Ely Rosa Zamora Diálogos Los siguientes diálogos pueden ser

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Ely Rosa Zamora
Diálogos
Los siguientes diálogos pueden ser representados en conjunto o separadamente como micro piezas. Es
recomendable el uso de la tecnología.
Diálogo 1.
Oscuridad total.
Sólo se escuchan las voces moduladas a través de micrófonos.
Voz 1.
En el portador del lenguaje no se puede confiar.
Voz 2.
¿Sabes por qué? ¿ Quién es él? ¿ Qué trae?
Voz 1.
Lenguaje.
Voz 2.
¡Ah! Una máquina de ruidos.
Voz 1.
Hiciste expresiones de miedo con tus caras.
Voz 2.
Tengo una sola.
Voz 1.
¿Una expresión o una cara?
Voz 2.
Ves, cuando dijiste que había que dudar, te tomé en serio. Y ahora sentirme de nuevo arrojado a mi propia
red de precauciones y cuidados...
Voz 1.
Una prisión.
Voz 2.
Por un momento pensé que me estabas dando una pista.
Voz 1.
No confiar, no significa no arriesgarse. Cuando lanzo palabras en dirección tuya...
Voz 2.
Evade, pero no te voltees y corras.
Voz 1.
Corro. Pero escojo un movimiento un poco más circular, una especie de patrón espiral. Trato de
atormentarme con los complejos jirones de tu estrategia verbal, aunque no diga nada. Imitación de los
infinitos pliegues del cerebro humano. ¿Tú también tienes uno? Por supuesto.
Yo nunca he visto el mío.
Voz 2.
No dices que su forma se refleja en toda tu experiencia.
Voz 1.
Una vez dije eso.
Voz 2.
Hiciste una fiesta con eso.
Voz 1.
Con el lenguaje.
Voz 2.
Con la forma.
Voz 1.
Con lo que se perdió bajo la sombra.
Voz 2.
¿Cuál sombra?
Voz 3.
La de tu experiencia.
Voz 1.
No hay sangre en la experiencia. Es muerte.
Voz 2.
Estoy mareado.
Voz 1.
Cuando la cabeza gira atrae como un imán.
Voz 2.
¿Ahora qué quieres?
Voz 1.
Cuando te das cuenta que no te das cuenta de nada en especial, se te sienta la nada
adentro.
Voz 2.
Como la casa en los días soleados.
Voz 1.
Que permite entrar los rayos del sol.
Voz 2.
En mi habitación.
Voz 1.
Nos anuncia que hay una ventana.
Voz 2.
Adentro de la casa.
Voz 1.
Luz
en la oscuridad quebrantada.
Voz 2.
¡Eres un verdadero demonio del lenguaje!
Voz 1.
Chequeaba mi propia conversación. Me interesó su agitación.
Voz 3.
¡No puedo creer su compromiso con el lenguaje!
Voz 2.
Su honor propio. No un aspecto descuidado de sí mismo.
Voz 3.
Como una hebilla brillante decorando con sus maniobras en el espacio.
Voz 2.
Una hebilla en el cielo como un papagallo.
Voz 3.
Hasta que alguien grite.
Voz 1.
¡Basta!
Ya he visto todo con mis diecisiete ojos. ¡Y me estoy hundiendo en la delicia!
Voz 3.
Su verdad interior.
Voz 2.
No una parte olvidada de sí mismo.
Voz 3.
Pero de alguna manera
lo que el exceso de la emoción
vació.
Voz 1.
La bomba que aniquila el todo
para convertirse en nada
el paquete fantasma que amenaza
con sus maniobras profundas
la ciudad de profundas aventuras.
Su falta de profundidad
no en la mirada equivocada
sino en el pastel digerido.
Responsabilidad que bajó
dulcemente
y se depositó en capas
en los interminables disturbios
del estómago.
Regados ampliamente
sobre los pavimentos
en completas categorías
enmascaradas, cubriendo todas
las direcciones.
Girando, girando, girando....
Voz 3.
Finalmente habló
tristemente.
Habló.
Voz 1.
El fuego en la base
de los pies.
Asfalto acariciado
rompiendo tiernamente
las partículas del vómito
cotidiano ahora masticado
como el pasto arremolinado
del lenguaje.
Voz 2.
¿Estaba desalentado
o perdido?
Voz 3.
Completamente perdido.
Mírale la mano-lengua
temblando
volando torpemente
en el largo túnel...
Voz 2.
La boca…
Voz 3.
…Caramelo hecho polvo
en la ausencia
que escupe
cuando extraña.
El lenguaje.
Desecho en su innata costura.
Su agitación inexpresada
pero estruendosa
como el mundo
repentinamente agujereado
con huecos que se agrandan
tanto
como se agranda
el mundo.
Gris
Diálogo 2.
Voz 1.
Tan urbanos éramos
que me hundí.
Me tomó fuera de lugar
en una dirección alta
que hablaba
rodeada de gente
que no hablaba
o que no podía hablar.
Debería decir que no hablaban
¿mi lenguaje?
Voz 2.
¿Dónde están mis guantes? Oh,
lo siento. Era una trampa.
Voz 1.
¿Qué era una trampa?
Voz 2.
¡El libro secreto!
Voz 1.
Pero cuando dijiste que era una trampa te referías a algo que ya había pasado
previamente.
Voz 2.
No te prejuicies conmigo.
Voz 1.
¿Me prejuicié?
Voz 2.
Oh, sí.
Voz 1.
Eso fue antes. Yo estoy hablando de ahora.
Voz 2.
Debo tener mala memoria.
Voz 1.
Si la tienes, no es mala. Y si es mala, no la tienes.
Voz 2.
Yo creo que ésta es la trampa.
Voz 1.
Claro.
Voz 2.
La trampa consiste en descubrirla.
Voz 1.
La verdadera trampa consiste en esconderla.
Voz 2.
Entonces lo hice bastante bien.
Pero ésta no es mi manera de entender el mundo.
Voz 1.
Yo no he dicho nada.
Voz 2.
Sí, claro. No has desempacado tu maleta, pero tu maleta está llena, y mis ojos rayos-x son
capaces de penetrarla.
Voz 1.
Mi maleta debe ser invisible.
Así es como funciona:
acabo de hacer una falsa declaración...
Voz 2.
Sí.
Voz 1.
...yo dije, -No he dicho nada-. Y después - comencé a hablar. Como en retrospectiva.
Voz 2.
¿Viste qué confundida estás?
Voz 1.
¿En relación al tiempo?
Voz 2.
Ésa no es mi manera de ver las cosas.
Voz 1.
¿En relación al tiempo?
Voz 2.
No creas en todo lo que lees.
Por ejemplo, el sol baja, eso nos indica que es de noche.
Voz 1.
Ah, y si encontraras una ventana, podrías tener una posible base para un argumento.
Voz 2.
¿Cómo es posible que no haya una ventana?
Voz 1.
¿Cómo es posible que no haya una maleta?
Voz 2.
Yo estaba usando un mecanismo verbal.
Voz 1.
No. Tú estabas y estás siendo usada por un mecanismo verbal.
Voz 2.
Ah, piensas que puedes escapar si no hablas.
Voz 1.
No.
Voz 2.
Hablaste.
Voz 1.
Sí.
Voz 2.
Bueno, no habrá ventana. Pero hay una puerta.
Voz 1.
Ésta no es mi manera de entender el mundo. Y yo creo que mi manera de entender el
mundo, ha sentado precedentes.
Voz 2.
Pero ya no.
Voz 1.
¡Se me olvidó decirte que hay una ventana en la habitación de al lado!
El sol está brillando.
Lo que al parecer quiere decir que es de día. Pero eso para mí, no es muy importante,
porque mi vida ya no se constriñe al tiempo transcurrido. Guardo en una caja la memoria secreta de lo que
voy siendo. Shhh.....
Eso es lo que me digo a mí misma - aunque no sea cien por ciento cierto - pero ya no me
importa si es o no un cien por ciento, porque nada lo es.
Supongamos que la conciencia es una manera de mentir acerca del mundo.
Diálogo 3.
Voz 1.
Esta podría ser una obra en la cual todo es diferente.
Sí. Todo.
Yo levanto este huevo del plato. Eso podría parecer el final de algo y por lo tanto el
comienzo de otra cosa.
Sí.
Pero todo es diferente.
Sí.
¿Es éste el mundo del que estabas hablando?
Hay puertas y ventanas en cada habitación.
No mi tipo de habitación.
¿No te da vueltas el cerebro constantemente?
Voz 2.
¿El mío?
Voz 1. Se pone un sombrero que lee: TALENTO ESPECIAL.
El universo me usa. Tengo miedo. Lo que quiero decir es que me tengo que agarrar fuerte.
Voz 2.
Te apuesto a que puedes escapar.
Voz 1.
No puedo escapar.
Voz 2.
Te apuesto a que puedes escapar.
Voz 1.
No hay nada de qué escapar. Esta oscuridad en mí, es un punto de partida. Cuando me revuelco en ella, me
sorprendo de mí mismo. La vida continúa. Algunas cosas cambian, pero otras no cambian.
Ahora tendría que renunciar a lo que conozco mejor de mí mismo, pero digo, - no - no lo
voy a hacer.
Un toro de utilería que ha estado todo el tiempo sobre el escenario, habla.
Toro.
Adivina a lo que has renunciado.
Voz 1.
No sabía que hablabas.
Toro.
Hablo conmigo mismo. Lo que quiere decir que no tengo que mover los labios.
¿Se ha dicho algo?
Voz 1.
No.
Toro.
Entonces hemos encontrado la verdadera condición del habla.
Voz 1.
¿Me he encontrado a mí mismo al final de mi cuerda floja?
Toro.
No sé. Pensé que era mi cuerda.
Pero algo podría comenzar.
Voz 1.
Siempre que intento desarrollar una idea, cambia. El impulso –madura-, lo que significa que todo lo demás
en el mundo, dentro del cual el discurso está planteado, se corrompe.
Pero esto debe suceder.
Esta corrupción.
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