Segundo intento de Daniel Ortega

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Un año después de la toma de posesión del presidente Daniel Ortega en enero de 2008, estuvo Matthias Schindler
otra vez en Nicaragua. Desde hace 25 años ha estado viajando a ese país. A continuación nos cuenta algunas
impresiones de su último viaje:
Segundo
Segundo intento de Daniel Ortega
Impresiones de Nicaragua después
después de un año de gobierno del FSLN
10 de enero de 2008 en la Plaza...
Se había anunciado el informe de
Daniel
Ortega
ante
los
representantes de los CPC para las 5
p.m. En un principio quería rendir
cuentas únicamente ante los CPC
(Consejos del Poder Ciudadano)
sobre el primer año de su nueva
presidencia. Pero dos dias antes
decidió dar su informe también ante
el parlamento, tal como exige la
constitución del país.
Cerca de las 7 p.m. me acerqué a la
Plaza de la Revolución delante de la
vieja catedral, porque ya sabía que Ortega se hace esperar corrientemente de 3 o 4 horas. Al
venirme al encuentro algunas personas con las banderas roji-negras del FSLN (Frente Sandinista
de Liberación Nacional) y después grupos enteros, pregunté un poco nervioso si ya había
terminado la manifestación, pero contestaron no y siguieron su camino tranquilamente. Llegué
justo a tiempo al inicio del discurso de Ortega. La plaza de 100m por 100m estaba llena sólo
porque a diferencia de otras ocasiones, la habían abastecido completamente con sillas. El
presidente casi no habló de las medidas tomadas por su gobierno durante el primer año.
Después de la obligada invocación a Dios y al Papa, defendió la muy discutida fundación de los
CPC y criticó fuertemente a los partidos de la oposición.
Declaró su posición contraria a la iniciativa de amnistía de los dos partidos derechistas PLC
(Partido Liberal Constitucional) y ALN (Alianza Liberal de Nicaragua). Esta amnistía tendría por
objeto, ante todo, beneficiar a Arnoldo Alemán, el ex-presidente y jefe del PLC condenado a 20
años de prisión por corrupción.
A pesar de que la tercera fuerza de la oposición, el MRS (Movimiento Renovador Sandinista),
siempre había argumentado en contra de esa iniciativa, fue otra vez atacada por Ortega como sie
hubiera sido co-autora de esa iniciativa de amnistía. Como el MRS es el único de los partidos
grandes que no está metido en casos de corrupción y muchos sandinistas conocidos lo apoyan,
es el adversario más difícil para Ortega.
En el último punto de su discurso atacó a Eduardo Montealegre, presidente del ALN, a quien se le
reprocha haberse enriquecido con millones de dólares en saneamientos fraudulentos de algunos
bancos.
Durante su discurso, Ortega solo logró una vez levantar el estado de ánimo de los presentes, al
prometer apoyo a los trabajadores del campo que fueron víctimas del empleo del veneno
Nemagón en las plantaciones. Por lo demás, la manifestación daba la impresión de una mezcla
de obligación y un paseo familiar. Mientras que Ortega hablaba, la gente conversaba, se reunía
en los puestos de venta de comida o se iban a su casa. Se recogieron las sillas cuando aún no
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había terminado. No es ese el aspecto de la reunión de un pueblo que cree que tiene el poder de
la nación en sus propias manos.
Tuve que recordar, inevitablemente, la manifestación de masas el día del décimo aniversario de
la caída de la dictadura de Somoza en la Plaza de la Fe a unos cientos de metros de distancia. En
dicha plaza - que hoy día solo podría llenar el Papa - se reunieron el 19 de julio de 1989 más de
100,000 personas entusiasmadas, agitando banderas bajo un sol ardiente, sin casi comida ni
agua, gente combativa y dispuesta a darlo todo por su país y la revolución ... ¡que diferencia!
... y en el parlamento
En la misma mañana escuché en la radio el discurso de Ortega ante el parlamento. Saludó a
cada uno de los invitados de honor del cuerpo diplomático completo presente en Managua,
mencionando su nombre y función, seguido de un aplauso largo. Después de 20 minutos apagué
el aparato, no aguanté más.
Luego me contaron que sólo los saludos habían
demorado mas de una hora. Probablemente, al
mencionar a todas estas personalidades - y en primer
lugar al Cardenal Obando y Bravo - Ortega esperaba
alcanzar el reconocimiento que le negaba el parlamento:
la mayoría opositora no había asistido a la sesión por
protesta.
En diciembre 2007 se aprobó una ley contra el grupo
parlamentario del FSLN que prohibía al presidente
transmitir por decreto tareas soberanas del estado a los
consejos populares CPC o a dotarles de subvenciones estatales. Sin embargo, mediante un truco
jurídico se prohibió la publicación de esta ley. Los parlamentarios sandinistas anunciaron
proceder de igual manera con cada ley que ellos no hubieran aprobado. De esta forma las leyes
aprobadas por la mayoría parlamentaria nunca podrían entrar en vigor contra la voluntad del
grupo parlamentario sandinista, puesto que para ello tienen que ser publicadas anteriormente.
Así el parlamento fue completamente privado de poder por tribunales que están bajo el control
de Ortega - lo que indignó no solamente a la oposición en el parlamento.
Nueva alianza PLC - ALN ...
Para las elecciones municipales en noviembre de este año la ALN y el PLC quieren juntarse
porque solamente juntos tienen una posibilidad de ganar contra el
FSLN. El 9 de enero los dos partidos proclamaron a Eduardo
Montealegre (ALN) como candidato común para alcalde de Managua.
Poco antes de que fuera firmado este convenio, Arnoldo Alemán (PLC)
entró a la sala ante las cámaras - acompañado de un grupo de
seguidores gritando "¡Arnoldo! ¡Arnoldo!" - aunque todavía estaba bajo
arresto domiciliario. Más tarde se supo de que un juez le había
permitido salir de su villa para asistir a esta reunión. Así le robó el
“show” a Montealegre. Esa tarde Arnoldo demostraba una alegría, que estaba en absurdo
contraste con su situación, teniendo en cuenta que sigue estando preso y su libertad está muy
lejana.
... crisis después de un solo día
día
En medio del discurso que Ortega pronunció al día siguiente en el parlamento, le interrumpió un
mensajero de la Corte Suprema de Justicia para entregarle algunos fallos tomados el día anterior.
Ortega fingió estar sorprendido, pudo sin embargo leer inmediatamente los pasajes que para él
eran más importantes, los cuales entre otros, permiten explícitamente al presidente organizar por
decreto órganos como los CPC. El dictamen estaba firmado por cada uno de los 16 jueces de la
Corte Suprema, quienes sin excepción pertenecen al FSLN o al PLC. El que también se levantase
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el arresto domiciliario de Alemán ya no podía sorprender a nadie. De esta forma queda explicada
su alegría ante las cámaras de la noche anterior: Él ya estaba informado de lo que los demás
todos sólo el día siguiente habrían de conocer. Es evidente que el quería emitir un aviso a su rival
y nuevo aliado Montealegre: ¡Todavía estoy cerca de Ortega y si eso sirve a mis intereses, haré
uso de ello también en el futuro!
En la tumba de Pedro
Pedro Joaquín Chamorro
Ese mismo día hubo otro suceso importante: hace 30 años, el 10 de enero de 1978, fue
asesinado el editor de periódicos Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Como director del diario La
Prensa era la voz pública más importante contra la
dictadura de Somoza en Nicaragua. Su muerte, a la
que siguió una masiva huelga general política, fue el
arranque decisivo del movimiento de insurrección
del pueblo entero, que finalmente cundujo a la caída
del dictador y a la toma del poder por los sandinistas
el 19 de julio 1979.
Esa mañana frente a la tumba de Chamorro, estaban
al lado de su familia, muchos representantes de la
prensa y de la vida cultural y política. El FSLN faltó al
completo. En cambio la presencia del movimiento de
mujeres, que se ve como blanco de una nueva
represión política por parte del gobierno, estuvo muy
marcada. Después Christiana Chamorro hija del asesinado, habló su hermano Carlos Fernando,
director del semanario crítico "Confidencial" y jefe de un programa televisivo político muy exitoso.
Leyó un llamamiento por la defensa de la libertad de prensa, terminando con las palabras de su
padre: "¡Nicaragua volverá a ser República!"
El balance después de un año
Entre 1979 y 1990 la Revolución Sandinista tenía varios enemigos que causaron su fracaso:
• la agresión masiva, inmoral e ilegítima del imperialismo estadounidense;
• la jerarquía católica reaccionaria dentro del país;
• la “contra”, financiada por la CIA, que estaba compuesta de pequeños campesinos
nicaragüenses, pero que fue dirigida por ex-oficiales de la guardia somocista y unos políticos
ultra-derechistas;
• las comunidades indígenas de la Costa Atlántica, cuyos intereses culturales y económicos
fueron instrumentalizados por la administración de los EE.UU.;
• y por supuesto la pequeña burguesía tradicional nicaragüense, que tenía la esperanza de
prosperar económicamente con la caída de la dictadura de Somoza, pero no de vivir una
revolución que tenía la voluntad de mejorar en primer lugar las condiciones de vida y los
derechos de la población rural y urbana.
Parece que Daniel Ortega en su segundo período presidencial hace todo lo posible para no volver
a provocar la oposición de estas fuerzas sociales:
• con la excepción de algunos comentarios medio radicales contra el poder imperialista de los
Estados Unidos, no hay nada en su actual política de gobierno que se oponga a las pautas
económicas de Washington - ni pensar en construir una sociedad alternativa, no-capitalista;
• mientras tanto el cardenal Obando y Bravo, el adversario más importante de los sandinistas en
los años 80, se ha convertido en el más públicamente celebrado sacerdote privado y aliado
estratégico de Ortega;
• Morales Carazo, el ex-lider de la contra es el vice-presidente actual de Nicaragua;
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• los lideres más conocidos de la resistencia indígena de los años 80, Steadman Fagoth Müller y
Brooklyn Rivera, forman parte de la alianza actual de gobierno;
• Ortega trata de tranquilizar a la poderosa élite histórica del país, realizando una política que no
afecte a su poder económico a cambio de tranquilidad política - lo cual sólo en parte alcanza
resultados.
El entusiasmo de los años 80 ha cedido su lugar a un pragmatismo donde la gente apoya al
caudillo del que se espera alguna ventaja para la propia familia: alimentos baratos, algunas
semillas o ganado, un puesto de trabajo, una posición mejor pagada en la administración, apoyo
financiero para la educación de los hijos, o alguna otra cosa cuya obtención para la mayoría de
los nicaragüenses se encuentra a inalcanzable distancia. En lugar de solidaridad, ahora existe el:
¡sálvese quien pueda!
Gracias al apoyo masivo de Venezuela el presidente Ortega puede jugar esa carta actualmente.
Pero la alianza con la jerarquía católica (y también con las sectas evangélicas) ocasiona la
violación de los derechos más elementales de las mujeres. Debido a la concentración exclusiva
del poder en manos de la pareja presidencial Ortega y Murillo, se asfixia cualquier actuación
creativa y responsable dentro del aparato estatal. A causa de su debilidad política el gobierno
presiona los órganos de prensa independientes. La pretensión de representación exclusiva de
los sindicatos y otros gremios ligados a Ortega lleva a la marginalización de todas las demás
formas de auto-organización - especialmente de las numerosas organizaciones de mujeres en el
país. El que se rebela es amenazado. Y eso lo experimentan no solamente los opositores
políticos, sino también los que están dentro de las filas del FSLN y hasta los que eran
compañeros de muchos años y los mas íntimos de Ortega. El miedo ante la represión ha vuelto a
ser un tema en Nicaragua.
Ortega ha sacrificado las mejores intenciones sociales y políticas de la Revolución Sandinista
para poder volver a ser una vez más el presidente del país. Pero las aspectos más cuestionables
de aquel tiempo marcan hoy en día mucho más aumentados la cultura política del gobierno: El
paternalismo de los gobernantes, el centralismo exagerado, la puesta bajo tutela de la base, la
falta de una discusión libre y democrática, la falta de derechos de las mujeres y otros sectores
perjudicados, quitar importancia a la violencia física y sexual en la sociedad, la mezcla entre
estado y partido, medidas coercitivas en lugar de convencimiento político y el culto a la persona
ligado con el machismo.
Rosario Murillo dijo que la presidencia actual de Ortega iba a seguir el camino de la revolución
empezada en los años 80. Quizás lejos de Centro América y según los puntos de vista se pueda
creer esto con nuevas esperanzas o con nuevos temores - pero en Nicaragua ya nadie lo cree.
Matthias Schindler, febrero de 2008
(traducción Karin Uhlenhaut)
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