Objeto.- Se me ha solicitado informar sobre dos puntos específicos

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JUAN ESTEBAN PLICA VIAL
Abogado
P o Ir de Derecho Comercial Universidad del Desarrollo
Director Instituto de Derecho Comercial
Miembro del American Bankruptcy Institute
Miembro de insol International
rotula! Queen Mary 8: Westtield College-Lundon University
Avda Presidente Riesco M5561, piso 8'
Fono: 56-2-23377000
e-mail:
estepugtvi!nueaorttz-el
Santiago-Chile
iNFORME EN DERECHO
Objeto.- Se me ha solicitado informar sobre dos puntos específicos:
a) Constitucionalidad del inciso final art.226 de la Ley 20.720 Sobre Reorganización
y Liquidación de Activos de la Empresa y Persona Deudora.
b) Función y naturaleza de la verificación de créditos en el Procedimiento
Concursa! de Reorganización y en el Procedimiento Concursal de Liquidación.
a) Constitucionalidad del inciso final del art.226 de la Ley 20.720.Desarrollo
Se ha planteado que la norma del inciso art.226 de la Ley 20.720 que previene en
que "sí el contrato —de leasing-incluyese multas, ellas podrán ser verificadas
únicamente con mérito de una sentencia definitiva firme y ejecutoriada que
declare su procedencia y que conceda las cantidades reclamadas, procedimiento
que se sustanciará mediante las reglas del juicio sumarld'.
La inconstitucionalidad de dicha norma se ampararía en que ella viola tanto la
garantía constitucional de la igualdad ante la ley del N°2 del art.19 de la
Constitución Política del Estado como la garantía constitucional de amparo al
derecho de propiedad prevista en el N°24 del mismo artículo.
La discriminación arbitraria que resultaría de la regla de marras residiría que para
estos acreedores de multas de leasing habría un tratamiento distinto que para
otras obligaciones en el procedimiento concursal de liquidación, pues se trataría de
la única obligación que no podría verificarse en forma directa aplicando los arts.
170 y ss de la Ley 20.720.
2
Existiría asimismo un atentado al derecho de propiedad en razón de que dicha
norma equivaldría a una expropiación del derecho a cobrar las multas del contrato
de leasing.
Para bien resolver este tema nos parece que lo esencial es definir la naturaleza y
función de las denominadas multas.
La expresión multas no existe en nuestro ordenamiento civil. La voz multa se
aplica en materia de derecho administrativo, derecho penal y derecho de policía.
Sin embargo, no cabe duda de que la expresión multa equivale a la de pena y ésta
se inscribe dentro de la noción de dáusula penal regulada en los arts.1535 y ss del
Código Civil,
El art.1537 del Código Civil requiere que para poder demandar la pena el deudor
debe haberse constituido en mora de cumplir con la obligación principal.
Como las obligaciones de los contratos de leasing para el arrendatario con opción
de compra son dos, a saber, pagar la renta y restituir la cosa al terminar el
arrendamiento salvo que se ejerza el derecho de opción de compra, habrá que ver
entonces cuándo el deudor se constituye en dicha mora.
El art.1945 del Código Civil previene que "cuando por culpa del arrendatario se
pone término al arrendamiento, será el arrendatario obligado a la indemnización
de peijuicios, y especialmente al pago de la renta por el tiempo que le falte hasta
el día en que desahuciando hubiere podido hacer cesar el arriendo, o en que el
arrendamiento hubiere podido terminar sin desahucio" La norma a'ñade que el
arrendatario puede eximirse de estos perjuicios si propone persona idónea que le
substituya por el tiempo que falte, siempre que preste fianza "seguridad
competente".
Lo misrno, el art,1947 impone al arrendatario devolver la cosa al fin del
arrendamiento.
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Por su parte el art.1950 del mismo Código Civil enuncia taxativamente las causales
de terminación del contrato de arrendamiento, señalando que expira por los
mismos modos que los contratos en general, pero especialmente por:
1.- La destrucción total de la cosa;
2.- La expiración del tiempo estipulado para la duración del arrendamiento;
3.- La extinción del derecho del arrendador y;
4.- Por sentencia del juez en los casos en que la ley lo ha previsto.
Finalmente el art.1949 del mismo Código Civil dice enresamente que "para que el
arrendatario sea constituido en mora de restituir la cosa arrendada, será necesario
requerimiento del arrendador .
Nuestra doctrina y jurisprudencia es uniforme y enfática en señalar que 'Ya
terminación del contrato de arrendamiento no se produce Ipso facto por el no
pago de las rentas, sino por declaración del tribunal que declara extinguido el
contrato por lo que, en tanto ello no ocurra, el arrendatario puede enervar la
acdón pagando las rentas (JIM le sirvieron de fundamentrf C. San Miguel, 5mayo
de 1992, Gaceta Jurídica N° 143, sent.2a, p.71. También Corte de Santiago 13 de
septiembre de 1993 Gaceta Jurídica N°159, Sent 8a, pág.54.
En suma, tanto para los efectos de dar por terminado el contrato de
arrendamiento como para los efectos de estar en mora de restituir la cosa
arrendada, es menester que exista un requerimiento, el que debe ser judicial
como desde antiguo lo previó nuestra Corte Suprema (C. Suprema, 13 de junio de
1890 Gaceta 1890, T.1I, N° 2605, pag.5.1
Pues bien, la clausula penal es una avaluación convencional de los perjuicios sujeta
a la condición de que no se cumpla con la obligación principal.2 Es común tanto a
la avaluación judicial, legal o convencional de perjuicios se requiera de una
De la misma opinión Arturo Alessandri, Curso de Derecho Civil, Tomo IV De La Fuente de Las
Obligaciones, pág.463. Editorial Nascimento 1942.
7 .- Ver Rene Abeliuk, Las Obligaciones, Tomo II pág,747 Editorial Juridica de Chile, año 1993; Ramón
Men. Barros, Manual de Derecho Civil, De Las Obligaciones, pág.287, Editorial Jurídica de Chile, año 1997.
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sentencia judicial que declare la obligación del deudor de indemnizar. Como
señala don René Abeliuk la etapa de decir si procede la indemnización "existe en
cualquiera de las avaluaciones señaladas, y siempre es judicial3.
En consecuencia, es la ley general —EI Código Civil- y no la ley concursa' en
particular la que exige que para los efectos tanto de hacer efectiva una cláusula
penal por incumplimiento de cualquier contrato en general y del de arrendamiento
en particular, como para exigir las rentas de arrendamiento por mora en la
restitución de la cosa arrendada, hace falta una demanda judicial y en el caso de la
terminación del contrato por incumplimiento de una sentencia judicial.
Esto deviene de la circunstancia de que un elemento esencial de la responsabilidad
civil es que exista culpa, dolo o hecho imputable al deudor en el incumplimiento y
de que además, tratándose de un contrato bilateral, el acreedor haya cumplido o
esté llano a cumplir su obligación.
En consecuencia, para que las indemnizaciones convencionales constitutivas de
cláusulas penales sean líquidas y actualmente exigibles, es menester una sentencia
judicial que las declare. El juez no es libre de avaluar los perjuicios, pues esa
queda definido en la ley del contrato, pero sí es soberano en determinar si procede
o no la indemnización de perjuicios.
Pues bien, estos principios generales son simplemente reiterados en el art.226 de
la Ley 20.720, en el sentido de que las multas deben ser declaradas por sentencia
ejecutoriada, pues precisamente lo que señala la disposición es que dicha
sentencia debe declarar su procedencia y su procedencia reposa, entre otras
cosas, en acreditar que el incumplimiento de la obligación principal es imputable a
culpa, dolo o hecho del deudor.
3 .-
Ver Rent Abeliuk. Las Obligaciones, Tomo 11 pág. 731 Editorial Jurfdica de Chile. ano 1993
(1.4A-o
Añadamos que nuestra Corte Suprema ha señalado que "el hecho que el
arrendatario no pague la renta por estar en falencia, por sí solo no supone que
exista culpa"4.
En suma, la exigencia del art.226 en comento no es sino la reiteración del principio
general en materia concursa!, de que todas las obligaciones ilíquidas o que no
puedan ser pagadas en dinero (v. gr. las obligaciones de hacer o no hacer o de
entregar una cosa no consistente en una suma de dinero) deben necesariamente
convertirse en una obligación de pagar una suma específica de dinero y para ello,
naturalmente, no existe otra alternativa que iniciar un juicio declarativo que
declare el incumplimiento de la obligación específica, ordene la resolución o
terminación del contrato y la obligación de indemnizar perjuicios por una suma
determinada. Esta falencia de nuestro sistema concursal ha sido señalada por
nosotros tanto en nuestros textos alusivos a la Ley de Quiebras N° 18.175 como a
la ley actual N° 20.720.5 Hemos dicho hasta el cansancio que debiera existir un
procedimiento brevísimo de conversión o una norma especifica de avaluado:5n de
las obligaciones distintas a la de pagar una suma específica de dinero, pero
nuestras palabras han caído en oídos sordos.
En consecuencia, nada tiene de discriminatoria la norma del art.226, pues se aplica
en general a todas las obligaciones llíquidas no declaradas por sentencia judicial. Y
la razón de ser de la exigencia de sentencia judicial surge no de una discriminación
arbitraria del legislador, sino de la circunstancia de tratarse de obligaciones
indeterminadas o ilíquidas.
En orden a ser dicha regla una suerte de expropiación atentatoria al derecho de
propiedad, tampoco nos parece, porque esa regla no priva de su crédito al
acreedor. La expropiación es un título traslaticio y un modo de adquirir. La norma
° Cone Supreusa Revista de Derecho y Jurisprudencia, t.34,2' parte, sec.1', pág.39 citado por Arturo
Alessandri, op.cit., pág.471.
.- Juan Esteban Puga Vial, Derecho Concursa'. E:1 Juicio de Quiebras, T.11., págs .387 y 1S 3' edición, año
2004 Derecho Concursa!, El Procedimiento Coricursal de Liquidación. págs. 361 a 366 Editorial Jurídica de
('hile, año 2014
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6.1}0,1m,ttitAán Itt,uw
en comento no modifica la situación dominical del derecho del acreedor. El
acreedor no es privado de su crédito. Sólo se le exige que lo haga determinado y
líquido y eso nada tiene de particular, injusto o irregular.
En resumen, nada tiene de inconstitucional la disposición del inciso final del art.226
de la Ley 20.720.
b) Naturaleza y función de la verificación de créditos en los procesos
concursales tanto de liquidación como de reorganización.
Todo cuanto hemos escrito supra se refiere a las verificaciones de crédito en el
procedimiento concursa! de liquidación ya que no existe en el procedimiento
concursal de reorganización una norma análoga al art.226, por razones que
además huelga explicar. En el procedimiento concursa! de reorganización no existe
la obligación de obtener sentencia declarativa de las multas, sin perjuicio de que
verificadas ellas puedan ser impugnadas con arreglo a las normas de los arts.70 y
71 de la Ley.
Esto obedece a que la verificación de créditos no cumple una misma función en
uno y otro procedimiento.
En el procedimiento concursal de liquidación, la verificación de créditos es una
demanda de cobro de un obligación dineraria líquida. Es precisamente la demanda
ejecutiva de cada acreedor y cuyo procedimiento está precisamente estructurado
con un contradictorio eventual y postergado al igual que en el juicio ejecutivo
singular. La verificación de créditos no es otra cosa que el anverso de la
suspensión del derecho de los acreedores de ejecutar individualmente al deudor
consagrado como efecto de la Resolución de Liquidación en el art.135 de la Ley y
con la diferencia sustantiva de que esta acción de cobro se ejerce no sólo contra el
deudor, sino también contra los demás acreedores y el síndico en tano órgano
encargado de velar por el interés general de los acreedores y los bienes del
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deudor. En suma, la verificación de créditos en el Procedimiento Concursa' de
Liquidación es una demanda por la que se ejerce una acción de cobro.
En cambio, la verificación de créditos en el Procedimiento Concursa! de
Reorganización no tiene por función ejercer una acción; no es una demanda de
cobro. Su función es sólo para tener derecho a voto en la junta llamada a deliberar
y votar la propuesta de Acuerdo de Reorganización hecha por el deudor. En la
nueva ley esto queda aún mejor reflejado por la circunstancia de que con arreglo
al art.70 de la Ley si un acreedor ya figura en la nómina de créditos que debe
presentar el deudor conforme al art.56, no es necesario que verifique su crédito
para tener derecho a voto. De hecho existen acreedores que no obstante serio no
puede votar la propuesta del deudor, como lo son los acreedores personas
relacionadas con el deudor y el cesionario que adquirió créditos contra el deudor
(art,79 de la Ley) y ello no implica ni que dejen de ser acreedores ni que no les
afecte el Acuerdo. Ello explica el por qué la Resolución de Reorganización del
art.57 no produce el efecto de la Resolución de Liquidación del art.129 de acelerar
el vencimiento de todas las obligaciones; precisamente porque en los proceso de
reestructuración no hace falta que las obligaciones estén vencidas.
De hecho el art.66 de la Ley se encarga de dejar en claro que los acuerdos sólo
afectarán a los acreedores cuyos créditos se originen con anterioridad a la
Resolución de Reorganización", sin que la ley haga excepción alguna; en contraste
con lo que ocurre con el Acuerdo de Renegociación de la Persona Deudora que con
arreglo al art.266 de la Ley sólo obliga a los acreedores reconocidos en la nómina
homónima que resulta de la audiencia de determinación del pasivo regulada en el
art.265 de la Ley.
Así un acreedor que no votó o que fue omitido en la votación pero cuyos créditos
sean anteriores a la Resolución de Reorganización, no sólo no pierde su crédito
sino que además le es oponible el Acuerdo de Reorganización y puede exigir que
se cumpla a su favor, como se deprende además del ejemplo señalado en el inciso
final del art.95 de la Ley.
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Todos los acreedores anteriores a la Resolución de Liquidación, sin distinción, no
podrán votar sus créditos son ilíquidos, y ello no obstará a que el Acuerdo les
afecte. Así, si dos días antes de la Resolución de Liquidación el deudor incurre en
un cuasidelito civil, los perjuicios derivados del mismo los debe desde que se
produjo el accidente, pero deberá aguardarse a que exista una sentencia definitiva
ejecutoriada que condene al deudor por responsabilidad aquffiana para poder
verificar, cosa que naturalmente ocurrirá mucho después de aprobado el Acuerdo.
No obstante ello, el acuerdo afectará a dicho acreedor. Lo mismo, si el deudor
debía por ejemplo la construcción de una casa o la entrega de ella, el acreedor no
es acreedor de una suma de dinero, sino de una obligación de hacer o de
entregar. Para convertir esa obligación en una suma dineraria necesariamente
deberán demandar la resolución del contrato con indemnización de perjuicios para
por esos perjuicios verificar en el proceso, lo que ocurrirá mucho después de que
ya esté aprobado el Acuerdo. No obstante ello, esos acreedores serán afectados
por el mismo conforme a la norma sin excepciones del art.66 de la Ley. La razón
de esto es evidente: sólo es posible determinar el peso relativo de un acreedor por
el monto de su crédito expresado en dinero (moneda quiebra se decía antes de la
Ley 20.720) y en los créditos que no están declarados —como los derivados de
obligadones de hacer o no hacer, de entregar una cosa específica o de determinar
la procedencia de una cláusula penal- no pueden sumarse a los ciertos, líquidos y
determinados.
Hechas estas aclaraciones, no es posible trasplantar ni aún por analogía la norma
del art.226 de la Ley 20.720 para hacerla extensiva también en el caso de las
verificaciones para efectos de determinar el derecho a voto en el Procedimiento
Concursal de Reorganización.
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Conclusiones:
1.- La norma del inciso final del art.226 de la Ley 20.720 no constituye ni una
infracción a la garantía de la igualdad ante la ley y tampoco una infracción a la
garantía del derecho de propiedad establecidas en los U:S.2 y 24
respectivamente, ambas del art.19 de la Constitución Política del Estado, porque
en ella no existe discriminación arbitraria alguna y tampoco una privación o
amenaza al derecho de propiedad que le incumbe a un acreedor respecto de su
crédito.
2.- La verificación de créditos en el Procedimiento C.oncursal de Liquidación es una
demanda judicial de cobro de pesos; la verificación de créditos en el Procedimiento
Concursal de Liquidación no es una dernanda, sino que un medio para determinar
si una persona puede o no votar y por qué monto una propuesta de Acuerdo de
Reorganización. Por lo tanto no cabe aplicar analógicamente ia norma del inciso
final del art.226 prevista para el procedimiento concursal de Liquidación al
procedimiento de la verificación de créditos del Procedimiento Concursa! de
Reorganización.
Santiago, 22 de Julio del arlo 2015.
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