capitulo de libro mujeres con cirugias esteticas

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Revista de Psicoanálisis, Psicoterapia y Salud Mental vol.3
nº7, 2010
Estructuración Psíquica En Mujeres Con Múltiples Cirugías
Estéticas
Estudio Descriptivo Hermenéutico de corte Psicoanalítico de la Estructuración del psiquismo
en mujeres con múltiples cirugías estéticas.
Edgar Alfonso Acuña Bermúdez
Investigador Principal
Silvia Margarita Serrano Castañeda
Candida Isabel Buelvas Barrios
Shirley Isabel Luna Venegas
Sindi Farith Perez Martinez
Co-investigadores
Ana Marcela Avila Pacheco
Eduardo Iriarte Vivero
Ana Milena Reyes
Colaboradores
Oscar Cabas Haydar
Asesor de Investigador
Universidad de San Buenaventura Cartagena
Facultad de Psicología
Mujeres con múltiples cirugías 2
Resumen
El presente trabajo investigativo enmarca un estudio descriptivo de la estructura intrapsìquica de
mujeres con múltiples cirugías estéticas, respondiendo ante el palpable advenimiento de esta
nueva sintomatología cultural como expresión distorsionada de las conflictivas inconscientes
producto de interacciones familiares y vivencias traumáticas en el ciclo vital de los individuos,
desde una mirada psicológica critica, con un trasfondo psicodinàmico. El objetivo principal es la
descripción de la estructura psíquica de las participantes; dinámica familiar, dinámica psíquica y
significación inconsciente del procedimiento quirúrgico. El método utilizado, es la investigación
cualitativa hermenéutica mediante estudio de caso, tomando como muestra a cinco mujeres con
cirugías estéticas, con herramientas psicotécnicas proyectivas y formatos de sistematización de
datos primordiales, como historia personal y entrevista semi-estructurada. Se concluye que
predomina la disfuncionalidad familiar, funciones fallidas de los paternaires, un cuerpo endeble e
insatisfecho como testimonio de dichas fallas y la cirugía como acto compensatorio de la falta
estructural.
Palabras claves: Estructura, Psiquica, Mujeres, Cirugías, Estéticas, Función, Cuerpo.
Abstrac
This research work comes a descriptive study of the intrapsiquical structure at women with
multiple cosmetic surgeries, reacting to the visible advent of this new cultural symptoms as
distorted expression of unconscious conflicting, product of family interactions and traumatic
experiences in the life cycle of individuals, from a psychological look criticized, with a
psycodinamic background. The main objective is the description of the psychic structure of the
participants, family dynamics, psyquical dynamic and unconscious significance of the surgical
procedure. The method used qualitative research is hermeneutics through case study, using as a
sample to five women with a esthetic surgery, psychotecnic projective tools and data
systematization primary formats, as personal story and semi-structured interview. It is concluded
that dominates the dysfunctional family functions of paternaires failed, a weak body and
dissatisfied as a testimony of such failures and surgery as a compensatory measure of the
structural failure.
Keys words: Structure, Psyquic, Women, Surgery, Stetics, Function, Body.
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Mujeres con múltiples cirugías 3
Hoy, la cultura se encuentra representada bajo el signo de lo corpóreo, del soma como medio
de expresión del psiquismo humano, como deposito subjetivo de libido y el deseo; se pronuncia a
través de él la iniciativa humana, y el anhelo histórico y sobrecargado del ideal estético de la
humanidad, convirtiéndose en objeto o en sujeto, según sea el caso. Ello, ha dado paso al
nacimiento de un neonarcisismo, que se expresa mediante la atención exacerbada hacia el
cuerpo y en la obsesión moderna del Yo, desmantelando las “resistencias tradicionales” y
haciendo de lo corporal, una instancia disponible para cualquier experimentación, Sennet, R.
(1979). Dicho narcisismo se destaca por sostenerse en la realidad a través de los sustitutos,
ilusiones compensatorias del verdadero contenido inconsciente que se emite disfrazadamente en
lo circundante del colectivo social. Es un verdadero culto al cuerpo.
La preocupación anómala (o no) por la imagen corporal no es exclusiva de estos días. La
historia y la cultura de los pueblos enseñan que forma parte de la humanidad. Sólo de esta
manera se pueden entender prácticas aparentemente bárbaras en diversos grupos poblacionales,
consideradas así por quienes no pertenecen a dicha cultura. Las elongaciones o aplastamientos
craneales observados en culturas precolombinas, las atrofias en los pies de mujeres de Extremo
Oriente consecuencia del vendado a que se les sometía desde la más tierna infancia, los largos
cuellos de jirafa de determinadas tribus de África o las elongaciones de orejas o labios, hacían
más bellas a estas personas que ahora parecen deformes o monstruosas (De la Serna, P. 2004). En
la actualidad, este ideal estético posee un valor agregado: el consumismo, el cual incentiva las
relaciones interpersonales vacías y define el estatus en el colectivo social, tomando de referente el
significante dinero como autoridad regidora, como medio y fin ultimo, disposición que se
desarrolla en el regazo del núcleo familiar, como derivación de un proceso vital que le es
inherente.
Según un articulo publicado por Muñoz, O. (2006) los norteamericanos están gastando la
alarmante suma de US $15.000 millones de dólares por año en cirugía estética en una
exacerbación demencial de embellecimiento. La suma duplica el Producto Interno Bruto (PIB) de
Malawi y es más del doble de lo que Estados Unidos aportó a los programas de lucha contra el
SIDA en la última década. Con estos datos se abre el artículo “Ombligos, vaginas y dedos de los
pies: todo es operable”, publicado por Joanna Walters en “The Observer” y traducido en el
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periódico argentino “Clarín”, por Claudia Martínez. El texto hace referencia al pleno apogeo de
la cirugía estética en Estados Unidos, donde hasta las mujeres jóvenes y atractivas pasan por el
bisturí: “Estados Unidos siempre fue la capital de la cirugía estética del mundo, pero la demanda
de un menú de procedimientos cada vez más amplio hoy hizo eclosión y produjo una nueva
generación más joven de obsesivos, llamados 'adictos a la belleza', nuevo libro de Alex
Kuczynski (2006), de una confesa adicta a la cirugía estética en vías de recuperación”.
Por otra parte, en Alemania, las cirugías plásticas aumentan 25% cada Navidad, pues son el
regalo predilecto; mientras que en Ecuador, las jovencitas las piden como obsequio de
graduación. En Brasil, se hacen más de 600,000 cirugías estéticas al año (Santamaría, 2007).
Además, no es exclusivo de las mujeres pues cada vez más aumenta el número de hombres que
se someten a procedimientos quirúrgicos, o cualquier ritual estético, conocido como el fenómeno
metrosexual (Simpson, 2002)
Según el diario El País de Cali (2007) se estima que en Colombia se realizan 250.000
cirugías plásticas al año. Sin embargo, se desconoce qué porcentaje de estos pacientes son
menores de edad. La Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica afirma que en los últimos diez
años, el porcentaje de realización de procedimientos estéticos de orden quirúrgico ha aumentado
en un 70%, colocando al país a la par de Estados Unidos en lo que a ello respecta.
En una investigación de los años 20, del psiquiatra-sicoanalista Paul Schilder(2003) con
mujeres sometidas a cirugías estéticas, (citado por Zapata, 2006) un alto porcentaje manifestó que
se seguían sintiendo feas pese al éxito de las cirugías, demostrando que el sentimiento de belleza
no corresponde necesariamente con la época ni con parámetros de la realidad, sino a una
subjetividad.
Platón, Aristóteles y luego el psicoanálisis, plantearon claramente que la belleza
no depende necesariamente de una coincidencia entre el cuerpo real y el modelo, sino de la
subjetividad, que en el mundo contemporáneo el jefe del departamento de Psicoanálisis de la
Universidad de Antioquia, Humberto Acosta, define como “un cambio radical de lo erótico a lo
meramente sexual: del amor y el erotismo a lo meramente objetal”.
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Mujeres con múltiples cirugías 5
El Psicoanálisis, desde sus inicios, y de manera más consistente, en la actualidad, ha
mostrado interés al rededor del cuerpo y los aspectos intrapsìquicos relacionados con éste; desde
la histeria de conversión de la época freudiana, hasta la actual gama de sintomatologías o
revelaciones corporales como la anorexia y la bulimia, las predispocisiones a enfermedades
crónicas y de alto riesgo, Chiozza ( 2001), entre otros, que le da al cuerpo una dimensión como
objeto de estudio, un ente que tiene algo que decir. Con ello, se da la aparición del concepto
contemporáneo del Fenómeno Psicosomático, como una condición del cuerpo presa de un
discurso medico, que se caracteriza, según Alan- Miller (1991), por situarse casi en el nivel del
registro de lo animal en el hombre, en el fenómeno bioquímico y fisiológico que no tiene
representación, ni afecto ni significancia, emanándose y permaneciendo en los limites de las
estructuras o fuera de ellas.
La teoría psicoanalítica le da al cuerpo un vivir en si mismo. La Psicología de la
personalidad de Freud sitúa el cuerpo en un lugar prioritario. Según Ozzy (2007), el “yo
corporal” de Freud es un concepto reducido a lo libidinal pero su teoría ha tenido una decisiva
importancia para comprender el papel del cuerpo en las primeras experiencias, tales como la
sensación de abandono, de dominio, de construcción del propio organismo o de orientación en el
mundo. El niño vive su cuerpo inicialmente en función de las experiencias de placer o displacer
que se suceden a lo largo del desarrollo de su sexualidad ya que según Freud se vive el cuerpo
como “pulsión sexual”. El cuerpo del niño es como un mosaico de zonas erógenas que se van
satisfaciendo o no. Por eso, luego cada persona vive su cuerpo según su propia historia, según las
experiencias personales de satisfacción o de frustración de la libido. Cuando las capacidades
corporales no se adecuan a lo deseado, el sentimiento de inferioridad se exaspera y puede ser el
núcleo de las neurosis. Lacan, J. (1983), considera fundamental en la constitución del yo, la
integración de la imagen corporal o esquema corporal como también la denomina la
Neurofisiología y la Psiquiatría.
La imagen del cuerpo propio comienza en la infancia, en gran medida cómo un niño es
nombrado, hablado, y mirado, Rivadero, S ( 2006). Es muy importante el velo amoroso con que
lo invisten los padres. Es en el segundo despertar sexual, que se actualiza el esquema corporal, y
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en los diferentes momentos de la vida se resignifica nuevamente dicho esquema. En el Estadio
del Espejo el bebe se hace a su propia imagen, reflejada en el campo especular del Otro que lo
reconoce, recibiendo su aprobación. Si dicha aprobación no está disponible para el niño, puede
haber consecuencias negativas en la subjetividad del mismo. El espejo no solo viene de los
padres, sino de los otros sociales, amigos y cultura en general. Cuanto más tarde el niño atraviesa
por el estadio del espejo no basta con que en realidad haya un espejo plano donde reflejarse. Se
hace necesaria la presencia de ese Otro, inicialmente la madre, que se refleje con él. El niño
puede darle forma a su propio esquema corporal si su narcisismo se satisface con la imagen que
ve en el espejo y que cualquier otro puede ver (González, 2003)
La organización pulsional del niño se verá determinada por la existencia del deseo materno,
el cual investirá en el infans1 todo su deseo para que este responda al constituir su fantasma a la
pregunta “¿Che vuoi?”2 y por ende poder tramitar por lo simbólico. La madre desde su función
tendrá la labor de ejercer delimitadas acciones sobre el cuerpo del niño que establecerán su
sexualidad, siendo este aspecto, según Bleichmar (2001) el motor de la vida psíquica del niño.
El narcisismo primordial, según Freud, se basa en el proceso de unificación del niño,
mediante el cual pasa de un estado de desintegración, a una total relación entre las partes de su
cuerpo, a través de su vinculo con el otro, siendo el amor, los cuidados lo que une las piezas. El
narcisismo secundario se da en la adolescencia y en la adultez; si el niño, luego de esa etapa cero
no se percibe unificado, puede surgir la baja autoestima o el narcisismo patológico.
En los primeros tiempos del niño, la demanda se dirige a la madre. La frustración en el
origen sólo es concebible como la negación de un don en la medida que el don es símbolo de
amor. Al llamar el don se da o no se da, mostrando la omnipotencia de la madre, no por ser
completa, sino por tener la ultima palabra entre dar o no dar, pues "La madre no es sólo la que da
el seno, también es la que da la marca de la articulación significante..."(Lacan, 1999). Por eso la
omnipotencia está del lado de la madre y no del niño.
1
Termino que cuya raíz in: significa la negación y la terminación fans: habla, queriendo representar el estadio en el
que el individuo aun no habla, sin- habla (DRAE,2001)
2
Traduce “¿qué me quiere el Otro?” en francés.
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Rivadero, S. (2006) afirma:
“Ante la dificultad de encontrar un Otro primordial, que soporten la pregunta ¿Qué quiere el
Otro de mí?, respondan mostrando su deseo, donde reine el valor que transmite la "ley del Padre,
que ordena que "todo no se puede", que hay que renunciar a algo para poder desear, es decir se
desea de acuerdo a la ley. Los objetos de consumo que la sociedad ofrece permanentemente no
llenan el deseo humano, ya que éste es una cifra original y particular de cada sujeto. Es sólo
apartando el goce de la madre de sujetar al niño como tapón de la falta, que se permite que se
ejerza el Nombre del Padre, que por otro lado es la traza real de lo Simbólico, que se conté el
trazo en la metáfora sin la intervención del cuerpo no hay conteo. Que el padre garantice la
función del síntoma paradójicamente es que garantiza el límite al goce fálico, garantiza la no
forclusión del coito. ”
En el caso de la niña, ésta debe recibir autorización de ser mujer por parte de su madre, y de
su padre, significantes del Otro. Del lado paterno es necesaria una mirada que la ubique como
diferente a su madre, mirada que asimismo ella pesquisa buscando un signo de lo que significa
para él que ella se está convirtiendo en mujercita y del lado materno es necesario que ésta haga
lugar a esa otra mujercita que está creciendo, pero esa autorización no siempre es otorgada
propiciatoriamente, a veces se ve complicada por la misma rivalidad que una madre puede tener
con su hija y por la particularidad que envuelve a la relación, madre-hija o por el déficit paterno o
por una conjunción de ambos (Rivadero, S. 2006). En cuanto al varón la donación de los atributos
fálicos viste y dignifican su cuerpo y su imagen.
A diferencia del niño, la niña pasa por el complejo de castración antes que por el Complejo
de Edipo. El proceso de castración en la niña comienza con la madre, y finaliza en ella (Nasio, J.
1998) y se destacan cuatro tiempos. El primero se relaciona con la universalidad del pene, la niña
asevera que todos poseen pene, así como el ignora la existencia de la vagina; la niña cree que su
clítoris crecerá y será un pene. El segundo tiempo, la niña visualiza la región genital masculina,
ve que supera en tamaño al “suyo”, y nace la envidia del pene, según Freud (citado en Nasio,
J.1998). En el tercer tiempo, la niña aun cree que se trata de una situación particular, pero
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reconoce en otras mujeres, seguramente en su madre, que la situación es general; es allí cuando el
odio preedípico hacia la madre, causado por el destete, y reprimido por las defensas yoicas,
resurge, sintiéndose decepcionada e inclinada a elegir al padre como objeto de amor. En esta
instancia, se da el cuarto tiempo del proceso de castración, siendo el comienzo del complejo de
Edipo.
Nasio, J. (1998) describe tres alternativas para la niña de cómo resolver la envidia del pene
y su destino como mujer. La primera es no aceptarla y por lo tanto, alejarse de toda sexualidad,
la segunda es aferrarse al deseo de poseer el pene y por ende, a la idea de que algún día lo tendrá,
denegando la castración. Y por ultimo, la de reconocer la falta, caracterizándose por tres
cambios: cambio de paternaire amado (iniciación del Edipo propiamente), cambio de zona
erógena (clítoris por vagina) y cambio de objeto deseado (el falo por un hijo).
Al cambiar de objeto amado, a la madre por el padre, la niña se orienta por su ambición de
poseer el pene del padre, sintiendo deseo hacia éste; pero ante la imposibilidad de poseerlo, y
bajo la culpa por sus sentimientos incestuosos, decide renunciar a él, reprimiendo dichos
sentimientos y desplazando su deseo a otros hombres, a lo que sigue identificarse con la madre,
con su rol de mujer, aunque más adelante, le reproche por no haberle enseñado a valorar su ser
mujer,Nasio, J.( 1998). La identificación se da entre el yo del individuo y la representación
inconsciente con el objeto, en el cual se ve reflejado; es una situación intangible en la realidad,
está más allá de la consciencia, en la cual el yo se toma para sí un aspecto del objeto,
trasformándose en éste. Freud (citado en Nasio, J.1998), plantea dos grandes categorías de
identificación con el objeto. La primera, la identificación total (o primaria), entre el yo y el
objeto. Freud (citado en Nasio) afirma que ésta hace alusión a una “alegoría fundamental”, a un
estado al cual es imposible llegar, que tiene que ver con el recorrido transgeneracional de la
libido, del legado paterno, como lo indica en el mito de la horda primitiva. La segunda, la
identificación parcial, en la cual el sujeto se identifica con un aspecto del objeto. Las
identificaciones parciales hacen referencia a la forma que adquiere la representación inconsciente
que posee el yo, en función de un aspecto particular del objeto, y estas pueden ser; según un
rasgo distintivo, una imagen global, una imagen local o una emoción.
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La identificación parcial con un rasgo del objeto tiene que ver con un aspecto manifiesto de
“un ser desaparecido a quien estuvimos profundamente ligados. Aquí, el aspecto parcial del
objeto es un rasgo saliente, y el objeto en si mismo, un ser amado, deseado y perdido” (Nasio, J.
1998). Dicho rasgo, a lo sucesivo de la vida, será percibido en otras personas o situaciones, y
habría una identificación con él, apuntando así a la constitución del yo, como el rasgo mismo,
tomado de ese objeto.
En lo que a feminidad se refiere, la sexualidad femenina en la historia y desarrollo de la
Teoría psicoanalítica, se constituye en un pilar, pues, son muchos los autores que consideran que
el psicoanálisis radica en la Histeria femenina, en el interés de descubrir el deseo femenino, en el
enigma que la mujer representaba para Freud, y aun representa para los discípulos del
movimiento. Son muchos años de inclinación hacia el tema; un largo recorrido cronológico e
ideológico de posturas de un mismo tema, y que siempre ha mantenido ese tinte controversial que
le es propio.
Freud (1996) acentúa la importancia de la etapa preedifica de vinculación con la madre en la
sexualidad femenina, afirmando:
“todo lo relacionado con esta primera vinculación materna me pareció siempre tan difícil de
captar en el análisis, tan nebuloso y perdido en las tinieblas del pasado, tan difícil de revivir,
como si hubiese sido victima de una represión particularmente inexorable”
Mas adelante, señala que la niña no sólo cambia de objeto, sino también de zona genital, del
clítoris a la vagina, a favor de la feminidad. Considera además que la dependencia paterna en la
mujer asume la herencia de una vinculación no menos poderosa a la madre, y que, esta fase
previa persiste durante un tiempo muchos más largo del que se había presumido (García, 2005).
La niña en su devenir de mujer busca el falo, al no poseerlo, anudándose a ello varios
interrogantes sobre su poseedor y su trascendencia. Entonces, la niña busca el falo en quien lo
tiene, el padre. La madre, por otra parte, juega un papel significativo en esta instancia, pues es en
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Mujeres con múltiples cirugías 10
la mujer que hay en ella en quien busca la niña el significante de su feminidad. En su búsqueda
del falo, también busca una guía para ser mujer.
Portillo, R. (2001) explica este proceso desde Lacan como una “pere- versión”, o giro hacia
el padre, producto de la decepción de la expectativa de la hija en relación con la madre y por el
consecuente rompimiento del lazo afectivo con la madre. Afirma que siempre habrá un resto de
odio hacia la madre, que recaerá sobre el padre, cuando la niña se dé cuenta que en él, tampoco
conseguirá lo que busca. Describe que el superyo femenino es una composición de dos restos de
odio. El primero es aquel que se desplaza de la madre al padre, introduciéndose en el Edipo, y el
segundo, queda como residuo del Edipo, constituyendo el resto del apego, del amor por el padre.
Todo este proceso conforma el superyo femenino, que está marcado por esa doble composición.
Mientras que en el hombre, el odio y el amor no pueden converger en un mismo objeto, en la
mujer sí, apreciándose una condensación entre el objeto de amor y el objeto de goce.
Para Lacan, J. (1987), la sexualidad femenina aparece como un goce envuelto en su propia
contigüidad, mas que una pasividad. Se presenta como un goce que se realiza a porfía del deseo,
rivalizando con él, colocándose mas del lado del goce pulsional, que del deseo del Otro. El deseo
del Otro está inscrito en el campo de lo social, de lo cultural, en donde se insertan los procesos
sublimatorios. A diferencia de Freud, quien limitó el Edipo al tener o no tener el falo, manejó la
dialéctica del tener o ser el falo, ampliando el espectro de lugares ocupados por un sujeto (García,
K. 2005).
Por todo ello, González, R. (2003) considera que para que haya imagen del cuerpo debe
haber una representación del mismo y ésta es inconsciente; por lo tanto, la imagen corporal es
inconsciente. Puede hacerse preconsciente en forma parcial a través del lenguaje. Este -el
lenguaje- tiene sus inicios en los primeros sonidos emitidos y percibidos, en la voz materna que
acompaña los cuidados del bebé. El cuerpo así considerado, según Alizade (1992, citado en
González, M.2003), “seria una masa viviente que siente, una masa encendida, atravesada en
forma continua por imágenes, por sonidos, presiones, olores”. “Un paso más” dice Alizade, y
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Mujeres con múltiples cirugías 11
“nos topamos con las percepciones afectivas: una mirada de odio, una risa despreciativa, una
palabra que lastima, una presión agresiva, un olor a amor…”. En otras palabras, la presencia del
Otro. En este sentido, la imagen corporal sería la síntesis viva de las experiencias emocionales, la
memoria inconsciente de toda vivencia relacional. El inconsciente lleva así la huella de ese
primer “hablar” dejada por la madre, primer resto acústico y como tal, nunca perdido.
La especial inclinación por la imagen corporal se ha mantenido vigente; se puede observar
como a medida que avanza la ciencia y la tecnología son múltiples las técnicas para lograr una
figura esbelta y un cuerpo perfecto de acuerdo a los parámetros de belleza de la actualidad; las
cirugías estéticas son un elemento que permite lograr que esto sea posible, por lo cual su practica
ha ido incrementando en hombres y mujeres en los últimos tiempos, siendo las mujeres las que
más visitan el quirófano. Desde esta perspectiva, esta tendencia se convierte en la ilustración
fehaciente del narcisismo humano, asimismo, de la belleza como atributo cultural inherente a la
condición femenina; sin embargo, también plantea un efecto no tan sano, de la interacción
dinámica de elementos que participan en la constitución psíquica de un sujeto, de manera tacita,
de una mujer. La distorsión acerca de la propia imagen es relativamente frecuente, pero depende
del grado y repercusión en otras áreas de la vida para que adquiera una dimensión patológica;
existe dificultad para establecer el punto de corte entre lo normal y lo anómalo, y por eso resulta
necesario fijar criterios diagnósticos y una definición operativa clara (De la Serna, 2004)
Exacerbado o no el impulso por la apariencia física, se relaciona con la concepción psíquica
de la imagen corporal que tiene su origen en la infancia, producto de interacciones familiares
particulares, como formas de convivencia y patrones de crianza, y vivencias infantiles
trascendentales. Estos elementos se conjugan de tal manera que se constituyen en el libreto del
inconsciente, dentro del cual se concibe la imagen corporal. Su valoración o no dependen de la
funcionalidad familiar y la calidad de los vínculos primarios, de la misma forma que de los
eventos vividos en el transcurrir de la existencia, pero sobretodo, del éxito de la tramitación
psíquica de los mismos.
Las disfuncionalidades familiares y las problemáticas sociales vigentes, ligadas a la decisión
determinante de las múltiples cirugías estéticas en las mujeres y a la constitución psíquica del las
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Mujeres con múltiples cirugías 12
mismas, se establece como un hecho susceptible a análisis psicodinamico, que más que
enriquecer el repertorio investigativo de la psicología profunda y del psiquismo humano a nivel
nacional e internacional, provee un entendimiento sólido de la problemática, dando luces en lo
que a intervención clínica respecta, alimentando el desarrollo profesional y científico .
Surge entonces el interrogante:
¿Cómo es la estructuración psíquica de las mujeres con múltiples cirugías estéticas?
Esta investigación tuvo como objetivos, primeramente, describir la estructuración psíquica
de las mujeres con múltiples cirugías estéticas, así como la dinámica familiar y psíquica de las
mismas, sumando a ello, la determinación de la representación psíquica de la cirugía estética en
la psique.
MÉTODO
Diseño
Esta investigación se ajusta al método cualitativo, teniendo en cuenta que su finalidad es la
de explicar y/o interpretar situaciones estudiadas desde una posición critica, con un diseño
manifiesto y holista. Se orienta desde un enfoque hermenéutico de corte psicoanalítico, a través
del estudio de caso, descrito como una modalidad investigativa que está constituida por el análisis
de sucesos que se dan en un caso único o sólo en algunos casos elegidos por el investigador
(Briones, 1998), dando oportunidad al hallazgo de un conocimiento amplio y valido.
Participantes
La muestra se constituye por cinco (5) mujeres con 3 o más cirugías estéticas, mayores de
edad, con inclusión voluntaria. Se resalta la dificultad para lograr una muestra poblacional de
mayor espectro, debido a la implicación social que trae consigo la cirugía estética en las mujeres,
desde el señalamiento y la puesta en evidencia en la sociedad circundante, teniendo como
resultado, una frecuente renuencia a hacer parte del estudio. Así mismo, se reitera que no es
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Mujeres con múltiples cirugías 13
intención de este trabajo investigativo emitir criterios de generalización de rasgos de personalidad
y/o familiares entre la población objeto de estudio, pero si lo es, distinguir similitudes
consistentes.
Instrumentos
Se hace uso de herramientas psicotécnicas de tipo proyectivo, como lo son el Test del Dibujo
de la Figura Humana de Machover (1987), y el Test de Rorscharch en la escala de Exner (1994),
desde el juego de láminas hasta los manuales de calificación, codificación e interpretación de la
prueba. Así mismo, se utilizan un formato de Anamnesis y una Entrevista semi-estructurada,
cuya información resultante fue registrada a través de medios magnéticos y manuscritos.
Procedimientos
En primera instancia, se realizó el diseño sistemático de los formatos de anamnesis y
entrevista semi-estructurada, bajo los lineamientos de los objetivos del trabajo investigativo, así
mismo se dispuso del material psicotécnico, incluyendo los manuales de referencia de cada
prueba proyectiva. Se concertaron sesiones de aplicación con las participantes en la cámara de
Gessel, cuyo duración promedio fue de 60 minutos, iniciando con los formatos de sistematización
de datos, y prosiguiendo con el material psicotécnico; el numero de sesiones osciló entre 2 y 3
por participante. Posteriormente, se efectúa la calificación e interpretación dinámica de los datos
arrojados por las pruebas proyectivas, y se articula con los correspondientes a la anamnesis y a la
entrevista semi-estructurada, desde el análisis del discurso, argumentado en las referencias
conceptuales, derivando en un estudio descriptivo hermenéutico de corte psicoanalítico, datos
consignados en este informe.
RESULTADOS
A continuación se consignan describen de manera sistemática mediante un cuadro la
información obtenida de las pruebas aplicadas, Test de Machover y Test de Rorschach de las
cinco participantes. Posteriormente estos se integraron con la entrevista semi-estructurada dentro
de la discusión con la fundamentación teórica que fundamenta los hallazgos. Los nombres usados
aquí son ficticios, para efectos de proteger la identidad de las participantes.
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Mujeres con múltiples cirugías 14
Participante
Anamnesis
Test de Machover
Test de Rorschach
KATTYA
Estudiante universitaria de 23
años. Mayor de cuatro
hermanos. Hija de padres
separados, buena relación
con la madre. Con su padre
también son buenas en
comunicación y sobretodo
como apoyo económico. Es
madre soltera y su hija tiene
cuatro años, actualmente no
tiene pareja. Ella se realizó
tres cirugías estéticas: derrier,
busto y liposucción Ella se
considera una persona
práctica, dominante,
impulsiva, sensible, cariñosa.
Sus relaciones afectivas, de
pareja e intimas son
inestables; ha tenido cuatro
parejas y han durado poco
con ellas. La causa la
atribuye a que se considera
una persona dominante y
exigente y se desanima
fácilmente; al padre de su
hija, lo dejo por otro hombre.
Se resaltan rasgos depresivos o
alteración del estado del ánimo,
Cierta forma de evasión con
connotaciones “saludables”,
Busca problemas o los inventa,
no deja nada sin remover, rasgos
obsesivo- compulsivos, presta
atención a detalles minuciosos,
pensamiento crítico, duda,
inseguridad, elementos
regresivos ligados a sentimientos
de inseguridad con tendencias
impulsivas controladas. Factores
represivos básicos, yo rígido,
ordenado e inhibido, núcleos
sanos.
Características infantiles en la
expresión de impulsos y que no
alcanzaron su plena evolución de
la madurez en la edad adulta,
rasgos de fijación y regresión en
el desarrollo psíquico. Controla
las pulsiones agresivas y
destructivas acorde a la realidad,
yo sociable, pero sometido.
Contacto intelectual, comprende
y percibe las cosas como la
mayoría de las personas lo
percibe y comprenden,
pensamiento convencional,
colectivo, capacidad de empatìa
en comportamientos, emociones
y pensamientos, acercamiento a
la realidad ambiental concreta y
específica de la sociedad.
En lo sexual se revela pudor y
represión.
MIRIAM
Es profesional, de 30 años,
Es la segunda de dos
hermanos. Vive con sus
padres, la relación sus padres
siempre ha sido buena, hubo
mucho apego con el padre,
Presenta una
adecuada
identificación de
su rol sexual,
dependencia
afectiva de la
figura materna y
paterna,
preocupación por
su esquema
corporal, conflictos
con respecto a la
región de las
caderas y cintura.
Imagen dominante
y controladora de
la figura materna,
dificultad para
controlar sus
impulsos, es
temperamental e
impulsiva y a la
vez sensual y
seductora,
sentimientos de
culpabilidad, vacío
afectivo en sus
relaciones,
preocupación
marcada por las
piernas y el busto,
sensibilidad a la
crítica social,
inestabilidad en su
adaptación social,
sexualidad activa y
predominancia de
los impulsos sobre
la razón y
exhibición de su
cuerpo.
Se destaca la
sensibilidad a la
crítica social
sentimientos de
culpabilidad,
preocupación por
Se interesa en aspectos más
prácticos y concretos de la vida,
con capacidad de control y
tolerancia el estrés, ajuste
adecuado. Se resaltan rasgos
depresivos o alteración del estado
14
Mujeres con múltiples cirugías 15
ERICA
pero debido al estado de
salud del mismo la relación
entre ellos desmejoro,
siempre le dieron gusto y
afecto. Sus relaciones
afectivas son pobres, tuvo
dos novios que la dejaron por
otra. Por lo cual generaliza
que los hombres son infieles.
Actualmente está iniciando
una nueva relación que lleva
meses, se considera una
persona sincera, calida,
sensible, le gusta que la
protejan, es caprichosa y le
gusta lucir bien tanto física/
como en su forma de vestir.
Se ha operado tres veces: dos
de busto y una liposucción.
su esquema
corporal,
especialmente en
la región de los
senos y de la
cintura y caderas,
adaptable con
respecto a su
entorno social,
busca llamar la
atención con su
cara y el busto,
rasgos obsesivos,
autocontrolada
emocionalmente y
dependencia
marcada de la
figura materna y
paterna.
Es estudiante, 25 años de
edad, hija de padres son
separados, su padre nunca
vivió con ella, ella es la
mayor de dos hermanos y su
relación con ellos es distante;
cada cual hace lo que quiere,
con la madre existe una
buena relación, se comunican
y comprenden, la madre ya se
ha realizado cirugías y es
quien le propone a sus hijas,
Ella presenta
notable restricción
para adaptarse a lo
social, rebeldía,
actividad sexual,
distorsión de su
esquema corporal,
ocultando sus
exigencias por la
esbeltez de su
figura corporal,
impulsividad y
del ánimo, esfuerzo e interés,
motivación, buen procesamiento
de información y de relaciones
interpersonales. Factores
represivos básicos, yo rígido,
ordenado e inhibido, núcleos
sanos. Características infantiles
en la expresión de impulsos y
que no alcanzaron su plena
evolución de la madurez en la
edad adulta, rasgos de fijación y
regresión en el desarrollo
psíquico. Controla las pulsiones
agresivas y destructivas acorde a
la realidad, yo sociable, pero
sometido. Contacto intelectual,
comprende y percibe las cosas
como la mayoría de las personas
lo perciben y comprenden,
pensamiento convencional,
colectivo, capacidad de empatìa
en comportamientos, emociones
y pensamientos, acercamiento a
la realidad ambiental concreta y
específica de la sociedad. Ajuste
a la realidad, control notorio y
discrimina sus relaciones
interpersonales. Pensamiento
rígido, estereotipado y
automatizado, represión de la
afectividad. Interesada por lo
humano y lo social, sin embargo
presenta rasgos hipocondríacos y
pulsiones agresivas latentes
contra otra persona.
En lo sexual se revela pudor y
represión, ansiedad y conflictos.
Humor alegre permanente, Se
interesa en aspectos más
prácticos y concretos de la vida.
Evasión con implicaciones
saludables. Factores represivos
sanos, yo rígido, ordenado e
inhibido. Controla las pulsiones
agresivas y destructivas
adecuadamente acordes a la
realidad. Funcionamiento
correcto, sin grandes esfuerzos
creativos, modesta, conservadora
15
Mujeres con múltiples cirugías 16
ALICIA
realizárselas, para ella la
primera, se ha hecho tres: dos
de busto y una liposucción.
Tuvo dos novios con los que
la relación ha sido mala;
estuvo con uno de ellos solo
por conveniencia, con otro
discutían mucho y él era
dominante sobre ella.
Ella Se considera como
sociable, alegre, caprichosa,
impulsiva, sincera y se
preocupa por verse bien
físicamente, actualmente está
en embarazo de dos meses y
tiene complicaciones por la
toxoplamosis y debe abortar.
Por lo que su relación de
pareja actual la define como
adecuada, dice que se siente
bien con él y se complacen
mutuamente, sin embargo a
veces discuten y uno de los
motivos es por el hijo que
esperan por lo cual no se
siente comprendida por el.
dependencia
marcada de la
figura paterna y de
lo hombre con
sometimiento a
éste, agresividad
latente,
sentimientos de
inferioridad,
mostrándose
superior, dificultad
en el contacto
interpersonal.
Estudiante de 23 años, vive
con sus padres, madre
agresiva, padre pasivo, los
padres viven juntos pero no
conviven, es una relación
llena de conflictos, ha visto
agresividad verbal y física de
parte de sus progenitores, le
atribuye mayor
responsabilidad a la madre
porque es muy agresiva y
complicada, las relaciones de
Ana con la Fig. Materna
siempre fue de sometimiento,
pues era muy exigente en
todo, desde pequeña le
pegaba y subvaloraba la
relación con la Fig. Paterna
fue siempre distante y se
veían muy poco. Es una
Sensibilidad a la
crítica social,
inhibida, con
dificultad en
relaciones
interpersonales,
simpatía forzada,
activa
sexualmente,
positiva
identificación con
su rol sexual,
conflictos con el
cuerpo,
impulsividad
reprimida, con
rasgos obsesivos,
figura dominante
de la madre.
y se adapta fácilmente a las
exigencias del entorno.
Pensamiento convencional,
colectivo, capacidad de empatìa
en comportamientos, emociones
y pensamientos, acercamiento a
la realidad ambiental concreta y
específica de la sociedad, yo
social, pero sometido. Yo rígido
y ordenado e inhibido.
Pensamiento rígido,
estereotipado y automatizado,
represión de la afectividad.
Rasgos depresivos. Busca
permanente ajuste a la realidad y
control notorio, es discriminativa
en sus relaciones interpersonales.
Ajuste a la realidad, control
notorio y. Pensamiento rígido,
estereotipado y automatizado,
represión de la afectividad.
En lo sexual se revela pudor y
represión de su sexualidad.
Conflictos con la castración,
edìpicos, dependencia emocional
y rasgos de alguna inmadurez,
rebeldía.
Temores hacia la imagen materna
y paterna
Rasgos depresivos o alteración
del estado del ánimo, esfuerzo e
interés,
Yo rígido y ordenado e inhibido,
factores represivos. Vivencias
emocionales notorias, comprende
y percibe las cosas como la
mayoría de las personas lo
perciben y comprenden,
pensamiento convencional,
colectivo, capacidad de empatìa
en comportamientos, emociones
y pensamientos, acercamiento a
la realidad ambiental concreta y
específica de la sociedad, yo
social, pero sometido.
Funcionamiento correcto, sin
grandes esfuerzos creativos,
modesta, conservadora y se
adapta fácilmente a las
16
Mujeres con múltiples cirugías 17
familia disfuncional son tres
hermanos y ella ocupa el
segundo lugar, la relación
con los hermanos es
adecuada. Se ha realizado
tres cirugías: dos de busto y
liposucción de abdomen.
Ella se describe como una
persona amigable, cariñosa,
gusta de complacer a los
demás, la relación con su
esposo es conflictiva y han
pensado en divorciarse. Es
muy inconforme con ella en
la estética y en su físico.
LUISA
Estudiante de 25 años de
edad, es la menor de tres
hermanos. Sus padres viven
juntos y la relación entre sus
progenitores es adecuada.
Las relaciones con su padre
siempre fue de dependencia
económica y de
distanciamiento afectivo, con
la madre fue más cercana,
aunque es muy
sobreprotectora y ella muy
rebelde, con los hermanos
que su relación es buena. Ha
tenido varias relaciones de
pareja, llenas de conflictos,
pues siempre ella busca es
complacerlos y que le tengan
con lujos, una vez obtiene
dinero para cirugías estéticas
se separa, en la séptima o
última es donde más ha
durado, pues el compañero le
ha hecho dos cirugías,
discuten mucho por los celos
de él, no se siente plena y se
ha realizado siete cirugías:
tres de busto, dos de derrier,
una de mentón, liposucción
de abdomen y piensa en otras
de mentón y rinoplastia. Es
una persona afectuosa,
seductora, sensual, vive
Sociable, rasgos
obsesivos y
depresivos,
altamente agresiva
latente, exhibe su
cuerpo, más que de
la ropa, es sensible,
dependiente,
insegura, con
características
infantiles,
represión de
impulsos
agresivos,
fantasiosa,
soñadora, le agrada
que la observen,
activa
sexualmente,
aunque presenta
preocupación por
lo sexual, no
gratificada.
exigencias del entorno.
Buen contacto intelectual,
Rasgos de infantilismo e
inmadurez, falta de compromiso
e indecisión, alguna limitación
para ver al ser humano en su
conjunto, rasgos hipocondríacos,
pulsiones regresivas contra otra
persona. Marcado interés por los
demás y cooperación. Controla
las pulsiones agresivas y
destructivas adecuadamente
acordes a la realidad.
En lo sexual se revela pudor y
represión, temores y deseos.
Cierta forma de evasión con
connotaciones “saludables”,
signo positivo de inhibición ante
tareas constatables, huida
cognitiva y proceso ideativo
inadaptado. Busca problemas o
los inventa, no deja nada sin
remover, rasgos obsesivocompulsivos, presta atención a
detalles minuciosos, pensamiento
rebuscado, crítico, duda,
inseguridad, elementos
regresivos ligados a sentimientos
de inseguridad con tendencias
impulsivas controladas. Rasgos
depresivos o alteración del estado
del ánimo, esfuerzo e interés,
motivación, buen procesamiento
de información y de relaciones
interpersonales. Yo rígido y
ordenado e inhibido. Su control
no es suficiente, búsqueda de
adaptación afectiva sin que exista
un control adecuado. Contacto
intelectual, comprende y percibe
las cosas como la mayoría de las
personas lo perciben y
comprenden, pensamiento
convencional, colectivo,
capacidad de empatìa en
comportamientos, emociones y
pensamientos, acercamiento a la
realidad ambiental concreta y
específica de la sociedad, yo
17
Mujeres con múltiples cirugías 18
mucho de su físico y le
preocupa su belleza, es
impulsiva y siempre quiere
que se haga lo que ella
quiere.
social, pero sometido.
Funcionamiento correcto, sin
grandes esfuerzos creativos,
modesta, conservadora y se
adapta fácilmente a las
exigencias del entorno.
Pensamiento rígido,
estereotipado y automatizado,
represión de la afectividad.
Afecto controlado con mayor
precisión y perfección. En lo
sexual se revela pudor y
represión, busca resaltar por su
feminidad.
DISCUSIÓN
Existe una constante que prevalece en el núcleo familiar, en cuatro de las participantes, esta
constante es la disfuncionalidad, manifestada a través de las conflictivas conyugales,
separaciones y abandono por parte del padre. En el caso de Alicia los padres "viven pero no
conviven3"; fue victima presencial de constantes agresiones verbales entre los padres, temiendo
siempre una inminente agresión física por parte del padre hacia la madre, resultando en ella una
falta de significantes para tramitar situaciones del entorno social, observado en la angustia que le
representan las discusiones en términos generales; se identifica una inversión de las funciones
materna y paterna, con una madre agresiva y un padre pasivo, según refiere.
Erica crece en un hogar de padres que jamás vivieron juntos, en un ambiente familiar de
interacciones afectivas débiles y expresiones de afecto escasas entre los miembros; basados en la
Teoría de las Relaciones Objétales (Klein, M.1999), la joven adopta dicha característica de
frialdad afectiva en sus otras relaciones, pues según refiere, sus expresiones de afecto son pocas,
teniendo dificultad para decir "te quiero" a su pareja y a sus familiares. Su padre es distante, y su
madre, mediatiza su vínculo afectivo con el dinero y los objetos materiales, no siendo ello
suficiente para la hija. En el caso de Luisa, según comenta, sus padres "más que esposos,
parecían desconocidos", y la relación conyugal se desenlaza en una separación que tuvo una
incidencia negativa en la joven de manera tajante, derivando en un rechazo hacia el padre y una
3
Todo el texto en cursiva corresponde al discurso original de las participantes
18
Mujeres con múltiples cirugías 19
desvalorización de la madre, anudado a un sobreinvolucramiento con la abuela materna, como
sustituto de una figura materna fallida. La búsqueda de la independencia como huida a la
conflictiva en el núcleo familiar es una característica compartida por las jóvenes mencionadas.
Por otra parte, Katia es hija de padres separados, quienes discutían frecuentemente, tornando
el ambiente familiar impredecible, como ella comenta “un día te puedes levantar y no sabes
como está la gente”, situación a la cual responsabiliza por su inestabilidad emocional y el no
tener una personalidad definida. No obstante, crea una dependencia emocional marcada hacia
ellos (vive con ellos), de manera especial, con el padre, a quien considera su ídolo. Por su parte,
Mirian, quien también vive con sus padres, crece en un hogar donde los padres se mantienen en
convivencia marital, sin embargo, es la madre quien dirige a la familia, ante un padre que observa
pasivamente, y crea una dependencia emocional ante dichos paternaires, argumentado en el Test
de K. Machover. El estado de enfermedad actual del padre es motivo de conflicto en el hogar, por
su condición de minusvalía, colocándose éste en una posición de mayor pasividad de la que le es
inherente a su carácter habitual. En éste sentido, la característica familiar esta dirigida a una
inversión de las funciones de los paternaires.
Desde esta perspectiva, se determinan fallas estructurales en el cumplimiento de las
funciones de los paternaires materno y paterno. En el caso de la madre porque desde su misma
falta estructural, cuando una mujer se ocupa de esos objetos a que son los hijos, es decir, cuando
acepta encarnar a la madre, es no toda madre, la posición no es sin síntomas (Lacan, 1999), y en
el caso del padre, éste no puede serlo por entero (Cancina, 2002) aun accediendo a la postura
paterna, pues su disposición se parcializa, hacia el amor o hacia el terror.
La figura materna en los cinco casos aparece como fálica, castradora, con una demanda
ambigua; desea a través de ellas, pero a la vez , muestra desvalorización e inconformidad ante su
ser, colocándolas en una encrucijada del deseo, ya que el Deseo Materno es imposible de colmar,
estructuralmente hablando (García, 2005); de allí la ambivalencia ante su esquema corporal y en
su personalidad como tal, puesto que se concibe un cuerpo desestructurado, que se ama pero se
19
Mujeres con múltiples cirugías 20
desprecia, que se desea completo, pero que nunca es suficiente. Su búsqueda va dirigida a
agradar al Otro, que ante la mirada de éste, se sea lo que éste espera.
La figura materna es percibida como exigente, dominante, manipuladora para Miriam, sin
embargo, depende de ella y se identifica con su rigidez moral, característico de dicho deseo
ambivalente, devorador y gratificante a la vez; de la misma forma, para Katia, su madre
representa frustración (“siempre tiene un pero para todo””chocamos mucho”), y es una rival
inminente en lo que a su Edipo respecta, que es desvalorizada ante el padre, en quien prima la
importancia, diciendo “si tendría que escoger entre papá y mamá…me quedaría con mi papá”.
Estas madres aparecen ante los ojos de sus hijas como antagonistas de un drama, el Complejo
Edìpico. Aspecto que Freud considera, culmine sanamente, a favor de la feminidad de la cual se
goza, habiendo en un primer momento, dado un giro amoroso hacia su padre, debe
posteriormente volver hacia la madre, e identificarse con ella: entonces, este proceso en estas
jóvenes se estancó en el giro hacia el padre, esperando aun de él el tan anhelado atributo fàlico.
Por su parte, para Alicia, la madre es objeto de angustia, por su menoscabo manifiesto en
expresiones como: “tu no sirves para nada” en su niñez y en su adolescencia , señalamientos
descalificativos alrededor de su comportamiento sexual; además un maltrato físico, que integrado
a lo anterior, dan como resultado un cuerpo poco valorado e insuficiente para colmar la
exigencia materna, de allí que la joven diga: “cuando mi mamá me pegaba mucho, yo creía que
no me quería”¸ y en su rechazo por las madres que reprenden a sus hijos. Se mantiene en una
posición infantil ante la madre, ocultándole cualquier cosa que sea percibida por Alicia como
una contraposición de ese deseo materno, se le teme hasta el punto de esconderle una fruta.
En el caso de Luisa, su madre “no tuvo responsabilidad de madre” según refiere la joven,
estuvo ausente en su función; sin embargo, a manera de compensación de dicha falta, la abuela
materna aparece como quien ejerce la función materna, caracterizada por la ambivalencia del
Goce, en el que se gratifica y se frustra a la vez, pues ella manifiesta “a mi abuela es a la única
que le digo que la quiero” , en contraposición de “mi abuela es muy determinista, muy
exigente…siempre era su decisión ”. Se encuentra bajo un discurso materno sometedor que la
20
Mujeres con múltiples cirugías 21
enviste pulsionalmente, que constituye su libreto inconsciente, en palabras como “no puedes
conformarte con tan poco…tienes que mirar un poco más arriba”, al cual se obedece; sin
embargo, también se rechaza, a través de los actings de rebeldía ante las ordenes de su abuela.
Aun existiendo como sustituto de la función materna, la abuela falla en dicha tarea, pues ésta no
le correspondía. Cuando se cumple una función que no le compete, tiende a ejercerse a medias.
Por su parte, Erica encuentra en su madre un vacío afectivo, un ser que no la reviste
libidinalmente, que falla en su función tácitamente, en lo que a protección y reconocimiento
respecta. Según refiere, “no ha sido madre para mi”, convirtiéndose en una madre ausente, de la
cual se demanda atención y apoyo, de manera especial en este momento de embarazo de riesgo.
En su expresión : “ella expresaba sus sentimientos era comprándome cosas o dándome dinero y
ayudándonos a cumplir nuestros sueños” es claro el carácter de tramitador de las interacciones
afectivas del dinero, como significante fálico en esta relación madre-hija; así mismo sucede con
Luisa cuya abuela le ofreció arduas comodidades , que la lleva a darle una importancia
superlativa a lo económico, diciendo que se deprime por falta de dinero, ilustrando la angustia
ante la perdida del amor y la protección materna. El dinero se constituye entonces en la muestra
de afecto, en el legado materno, que producto de un proceso identificatorio, aparece como
característica de personalidad compartida por estas dos jóvenes anteriormente mencionadas.
El dinero en estos casos, tiene una significación fálica (Ángel, M. 1998), implicando la
representación de un potencial fálico compensatorio ante la falta estructural desde su ser mujer;
es una preocupación común a las participantes, pues el dinero proviene del núcleo familiar, de la
madre en la mayoría de los casos, pudiendo significar un temor a la castración, pues la angustia
va en torno a la continuidad del Goce, a la prolongación de la gratificación , así como, en el afán
de completud, constituyéndose como mujeres fálicas. He aquí la evidencia de la identificación
parcial con el rasgo unario de la que hablaba Freud (Nasio, J. 1998)
De manera general, se destacan aspectos críticos encontrados en el Test de Machover,
manteniendo como constantes la concepción de una madre como una figura frustrante, pulcra,
moralizadora, sometedora, poco afectiva, fálica en su naturaleza de mujer, pero que no brinda
21
Mujeres con múltiples cirugías 22
estabilidad , y ante la cual se reprimen sentimientos de agresión inconscientes, desde una
posición regresiva ante ésta, con rasgos de dependencia emocional , argumentado esto en los
objetos compensatorios (botones, aretes, adornos en general), rostros infantiloides (cabezas
grandes), los brazos a la espalda y la presencia de ombligo y/o senos . Todos ellos, representantes
del Goce Fálico, proyectados hacia la realidad a través del dibujo. Dice Amigó (2001) sobre el
goce fálico: “la paradoja es que el goce fálico que la madre obtiene del hijo de ser permanente, de
no tener resquicios, del lado de su retoño no puede ser vivido sino como tomando el horizonte
aplastante del Otro”
Si bien, es entonces vital en la constitución del sujeto humano la función materna, debe ser
complementada por una función que regular la manera en que la madre suple las necesidades del
niño (a), produciendo oportunamente un clivaje que rompa la prolongación, más de lo necesario,
de ese apego binario madre-hija. . Se encuentra en estos casos, que este proceso se presenta
fallido.
Una función paterna fallida prepondera en los cinco casos expuestos en esta investigación.
En Erica y Luisa se presenta una ausencia del padre en lo real. El primero, un padre con el cual
nunca se intercambiaron expresiones afectivas ni experiencias de vida, un padre nulo del cual no
se puede decir “ese es mi papá”, viéndose reducida su función de amor y de ley a la mínima
expresión, trayendo consigo soledad y depresión, en la forma de un duelo no resuelto ante la falta
de ese objeto de amor. El segundo, por su parte, dada su inconstancia en el hogar, su perfil de
alcoholismo, agresividad e infidelidad, se constituye en un ser reprochado por Luisa. Son casi
desconocidos para sus hijas, de hecho, ellas también son desconocidas para ellos, pues como
Luisa expresa, su padre “no estuvo en mis momentos”; en lo consecutivo, este padre es buscado a
través de las relaciones con hombres mayores y con dinero, que la provean de dinero y lugos, los
significantes del amor y de la castración. Presa de un Goce, busca ley de corte en los sustitutos
paternos
22
Mujeres con múltiples cirugías 23
De la misma forma para Alicia, su padre es distante y compartían poco tiempo juntos, por
ello no se establece un lazo afectivo sólido, además de ser percibido como un padre pasivo, quien
no pudo defenderla del impulso devorador y menospreciante de su Otro Materno, como se espera
de la función de ley paterna. No hay un reconocimiento del ser mujer de sus hijas, de su
existencia misma en el caso de Erica, y de haberlo, no hay ratificación del mismo en el momento
crucial del segundo despertar sexual. Así, Amigó (2001) plantea que en lo femenino es imposible
que exista el padre excepcional que pueda donar el significante del ser sexuado femenino puesto
que este significante no existe, pues no hay padre de la posición femenina. Son padres nulos, sin
potencial instituyente.
Por otra parte, en Miriam y Katia, encontramos unas figuras paternas seductoras con sus
hijas, quienes adoptan una posición pasiva ante éstos, manifestando así la existencia de un
Complejo de Edipo no resuelto, siendo considerados el ideal de hombre para sus hijas. Para
Miriam quien considera a su padre como un excelente hombre, expresa su deseo de conseguir un
hombre valioso y excelente como esposo, de allí su condición de mujer no-casada, puesto que ese
hombre sólo podría ser su padre, encontrándose con un impedimento inherente a su condición de
hija. Katia, por su parte, ve en su padre un héroe, un ídolo, como ese hombre ideal que la niña,
en pleno complejo edìpico, visiona en su padre, de hecho, su posición ante éste es infantil
(infancia que reitera en su discurso), pues no puede hablar temas de adultos con él, de mujer a
hombre, ello le causa angustia, ésta ultima desplazada a cualquier otro adulto, expresada en la
risa y en los rodeos para hablarle. La función de amor prevalece ante la función de ley; para
Miriam fue un padre distante que la hizo una persona libre, no siendo suficiente para hacerla
sujeto deseante, y para Katia, este padre se constituye en su escucha, en su apoyo, creando una
dependencia emocional con éste, de lo cual proviene su posición pasiva y de dependencia ante
sus parejas. Este padre es compensado por su carencia de potencial de ley (fálico) a través del
dibujo de Machover (1987). Esta condición edifica da como resultado una sexualidad infantil;
una fijación en esta etapa implica el no poder gozar del ser mujer, al no tener apertura hacia lo
sexual, la cual es otorgada por este padre. Se imposibilita la constitución psíquica de lo que es
mujer.
23
Mujeres con múltiples cirugías 24
En relación a lo encontrado en Lacan (citado por Cancina, 2002) sobre la función paterna el
termina diciendo que esta siempre es fallida por que si por un lado es muy castradora y restrictora
creara una visión de un padre terrorífico, pero si por el contrario es muy seductor será un padre
amoroso y falto de su función de castración.
Como consecuencia de lo expuesto en relación a las funciones materna y paterna, se
evidencia una marcada importancia por la apariencia física, una sobrevalorización del cuerpo,
que se presume, enmascara una imagen corporal intrapsiquica pobre y dependiente del mandato
del Otro. Alicia y Katia expresan abiertamente haberse sentido acomplejadas y tener baja
autoestima. En el caso de Erica la actitud de autodeterminación y seguridad por su apariencia
física puede constituirse en una compensación de sus reales sentimientos de insuficiencia y de
necesidad de aprobación social. Y en Luisa, el discurso compensatorio que oscila entre aceptar o
no la opinión de los otros sociales: paradoja entre el Deseo del Otro y el propio.
Desde el psicoanálisis francés de Brullmann (1999), la iniciativa de realizarse cirugías
estéticas suele enmarcar un sufrimiento de tipo psíquico, que enviste al cuerpo, que se encuentra
relacionado con la reorganización psíquica concerniente a la adolescencia. Esto tiene que ver con
la confirmación del fantasma de la que habla Amigó (2001), que debe darse en el segundo
despertar sexual, por parte de un padre que de apertura a lo sexual y de una madre que enseñe a la
hija a ejercer su ser mujer. Erica. Luisa y Alicia, con padre apáticos, con madre fálica y ambigua,
y Mirian y Katia con padre seductor y madre sometedora, no vivieron dicho proceso sanamente, y
surge esa necesidad de ratificación de su feminidad, a través del cuerpo, dado que es en éste en el
cual el otro social (originalmente el Otro del deseo) reconoce lo femenino.
El deseo de realizarse cirugías estéticas está ligado a una subjetividad, que trasciende al
cuerpo, que es utilizado como un medio para canalizar o proyectar un estado intrapsiquico, no el
fin en si mismo (Acosta, 2006). Las cirugías estéticas se constituyen entonces en un acto fallido
para cumplir un mandato inconciente, originario de la relación con el objeto primario, que tiene
voz propia, la Voz del Otro. Es un acto fallido en la medida en que no fue suficiente para
conseguir su objetivo inconsciente, no cumplió a cabalidad la expectativa del Otro; en la
24
Mujeres con múltiples cirugías 25
incesante búsqueda de ser objeto del deseo del Otro, se crea una ilusión de ser bellas, que no
implica ineludiblemente ser objeto de amor.
Según González, M. (2003) para la mujer existe un problema que tiene que ver con el
cuerpo, ligado al vínculo materno, del cual parte la estructuración del esquema corporal, pues es
de la imagen del cuerpo reflejado en el campo del Otro, en el espejo, del cual subyace dicho
esquema Para que haya imagen del cuerpo, que es de carácter inconsciente, debe concebirse
desde el lenguaje, que tiene sus inicios en los primeros sonidos emitidos y percibidos, en la voz
materna que acompaña los cuidados del bebé. Es en estas instancias, en las que la falla se
constituye en el trasfondo de la estructuración de un cuerpo atravesado por la huella de la voz
materna devoradora y demandante, que aparece en la realidad como la degradación del mismo,
ambivalente (se ama-se odia); un querer ser en el cuerpo en la expectativa del Otro. Es allí donde
la tendencia se hace acto, a través de la intervención quirúrgica, desde la que se aspira, como
niña, como mujer, alcanzar el tan anhelado logro de la completud y el acato de la Voz del Otro
del Deseo. Se retoma entonces el punto de Lacan (1999) sobre la madre omnipotente “…y no
porque lo contenga todo como suponía M. Klein sino porque es ella quien decide dar o no dar.”.
Por ello, Alicia, una niña maltratada tanto física como verbalmente por su madre, evoca
inconscientemente una imagen corporal distorsionada y endeble, cumpliendo con la voz del otro
que así lo dice. Luisa, posee una imagen del cuerpo disidente, pues su abuela, representante
materno, la crió diciéndole “no puedes conformarte con tan poco” y “hay que mirar más alto”,
mientras que, acerca de su madre, expresa “no se mete en mi vida ni para bien ni para mal”,
oscilando entre el ser devorada y el no ser reconocida. Y Erica, cuya madre reviste su cuerpo de
ostentosidad, para mostrar deseo hacia el mismo, en la perpetuación de una relación carente de
palabras, y cargada de actos, como el de observarse al espejo, retomando el querer ser igual al
Otro, proyectándose en su campo especular. Es un intento explicito de ser igual al Otro.
De la misma forma, Miriam exige a su cuerpo como su madre lo hace, y como rechazo al
mandato del Otro, orienta su deseo a dejar de tener un cuerpo de vieja, rectificando al mismo
tiempo su potencial femenino. Katia, para quien el inconformismo con relación a su imagen
25
Mujeres con múltiples cirugías 26
significa mucho más que una razón propia, es sólo el reflejo de un deseo materno imposible de
colmar. Es un cuerpo lleno de frustraciones, como las que protagoniza la madre.
Se incluye en ello la carencia de elementos sólidos para acceder a la cultura, a lo social,
destacándose en este punto la primacía de la aceptación por parte del otro social en las
participantes, bajo un discurso que oscila entre la indiferencia y la preocupación por la opinión
social, siendo otra evidencia de un yo social pero sometido, como se resalta en el Test de
Rorschach, menguando su autoestima.
Se ve comprometido entonces, no solo el fantasma de la constitución física, las bases de la
existencia en el plano psíquico, sino la capacidad de ser mujer, por ello la búsqueda se liga
también a corroborar dicha feminidad.
En su anhelo de ratificar su ser mujer, su rol sexual, en su posición de objeto de deseo y no
de sujeto deseante, su vida sexual está mediatizada por las expectativas del otro, por complacerlo
o satisfacerlo en lo sexual, a costa de su propio deseo, puesto que gozar de lo sexual implica ser
objeto de goce, no objeto del deseo del Otro, dentro del encuentro con el otro. Son cuerpos al
servicio del deseo del Otro, cuerpos ajenos, construidos según un libreto, estructurado en el
inconsciente de estas jóvenes. Retomando a Acosta (2006) con relación a este tipo de mujeres:
“…no tienen problemas con el cuerpo; el problema es con su feminidad y eso no lo cura un
bisturí”. Se toma como un intento errado de responder al interrogante primordial ¿Qué es ser
mujer?
El hecho de haber logrado a través de las cirugías estéticas, una autoimagen y autovaloración
más elevada y estable, da luces de una necesidad de aprobación del Otro Materno, que debe
mostrar un deseo hacia esa hija que espera de su madre la clave para ejercer su ser mujer, y ante
la imposibilidad estructural de alcanzar esto, prevalece la inconformidad con los resultados
obtenidos, y con ello la ambición de realizarse otros procedimientos del mismo tipo. Allí se
demuestra la incapacidad de llenar la falta materna o de cumplir de manera absoluta con la
demanda del Otro Materno y su relación con la feminidad ; no es posible a través de las cirugías
ya realizadas subsanar el deseo del otro, ni la desorganización psíquica alrededor de la feminidad,
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descubriendo que, a pesar de ser bellas, aun fallan, siguen siendo no-mujer, no completas, puesto
que, como plantea Lacan (citado en García, 2005) que “ una verdadera mujer no se sustrae ante el
encuentro con el falo, y no pretende tenerlo ni serlo. Puede ocupar el lugar de objeto para
suscitar el deseo en su compañero y luego gozar de el encuentro”: ser objeto de deseo del Otro,
no es compatible con ser sujeto deseante. Se evidencia el deseo escindido de la mujer, una parte
de ella goza del falo y la otra es la que permite acceder al goce suplementario antes mencionado.
Desde esa posición, el cuerpo es significante fàlico para ellas, y se sufre en él por la
inconsistencia fundamental del deseo, en el ser o tener el falo (Lacan, J. 1999), encarnarlo o no,
preguntando a través de su soma ¿Qué es lo que quiere el Otro de mi?, y no encontrando
respuesta a ello, prolongándose la búsqueda a través del mismo medio, este, el cuerpo, y con
ello, la insatisfacción.
El conglomerado de elementos mencionados al rededor de las funciones fallidas de los
paternaires, y el valor agregado de la condición femenina, deriva en subjetividades estructurales
diferentes. La simbolización de la castración por parte del sujeto es un aspecto fundamental en la
vida psíquica de cada individuo; cuando este proceso no se totaliza, resulta en la neurosis. La
cuestión no está solo en aceptar la falta, sino es comprender que no hay un objeto que pueda
colmarla, y esto está determinado por las acciones de una madre que permita al significante
paterno cortar el Goce, y de un padre que esté dispuesto a hacerlo, lo mejor posible, todo ello a
través de la palabra, de la función del símbolo; de esta forma, se trata de un padre que deje claro
que la madre es su mujer, que se debe desear por fuera de ella, en otros objetos, y de una madre
que apoye dicha moción, aun en contra de su deseo. Aceptar la perdida del objeto amado es
doloroso, pero la represión suele participar como coadyuvante en el proceso, sin embargo debe
darse un tramite que organice ese episodio en la psique de quien lo vive: el significante de la falta
materna que el padre provee da acceso a la cultura, anudado a los aspectos rescatados de la madre
que alimentan el narcisismo. De todo ello depende la estructuración psíquica del sujeto, la
formación del fantasma como base del funcionamiento inconsciente, la respuesta al interrogante
¿Che voi?
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A su vez, estos sujetos, no pasaron por el lenguaje, faltan letras en su libreto, que se buscan
desesperadamente en los objetos del exterior. La castración no termina de inscribirse en ellos, por
tanto, su lugar en el mundo no está determinado, como no lo estuvo en ese momento crucial.
En las mujeres con múltiples cirugías estéticas, el exhibicionismo, los intentos de suicidio y
la cirugía plástica son acting en todo el sentido de la palabra, tomando como acting, todo acto
carente de palabra con un contenido inconsciente implícito que emerge como intento de
resolución de una conflictiva nuclear; en este caso, el repertorio de actings son intentos errados
de logra el hallazgo de la identidad propia, de la ubicación en el mundo, de la misma feminidad ,
rechazando el mandato del Otro materno y buscando por su propios medios , la función
organizadora del significante de la falta paterno. De acting en acting, hace de su cuerpo la
muestra viviente de la falla del significante, y del sometimiento al goce del Otro que desea.
En sumo, la falla materna en la función de proveedora de la articulación significante clave
para la constitución de un esquema corporal sano y una subjetividad con deseo propio, anudada a
la falla paterna en la función de corte del apego binario madre-hija y de ubicación , y de manera
conjunta, en la ratificación del fantasma de la estructura psíquica en el segundo despertar sexual,
que se conoce como el fracaso del fantasma Amigó ( 2001) es característico en las mujeres con
múltiples cirugías estéticas. Es en el cuerpo donde se alojan las expresiones del psiquismo, se
convierte en instrumento parlante, pues el registro significante no es suficiente para tramitar la
realidad, una realidad que le demanda al individuo. Procesos inconclusos como la simbolización
de la castración (¿la castración misma?), la unificación de un esquema corporal desde el
narcisismo primario dotado por la relación objetal primaria, la confirmación del fantasma de la
feminidad, se presentan en estas jóvenes de manera distorsionada, disfrazada, en su realidad
corporal, ante la ausencia o insuficiencia en tanto función de los paternaires materno y paterno.
El amor aparece como la pieza faltante en la constitución del cuerpo, y si está presente, esconde
una intención narcisista por parte de quien lo proporciona. El sufrimiento psíquico equivale en el
cuerpo a la insatisfacción, y ante lo doloroso, se coloca una prótesis que sostenga la debilidad
narcisista, que mitigue el dolor del la falta de elementos constituyentes, de la incertidumbre en el
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ser, más aun, que sostenga el fantasma: esta prótesis narcisista, como Le Poulichet (1990) la
denomina, es la cirugía estética.
Por los anteriores hallazgos las intervenciones que realicen los profesionales desde a lo que
en el campo de la psicología respecta, debe estar dirigida a que las mujeres que se realizan
múltiples cirugías estéticas puedan llegar a hacer insight sobre lo que representan las cirugías
que se realizan y posteriormente dentro del mismo proceso confrontarlas de tal manera que esto
les permita tomar una actitud de cambio; una reestructuración en la valoración de si misma y un
fortalecimiento de su estructura yoica, ya que los conflictos que llevan a las mujeres a realizarse
múltiples cirugías estéticas vienen arraigados desde la infancia y su desadaptación social y
afectiva con inicios en el sistema familiar. De igual forma teniendo en cuenta que las mujeres que
se realizan múltiples cirugías estéticas buscan una respuesta en el cuerpo y que el cirujano
plástico, con su acto temporalmente dá respuesta a la completad que se busca, es ventajoso, para
el amplio trabajo de esta problemática que se realice un trabajo integral e interdisciplinario con
los médicos cirujanos plásticos de tal manera que se pueda dar una orientación mas adaptativa a
la realización de las cirugías esteticas.
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