Gobierno Corporativo: Mayor Confianza, Mejores Resultados

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Gobierno Corporativo: Mayor Confianza, Mejores Resultados
Por: Humberto Chávez
Sin importar la posición ideológica desde la cual se aborde al mundo comercial, resulta
indudable que la integración económica contemporánea ha generado grandes beneficios para
el consumidor. Le ha abierto las puertas a una diversidad de bienes y servicios que hace unas
cuantas décadas apenas se podían imaginar y ahora compiten día con día para entrar en la
vida de millones de personas.
En la actualidad no importa en qué latitud se encuentre el consumidor: el mercado asiático
accede a los mismos beneficios que el americano y disfruta del mismo valor agregado que el
producto otorga alrededor del mundo.
Para satisfacer a una amplia variedad de consumidores, muchas empresas se consolidaron
como firmas globales para ofrecer mercancía ya sea en Beijing, Londres e incluso Buenos
Aires. Al ser fuentes de ingreso para gobiernos locales, reunir inversionistas de todas las
nacionalidades y atraer a trabajadores con distintos antecedentes y metas, su operación afecta
a la economía mundial. Las bolsas de valores que por lo común listan a estas empresas
convierten a los resultados de las firmas en factores importantes para el gran público, pues a
menudo los fondos de inversión mantienen en cartera acciones de esas compañías con los
recursos de trabajadores y pensionados de todo el mundo. Por todas esas razones es
indispensable reconocer que los intereses que las corporaciones promueven están muy lejos
de impactar a unos cuantos.
Con tal interdependencia económica, la clave para que todo marche en orden es crear un
ambiente de confianza. Los agentes económicos requieren información veraz y oportuna por
parte de las empresas; mientras tanto, la tarea de éstas es asegurarse de proporcionarla
eficazmente. Para lograrlo, recurren a la implementación del “Gobierno Corporativo”, un
sistema diseñado para “controlar y dirigir una corporación”1 a través de “las interrelaciones que
se generan entre los interesados en la firma”2. La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), que vela por el crecimiento económico sostenido y la
estabilidad financiera mundial, provee el marco de referencia para que las empresas adopten
buenas prácticas corporativas a través de sus Principios de Gobierno corporativo. En México,
el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se dio a la tarea de adecuar el marco regulatorio a
la cultura empresarial mexicana, y así creó el Código de mejores prácticas corporativas. Este
documento contiene recomendaciones puntuales para el buen funcionamiento de las empresas
mexicanas y promueve la transparencia dentro de ellas.
¡CUIDADO CON LOS ENGAÑOS!
El tema de Gobierno Corporativo cobró fama mundial en los albores de este siglo, cuando los
escándalos financieros de importantes empresas estadounidenses como Enron y WorldCom
salieron a luz pública. La constante en estos casos fue la falta de transparencia en las prácticas
contables al “inflar” los resultados y “maquillar” las pérdidas. Las compañías auditoras también
resultaron cómplices de los fraudes al omitir errores y no informar al público sobre los malos
manejos. Los accionistas fueron engañados y despojados del derecho a decidir sobre el futuro
de sus inversiones. Los escándalos pusieron a temblar las bases financieras de una de las
economías más poderosas del mundo y dieron pie para crear medidas más duras y eficientes
de control dentro de las corporaciones americanas. El resultado de este proceso fue el Acta
Sarbanes-Oxley (2002), una regulación poderosa contra el fraude corporativo. A esta
regulación le han seguido muchas más por el mundo entero. Nadie está dispuesto a ser
engañado de nuevo.
Los escándalos surgieron en gran parte debido a la falta de mecanismos efectivos de
supervisión dentro de las firmas y a la naturaleza de los incentivos que enfrentaban los
diferentes actores involucrados. Por ejemplo, los accionistas (principales) presionaban a los
administradores (agentes) para lograr resultados financieros positivos en el corto plazo,
otorgándoles la mayor parte de su compensación ligada al precio de las acciones en el
mercado, dando así alicientes para enfocarse en resultados financieros fácilmente
manipulables. Los directivos habían tomado un férreo control del Consejo de Administración a
falta de un consejo interno de supervisión, y así se reservaban información vital. Además, los
accionistas minoritarios no estaban adecuadamente representados dentro de la firma y era muy
poco lo que podían hacer para cambiar las decisiones. Gracias al perfeccionamiento de la
Teoría de Agencia en los últimos años, el Gobierno Corporativo ha sido enriquecido con
mejores prácticas sobre cómo otorgar los incentivos correctos dentro de la firma.
La lección más importante que el mundo corporativo aprendió fue a respetar los intereses de
todos los accionistas, tanto individuales como institucionales, pues son ellos, mediante el riesgo
que asumen, los que velarán por la estabilidad de la compañía y detonarán un mayor
crecimiento económico. En los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE, se mencionan
los principales derechos de los accionistas son enumerados3, entre los que se encuentra el
derecho a ser informados de todas las medidas que pudieran repercutir en su patrimonio, como
la emisión de nuevas acciones o la intención de transferir los activos de la compañía. También
se promueve el trato igualitario entre los accionistas que ostenten la misma clase de títulos, y la
protección de los accionistas minoritarios. Incumplir a los accionistas sería una falta a la
congruencia de una compañía, cuyo objetivo primordial es satisfacer a quienes han decidido
compartir el riesgo del negocio y la capitalizaron.
UNA HERRAMIENTA ESTRATÉGICA
Pero las firmas, como entes globales y de interés público, han trascendido más allá de sus
objetivos tradicionales de maximizar la riqueza y complacer a sus accionistas: múltiples actores
sociales y económicos, que no están financieramente ligados a las empresas, también son
afectados por las decisiones que éstas toman y, a la vez, la percepción de aquéllos sobre las
firmas puede impactarlas también. Entre estos actores se encuentran los gobiernos locales, las
organizaciones no gubernamentales (ONG), los empleados, clientes, proveedores y la
comunidad en general. A este grupo de interesados en el buen funcionamiento de la firma, pero
que no posee un derecho de propiedad sobre ella, se le conoce como stakeholder. El buen
Gobierno Corporativo promueve la inclusión de esta figura dentro de las políticas
empresariales. Resulta indispensable que todos ellos estén protegidos por las leyes nacionales
para que obtengan de la firma lo que les corresponde en cada caso. La firma debe identificar a
sus stakeholders y permanecer al tanto de sus necesidades.
Para una compañía, defraudar a los stakeholders puede ser casi tan peligroso como defraudar
a sus accionistas. Las empresas también compiten por obtener las mejores condiciones para la
inversión gubernamental, por reclutar la mano de obra más calificada y por la lealtad de los
mejores clientes. Si la firma no se muestra responsable respecto a los stakeholders, éstos
retirarán la aprobación tácita que le otorgaron y sencillamente buscarán a otra que cumpla
mejor con sus expectativas, con lo que disminuirá su influencia en el mercado. Los
inversionistas, atentos a situaciones así y en la búsqueda de estabilidad en el largo plazo, sólo
invertirán en las firmas que presenten un desarrollo sostenido e inclusivo. De esta forma, el
marco del Gobierno Corporativo provee a la empresa de una poderosa herramienta estratégica
que puede utilizar para colocarse a la vanguardia en la industria, así como proteger sus
opciones de crecimiento.
Por lo tanto, es responsabilidad de los administradores vigilar de cerca todos los asuntos
relacionados con los stakeholders. La tendencia en los últimos años indica que los directivos ya
se dieron cuenta de la importancia del tema. La información que se ha revelado a distintos
grupos ajenos a la empresa y su inclusión en la visión empresarial indica una preocupación por
satisfacer las necesidades de aquellos grupos. En un artículo reciente sobre la estrategia de
PepsiCo4, la ceo de la compañía, Indra Nooyi, explica que tanto la firma que encabeza como
sus competidores han comprendido que cuidar de los principales stakeholders y posicionarse
como empresas socialmente responsables (ESR) es una fórmula sostenible en el largo plazo
para incrementar el valor de la empresa.
El sector académico también concuerda con esta hipótesis. Los profesores Keim y Hillman de
la Ivey School of Business, en Canadá, encontraron una relación positiva entre el incremento
en el valor de mercado de aquellas firmas que habían identificado a sus principales
stakeholders y decidido invertir en ellos5. Es decir, a pesar de que las empresas sigan
adhiriéndose a la perspectiva tradicional de crear riqueza para los accionistas, está en su
conveniencia valorar las relaciones con los stakeholders más importantes. Sin duda, veremos a
más empresas preocupadas por los empleados, la comunidad y el medio ambiente en los
próximos años.
DIFÍCIL, PERO NECESARIO
Muchos de los retos que las firmas enfrentarán en un mundo cada vez más competitivo y de
gran incertidumbre, tendrán que ver con lo costoso que les resulte el financiamiento externo. Si
desean minimizar estos rubros, deberán convencer a los inversionistas de que el riesgo de
engaño y malos manejos es casi nulo, así como de que han cumplido con un estricto proceso
de escrutinio por parte de reguladores y observadores. Las bolsas de valores en el ámbito
mundial requieren que las empresas cumplan con buenas prácticas de Gobierno Corporativo
para poder integrarlas a sus índices. Tan sólo en México, la BMV requiere el cumplimiento de
cinco reglamentaciones diferentes para ser candidato a figurar en su lista. Los inversionistas
internacionales no están dispuestos a ser defraudados de nuevo: necesitan mayor certidumbre
y estabilidad.
Luego de la consolidación del sistema de Gobierno Corporativo, han surgido algunas críticas
en contra de lo que muchos consideran regulaciones externas excesivas para las empresas. A
las compañías les ha resultado costoso y extenuante cumplir con todos los requerimientos que
las legislaciones nacionales han impuesto sobre el tema, en especial la estadounidense. Se
alega que las regulaciones son un impedimento para llegar a la bolsa, más que un alivio para el
sistema. Sin embargo, se ha comprendido que la dinámica financiera moderna no puede
sobrevivir sin mejores regulaciones.
El Gobierno Corporativo es un tema que requiere de mayor reflexión, tanto para encontrar
mejores formas de regular, como para desarrollar nuevas estrategias para las empresas dentro
del marco que provee. Lo que sí ha quedado claro es que nadie más desea pasar por un
escándalo financiero de nuevo. Unos cuantos no pueden perjudicar a tantos millones. Hoy más
que nunca, la confianza es un ingrediente fundamental para crear mejores condiciones
económicas, y esa confianza habrá que ganársela a pulso, no se dará por sentada.
REFERENCIAS:
1Cadbury,
Adrian (1992), The Code of Best Practice: Report of the Committee on the Financial
Aspects of Corporate Governance, Gee and Co Ltd., Londres.
2
OCDE (2004), The OECD Principles of Corporate Governance: Preamble, París.
3
OCDE (2004), The OECD Principles of Corporate Governance: First Part, Chapters II and III,
París.
4
5
Nooyi, I. (2007)“The responsible Company”, The Economist: The World in 2008, p132.
Hillman, A., Keim, G., Shareholder Value, Stakeholder Management, and Social Issues:
what´s the bottom line?, Strategic Management Journal, agosto de 2001, pp125-139.
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