superyo | visor Quienes sufren TLP no pueden controlar sus emociones desbordadas ni dominar su comportamiento. Los tratamientos deben incluir atención psiquiátrica, medicación, terapias complementarias y, si es necesario, la hospitalización del paciente. Borderline Al límite de la cordura Caracterizado por un cuadro de una profunda inestabilidad emocional y una po- larización de los pensamientos, el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), mejor conocido como borderline, es una afección muchas veces difícil de diagnosticar, pues se puede confundir con otros trastornos. Cuando este desequilibrio se manifiesta, el afectado sufre algunos síntomas característicos, entre los que se cuentan: • Arranques de ira y arrebatos de violencia verbal o física provocados por circunstancias intrascendentes; o, por el contrario, una excesiva represión de los enojos. • Paranoia (miedo a que los demás “adivinen” sus intenciones). • Temor irracional y exagerado al abandono. • Cambios de opinión bruscos y repentinos. • Ansiedad e irritación cuando no logra ser el centro de atención. • Desmesurado enojo consigo mismo. • Conductas compulsivas que provocan un posterior sentimiento de culpa. • Pérdida de objetivos vitales y sensación de vacío e inutilidad. Vínculos alterados Factores de riesgo Algunas situaciones traumáticas (junto con otros factores biológicos y psicológicos aún en estudio) pueden desencadenar el TLP: • Abandono, sobreprotección, rigidez o extrema permisividad de los padres. • Adopciones traumáticas. • Desestructuración familiar (separaciones violentas, enfermedades psiquiátricas o adicciones de los progenitores). • Abuso sexual (76% de los casos de TLP se desarrollan en mujeres, principales víctimas). A raíz de este cuadro de emociones distorsionadas, también se alteran los vínculos afectivos y el paciente sufre algunos trastornos de comportamiento, entre los que figuran: • Suspicacia, desconfianza y maltrato a los seres queridos. • Incapacidad para poner límites a los demás y, a la vez, imposibilidad de respetar los límites ajenos. • Tendencia a idealizar y luego devaluar a los demás. • Capacidad para poner en evidencia el punto débil de los demás a través de humillaciones y comentarios hirientes. • Autoboicot. Es el caso de quienes abandonan los estudios justo antes de graduarse o, sin motivo aparente, rompen una potencial relación de pareja cuando todo parece ir muy bien. • Fantasías en torno a las responsabilidades: le echa la culpa a los demás de sus problemas, o a la inversa, cree que es culpable de situaciones en las que ni siquiera ha intervenido. • FUENTE º Trastorno Borderline de la Personalidad. Un desafío Clínico. Néstor Koldobsky, director de la Carrera “Especialista en Psiquiatría y Psicología Médica” de la Universidad de La Plata (Argentina). 66+SALUD