Libertad sindical: Su reconocimiento y tutela

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Libertad sindical: Su reconocimiento y tutela
Hay que detallar el significado general de la libertad sindical como expresión de una
pieza fundamental en el sistema de relaciones laborales y que se convierte en un pilar
de los Estados democráticos: “constituye una de las señas de identidad más relevante
de nuestro sistema de relaciones laborales y, por extensión, viene a convertirse en uno
de los test más notables del asentamiento de un modelo democrático en el marco de
un Estado de Derecho”.
(Antonio Baylos Grau. Sindicalismo y Derecho Sindical, Bomarzo, Albacete, 2009.
AA.VV. 30 años de libertad sindical. Fundación Largo Caballero: Madrid, 2007. Jesús
Cruz Villalón. Compendio del Derecho del trabajo. Madrid: Tecnos, 2015. Pág. 433.)
Así que la libertad sindical, como base del derecho sindical, comprende derechos para
trabajadores y sindicatos: “es el derecho de los trabajadores a fundar sindicatos y a
afiliarse o no a un sindicato, así como el derecho de los sindicatos ya constituidos a
organizarse y ejercer libremente actividades sindicales sobre la base de su autonomía
sindical”
(Pérez Amorós. Libertad Sindical. Representación de los Trabajadores en la empresa.
Módulo didáctico UOC. Pág. 7).
Por lo que hace a su reconocimiento internacional, la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (DUDH), adoptada y proclamada el 10 de diciembre de 1948, en su
art. 23.4, dispone el derecho a fundar sindicatos y a sindicarse: “Toda persona tiene
derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”. Hay que
tener en consideración que la DUDH está recogida en una resolución, la 217-A (III) de
la Asamblea General. No obstante, no hay que olvidar a la doctrina, Estados y
jurisprudencia que defienden el carácter jurídico vinculante de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos. Por lo que hace a la Constitución Española, el art. 10.2 CE
refiere a una cláusula interpretativa en que “Las normas relativas a los derechos
fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de
conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos…”.
Asimismo, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 19/12/1966,
ratificado por España el 27/04/1977, en su art. 22.1, también encontramos referencias
sobre el mismo derecho “Toda persona tiene *…+ el derecho a fundar sindicatos y
afiliarse a ellos para la protección de sus intereses”. El órgano de supervisión es el
Comité de Derechos Humanos.
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El Pacto Internacional de Derechos, Económicos Sociales y Culturales de 19/12/1966,
ratificado por España el 27/04/1977, especifica en el art. 8.1 que los Estados “se
comprometen a garantizar”, “a) El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a
afiliarse al de su elección”. A través de un Protocolo Facultativo, el órgano de
supervisión del PIDESC es el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
La Organización Internacional del Trabajo fue creada en 1919 como parte del Tratado
de Versalles. En ella encontramos específicamente Convenios de tipo “Fundamental”;
“Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación”, núm.
87, de 1948, ratificado por España el 20/04/1977. El art. 2 dispone que “Los
trabajadores *…+ sin ninguna distinción y sin autorización previa, tienen el derecho de
constituir las organizaciones que estimen convenientes, así como el de afiliarse”.
Asimismo el Convenio núm. 98 “Convenio sobre el derecho de sindicación y de
negociación colectiva” de 1949, ratificado por España el 20/04/1977 dispone en el art.
1.1 que “Los trabajadores deberán gozar de adecuada protección contra todo acto de
discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical en relación con su empleo”.
Asimismo el Convenio de tipo “Técnico”, “Convenio sobre las relaciones de trabajo en
la administración pública”, núm. 151, de 1978, ratificado por España el 18/09/1984,
dispone en el art. 4.1 que “Los empleados públicos gozarán de protección adecuada
contra todo acto de discriminación antisindical en relación con su empleo”. Dentro de
la OIT se pueden presentar quejas por incumplimiento de las obligaciones asumidas.
En el ámbito Europeo, el art. 156 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea
contempla una tarea a la Comisión, para alcanzar los objetivos marcados en el art. 151
del Título X de la “Política Social”, sin perjuicio de las demás disposiciones de los
Tratados, en relación a fomentar la colaboración entre Estados miembros además de
“(facilitar) la coordinación de sus acciones en los ámbitos de la política social [y más]
particularmente en las materias relacionadas con: [entre otras] -el derecho de
sindicación y las negociaciones colectivas entre empresarios y trabajadores”.
Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la Carta de Derechos Fundamentales
de la UE pasa a tener el mismo carácter jurídico vinculante que los Tratados. Así el
art.12.1 del Capítulo II, “Libertades”, reconoce a toda persona una serie de derechos,
entre ellos “ *…+a la libertad de asociación en todos los niveles, especialmente en los
ámbitos *…+ sindical *…+, lo que implica el derecho de toda persona a fundar con otras
sindicatos y a afiliarse a los mismos para la defensa de sus intereses”. El órgano de
control judicial de la UE es el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
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Hay que tener en consideración los diferentes mecanismos a disposición de los
Ciudadanos Europeos:
Presentar una petición al Parlamento Europeo “Cualquier ciudadano de la Unión,
así como cualquier persona física o jurídica que resida o tenga su domicilio social
en un Estado miembro” de forma individual o colectiva (art. 227 TFUE), se
reconoce como uno de los derechos fundamentales de cualquier ciudadano o
residente de la Unión. La petición puede contener una solicitud particular, una
queja u observación relativa a la aplicación del Derecho comunitario, o un
llamamiento dirigido al Parlamento Europeo para que tome posición ante un
asunto concreto. Esta petición da al Parlamento Europeo la ocasión de llamar la
atención sobre cualquier violación de los derechos de los ciudadanos europeos
cometida por un Estado miembro, una autoridad local u otra institución.
Presentar una queja a la Comisión Europea en relación con cualquier medida
legislativa, reglamentaria o administrativa, falta de actuación o práctica de un
Estado miembro que vaya contra el Derecho de la Unión.
En todo caso, si se considera que en la presentación de la queja ha habido una
mala administración por parte de una institución, órgano o organismo de la UE se
podría presentar una reclamación ante el Defensor del Pueblo Europeo.
Cabe añadir que estos instrumentos ejercen principalmente una presión de
naturaleza política sobre la violación del derecho de la Unión o la mala
administración, pero, en todo caso, la omisión puede conllevar, según el asunto,
abrir un procedimiento jurisdiccional ante el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea.
En el ámbito del Consejo de Europa, España ratificó el 04/10/1979 el Convenio
Europeo de Derechos Humanos que reconoce una serie de derechos, entre ellos, a
fundar sindicatos y afiliarse: art. 11.1 “Toda persona tiene derecho *…+ a fundar, con
otras, sindicatos y de afiliarse a los mismos para la defensa de sus intereses”. Aquí se
observa una reserva en la aplicación del art. 11 para el Estado español “En la medida
en que fuera incompatible con los arts. 28 y 127 CE”. El órgano de control judicial es el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Dentro de este ámbito, también encontramos la Carta Social Europea de Turín de 1961
que España ratificó el 06/05/1980 (no la Carta Social revisada, ni el Protocolo de
reclamaciones colectivas) y que, en el art. 5 “Derecho sindical”, lleva a compromisos:
“las Partes Contratantes se comprometen a que la legislación nacional no menoscabe
esa libertad, ni se aplique de manera que pueda menoscabarla” y “libertad de los
trabajadores *…+ de constituir organizaciones […] para la protección de sus intereses
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económicos y sociales y adherirse a esas organizaciones..”. Su órgano de supervisión es
el Comité Europeo de Derechos Sociales.
En el ámbito interno el art.7 de la Constitución Española (CE) reconoce a los sindicatos
de trabajadores su contribución “a la defensa y promoción de los intereses
económicos y sociales que les son propios”. El art. 28.1, dentro del “Título I, Capítulo IIDerechos y libertades, Sección 1º- De los derechos fundamentales y de las libertades
públicas-, contempla que “todos tienen el derecho a sindicarse libremente”. No
obstante, se exponen limitaciones o excepciones: “La ley podrá limitar o exceptuar el
ejercicio de este derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos
sometidos a disciplina militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para los
funcionarios públicos”. Asimismo, expone que “la libertad sindical comprende el
derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección” así como el derecho de los
sindicatos “ a formar confederaciones y a fundar organizaciones sindicales
internacionales o a afiliarse a las mismas”. Cabe decir que el art. 103.3 CE especifica
que “La ley regulará el estatuto de los funcionarios públicos, […] las peculiaridades del
ejercicio de su derecho a sindicación...”.
El art. 15 del RDL 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, dispone que “Los empleados
tienen los siguientes derechos individuales que se ejercen de forma colectiva: a) A la
libertad sindical”, *…+.
La Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de Libertad Sindical en su art. 1.1 dispone
que “Todos los trabajadores tienen derecho a sindicarse libremente para la promoción
y defensa de sus intereses económicos y sociales”.
La Ley 19/1977, de 1 de abril, sobre regulación del derecho de asociación sindical
(preconstitucional) y que está vigente parcialmente, también reconoce, art. 1.1, que
“Los trabajadores […] podrán constituir en cada rama de actividad [...] las asociaciones
profesionales que estimen convenientes para la defensa de sus intereses respectivos”,
así como el derecho de afiliación; art. 2.1: “Los trabajadores […] tendrán derecho a
afiliarse a las referidas asociaciones…” y que “ *…+ gozarán de protección legal contra
todo acto de discriminación tendente a menoscabar la libertad sindical…”, art. 2.2.
Asimismo el art. 4 del Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, texto
refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores , reconoce a los Trabajadores
“Derechos laborales [...] (y) como derechos básicos, con el contenido y alcance que
para cada uno de los mismos disponga su específica normativa, los de: 1.b) Libre
sindicación”.
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El Estatuto de autonomía de Cataluña dispone en el art. 25.5 que “Las organizaciones
Sindicales *…+ tienen derecho a cumplir sus funciones *…+” en diferentes ámbitos. El
art. 45.3 expone que “Los poderes públicos han de adoptar las medidas necesarias
para garantizar los derechos laborales y sindicales de los trabajadores…”. Cabe decir
que el art. 106 del Decreto legislativo 1/1997, de 31 de octubre, por el que se aprueba
el refundido en un texto único de los preceptos de determinados textos legales en
Cataluña en materia de función pública dispone que “Los funcionarios disfrutan
también del libre ejercicio de los derechos y libertades sindicales de acuerdo con la
legislación en esta materia [...]”.
La CE contempla además unas garantías sobre el ejercicio de los derechos y libertades
reconocidos, entre ellos, el de libertad sindical. El art. 53.1 CE: “Sólo por ley, que en
todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá regularse el ejercicio de tales
derechos y libertades, que se tutelarán de acuerdo con lo previsto en el artículo 161, 1,
a)”, y vinculación de todos los poderes públicos. Asimismo, el art. 81.1 CE de la reserva
de ley orgánica: “son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos
fundamentales y de las libertades públicas..”. También el art. 53.2 CE contempla las
garantías jurisdiccionales y especifica que los derechos y libertades reconocidos, entre
ellos el de libertad sindical, serán tutelados “ante los Tribunales ordinarios por un
procedimiento basado en los principios de preferencia y sumariedad y, en su caso a
través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional”. Cabe decir que el propio
Tribunal Constitucional ha admitido que si un juez ordinario no diese tutela al
particular que reclama frente a otro particular por la violación de un derecho
fundamental, es entonces el propio Juez quien viola el derecho: “Lo que sucede, de
una parte, es que existen derechos que sólo se tienen frente a los poderes públicos
(como los del art. 24) y, de otra, que la sujeción de los poderes públicos a la
Constitución (art. 9.1) se traduce en un deber positivo de dar efectividad a tales
derechos en cuanto a su vigencia en la vida social, deber que afecta al legislador, al
ejecutivo y a los Jueces y Tribunales, en el ámbito de sus funciones respectivas….Esta
violación puede producirse respecto de las relaciones entre particulares cuando no
cumplen su función de restablecimiento de los mismos, que normalmente
corresponde a los Jueces y Tribunales a los que el Ordenamiento encomienda la tutela
general de tales libertades y derechos (art. 41.1 de la LOTC)”. (Sentencia del Tribunal
Constitucional de 07/02/1984 FJ 6º). Además de que una reforma de la Constitución
que afecte “al Capítulo II, Sección primera del Título I, o al Título II, se procederá a la
aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución
inmediata de las Cortes.” Art. 168 CE.
El art. 12 de la Ley Orgánica de Libertad Sindical especifica que “Serán nulos y sin
efecto los preceptos reglamentarios, las cláusulas de los convenios colectivos, los
pactos individuales y las decisiones unilaterales del empresario que contengan o
supongan cualquier tipo de discriminación en el empleo o en las condiciones de
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trabajo, sean favorables o adversas, por razón de la adhesión o no a un sindicato, a sus
acuerdos o al ejercicio en general de actividades sindicales”.
Asimismo, cabe mencionar al Defensor del Pueblo “…alto comisionado de las Cortes
Generales, designado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos en este
Título (I), a cuyo efecto podrá supervisar la actividad de la Administración, dando
cuenta a las Cortes Generales”, art. 54 CE. Entre las atribuciones del Defensor del
Pueblo se encuentran: Poder interponer recurso de inconstitucionalidad contra leyes o
normas con rango de ley frente al Tribunal Constitucional (art. 162.1 CE); Interposición
de recurso de amparo frente al Tribunal Constitucional (art.162.1 b) ): “Podrá iniciar y
proseguir de oficio o a petición de parte, cualquier investigación conducente al
esclarecimiento de los actos y resoluciones de la Administración pública y sus agentes,
en relación con los ciudadanos, a la luz de lo dispuesto en el artículo ciento tres, uno,
de la Constitución, y el respeto debido a los Derechos proclamados en su Título
primero” (art. 9 Ley orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo).
La Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social, dispone de una
modalidad procesal (artículos 177-184), “De la tutela de los derechos fundamentales y
libertades públicas” basada en un procedimiento urgente y preferente”. No obstante,
el art. 3 especifica las “Materias excluidas” del orden social, entre las que se
encuentra: c) “De la tutela de los derechos de libertad sindical… (de) los funcionarios
públicos, personal estatutario de los servicios de salud y al personal que se refiere la
letra a) del apartado 3 del artículo 1 del Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los
Trabajadores”.
En el ámbito penal cabe incluir “De los delitos contra los derechos de los
trabajadores”, el art. 315 de la Ley orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal, que tipifica aquella conducta contraria a la libertad sindical “(a) los que,
mediante engaño o abuso de situación de necesidad, impidieren o limitaren el ejercicio
de la libertad sindical o el derecho de huelga”. Conocerá sobre ello el orden
jurisdiccional penal.
Desde la óptica sancionadora, las conductas contrarias a la libertad sindical pueden
constituir infracciones de carácter “grave” y “muy grave” tipificadas en los arts. 7 y 8
del Real decreto legislativo 5/2000, de 4 de agosto, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social.
Luis Ramos Poley
CCOO de Catalunya
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