Salesianos 2016

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Firma invitada
Carlos Amigo Vallejo
N
Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla
Ni nostalgia del pasado ni miedo al futuro, sino llenar
el presente de esperanza. ¡Siempre esperando! Pues
bendito sea Dios, que la esperanza es la vida de la vida.
Pero no confundamos, que una cosa es esperar y la otra
aguantar el paso del tiempo. La esperanza es alegría y
convencimiento de que aquello que Dios ha prometido
se cumplirá. Que Él nos ha tomado de su cuenta y su
palabra es firmeza y convencimiento. Amor inconmensurable del Padre hacia sus hijos. El simple aguantar
hasta que vengan tiempos mejores cansa; se atrofian los
buenos y sinceros deseos y llega la indiferencia.
Salesianos
2016
sino el convencimiento de que en las honduras de cada
persona está metida la huella bondadosa del Creador.
La familia salesiana ha sido bendecida por Dios con
el carisma de la esperanza y de la misericordia. La primera es impulso, ilusión y convencimiento inquebrantable, a pesar de todas las circunstancias, de que lo que
Dios ha prometido se cumplirá. Está en juego nada menos que la credibilidad de quien es la Palabra.
Lo ha dicho el Papa Francisco y bien sirve para toda la
familia salesiana: “entre la alegría de lo conseguido y la
esperanza de lo que aguardamos no solamente tenéis una
historia gloriosa para recordar, sino una historia que construir. Mirad, pues, al pasado con gratitud; vivir el presente con pasión; abrazar el futuro con esperanza”.
La pregunta es inevitable: ¿cómo será el futuro? Cuestión interesante, pero un tanto inútil. Tiene resabios de
adivinación y presagio, tarot y nigromancia. Otra cosa
puede ser el análisis de prospectiva, la dirección de las
tendencias, el desarrollo de ideas y proyectos, pues todo
esto está dentro de aquello que debemos emprender para
construir el futuro. Lo importante no es el interrogante
sobre un futuro incierto, sino aceptar conscientemente la
responsabilidad de trabajar por un mundo, por una sociedad más justa, por unos cristianos más fieles y embelesados por el mensaje de Jesucristo.
El espíritu, el carisma, la forma de hacer salesiana es
una garantía para llevar adelante esos proyectos de futuro. María Auxiliadora y Don Bosco (pues toda su
obra, decía el santo, se debía a Ella), asentaron las mejores bases y cimientos para poner en pie la más grande y admirable obra que se puede hacer a los ojos del
Padre Dios: cuidar de sus hijos, especialmente de los
más desvalidos, de los más necesitados. Y, a ejemplo del
mismo Señor, prevenir y adelantarse antes de que llegue el mal y el pecado. María santísima limpia y pura,
concebida sin pecado, preservada de toda mancha por
la sangre redentora de su hijo Jesucristo. El método preventivo no es simplemente una estratégica pedagógica,
El Cardenal Amigo en la reunión de Directores de la Inspectoría de
Santiago el Mayor en el mes de noviembre de 2015.
Y la misericordia. El atributo más grande de Dios. Su
corazón nos pertenece. Cuando se nos rompiera por el
pecado puso el suyo para que continuara la vida, que esto
es misericordia. Tiempo muy oportuno es este para la familia salesiana, para aquellos que han de ser testigos de
la esperanza y de la misericordia. Quiero desearos, mis
buenos y admirados seguidores de Don Bosco, que en
este tiempo nuevo, cuando paséis por un lugar de este
mundo, aquellos que encuentren vuestras huellas puedan decir: por aquí ha pasado un hijo, una hija de María
Auxilio de los cristianos y de San Juan Bosco.
Boletín Salesiano enero 2016 9
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