GLADIADORES, SANGRE Y ARENA EN LA ANTIGUA ROMA

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GLADIADORES, SANGRE Y ARENA EN LA ANTIGUA ROMA
Gladiadores y espectáculos gladiatorio o munus, sangre y arena en la antigua Roma, han
llegado a nosotros difuminados con el transcurso de los años, filtrados por la moral imperante
tras la caída del imperio, adornados por el romanticismo de los últimos siglos y finalmente
pervertidos por la nueva industria del espectáculo en los últimos cincuenta o cien años. Pero,
¿qué hay de realidad y de mito sobre este mundo que no deja indiferente a nadie?
Según la definición aportada por Quintilio, los gladiadores eran hombres que luchaban con
espadas en la arena u otros lugares para el divertimento del pueblo: “Gladiator est, qui in
arena, populo spectante, pugnavit” Declam. 302.
Los gladiadores encarnaban los valores que debía mostrar todo varón adulto que se preciase
en la sociedad romana. La destreza física y militar, el valor o la capacidad de sufrimiento
entre otros se consideraban cualidades intrínsecas a los ciudadanos romanos de la era
republicana, cuando los pequeños propietarios participaban en las campañas militares, pero
que en la época imperial, con el ejército profesionalizado se habían alejado del ciudadano de
a pie. Los gladiadores ayudaron a mantener el contacto con los valores marciales a una
sociedad cada vez más ajena a ellos en su día a día, comenzando por el propio origen de la
palabra “gladiador”, claramente proveniente de gladius, la espada de los legionarios
romanos.
Admirados como ídolos de masas, pero a su vez despreciados por su baja condición social,
los gladiadores en su gran mayoría eran esclavos o prisioneros de guerra, aunque también
había ciudadanos que se presentaban voluntariamente y juraban como gladiadores por un
tiempo definido en busca de fama y riqueza.
Los que llegaban obligados podían llegar a recuperar la libertad si sobrevivían a diez
combates, recibiendo la rudis, una espada de madera que simboliza la obtención de la libertad
por haber superado esta fase. Los voluntarios firmaban por un periodo de tres o cinco años y
tanto unos como otros siempre tenían la opción de reengancharse.
La imagen de los gladiadores que ha llegado a nosotros refleja sobre todo a los que
participaron durante su época dorada, los primeros siglos de nuestra era, pero lógicamente
fueron evolucionando a lo largo de la historia de Roma.
Mosaico de Zliten, del siglo II que muestra a varios gladiadores, de izquierda a derecha:
thraex, murmillo, hoplomachus, murmillo juez y murmillo, Zliten, Libia
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