Pobreza: niños de la calle

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SON CIEN MILLONES
En el mundo existen cien millones de niños que viven en la calle, según Unicef. La mayoría se concentra en
los países en vías de desarrollo, aunque no es un problema exclusivo del Tercer Mundo sino que afecta
también a países como Estados Unidos. 40 de esos cien millones de niños viven en Latinoamérica; entre 25 y
30 en Asia y 10 millones en Africa. En algunas metrópolis de América Latina hay más de 100.000 niños que
viven en las calles, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Estas cifras abarcan tanto a los jóvenes que pasan todo el día en la calle, aunque por la noche regresan a casa
de sus padres o de algún familiar para dormir, como a los que siempre pernoctan a la intemperie, en las
paradas de autobús o bajo las marquesinas de las tiendas. La gran mayoría de los niños que deambula por las
ciudades pertenece a la primera categoría, aunque resulta difícil estimar su porcentaje exacto. En una encuesta
realizada por el diario brasileño O Povo en la ciudad de Fortaleza se estableció que sólo un 10 por ciento vivía
permanentemente en la calle. El 90 por ciento restante solía regresar a casa para dormir. A nivel global, esta
organización estima que para uno de cada diez niños de la calle, ésta se ha convertido en su casa.
El fenómeno de los niños de la calle es fruto del imparable crecimiento urbano, la pobreza y la falta de
alternativas. Algunos huyen de la violencia en su casa, otros se ven obligados a buscar trabajo porque sus
padres no los pueden mantener. Los niños que no han roto sus vínculos familiares, suelen entregar sus
ingresos a su madre para contribuir de esta forma a la economía doméstica. Cuando la calle se ha convertido
ya en su único hogar, suelen gastar el escaso dinero que obtienen en comida, tabaco, drogas y en el juego,
pero también en ver películas o comprar juguetes. La imposibilidad de conservar sus ingresos en un lugar
seguro y el continuo miedo a ser despojados por sus propios compañeros o por la policía, les impide ahorrar el
dinero para poner los cimientos de un futuro mejor.
LATINOAMERICA
BRASIL En Brasil hay como mínimo unos 200.000 niños de la calle, aunque la cifra de pequeños en
situación de extremo riesgo o miseria es mucho más elevada. Algunas fuentes, como Unicef, elevan el
número de los niños en condiciones de pobreza hasta los 44 millones (6). El hambre, la prostitución, las
palizas, la droga, las detenciones y la muerte violenta a manos de escuadrones de la muerte son su pan
nuestro de cada día. Venden bolsas de plástico, bolígrafos o chicles, limpian parabrisas o botas, roban
carteras y, al caer la noche, hay muchos que acuden a los hoteles de turistas para ofrecer sus favores
sexuales a cambio de algunos dólares. Muchos aspiran pegamento o gasolina para drogarse.
MEXICO Un estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef−México) y
el Gobierno de la Ciudad de México registró unos 13.373 menores que viven y/o trabajan en la calle sólo
en la capital de este país.
GUATEMALA Se estima que sólo en la capital de Guatemala existen más de 5.000 niños de la calle.
Llevan el estigma de la delincuencia y sufren la violencia de las fuerzas de seguridad.
AFRICA
BURKINA FASO Una encuesta realizada por Unicef y el Gobierno burkinabé en 1991 cifraba en 1.300
el número de jóvenes que vive en las calles de la capital.
El perfil típico de un niño que se busca la vida en las calles de esta ciudad es el de un varón − sólo el 11
por ciento son chicas − que tiene entre 7 y 17 años. El 30 por ciento es menor de 14 años. Uno de cada
dos vende algún tipo de mercancía: ropa, fruta o bebidas, otros realizan transportes con carretillas de
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mano, lustran botas o limpian objetos. Sólo un 7 por ciento mendiga. La prostitución no parece
incluirse entre sus actividades.
CHAD Se estima en 2.000 el número de niños que vive en las calles de Nyamena, una capital con
alrededor de 600.000 habitantes que crece al ritmo de un 24 por ciento al año. Suelen ser varones entre
6 y 16 años. Se agrupan en pandillas, trabajan juntos y muestran cierta responsabilidad mútua. Vigilan
y limpian motocicletas, lustran botas, trabajan en restaurantes o en el mercado.
ASIA
INDIA En Madras, donde habitan más de 5 millones de personas, se estima que existen 45.000 niños de
la calle y que cada día se añaden cinco más al ejército de pequeños indigentes urbanos. Un estudio
realizado en Madras con 110 niños reveló que la mitad trabajaba en hoteles y puestos de té, 22
mendigaban, 5 recogían basura para después venderla.
NEPAL La organización Child Welfare Society ha denunciado que en Nepal existen más de 11.000 niños
de la calle, la mayoría entre 13 y 16 años. Casi todos son varones ya que la opinión pública es
especialmente crítica con las niñas que están en la calle y tiende a considerarlas más que víctimas,
culpables de cualquier agresión que puedan sufrir, por el sólo hecho de no haberse quedado en casa.
TAILANDIA Tailandia cuenta con 10.000 niños de la calle, según el informe sobre el Estado Mundial de
la Infancia 1995, de Unicef. Esta cifra parece incluso baja frente a los cien mil menores que trabajan en
la prostitución infantil en el mismo país.
En Vietnam, hay unos 50.000 niños sin hogar y en Camboya, un 20 por ciento de todos los mendigos son
niños. Según Unicef, la infancia paga un alto precio por la rápida industrialización y urbanización de
estos países asiáticos, que lideran el desarrollo mundial con un crecimiento anual que alcanza el 6,5 por
ciento. En China existen alrededor de 200.000 niños de la calle.
LA CALLE DEL SEXO
De acuerdo con los datos de un estudio elaborado por Naciones Unidas en 1991 en 10 ciudades (Alejandría,
Bombay, El Cairo, Lusaka, Manila, México, Montreal, Río de Janeiro, Tegucigalpa y Toronto) los niños de la
calle son a menudo víctimas de las "industrias del sexo", que los emplean en pornografía y prostitución
"frecuentemente desde una edad muy temprana". La Organización Mundial de la Salud ha constatado una
"incidencia creciente de VIH/sida" entre los niños de la calle que son explotados sexualmente y ejercen la
prostitución.
Un estudio realizado en 1991 por el Centro de Orientación y Tratamiento de Enfermedades de Transmisión
Sexual de Guatemala y la ONG estadounidense Casa Alianza entre 147 niños y niñas entre 7 y 17 años reveló
que todos habían sufrido abusos sexuales. Más de la mitad dijeron que se los habían infringido sus propios
familiares. En el caso de las chicas, esta cifra se elevó al 85 por ciento. Un 64 por ciento reconoció que tuvo
sus primeras relaciones con su padre o madre, un 10 por ciento las mantuvo con un hermano, otro 10 por
ciento con un tío y sólo un 8 por ciento con un amigo o novio.
Un 25 por ciento de todos los entrevistados dijo tener más de cuatro compañeros sexuales al día,
aunque en el caso de las chicas esta proporción alcanzó el 92 por ciento. Ninguno utilizaba preservativo.
Las enfermedades de transmisión sexual eran frecuentes: un 93 por ciento de los niños afirmó haberlas
padecido. Todos utilizaban además pegamento u otros disolventes como droga, un 96 por ciento de ellos
a diario.
ALCOHOL Y DROGAS
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que "una proporción importante" de los cien millones de
niños de la calle existentes en todo el mundo "consume regularmente alcohol y otras drogas" para
"contrarrestar su estrés, dolor y sufrimientos; en muchos casos no consideran la droga un problema, sino la
solución".
De acuerdo a los datos del citado estudio de Naciones Unidas, una "proporción significativa" de los 550
encuestados tomaban alcohol u otras drogas. Las más consumidas eran las más baratas y fáciles de
obtener: alcohol, tabaco, cannabis, pegamento, disolventes y fármacos. También se informó del
consumo de cocaína, heroína, anfetaminas, cócteles de drogas y sustancias inyectables. El estudio reveló
también que los niños de la calle son utilizados frecuentemente en la producción y venta de cocaína y en
el tráfico de cannabis y heroína. El consumo de drogas tiene serias consecuencias para los niños. La
inhalación de cola industrial produce sensación de ligereza, alucionaciones ocasionales, pérdida de
apetito y náuseas. A largo plazo puede afectar a los pulmones, daños irreversibles en el cerebro y los
riñones y un deterioro de la salud general.
Unicef estima que más de la mitad de los 40 millones de niños de la calle latinoamericanos usa la cola
industrial como droga. "20 millones de clientes que consumen alrededor de 70 millones de litros de cola
al mes es un gran negocio para los fabricantes de la cola", señala la organización americana Casa
Alianza. En Estados Unidos, donde el problema de los niños de la calle es también, por cierto, muy
serio, las sustancias basadas en tolueno están controladas estrictamente, mientras que son precisamente
dos empresas estadounidenses las que producen la cola vendida en Latinoamerica.
OBJETIVO: SACAR A LOS NIñOS DE LA CALLE
Como este es un problema mundial en muchos países este problema se ha tomado con gran prioridad,
países en los cuales se han creado instituciones para la ayuda de los niños de la calle, dándoles comida,
ropa, cama, tratamiento médico y refugio, educación y consejos. Buscando la forma de se inclinen por
sus estudios antes que optar por la vida que les esperan en la dura calle. Pero con todos estos esfuerzos
creo que no se ha logrado mucho, ya que según las encuestas y estadísticas el problema va en aumento y
no en vía de solución.
Se han creado instituciones que se dedica a distintas actividades como: prevención del abandono o el
mal trato, guarderías, ayuda económica temporal, selección de familias para la adopción, recurso a la
justicia en casos de explotación, se imparten clases de alfabetización a los pequeños, los concientiza de
sus derechos, les facilitan asesoramiento jurídico y les alientan a reanudar sus relaciones familiares.
Además, les proporcionan educación no académica, muchas veces en la misma calle, para que puedan
asistir a las escuelas y centros de formación profesional o llegar a ser aprendices. Cuando los niños
están preparados, se les inscribe en escuelas o se les busca un puesto como aprendices.
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