Cuchi White - Oscar Caballero

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LA VANGUARDIA 31
MARTES, 22 OCTUBRE 2013
OBITUARIOS
Trampantojos
CUCHI WHITE (1930-2013)
S
Fotógrafa francoamericana
u muerte no es un trampantojo: Cuchi White, conocida como “la fotógrafa del trampantojo” falleció en París, lejos de Ohio, donde
naciera 83 años atrás en el seno
de una familia de industriales. Pero no fue la industria sino “el esnobismo y el racismo familiar” lo
que empujó a Katherine Ann
White a establecerse en Nueva
York. Allí estudia fotografía y se
integra en la Photo League of
New York que propone “una fotografía de carácter social”.
Tiene 22 años cuando cruza el
Atlántico para vivir con el pintor
Paolo Boni, primero en Italia y
más tarde en París. En los años
70 emprende un viraje cromático: la fotografía de quien ya es Cu-
Fotografiaba todos
los trampantojos
que descubría en
fachadas de edificios
de medio mundo
chi White se pasa al color. Y siempre nómada, se cuelga la cámara
al hombro y recorre el mundo para fotografiar los trampantojos
que descubre en las fachadas de
los edificios de medio mundo.
“La definición de un trampantojo es aparentemente simple: se
trata de una manera de pintar algo para que tenga el aspecto de
no haber sido pintado. O si usted
lo prefiere así: se trata de una pintura que se esfuerza por imitar,
hasta la confusión, la realidad”.
El texto es histórico porque lo
firma Georges Perec y forma parte de su prólogo a L’oeil ébloui (El
ojo deslumbrado, 1981, Edition du
Chêne), un clásico, antología de
los trampantojos hallados y
retratados por White entre 1975
y 1980.
“Desde la Gare du Nord parisina a Bruselas o las iglesias barrocas italianas –presentó Perec–,
Cuchi White nos guía en un viaje
en el que las fachadas se convierten en miradas, los gatos duermen en las ventanas y los falsos
moldeados parecen más reales
que los verdaderos. Son los trampantojos que White persiguió
por el mundo entero, en calles y
palacios. Esas fotos ejercen una
fascinación similar a la que producen los sueños”.
Esta especie de pintura fascina
–insistía Perec– “porque nos permite constatar el engaño del que
somos víctimas voluntarias: queremos acrecentar la magia de
unos lugares de por si encantadores, la parte tangible del sueño.
Trastorno delicioso se apodera
de nosotros. ¿Verdadero? ¿Falso?
Esa ventana, esa sombra tan bien
dibujada, molduras bajo la luz
aterciopelada del crepúsculo...”.
Detective de aquellos ensueños frente a los que “alcanza con
retroceder un metro para transformar la ilusión en certidumbre
y entonces a cada cual de establecer sus propios límites”, White
los localizó en los frescos de Pompeya y en Giotto, en villorrios de
Austria, paredes de Manhattan,
en París y Milán, en Londres, en
Amsterdam y en la Alhambra.
Hasta el cambio de siglo, cuando –como ella decía– se jubiló en
Vallauris, el pueblo provenzal en
el que Picasso se inició a la cerámica. Pero se la veía con frecuencia en París, donde su obra era expuesta con regularidad. De hecho, estuvo en el vernissage de la
muestra que le organizó la galería In Situ, el 21 de junio del 2012.
A menos que su presencia fuera
también un trampantojo.
ÓSCAR CABALLERO
ARCHIVO RMST
Rafael Santos Torroella, Maite Bermejo, Antoni Tàpies y M.ª Dolores Pradera, en Madrid (1951)
Colaboradora necesaria
MARÍA TERESA BERMEJO HERNÁNDEZ (1919-2013)
Esposa y colaboradora del historiador y crítico de arte Rafael Santos Torroella, fallecido en el 2002
E
l siglo XX vivió la eclosión de la mujer pero
también habría que hacer una lista de aquellas que habiendo iniciado una carrera artística, literaria o investigadora
optaron en cierto momento
por un papel secundario, de segundo plano, a la sombra de
sus compañeros. Podría ser el
caso de Maite Bermejo, una salmantina con estudios de medicina, con dominio del alemán
–que llegó a enseñarlo en un
instituto de Burgos–, con conocimientos musicales que plasmó en unos primeros artículos
en revistas literarias, y que tras
conocer al historiador del arte
y crítico Rafael Santos Torroella, no sólo decidió convivir
con él sino que se borró a título
individual para prestarle todo
su apoyo moral e intelectual.
Se conocieron hacia 1943 y
formalizaron su andadura matrimonial en 1950, siendo Joan
Miró uno de sus padrinos de boda. Pocas veces se puede decir
de alguien, como en este caso,
que haya sido su complemento
ideal. Frente al tono apasionado y hasta cierto punto entramuntanat de Rafael, ampurdanés de Portbou, aparecía siempre el carácter más racional, ordenado y seco de esa mujer de
raíces castellanas. Frente al ca-
Sus últimas energías
las quemó en las
negociaciones con
Girona para la cesión
de sus colecciones
también en la dialéctica.
Su muerte llegó el mismo
día, sábado 19 de octubre, que
las cenizas de Angelita Santos
Torroella, hermana de Rafael
fallecida hace poco en Madrid
a la edad de 101 años, eran depositadas en la tumba de su marido Emili Grau Sala, en el cementerio de Sitges. Angelita
fue otra mujer de su tiempo
que cortó su carrera artística
para casarse primero y luego
para criar a su hijo y regresó
más tarde a la pintura casi pidiendo permiso por estar en la
primera línea.
Conversadora incansable,
con una memoria prodigiosa y
una vasta cultura, Maite Bermejo defendió, como Rafael, esa
idea de la cooperación y el diálogo entre las culturas castellana y catalana, hoy en sus momentos más bajos ante el apogeo de la intransigencia. Tras la
desaparición de Rafael en el
2002, continuó su batalla, ahora en solitario –no tenían hijos–, para preservar su legado.
Sus últimas energías las quemó
en sus conversaciones con el
ayuntamiento de Girona, al que
pretendía donar su archivo y su
biblioteca y vender en favorables condiciones su colección
de arte para un futuro museo
de arte contemporáneo. Hace
escasos días, por teléfono, aún
repetía su deseo: “Me gustaría
que el futuro centro de estudios de Girona sea importante,
por sus actividades, por su carácter divulgativo, por su biblioteca, y que la colección de arte
–y no me importa que se le sumen otras colecciones– sea un
revulsivo para la ciudad, estoy
seguro que eso es lo que le hubiese gustado a Rafael”.
JOSEP PLAYÀ MASET
El creador de Anpanman
Con una única
LLAMADA
902 230 238
TAKASHI YANASE (1919-2013)
Dibujante
BARCELONA RONDA DE DALT · GRAN VIA
L’HOSPITALET · BAIX LLOBREGAT · PENEDÈS
GARRAF · BAGES · EMPORDÀ · RIPOLLÈS
F
Hoy hace un año
Ana Arqueros Más
Antonio Ariza Sánchez
Antonio Costoso Trenado
Arturo García García
Bernandino Garcés Pérez
Carmen Álvarez González
Carmen Ramos Sánchez
Catalina Servera Lladó
Daniel Rodríguez Castellanos
Dolores Exposito Cano
Dolors Ràfols Farguell
Enriqueta Longas Ferrández
Enriqueta Palau Estebanell
Ferran Infante Nin
Francisca Grijalvo Marín
Francisco Gallego Salto
rácter buenista y a veces hasta
tierno de Rafael, destacaba la
energía y la rotundidad de
Maite. Muchas veces era ella
misma quien cogía el teléfono
de su casa y hablaba por Rafael.
Podía aceptar o rechazar un encargo, negociar los derechos de
autor, comprar una pieza para
su colección o simplemente aligerar la agenda de Rafael, siempre con su aquiescencia, aún
cuando las discusiones formaban parte de su complicidad
Francisco Pérez Zarza
Herminia Mateo Duarte
Joan Santaló Pedro
Joaquina Martinez Alarcon
Jordi Aguirre Bravo
Jordi Pellicer i Blanquera
José Allende Blanco
Josefina Nieto Rioboo
Judit Balsach Grau
Manuel Herrán Franco
María Martín Rivera
María Soledad Peñalver Costa
Núira Marcet Lluis
Pilar Nebreda Durán
Romualda Zalacain Villeras
Santiago Torres Currius
Listado publicado por cortesía de Serveis Funeraris de Barcelona.
ue poeta, escritor y director de teatro, pero Takashi Yanase fue conocido
por varias generaciones de japoneses por ser el creador de
Anpanman, uno de los personajes infantiles más populares de
todo Japón. El creador de este
superhéroe, con cabeza de pan
y pasta de alubias rojas, falleció
de insuficiencia cardiaca a los
94 años, en un hospital de Tokio, según la prensa local.
Originario de Kochi, en el
sur de Japón, Yanase se convirtió en dibujante después de trabajar para un grupo editorial y
en los almacenes Mitsukoshi.
Pronto se especializó en ilustrar libros infantiles, pero su popularidad llegó en el año 1969,
con la creación de Anpanman.
Un superhéroe con cara redonda y sonriente, vestido con traje rojo y una capa, que lucha
contra un personaje malvado,
que quiere inundar el mundo
de gérmenes nocivos. Y siempre ayuda a los débiles, hasta el
punto de ofrecer su cabeza para alimentar a los hambrientos.
Su éxito entre el público infantil llevó a Anpanman a la televisión en 1988. Desde entonces, el programa Vamos Anpanman! nunca ha faltado a su cita
con los más pequeños y la serie
ha dado paso a una veintena de
películas. Sin embargo, su popularidad se ha limitado a Asia.
Su esfuerzo por crear 1.768
personajes para la serie le valió
en el 2009 el reconocimiento
del Libro Guinness de los ré-
cords al mayor número de criaturas en una serie animada.
Profesional solidario, Yanase, retirado en el 2010, volvió a
trabajar tras conocer que la música de Vamos Anpanman! animaba a los afectados por el tsunami de marzo del 2011. A sus
92 años escribió una canción sobre el milagro del pino de Rikuzentakata, en referencia al árbol que sobrevivió al tsunami.
Conocido por sus mensajes
pacifistas, Yanase mantuvo su
optimismo hasta el final: “Es octubre, como siempre. Yo estoy
bien, así que, por favor, siéntanse a gusto”, añadió al final de su
poema mensual publicado en
su web. Pocos días después dejó huérfano a Anpanman.
ISIDRE AMBRÓS
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