Poblamiento de la tierra

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Introducción
La mayor parte del Planeta Tierra está cubierta por los océanos, de cuyo ceno emergen los continentes, los
cuales son grandes extensiones de masa diferenciadas de otras menores o sumergidas por conceptos
geográficos como océanos (los cuales rodean a los continentes) y culturales como etnografÃ-a.
La Tierra está en constante movimiento, es un cuerpo inestable cuyo interior se encuentra en estado fundido,
rodeado por una fina corteza −parte sólida−, la cual se eleva y sumerge, de forma que sus contornos se
encuentran en constante cambio. Es por ello que, en la Tierra existió una única masa que cubrÃ-a un tercio
del planeta (Pangea= toda la tierra), la cual durante millones de años −tiempo geológico− fue modificada
hasta la forma actual que posee, reconociéndose 7 continentes, América del Norte y del Sur, Europa,
Asia, Ãfrica, OceanÃ-a y la Antártida.
Hace aproximadamente 5 millones de años, en el continente africano, se originaron los primeros
homÃ-nidos, los cuales mediante evolución fueron adaptándose y buscando nuevos horizontes, poblando
asÃ- los continentes más cercanos al africano.
América al encontrarse alejada de Euráfrica (continentes Europa, Asia, Ãfrica), para su posterior
poblamiento tuvieron que pasar mas de 4 millones de años.
Sobre éste tema, el poblamiento americano, hay numerosas hipótesis, ninguna de ellas todavÃ-a
confirmada.
En los siglos XV y XVI, cuando el hombre blanco desembarcó en América, se encontró con pueblos con
riquÃ-sima historia milenaria. Los nativos americanos, con diversos grados de desarrollo, eran los
descendientes de los verdaderos descubridores; fue entonces cuando empezó la especulación sobre la
procedencia de los primeros habitantes de América: que habÃ-a sido poblada por dos tataranietos del
legendario Noe (1570), o que los pobladores de la mÃ-tica Atlántida fueron quienes le dieron origen a los
pobladores de las tierras americanas, entre otras tantas teorÃ-as, que se basaban en los escritos bÃ-blicos.
Hasta el siglo XIX, cuando el teólogo Antonio de León Pinelo, propuso que el Edén bÃ-blico se ubicó
en plena selva peruana y que fue desde ése lugar, que el resto del mundo fue poblado por los descendientes
de Adán y Eva; teorÃ-a que fue refutada años mas tarde con las posteriores investigaciones impulsadas
por las obras del naturalista Charles Darwin y desacreditada por los cientÃ-ficos defensores de las teorÃ-as
inmigrantes.
Estas teorÃ-as inmigracionistas son en la actualidad las más verosÃ-miles y defendidas por los cientÃ-ficos
y por los restos fósiles arqueológicos encontrados.
Sin tener ningún tipo de evidencia que lo contradiga, fue en el periodo cuaternario cuando estas
inmigraciones sucedieron, en el ultimo periodo de glaciación, en el cual los enormes mantos glaciares
dominaban las tierras y las aguas tenÃ-an un nivel muchÃ-simo menor al del presente; dejando asÃ- mayores
extensiones de tierras descubiertas, que hoy se encuentran bajo la superficie del agua, y también
continentes poblados con estas enormes extensiones de hielos.
Actualmente las teorÃ-as que se sostienen son tres de gran importancia: la primera mantiene el cruce desde
las tierras asiática a tierras americanas aprovechando el puente natural de Beringia que unÃ-a estos dos
continentes; la segunda teorÃ-a del Atlántico MarÃ-timo apoya el cruce desde Europa, en canoas,
bordeando las costas hasta el continente americano, unidos por los glaciares, y la última pero no menos
importante, la teorÃ-a de la Ruta Costera, al igual que la teorÃ-a del Atlántico MarÃ-timo, surcando las
aguas, pero del pacÃ-fico, y siguiendo las costas asiáticas hasta llegar a las americanas.
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Objetivos
A fin de transmitir y abordar temáticas relacionadas con aspectos sobre llegada del hombre pre−histórico al
continente americano; se detallarán las teorÃ-as mas importantes acerca de las posibles rutas de ingreso, los
motivos, tiempo estimado de esto, etcétera. Se aportarán datos sobre los sitios arqueológicos más
representativos de América; y cómo estos recientes descubrimientos proporcionaron datos, los cuales han
conmocionado al mundo de la AntropologÃ-a, planteando nuevas hipótesis sobre las ya existentes.
Desarrollo
La llegada del hombre a América es una cuestión arduamente discutida por los cientÃ-ficos modernos y
aunque existen múltiples teorÃ-as, ninguna esta totalmente comprobada.
Para comenzar a entender este complejo tema, vamos a desarrollar tres puntos básicos. Ellos son: hace
cuánto tiempo, por donde y quienes fueron los primeros hombres que arribaron al continente americano.
¿Hace cuanto tiempo llegó el hombre a América?
• TeorÃ-a de Clovis: 12.500 años AP
Desde mediados hasta la última década del siglo XX la teorÃ-a sobre el poblamiento de América que
predominó fue la de Clovis. Esta sostiene que hace aproximadamente 12.500 años AP, un pequeño
grupo de seres humanos procedente de Siberia, ingresaron al continente americano por el puente de Beringia
hacia Alaska.
La teorÃ-a tiene origen en 1929, cuando Ridgely Whiteman, un joven indÃ-gena de 19 años, escribió una
carta al Instituto Smithsoniano sobre una serie de huesos que habÃ-a encontrado en la aldea de Clovis, Nuevo
México (Estados Unidos).
En 1932, una excavación realizada por la Universidad de Pennsylvania confirmó que se trataba de un
asentamiento indÃ-gena durante el Pleistoceno.
También se verificó el tipo especial de punta de flecha que serÃ-a conocida como "punta Clovis". Estas
puntas tienen un grado de perfección y belleza no habitual en épocas prehistóricas. Es una hoja bifacial,
de 10 a 12 centÃ-metros de largo, tallada para dar filo en ambos bordes y terminada con una estrÃ-a que iba
hasta el centro de cada lado. Finalmente, ese mismo tipo de puntas estriadas fue descubierto en los sitios
arqueológicos más antiguos de toda América del Norte.
Dado que las herramientas eran descubiertas a menudo con los huesos de mamuts y otras grandes criaturas,
los cientÃ-ficos describÃ-an por lo general al pueblo clovis como cazador de presas mayores (megafauna). De
forma semejante a los modernos cazadores de elefantes, los cazadores de mamuts se dividÃ-an en dos grupos;
unos distraÃ-an al animal y otros arremetÃ-an para herirle en el vientre o en las piernas. Las puntas Clovis
han sido ubicadas en diversos lugares de Norteamérica como Alaska, California, Nevada, Mississipi y
México.
En 1949, al ser descubierta la datación por carbono 14, el método fue aplicado en el material orgánico
descubierto con las herramientas Clovis, resultando en antigüedades que oscilaban entre 12.900 y 13.500
años AP. Sin embargo, en el caso de la piedra, no se puede aplicar este mecanismo.
Desde la década de 1930 y sobre todo desde la confirmación de las fechas por el método del carbono
14, la comunidad cientÃ-fica norteamericana acepto que la Cultura Clovis era la más antigua de América
y que estaba directamente relacionada con la llegada de los primeros hombres. Esto se conoció como
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Consenso Clovis.
Sin embargo, a partir de las últimas décadas del siglo XX las teorÃ-as combinadas que constituyen el
consenso, como la antigüedad, lugar de ingreso, rutas migratorias, etc., comenzaron a entrar en crisis.
En primer lugar se ha cuestionado la antigüedad de la llegada del hombre a América. El Consenso de
Clovis sostiene que la misma no pudo ser mayor de 14 mil años AP y que la primera cultura americana fue
precisamente la de Clovis. La razón de esta posición estricta es que, sin lugar a dudas, antes de esa fecha,
Canadá estaba cubierta de hielo debido a un estadio dentro de la última glaciación, y era imposible toda
circulación desde el Puente de Beringia hacia el sur.
Sin embargo cada vez existe más evidencia incontrastable de presencia humana en América anterior a
14.000 años AP, ya que se han producido hallazgos arqueológicos, genéticos, lingüÃ-sticos y
geológicos que han abierto múltiples teorÃ-as, que en consecuencia están significando el fin del Consenso
Clovis.
• Monte Verde: 12500 AP
Monte Verde es un importante yacimiento arqueológico descubierto en 1976, ubicado en las inmediaciones
de la actual ciudad de Puerto Montt, Chile. Fue un asentamiento humano del pleistoceno tardÃ-o.
Desde el punto de vista del consenso de la comunidad cientÃ-fica estos hallazgos, en donde se ha fechado
presencia humana hace 12500 años AP, desempeñan un papel central en la crisis del Consenso Clovis.
El origen de este yacimiento se remonta a la década de 1970, cuando campesinos locales cambiaron el
curso del arroyo Chinchihuapi para facilitar el tránsito de sus yuntas de bueyes que tiraban carretas que
transportaban largos troncos. Al año siguiente, la erosión causada por la modificación del arroyo dejó a
la vista grandes huesos de mastodontes, que los habitantes locales no supieron reconocer, pero que los
guardaron por curiosidad. En 1976, por azar, un estudiante de la Universidad Austral de Chile, de paso por el
lugar recibió los huesos encontrados, y este se los entregó a sus profesores, quienes visitaron Monte Verde
e incrementaron la colección de huesos recogiendo los que estaban a la vista en los estratos del
Chinchihuapi.
Las condiciones naturales permitieron que este sitio se mantuviera perfectamente bien conservado, incluyendo
carne y cuero de mastodonte, cuerdas, estacas, maderas, gran cantidad de restos de alimentos y plantas y hasta
las pisadas de un pie pequeño. Entre los restos de madera habÃ-a vestigios de la arquitectura más
temprana descubierta en América. Las condiciones de conservación del sitio permitieron recuperar una
vivienda de gran tamaño con forma de carpa o toldo.
Esta conservación se produjo por el ascenso del nivel del agua del pequeño arroyo Chinchihuapi, lo que
transformó el lecho del arroyo y el piso del sitio en el fondo de un pantano. El depósito de sedimentos
pobres en oxÃ-geno y la buena turba cubrieron el campamento de Monte Verde permitiendo que se preservara
perfectamente lo que habitualmente no se conserva en un sitio arqueológico. La evolución de este pantano
en presencia de una gran cantidad de hierro proveniente de los volcanes andinos, originó sobre esta turba un
segundo sello formado por óxido de hierro, duro como una roca, pero más importante, impermeable al agua
de las lluvias sureñas.
En 1997, un panel de peritos en arqueologÃ-a aceptó la conclusión de que habÃ-a estado poblado hace al
menos 12.500 años AP, unos mil años antes que los primeros indicios del pueblo clovis en América del
Norte. La aceptación de la fecha no sólo rompió la barrera del tiempo, sino que despertó un nuevo
interés en otros sitios con fechas antiguas.
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• Pedra Furada, Brasil: 32 mil años.
Pedra Furada es un importante yacimiento arqueológico y de pinturas rupestres en Monte Alegre, Brasil,
descubierto en 1973 por un equipo franco−brasileño. AllÃ- se ha registrado una presencia humana tan
antigua que cuestiona las teorÃ-as sobre la llegada del hombre a América.
El hallazgo fue realizado en 1986. Mediante dataciones realizadas con C14 se ha detectado una antigüedad
de 32.000 años AP. Reiterados análisis posteriores han confirmado la antigüedad, ampliando en algunos
casos el rango de fechas aún mas antiguas.
En el yacimiento se ha encontrado distintos artefactos, como cuchillos, raspadores, lascas, y núcleos, todos
sobre rocas de cuarzo o cuarcita.
El arte rupestre muestra propulsores y dardos, pero no arcos ni flechas. Esto datarÃ-a entre unos 13 a 15 mil
años AP.
• Cactus Hill, Virginia: Hace 16 mil años AP
El descubrimiento de lanzas y herramientas filosas en los yacimientos de las dunas de arena conocidas como
Cactus Hill, Virginia, ha proporcionado una importante pista de que la colonización de América sucedió
antes de lo que se creÃ-a. Se han analizado dos yacimientos de las dunas las cuales contienen restos de
ocupaciones humanas de cerca de 16 mil años de antigüedad, o sea 5 mil años antes de que el primer
Clovis apareciera en los registros arqueológicos. Restos de actividad humana como implementos de piedra,
fogatas, entre otros, muestran que las personas que vivÃ-an en ese tiempo tenÃ-an ya un gran número de
acciones.
Al principio se dudaba si las dunas podÃ-an haber sido modificadas con el tiempo, propiciando el cambio de
lugar los sedimentos, pero después de una serie de pruebas, los investigadores concluyeron que no habÃ-a
sido asÃ-. Las muestras de tierra indicaron que ningún cambio geológico mayor habÃ-a afectado los
depósitos arqueológicos, además de que las pruebas de radiocarbono también confirmaron la fecha,
estimando la última exposición de la tierra a la luz solar.
• Meadowcroft Rockshelter: Desde 15 hasta 17 mil años AP
Meadowcroft Rockshelter es un sitio arqueológico en Pennsylvania, Estados Unidos.
El sitio fue excavado desde 1973 hasta 1978. Dataciones con carbono 14 indican una ocupación humana
15.000 años AP y posiblemente hasta 17.000 años AP. Estas dataciones han sido cuestionadas por otros
cientÃ-ficos suponiendo una posible contaminación del carbón. Si bien las fechas siguen siendo
cuestionadas, muchos arqueólogos acuerdan que Meadowcroft fue utilizada por indÃ-genas americanos en la
era pre−Clovis, y como tal provee evidencia de un poblamiento temprano de América.
En los yacimientos se han descubierto restos de monte y de elementos paleo indios, que indican el
procesamiento de animales, como el ciervo, el reno, huevos de ave, y mejillones; y también plantas como el
maÃ-z, frutas, nueces y semillas.
Posteriormente, también se han encontrado muchas herramientas, incluyendo cerámica, bifaciales, y
puntas de lanza.
¿Por dónde llego el hombre a América?
• TeorÃ-a del Puente de Beringia ( Clásica o Clovis)
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Existen sólidas evidencias de que el nivel de los océanos ascendió y descendió varias veces en el
pasado. Durante la última glaciación la concentración de hielo en los continentes hizo descender el nivel
de los océanos en unos 120 metros. Este descenso hizo que en varios puntos del planeta se crearan
conexiones terrestres, como por ejemplo Australia−Tasmania con Nueva Guinea; Filipinas e Indonesia;
Japón y Corea.
Uno de esos lugares fue Beringia. Debido a que el Estrecho de Bering, que separa Asia de América, tiene
una profundidad de entre 30 y 50 metros, el descenso de las aguas dejó al descubierto un amplio territorio
que alcanzó 1.500 kilómetros de ancho uniendo las tierras de Siberia y Alaska, hace aproximadamente 40
mil años AP.
Se desarrolló entonces una teorÃ-a: poco antes de finalizar la última glaciación y que el Puente de
Beringia se inundara, comenzaron a derretirse los bordes en contacto de las dos grandes placas de hielo que
cubrÃ-an Canadá, abriendo un corredor libre de hielo de unos 25 Km. de ancho, que seguÃ-a al este de las
Montañas Rocallosas. En ese momento los seres humanos que estaban en Beringia pudieron avanzar hacia
el interior de América aunque no hay evidencia que lo pruebe.
Esta teorÃ-a se articuló con los descubrimientos de la Cultura Clovis que databan del año 13.500 años
AP para concluir que habÃ-a sido integrada por los primeros inmigrantes que ingresaron por el Puente de
Beringia, de la que a su vez habrÃ-an descendido todas las demás culturas indo americanas.
Esta explicación conocida actualmente como teorÃ-a del poblamiento tardÃ-o o Consenso Clovis, fue
aceptada en forma generalizada durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX.
• TeorÃ-a de la ruta costera
Si las migraciones paleo americanas fueron todas por el paso de Bering ¿cómo es posible que fechados del
sur sean iguales o más antiguos que los del norte? La respuesta en la que se trabaja actualmente es una
posible migración circumpacÃ-fica norte−sur. Ésta aclara el por qué los mayores fechados
sudamericanos son tan antiguos, por ejemplo Monte Verde, Chile, con 14500 años AP.
Esta ruta costera está ganando cada vez más aceptación como vÃ-a complementaria del puente entre
Siberia y Alaska. La evidencia que emerge sugiere que gente con botes se movió a lo largo de la costa
pacÃ-fica en Alaska y el noroccidente de Canadá hasta Perú y Chile desde hace 12.500 años y quizás
mucho antes.
Además. Hay que tener en cuenta que las costas occidentales del continente eran mucho mas amplias que en
la actualidad.
"TenÃ-a que haber cavidades en áreas libres de hielo. No hay razón para que el hombre no haya podido
avanzar a lo largo de la costa, bordeando los glaciares de la misma manera en que los remeros de kayak lo
hacen como deporte"
James Dixon.
Arqueólogo. Nacional Geographic diciembre 2000.
Las rutas de mar habrÃ-an proporcionado recursos alimenticios abundantes y tal vez un movimiento más
fácil y rápido que las rutas terrestres. Muchas áreas costeras estuvieron libres de hielo en este tiempo.
Los indicios que los primeros americanos usaron botes también vienen de las islas del Canal, frente a
California. Unos cuantos huesos humanos desenterrados en la isla de Santa Rosa y fechados recientemente
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tienen 13 mil años AP y se encuentran entre los restos humanos más antiguos del continente. Aunque son
más jóvenes que las primeras herramientas Clovis, también prueban que, un poco después de que los
primeros americanos llegaran, ya sabÃ-an cómo desplazarse por el agua.
Pero demostrar que el hombre llegó a América en bote es mucho más difÃ-cil. El nivel del mar al final
de la última glaciación era aproximadamente 90 metros mas bajo que el actual, por lo que los campamentos
costeros estarÃ-an ahora en aguas profundas. En 1998, dos cientÃ-ficos canadienses que buscaban estos
campamentos frente a las islas Reina Carlota extrajeron una herramienta de piedra. La herramienta, una roca
volcánica con rastros de haber sido un cuchillo, provino de una zona de 50 metros de profundidad, cerca de
donde estaba la costa hace 11.500 años AP.
Al año siguiente descubrieron un tocón de pino en el sitio de 150 metros, aproximadamente la misma
profundidad que una lÃ-nea costera aun más antigua, lo que prueba que los niveles de mar eran bajos y que
la existencia del hombre pudo haber sido posible allÃ-. Sin embargo, aunque los indicios de la costa
occidental siguen siendo emocionantes, no son concluyentes.
• TeorÃ-a del Atlántico MarÃ-timo
En la costa oriental hay otra teorÃ-a tentadora, pero no probada, de una ruta que el hombre pudo haber
seguido para llegar al continente americano, con indicios poco convincentes también, pero intrigantes.
Además, la idea pone en tela de juicio el supuesto origen asiático: de acuerdo con ella, el pueblo clovis
pudo haber llegado, no a través de Beringia, sino a través del Atlántico en la era glacial; de la misma
forma en que pueden navegar y subsistir los esquimales sin tecnologÃ-a moderna.
En algunas ocasiones, los objetos desarrollados por una cultura europea suroccidental llamada solutrense son
asombrosamente similares a las herramientas clovis. Según algunos antropólogos, hay una relación más
estrecha entre las herramientas de América y las de Europa, que datan de hace aproximadamente 20 mil
años AP, que con las de edad similar del otro lado del PacÃ-fico.
"Los proyectiles asiáticos son angostos y gruesos, mientras que los clovis y los solutrenses son más anchos,
planos y delgados. No todos los rasgos solutrenses se encuentran en los clovis, pero todos los rasgos clovis se
encuentran en los solutrenses"
Dennis Stanford.
Arqueólogo. Nacional Geographic. Diciembre 2000.
Los arqueólogos sugieren que, hace 16 mil a 22 mil años AP, los solutrenses pudieron haber usado
embarcaciones similares a los botes de piel esquimales para navegar todo el trayecto hasta América del
Norte.
Sin embargo, algunos arqueólogos de gran prestigio no creen en absoluto en la credibilidad de esta teorÃ-a.
Según un experto en la cultura solutrense, la distancia entre España a América y la diferencia de 5 mil
años entre la desaparición de los solutrenses y las fechas generalmente aceptadas para los clovis hacen
imposible esta teorÃ-a. Además, no hay pruebas que la cultura solutrense incluyera la navegación, la pesca
en alta mar o la caza de mamÃ-feros marinos.
¿Quiénes fueron los primeros americanos?
Para investigar quiénes fueron los primeros americanos, las pruebas realizadas se basan en los cráneos.
Los más antiguos hallados en América son:
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• Luzia
Luzia es el nombre dado al cráneo de una joven que vivió y murió en la región de Lagoa Santa, Brasil
hace aproximadamente 13500 años AP.
El esqueleto fue descubierto a principios de 1970 y es el más antiguo que se ha encontrado en América
Lo particular de este cráneo, es que se le han realizado estudios de su forma y no presenta caracterÃ-sticas
compatibles con las poblaciones mongoloides, que es el tronco racial que se les adjunta a los primeros
habitantes de América, que generalmente son descriptos con trazos orientales, semejantes a los asiáticos y
a los indÃ-genas de hoy.
En contraposición, las facciones de Luzia recuerdan más a las de los actuales aborÃ-genes australianos y
hombres africanos.
"A mi entender, es una cara negroide. Las proporciones faciales no aportan nada que pueda indicar un origen
mongoloide"
"Los rasgos faciales de Luzia son parecidos a los pueblos de las islas del sudeste asiático, Australia y
Melanesia. "
"Son similares a los de los aborÃ-genes y africanos actuales y no muestra similitud alguna con los
mongoloides de Asia ni con los indios actuales"
Richard Neave
Artista forense de la Universidad de Manchester
− Encargado de la reconstrucción craneal de luzia−
Esta discrepancia llevó a los investigadores a plantear ya al final de la década de 1980 una teorÃ-a
alternativa para explicar la colonización de América. Es decir, hace al menos 12 mil años las primeras
oleadas migratorias de individuos semejantes a Luzia, provenientes de Asia, cruzaron el océano PacÃ-fico
en barco. Los mongoloides, también oriundos de Asia, de los cuales descienden todas las tribus indÃ-genas
aún hoy encontradas entre la Patagonia y Alaska, solo habrÃ-an alcanzado el continente algún tiempo
después.
• Hombre de Kennewick
Es un esqueleto hallado en 1996 en el estado de Washington, Estados Unidos.
En total fueron encontrados 380 huesos, que están guardados en el Museo de la Universidad de Washington,
bajo un acuerdo con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU., que controla el terreno en el cual
se hizo el descubrimiento.
El esqueleto se encontraba entre 60 y 90 centÃ-metros debajo de la superficie. El enterramiento protegió
milagrosamente a los huesos de los elementos, los animales, los hombres y la maquinaria durante siglos, y los
antiguos depósitos de carbonato de calcio sobre los huesos permitieron que los investigadores determinaran
la posición de los huesos en el suelo.
Una investigación realizada en el 2005 casi descarriló cuando inicialmente el Cuerpo de Ingenieros
decidió entregar el esqueleto a una coalición de tribus de nativos norteamericanos. Ocho cientÃ-ficos
7
presentaron una demanda federal para obtener permiso para estudiar el esqueleto, falló a favor de los
cientÃ-ficos luego de determinar que las tribus no podÃ-an probar una afinidad cultural directa con el
Hombre de Kennewick.
A partir de la observación del esqueleto los cientÃ-ficos han determinado que el Hombre de Kennewick fue
un fuerte y atlético cazador, que sufrió muchos traumas fÃ-sicos antes de expirar finalmente, cuando
tenÃ-a entre 25 a 30 años de edad.
Probablemente era un individuo fornido. Los huesos de su brazo derecho son más grandes que los del
izquierdo.
Dr. Hugh Berryman,
Profesor investigador de EEUU
Este brazo derecho más grande puede ser explicado por el impulsor de lanzas de 45 a 60 centÃ-metros de
largo, que le proporcionaba al Hombre de Kennewick y a sus contemporáneos la capacidad de lanzar una
lanza hasta una distancia equivalente a la de un campo de fútbol y asÃ- matar a su presa. El Hombre de
Kennewick murió mucho antes de la invención del arco y de la flecha.
También, lo que los expertos pudieron establecer a partir de su breve encuentro con el Hombre de
Kennewick es que no lucÃ-a como un americano nativo. De hecho, dicen que sus rasgos faciales eran más
parecidos a los de un grupo japonés conocido como los Ainu, que presentan una composición fÃ-sica y un
trasfondo cultural diferentes a los de los japoneses étnicos.
Algunos rasgos faciales de los Ainu son parecidos a los europeos. Sus ojos carecen de la apariencia
almendrada de los asiáticos, y su cabello puede ser claro y enrulado. Sin embargo, esto no significa
necesariamente que el Hombre de Kennewick fuera de origen europeo. Sus rasgos son más parecidos a los
de los nativos del PacÃ-fico que a los de los norteamericanos nativos.
Conclusión
Con lo anterior claramente manifestado, podemos recalcar que muchas hipótesis y materiales pueden ser,
con el hallazgo de evidencias que corroboren, reales −dejar de ser hipótesis− y absolutas. Mientras que otros
detalles serán relativos por muchos años, siendo posible que con el encuentro de una nueva evidencia, con
las cuales se puedan obtener dataciones absolutas, se lo considere con tal datación hasta el fin de los dÃ-as o
que con alguna nueva evidencia que contradiga esa datación se lo tome como relativo. Como es el caso de la
pregunta ¿Hace cuánto llegaron los primeros habitantes de América a ése continente? Primero se
creyó que hace 13 mil años en América del Norte, después otro hallazgo reafirmó que América
del Sur habÃ-a estado poblada hace 14 mil quinientos años, lo cual fue rebatido por un nuevo hallazgo en
Brasil que data de unos 48 mil años Antes del Presente.
Insistimos asÃ-, que en un futuro cercano en tiempo geológico, no se podrá saber con una datación
absoluta el arribo a tierras americanas de los primeros habitantes, porque continuamente se estarán
encontrando nuevas evidencias que contradigan lo ya dispuesto.
Aunamos a esto la gran dificultad de encontrar pistas que demuestren la actividad humana por cualquiera de
estos pasos, por donde el hombre pre−histórico llego a estas extensas tierras.
BibliografÃ-a:
ArtÃ-culo: "La Búsqueda de los Primeros Americanos".
8
Nacional Geographic − diciembre 2000−.
Enciclopedia Básica Visual. Editorial Océano. Tomo I.
Enciclopedia Wikipedia www.wikipedia.org
Enciclopedia Encarta 2005
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