preguntaba en su célebre ensayo el
historiador Paul Veyne, nosotros aquí hemos querido mostrar
que, entre lo sucedido y lo imaginado, queda un largo trabajo
de desmitificación de las ideas recibidas. Las fuentes, como
un caballo de Troya, encierran todavía una gran cantidad de
relatos en apariencia verídicos, pero todavía necesarios de
analizar para llegar a establecer con fuerza en el presente
mayores certezas.
ÍNDICE
Págs.
Prólogo ................................................................................
7
La conquista de Al-Andalus:
Sus representaciones
Historiografía
La Historia preislámica de al-Andalus en Ibn Jaldýn, Luis
A. García Moreno (Real Academia de la Historia.
Madrid) .............................................................................
15
Visigodos y árabes: encuentros anteriores a 711, José
Ramírez Del Río (Universidad de Córdoba) ..............
37
En busca del relato de A mad Al- ā ī sobre la conquista
de al-Andalus, Jean-Pierre Molénat (C.N.R.S. –
I.R.H.T. Paris) ...................................................................
57
¿Retórica en el campo de batalla? Reflexiones sobre la
transmisión y conservación de arengas militares en las
fuentes históricas a través del caso de āriq b. iyād,
Omayra Herrero (CCHS-CSIC) ...................................
91
711 En la Historia urbana: representaciones y realidades,
Christine Mazzoli-Guintard (Universidad de Nantes)
119
La conquista de al-Andalus desde el positivismo del siglo
XIX, María Jesús Viguera Molins (Universidad Complutense. Madrid) .............................................................
157
666
ÍNDICE
Págs.
La expansión musulmana por el Norte de África y la
Península Ibérica en historiadores marroquíes, Mostafa
Ammadi (Universidad Hassan II. Casablanca)..............
175
La conmemoración estudiosa en torno al 711 y la conquista
musulmana de al-Andalus, María Jesús Viguera
Molins (Universidad Complutense. Madrid) ................
193
Arqueología e Iconografía
El símbolo de la estrella en las primeras acuñaciones
andalusíes, Rafael Frochoso Sánchez (Real
Academia de Córdoba Académico correspondiente) .....
215
La cultura islámica medieval ante los restos del mundo
clásico hispano, Jaime Gómez de Caso Zuriaga
(Universidad de Alcalá) ..................................................
233
Literatura
Richiami al passato classico nella poesia mozarabica.
Alcune note su Paolo Alvaro di Cordova, Chiara O.
Tommasi Moreschini (Università di Pisa) ...................
289
La imagen del moro en la literatura y la historiografía de
Alfonso X, Esther Sánchez Medina (Deutsche
Archäologische Institut Kommission für Alte Geschichte
und Epigraphik. Múnich) ................................................
305
āriq en la literatura árabe actual, Rajaa Dakir Universidad
Hassan II. Casablanca)....................................................
339
ÍNDICE
667
Págs.
La Conmemoración del Pacto de Tudmir,
713-2013
Ciudades y topónimos del Pacto de udmīr Luis A. García
Moreno (Real Academia de la Historia. Madrid) .......
357
De nuevo sobre los defensores de Teodomiro. Tópicos historiográficos en los relatos de am×n, Omayra Herrero
(CCHS-CSIC) ...................................................................
375
Le pacte de Tudm÷r dans l’œuvre géographique d’al-©imyar÷: la mémoire de la conquête et de la paix, Christine
Mazzoli-Guintard (Université de Nantes. CRHIA)...
405
Otros espacios mediterráneos
y otras conquistas
La Numidia preislámica, María Elvira Gil Egea (Universidad
de Alcalá) .........................................................................
427
África disputada: los últimos años del África bizantina,
José Soto Chica (UGR-C.E.B.N.Ch.)...........................
459
Los bereberes judíos de Ibn Jaldún. La leyenda y su utilización,
María Elvira Gil Egea (Universidad de Alcalá) ......
517
Egipto, los árabes y la conquista de la Libia Marmárica,
Pentápolis y Tripolitania. 642-698, José Soto Chica
(UGR-C.E.B.N.Ch.) ..........................................................
543
l
ntr l d la bla i n n l Egi t r y r t rab
Sofía Torallas Tovar – Amalia Zomeño (University
of Chicago - Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CCHS-ILC)) .................................................
609
668
ÍNDICE
Págs.
El pago del andrismos en Egipto ¿una forma de conquista?,
María Jesús Albarrán Martínez (Universitat Pompeu
Fabra) ...............................................................................
625
La piratería andalusí de comienzos del siglo IX en
Alejandría y Mi½r en la Historia de los Santos Patriarcas de
Ibn al-Muqaffa‛ bis d As munayn Soha AbboudHaggar (Universidad Complutense. Madrid)................
645
ISBN
978-84-15069-50-8
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