Enfoque Narrativa amahuaca: Cuentos graciosos sobre los cuñados E n el pasado, apenas llegaba la noche, a los amahuaca les encantaba sentarse alrededor del fogón para conversar sobre las actividades del día: sobre el pez grande que casi habían pescado, o de ese tapir que se les escapó. Pero los chistes favoritos eran los relacionados con algún cuñado a quien le habían jugado una mala pasada. Apenas alguien decía “chahiyacu janixochnu” –había una vez un cuñado– todos sabían que en seguida iban a escuchar una buena historia. Los amahuaca viven en una sociedad matrilocal, es decir que el futuro yerno tiene que ir a vivir a la casa de sus suegros y trabajar para su suegro durante varios años. Por lo general, el hermano mayor de la esposa tiene más importancia y po- 98 der que el esposo, todo lo cual lleva al cuñado a pasar por momentos muy difíciles que siempre lo ponen en situaciones engorrosas y lo hacen el hazmerreír de la gente. Contar esas historias repetidas veces cumple también una función muy importante, el de preservarlas. Hoy, muchas se han escrito en lengua vernácula y sirven como material de lectura en las escuelas. La historia siguiente es un cuento sobre el odio que existe entre el jaguar (llamado tigre en la selva) y el oso hormiguero. Puesto que se tratan como chahiyacu ‘cuñado’, se puede vislumbrar que algo interesante va a pasar. Enfoque El tigre que robó la cushma del oso hormiguero (Jan taro xahu hinan vihanni) H abía una vez un oso hormiguero y un tigre (jaguar) que se encontraron cuando paseaban por el bosque. El oso hormiguero llevaba puesta una bonita cushma bien pintada. El tigre llevaba puesta una cushma vieja. Viendo que el oso hormiguero se había vestido con una cushma pintada, el tigre le dijo: —¿De dónde has sacado esa cushma tan bonita, cuñado? El oso hormiguero le contestó: —Tú no aguantas nada la respiración. Yo sí aguanto mucho más tiempo que tú. Para que veas, haz como yo. Cuando el oso hormiguero buceó por un largo rato, el tigre salió del agua y se fue a cambiar la cushma del oso hormiguero por la suya. Cogiendo la cushma del oso hormiguero, se la puso y se echó a correr por el río. —Mi mamá acaba de hacerla y me la he puesto. Entonces el tigre le dijo: —Dame la tuya, cuñado. Hagamos un cambio con la mía. —No. Recién la ha terminado mi mamá y me la he puesto. El tigre siguió insistiendo: —Yo te voy a dar otra, cuñado, pero primero vamos a bañarnos. Tienes que dármela en seguida. Diciendo eso, comenzaron a bañarse. El tigre, viendo que el oso hormiguero se había sacado la cushma bonita para guardarla en el barranco del río, antes de bañarse le dijo: —Yo aguanto un buen rato cuando buceo, y tú también tienes que aguantar un buen rato. El oso hormiguero estuvo de acuerdo. Entonces el tigre fingió que estaba buceando, pero sólo el oso hormiguero buceaba y cuando salía, el tigre buceaba para hacerle creer al oso hormiguero que aguantaba más tiempo debajo del agua. Así entrando y saliendo del agua, el tigre dijo de nuevo: Mientras el tigre corría mirando hacia atrás, el oso hormiguero salió del agua para ponerse su cushma, pero desgraciadamente no la encontró. Miró para ver dónde estaba el tigre y lo vio que estaba ya en el estirón del río. El tigre miró hacia atrás y viendo al oso hormiguero soltó una carcajada. El oso hormiguero le dijo al tigre: —¡No te lleves mi cushma, cuñado! —Ya me la he puesto. Allí está la mía que es vieja, póntela. —No puede ser; mi mamá recién la terminó ayer. Voy a quitártela, respondió el oso hormiguero. Diciendo eso, fue tras el tigre, pero como el oso hormiguero no puede correr tan rápido como el tigre, no lo alcanzó y el tigre lo dejó atrás. D ebido a que hace mucho tiempo el tigre le quitó la cushma al oso hormiguero, el oso hormiguero siempre odia al tigre y lo busca para matarlo. 99