Cervantes ocultaba un manifiesto

Anuncio
10
EL PAÍS, domingo 31 de enero de 2010
MADRID
de lo que el misterioso recipiente
de estaño contenía. Lo más chocante es un texto titulado Vida de
Mina. En un principio, se pensó
que correspondía a Francisco Xavier Mina, español y guerrillero
radical, fusilado en 1817 en México por haber dirigido un contingente liberal que se puso al lado
de los mexicanos alzados contra
el régimen colonial de España.
Pero, como se acaba de probar
ahora, no se trataba de su biografía, sino más bien de la de su tío,
Francisco Espoz y Mina, nacido
en la localidad navarra de Idocin
en 1781, hijo de campesinos, que
llegaría a ser uno de los principales líderes de la guerrilla contra
la invasión napoleónica de Espa-
La caja de estaño
fue lacrada
e impregnada
de insecticida
El historiador Manuel Ortuño, el director general de Patrimonio, José Luis Martínez Almeida, y el arqueólogo Antonio Dávila examinan el hallazgo.
Cervantes ocultaba un manifiesto
Desveladas las claves del cofre hallado bajo la estatua de la plaza de las Cortes
RAFAEL FRAGUAS
Alcalá de Henares
La charada ha sido, por fin, descifrada. El cofre-testigo de estaño, sepultado a los pies de la
estatua de Miguel de Cervantes, que afloró en unas obras
junto a la plaza de las Cortes,
ha sido abierto y examinado su
intrigante contenido. El escenario de su apertura ha sido el
Museo Arqueológico Regional
de Alcalá de Henares, dirigido
por el paleontólogo Enrique
Baquedano. El cofre había sido enviado allí para su custodia. Este jueves, con delicadeza y precisión, el responsable
del laboratorio del museo alcalaíno fue sacando del recipiente metálico con base interior de cristal los siete libros cervantinos, las monedas, grabados y documentos
de época que, desde 1834, silenciosamente albergaba.
Un olor denso a lacre y a
insecticida se expandió por la
estancia inmediatamente después de alzar la tapa de la semioxidada caja. Había prevención entre los testigos, arqueólogos, historiadores y periodistas,
ya que se temía que los efluvios
resultaran tóxicos.
El cofre había permanecido
176 años intocado, depositado bajo la estatua cervantina labrada
en Roma por Antonio Solá, trasladada a Alicante en barco y de allí
hasta Madrid en 1834. Lo que
contiene es, ni más ni menos, un
alegato liberal y progresista dirigido a las generaciones venideras, en un momento en el cual
España se hallaba en plena confrontación interna por múltiples
frentes y sumida en una coyuntura política delicadísima.
De un lado, el pretendiente
Carlos María Isidro de Borbón,
jefe de la facción carlista, con las
Arriba, documentos y biografía de Espoz
y Mina. En los lados y al centro, grabados
con efigies de la Regente e Isabel II niña,
monedas y medalla cervantina. / cam
armas en la mano, reclamaba para sí frente a su sobrina Isabel, de
tres años de edad, la Corona española. Del otro, Isabel acaba de recibir de su difunto padre el rey
Fernando VII la legitimidad di-
nástica, tras la pragmática fernandina que abolió la Ley Sálica,
que vetaba el acceso al trono de
las mujeres. El liberalismo, satanizado por el absolutismo, encontraba a la muerte del monarca en
1833 ocasión propicia para reivindicar el favor de la regente, María Cristina.
Tan complejo almacén de problemas ha dificultado hasta ahora la explicación del significado
Textos, monedas
constitucionalistas
y medallas, ejes del
mensaje progresista
ña en 1808. Espoz y Mina se convirtió tras la guerrilla en uno de
los principales generales del país,
militante liberal nombrado virrey de Navarra por María Cristina. Según Manuel Ortuño, historiador de la vida de ambos guerrilleros, “Espoz y Mina era a
la sazón el militar liberal más
importante del país, en plena
primera guerra carlista, enfrentado al general Zumalacárregui. Por ello, la introducción de su biografía en el nicho de la estatua de Cervantes
tenía un significado político e
ideológico de afirmación netamente liberal”. Para abundar
más en el mensaje, el ajuar
ahora descifrado contiene un
Diario de Avisos que publicó
el decreto por el cual María
Cristina excluyó al pretendiente carlista Carlos María
Isidro, cuñado suyo, y a su linaje, del acceso a la Corona
española. Dispone asimismo
su expulsión del país. La caja metálica desencriptada guarda también el ejemplar de la Gaceta de
Madrid, una especie de Boletín
Oficial del Estado, que publica el
decreto que abolió la Ley Sálica y
su disposición de que sea la niña
quien reine como Isabel II. En
consecuencia, el recipiente de estaño incluye cinco grabados con
varias efigies de la regente y de
su hija.
Por otra parte, las monedas introducidas en el cofre revelan señeros momentos constitucionales en oro y, plata, con valores
que oscilan entre los 80 y los 20
reales de vellón, por primera vez
con cifras en números arábigos,
no romanos. Las ediciones del
Quijote de 1819 y la biografía de
Cervantes, signaban el homenaje
al autor efigiado en la escultura
que ocultaba tan singulares tesoros. Una medalla con el escudo
de Madrid —osa rampante junto
a un madroño recuadrado por siete estrellas— compone el broche
heráldico cívico de este importante hallazgo, expresión de un momento singular cargado de significación histórica, preludio de
nuevos avatares.
Descargar