¿Ganar batallas o ganar la guerra?

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¿Ganar batallas o ganar la guerra?
Ricardo Caparrós Casado - Ai Laket!! elkartea
9 de junio 2013.
Euskal Herria siempre ha tenido buenos humos. Fue Bizitzeko la pionera en el 92, le siguió
Kalamudia en el 95 -con la plantación colectiva de marihuana- poco después, nació la primera
asociación de personas usuarias de drogas, Ai Laket!!. En común; la lucha por el cambio en las
políticas de drogas, el consumo responsable, la reducción de riesgos y animar el debate de la
despenalización.
Ahora, asistimos a un cambio de perspectiva a la hora de abordar el asunto de las drogas. Cada vez
son más las voces que se han sumado a la crítica de las políticas oficiales. La lectura de todas ellas
es clara: la “guerra contra las drogas” no he servido ni para evitar su distribución ni para reducir
su consumo. Más bien lo contrario. El daño a la población ha sido mayor con sustancias cada vez
más adulteradas y, el control social, se ha multiplicado. Así, personalidades de latinoamérica
argumentan que la consecuencia ha sido el enriquecimiento, la profesionalización y radicalización
de las mafias, la entrada en la vida política y económica en sus países del dinero del narcotráfico y
el desembolso de cantidades enormes de dinero en seguridad. Gana batallas pero pierde la guerra.
Los platos rotos los paga el último eslabón de la cadena: el menudeo y las personas usuarias. Nos
vemos abocados a la ilegalidad y sus consecuencias: adulteración, estigmatización social, multas o
cárcel. Como ejemplo, el 50% de las mujeres encarceladas en el estado español lo está por delitos
contra la salud pública (ESDIP 2011).
Mientras la nueva dirección, que viene del Sur, toma forma. Bolivia, retorna a la Convención Única
de Estupefacientes con la reserva al mascado tradicional de hoja de coca. Guatemala habla de
nuevos enfoques, Uruguay plantea una ley que regule el mercado de marihuana y la OEA quiere
políticas basadas en la reducción de riesgos. Esto y la regulación del cannabis para uso terapéutico
y/o lúdico en varios estados norteamericanos debe hacer reflexionar al gobierno federal.
"Afrontemos el tema con pragmatismo", afirma José Mújica, presidente de Uruguay.
La evolución del debate tiene que ver con la cobertura legal para el uso y comercialización del
cannabis; y con la iniciativa política. Hay que centrarse en el cómo. Plantear alternativas a la actual
situación legal es una solución a medias mientras no exista una ley que regule el mercado.
En Euskal Herria se siguen respirando buenos humos. Se debe considerar el modelo de Club de
Consumo de Cannabis como una expresión más de reducción de riesgos. Este modelo, amparado
en la jurisprudencia española, viene funcionando desde hace años en Euskadi. Permite el uso
lúdico compartido y explora el potencial terapéutico de la planta. Aunque no esté exento de trabas
legales, se le considera una referencia a nivel europeo. Así, el próximo 22 de junio se celebrará
en Bermeo la próxima Asamblea de la Coalición Europea por Políticas de Drogas Justas y Eficaces
(ENCOD), con el objetivo de relanzar el modelo, que se ha exportado a 10 países europeos. El
Parlamento Vasco también tiene en su agenda debatir de nuevo la regulación de esta realidad y
queda pendiente la nueva Ley de Adicciones vasca.
Como personas adultas, responsables, usuarias y críticas con el uso dañino de las sustancias,
tenemos derecho a elegir el cómo, cuándo y dónde usar drogas de forma regulada, como con el
alcohol o tabaco. Lo contrario no funciona. Las personas usuarias somos las más preocupadas en
preservar nuestra salud. Por eso, mientras hablan, podemos ir abriendo camino. Y es que el
tiempo nos ha dado la razón. Han ganado batallas pero... la guerra, la guerra la perdieron desde
que la plantearon como "guerra".
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