Tríptico IVC+R

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Según el relato hagiográfico de la Leyenda Dorada, Abdón y
Senén eran dos príncipes o virreyes oriundos de Persia que vivían
en Córdoba. Durante la persecución romana contra los cristianos
se encargaron de recoger sus cuerpos y darles cristiana sepultura.
Por su proceder fueron arrestados por orden del emperador Decio
y conducidos a Roma, donde fueron expuestos a las fieras, que se
postraron a sus pies y, finalmente, decapitados en el 254. Tras su
muerte, fueron enterrados por un subdiácono llamado Quirino en
el cementerio de Ponciano, en Roma. Allí se edificó una basílica en
su honor hasta que, en 1474, el papa Sixto IV trasladó sus cuerpos
a la Basílica de san Marcos. Desde Roma su culto se expandió a
todas las provincias del imperio, especialmente el norte de Italia
y sur de Francia.
La devoción a estos santos en Sagunto se remonta al siglo XV,
pues se sabe que existía una capilla dedicada a ellos en la iglesia
de Santa María de Sagunto, cuyo mantenimiento corría a cargo
de los “jurats de la vila”. En 1644 fueron proclamados patronos
de la ciudad, y sus reliquias fueron traídas desde Roma por fray
Bernardo Pellicer, tras el permiso obtenido del papa Inocencio VII,
festejándose su llegada. En 1695 los jurados de la villa encargaron
al arquitecto Rafael Martí una capilla, de estilo barroco, en el
convento de san Francisco para darles culto. Precisamente de
estas fechas debe ser el relicario de mayor tamaño y empeño.
Éste está formado por una base circular moldurada con una
caña decorada con motivos vegetales y cabezas de querubines.
Posee cuatro argollas en la base para sujetarlo a las andas. Ésta
da paso a un astil moldurado con diversos estrangulamientos,
siendo más amplio el nudo, que está adornado con tres cabezas
de querubines. De él nace un cogollo de hojas que da pie a la
triangular caja del relicario, por cuyas aristas discurren unas aletas
ornamentales con roleos y mascarones entrelazados que sujetan
el triangular remate del relicario rematado por una bola y una
cruz.
El otro relicario data del último tercio del siglo XVIII o las primeras
décadas del siglo XIX, y muestra tan solo el frente plateado, pues
posee un armazón de madera que lo sustenta. Está formado
por una base trapezoidal, moldurada y decorada con motivos
vegetales, sustentada por unas garras. El astil está formado por
una especie de vaso con acanaladuras y guirnalda floral en el
tercio superior. De este nace un ostensorio triangular, formado por
dos ramas de azucenas y una línea de hojas que enmarcan la
ovalada teca, que alberga la reliquia. Corona el ostensorio una flor
a modo de estrella, y un elemento decorativo cóncavo convexo
a modo de peineta emanado del lenguaje ornamental del estilo
rococó. Por último, remata el conjunto una cruz latina con rayos
en los ángulos. Este relicario presenta en la base una inscripción
formada por una cruz de Jerusalén, propia de los Santos Lugares
custodiados por la orden franciscana, lo que nos atestigua su
procedencia del antiguo convento franciscano, y el comitente,
pues el texto dice así: “ A devoción / de Fr. Matias / Cebrian,
Religioso / Francisco Observante y Peregrino de / los Santos
Lugares de Jerusalen / Sn Francisco de la villa de Murviedro”.
Ambos relicarios, pertenecientes a la Cofradía de los santos
Abdón y Senen, han sido restaurados por el Institut Valencià de
Conservació i Restauració de Béns Culturals de la Generalitat
Valenciana, y han sido financiados gracias a una subvención de
la Diputación de Valencia.
Estado final
Inscripción en la base
Estado final
c+r Metales y Orfebrería
Depósito Legal: CS- 216 -2011
Los santos patronos de Sagunto, Abdón y Senén, popularmente
conocidos en tierras valencianas como els Sants de la Pedra o
els Sants Màrtirs, están considerados como protectores de la
agricultura. Este patronazgo está relacionado con los pasajes
milagrosos ocurridos en el traslado de sus reliquias, a mediados
del siglo X, al monasterio benedictino de Santa María de Arléssur-Tech.
Detalle de óxidos de cobre
Consellera de Turismo, Cultura y Deporte: Lola Johnson Sastre
Presidente de la Diputación de Valencia: Alfonso Rus Terol
Secretario Autonómico de Cultura y Deporte: Rafael Ripoll Navarro
Directora General de Patrimonio Cultural: Marta Alonso Rodríguez
Diputada de Administración General de la Diputación de Valencia: Carlota Navarro Ganau
Directora Gerente del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales:
Carmen Pérez García
Presidente de la Confraria dels Sants Patrons de Sagunto: José Ramón Pellicer Marco
Técnico en conservación y restauración de bienes culturales. Metales y orfebrería: Inma Traver, Llanos
Flores Madrona, Marc Voisot
www.ivcr.es
Relicaris dels Sants de la Pedra
Cofradía de los santos Abdón y Senén
Sagunto
Electrodeposición de plata
Detalle del estado inicial
Protección de los reversos
Estado inicial
Proceso de restauración
El relicario mayor (59 x 24 cm) está elaborado en plata repujada, cincelada y fundida. Su superficie metálica se encontraba en buen estado, aunque había perdido la pieza superior que sustenta la reliquia en
el interior. Igualmente, el orbe y la cruz que lo rematan se habían fragmentado, presentando en la zona superior una soldadura de plomo y
estaño que sujetaba la esfera, y la cruz había desaparecido. Además,
esta zona de la cúpula que cierra el relicario presentaba fisuras y perforaciones debido, muy probablemente, a un golpe o caída.
Relicario 1
La estructura de madera se limpió físico-mecánicamente mediante
cepillado de brochas suaves y etanol. Posteriormente se consolidaron
las grietas y fisuras con una resina bicomponente especial para
madera y se aplicó una pátina acrílica blanca a fin de homogeneizar
la superficie posterior. La zona inferior de pan de oro se limpió y
protegió en aquellas zonas deterioradas.
El otro relicario (53 x 20 cm) se encontraba en peor estado de conservación. Está realizado en madera policromada en blanco con el
frontal de latón plateado. El plateado superficial se encontraba prácticamente desaparecido, debido a la abrasión sufrida durante los
procesos de limpieza con productos comerciales, lo que dejaba al
descubierto gran parte de la superficie de cobre, que a su vez, que
se encontraba totalmente oxidada. La sulfuración de la plata y los
óxidos y carbonatos de cobre otorgaban un aspecto ennegrecido al
relicario. Por otra parte, la madera presentaba pérdidas de policromía,
fisuras y grietas debido a su manipulación. La zona de la base, dorada
con pan de oro, también se encontraba erosionada.
A continuación, una vez desmontadas las partes metálicas, se limpiaron
mediante brochas y etanol-acetona. Se eliminaron los restos de un
barniz oxidado quedando al descubierto una superficie totalmente
deteriorada. Debido al mal estado de conservación que presentaba
la superficie metálica, ya que la capa de plata prácticamente había
desaparecido, se optó por la aplicación de una electrodeposición de
plata que recuperase su aspecto y brillo. Posteriormente, se bruñó la
plata según el método del siglo XVIII y se le otorgó una pátina estable
a fin de resaltar el trabajo de cincelado y repujado.
Los dos relicarios presentaban suciedad superficial de forma generalizada y algunas deformaciones debidas a manipulaciones y tratamientos de limpieza anteriores.
Seguidamente, se aplicó una resina acrílica totalmente reversible
como capa de protección, para que conservase el brillo en las zonas
pulidas y evitase la sulfuración del metal. Finalmente, las placas de
plata se montaron de nuevo sobre la estructura de madera.
Relicario 2
El relicario se desmontó para poder llevar acabo los tratamientos
adecuadamente. La reliquia fue preservada en una bolsa de
polietileno estanca, y los sistemas de anclaje se conservaron y
adecuaron para el posterior montaje.
Una vez desmontado, se limpió mediante brochas suaves y
aspiración localizada, a fin de eliminar los depósitos internos de polvo.
Detalle de las alteraciones
Óxidos y carbonatos de cobre
Detalle del interior del relicario
con perforaciones
Proceso de desmontaje
Limpieza químíca mediante baños
Secado de las piezas
Aplicación de la pátina
Protección final
Posteriormente, se aplicó una limpieza física con etanol-acetona
para la remoción de antiguos barnices oxidados.
Todas las piezas de plata se sometieron a baños de agente
quelante, para eliminar la sulfuración de la plata y devolverle su
brillo natural. Posteriormente estas piezas se neutralizaron en baños
de agua desionizada. Todos los anclajes de hierro que sustentan la
pieza, se limpiaron mecánicamente con micromotor para eliminar
los óxidos de hierro, y se inhibieron mediante taninos para estabilizar
el metal. Posteriormente se protegieron con la aplicación de una
resina acrílica.
Con el fin de eliminar cualquier resto de humedad que pudiese
afectar negativamente a la pieza o a la reliquia, todas las piezas
tratadas químicamente y neutralizadas se secaron en estufa de
circulación de aire caliente.
Las piezas que se habían perdido fueron repuestas según el
original. Para ello, se realizó el soporte superior del interior del
relicario, el que sustenta la reliquia, siguiendo el modelo de la zona
inferior de este. Se trata de una plancha de plata maciza con una
abrazadera con soldadura de plata, que es donde se inserta la
reliquia. La parte posterior de ésta se marcó con una R y la fecha
de creación, a fin de atestiguar que se trata de una reposición.
La cruz que remata el relicario, también se restituyó, mediante la
soldadura en frio de una cruz de lámina de plata.
Se reintegraron volumétricamente, mediante soldadura en frio, las
perforaciones de la zona de la cúpula que cierra el relicario donde
estaba la soldadura de plomo y estaño, ya que ésta no cubría
completamente la parte de la rotura. Para evitar que la plata se
sulfure con el transcurso del tiempo, se aplicó una resina acrílica
totalmente reversible a todas las piezas como protección.
Ajuste de la nueva pieza
Reconstrucción volumétrica
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