Conferencia de Eugenio Rodríguez Fuensalida1 “La Educación Comparada, una mirada pos estructural “ La pregunta sobre la cual inicio esta reflexión se plantea en el ámbito epistemológico porque pienso que estamos viviendo un momento de reflexión en el cual la desnaturalización del orden social conocido constituye una tarea. Una desnaturalización del orden que demanda de nosotros nuevas construcciones de sentido, nuevas configuraciones. Esfuerzo difícil en un ambiente donde los enfoques educativos prevalecientes asocian educación y economía bajo una racionalidad pragmática y causal, donde se ha naturalizado un orden cultural y educativo que se superpone y traslapa en imaginarios epistemológicos con narrativas legitimadas y que legitima. La vorágine del laborioso emprendimiento educativo escolar y sus discusiones sobre la gestión, los resultados, el capital humano, la rentabilidad, las competencias y los estándares, han producido una suerte de instalación de discursos oficiales introducidos por aventajados e iluminados relatos globalizadores que ha velado diversidades, particularidades, disensos y fracturas, en una suerte de historia general. El esfuerzo por descentrar la reflexión educativa es una discusión en construcción y en configuración, uso ambos términos que dicen perspectivas distintas. Situarse en el horizonte de un análisis interrelacional, multirrelacional, de significaciones complejas, es hoy una tarea difícil con la aplastante influencia del orden subordinador estatuido luego del Acuerdo de Washington en 1989, que ha 1 Profesor Catedrático de la Universidad Católica de Chile comprometido a empresas nacionales y trasnacionales, organismos internacionales, gobiernos, un importante número de intelectuales estudiosos de la educación y enormes recursos financieros. Por ello nos preguntamos desde ¿qué tipo de problematización se devela comparativamente el fenómeno educativo? ¿qué aspecto de este fenómeno y desde dónde nos aproximamos a la educación? ¿cómo superamos una educación comparada que se ha construido en los últimos 50 años desde un orden sociocultural y educativo naturalizado con base en imaginarios nacionales y latinoamericanos civilizadores, y recientemente bajo la idea de competitividad económica? Esta perspectiva de complejidad donde se intenta superar el orden metafísico de lo universal, donde se procura realizar una conversión ontológica hacia un orden construido de la realidad, lo existente desnaturalizado empieza a ocupar un mayor espacio en la reflexión autónoma, en la reflexión en los campos de la ciencia, de la física y la biología, no así en el ámbito de la reflexión educativa donde la autonomía es menor, principalmente por el control del poder social realizado desde el financiamiento de sus investigaciones y publicaciones, por eso se han entendido como un poder capilar. La pregunta entonces es: qué configuraciones imaginamos para la construcción de una educación comparada que se pregunta sobre un fenómeno educativo mirado desde una desnaturalización estructural que supera las categorías establecidas en la política educativa registrada en los manuales nacionales e internacionales, cómo planteamos una educación comparada construida sobre otras bases, como un fenómeno epistemológico, ético y político. Bajo estas reflexiones podemos avanzar en dos líneas, en primer lugar nos interesa la reflexión sobre la educación como construcción de subjetividad colectiva, por tanto como fenómeno de poder social, movilización social y consenso, una educación comparada que se pregunta sobre la construcción de la educación como construcción de subjetividades desde la teoría política, una educación comparada que construye teoría política de la educación, del poder, de la movilización y del consenso. Se trata por tanto de una educación que orienta el pensamiento y las emociones de una población, su convivencia hace campos intencionales interesadamente selectivos mediante la tematización de esos campos en relación con necesidades, urgencias y expectativas ordenadas, asociándolas con la subjetividad colectiva, particularmente con las creencias, experiencias y emociones, instalando estas tematizaciones una agenda de política educativa, una agenda establecida por un poder social determinante que satura el lenguaje y las relaciones entre conocimiento, poder y subjetividad, encadenando una serie de significantes que han intentado reconstruir percepciones de artificial identidad entre actores educativos y la sociedad misma con sus medios de comunicación como desafío construido de modernización y actualidad. Una movilización social caracterizada por las oportunidades y restricciones de las políticas establecidas, por las estructuras de movilización, por los marcos interpretativos en cuanto a las necesidades y creencias, por la capacidad de convicción y de movilización, por la construcción social de significado. Una segunda reflexión se refiere a la aproximación que hacemos a esta educación comparada así concebida, cómo nos pensamos en cuanto a sujetos que construyen esta teoría política de la educación. Nos concebimos como sujetos culturales, como sujetos construidos desde identidades que contienen imágenes y narrativas tensionadas entre el poder social y la movilización social. Poder social como una instancia con carácter global, y un poder desterritorializado y una movilización social con carácter local, esto es una asimetría en el juego poder – movilización variable en este contexto. Esta entrada requiere de estudios comparativos situados en una perspectiva pos estructural, por tanto sin un afán comprensivo global ni metafísico, que supera a su vez el enfoque que se ha tenido en la consideración del sistema escolar como un constructo preexistente, una estructura naturalizada con lenguajes y significados culturalmente establecidos, en especial por el orden que han ejercido los organismos nacionales e internacionales, los que se han interesado en un conjunto de relaciones e interrelacionales establecidos a partir de datos proporcionados por los mismos conductores del sistema, estructurados sobre la base de una homogeneidad que no reconoce la diversidad de clases, etnias, género, geografía y cultura, siendo esta perspectiva determinante del encadenamiento de situaciones educativas a lo largo de un proceso de 12 y más años si se incluyen los estudios superiores. Se busca profundizar el tema del conocimiento, poder y subjetividad en las reformas educativas, como un nuevo ritual de la autoridad, no se trata de una actitud de rechazo desde afuera hacia adentro, sino de un límite de situarse en la frontera, sobre estas bases se comienza el trabajo de construcción de una educación comparada distinta, asociada con la deconstrucción de un sistema escolar naturalizado por el imaginario social establecido.