1 TIEMPO INVERSO: SU SIGNIFICADO Sobre mis estudios y experiencias personales con hipnosis y sus beneficios para la salud, cuando se logra impactar en el subconsciente emitiendo ondas bioeléctricas al conciente para estimular los procesos de sanación, realizado a través de la inducción de los sueños, escribiré en otro ensayo pues merece un apartado especial. No soy de guardar información. Aquel que calla o esconde información es una persona en busca de poder, pues se hace dueño de la verdad. No informar es tener al semejante sumido en la ignorancia. Mantener a un pueblo desinformado es fomentar la ignorancia y adquirir poder por añadidura sobre la gente. Aquel que desinforma o miente es aún peor que el que nada informa, pues manipula las estructuras psicológicas de otros, pretendiendo y proclamando ser generoso al informar, para avanzar en el desarrollo del factor humano, cuando en realidad se avanza erróneamente, puesto que al descubrir el engaño debemos volver por nuestros pasos. Informar es avanzar. No informar o desinformar es retrasar. En el mensaje de los sueños he logrado extraer algunas revelaciones que a pesar de no tener respaldo científico, quisiera dar a conocer con convicciones científicas y metafísicas que dan las comprobaciones cuando se produce la «reiteración» del suceso. ¿Eso qué significa? Que no se produjo una sola vez el fenómeno sino muchas veces, no sólo en uno mismo también en otras personas; de ahí comienzo a atar cabos para elaborar demostraciones. Lo que en principio fue un pensamiento teórico se pudo convertir en certeza basándome en la premisa de que las casualidades no existen sino las causalidades (Ley de la Causalidad, publicado en Sane Society), esto me lleva a elaborar mi teoría del sueño sin olvidar dos premisas importantes: 1- Los sueños son manifestaciones psíquicas que actúan como descargas a tierra. Somos una batería que nos recargamos al dormir y esa energía nueva que penetra en nuestro cuerpo hace remover energías negativas o contaminadas por el entorno y las malas intenciones, produciendo un verdadero show de imágenes. 2- Los sueños pueden ser premonitorios, proféticos o viajes astrales donde se recuerdan lugares, personas, conversaciones, etc. Nuestro instinto básico de supervivencia situado en nuestro chakra 1, vórtice energético situado entre el ano y los testículos o vagina, nos hace querer subsistir tanto en la Tierra como en los sueños. Cuando soñamos que estamos en riesgo de muerte y nos despertamos, decimos: «Por suerte me desperté». Lo que sucedió fue lo siguiente: No nos despertamos justo cuando nos vamos a morir o nos van a matar, es a la inversa, comenzamos a soñar cuando nos despertamos, pero en tiempo invertido. A– Los sueños en su faceta físico matemática se perciben a la velocidad de la luz (300.000 kilómetros por segundo), o sea que podemos apreciar una escena, acontecimiento o historia completa en una fracción de segundo. Supongamos lo siguiente: El film es un carretel con fotos en cuadritos continuados que van pasando a través del proyector para visualizar la película en movimiento (acción). Una película tipo dura aproximadamente 110 minutos a velocidad normal; pero si la vemos a la velocidad de la luz la veremos en 0,00005 segundos, es decir en una cinco diezmilésima de segundo. Eso explica el por qué soñamos «instantes» que nos parecen horas de sueño. B– Los sueños en su faceta metafísica son atemporales. No tienen tiempo ni 2 espacio, lo que indica que podemos soñar situaciones del pasado y futuro en el «aquí y ahora». Impacta en la psiquis en un instante como si el film completo golpeara como un sello, de inmediato. El presente es el único tiempo posible que vivimos. Podemos vivir «pensando» en el pasado o en el futuro, pero se tratará sólo de pensamientos y no de vivencias. Se debe vivir el presente para que nuestro pasado y futuro sean fructíferos, equilibrados y placenteros. C– Los sueños también representan «nuestros miedos» y a mi humilde entender ahí reside el meollo o quid de la cuestión. Son la expresión psíquica de nuestros miedos terrenales. Son los miedos de la psiquis o del alma. Si pensamos qué miedos son los que más recordamos al despertar, seguramente serán los más impactantes, tenebrosos, significativos, afectivos, etc. Si continuamos decantando o filtrando reflexiones para llegar a conclusiones más precisas, el miedo en la forma afectiva sería el «centro del sueño», es decir, tenemos miedo a perder algo que amamos; no soportamos esas imágenes que nos parecen terribles. Se conocen como pesadillas y la persona despierta con una sensación desagradable de angustia y ansiedad. Para terminar con el tema del «Tiempo Inverso» digo lo siguiente: Cuando deseamos y/o pensamos despertar voluntariamente para no continuar soñando porque nos van a matar; estamos a punto de caer en un abismo y morir; un animal salvaje o monstruo está por devorarnos; nos apuntan con un arma o nosotros apuntamos a alguien y no nos animamos a matar; se trata por cierto del miedo a la muerte o a causar la muerte. En el momento de despertar se «pega» el sueño a velocidad lumínica. En realidad «la película» del sueño finaliza en el momento justo que estamos por morir dentro del sueño; no continúa, ya que nuestra psiquis o alma posee miedo a la muerte y por lo tanto no nos dejará morir. No nos salvamos porque nos hayamos despertado; «el sueño o película» terminaba justo antes de morir. Ahí finaliza y nos despertamos pensando que nos salvamos y agradecemos a Dios, algún ruido, persona, etc. La verdad es que despertarnos por esa sensación angustiosa de muerte que «en general no sucede» y en ese instante percibimos el sueño como si hubiesen sido horas. El tema de «viajes astral» se trata de otra circunstancia. El cuerpo espiritual, ectoplasma o fluido espiritual, sale del cuerpo adherido al cordón fluídico o cordón de plata. Es por eso que decimos «se cortó» cuando murió una persona. Podemos viajar sin espacio ni tiempo; conversar con nuestros antepasados, ángeles, guías espirituales, seres extraterrestres, contemplar el futuro, o, simplemente, alrededor de la cama. Hay formas voluntarias de hacerlo con preparación física, mental y espiritual. Involuntariamente sucede a veces cuando el cuerpo está muy cansado, agotado, abatido, estropeado, accidentado, enfermo, etc. J. J. CAMERON